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martes, 5 de julio de 2011
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
CIRUGÍA PLÁSTICA
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¿POR QUÉ ABRAZAR?
¿Por qué abrazar?
Porque son innumerables las ventajas de un ABRAZO:
-produce calor, siempre conforta el corazón;
-tiene efectos duraderos;
-llena espacio vacíos en nuestras vidas;
-nos hace los días mas felices, vuelve viables los días imposibles;
- le hace a uno sentirse bien, abre paso para los sentimientos;
-construye la auto-estima, alivia la tensión;
-afirma nuestra naturaleza física;
-contribuye fundamentalmente para la salud, tanto física como emocional.
ADEMÁS:
-no requiere equipo ni adaptación
(cualquier lugar es lugar de un abrazo), y solo abrir los brazos y el corazón;
-es ecológicamente benéfico, no contamina el medio ambiente;
-es democrático, todos pueden abrazar;
-es universal, en cualquier lengua es siempre entendido.
El abrazo es en suma, un método simple de oferecer apoyo, cura el crecimiento.
Es la forma perfecta de mostrar lo que las palabras no consiguen decir.
La condición fundamental para el abrazo sincero es respetar al otro como persona, no le atribuye culpas, no juzga. Es vivir realmente el amor incondicional!
EL AMOR DE DIOS
El Amor de Dios
Usa la imaginación que Dios te ha dado e imagínate como un bebe pequeño en los brazos de su padre y piensa que ese padre es Dios. Te quiere porque has nacido en su familia, eres parte suya. Tienes su sangre, la de Jesús. El ha dado su vida, la vida eterna. La tienes dentro de ti, El quería otro hijo en la familia, por eso te engendró.
Ahora, tú eres ese bebé en los brazos de tu Padre Dios y está durmiendo. Para qué le sirves?
- Para que te mire. A Dios le gusta mirarte.
- Para que te sienta. A Dios le gusta sentirte en sus brazos.
- Para que te ame. Dios es amor y le gusta amar.
- Para que te tenga. Dios es un Padrazo y le gusta tener hijos en su familia
Qué tienes que hacer para que Dios te mire ? Nada
Qué tienes que hacer para que Dios te sienta ? Nada
Qué tienes que hacer para que Dios te tenga ? Nada
Qué tienes que hacer para que Dios te... ? Nada
Qué tienes que hacer para que Dios te ame ? N... A... D... A...
Dios te ama porque eres suyo. Si eres bueno o malo, todavía te ama. El padre amaba al hijo pródigo (y era malo) porque era su hijo. Dios te ama porque quiere amarte y no hay nada que puedas hacer para que te deje amar o puedas ganar su amor. Es su naturaleza amar.
PADRE NUESTRO...!TODO UN DIOS¡
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net Padre nuestro...¡todo un Dios! | |
Nos hemos acostumbrado tanto a esta forma de rezar, que sale de nuestros labios de la manera más rutinaria e indiferente. | |
No es fácil saber a ciencia cierta dónde y en qué momento Jesús dijo por primera vez la oración más bella y más preciada, enseñándonos a llamar a nuestro Dios: PADRE Cerca del Monte de los Olivos hay una Basílica que guarda en sus cimientos, como una preciosa perla, una misteriosa gruta. Según la tradición, allí enseñó Jesús a orar a sus discípulos. Tal vez allí, por primera vez, sonaron las sagradas palabras del PADRENUESTRO. No creemos que es muy importante el saber si efectivamente fue en ese lugar, lo realmente importante en sí son las palabras de Cristo para enseñarnos a dirigirnos a nuestro Creador, haciéndonos una revelación asombrosa, inimaginable y de profunda ternura con la que podemos dirigirnos a nuestro Dios. Desde ese instante las relaciones de Dios y los hombres ya no fueron las mismas. Se nos abrió una puerta directamente al corazón de Dios, una puerta que jamás se cerrará. Como dice el Padre Martín Descalzo: - "Aquel día en verdad, giró la historia del mundo. Si los hombres no se dieron cuenta es solo porque la ceguera parece ser la parte más ancha de nuestra naturaleza". Jesús nos enseña a decir Padre, a llamar Padre al Todopoderoso. al Creador de los mundos, al omnipotente, al Supremo Hacedor de todo lo visible e invisible... así sin más, llana y sencillamente "PADRE". Santos saltaban de gozo ante la idea de llamar Padre, Dios y nosotros nos hemos acostumbrado tanto a esta forma de rezar, que sale de nuestros labios de la manera más rutinaria e indiferente, sin pensar que ante esta palabra nuestro corazón debería quedar extasiado e inundado de gozo, y como nos dice Schurmann: - "esta forma de dirigirse a Dios no es tan evidente como alguien podría suponer. Hacía falta que Jesús nos diera su permiso y nos alentara para invocar a Dios con esta palabra "Padre", tan íntima y familiar". Y aún hay más, porque en el comienzo de PADRENUESTRO, Jesús emplea un vocablo que jamás se había dirigido a Dios: Abba Abba es el nombre que el niño pequeño dirige a su padre. Jesús, usa siempre esta palabra y esa es la que coloca al comienzo de la oración y con ella nos introduce en una familiaridad con Dios que jamás nadie pudo imaginar. Es la TOTAL CONFIANZA. Dios no es para nosotros solo un Padre, es lo que es el "papá" para el niño que empieza a balbucear. Que desde hoy, al comenzar esta bellísima oración del Padrenuestro, pongamos el corazón, lleno de amor y confianza, en nuestros labios para llamar a Dios "PADRE O PAPÁ". |
lunes, 4 de julio de 2011
TU SONRISA...
Tu sonrisa
Autor: Mahatma Gandhi.
Tu sonrisa es la foto de tu alma.
Toma una sonrisa, regálala a quien nunca la ha tenido.
Toma un rayo de sol, hazlo volar allá en donde reina la noche.
Descubre una fuente, haz bañar a quien vive en el barro.
Toma una lágrima, ponla en el rostro de quien nunca ha llorado.
Toma la valentía, ponla en el ánimo de quien no sabe luchar.
Descubre la vida, nárrala a quien no sabe entenderla.
Toma la esperanza y vive en su luz.
Toma la bondad y dónala a quien no sabe donar.
Descubre el amor y hazlo conocer al mundo.
NADA TE TURBE...
Nada te turbe
Autor: Basado en la oración de Teresa de Jesús
En todos tus trabajos
a Dios acude;
arrójate en sus brazos,
nada te turbe.
No temas, no, a las cruces,
mira adelante;
que Dios está contigo;
nada te espante.
Mira que el sufrimiento
con Él es nada,
y presto como el viento
todo se pasa.
Y aunque su ausencia sea
porfiada y cruda,
tú más en Él espera,
que Él no se muda.
Y si aún dura en su ausencia,
ten más confianza;
mira que la paciencia
todo lo alcanza.
Que si contigo tienes
a Dios por gracia,
no anheles ya más bienes:
Que sólo Él basta.
Autor: Basado en la oración de Teresa de Jesús
En todos tus trabajos
a Dios acude;
arrójate en sus brazos,
nada te turbe.
No temas, no, a las cruces,
mira adelante;
que Dios está contigo;
nada te espante.
Mira que el sufrimiento
con Él es nada,
y presto como el viento
todo se pasa.
Y aunque su ausencia sea
porfiada y cruda,
tú más en Él espera,
que Él no se muda.
Y si aún dura en su ausencia,
ten más confianza;
mira que la paciencia
todo lo alcanza.
Que si contigo tienes
a Dios por gracia,
no anheles ya más bienes:
Que sólo Él basta.
INVOCACIÓN A LA CONFIANZA
Invocación a la confianza
Autor: A. Pangrazzi
Ayúdame Señor, a creer que detrás de las nubes está el Sol; que los desnudos árboles de otoño volverán a vestirse de hojas, si tengo la paciencia de esperar.
Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle. Que la vela difunde su luz a base de consumirse poco a poco.
Ayúdame Amado Señor, a desprenderme de las pretendidas seguridades que no puedo tener y que me hacen tan inseguro; ayúdame a comprender que mis temores aumentan mi inquietud y mi impaciencia.
Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones.
Confío en tí como un niño que se siente seguro en brazos de su madre.
Ayúdame a caminar por donde no puedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo.
Autor: A. Pangrazzi
Ayúdame Señor, a creer que detrás de las nubes está el Sol; que los desnudos árboles de otoño volverán a vestirse de hojas, si tengo la paciencia de esperar.
Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle. Que la vela difunde su luz a base de consumirse poco a poco.
Ayúdame Amado Señor, a desprenderme de las pretendidas seguridades que no puedo tener y que me hacen tan inseguro; ayúdame a comprender que mis temores aumentan mi inquietud y mi impaciencia.
Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones.
Confío en tí como un niño que se siente seguro en brazos de su madre.
Ayúdame a caminar por donde no puedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo.
MAÑANA SERÁ MEJOR...
Mañana será mejor
Nunca es tarde para empezar de nuevo. Es tarde cuando pasan los días, y nada se hace
El mundo está lleno de gente que trabajará mañana, que mañana se compondrá, que retornará a Dios mañana, que mañana... Pero no hoy.
En el fondo no existen deseos de superarse ni de mejorar. Entonces, está uno muriendo y de prisa. La vida es desarrollo, crecimiento, la vida se alimenta de esperanza, de metas que se persiguen, de insatisfacción con lo alcanzado y de lucha por mejorar las marcas.
La muerte comienza cuando se pierde la ilusión y el anhelo de crecer. Nadie está tan cerca de morir como el que ha perdido toda esperanza. Si sientes deseos de superarte como ser humano, como profesionista, como cristiano, estás vivo.
Ningún momento más oportuno para desear un cambio en la vida que el inicio de una nueva semana. Nunca es tarde para empezar de nuevo. Es tarde cuando pasan los días, y nada se hace. Es la mediocridad que abunda tanto, porque nada cuesta ser mediocre. Consiste en las medianías. Las grandes realizaciones no las logran los mediocres. El mundo debe muy poco a los perezosos. Si quieres que el mundo te recuerde y esté agradecido contigo, debes luchar y trabajar por mejorarlo.
Autor: P Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net
domingo, 3 de julio de 2011
FE DE OBRAS...
Fe de obras
Hay una profunda diferencia entre estas dos clases de fe: Creer en alguien o creer en algo.
La fe que salva, que cura y que da poder es una fe centrada en Dios como ser, más que una fe doctrinal.
Es una fe que nace de una relación amorosa con Dios y que se refleja en buenas acciones y una vida correcta.
Una fe viva es la fe que da fuerzas en las crisis y no se tambalea tan fácil cuando llegan las penas.
Todo lo contrario de lo que pasa con una fe superficial y ocasional que se cae como árbol sin raíces en la tempestad.
La fe actuante que yo necesito es aquella de la que habla así el apóstol Santiago en su carta:
"Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta". 2, 26
Con una fe viva puedo alejar los temores, puedo confiar y puedo esperar días mejores lleno de optimismo.
MANOS DE CRISTO...
Manos de Cristo
Manos de Cristo, manos de carpintero
Yo no imagino aquellas manos forjando lanzas, forjando espadas
Ni diseñando nuevos modelos de bombarderos.
Aquellas manos, manos de Cristo
Fueron las manos de un carpintero.
Manos de Cristo encallecidas
Labrando cunas, haciendo arados, labrando vidas.
Yo no imagino aquellas manos
Entretenidas entre cañones, entre granadas
Aquellas manos encallecidas
Se encallecieron labrando vidas.
Manos de Cristo, manos divinas de carpintero.
Yo no imagino aquellas manos
Cristalizando tareas humanas
Sino forjando labor creadora
Aquellas manos, manos de obrero
Edificaron hora tras hora
Entre las manos felicitadas
Que hacen cruceros y bombarderos
No están las suyas!
Las suyas llevan marcas de clavos
Son manos heroicas, de sacrificio
Aquellas manos, manos sangrientas
Fuertes, nervudas, manos de acero
Son manos recias de carpintero
Que quietamente labran nuestras vidas.
Manos de Cristo, manos de carpintero
Yo no imagino aquellas manos forjando lanzas, forjando espadas
Ni diseñando nuevos modelos de bombarderos.
Aquellas manos, manos de Cristo
Fueron las manos de un carpintero.
Manos de Cristo encallecidas
Labrando cunas, haciendo arados, labrando vidas.
Yo no imagino aquellas manos
Entretenidas entre cañones, entre granadas
Aquellas manos encallecidas
Se encallecieron labrando vidas.
Manos de Cristo, manos divinas de carpintero.
Yo no imagino aquellas manos
Cristalizando tareas humanas
Sino forjando labor creadora
Aquellas manos, manos de obrero
Edificaron hora tras hora
Entre las manos felicitadas
Que hacen cruceros y bombarderos
No están las suyas!
Las suyas llevan marcas de clavos
Son manos heroicas, de sacrificio
Aquellas manos, manos sangrientas
Fuertes, nervudas, manos de acero
Son manos recias de carpintero
Que quietamente labran nuestras vidas.
SER MANSOS Y HUMILDES...
SER MANSOS Y HUMILDES...
Hoy nos trae el evangelio palabras muy hermosas de Jesús. Hay dos partes o dos temas: una oración agradecida y una invitación a seguirle en la humildad y en la mansedumbre. Jesús pronuncia una oración; pero no es para pedir nada, sino para dar gracias a su Padre del cielo. Da gracias por algo que está constatando por experiencia: y es que los mensajes de salvación, que predica, lo captan los pobres y sencillos, mientras que los “sabios y entendidos” no lo llegan a entender. Estos son los que creen que no necesitan nada, que lo tienen todo solucionado, y sin embargo están aprisionados por el egoísmo, por los vicios, por la autosuficiencia.
Dios se revela principalmente a los sencillos, a los que tienen el corazón de pobre, porque no dejan que el egoísmo les prive la claridad de su mirada para percibir la naturaleza del Reino de Dios. No quiere decir que por el hecho de ser pobre u oprimido esté uno ya en el Reino de Dios; sino que las riquezas, sabiduría y grandeza, según el mundo, pueden constituir un grave obstáculo para el Reino de Dios, y que los pobres están en mejor condición de escuchar su mensaje.
Jesús da gracias a su Padre porque ve que hay muchas personas sencillas que captan en su corazón, con propósito de ponerlo en práctica, los mensajes del evangelio, mientras que la gente orgullosa se aparta. Cuando un predicador predica la palabra de Dios, si lo hace con humilde y sincero corazón, debería dar gracias a Dios, porque siempre hay alguna persona sencilla que está aceptando esa palabra.
Algo que los orgullosos judíos no querían comprender del mensaje de Jesús es sobre el sentido de Dios Amor y la salvación por medio de un Mesías sencillo y humilde. Los judíos siempre habían pensado que el Mesías debía ser triunfante y nacionalista, al estilo del rey David, o diplomático y rico como Salomón. Pero ya el profeta Zacarías, habla del Mesías, que se distingue por la humildad, la justicia y la paz. Esas características de Mesías humilde y pacífico se las atribuye Jesús a sí mismo y son signos del Reino de Dios, de modo que sus discípulos se deberán distinguir por esas virtudes, y el proyecto del Reino estará más al alcance de los pobres y de los excluidos.
Después Jesús hace una invitación para acoger a los que están fatigados y cargados. Y nos dice que su yugo es suave y su carga ligera. Para los que ven las opciones o exigencias evangélicas desde fuera, sin fe, es muy posible que estas cargas las vean abominables o insufribles; pero para quien tiene fe y se adentra en el mensaje de Jesús y lo acepta con amor, la paz y la mansedumbre se hacen más suaves, con la misma ayuda del Señor.
El yugo que Jesús impone no es ligero porque sea menos exigente, como si se tratase de una moralidad muy permisiva, sino porque El hace ligero el peso con su solidaridad y su participación. El es el primero entre los pobres, los sencillos y los mansos. Es el primero que carga con la cruz y hace más soportable al que le sigue en cercanía.
Ser manso significa ser violento con uno mismo, pero suave con los demás. Es saber vencer el egoísmo y odio que surge en el corazón para llenarlo de amor. Muchas veces echamos cargas sobre los demás. La actitud del discípulo de Cristo es ir quitando cargas o ayudando a sobrellevarlas. Es la ley del amor.
La misa del domingo debería ser como un descanso en Jesús. Es un acudir a Jesús en medio de las dificultades y cansancios de la semana para recibir paz en el alma. Hay ocasiones en que se pierde o disminuye el sentido de la vida. Nuestra fe nos dice que en la Eucaristía está Jesús presente. El es nuestra paz, es el descanso para el alma. No se trata de que se quiten los problemas, que quizá sigan, sino de poner amor en medio de esos problemas. Y al mismo tiempo que sirva para darle gracias a Dios por tantas cosas buenas que nos da continuamente.
Enviado por el P. Silverio Velasco (España)
ESPERAR MÁS ALLÁ DE LA TORMENTA
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Esperar más allá de la tormenta
Creí que el viaje iba a ser sencillo. El día claro, el mar sereno. Los pronósticos eran buenos. La tormenta, sin embargo, ha llegado.
Las olas aumentan. El viento sopla fuerte. La nave sube y baja, como un juguete. El mareo domina a tripulantes y pasajeros.
Comienzo a tener miedo. Creí que el viaje iba a ser sencillo. El día claro, el mar sereno. Los pronósticos eran buenos.
La tormenta, sin embargo, ha llegado. Las seguridades dejan de serlo. Las olas golpean, una y otra vez, a la barca, que parecía fuerte y firme en los momentos de bonanza.
También la barca de la Iglesia sufre por las olas. Traiciones y pecados, ambiciones y envidias, lujurias y soberbias, rencores y apatías.
Fuera, críticas mordaces, llenas de rencor, deseosas de venganza. Dentro, la cobardía de los “buenos” que no lo eran, la desfachatez del hermano que traiciona por la espalda, la perfidia de quien se deja arrastrar por pasiones miserables sin alcanzar a percibir el daño que provoca en sus hermanos más frágiles.
Tengo miedo, sí, ante tantas críticas, ante tanto escándalo, ante tantas voces, ante tantos dedos inquisidores. Tengo miedo de mí mismo, porque nadie puede decir que no caerá donde otros han caído, porque yo puedo llegar un día a ser un traidor y un enemigo dentro de la barca de la Iglesia.
Luego, dentro, como un susurro, una voz me invita a confiar. “No temas”. ¿Quién la dice? ¿Desde dónde quiere darme confianza? ¿Por qué ahora ese sonido interior, casi imperceptible?
Es difícil recuperar el valor cuando las olas arrecian y cuando parece que no hay manera de controlar la nave. Pero si recordamos que Dios es omnipotente, que la gracia vence el pecado, que la última palabra de la historia la pronunciará el Cordero sacrificado, entonces surgen fuerzas que no son humanas, que vienen de los cielos...
El miedo ha quedado a un lado. La invitación de Cristo a no temer brilla con una belleza indescriptible. Es la hora de esperar a pesar de la tormenta.
Empezamos nuevamente a trabajar, como siervos inútiles pero disponibles, para que el Evangelio pueda dar esos frutos de amor y de esperanza que tanto necesita cada corazón humano.
sábado, 2 de julio de 2011
AMIGOS SIN ROSTRO...
Amigos sin rostro
Hay muchos amigos. No sólo aquellos que tienen un rostro y un nombre conocido y querido, sino también aquellos sin rostro, con quienes nos cruzamos a la vuelta de la esquina, por las calles, en el autobús, entre la muchedumbre. El que te pide disculpas por el empujón. El que te da preferencia en la carretera con una sonrisa. El que te cede su asiento, el que te ayuda a empujar el coche que no te arranca, el que te ayuda a levantar un fardo, el que sonríe a tu niño, el que recoge el sombrero que te ha llevado el viento. ¿No son muchos? ¿Demasiados? Quizá.
Pero sin son pocos, es porque no sabemos descubrirlos, porque vamos entre la gente como torres blindadas y mirando a la gente como si todos fueran enemigos nuestros, hostiles, dispuestos a agredirnos.
Y sucede precisamente lo contrario: la multitud despide amplias vibraciones de humanidad y ternura: basta un detalle para saberla descubrir. Basta una circunstancia para que pueda apreciarse. Nacen como pequeños relámpagos de complicidad, de comunión. Yo soy una persona humana, tú también lo eres. Tú eres yo y yo soy tú; te reconozco por el mismo gesto amargo y sombrío del rostro, signo de preocupaciones, de tensiones, de dolor. Démonos la mano, rocémonos al menos. Quien sabe si este pequeño gesto no tendrá resonancias profundas y se prolongará como un eco quién sabe donde...
Hay muchos amigos. No sólo aquellos que tienen un rostro y un nombre conocido y querido, sino también aquellos sin rostro, con quienes nos cruzamos a la vuelta de la esquina, por las calles, en el autobús, entre la muchedumbre. El que te pide disculpas por el empujón. El que te da preferencia en la carretera con una sonrisa. El que te cede su asiento, el que te ayuda a empujar el coche que no te arranca, el que te ayuda a levantar un fardo, el que sonríe a tu niño, el que recoge el sombrero que te ha llevado el viento. ¿No son muchos? ¿Demasiados? Quizá.
Pero sin son pocos, es porque no sabemos descubrirlos, porque vamos entre la gente como torres blindadas y mirando a la gente como si todos fueran enemigos nuestros, hostiles, dispuestos a agredirnos.
Y sucede precisamente lo contrario: la multitud despide amplias vibraciones de humanidad y ternura: basta un detalle para saberla descubrir. Basta una circunstancia para que pueda apreciarse. Nacen como pequeños relámpagos de complicidad, de comunión. Yo soy una persona humana, tú también lo eres. Tú eres yo y yo soy tú; te reconozco por el mismo gesto amargo y sombrío del rostro, signo de preocupaciones, de tensiones, de dolor. Démonos la mano, rocémonos al menos. Quien sabe si este pequeño gesto no tendrá resonancias profundas y se prolongará como un eco quién sabe donde...
EL CORAZÓN GENEROSO Y TIERNO DE MARÍA
Autor: Oscar Colorado Nates | Fuente: Catholic.net El Corazón generoso y tierno de María | |
¿Podemos, acaso, tu y yo amar y entregarnos de igual manera? El corazón humano de María pudo hacerlo. | |
Santa María no tuvo más corazón ni más vida que la de Jesús. Una vida y un corazón humanos pero de Jesús. ¿Podemos, acaso, tu y yo amar y entregarnos de igual manera? El corazón humano de María pudo hacerlo. Tú y yo tenemos su propio corazón como un escalón a la Puerta Santa que es Jesús. Con el ejemplo de la Santa Madre de Dios, no solo sabemos que podemos amar a Cristo, debemos amarle así porque la tenemos a Ella misma como intercesora. Corazón generoso y tierno corazón como por naturaleza es el de toda mujer que es madre, el de María nos inspira profundamente. Y podríamos admirar a la Virgen por amar al Niño Dios, de igual manera que admiramos a cualquier madre que sostiene a su pequeño en los brazos. Pero el corazón de María ya era de Dios aún antes de la Anunciación. Había decidido reservar su corazón a Dios sin necesitar algún prodigio. En la Anunciación se consuma la previa entrega que ya se había realizado. ¿Cómo nos extraña entonces que haya podido pronunciar esas palabras que la han subido a la cúspide de la Fe "Hágase en mí según tu palabra"? Pensándolo con mayor hondura el corazón de María, sí es corazón humano, no solo era capaz de eso, sino de mucho más. El corazón amoroso y entregado es, en su generosidad, un corazón fiel: Un corazón humano al pie de la cruz. Si con facilidad podíamos imaginar la ternura de la escena en el pesebre, con gran dificultad podemos apenas hacer un esbozo en la imaginación de la Santísima Virgen recibiendo de José de Arimatea el cuerpo ensangrentado de su hijo. ¿Cómo imaginar el dolor de una Madre que limpia, con mano trémula, la sangre de su hijo? Remueve en lo más profundo aún a nuestro propio y durísimo corazón el pensar en la mirada de María ante el rostro desfigurado y atrozmente golpeado de Jesucristo. Y su corazón dolido estaba ahí, fiel, al pie de la cruz. ¿Dónde está nuestra corazón? ¿Al pie de la cruz como el de la Santísima Virgen o escondido y alejado como el de los discípulos que abandonaron al Señor? El corazón de María nos muestra todas las encontradas emociones que un corazón es capaz de sentir. Es el corazón de la Virgen uno tan grande y tan generoso, que es además nuestro propio refugio. Su corazón es, además de ejemplo y con dignidad sobresaliente para ser admirado, el consuelo para la aflicción. ¿Cuánto no comprenderás nuestros humanos dolores ella que enfrentó el dolor más profundo que se pueda experimentar? Pero el corazón humano de nuestra Madre en Cristo no solo es un ejemplo de ternura amorosa o de abyecto dolor. María en su corazón es la Madre del buen consejo, y quien mejor nos puede enseñar a vivir el amor al prójimo. Poderoso corazón el de María, que puede convertir nuestro egoísmo y amor propio en caridad y amor a Dios. El corazón entregado de María debería enseñarlos a pedirle confiados a Dios: "Padre, mi corazón puede poco ¡Haz que te ame mas!". Es a la Madre de Dios a quien hemos de acudir para pedirle que nos enseñe a amar más, a entregar más, a ser más justos, a rogarle que con su corazón dulcísimo nos proteja, nos enseñe, nos guíe. El corazón humano de María. Humano. Como el tuyo y como el mío. |
viernes, 1 de julio de 2011
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