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viernes, 3 de mayo de 2024
jueves, 2 de mayo de 2024
REFLEXIÓN SOBRE LA MAMÁ
REFLEXIÓN SOBRE LA MAMÁ
Cuando pierdas a tu madre, perderás a la persona que más te quiso, la que mejor te conocía, la que todo lo perdonaba, la que te quitaba los miedos, la que te buscaba cuando andabas perdido.
Cuando pierdas a tu madre, nadie te recordará que te abrigues si hace frío, ni te llamará cada dos horas, para preguntarte si estás mejor cuando estés mal y cuando hagas las cosas mal, la gente se enfadará y tendrás que pedir perdón, porque solo tú madre aguantaba tu mal carácter y te quería hasta en tus peores días.
Cuando pierdas a tu madre, la echarás de menos cada Navidad y en cada cumpleaños, y cada vez que te pase algo bueno querrás hablar con ella para contárselo y te darás cuenta que su silla está vacía y que jamás volverá a estar a tu lado.
Cuando pierdas a tu madre habrá personas que te conozcan pero nadie como ella habrá mucha gente que te quiera, pero no te querrán más que a ellos mismos como ella te quería.
¡Cuando pierdas a tu madre el mundo será un poco más triste, más extraño, más pequeño y tú también!
¿POR QUÉ SE DEDICA EL MES DE MAYO A LA VIRGEN MARÍA?
¿Por qué se dedica el mes de mayo a la Virgen María?
Estas son las razones por las que se dedica el mes de mayo a la virgen María
Por Almudena Martínez-Bordiú
1 de mayo de 2024
Cada mes de mayo, la Iglesia Católica se vuelca en contemplar la fe de la Virgen María y proponerla como ejemplo perfecto de seguidora de Jesús. Descubre el origen de esta tradición y su sentido profundo.
La profesora de Mariología en Roma y miembro de la Congregación Hermanas de la Santísima Madre de los Dolores, la hermana Vittorina Marini, explica a ACI Prensa que “durante este tiempo se reconoce la obra de María en la historia de la salvación a partir de su Maternidad Divina”.
La experta puntualiza que este tiempo dedicado por la Iglesia Católica Latina “no coincide para todas las iglesias y el mes elegido puede ser diferente”.
“Durante este período, la piedad del pueblo cristiano expresa su auténtico amor a la Virgen a través de diversas iniciativas de oración, como el rosario, las procesiones, las peregrinaciones a santuarios marianos o las prácticas piadosas especiales", expone la hermana Marini.
Estas prácticas "buscan reconocer y honrar el lugar de la Santísima Virgen en la historia de la salvación y destacar su vínculo maternal con Cristo y con los fieles”, puntualiza.
La hermana Vittorina explia que en la antigua Grecia el mes de mayo estaba consagrado a las divinidades femeninas de la fertilidad o la primavera.
“En el transcurso de los siglos estos cultos paganos se combinaron con otros rituales y tradiciones populares presentes en Occidente, que se expresaban en homenajes cortesanos de los enamorados a la mujer amada; convirtiendo a mayo en un periodo de fiestas y diversiones, dedicado a la vida y a la maternidad”, detalla a ACI Prensa.
En un esfuerzo de cristianizar estas fiestas, la Iglesia vinculó a este mes la tradición de rendir homenaje de corazón a la Virgen María, “celebrada como la criatura más elevada y bella entre las mujeres”.
“En la Iglesia primitiva parece que ya existía una fiesta solemne en honor de la Madre del Señor que se celebraba el 15 de mayo de cada año; sin embargo, el mes completo no se asoció a la Virgen María hasta el siglo XVIII”, apunta la profesora de Mariología.
Las primeras prácticas devocionales vinculadas al mes de mayo se encuentran ya en el siglo XVI en Roma con San Felipe Neri, que enseñó a sus jóvenes a adornar la imagen de la Madre de Dios con flores, a cantar sus alabanzas y a ofrecer actos en su honor.
Además, “a finales del siglo XVII, en el noviciado dominicano de Fiesole (Florencia), el P. Angelo Domenico Guinigi fundó en 1677 una especie de cofradía llamada Comunella, que comenzó a dedicar el mes de mayo a la Virgen con ejercicios de devoción”.
Según señala la hermana Vittorina, “todavía no era el mes de mayo tal y como lo conocemos hoy, pero tenía en común algunos elementos que todavía encontramos a veces: el canto de las letanías lauretanas o la coronación de María con una corona de rosas”.
De hecho, en la crónica del archivo de Santo Domingo se lee: “Llegada la fiesta de mayo y oyendo la víspera que muchos seglares empezaban a cantar las letanías y a festejar a las criaturas que aman, decidimos que también nosotros queríamos cantárselas a la Santísima Virgen María....”.
“Así, la reina laica de la primavera se contrapone a la reina del cielo”, señala.
Los papas y misioneros
El mes de mayo mariano tal y como lo conocemos llegó en 1725 de la mano del P. Annibale Dionisi SJ, con su libro titulado Mes de María, y en en el año 1800 la práctica devocional se enriqueció aún más con el rosario, “ligado anteriormente al mes de octubre y que más tarde se extendió al mes de mayo”.
En la primera mitad del siglo XIX, el mes de mayo estaba muy extendido en Europa y América, y poco a poco se fue implantando en diversas partes del mundo gracias a la labor de los misioneros.
Según indicó Vittorina, “el dogma de la Inmaculada Concepción consolidó en 1854 esta tradición, debido al deseo de los Pontífices y del pueblo cristiano de dar el mayor honor a la Madre del Señor. Los papas Pío VII, Gregorio XVI y Pío XIX se entregaron a ello y mayo se convirtió en el mes mariano por excelencia y llegó a competir con los momentos álgidos del año litúrgico”.
“Desde León XIII hasta Pío XII, el Magisterio se interesó por el mes de mayo y lo señaló a los fieles en encíclicas, y a estas recomendaciones se sumaron las cartas pastorales de muchos obispos”.
La importancia de la devoción mariana
“Todos los Papas, hasta el Papa Francisco, han reafirmado la importancia de la devoción mariana, alentando su difusión entre el pueblo cristiano, especialmente en este mes dedicado a ella. De hecho, serán los mismos Pontífices, en momentos de grave dificultad y necesidad en la Iglesia y en la historia, quienes recomendarán la práctica del mes de mayo, invocando la ayuda de la Santísima Virgen María”.
En esta línea podemos recordar dos gestos importantes y significativos del Papa Francisco: en mayo de 2021 el rezo del Santo Rosario para pedir el fin de la pandemia y el apoyo a los enfermos heridos por el coronavirus y el acto de consagración de Ucrania y Rusia a María para pedir el fin de la guerra en Ucrania.
“En este momento de especial sufrimiento en el mundo, los cristianos están llamados una vez más a vivir este tiempo mariano: crecer en la escucha de la Palabra de Dios, orientada a un verdadero testimonio evangélico según las bienaventuranzas e invocar la intercesión de María para que proteja y libere a la humanidad de la destrucción de la guerra”, concluye la Marióloga.
EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 2 DE MAYO DE 2024
Jueves 5 de Pascua
Jueves 2 de mayo de 2024
1ª Lectura (Hch 15,7-21): En aquellos días, después de una larga discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: «Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús».
Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra y dijo: «Escuchadme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios por primera vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: ‘Después de esto volveré y levantaré de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre: lo dice el Señor, el que hace que esto sea conocido desde antiguo’. Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».
Salmo responsorial: 95
R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre.
Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente».
Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27): Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.
Texto del Evangelio (Jn 15,9-11): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado».
«Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros»
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés
(Tarragona, España)
Hoy escuchamos nuevamente la íntima confidencia que Jesús nos hizo el Jueves Santo: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros» (Jn 15,9). El amor del Padre al Hijo es inmenso, tierno, entrañable. Lo leemos en el libro de los Proverbios, cuando afirma que, mucho antes de comenzar las obras, «yo estaba allí, como arquitecto, y era yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo» (Prov 8,30). Así nos ama a nosotros y, anunciándolo proféticamente en el mismo libro, añade que «jugando por el orbe de su tierra, mis delicias están con los hijos de los hombres» (Prov 8,31).
El Padre ama al Hijo, y Jesús no deja de decírnoslo: «El que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a Él» (Jn 8,29). El Padre lo ha proclamado bien alto en el Jordán, cuando escuchamos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido» (Mc 1,11) y, más tarde, en el Tabor: «Éste es mi Hijo amado, escuchadle» (Mc 9,7).
Jesús ha respondido, «Abbá», ¡papá! Ahora nos revela, «como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros». Y, ¿qué haremos nosotros? Pues mantenernos en su amor, observar sus mandamientos, amar la Voluntad del Padre. ¿No es éste el ejemplo que Él nos da?: «Yo hago siempre lo que le agrada a Él».
Pero nosotros, que somos débiles, inconstantes, cobardes y —por qué no decirlo— incluso, malos, ¿perderemos, pues, para siempre su amistad? ¡No, Él no permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas! Pero si alguna vez nos apartásemos de sus mandamientos, pidámosle la gracia de volver corriendo como el hijo pródigo a la casa del Padre y de acudir al sacramento de la Penitencia para recibir el perdón de nuestros pecados. «Yo también os he amado —nos dice Jesús—. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Jn 15,9.11).
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA - 2 DE MAYO
Madre y Virgen, que engendraste al Creador, sé tú el punto de unión de Dios y del hombre y de todos los hombres entre si.
miércoles, 1 de mayo de 2024
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA - 1 DE MAYO - SAN JOSÉ OBRERO
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 1 DE MAYO DE 2024 - SAN JOSÉ OBRERO
Miércoles 1 de Mayo, 2024
Quinta Semana de pascua
SAN JOSÉ OBRERO
Gén 1,26−2,3: «Hagamos al hombre»
Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.
Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas”. Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de trabajar en la creación del universo.
________________________
O bien:
Col 3, 14-15. 17. 23-24
Hermanos: Sobre todas las virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.
Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. Todo cuanto hagan, háganlo de buena gana, para agradar al Señor y no a los hombres, sabiendo que el Señor les dará la herencia en recompensa. El amo a quien sirven es Cristo.
Salmo Responsorial
Del Salmo 89
R. (17c) Dales, Señor, prosperidad a nuestras obras.
O bien:
R. Aleluya.
Desde antes que surgieran los montañas
y la tierra y el mundo apareciesen,
existes tú, Dios mío,
desde siempre y por siempre. R.
R. Dales, Señor, prosperidad a nuestras obras.
O bien:
R. Aleluya.
Tú haces volver al polvo a los humanos,
diciendo a los mortales que retornen.
Mil años para ti son como un día
que ya pasó, como una breve noche. R.
R. Dales, Señor, prosperidad a nuestras obras.
O bien:
R. Aleluya.
Haznos captar lo breve de la vida
y seremos sensatos.
¿Hasta cuando, Señor, vas a tener
compasión de tus siervos? ¿Hasta cuando? R.
R. Dales, Señor, prosperidad a nuestras obras.
O bien:
R. Aleluya.
Llénanos de tu amor por la mañana
y júbilo será la vida toda.
Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos,
puedan mirar tus obras y tu gloria. R.
R. (17c) Dales, Señor, prosperidad a nuestras obras.
O bien:
R. Aleluya.
Aclamación antes del Evangelio
Sal 67, 20
R. Aleluya, aleluya.
Bendito sea el Señor día tras día,
que nos lleve en sus alas y nos salve.
R. Aleluya.
Evangelio: Mt 13,54-58
«¿No es éste el hijo del carpintero?»
Texto del Evangelio (Mt 13,54-58): En aquel tiempo, viniendo Jesús a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?». Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.
«¿De dónde le viene todo esto?»
Rev. D. Xavier PARÉS i Saltor
(La Seu d'Urgell, Lleida, España)
Hoy celebramos la fiesta de san José obrero. Es un día festivo para descansar del trabajo cotidiano, y celebramos la Fiesta del Trabajo. Los trabajadores y sus sindicatos suelen aprovechar este día para hacer sus reivindicaciones en defensa de sus derechos. La Iglesia nos pone, hoy, el ejemplo de san José, el carpintero de Nazaret, que fue un modelo de trabajo para sostener su familia y desarrollar su oficio. Ésta es la forma normal de vivir en este mundo, ganándonos el pan de cada día con el sudor de nuestro trabajo. Los derechos humanos nos dicen que toda persona tiene derecho a un trabajo digno y bien remunerado. Es así como cumplimos con nuestros deberes y nos ganamos el salario que nos corresponde. San Ambrosio dice que «es un homicidio negar a un hombre el salario que necesita para vivir». Hoy, la Iglesia reza por el mundo del trabajo, para que todo trabajador pueda cumplir sus deberes y vivir con dignidad.
El mismo Evangelio nos presenta a Jesús como «hijo del carpintero» (Mt 13,56), en su pueblo de Nazaret donde se crió y donde vivió la mayor parte de los años de su vida terrenal. A pesar de todo, la gente de Nazaret no llegó a conocer la persona de Jesús. Se creían que lo conocían, pero nada sabían de Él. Por esto, no se podían explicar de dónde le venía la sabiduría y el poder de hacer milagros.
Y nosotros, los cristianos, ¿conocemos a Jesús? También somos de su pueblo, del pueblo de Dios, de la Iglesia, y nos podría pasar como a los habitantes de Nazaret, que no lo conocían suficientemente. Si de cualquier persona podemos aprender cosas positivas y buenas, mucho más podemos aprender de Jesús de Nazaret. Escuchando el Evangelio de cada día es la manera como conocemos y aprendemos muchas cosas buenas de Jesús. Es así como enriquecemos nuestra vida y nuestra fe. Pidámoslo a san José, que tan bien supo cuidar y amar a Jesús.
ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO
Este 1 de mayo la Iglesia Católica celebra la fiesta de San José Obrero, que coincide con la conmemoración del Día del Trabajo o Día del Trabajador.
A continuación, compartimos una oración a San José mencionada en la Carta Apostólica Patris corde del Papa Francisco.
Oración a San José Obrero
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
HOY CELEBRAMOS A SAN JOSÉ OBRERO - 1 DE MAYO - PATRÓN DE LOS TRABAJADORES
José Obrero, Santo
Memoria Litúrgica, 1 de mayo
Por: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid
El carpintero de Nazaret
Martirologio Romano: San José Obrero, el carpintero de Nazaret, que con su laboriosidad proveyó la subsistencia de María y de Jesús e inició al Hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Por esta razón, en el día de hoy, en que se celebra la fiesta del trabajo en muchas partes del mundo, todos los obreros cristianos honran a san José como modelo y patrono suyo.
Breve Semblanza
Se cristianizó una fiesta que había sido hasta el momento la ocasión anual del trabajador para manifestar sus reivindicaciones, su descontento y hasta sus anhelos. Fácilmente en las grandes ciudades se observaba un paro general y con no menos frecuencia se podían observar las consecuencias sociales que llevan consigo la envidia, el odio y las bajas pasiones repetidamente soliviantadas por los agitadores de turno. En nuestro occidente se aprovechaba también ese momento para lanzar reiteradas calumnias contra la Iglesia que era presentada como fuerza aliada con el capitalismo y consecuentemente como el enemigo de los trabajadores.
Fue después de la época de la industrialización cuando toma cuerpo la fiesta del trabajo. Las grandes masas obreras han salido perjudicadas con el cambio y aparecen extensas masas de proletarios. También hay otros elementos que ayudan a echar leña al fuego del odio: la propaganda socialista-comunista de la lucha de clases.
Era entonces una fiesta basada en el odio de clases con el ingrediente del odio a la religión. Calumnia dicha por los que, en su injusticia, quizá tengan vergüenza de que en otro tiempo fuera la Iglesia la que se ocupó de prestar asistencia a sus antepasados en la cama del hospital en que murieron; o quizá lanzaron esas afirmaciones aquellos que un tanto frágiles de memoria olvidaron que los cuidados de la enseñanza primera los recibieron de unas monjas que no les cobraban a sus padres ni la comida que recibían por caridad; o posiblemente repetían lo que oían a otros sin enterarse de que son la Iglesia aquellas y aquellos que, sin esperar ningún tipo de aplauso humano, queman sus vidas ayudando en todos los campos que pueden a los que aún son más desafortunados en el ancho mundo, como Calcuta, territorios africanos pandemiados de sida, o tierras americanas plenas de abandono y de miseria; allí estuvieron y están, dando del amor que disfrutan, ayudando con lo que tienen y con lo que otros les dan, consolando lo que pueden y siendo testigos del que enseñó que el amor al hombre era la única regla a observar. Y son bien conscientes de que han sido siempre y son hoy los débiles los que están en el punto próximo de mira de la Iglesia. Quizá sean inconscientes, pero el resultado obvio es que su mala propaganda daña a quien hace el bien, aunque con defectos, y, desde luego, deseando mejorar.
El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero. Una fiesta bien distinta que ha de celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo mundo de la relación con el prójimo basada en el amor: desde el trabajador al empresario y del trabajo al capital, pasando por poner de relieve y bien manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo para alimentarla y a la asistencia social para atenderla, al ocio y a practicar la religión que su conciencia le dicte; además, se recuerda la responsabilidad de los sindicatos para logro de mejoras sociales de los distintos grupos, habida cuenta de las exigencias del bien de toda la colectividad y se aviva también la responsabilidad política del gobernante. Todo esto incluye ¡y mucho más! la doctrina social de la Iglesia porque se toca al hombre al que ella debe anunciar el Evangelio y llevarle la Salvación; así mantuvo siempre su voz la Iglesia y quien tenga voluntad y ojos limpios lo puede leer sin tapujos ni retoques en Rerum novarum, Mater et magistra, Populorum progressio, Laborem exercens, Solicitudo rei socialis, entre otros documentos. Dar doctrina, enseñar donde está la justicia y señalar los límites de la moral; recordar la prioridad del hombre sobre el trabajo, el derecho a un puesto en el tajo común, animar a la revisión de comportamientos abusivos y atentatorios contra la dignidad humana... es su cometido para bien de toda la humanidad; y son principios aplicables al campo y a la industria, al comercio y a la universidad, a la labor manual y a la alta investigación científica, es decir, a todo el variadísimo campo donde se desarrolle la actividad humana.
Nada más natural que fuera el titular de la nueva fiesta cristiana José, esposo de María y padre en funciones de Jesús, el trabajador que no lo tuvo nada fácil a pesar de la nobilísima misión recibida de Dios para la Salvación definitiva y completa de todo hombre; es uno más del pueblo, el trabajador nato que entendió de carencias, supo de estrecheces en su familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador y probablemente tuvo dificultades laborales mayores que muchos de ellos; se le conoce en su tiempo como José «el artesano» y a Jesús se le da el nombre descriptivo de «el hijo del artesano». Y, por si fuera poco, los designios de Dios cubrían todo su compromiso.
Fiesta sugiere honra a Dios, descanso y regocijo. Pues, ánimo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que conlleva compartir lo nuestro con los demás.