4 películas católicas que ayudarán a los niños a descubrir el sentido de la Navidad
POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa
Con el fin de preparar el corazón de los niños para celebrar el nacimiento del Niño Jesús, te presentamos 4 películas en clave de fe que ayudarán a los más pequeños a descubrir el verdadero sentido de la Navidad.
1. La primera Navidad
Un torpe ladrón especializado en Arte Sacro trata de robar una pieza de enorme valor que se expondrá públicamente en un “belén viviente” que prepara con cuidado el P. Valentino.
La persecución acaba con un viaje en el tiempo hasta llegar a Palestina, pocos días antes del nacimiento de Jesús. El ladrón y el sacerdote tendrán que ponerse de acuerdo para encontrar a los protagonistas reales del “belén”, pues es su única posibilidad de volver a casa.
Esta película, conocida en Latinoamérica como “La Estrella de Belén”, narra la historia del burrito Bo, la oveja Ruth y la paloma Dave, que seguirán la estrella que les llevará a ser insospechados héroes y protagonistas de la historia más grande jamás contada: la primera Navidad.
Estos personajes acompañarán en el camino a José y María, que deberán enfrentar varias vicisitudes hasta llegar a Belén.
3. Lukas Storyteller y el verdadero sentido de la Navidad
La Navidad se acerca y Peter, Agnes, Paul y Anna esperan recibir muchos regalos; cuando fueron atrapados en una de sus travesuras son sorprendidos por Lukas, que los llevará a conocer la verdadera historia de la Navidad y cómo el nacimiento del Hijo de Dios cambió nuestros corazones para siempre.
Esta película, basada en el cuento de Frank McCourt, narra la historia de Ángela, que en Nochebuena tiene una idea extraordinaria cuando va a la iglesia con la familia. Al ver al Niño Jesús desabrigado en plena noche fría, la niña emprende una aventura para lograr que el pequeño encuentre un lugar cálido.
El Papa Francisco celebra hoy 52 años de ser ordenado sacerdote
POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa
Crédito: Compañía de Jesús y ACI Prensa - Daniel Ibañez
El 13 de diciembre de 1969, solo cuatro días antes de cumplir 33 años de edad, el jesuita Jorge Mario Bergoglio, ahora convertido en el Papa Francisco, fue ordenado sacerdote por el Arzobispo Emérito de Córdoba (Argentina), Mons. Ramón José Castellano.
Aquel 13 de diciembre, hace 52 años, fue sábado, vísperas del tercer domingo de Adviento. En la liturgia de la Iglesia este día es conocido como el Domingo de Gaudete o Domingo de la Alegría, para muchos el sello del pontificado del Papa Francisco junto con la misericordia.
Según el libro “El jesuita: Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio”, Francisco descubrió su vocación al sacerdocio mientras estaba en camino a celebrar el Día de la Primavera.
Cuando pasó por la iglesia del barrio de Flores para confesarse, recibió una especial inspiración del sacerdote que lo acogió.
En otra oportunidad el Santo Padre contó que inicialmente su madre no apoyó su decisión de entrar al sacerdocio, a pesar de que ella era una católica devota. Sin embargo, cuando fue ordenado, ella aceptó su llamado y pidió su bendición al final de la ceremonia.
Jorge Mario Bergoglio prosiguió su formación como jesuita entre 1970 y 1971 en España. El 22 de abril de 1973 emitió sus profesiones perpetuas en la Compañía de Jesús.
Cuando regresó a Argentina sirvió como profesor en la Facultad de Teología de San José en la localidad de San Miguel (en las afueras de la ciudad de Buenos Aires), rector del Colegio y, a la edad de 36 años, fue designado provincial de Argentina de los jesuitas.
2.- Reconoce tu debilidad: tú solo no puedes alcanzar lo que tanto deseas.
3.- No te acomodes a tu pequeñez: lucha por crecer siempre más, estírate, transciéndete.
4.- No te distraigas, no te entretengas, vive con el alma de puntillas.
5.- Sé persona de grandes deseos: no te conformes con las migajas de la mesa de la esperanza.
6.- Grita, suplica, llora, ora. Apasiónate, crece en el deseo, crece en el amor. El amor engendra deseo y el deseo enciende el amor.
7.- Paciencia y perseverancia. Todo tiene su tiempo para madurar y todo se debe preparar. No seas caprichoso ni ansioso. La esperanza aquilata y capacita.
8.- No duermas. Vigila. No dejes que tu lámpara se apague.
9.- También la fe ha de estar despierta.
10.- Atento a cualquier signo, voz y pisada. Los ojos y los oídos bien abiertos, no vaya a pasar de largo.
¿Puede nacer mi hijo en tu casa? ¿ Me abrirás la puerta? ¿Me abrirás tu corazón?
En un pueblecito vivía una anciana que había cumplido cien años. Les sorprendía dos cosas a sus conocidos: su dentadura bien conservada y que nunca hablaba mal o murmuraba de alguien. Cuando murió la viejita, en la homilía del funeral, el párroco comentó: “Esta buena mujer conservó hasta el final perfectamente sus dientes, porque nunca mordió a nadie”.
En su reflexión sobre la Carta a los Gálatas, el Papa Francisco hizo énfasis sobre la exhortación de San Pablo para “vivir según el Espíritu”. Lo que implica hacerse cargo de las dificultades del otro, y si vemos que alguien comete una falta, en vez de hacer chisme, que le corrijamos con mansedumbre. Según el Espíritu es tener esta dulzura al corregirlo y vigilar para no caer nosotros en esos pecados. Porque, ¡qué fácil es criticar a los otros! Hay gente que parece tener una licenciatura en chismorreo, todos los días critican a los demás, dice el Papa. Es preciso dar espacio a la caridad.
2) Para pensar
Muchas veces se critica sin saber las causas de cierto comportamiento. Así le sucedió a Virgilio, poeta romano autor de grandes obras como la "Eneida". Se cuenta que gastó mucho dinero para el entierro de una mosca que, decía él, había sido su fiel mascota por años.
El cortejo fue acompañado por más de cincuenta músicos, plañideras que lloraban; el cadáver fue depositado en un pequeño mausoleo construido en medio de las tierras propiedad de Virgilio. No faltó una pequeña lápida con epitafio: "MVSCA. Sit tibi vrna levis et molliter ossa quiescant", o sea, "Mosca. Te sea leve esta urna y descansen en ella tus huesos". Se sirvieron exquisitos vinos y manjares, Virgilio recitó sentidos poemas y sus amigos discursos laudatorios.
Muchos criticaron al poeta, dijeron que estaba loco de remate. Desconocían el plan pensado por el poeta. Al morir Julio Cesar, se había formado un segundo triunvirato entre Marco Antonio, Octavio y Lépido. Quienes pensaban emitir un decreto para expropiar las tierras de terratenientes para repartirlas a los soldados. Solo se exceptuarían los terrenos en los que hubiera tumbas (no se decía que tuviera que ser de personas), pues eran terrenos sagrados. Virgilio, enterado del peligro sobre sus tierras, se apresuró para hacer un entierro público y notorio de su querida "Mosca", para que supieran que sus tierras ahora eran sagradas y a salvo de la expropiación. Su plan surtió los efectos deseados.
3) Para vivir
Ahora en el tiempo de Adviento, podemos proponernos vivir según el Espíritu, como aconseja el Papa Francisco. Ello implica creer en Jesús e ir por su camino, evitando el camino opuesto, el del egoísmo, orgullo, envidias, prejuicios, hipocresías, rencores, el de buscar el propio interés… El camino de Cristo es un camino maravilloso pero fatigoso. Empieza en el Bautismo y dura toda la vida. Como en una excursión a la montaña: es fascinante, pero requiere esfuerzo y tenacidad.
Cuando tengamos la tentación de juzgar mal a los otros, debemos reflexionar sobre nuestra fragilidad y no seguir el camino fácil del chismorreo. Y si es necesario hacer una corrección, seguir la regla suprema del amor: querer el bien de los demás.
El Papa Francisco propone este "compromiso concreto" como preparación para la Navidad
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
Antes de rezar el Ángelus ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro este domingo 12 de diciembre, tercer Domingo de Adviento, el Papa Francisco alentó a vivir este “compromiso concreto” como preparación para la celebración de la Navidad, el nacimiento del Señor Jesús.
El Santo Padre alentó a cada uno de los fieles a preguntarse “¿qué puedo hacer concretamente? Estos días, mientras nos acercamos a la Navidad. ¿Cómo puedo hacer mi parte?”.
“Hagamos un compromiso concreto, aunque sea pequeño, que se adapte a nuestra situación de vida, y llevémoslo a cabo para prepararnos para esta Navidad”, alentó.
El Papa señaló como ejemplo que “puedo llamar a esa persona a solas, visitar a esa persona mayor o enferma, hacer algo para servir a una persona pobre, a alguien necesitado”.
“Tal vez tenga un perdón que pedir o un perdón que dar, una situación que aclarar, una deuda que pagar. Quizás descuidé la oración y después de mucho tiempo es hora de acercarme al perdón del Señor”, dijo.
“Hermanos y hermanas, busquemos algo concreto y ¡hagámoslo! Que nos ayude la Virgen, en cuyo seno Dios se hizo carne”, expresó.
El Papa Francisco señaló que el Evangelio de este tercer Domingo de Adviento, tomado del capítulo 3 del Evangelio según San Lucas, “presenta a varios grupos de personas -multitudes, recaudadores de impuestos y soldados- que se conmueven con la predicación de Juan el Bautista y luego le preguntan: ‘¿Qué debemos hacer?’”.
“¿Qué debemos hacer? Ésta es la pregunta que hacen. Detengámonos un momento en esta pregunta”, dijo.
Esta pregunta, dijo, no surge “del sentido del deber”, sino que “es el corazón tocado por el Señor, es el entusiasmo por su venida lo que nos lleva a decir: ¿qué debemos hacer?. Juan dice: ‘El Señor está cerca’ - ‘¿Qué debemos hacer?’”.
“Pongamos un ejemplo: creemos que una persona querida viene a visitarnos. La esperamos con alegría, con impaciencia. Para recibirla como es debido limpiaremos la casa, prepararemos el mejor almuerzo posible, tal vez un regalo”, señaló.
El Santo Padre indicó que “así es con el Señor, el gozo de su venida nos hace decir: ¿qué debemos hacer? Pero Dios eleva esta pregunta al más alto nivel: ¿qué hacer con mi vida? ¿A qué estoy llamado?”.
“Al sugerir esta pregunta, el Evangelio nos recuerda una cosa importante: la vida tiene una tarea para nosotros. La vida no carece de sentido, no se deja al azar. ¡No! Es un regalo que el Señor nos da al decirnos: ¡descubre quién eres y trabaja duro para hacer realidad el sueño que es tu vida!”.
El Papa subrayó que “cada uno de nosotros, no lo olvidemos, es una misión que cumplir. Entonces, no tengamos miedo de preguntarle al Señor: ¿qué debo hacer?”.
“Cuando se le pregunta ‘¿qué debemos hacer?’, en el Evangelio siguen las respuestas de Juan el Bautista, que son diferentes para cada grupo”, señaló.
“Juan, de hecho, recomienda a quienes tienen dos túnicas para compartir con quienes no las tienen; a los recaudadores de impuestos, que recaudan impuestos, les dice: ‘No exijas nada más de lo que se te ha fijado’; y a los soldados: ‘No maltraten ni extorsionen a nadie’”.
El Papa Francisco destacó que “a cada uno se le dirige una palabra específica, que se refiere a la situación real de su vida. Esto nos ofrece una enseñanza preciosa: la fe se materializa en la vida concreta. No es una teoría abstracta”.
“La fe no es una teoría abstracta, una teoría generalizada, no, la fe toca la carne y transforma la vida de todos”.
“Pensemos en la concreción de nuestra fe. Yo, mi fe: ¿es algo abstracto o es concreto? ¿Lo llevo adelante al servicio de los demás, para ayudar?”, expresó.
1ª Lectura (Sof 3,14-18a): Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel; regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén. El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temerás mal alguno. Aquel día dirán a Jerusalén: «¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!». El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta.
Salmo responsorial: Is 12
R/. Gritad jubilosos, porqué es grande en medio de ti el Santo de Israel.
«Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación». Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
«Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso».
Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: porque es grande en medio de ti el Santo de Israel.
2ª Lectura (Flp 4,4-7): Hermanos: Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Versículo antes del Evangelio (Is 61,1): Aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 3,10-18): En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «Pues ¿qué debemos hacer?». Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo». Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?». Él les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado». Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada».
Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga». Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva.
«Viene el que es más fuerte que yo»
+ Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I.
(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy la Palabra de Dios nos presenta, en pleno Adviento, al Santo Precursor de Jesucristo: san Juan Bautista. Dios Padre dispuso preparar la venida, es decir, el Adviento, de su Hijo en nuestra carne, nacido de María Virgen, de muchos modos y de muchas maneras, como dice el principio de la Carta a los Hebreos (1,1). Los patriarcas, los profetas y los reyes prepararon la venida de Jesús.
Veamos sus dos genealogías, en los Evangelios de Mateo y Lucas. Él es hijo de Abraham y de David. Moisés, Isaías y Jeremías anunciaron su Adviento y describieron los rasgos de su misterio. Pero san Juan Bautista, como dice la liturgia (Prefacio de su fiesta), lo pudo indicar con el dedo, y le cupo —¡misteriosamente!— hacer el Bautismo del Señor. Fue el último testigo antes de la venida. Y lo fue con su vida, con su muerte y con su palabra. Su nacimiento es también anunciado, como el de Jesús, y es preparado, según el Evangelio de Lucas (caps. 1 y 2). Y su muerte de mártir, víctima de la debilidad de un rey y del odio de una mujer perversa, prepara también la de Jesús. Por eso, recibió él la extraordinaria alabanza del mismo Jesús que leemos en los Evangelios de Mateo y de Lucas (cf. Mt 11,11; Lc 7,28): «Entre los nacidos de mujer no hay nadie mayor que Juan Bautista». Él, frente a esto, que no pudo ignorar, es un modelo de humildad: «No soy digno de desatarle la correa de sus sandalias» (Lc 3,16), nos dice hoy. Y, según san Juan (3,30): «Conviene que Él crezca y yo disminuya».
Oigamos hoy su palabra, que nos exhorta a compartir lo que tenemos y a respetar la justicia y la dignidad de todos. Preparémonos así a recibir a Aquel que viene ahora para salvarnos, y vendrá de nuevo a «juzgar a los vivos y a los muertos».
Más de 1400 fotografías y más de 1400 veladoras han sido colocadas en el interior de la Basílica de Guadalupe como signo de la presencia de los fieles en los festejos a Nuestra Santísima Madre. Estas fotografias y veladoras fueron ofrecidas por los fieles que visitaron el santuario desde el pasado mes de noviembre.
Una bella oración para consagrarse a la Virgen de Guadalupe
Redacción ACI Prensa
La devoción a la Virgen de Guadalupe tiene muchísimos devotos en todo el mundo, especialmente en México, donde se apareció en 1531; y en América, continente del que es Emperatriz.
En este 2021 solo México celebra su solemnidad este domingo 12 de diciembre por una concesión del Vaticano, ya que prevalece la celebración del tercer Domingo de Adviento o Domingo de la Alegría.
Sin embargo, y por el gran cariño que le tienen los fieles, habrá más de un sacerdote u obispo que recuerde fuera de México a la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre, y oriente su reflexión al también llamado Domingo de Gaudete, en el que se expresa la alegría de la Iglesia porque Jesús ya está cerca.
En 2020, y cuando se vivía la cuarentena ante la pandemia en muchos lugares del mundo, el Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, lideró un triduo en honor a la Virgen de Guadalupe y ofreció una bella oración de consagración que mantiene toda su actualidad.
“Recibamos a María, Santa María de Guadalupe en nuestro hogar, recemos la oración de consagración en esta visita de nuestra madre, que la vamos a concluir con el rezo del Ave María y también del ‘Bajo tu amparo’”, indicó entonces el Purpurado.
A continuación la Oración de Consagración a la Virgen de Guadalupe:
Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En estos momentos, como Juan Diego sintiéndonos pequeños y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.
Gracias por visitar nuestro hogar. Te suplicamos que te quedes entre nosotros acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión.
Alcánzanos de Tu Hijo la salud y la esperanza, la fortaleza y la serenidad, que nuestros temores se transformen en alegría.
Santísima Virgen María, gran misionera de nuestros pueblos, sé caricia maternal que conforte a los enfermos, y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Se reza un Ave maría
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen, gloriosa y bendita!
Oración familiar para el Tercer Domingo de Adviento 2021
Redacción ACI Prensa
El Tercer Domingo de Adviento es el domingo de “Gaudete”, que en latín quiere decir “alégrense” o “estad alegres”. Se trata de un domingo especial dentro de este tiempo de espera y preparación, en el que los cristianos tomamos conciencia de que la venida del Señor está cada vez más cerca. Por eso, como símbolo de que estamos alegres, hoy vamos a encender la vela rosada de la Corona de Adviento. Esta “preanuncia” la alegría mesiánica por la llegada del Salvador.
Nos disponemos para rezar:
Te recomendamos poner la corona de Adviento en un lugar especial de la casa, en torno al cual podamos reunirnos todos los miembros de la familia. Al lado de la corona se puede colocar alguna imagen de la Virgen, procurando iluminar el ambiente con una luz cálida, no muy fuerte, que favorezca el espíritu de recogimiento.
Se debe nombrar un MONITOR principal, que puede ser el papá o la mamá, para que dirija la oración; así como designar un LECTOR (o lectores, según se desee, para distribuir las distintas partes de la oración, de manera que puedan participar el mayor número de personas). Los demás participarán con sus respuestas, cantando o haciendo peticiones.
Las velas correspondientes a los dos domingos anteriores deben encenderse antes de iniciar la oración familiar. Luego, en el momento indicado durante la liturgia, uno de los participantes encenderá la tercera vela (rosada).
Te sugerimos leer el texto de la oración previamente.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR:
Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros. Empecemos nuestra oración cantando VEN PRONTO SEÑOR (u otro canto apropiado).
TODOS CANTAN:
¡Oh Pastor de la Casa de Israel!,
trae a tu pueblo la ansiada salvación.
Verbo Eterno de la boca del Padre,
fuiste anunciado por labios de profeta.
¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR! (2v)
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR! (2v)
El clamor de los pueblos se levanta.
Hijo de David, las naciones te esperan.
Queremos la llegada de tu Reino.
Ven a liberar del pecado a los pueblos.
Emmanuel, Salvador de las naciones,
eres esperanza del pueblo peregrino.
Sol naciente, esplendor de la justicia,
Tú nos salvarás con tu brazo poderoso.
Esperanza de una Mujer humilde:
Ella es la Virgen que pronto dará a luz.
Silenciosa, espera al Salvador:
llega ya la hora de la liberación.
MONITOR:
Hoy, vamos a encender la tercera vela de nuestra Corona de Adviento. El Señor está más cerca de nosotros y su luz nos ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón, muchas veces en tinieblas, a la luz admirable de su amor.
LECTOR:
Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:
«La gente le preguntaba: "Pues ¿qué debemos hacer?". Y él les respondía: "El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo". Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: "Maestro, ¿qué debemos hacer?" Él les dijo: "No exijáis más de lo que os está fijado". Preguntáronle también unos soldados: "Y nosotros ¿qué debemos hacer?". Él les dijo: "No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada". Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos diciendo: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga". Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva».
MONITOR:
Mientras encendemos la tercera vela de nuestra corona cantemos HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado):
TODOS CANTAN:
(Una persona enciende la tercera vela mientras se entona el canto, de ser posible durante la tercera estrofa)
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA
EN LA CORONA DE ADVIENTO,
QUE ARDA NUESTRA ESPERANZA
EN EL CORAZÓN DESPIERTO
Y AL CALOR DE LA MADRE
CAMINEMOS ESTE TIEMPO.
Un primer lucero se enciende
anunciando al Rey que viene
preparad corazones,
allánense los senderos.
Crecen nuestros anhelos al ver
la segunda llama nacer.
Como dulce rocío vendrá
el Mesías hecho Niño.
Nuestro gozo hoy quiere cantar
por ver tres luceros brillar
con María esperamos al Niño
con alegría.
MONITOR:
Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación. Entonemos un canto a María (puede ser otro canto u oración mariana):
TODOS CANTAN:
Junto a ti María.
como un niño quiero estar,
tómame en tus brazos
guíame en mi caminar.
Quiero que me eduques,
que me enseñes a rezar,
hazme transparente,
lléname de paz.
MADRE, MADRE,
MADRE, MADRE.
MADRE, MADRE,
MADRE, MADRE.
Gracias Madre mía
por llevarnos a Jesús,
haznos más humildes
tan sencillos como Tú.
Gracias Madre mía
por abrir tu corazón,
porque nos congregas
y nos das tu amor.
MONITOR:
Elevemos libremente nuestras intenciones a Dios y respondamos a cada una de ellas diciendo: VEN, JESÚS, NO TARDES.
(Peticiones libres)
Recemos ahora un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.