Escuchar a los jóvenes y recuperar su confianza: así transcurrió el comienzo del Sínodo
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media
El deseo de acompañar a los jóvenes, de escucharlos y de ser un punto de apoyo para ellos en su proceso de crecimiento humano y vocacional ha centrado las primeras sesiones de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que contó con la presencia del Papa Francisco.
Así lo señaló el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano a Paolo Ruffini ante los medios de comunicación este jueves 4 de octubre en una conferencia de prensa en el Vaticano al finalizar la 2ª Congregación General del Sínodo.
Según explicó, en esta 2ª sesión han participado 25 Padres Sinodales y el tema de la escucha fue una constante en todas ellas. No en vano, los trabajos del Sínodo se han organizado en una estructura de 3 partes, siendo la primera dedicada a la Iglesia en escucha de la realidad, que se alargará durante esta primera semana del Sínodo. Las otras dos son “interpretar” y “escoger”.
En las intervenciones de los 25 padres sinodales se habló sobre el problema del descarte, sobre la credibilidad de la Iglesia (cómo ser creíbles para los jóvenes), sobre la afectividad y la sexualidad, sobre la vocación en sentido amplio (sin reducirla sólo al ámbito religioso).
También se habló de la necesidad de recuperar la capacidad de escucha y de recuperar la paternidad de la Iglesia. Se ha reflexionado sobre la familia como lugar de la fe; sobre cómo los jóvenes viven la propia religiosidad; sobre cómo se puede hacer para que las religiones permanezcan abiertas al diálogo y al testimonio.
Se habló, además, de la capacidad de profecía de los jóvenes, de su capacidad de mirar al futuro. Se habló del perdón de la Iglesia cuando no ha estado a la altura de sus compromisos. Se ha abordado la temática de los abusos. Se ha hablado de la necesidad de la Iglesia de ser empática, de las relaciones entre diferentes generaciones.
Paolo Ruffini comentó que durante las intervenciones “el clima era muy participativo. Se ha prestado gran atención a los participantes que no eran Padres Sinodales”.
El tema de los abusos también estuvo presente en los debates, “se ha tratado en algunas intervenciones, pero no en todas”. Por lo tanto, no ha sido “el tema”. “Se trató el tema de los abusos, pero también se trató el tema de la acogida de los migrantes. Los migrantes, de hecho, son casi todos jóvenes”.
Por otra parte, también se prestó atención a cómo debe ser la pastoral juvenil, y se señaló “que no debe ser un intento de domesticar”.
“He percibido en todas las intervenciones un constante deseo de soñar junto con los jóvenes, de intentar mirar el mundo con los ojos de los jóvenes”, concluyó el Prefecto.
Junto a él estaba presente también en la Sala de Prensa del Vaticano Mons. Carlos José Tissera, Padre Sinodal electo por la Conferencia Episcopal Argentina y Obispos de Quilmes.
Ante los periodistas presentes, recordó que “América Latina es el continente que acoge a la mayoría de los cristianos”.
Aseguró que “este Sínodo es un momento privilegiado para la Iglesia”. “Es una oportunidad para todos. Para la Iglesia es una oportunidad de rejuvenecernos, porque envejecemos cuando perdemos la fuerza del Evangelio. Por lo tanto, es una oportunidad de rejuvenecernos con la ayuda de los jóvenes, que no son una amenaza, sino una bendición de Dios”.
“Estamos aquí para escuchar profundamente los clamores de la juventud de todo el mundo. Hay que caminar con un oído en el pueblo y con otro en el Evangelio, y en este caso, con un oído en los jóvenes y otro en el Evangelio”, subrayó.
En este sentido, señaló que uno de los retos es “provocar el encuentro entre Jesús y los jóvenes de hoy, y nosotros, como cualquier cristiano, somos un intermediario”.
Aclaró que cuando los Padres Sinodales hablan de “la llamada” a los jóvenes, del discernimiento vocacional, no es únicamente una referencia a la llamada al sacerdocio, sino que es una llamada “a vivir, a seguir, el camino de Jesús”.
Sobre el acento que se está poniendo en la necesidad de escucha, afirmó que “hay que escuchar a esos jóvenes para hacerles entender que Dios los ama. Los jóvenes no están perdidos, quizás la que está perdida es la sociedad que no les abre las puertas. Por lo tanto, estos días estamos escuchando”.