viernes, 21 de septiembre de 2018

HOY HACE 100 AÑOS EL PADRE PÍO RECIBIÓ LOS ESTIGMAS


Hoy hace 100 años el Padre Pío recibió los estigmas
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
Padre Pío. Foto: Isabel Díaz / ACI Prensa




El 20 de septiembre de 1918, exactamente hace 100 años, el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo.

El relato de la aparición de los estigmas lo hizo el mismo Padre Pío un año después, en 1921, y está contenido en un libro escrito por el italiano Francesco Castelli titulado “El Padre Pío bajo interrogatorio: La autobiografía secreta”.

"El 20 de septiembre de 1918 luego de la celebración de la Misa mientras estaba en el debido agradecimiento en el Coro repentinamente fui presa de un temblor, luego me llegó la calma y vi a Nuestro Señor en la actitud de quien está en la cruz, pero no vi si tenía la cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él que son sus favoritos".

En esto, continuó el Padre Pío "se manifestaba que Él sufría y deseaba asociar las almas a su Pasión. Me invitaba a compenetrarme en sus dolores y a meditarlos: y al mismo tiempo ocuparme de la salud de los hermanos. En seguida me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: 'te asocio a mi Pasión'. Y en seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos de los que salía sangre. No los tenía antes".

El relato del Padre Pío se dio en respuesta a algunas de las 142 preguntas que le hizo Mons. Carlo Raffaelle Rossi en 1921 por encargo del Santo Oficio, un dicasterio vaticano que años después se convertiría en la actual Congregación para la Doctrina de la Fe.

Mons. Rossi, explica Castelli, también examinó cada una de las heridas del Padre Pío y le iba preguntando algunos detalles.

El Obispo, que años después se convertiría en cardenal, pudo apreciar cómo la llaga del costado, por ejemplo, "cambiaba frecuentemente de aspecto y en ese momento había asumido una forma triangular, nunca observada antes. Sobre las llagas el Padre Pío me daba respuestas precisas y detalladas explicando además que las llagas de los pies y del costado tenían un aspecto iridiscente".

Tras el examen, el Prelado escribió que “los estigmas en cuestión no son ni obra del demonio ni un grueso engaño, ni un fraude, ni un arte malicioso o malvado; menos producto de la sugestión externa, ni tampoco las considero efecto de sugestión".

La investigación de Mons. Rossi comenzó el 14 de junio de 1921 y duró ocho días, tras lo cual pudo comprobar que los elementos distintivos "de los verdaderos estigmas se encontrarían en los del Padre Pío".

Además el Prelado pudo oler un perfume especial que emanaban las heridas, hecho que ayudaba a comprobar el hecho como cierto.

Mons. Rossi escribió también que el Padre Pío era muy gentil; muy amado por sus superiores por ser "gran ejemplo y no murmurador"; dedicaba entre 10 y 12 horas al día a confesar y celebraba Misa "con extraordinaria devoción".


Los estigmas

Los estigmas son las llagas que Cristo sufrió en la crucifixión: dos en los pies, dos en las manos y una en el costado; que han aparecido en algunos místicos.

Si bien los estigmas son heridas, el punto de vista médico difiere con esta definición ya que no cicatrizan, ni siquiera cuando son curados; no se infectan ni se descomponen, no degeneran en necrosis, no tienen mal olor, y sangran constante y profusamente.

Los estigmas, además, son la reproducción exacta de las llagas de Jesús, según los estudios de la Sábana Santa o Síndone que según la tradición habría envuelto el cuerpo de Cristo.

Para reconocer los estigmas como válidos o reales, la Iglesia exige algunas condiciones precisas: deben aparecer todos al mismo tiempo, deben provocar una importante modificación en los tejidos, deben mantenerse inalterados y deben carecer de infecciones o cicatrización.

Según la Enciclopedia Católica los estigmatizados son alrededor de 60, entre santos y beatos. Algunos de los más famosos son San Francisco de Asís, Santa Catalina de Siena (quien rezó a Dios para que no fueran visibles), Santa Catalina de Ricci, Santa Juan de Dios, la Beata Anne Catherine Emmerich, entre otros.

EL SUEÑO DE UNA ORUGA


El sueño de una oruga  



Una pequeña oruga caminaba un día en dirección al sol.  Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes.
-¿Hacia dónde te diriges? - le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
-Tuve un sueño anoche: soñé que desde la cima de la gran montaña yo miraba todo el valle.  Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amiga se alejaba:
-¡Debes estar loca!, ¿cómo podrás llegar hasta aquel lugar?  Tú, ¡una simple oruga!  Una piedra será una montaña, un pequeño charco, un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero la oruga ya estaba lejos y no lo escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse.  De pronto se oyó la voz de un escarabajo:
-¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?

Sudando, la oruguita le dijo jadeante:
-Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir a esa montaña y desde ahí contemplar todo nuestro mundo.

El escarabajo no pudo contener la risa, soltó la carcajada y luego dijo:
-Ni yo, con mis grandes patas, intentaría realizar algo tan ambicioso...  Y se quedó en el suelo, muerto de risa, mientras la oruga continuaba su camino, avanzado unos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana, la flor... y todos los que fue encontrando en su camino, le aconsejaron a nuestra amiga desistir:
-¡No lo lograrás jamás!- le dijeron; pero un impulso irresistible en su interior, obligaba a la oruga a seguir.

Y así lo hizo hasta que, agotada, sin fuerzas, se sintió morir, por lo que decidió parar a descansar, no sin antes construir, con un último esfuerzo un lugar donde pernoctar. 
-Estaré mejor-, fue lo último que dijo y dentro de su refugio, murió.

Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más loco del mundo, había construido un monumento a la insensatez como tumba, un duro refugio, digno de alguien que murió por querer realizar un sueño irrealizable, a todas luces.

Una mañana, en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.

De pronto quedaron atónitos, pues aquella especie de caparazón dura comenzó a resquebrajarse y vieron, con asombro, unos ojos y unas antenas que no podían ser, en ningún caso, de la oruga que había muerto.

Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo unas hermosas alas arco iris pegadas al minúsculo cuerpecito de una mariposa quien, lentamente, fue abriéndolas, mostrándolas en todo su esplendor.

Todos contemplaron impactados un impresionante y bello ser alado y comprendieron que bien podría, con facilidad, realizar el sueño de la pequeña oruga, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir: ¡Llegar hasta la cima de la montaña!

Dios nos ha creado para realizar un sueño; vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas, y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 21 SEPTIEMBRE 2018

Lecturas de hoy San Mateo, apóstol y evangelista
 Hoy, viernes, 21 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
 (4,1-7.11-13):

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18,2-3.4-5 

R/. A toda la tierra alcanza su pregón

El cielo proclama la gloria de Dios, 
el firmamento pregona la obra de sus manos: 
el día al día le pasa el mensaje, 
la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien, 
sin que resuene su voz, 
a toda la tierra alcanza su pregón 
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,9-13):

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes,
 21 de septiembre de 2018
CR


Hace ta algunos años escuchaba un programa de televisión con motivo de la beatificación de Escrivá de Balaguer. Como siempre en esos programas de debate, los responsables habían intentado que entre los participantes hubiese unos que estuviesen a favor y otros en contra. El programa se desarrollaba según lo previsto. Hasta que uno de los que estaban en contra comenzó a sacar algunas historias de juventud de Escrivá de Balaguer. Intentaba desautorizar así la beatificación. Si había hecho aquellas cosas, no merecía semejante premio.

Lo curioso fue que entonces intervino un teólogo, llamado allí precisamente por ser de los de en contra. Dijo, con muy buen tino, que lo que hubiese hecho Escrivá de Balaguer en su juventud tenía relativamente poca importancia, que la santidad no es algo con lo que se nace sino algo que se va haciendo poco a poco, a base de entrega, de encuentro con Jesús, de asimilar la buena nueva del Evangelio en la propia vida. Por eso decía aquel teólogo que era relativamente poco importante lo que hubiese hecho en su juventud Escrivá, que lo importante era ver el proceso y cómo había terminado.

Lo dicho se puede aplicar perfectamente a Mateo, el apóstol y evangelista que hoy celebramos. Era un publicano cuando Jesús se lo encontró. Para entendernos, uno que había hecho el juego a los romanos invasores y colaboraba con ellos en la recaudación de impuestos. Hoy cualquiera diría que los funcionarios de Hacienda no son necesariamente malos, que tienen una profesión que es un servicio a la sociedad. Un servicio necesario. Pero no era así en aquella época. Los romanos subcontrataban el cobro de los impuestos a los publicanos. Y no se preocupaban más. Estos abusaban del pueblo porque del mismo cobro de impuestos sacaban su beneficio. Mateo era uno de estos. Uno de los explotadores que se aprovechaban de la situación para hacerse ricos a costa de los demás. Pero Jesús vino a llamar a los pecadores. Cuando Mateo se encontró con Jesús, se le abrió la puerta a una vida nueva. Escuchó el “sígueme” de Jesús y lo siguió. ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a cambiar de vida? ¿O vamos a dejar que Jesús pasé de largo sin escucharle?

FELIZ VIERNES




jueves, 20 de septiembre de 2018

POSEÍDO POR EL ESPÍRITU SANTO


Poseído por el Espíritu Santo



“El Espíritu Santo está presente tanto hoy como en tiempos de Jesús y los Apóstoles... está y actúa, llega antes que nosotros, trabaja más y mejor que nosotros. A nosotros no nos toca ni sembrarlo, ni despertarlo, sino ante todo reconocerlo, recibirlo, secundarlo, abrirle camino, seguirlo” (Carlos Martini). Una anécdota que pasó en la península de Athos, poblada de monjes.

Cuando se llegaba a la puerta de su eremitorio, el padre Serafín tenía la costumbre de observar al recién llegado de la manera más impertinente, de la cabeza a los pies, durante cinco largos minutos, sin dirigirle ni una palabra. Aquéllos a quienes ese examen no hacía huir, podían escuchar el  áspero diagnóstico del monje: “En usted no ha descendido más abajo del mentón. De usted, no hablemos. Ni siquiera ha entrado. Usted... no es posible... ¡qué maravilla! Ha bajado hasta sus rodillas...” Hablaba del Espíritu Santo y de su descenso más o menos profundo en el hombre.

Así es como juzgaba la santidad de alguien: según el grado de ser poseído por el Espíritu. El hombre perfecto, el hombre transfigurado era para él, el habitado todo entero por la presencia del Espíritu Santo de la cabeza a los pies. "Esto no lo he visto –decía– sino una vez”. Trata de dejar al divino Espíritu un amplio espacio en tu vida.

* Enviado por el P. Natalio

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 8


FRENTE AL SEMAFORO
Semáforo 08
  LA MÁS HERMOSA AVENTURA: EL SEMINARIO   


“¡Pobre juventud! ¡Qué fácil es naufragar! Dichoso el que estuvo en peligro entre las oleadas y pudo llegar a la orilla”. 
(San José Marello)   





Año de 1856, es el tiempo a la preparación a las guerras para la independencia italiana. Italia estaba llena de muchachos que soñaban con la independencia y la unidad de Italia, colaborando con sus ensueños juveniles.   

La víspera de la fiesta de todos los santos dejaba el Marello su pueblecito todavía envuelto en las primeras neblinas del otoño y entraba en el seminario menor de Asti; tenía doce años.    Fue el día de la celebración de su victoria, lleno de alegría y de sueño, como tiene naturalmente todo muchacho que se encamina hacia la más fantástica misión: llevar Dios a los hombres y llevar los hombres a Dios.   

Mientas tango tenía que prepararse, porque las grandes empresas necesitan una gran preparación de la inteligencia y del corazón. Fueron años cargados de estudio y alegría. José nunca renunciará a sus características: empeño y alegría.   Pero no fueron años fáciles. En efecto, en marzo del año 1859, los seminaristas tuvieron que dejar el local del seminario, que fue trasformado en hospital militar para los heridos de guerra y tuvieron que buscarse casas particulares donde recibir, mientras les daban las clases en la residencia del obispo.   Fue un gran perjuicio, porque les falto ese conjunto de seguridades y ayudas que da el vivir en comunidad con los compañeros del seminario.  

 A la edad de 15-18 años es de gran ayuda el vivir con un grupo homogéneo, con los mismos deseos e ideales , y protegidos, ayudados por la presencia de los superiores, el horario, el estudio y la oración en común, los recreos bulliciosos: todas esas cosas que solo la vida en grupo  de un seminario puede dar. José descubrió esta verdad, cuando le toco vivir fuera del seminario y le faltó el cerco de protección.   

QUÉ SIGNIFICA TENER FE?


¿Qué significa tener fe?
Poner toda nuestra vida en las manos de Dios, totalmente, sin condiciones ni reservas


Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente: ConMasGracia.org 




Charles Blondin fue un famoso equilibrista de cuerda floja y acróbata francés. Uno de sus actos más reconocidos fue cuando cruzó las cataratas del Niágara sobre una cuerda suspendida a una altura de 48 metros sobre el agua y una longitud de 335 metros. Acto que realizó por primera vez en 1859.

Después de aquella primera vez, continúo haciéndolo varias veces más, pero cada vez iba aumentando el grado de dificultad con actos variados. Primero, con los ojos vendados, luego, dentro de una bolsa y finalmente lo cruzó en zancos. Incluso, en una ocasión, se sentó a la mitad de la cuerda para cocinar y comer su almuerzo.

En una de esas ocasiones, miembros de la familia real de Inglaterra decidieron acudir a  ver su acto. Era un duque junto con sus dos hijos. Esa mañana, cruzaría la cuerda arrastrando una carretilla. De inicio, lo hizo sin nada sobre ella; para luego, colocar una bolsa de papas, fue todo un éxito. Los aplausos de la gente no dejaban de sonar.

Luego, Blondin bajó hasta donde se encontraba la familia real y le preguntó al duque: Señor, ¿cree usted que yo podría cruzar a un hombre sobre esta carretilla hasta el otro lado del río?– ¡Sin duda alguna, claro que sí! Le dijo el duque. Pues lo invito a subir a usted, ¿Qué dice? Le dijo Blondin.

De inmediato se escuchó al unísono una expresión de sorpresa de toda la audiencia. Nadie podría creer lo que acababa de pasar. El duque, por su parte, se quedó frío y se puso muy nervioso, después de un momento, negó aquella invitación.





Entonces Blondin, luego de escuchar la negativa del duque, se volvió a la gente que estaba allí y dijo: ¿Hay alguien entre ustedes que crea que pueda hacerlo? El silencio inundó el lugar, todos se miraban entre sí pero nadie se ofrecía a ser parte de ese acto.

Después de un momento, se escuchó una voz: ¡Yo sí creo!  Y de entre toda la multitud salió una mujer muy anciana. Subió  entonces a la carretilla y fue llevada por el equilibrista hasta el otro lado y luego de regreso. Esa mujer era la madre de Blodin, la única dispuesta a poner su vida en las manos de aquel hombre.

Con esta historia podemos ejemplificar el significado de la fe. Es poner toda nuestra vida en las manos de Dios, totalmente, sin condiciones ni reservas. Ya nos dice San Pablo: “La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver.” (Hebreos, 11, 1) y como esa mujer, hay que atrevernos a ponemos toda nuestra confianza en aquel que con seguridad nos llevará del otro lado del camino.

“Quien tiene fe tiene la vida eterna, tiene la vida. Pero la fe es un don, es el Padre que nos la da” nos dice el Papa Francisco. Y si, la fe es el único camino para llegar a Dios, para alcanzar la vida eterna. Es tener la certeza de que no vamos solos, sino que Él camina con nosotros.  ¿Te atreves a dejar tu vida en sus manos?

DOS ANIVERSARIOS DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA



Dos aniversarios del Padre Pío
Han pasado cien años del momento extraordinario de su estigmatización y cincuenta de su muerte.


Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: miguelfuentes.teologoresponde.org 




El lunes 23 de setiembre de 1968, a las 2:30 de la madrugada, hundido en el sillón de su habitación y vestido con su hábito franciscano, mientras sostenía entre sus dedos la corona del rosario, Francisco Forgione, de nombre religioso Pío de Pietrelcina, inclinó la cabeza sobre el pecho y entregó su alma al Creador. A su alrededor, el superior, P. Carmelo de San Giovanni in Galdo, su ayudante el P. Pellegrino, su confesor, el P. Raffaele de S. Elia a Pianisi, y otros, lloran. El Dr. Giuseppe Gusso, presente al momento del traspaso, lo definió “el más sereno, el más dulce” que jamás viera. Ha pasado medio siglo.

Tres días antes, el viernes 20 de septiembre, sus hijos espirituales cubrieron el altar mayor de la antigua iglesia y rodearon el crucifico del coro con cincuenta rosas rojas, tras lo cual asistieron silenciosos a la Misa celebrada por el padre con especial devoción y silencio. El 30 de mayo de 1918, el P. Pío se había ofrecido como víctima por los pecadores para que acabase la guerra que azotaba gran parte de Europa. El 20 de septiembre de ese mismo año Jesús crucificado se le apareció y le dijo: “Te asocio a mi Pasión”, y lo estigmatizó. Un mes y medio más tarde, el 11 de noviembre, se firmaba el armisticio de Compiègne que daba por terminada la Primera Guerra Mundial. Las rosas rojas conmemoraban las llagas del capuchino. Eran cincuenta, una por cada año que llevaba asociado al Gran Crucificado del Calvario, pagando su cuota de dolor por los pecados de los hombres. En julio de 1968, los estigmas habían comenzado a cerrarse sin dejar signo alguno. Primero los del dorso de las manos, después, gradualmente todos los demás. Ya no los necesitaba porque el Padre Pío estaba llegando a puerto.

Han pasado cien años del momento extraordinario de su estigmatización y cincuenta de su muerte. Pero todavía estamos lejos de comprender el misterio en que Dios envolvió al P. Pío. Es demasiado grande para nuestras inteligencias. No somos capaces de comprender ninguna de las claves que nos abrirían su secreto: ni la grandeza del amor de los santos, ni la hondura oscura del pecado del hombre, ni el misterio redentor de la Cruz. Al Padre Pío solo podemos acercarnos apenas un poco. Con respeto y pidiendo luces a Dios. Porque el misterio de este sacerdote, probablemente el único sacerdote estigmatizado de la historia, tiene mucho que mostrarnos sobre nuestro propio misterio personal. Con esa intención, y según mis personales límites, ofrezco a continuación el audio de la conferencia que di sobre este tema en la ciudad de Paraná, el 18 de agosto de este año: “Pío de Pietrelcina, testigo de Cristo para nuestro tiempo“.

EL PAPA FRANCISCO AFIRMA QUE EL DIABLO SE SIRVE DE LOS HIPÓCRITAS PARA ATACAR A LA IGLESIA


El Papa Francisco afirma que el diablo se sirve de los hipócritas para atacar a la Iglesia
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco exhortó, durante la Misa celebrada este jueves 20 de septiembre en la Casa Santa Marta, a no condenar a los demás, a ejercer la misericordia y a no juzgar ni condenar.

El Santo Padre advirtió contra los hipócritas que se creen perfectos y se escandalizan de que la Iglesia reciba a pecadores y aseguró que el diablo se sirve de los hipócritas para atacar a la Iglesia y a la sociedad.

En su homilía Francisco reflexionó sobre el episodio del Evangelio de San Lucas en el que el Señor acepta la invitación de un fariseo a comer con él. Al enterarse de que Jesús estaba en la ciudad, una mujer pecadora pública quiso conocerle, y entrando en la estancia en la que estaba cenando derramó un bote de perfume sobre sus pies y empezó a lavárselos y a besarlos mientras lloraba.

El fariseo se escandalizó al ver que Jesús no rechazaba a la mujer. Sin embargo, el Señor contestó perdonando los pecados de la mujer “porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra”, enseñó.

El Papa destacó cómo la mujer se hacía ver “con amor, con mucho amor hacia Jesús”, sin esconder que “era una pecadora”.


“A esta se le ha perdonado mucho porque ha mostrado mucho amor”, repitió el Pontífice. “Jesús mira los pequeños gestos de amor, los pequeños gestos de buena voluntad y los pone delante del todo. Esta es la misericordia de Jesús: siempre perdona, siempre recibe”.

Ante el perdón del Señor a la mujer pecadora, los doctores de la Ley se escandalizan: “tienen una actitud que sólo muestran los hipócritas: el escándalo”.

En este sentido, el Santo Padre rechazó las hipocresías actuales que llevan a decir: “¡Mira, qué escándalo! ¡No se puede vivir así! Hemos perdido los valores. Ahora cualquiera tiene derecho a entrar en la Iglesia, hasta los divorciados, todos. Pero, ¿adónde hemos ido a parar”.

“Es el escándalo de los hipócritas”, advirtió, es la “hipocresía de los ‘justos’, de los ‘puros’, de aquellos que se creen salvados por sus propios méritos”.

Jesús pone de relieve cómo estas personas se muestran “bellas” por fuera pero, por dentro, son todo “podredumbre”.

“La Iglesia, a lo largo de su caminar en la historia, ha sido perseguida por los hipócritas. Hipócritas de dentro y de fuera. El diablo no tiene nada que hacer con los pecadores arrepentidos, porque miran a Dios y dicen: ‘Señor, soy pecador. Ayúdame’”.


Por el contrario, “el diablo se muestra fuerte con los hipócritas. Los usa para destruir a la gente, a la sociedad, a la Iglesia. El caballo de batalla del diablo es la hipocresía, porque el diablo es un mentiroso: se hace ver como un príncipe poderoso, bellísimo, pero por detrás es un asesino”.

El Papa Francisco, por lo tanto, exhortó a no olvidar que Jesús perdona, recibe y emplea la misericordia, “una palabra tantas veces olvidada cuando hablamos de los demás”.

Por ello, concluyó invitando a ejercer la misericordia “y, como Jesús, no condenar a los demás”.

Lectura comentada por el Papa Francisco:

Lucas 7:36-50
36 Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.
37 Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume,
38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.
39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»
40 Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.»
41 Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.
42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»
43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien»,
44 y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.
45 No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.
46 No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume.
47 Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»
48 Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»
49 Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»
50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»

NOVENA A LOS SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL, DEL 20 AL 28 SEPTIEMBRE


Hoy se inicia la novena a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Redacción ACI Prensa





El 29 de septiembre la Iglesia celebrará la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, quienes aparecen en la Biblia con misiones importantes de Dios.

Por ello, aquí una novena en honor de estos tres amigos del cielo que tienen la tarea de defender al hombre en la lucha contra los planes del demonio.


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.


Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal.

Y tú, María, reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.


Oración a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael:

San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te imploramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios.

San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te imploramos, para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue.

San Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Te imploramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.

Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios. Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados. Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo.

Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración.

Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor.

Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros. Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa. Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor.

Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente.

Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna. Amén.

(Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres Padre Nuestro, Ave María y Gloria)


Invocaciones finales

San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros. Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 20 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
20 septiembre



Que estás en el cielo: o mejor, que el cielo está donde estás tú, porque tú eres el cielo, porque tú eres el amor, y donde hay amor estás tú, y donde estás tú está el cielo.


Santificado sea tu nombre: que todos te conozcan, te alaben, te sirvan y te amen. Santificar a Dios es dejarse santificar por él, dejar que obre en nosotros la acción de su gracia, que es obra de santificación.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 19 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
19 septiembre



Por rezar el Padre nuestro tan frecuentemente, quizá nos hayamos mecanizado en su recitación; detengámonos ahora brevemente en su meditación.

Padre: eres Tú el que quieres que te llamemos así; y quieres que así te llamemos porque lo eres de verdad.

Nuestro: entonces, todos somos hermanos... debemos querernos como hermanos, ayudarnos y tratarnos como hermanos...


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 18 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
18 septiembre



Jesús detalla la proyección del amor al prójimo cuando explicita que debemos amar a los que nos odian y persiguen, nos maldicen, nos calumnian y están dispuestos a hacernos todo el mal que pueden.

En nuestro corazón hemos de fomentar el amor a nuestros enemigos, no excluyéndolos de las muestras externas de respeto en nuestras conversaciones, en nuestro trato y, sobre todo, en nuestras oraciones por ellos.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 20 SEPTIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 24ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 20 de septiembre de 2018



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,1-11):

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 117,1-2.16ab-17.28

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno

Dad gracias al Señor porque es bueno, 
porque es eterna su misericordia. 
Diga la casa de Israel: 
eterna es su misericordia. R/. 

«La diestra del Señor es poderosa, 
la diestra del Señor es excelsa.» 
No he de morir, viviré para contar 
las hazañas del Señor. R/.

Tú eres mi Dios, te doy gracias; 
Dios mío, yo te ensalzo. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,36-50):

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. 
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» 
Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» 
Él respondió: «Dímelo, maestro.» 
Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» 
Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» 
Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» 
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» 
Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» 
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» 
Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 20 de septiembre de 2018
 CR


La lectura de san Pablo nos centra en lo más fundamental del mensaje evangélico: “que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras.” Ahí está lo más esencial de nuestra fe. Olvidarnos de eso, significa olvidarnos de casi todo. La vida y la muerte de Jesús son el testimonio más vivo y luminoso del amor de Dios para con nosotros que ha habido nunca. Y su resurrección es la confirmación de ese amor de Dios que quiere nuestra vida y nos abre a una esperanza que es más fuerte que la muerte. Hasta ahí todo claro.

Pero nos podemos hacer la pregunta por quién es ese Cristo de que habla Pablo. No es una figura celestial o angélica. No es un superhombre ni nada parecido. Es Jesús de Nazaret. Su vida se nos relata en los Evangelios. Fue un hombre normal, anduvo por nuestros caminos, se sentó a nuestra mesa, tuvo una forma concreta de actuar. En realidad, su forma de actuar, de hablar, fue el modo concreto como se nos reveló Dios. Dios es el que resucitó a Jesús de entre los muertos. Pero Dios es también el que se nos manifiesta cuando Jesús se relaciona con los fariseos, con los pecadores, cuando cura a los enfermos, cuando cuenta las parábolas y cuando entona las bienaventuranzas. Así es Dios. Lo vemos en los gestos y las palabras de Jesús.

El Evangelio de hoy es muy iluminador a este respecto. Jesús entra a comer en casa de un fariseo. Tiene una actitud abierta. No condena a nadie. En los Evangelios vemos a los fariseos como enemigos de Jesús. Pero no parece que Jesús esté cerrado a ellos. Le invitan a comer y va. Sin problema. Claro que eso no significa que actúe como ellos esperarían que actuase. Cuando la pecadora se acerca a él, Jesús no aparta sus pies. Deje que le toque y le haga impuro. Y de paso denuncia el rigor y la falta de corazón de los fariseos. Dios es Dios de misericordia, de perdón. Dios es amor y sólo el que ama mucho es capaz de perdonar mucho. Así es Jesús. Así es Dios.

Por eso no conviene olvidar que el Cristo resucitado de que habla Pablo es este mismo Jesús que en sus palabras y gestos manifiesta y revela a Dios.

FELIZ JUEVES





lunes, 17 de septiembre de 2018

EL NOMBRE DE DIOS


El nombre de Dios




1) Para saber
Cuando nos referimos a una persona lo hacemos por su nombre: “Pedro es un buen futbolista”. Si lo honramos, será por su nombre: “Pedro es muy trabajador y honrado”. Decir el nombre es referirse a toda la persona. Por ello, al nombre de Dios le debemos todo el respeto.

El Segundo Mandamiento nos lo indica: «No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios» (Éxodo 20, 7). El Papa Francisco, siguiendo su catequesis sobre los Mandamientos, comenta que es una “invitación a no ofender el nombre de Dios y evitar usarlo inapropiadamente… de no usar el nombre de Dios en vano, de forma inoportuna”.

La expresión «en falso» quiere decir: «en vacío, vanamente». Es la característica de la hipocresía, del formalismo y de la mentira, de usar el nombre de Dios, pero vacío, sin verdad.

2) Para pensar
Cuando una persona vive una relación falsa con Dios, no está tomando en serio su nombre, y sus palabras se hacen poco creíbles. En cambio, quien lucha por llevar una relación sincera con Dios, gana en credibilidad y Dios puede obrar en él. Ese cristianismo toca los corazones. El Papa Francisco señala que los santos son capaces de tocar y mover los corazones porque en ellos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad.

Se cuenta que hace años había en Inglaterra vivía Peter, un señor protestante, a quien visitaba semanalmente John, su amigo católico. En un ambiente amistoso charlaban y discutían las verdades de fe. Sin embargo, John se impacientaba al ver que a Peter no le convencían sus razones.

Sucedió que anunciaron que la Madre Teresa de Calcuta visitaría la ciudad y daría una conferencia. John animó a Peter para que asistiera, y finalmente fue.

Cuando se volvieron a ver, Peter lo recibió con mucha alegría y le dijo que estaba decidido para ingresar a la Iglesia Católica, pues las palabras de la Madre Teresa lo habían convencido. John, feliz también, le pidió le dijera cuáles palabras le convencieron. Peter le contó lo que había escuchado y al terminar, John, sorprendido, le dijo: “Pero Peter, todo eso yo ya te lo había dicho...” A lo que Peter le contestó: “Sí, es cierto, ¡pero ahora lo dijo la Madre Teresa!”

Como dice el Papa Francisco, los santos mueven los corazones. Pero también hay «santos de la puerta de al lado» como, por ejemplo, los muchos padres que dan a los hijos el ejemplo de una vida coherente, sencilla, honesta y generosa. Pensemos si nuestras palabras van acompañadas con la fuerza de nuestra vida.

3) Para vivir
Este segundo mandamiento nos recuerda que estamos bautizados «en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo», como afirmamos cuando hacemos la señal de la cruz, para vivir nuestras acciones cotidianas en comunión con Dios, es decir, en su amor. El Papa Francisco invitó a los padres para que enseñen a los niños a hacer la señal de la cruz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque luego sucede que no saben o la hacen mal.

Al tomar el nombre de Dios con amor y respeto, se practica la primera petición del Padre Nuestro, «santificado sea tu nombre». Y Dios no dirá nunca «no» a un corazón que lo invoca sinceramente.



© Pbro. José Martínez Colín
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