jueves, 3 de septiembre de 2015

LAS OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES: BREVE EXPLICACIÓN


Las obras de misericordia espirituales: breve explicación


1) Enseñar al que no sabe
Consiste en enseñar al ignorante en cualquier materia: también sobre temas religiosos. Esta enseñanza puede ser a través de escritos o de palabra, por cualquier medio de comunicación o directamente.
Como dice el libro de Daniel, "los que enseñan la justicia a la multitud, brillarán como las estrellas a perpetua eternidad" (Dan. 12, 3b).


2) Dar buen consejo al que lo necesita
Uno de los dones del espíritu Santo es el don de consejo. Por ello, quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con Dios, ya que no se trata de dar opiniones personales, sino de aconsejar bien al necesitado de guía.


3) Corregir al que se equivoca
Esta obra de misericordia se refiere sobre todo al pecado. De hecho, otra manera de formular esta obra es: Corregir al pecador.
La corrección fraterna es explicada por el mismo Jesús en el evangelio de Mateo: ""Si tu hermano peca, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano". (Mt. 19, 15-17)

Debemos corregir a nuestro prójimo con mansedumbre y humildad. Muchas veces será difícil hacerlo pero, en esos momentos, podemos acordarnos de los que dice el apóstol Santiago al final de su carta: "el que endereza a un pecador de su mal camino, salvará su alma de la muerte y consigue el perdón de muchos pecados"(St. 5, 20).


4) Perdonar las injurias
En el Padrenuestro decimos: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden""y el mismo Señor aclara: "si perdonáis las ofensas de los hombres, también el Padre Celestial os perdonará. En cambio, si no perdonáis las ofensas de los hombres, tampoco el Padre os perdonará a vosotros (Mt. 6, 14-15).
Perdonar las ofensas significa superar la venganza y el resentimiento. Significa tratar amablemente a quien nos ha ofendido.
El mejor ejemplo de perdón en el Antiguo Testamento es el de José, que perdonó a sus hermanos el que hubieran tratado de matarlo y luego venderlo. "" Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas me envió Dios delante de vosotros" (Gen. 45, 5).
Y el mayor perdón del Nuevo Testamento es el de Cristo en la Cruz, que nos enseña que debemos perdonar todo y siempre: ""Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". (Lc. 23, 34).


5) Consolar al triste
El consuelo para el triste, para el que sufre alguna dificultad, es otra obra de misericordia espiritual.
Muchas veces, se complementará con dar un buen consejo, que ayude a superar esas situación de dolor o tristeza. Acompañar a nuestros hermanos en todos los momentos, pero sobre todo en los más difíciles, es poner en práctica el comportamiento de Jesús que se compadecía del dolor ajeno. Un ejemplo viene recogido en el evangelio de Lucas. Se trata de la resurrección del hijo de la viuda de Naím: "Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre."


6) Sufrir con paciencia los defectos de los demás
La paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia.
Sin embargo, hay un consejo muy útil: cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia.


7) Orar por vivos y difuntos
San Pablo recomienda orar por todos, sin distinción, también por gobernantes y personas de responsabilidad, pues "El quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad". (ver 1 Tim 2, 2-3).
Los difuntos que están en el Purgatorio dependen de nuestras oraciones. Es una buena obra rezar por éstos para que sean libres de sus pecados. (ver 2 Mac. 12, 46).

El papa Francisco pide a todos los cristianos y a las personas de buena voluntad que recen especialmente por los cristianos perseguidos. Podemos examinar cómo secundamos este deseo del Papa, para que nuestros hermanos en la fe, sientan el consuelo de nuestra oración.


Contemplar el misterio
Hay que abrir los ojos, hay que saber mirar a nuestro alrededor y reconocer esas llamadas que Dios nos dirige a través de quienes nos rodean. No podemos vivir de espaldas a la muchedumbre, encerrados en nuestro pequeño mundo. No fue así como vivió Jesús. Los Evangelios nos hablan muchas veces de su misericordia, de su capacidad de participar en el dolor y en las necesidades de los demás: se compadece de la viuda de Naím, llora por la muerte de Lázaro, se preocupa de las multitudes que le siguen y que no tienen qué comer, se compadece también sobre todo de los pecadores, de los que caminan por el mundo sin conocer la luz ni la verdad: desembarcando vio Jesús una gran muchedumbre, y enterneciéronsele con tal vista las entrañas, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a instruirlos en muchas cosas.
Cuando somos de verdad hijos de María comprendemos esa actitud del Señor, de modo que se agranda nuestro corazón y tenemos entrañas de misericordia. Nos duelen entonces los sufrimientos, las miserias, las equivocaciones, la soledad, la angustia, el dolor de los otros hombres nuestros hermanos. Y sentimos la urgencia de ayudarles en sus necesidades, y de hablarles de Dios para que sepan tratarle como hijos y puedan conocer las delicadezas maternales de María.
San Josemaría, Es Cristo que pasa, 146

Que nuestra vida acompañe las vidas de los demás hombres, para que nadie se encuentre o se sienta solo. Nuestra caridad ha de ser también cariño, calor humano.
San Josemaría, Es Cristo que pasa, 36

SEÑOR, AYÚDAME A SER HUMILDE


Señor, ayúdame a ser humilde
Desconéctame, Señor, de las cosas de mi vida que tanto amo....quiero que tu me ayudes a vivir en la humildad.


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net 




Aquí estoy, Señor, para darte ese tiempo de mi vida, que es muy poco, comparado con el tiempo que siempre tengo para trabajar, para distraerme y pasear. Es muy poco pero quiero que sea tuyo y que será el mejor de mi tiempo porque es para ti.

Dame paz, tranquilidad. Auséntame de todas mis preocupaciones, quedarme vacía de todos los problemas y dolores que llevo en mi alma, muchas veces causados por mi equivocado proceder, y entregarme de lleno a ti.

Desconéctame, Señor, de las cosas de mi vida que tanto amo.... quiero que tu me ayudes a encontrar esa "perla escondida" que es aprender a vivir en la humildad.

A veces pienso, al acercarme a ti, que es el único momento en que siento mi nada, mi pequeñez, porque cuando te dejo y me voy a mis ocupaciones me parece que piso firme, que hago bien las cosas, muchas de ellas, muy bien y casi sin darme cuenta reclamo aplausos, reclamo halagos y me olvido de ser humilde, de aceptar, aunque me duela, mis limitaciones, mis errores, mis faltas y defectos de carácter, que siempre trato de disimular para que no vean mi pequeñez y cuando llega el momento de pedir perdón... ¡cómo cuesta! Qué difícil es reconocer que nos equivocamos, qué juzgamos mal, que lastimamos y rogar que nos perdonen.

Ante ti, Señor, buscando alcanzar esa HUMILDAD, que tanta falta me hace, me atrevo a rezarte la hermosa:




ORACIÓN POR LA HUMILDAD

Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran.
Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad,mi Señor manso y humilde de corazón.

No puedo perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan.

No se de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que otros... Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.

Dame la gracia de perdonar de corazón, la gracia de aceptar la crítica y aceptar cuando me corrijan. Dame la gracia, poder, con tranquilidad, criticarme a mi mismo.

La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago.

Ayúdame, Señor, a pensar menos en mi y abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tu y mis hermanos.

En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo, poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno.

Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Asi sea. 



(P. Ignacio Larrañaga)

JESÚS EUCARISTÍA SIEMPRE A NUESTRO LADO


EL REGALO DEL CAMPESINO


El regalo del campesino
Por más simples que parezcan nuestras ofrendas, para los ojos del Señor son el más precioso detalle 


Por: Redacción | Fuente: salvadmereina.co.cr 




En una bella mañana de verano, pasadas las fuertes lluvias de la primavera, el señor Francisco comenzaba otro día de su rutinaria vida de labrador, en el reino del Valle de las Aguas Claras.

Con su traje rústico, caminaba apresuradamente en dirección a su labor, para dar inicio a la cosecha de aquel año. Dentro de pocos días comenzaría la gran feria, donde él pretendía llevar sus mejores frutos.

El modesto campesino, a pesar de su avanzada edad, todavía se mantenía bien dispuesto y recorría alegre y decidido todos los caminos y arboledas de su inmenso “campo expresivo” — así acostumbraba a llamar a su plantación, debido a la multiplicidad de colores -, cogiendo los frutos de los árboles, algunos de ellos ya añejos, y de los cuales él cuidaba con especial esmero.

En aquel día, decidió examinar algunos manzanos que estaban en un lugar de difícil acceso. Al llegar, tuvo una agradable sorpresa: aquellos árboles habían producido manzanas de un color y belleza incomparables.

En verdad, pensó él, en tantos años de trabajo nunca había visto nada igual. Maduras y relucientes, eran de un colorido casi escarlata y exhalaban un delicado aroma.

Al verlas pensó:

— ¡Son dignas de un rey!

Entonces se acordó de su soberano, que hacía tiempo le había dado aquel campo. Y decidió entregarle aquellas manzanas como regalo.

Con sus manos callosas cogió las mejores, y usó una modesta franela para limpiarlas. Después, las colocó en un saquito, las acomodó sobre un poco de hierba que servía de forro a la cesta.

De vuelta a su casa, almacenó el resto de los frutos que había recolectado esperando la próxima feria y, después de arreglarse como pudo, se puso en camino al Palacio Real, llevando en su hombro, un gran saco con las manzanas para el rey.

Al llegar a las puertas de la fortaleza, reparó en dos altos y espigados soldados que guardaban el gran portón principal. Volviéndose hacia uno de ellos, le dijo:

— Con su permiso, ¡querría hablar con el rey!

Viendo el lastimoso estado de aquel pobre campesino, el guardia le respondió con desdén:

— ¿Qué deseas del rey? Pide audiencia. Y… ¡ven vestido de forma más digna!

— ¿Podría, entonces, hablar con el ministro?

— ¿Quién piensas que eres? ¿¡Qué es lo que quieres!?

— Yo quiero entregar un regalo al rey

— ¡Ah! ¿Es eso? – dice con desprecio el otro guardia — déjalo ahí en la puerta… después el cochero lo recogerá.

El campesino dudó y se apartó desconcertado.

Súbitamente, apareció sobre las almenas, un tercer guardia, y dio un bonito toque de clarín. Lentamente, fue bajado el puente levadizo, mientras un elegante carruaje se aproximaba.

¡Era la reina que llegaba!

Cuando estaba ya próxima al portón del palacio, el viejo campesino tuvo una idea. Aprovechó la distracción de los guardias, se lanzó frente al coche e hizo un gesto medio tosco para saludar a la soberana. Ella dio orden de parar y preguntó delicadamente al pobre hombre:

— Hijo mío ¿deseas algo?

Maravillado por el afecto de la reina, el señor Francisco no sabía ni cómo dirigirle la palabra. Al ver la indumentaria de la soberana, quedó extasiado con tan bellos y coloridos adornos. ¡Cerca de ellos, el color de sus manzanas era opaco! Sin embargo, animado por la bondad de la reina, levantó su pobre bolsa, y dijo:

— Yo querría… dar estas manzanas para el rey. ¡Son las mejores de mi cosecha!

— Claro que sí, queda en paz. Yo misma se las entregaré.

Entonces, el campesino sacudió un poco su saco, para quitar el polvo del camino, y lo entregó a la reina, que preguntó:

— Dime, ¿cuál es vuestro nombre?

— Ah, si, soy Francisco y vivo en Campo Nuevo, cerca al palacio.

La reina hizo un ademán discreto para que una de las damas tomase nota, y le dijo:

— Entregaré sus manzanas con mucho gusto. Y sabed que quedo muy agradecida por su generosidad.

El carruaje entró y el campesino se retiró, volviendo a su trabajo. Estaba contento, pues había conseguido encaminar sus manzanas de la mejor manera posible. Hecho esto, comenzó a ocuparse de la feria, que en breve tendría lugar.

Ya en el palacio, la reina tocó la campanilla y dijo a una dama de la corte:

— Me acaban de traer estas manzanas y voy a entregarlas al rey. Debes presentarlas de una forma ideal.

Es bueno lavarlas y pulirlas, para que queden bien brillantes. Después, coge una bandeja de plata, las pones en el centro, alrededor, adornálas con unas cerezas. Así las entregaré al rey.

Poco después, volvió la dama con las manzanas ya listas y se las entregó a la reina. Después de coger la bandeja, la llevó al rey, que se encontraba en el comedor, terminando la comida y aguardando el postre.

El rey, al verla entrar, dijo:

— Señora, ¿qué hacéis con esa bandeja en las manos?

— Es el regalo de un campesino, cuya propiedad está cercana al palacio.

— ¡Qué bellas manzanas! ¡Qué maravilla!

El rey las comió con verdadero placer, mientras la reina lo observaba complacida. Y mandó que se le entregara al campesino una buena cantidad de cerezas del palacio, dispuestas también en una bella bandeja.

Algunos días más tarde, en medio de las faenas del trabajo, el señor Francisco vio a lo lejos un carruaje.

Se inclinó sobre su pala, observó bien y… ¡se dio cuenta de que venía en su dirección! ¿Quién sería? Sacudió la tierra de su ropa y esperó. El carruaje paró y descendió un lacayo que, dirigiéndose al campesino, le dijo:

El rey le envía estas cerezas en agradecimiento por las manzanas que usted le ofreció.

El humilde labrador quedó sorprendido y, boquiabierto, tardó un poco en responder.

— ¡Madre mía! ¡Qué frutos tan bellos! ¡Espere que las recojo y le devuelvo la bandeja!

— Ah… No. La bandeja de plata también es un regalo real… ¡Buen trabajo!

El carruaje se alejó y el campesino comenzó a llorar de emoción. ¡Jamás en su vida esperaba obtener un regalo así de su rey!

* * *

Para nosotros, la reina de la historia es Nuestra Señora, que lleva todas nuestras ofrendas, por más simples que sean, a Jesús, el Rey de los reyes. Por una modesta “manzana” ¡Ella nos consigue maravillas! Es lo que dice el gran santo mariano S. Luis María Grignion de Monfort:

“Coloquemos en las manos de María nuestras buenas acciones, que a pesar de parecer buenas en el fondo están manchadas y son indignas de Dios, y ella, habiendo recibido nuestro pobre regalo, lo purificará, santificará y embellecerá de tal manera, que sea digno de Dios”.

Hagamos todo por medio de esa Madre tan generosa y llena de compasión con nosotros. En ella encontraremos el medio más rápido, fácil y eficaz de llegar hasta Dios.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 2 DE SEPTIEMBRE DEL 2015


Curación de la suegra de Pedro

Milagros de Jesús




Lucas 4, 38-44. Tiempo Ordinario. Cristo te cura de las enfermedades del alma, siempre está atento...solo tienes que pedirlo. 



Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Cristo. Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado. E iba predicando por las sinagogas de Judea.

Oración introductoria

Señor, yo también estoy buscándote en mi interior. Ayúdame a ver qué es lo que necesito cambiar para que aprecie y valore más tu presencia en mi vida. Yo también estoy enfermo, te pido que en esta oración te dignes hacer algo por mí. Creo en Ti, confío en Ti y te amo.

Petición
Jesús, dame la humildad para saber reconocer tu presencia en mi vida.

Meditación del Papa Francisco
Con la predicación él anuncia el Reino de Dios y con las curaciones demuestra que el mismo está cerca, está en medio de nosotros.
Cuando entra en la casa de Simón Pedro, Jesús ve que su suegra está en cama con fiebre; en seguida la toma por la mano, la cura y la hace levantar.
Después del ocaso, cuando ha terminado el sábado, la gente puede salir y llevarle a los enfermos, cura a una multitud de personas afligidas por enfermedades de todo tipo: físicas, psíquicas y espirituales. Jesús que vino en la tierra para anunciar y realizar la salvación de todo el hombre y de todos los hombres, él demuestra una particular predilección por aquellos que están heridos en el cuerpo y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, los enfermos, los marginados. Él así se revela médico, sea de las almas que de los cuerpos, buen samaritano del hombre, es el verdadero salvador. Jesús salva; Jesús cura; Jesús sana. (S.S. Francisco, Ángelus del 8 de febrero de 2015).

Reflexión
Es admirable el trabajo de los médicos. Nunca tienen un rato de descanso, porque allí donde van, aunque sea a una fiesta, todo el mundo se acerca para hablarles de sus padecimientos y enfermedades.

Así me imagino también a Jesús. No había llegado todavía a casa de su amigo Pedro cuando ya le piden un milagro. Y por la tarde vinieron a suplicarle que sanara a otros enfermos. Y al salir el sol le seguían buscando incluso en el desierto.

¡Qué grande es el Corazón de Cristo! Qué paciente, las veinticuatro horas del día, sin pedir nada a cambio. La Palabra ablanda cualquier corazón, aunque sea más duro que las piedras.. Le apasionaba su misión. Sabía que tenía que aprovechar los tres años de vida pública y no se permitió ni un momento de reposo.

Esto nos enseña a tomarnos en serio nuestra vida. El tiempo que Dios nos ha concedido no puede tirarse a la basura con entretenimientos estériles. Hay mucho que hacer, y algún día nos pedirán cuentas de lo que hayamos hecho. Seguro que tienes varias tareas pendientes que están esperando su momento. ¿Y cuando llegará? Quién sabe.

Es cuestión de organizarse bien, de tener el día programado para rendir al máximo, aun sacrificando el tiempo dedicado a la televisión. Debemos ser exigentes con el uso de las horas. No pueden desperdiciarse, porque nunca más volverán.

Primero es necesario establecer una jerarquía. ¿Qué es lo más importante para mí? No hay que descuidar el trabajo, ni la familia, ni los momentos para Dios, ni las actividades que enriquezcan a los que viven en la misma ciudad o país. Sepamos sacarle el jugo a la vida que Dios nos ha regalado.

Propósito
Consolar a una persona enferma, más que con palabras, con mi cercanía serena y sincera.

Diálogo con Cristo
Señor, gracias por venir a mi casa en esta oración. Estoy agradecido por la atención personal que me das, especialmente cuando estoy enfermo y necesitado de tu gracia. Quiero corresponder rápidamente, como lo hizo la suegra de Pedro, sirviendo con alegría y prontitud a todos mis hermanos. El mundo está enfermo, muchos tienen una gran necesidad de Ti. Te ofrezco ser generoso y compartir la fuerza de tu presencia en mi vida.

EL MONJE Y EL TURISTA


El monje y el turista



El fragmento que te presento hoy para comenzar el día, en su brevedad, es muy sugerente. Puede impulsarte a tomar resoluciones importantes. En realidad no hace falta cambiar externamente tu estilo de vida. Sólo basta, y es lo decisivo, volver a ordenar tus prioridades: el fundamental objetivo de tu vida.

Un turista se encontró con un monje en meditación y quedó impresionado por la felicidad y la paz que le inspiraba. El turista se le acercó y le preguntó:
—¿Cómo es que Ud. que ha renunciado a todo en el mundo, está en paz y vive feliz como si lo tuviera todo? ¿En qué se basa su capacidad de renuncia?
El monje se sonrió y dijo:
—También yo me asombro de la capacidad de renuncia de los hombres del mundo. Pues yo sólo renuncio a cosas perecederas a cambio de tesoros de valor infinito, mientras que ellos renuncian a lo infinito por banalidades y cosas perecederas.

La primera enseñanza es adoptar como hábito cotidiano la meditación. Todos podemos hacerla. La meditación es orientadora de la vida. Sosiega el espíritu y lo pacifica. Es fuente de felicidad y fecundidad. Aumenta la capacidad de vivir. La segunda es que, sin ser monjes, podemos vivir en el mundo sin ser del mundo, “poniendo el corazón en los bienes celestiales”, como aconsejaba san Pablo a los colosenses. Que el Señor te ilumine y bendiga.


Enviado por el P. Natalio

USO INTENSIVO, USO ABUSIVO Y ADICCIÓN DE INTERNET

Uso intensivo, uso abusivo y adicción
algunos conceptos en relación al uso excesivo o problemático de Internet y o las nuevas tecnologías
Por: Jorge Flores Fernández, Fundador y Director de PantallasAmigas | Fuente: Catholic.net 



La primera distinción importante es diferenciar uso, abuso y adicción, más aún cuando se trata de herramientas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) cuya utilización cotidiana, tanto en el ámbito personal como laboral es, por lo general, constante y en ocasiones intensiva.
Otro matiz importante que debe realizarse es que el abuso de una determinada tecnología no debe ser analizada tanto por el canal, contexto o medio utilizado (Internet, smartphone, videojuegos) sino por la función que cumple o necesidad que satisface (comunicación, entretenimiento…) Así, por ejemplo, es más acertado hablar de “enganche” a las ciberapuestas o a la mensajería instantánea que hablar de “enganche” a Internet o a los smartphones. Dada la convergencia de funciones y dispositivos, el qué o el cómo pierde relevancia frente al para qué.
Atendiendo de forma expresa al uso de Internet entre adolescentes en particular es posible identificar algunas circunstancias que fomentan el uso intensivo que, en ocasiones extremas, puede ser valorado sino clínicamente, sí socialmente, como adicción:
-                El uso de las TIC proporciona recompensa inmediata.
-                Existe permisividad social puesto que estar “conectado” no incrimina e incluso puede ocultarse.
-                Ser competente digitalmente aporta reconocimiento.
-                Se precisa un muy bajo umbral de entrada tanto de conocimiento como económico.
-                Existe disponibilidad alta y creciente tanto en el tiempo (horas, días…) como en el espacio (portabilidad y movilidad).
-                Soporta una presión de mercado importante con permanentes y estimulantes novedades.
¿Es posible pensar en alguna adicción comportamental diferente a las TIC que reúna todas estas características facilitadoras en tal grado de intensidad? No, menos aún si pensamos en adolescentes.
Si bien es cierto que en el ámbito científico se está analizando como adicción el uso extremo de videojuegos online multijugador, aún no se considera como tal en el la última edición del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” DSM-5, ya que todavía no hay estudios concluyentes.

“Sergio@SuAmigo: la aventura de un niño y su uso abusivo del ordenador y de Internet”
Si tienes alguna pregunta o inquietud respecto al tema, comunícate al consultorio virtual de: Urko Fernández Román, director de proyectos de PantallasAmigas

CRISTO ES LA RESPUESTA VERDADERA


Cristo es la respuesta verdadera
Si Cristo, don de Dios al mundo, es lo mejor para el hombre, entonces es imposible no vivir con gozo y alegría mi fe.


Por: P. Juan P. Ferrer | Fuente: Catholic.net 




En los hombres de hoy, es posible que la vida espiritual y religiosa esté impregnada de modos fríos, racionalistas, calculadores, lejanos todos ellos de ese talante alegre, cordial y humano que debe caracterizarnos como hijos de Dios.

Hay que decir que a veces el debilitamiento en la fe de muchos hermanos nuestros ha sido culpa de no ver en la religión a una persona, sino sólo un conjunto de principios y normas. Si nuestra religión no es Cristo, si el porqué de nuestra fidelidad no es su Persona, si en cada mandamiento no vemos el rostro de Jesús, la religión terminará agobiándonos, porque se convertirá en un montón de deberes, sin relación a Aquél a quien nosotros queremos servir. Vamos, pues, a exponer algunas de las características que deben brillar en la vivencia de nuestra fe y de nuestros deberes religiosos:

Si Cristo, don de Dios al mundo, es lo mejor para el hombre, entonces es imposible no vivir con gozo y alegría profunda la fe, es decir, la relación personal del hombre con Dios. Muchas veces los cristianos con nuestro estilo de vivir la fe, marcado por la tristeza, la indiferencia, el cansancio, estamos demostrando a quienes buscan en nosotros un signo de vida una profunda contradicción.

El cristianismo es la religión de la alegría y no puede producir hombres insatisfechos. Al revés, la religión vivida de veras, como fe en Jesucristo, confiere al hombre plenitud, gozo, ilusión. Frente a todas las propuestas de felicidad, que terminan con el hombre en la desesperación, Cristo es la respuesta verdadera que no sólo no engaña sino que colma mucho más de lo esperado. Esta certeza debe reflejarse en nuestro rostro, rostro de resucitados, rostro de hombres salvados.

Si Cristo está vivo y es Hijo de Dios, mi relación con él tiene que ser mucho más personal, cercana e íntima. Tal vez ha faltado en muchas educaciones religiosas ese acercamiento humano a la figura de Cristo, un acercamiento que nos permite establecer con él una relación más cordial y sincera, como la que se tiene con un amigo. Es fácil comprender por qué con frecuencia la vida de oración de muchos creyentes es árida, seca, distraída. No se entra en contacto con la Persona, sino sólo tal vez con una idea de Dios, aun dentro del respeto y de la veneración.

De ahí el peligro para muchos hombres de racionalizar la misma oración, convirtiéndola en reflexión religiosa, pero no en experiencia de Dios. Lógicamente la fe se empobrece mucho así. Y no debe ser así. La fe ha de ser vivida como experiencia personal de Cristo, y por tanto en un clima de cordialidad y de cercanía.

Si Cristo es, en fin, la esperanza del mundo, de la que hablaron Moisés y los profetas, entonces hay que vivir en la práctica la fe con seguridad y convencimiento. Podemos dar la impresión los cristianos de que creemos en Cristo, pero no lo suficiente como para abandonar otros caminos de felicidad al margen de él, de su Evangelio, de su Persona. Y esto en la vida se convierte en una contradicción práctica.

Aparentamos tener lo mejor, pero nos cuidamos las espaldas teniendo reemplazos. Es como si afirmáramos que tal vez la fe en Cristo no es del todo segura y cierta, que tal vez él nos puede fallar. El mundo necesita de nosotros hoy la certeza de nuestra fe, una certeza que nos lleve a quemar los barcos, porque ya no los necesitamos, seguros como estamos de que hemos elegido la mejor parte.

¡Cómo se necesita en estos momentos en nuestra vida de cristianos y creyentes estas características en nuestra relación con Dios¡

 Un estilo de fe lleno de gozo y de entusiasmo.
 Una relación con Dios cercana y cordial.
 Una certeza absoluta de Dios como lo mejor para el hombre de hoy.

En esta sociedad en que por desgracia la fe se ha convertido en una carga, hacen falta testigos vivos de un Evangelio moderno y verdadero. En este mundo en que falta alegría en muchos cristianos que viven un poco a la fuerza su fe, hacen falta rostros alegres porque saben vivir su religión en la libertad. Y en este peregrinar hacia la eternidad en el que muchos creyentes miran hacia atrás acordándose de lo que dejan, hacen falta hombres que caminen con seguridad y certeza, sin volver los ojos atrás, hacia el futuro que Dios nos promete.

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL MES DE SEPTIEMBRE DEL 2015

POSPONEN VISITA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE FÁTIMA POR GRAVE SITUACIÓN EN SIRIA


Posponen visita de la imagen de la Virgen de Fátima por grave situación en Siria


LISBOA, 31 Ago. 15 / 05:04 pm (ACI).- El Patriarca Gregorio III de Antioquía, Alejandría y Jerusalén, líder de la Iglesia Greco-Católica Melquita, envió un comunicado al Santuario de Fátima en Portugal para informarles de la suspensión de la visita de la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima debido a que se ha agravado la situación en Damasco (Siria).

El Patriarca indicó que considera oportuno “postergar la visita para otra fecha, donde las condiciones sean más favorables”.

El comunicado fue publicado en el sitio web del Santuario de Fátima luego que Mons. António Marto, Obispo de Leiria-Fátima (Portugal), anunciara el pasado 12 de agosto que la imagen peregrina de la Virgen de Fátima visitaría Siria del 7 al 9 de septiembre de este año.

Mons. Marto había manifestado que la visita de la imagen sería una manera de oponerse a la persecución motivada por un “fanatismo fundamentalista y la intolerancia” que padecen los cristianos en Siria.

El pasado 23 de agosto un grupo contrario al régimen del presidente sirio, Bashar Al Assad lanzó una lluvia de proyectiles sobre la ciudad de Damasco que cayeron en una iglesia maronita (católicos de rito oriental), causando la muerte de nueve civiles.

martes, 1 de septiembre de 2015

HOY ES LA JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN


JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN
POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN
1 DE SEPTIEMBRE 2015


Hoy, martes 1° de septiembre, la Iglesia Universal celebrará la primera Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, junto a los hermanos de la Iglesia Ortodoxa. El Papa invita a los católicos a organizar oraciones e iniciativas concretas para combatir la crisis ambiental que enfrenta nuestro planeta.

Las Iglesias locales de todo el mundo han organizado eventos de reflexión sobre nuestros estilos de vida que afectan el medio ambiente. 

En esta Jornada, el Papa Francisco presidirá una celebración especial de la liturgia de la palabra, en la Basílica de San Pedro a las 17:00 (la transmitiremos en directo).

EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 1 DE SEPTIEMBRE DEL 2015


Jesús expulsa a un demonio
Tiempo Ordinario


Lucas 4, 31-37. Tiempo Ordinario. También nosotros somos objeto del ataque del demonio, porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: ¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios. Jesús entonces le conminó diciendo:Callate y sal de él, y arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros:¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen. Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

Oración introductoria
Señor Jesús, te quiero y te doy gracias por todo lo que haces por mí. A pesar de tus innumerables muestras de amor, no es extraño que convierta mi oración en un pliego de peticiones que nada tienen que ver con mi vida de gracia y de fe. Hoy tengo una actitud diferente: sin ataduras ni condiciones, me pongo a tu disposición confiando plenamente en tu voluntad.

Petición
Señor, dame la gracia de saber orar y que tu gracia purifique mi corazón para que desaparezca todo lo que me aparta de Ti.

Meditación del Papa Francisco
El diablo existe incluso en el siglo XXI. Hay que aprender cómo luchar contra él en el Evangelio, contra sus tentaciones. La vida de Jesús ha sido una lucha. Vino para vencer el mal, para vencer al príncipe de este mundo, para vencer al demonio.
Una lucha que debe afrontar todo cristiano. El demonio tentó a Jesús tantas veces, y Jesús sintió en su vida las tentaciones, así como también las persecuciones. Nosotros, los cristianos, que queremos seguir Jesús, debemos conocer bien esta verdad: También nosotros somos tentados, también nosotros somos objeto del ataque del demonio, porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano, no quiere que seamos discípulos de Jesús. ¿Y cómo hace el espíritu del mal para alejarnos del camino de Jesús con su tentación? La tentación del demonio tiene tres características y nosotros debemos conocerlas para no caer en las trampas. ¿Cómo hace el demonio para alejarnos del camino de Jesús? La tentación comienza levemente, pero crece: siempre crece. Segundo, crece y contagia a otro, se transmite a otro, trata de ser comunitaria. Y, al final, para tranquilizar el alma, se justifica. Crece, contagia y se justifica. (Homilia Santa Martha 11 abril 2014)
Reflexión
Un amigo mío llegó de Perú, donde había estado de misionero durante el verano. Me contó que esa experiencia le había enriquecido mucho, no tanto por lo que había dado -sus catequesis y actividades con los jóvenes de Huamachuco- sino por lo que había recibido.

Jesús se nos presenta también como catequista. Dice el evangelio que bajó a Cafarnaún donde enseñaba los sábados en la sinagoga. ¿Y cómo daba Jesús sus catequesis? Ante todo, con autoridad, es decir, con credibilidad, porque no llenaba sus predicaciones con palabrería, sino con verdad, con el Espíritu de Dios que es capaz de transformar los corazones.

Por tanto, dar catequesis es una actividad propia del cristiano. Consiste en enseñar la fe a los demás, explicar los principios de la religión enriqueciéndolos con la propia vida, iluminar las virtudes cristianas con ejemplos, acercar a otros a los sacramentos...

Mi amigo tenía veinte años. Y descubrió que al enseñar a otros estaba fortaleciendo su propia fe y aumentaba en él la pasión por Cristo y el Evangelio. Porque el que predica, se predica a sí mismo. El que habla del perdón queda más comprometido a perdonar, y el que exige debe hacerlo con el propio testimonio.

La experiencia de Perú hizo a mi amigo más cristiano, porque supo meterse en el papel de Cristo y llegó a quedar transformado por Él.

Propósito
Seguir el ejemplo de Cristo procurando que mi ayuda a los demás, trate de abarcar a la totalidad de la persona.

Diálogo con Cristo 
Señor, me conoces y sabes todo acerca de mí. No permitas que me ciegue la arrogancia de mis propias opiniones. Ayúdame a tenerte siempre como la meta de mi vida, quiero que tu gracia triunfe por encima de mi soberbia y de mi egoísmo. Quiero que tu voluntad impere sobre la mía, que tu vida divina resplandezca en mi conciencia.

OBSESIÓN CELESTIAL



Obsesión Celestial



Lo abandoné en la noche y en el día;
Lo abandoné en el arco de los años;
Lo abandoné en el ciego laberinto de mi
Propia memoria; y en medio de las lágrimas,
y detrás de las risas me escondía.

Esperanzas fugaces vislumbré de lo alto
pero rápidamente me vi precipitado
a las sombras siniestras,
A las profundidades abismales,
Para huir de esos Pies
Que todas mis jornadas perseguían.

Pero en persecución lenta y tranquila,
Con paso imperturbable, majestuoso,
Caminaban los Pies, siempre constantes.
Y una voz, más constante todavía
Que los serenos Pies, me repetía:
"Todo a ti te traiciona, porque Me traicionaste"
"Nada quiere albergarte, porque tú no Me albergas;
todo de ti se evade, porque tú no Me llevas"

En la loca aventura de juveniles fuerzas
Sacudí las columnas de mis horas más bellas
Y entre mi propia vida me sepulté,
Sangrante y mancillado
Emerjo de las ruinas de mis años perdidos;
En los escombros yace mi juventud doliente;
Y mis días crujientes, en humo evaporados
Se esparcen y se rompen, como el sol en un río.

Esa voz me rodea como un mar tempestuoso.
¿Está la tierra acaso fragmentada,
sin piedra sobre piedra, destrozada?
¡Todas las cosas huyen de tu alcance
porque de mí te fuiste! Vil quimera;
acción inútil, vana, lastimera.
¡ No encontrarás quién quiera prodigarte
un amor que mitigue tus faenas !
¡ El vacío será tu recompensa !
Para lograr amor es necesario
Algo que tú no has hecho: merecerlo.
Barro humano. De todo lo creado
La más fútil arcilla. ¿No sabías
Que no has ganado méritos eternos?
¿ De quién esperarás amor sincero?
Sólo de Mí; tan sólo yo lo entrego"

"Todo te lo quité, no para herirte
sino porque en Mis brazos lo buscaras.
Todo lo que creíste
Perdido entre tus sueños infantiles,
Lo tengo en Mis moradas.
Levántate. Mi mano te sostiene.
¡ Ven a mi casa ! " 

A mi lado resuena su pisada;
¿ Es acaso mi sombra,
la sombra de Su mano protectora
que se extiende cuidando mi jornada ?

" Ven, tú, el más amado,
el más débil, el más acongojado.
No busques más:
¡ YO SOY EL QUE BUSCABAS ¡

LA VIUDA


La viuda



Pedro invitó a su amigo Carlos a esquiar. Cargaron todo en su camioneta, y se fueron a un centro de esquí. Apenas antes de llegar, el tiempo se puso muy feo. El cielo se oscureció, empezó a soplar un fuerte viento inesperado para esa época del año, y los primeros ramalazos de aguanieve sacudieron el vehículo.

En ese momento vieron las luces de una estancia sobre la ruta. Sin dudarlo, enfilaron hacia la casa para pedir refugio. Salió a recibirlos una mujer vestida con pantalones y camperón que no lograban ocultar su esbelta figura, con los cabellos rubios ensortijados húmedos.

'Acabo de dar una vuelta para controlar que todo está en orden', explicó, 'y veo que esta noche vamos a tener una fuerte tormenta. Pero sucede que yo he quedado viuda hace pocas semanas, y si los dejo dormir en mi casa temo que la gente hable; es algo que no me gusta para nada y que no me conviene.'

'No se preocupe, señora,' dijo Pedro. 'Nos basta con que deje que metamos la camioneta en las caballerizas que se ven al lado de la casa. Podemos refugiarnos ahí para pasar la noche. Nos iremos a primera hora de la mañana'.

La señora aceptó, ambos hombres se dirigieron a las caballerizas y se acomodaron para pasar la noche. No bien despuntó la mañana se encontraron con que el tiempo había aclarado, y viendo que en la casa estaba todo en silencio y con las persianas cerradas, se marcharon.

Ese fin de semana ambos disfrutaron de lo lindo esquiando en la montaña.

Nueve meses después, Pedro recibió una carta inesperada enviada por un estudio jurídico. Se devanó los sesos pensando de quién podía tratarse, hasta que al fin se dio cuenta de que era de los abogados de esa atractiva viuda que habían conocido aquel fin de semana en la montaña. Subió a su camioneta y se fue a casa de su amigo Carlos.

-'Carlos, quiero preguntarte algo', le dijo. 'Recuerdas esa viuda tan buena moza de...'

-'Sí, me acuerdo', respondió de inmediato el otro.

'Dime la verdad: esa noche, mientras dormíamos en la camioneta, ¿te levantaste y fuiste a la casa a verla?'

'Sí', confesó Carlos, algo avergonzado al haber sido pescado en falta. 'Sí, lo hice.'

-'¿Por casualidad le diste mi nombre, haciéndote pasar por mí, y le diste mi dirección como si fuera la tuya?', preguntó Pedro con voz incrédula.

Carlos enrojeció.

'Sí, lo siento, viejo; yo tenía en la billetera la tarjeta que me habías dado cuando te mudaste, y le di ésa. Tú no tienes compromisos, vives solo, eres más hábil para defenderte en caso de problemas...' Se encogió de hombros. '¿Por qué? ¿Pasó algo?'

'Murió el mes pasado, y me dejó toda su fortuna'.

(Pensaste que el final iba a ser diferente, ¿eh?...)

CREER, ESPERAR Y AMAR


Creer, esperar y amar
Esperar sobre todo en que tu tronco viejo produzca brotes nuevos; confiar a pesar de la niebla, del huracán y del hastío.


Por: P. Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net 




Debes cultivar las virtudes teologales: muy teologales virtudes pero que, si no las haces tuyas, se quedan en eso, en teologales.

Aprender a creer. Aceptar el reto de Jesús cuando decía: "Si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a ese monte: -arrójate al mar-, y os obedecerá".

Esperar, esperar sobre todo en que tu tronco viejo produzca brotes nuevos; esperar, confiar a pesar de la niebla, del huracán y del hastío.

Amar apasionadamente a Cristo y a las almas. ¿La hoguera encendida de tus días mejores se ha convertido en rescoldo casi apagado? El amor es capaz de despertar al genio dormido, de resucitar a los muertos. Amor que has hecho de adúlteras santas y de bandidos mártires, ¿no podrías encenderme a mí también?

Perseverar en el amor. Comenzar a amar es obra de todos; todos han amado algo o a alguien algún día. Continuar amando ya cuesta más; menos lo practican. Pero amar hasta el final, a despecho del cansancio y las dificultades del camino, es obra de santos o de auténticos enamorados. El reto te llama, ¿verdad?

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