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jueves, 28 de mayo de 2015
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 28 DE MAYO DEL 2015
Haced esto en recuerdo mío
Solemnidades y fiestas
Lucas 22, 14-20. Fiesta Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía.
Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 22, 14-20
Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.» Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.» Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza, sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros.
Oración introductoria
¡Señor, cuánta seguridad me dan tus palabras! Has dado tu vida por mí y me esperas en la casa del Padre. No dejes nunca que pierda de vista la meta a la que me llamas. Fortaléceme por medio de esta meditación para que logre pasar de la divagación a la oración y pueda transformarme en un auténtico receptor de tu gracia.
Petición
Señor, dame la sabiduría y fortaleza para seguir por tu camino.
Meditación del Papa Francisco
Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.» Y recibiendo una copa, dadas las gracias, dijo: «Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios.» Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza, sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros.
Oración introductoria
¡Señor, cuánta seguridad me dan tus palabras! Has dado tu vida por mí y me esperas en la casa del Padre. No dejes nunca que pierda de vista la meta a la que me llamas. Fortaléceme por medio de esta meditación para que logre pasar de la divagación a la oración y pueda transformarme en un auténtico receptor de tu gracia.
Petición
Señor, dame la sabiduría y fortaleza para seguir por tu camino.
Meditación del Papa Francisco
Palabra y pan en la mesa se vuelven una cosa, como en la última cena cuando todas las palabras de Jesús, todos las señales que había hecho se condensaron en el gesto de partir el pan y de ofrecer un cáliz, anticipación del sacrificio de la cruz, y en esas palabras: 'Tomad y bebed este es mi cuerpo, tomad y bebed esta es mi sangre'.
El gesto de Jesús realizado en la última cena es el agradecimiento extremo al Padre por su amor y misericordia. Agradecimiento en griego se dice eucaristía, y por eso el sacramento se llama eucaristía. Es el supremo agradecimiento al padre que nos amó tanto al punto de darnos a su Hijo por amor. Por esto el término eucaristía resume este gesto de Dios y del hombre juntos. Gesto de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
Por lo tanto la celebración eucarística es algo más que un simple banquete, es el memorial de la pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. Memorial no significa solamente un simple recuerdo, pero quiere decir que cada vez que celebramos este sacramento participamos al misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. La eucaristía constituye el auge de la acción de salvación de Dios.» (S.S. Francisco, catequesis, 5 de febrero de 2014).
Reflexión
Cristo estaba ansioso de celebrar la Pascua con sus apóstoles. Sabe lo que esta Pascua significa, pero no la teme, sino la desea, no huye, sino que la prepara cuidadosamente. Quiere compartir la mesa con sus apóstoles, despedirse, es su adiós en el tiempo.
A nosotros también nos espera Cristo para compartir la mesa con nosotros. Y si al hacerlo nuestros corazones se encuentran abiertos y deseosos de conocer más y mejor al Señor, el Espíritu Santo trabajará en cada uno de nosotros, y así podremos vivir, cada día más,como cristianos auténticos, esforzándose por adquirir las virtudes necesarias para ello.
Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía. En este jueves hagamos una reflexión de agradecimiento. Al despedirse Él, también promete su presencia viva, poniendo en manos de los Doce al Espíritu Santo que hará realidad el misterio de la Eucaristía. Demos gracias al Señor por cada sacerdote que hace posible, por medio del Espíritu, la presencia viva de Cristo.
Oremos por las vocaciones, que no falten hombres que con sus manos consagradas hagan presente a Cristo para poder recibir la vida de Dios en la Eucaristía.
HIMNO SACERDOTAL
Brota de mi corazón un himno ardiente
cuajado en el manantial del ser:
Jesús Martí, yo te elijo, vente,
yo te llamo: Jesús Martí Ballester.
Cogiste mi corazón de niño
con ternura delicada y paternal,
me sedujeron tu afecto y tu cariño
y me dejé cautivar.
Yo escuché tu llamada gratuita
sin saber la complicación que me envolvía,
me enrolé en tu caravana de tu mano
sin pensar ni en las espinas ni en los cardos.
Te fui fiel, aunque a girones
fui dejando en mi camino pedazos de corazón,
hoy me encuentro con un cáliz rebosante de jazmines que potencian mis anhelos juvenilesy me acercan más a Dios.
En el ocaso de la carrera de mi vida
siento el gozo de la inmolación a Tí.
Tienes todos los derechos de exigirme,
puedes pedir si me ayudas a decir siempre que ¡Sí!.
Necesitaste y necesitas de mis manos
para bendecir, perdonar y consagrar;
quisiste mi corazón para amar a mis hermanos, pediste mis lágrimas y no me ahorré el llorar.
Mis audacias yo te di sin cuentagotas,
mi tiempo derroché enseñando a orar,
gasté mi voz predicando tu palabra
y me dolió el corazón de tanto amar.
A nadie negué lo que me dabas para todos.
Quise a todos en su camino estimular.
Me olvidé de que por dentro yo lloraba,
y me consagré de por vida a consolar.
Muchos hombres murieron en mis brazos,
ya sabrán cuánto les quise en la inmortalidad, me llenarán de caricias y de flores el regazo, migajas de los deleites de su banquete nupcial.
Pediste que te prestara mis pies
y te los ofrecí sin protestar,
caminé sudoroso tus caminos,
y hasta el océano me atreví a cruzar.
Cada vez que me abrazabas lo sentía
porque me sangraba el corazón,
eran tus mismas espinas las que me herían
y me encendían en tu amor.
Fui sembrando de hostias el camino
inmoladas en la cenital consagración:
más de treinta mil misas ofrecidas
han actualizado la eficacia de tu redención.
No me pesa haber seguido tu llamada,
estoy contento de ser latido en tu Getsemaní;
sólo tengo una pena escondida allá en el alma: la duda de si Tú estás contento de mí.
Mi gratitud hoy te canto, ¡Cristo de mi sacerdocio!
Mi fidelidad te juro, Jesucristo Redentor.
Ayúdame a enriquecer con jardines a tu Iglesia, que florezcan y sonrían aún en medio del dolor.
Sean esos jardines para tu recreo y mi trabajo, multiplica tu presencia por los campos hoy en flor,
que lo que comenzó con la pequeñez de un pájaro, se convierta en muchas águilas que roben tu Corazón.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por recordarme que la Eucaristía es ese fuego que puede ir ablandando la coraza de piedra que aprisiona y endurece mi corazón. Permite que no participe simplemente como un observador en tu Eucaristía, sino que la sepa adorar, para poder unirme humildemente, con un corazón arrepentido, a tu oración. Toma todos mis esfuerzos y sacrificios de hoy por esta intención.
Cristo estaba ansioso de celebrar la Pascua con sus apóstoles. Sabe lo que esta Pascua significa, pero no la teme, sino la desea, no huye, sino que la prepara cuidadosamente. Quiere compartir la mesa con sus apóstoles, despedirse, es su adiós en el tiempo.
A nosotros también nos espera Cristo para compartir la mesa con nosotros. Y si al hacerlo nuestros corazones se encuentran abiertos y deseosos de conocer más y mejor al Señor, el Espíritu Santo trabajará en cada uno de nosotros, y así podremos vivir, cada día más,como cristianos auténticos, esforzándose por adquirir las virtudes necesarias para ello.
Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía. En este jueves hagamos una reflexión de agradecimiento. Al despedirse Él, también promete su presencia viva, poniendo en manos de los Doce al Espíritu Santo que hará realidad el misterio de la Eucaristía. Demos gracias al Señor por cada sacerdote que hace posible, por medio del Espíritu, la presencia viva de Cristo.
Oremos por las vocaciones, que no falten hombres que con sus manos consagradas hagan presente a Cristo para poder recibir la vida de Dios en la Eucaristía.
HIMNO SACERDOTAL
Brota de mi corazón un himno ardiente
cuajado en el manantial del ser:
Jesús Martí, yo te elijo, vente,
yo te llamo: Jesús Martí Ballester.
Cogiste mi corazón de niño
con ternura delicada y paternal,
me sedujeron tu afecto y tu cariño
y me dejé cautivar.
Yo escuché tu llamada gratuita
sin saber la complicación que me envolvía,
me enrolé en tu caravana de tu mano
sin pensar ni en las espinas ni en los cardos.
Te fui fiel, aunque a girones
fui dejando en mi camino pedazos de corazón,
hoy me encuentro con un cáliz rebosante de jazmines que potencian mis anhelos juvenilesy me acercan más a Dios.
En el ocaso de la carrera de mi vida
siento el gozo de la inmolación a Tí.
Tienes todos los derechos de exigirme,
puedes pedir si me ayudas a decir siempre que ¡Sí!.
Necesitaste y necesitas de mis manos
para bendecir, perdonar y consagrar;
quisiste mi corazón para amar a mis hermanos, pediste mis lágrimas y no me ahorré el llorar.
Mis audacias yo te di sin cuentagotas,
mi tiempo derroché enseñando a orar,
gasté mi voz predicando tu palabra
y me dolió el corazón de tanto amar.
A nadie negué lo que me dabas para todos.
Quise a todos en su camino estimular.
Me olvidé de que por dentro yo lloraba,
y me consagré de por vida a consolar.
Muchos hombres murieron en mis brazos,
ya sabrán cuánto les quise en la inmortalidad, me llenarán de caricias y de flores el regazo, migajas de los deleites de su banquete nupcial.
Pediste que te prestara mis pies
y te los ofrecí sin protestar,
caminé sudoroso tus caminos,
y hasta el océano me atreví a cruzar.
Cada vez que me abrazabas lo sentía
porque me sangraba el corazón,
eran tus mismas espinas las que me herían
y me encendían en tu amor.
Fui sembrando de hostias el camino
inmoladas en la cenital consagración:
más de treinta mil misas ofrecidas
han actualizado la eficacia de tu redención.
No me pesa haber seguido tu llamada,
estoy contento de ser latido en tu Getsemaní;
sólo tengo una pena escondida allá en el alma: la duda de si Tú estás contento de mí.
Mi gratitud hoy te canto, ¡Cristo de mi sacerdocio!
Mi fidelidad te juro, Jesucristo Redentor.
Ayúdame a enriquecer con jardines a tu Iglesia, que florezcan y sonrían aún en medio del dolor.
Sean esos jardines para tu recreo y mi trabajo, multiplica tu presencia por los campos hoy en flor,
que lo que comenzó con la pequeñez de un pájaro, se convierta en muchas águilas que roben tu Corazón.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por recordarme que la Eucaristía es ese fuego que puede ir ablandando la coraza de piedra que aprisiona y endurece mi corazón. Permite que no participe simplemente como un observador en tu Eucaristía, sino que la sepa adorar, para poder unirme humildemente, con un corazón arrepentido, a tu oración. Toma todos mis esfuerzos y sacrificios de hoy por esta intención.
Propósito
Participar en una hora eucarística como un acto de reparación por los sacrilegios que se comenten en torno a la Eucaristía.
Participar en una hora eucarística como un acto de reparación por los sacrilegios que se comenten en torno a la Eucaristía.
ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO
Oración a Jesús Sacramentado
Oh, amado Jesús.
Ayúdame a esparcir Tu fragancia
por donde quiera que vaya.
Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya.
Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma
con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía.
¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús!
Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar
tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrátoda de Tí, nada de ella será mía;
serás Tú quien resplandezca
sobre los demás a través de mi.
Brillando sobre quienes me rodean,
permíteme alabarte como mas te gusta.
Permíteme predicarte sin predicar,
no con palabras sino a través de mi ejemplo,
a través de la fuerza atractiva,
de la influencia armoniosa de todo lo que haga,
de la inefable plenitud del amor
que existe en mi corazón por Tí.
Amen.
ROMPERÉ LAS CADENAS DEL ODIO
Romperé la cadena del odio
El Diario Ya , español, contaba en julio de 1995 el testimonio de una monja que fue violada en la antigua Yugoslavia. Lucía, joven religiosa, sufrió, como otros miles de mujeres, la barbarie de la
violación. Sabía que el Señor estaba a su lado.
Un día escribió a la Madre Superiora: “Le escribo, madre, no para recibir consuelo, sino para que me ayude a dar gracias a Dios por haberme asociado a millares de compatriotas mías ofendidas en el
honor, y a aceptar la maternidad no deseada.
Mi hijo, me iré con mi hijo. No sé a dónde, pero Dios, que ha roto de improviso mi mayor alegría, me indicará el camino para cumplir su voluntad. Seré pobre, retomaré el viejo delantal y me pondré los zuecos que usan las mujeres en los días de trabajo e iré con mi madre a recoger resina de los pinos de nuestros grandes bosques…Haré lo imposible por romper la cadena de odio que destruye nuestro país…Al hijo que espero le enseñaré solamente a amar. Mi hijo, nacido de la violencia, será testigo de
que la única grandeza que honra a la persona es la del perdón”.
LAS 5 COSAS QUE HUBIERA AGRADECIDO QUE ALGUIEN ME EXPLICARA ANTES DE CASARME
Las 5 cosas que hubiera agradecido que alguien me explicara antes de casarme
¿Qué tal está tu matrimonio?, 5 claves que te ayudarán en la convivencia matrimonial
Por: Tim Parson/ traducido y adaptado por Miriam Aguirre | Fuente: http://www.religionenlibertad.com
Tim Parson ha escrito un interesante artículo sobre la convivencia matrimonial que ha sido traducido y adaptado por Miriam Aguirre para el portal Familias.com Por su interés lo reproducimos íntegramente:
Nuestro matrimonio estaba en crisis
«Nos pasa muy seguido que mi esposa y yo recibimos comentarios sobre nuestro matrimonio que nos hacen sonreír. “Se ven tan felices”, “se portan como recién casados”, “no entenderían nuestros problemas porque su matrimonio es excelente”, “ustedes nunca discuten”.
»No sonreímos porque esto que nos dicen nos hace felices, sino porque muy pocas personas conocen nuestra verdadera historia. Y todas las parejas tienen una, incluso nosotros.
»Hace no mucho tiempo, Consuela y yo estuvimos a punto de divorciarnos. Las cosas no iban bien y nuestro matrimonio estaba en crisis. No digo esto a la ligera. Estábamos en el punto de no retorno – o por lo menos eso pensábamos.
Restaurar el matrimonio
»Asistimos a terapia matrimonial con sacerdotes y consejeros matrimoniales que trataban de ayudarnos a restaurar lo que alguna vez fue nuestro matrimonio. Fue uno de los momentos más dolorosos por los que he pasado personalmente.
Cosas que se hubieran podido evitar
»Al reflexionar de nuevo en ese momento de mi vida, hay algunas cosas que sé que si yo ya las hubiera entendido plenamente cuando me casé, la crisis en la que nos encontrábamos se hubiese podido haber evitado. Aquí están cinco de ellas:
1. No existe un plan B
»Mi matrimonio es para toda la vida y sólo termina con la muerte. Suena un poco lúgubre, pero es verdad. Cuando hice la promesa de amar a mi esposa de por vida, me comprometí a hacer que nuestro matrimonio funcionara sin importar la situación en que nos encontráramos.
»Mi mentalidad era que iba a dejar mis opciones abiertas. Si estar casado no funcionaba o si estar con Consuela no duraba o si ella no me hacía feliz, yo quería estar seguro de que tenía una salida o, peor aún, otra opción. Pero, en el matrimonio no hay un plan B. El tener un plan B y mantener abierta la puerta para escapar u otras posibilidades me privaban de comprometerme y dedicarme totalmente a mi esposa y a nuestro matrimonio.
2. El matrimonio no se trata de mi felicidad
»Muchas parejas cometen este error. Lo escucho todo el tiempo. Y yo mismo lo creía en el año 2000 cuando caminamos por el pasillo el día de nuestra boda. En mi mente pensaba: “Consuelo es mi esposa y su deber es hacerme feliz. Eso es lo que hacen las esposas. Y si ella no me hace feliz, entonces tendré que encontrar a alguien o algo que sí lo haga”.
»La verdad es que el matrimonio se trata de mucho más que solo mi felicidad. Y ella no tiene toda la responsabilidad de mi felicidad. La felicidad es subjetiva y relativa y, como hombre, mi definición de la felicidad cambia tanto que no hay manera de que ella pudiera mantenerse al día con todas mis exigencias. El matrimonio es sobre el amor y el respeto mutuo y honrar a Dios por medio de nuestra fidelidad. No se trata de mi felicidad.
3. La comunicación es más eficaz que el silencio
»Soy una persona introvertida. También soy un hombre. Por lo tanto, hablar de mis sentimientos es tan extraño e incómodo para mí como pilotear un avión.
«Nos pasa muy seguido que mi esposa y yo recibimos comentarios sobre nuestro matrimonio que nos hacen sonreír. “Se ven tan felices”, “se portan como recién casados”, “no entenderían nuestros problemas porque su matrimonio es excelente”, “ustedes nunca discuten”.
»No sonreímos porque esto que nos dicen nos hace felices, sino porque muy pocas personas conocen nuestra verdadera historia. Y todas las parejas tienen una, incluso nosotros.
»Hace no mucho tiempo, Consuela y yo estuvimos a punto de divorciarnos. Las cosas no iban bien y nuestro matrimonio estaba en crisis. No digo esto a la ligera. Estábamos en el punto de no retorno – o por lo menos eso pensábamos.
Restaurar el matrimonio
»Asistimos a terapia matrimonial con sacerdotes y consejeros matrimoniales que trataban de ayudarnos a restaurar lo que alguna vez fue nuestro matrimonio. Fue uno de los momentos más dolorosos por los que he pasado personalmente.
Cosas que se hubieran podido evitar
»Al reflexionar de nuevo en ese momento de mi vida, hay algunas cosas que sé que si yo ya las hubiera entendido plenamente cuando me casé, la crisis en la que nos encontrábamos se hubiese podido haber evitado. Aquí están cinco de ellas:
1. No existe un plan B
»Mi matrimonio es para toda la vida y sólo termina con la muerte. Suena un poco lúgubre, pero es verdad. Cuando hice la promesa de amar a mi esposa de por vida, me comprometí a hacer que nuestro matrimonio funcionara sin importar la situación en que nos encontráramos.
»Mi mentalidad era que iba a dejar mis opciones abiertas. Si estar casado no funcionaba o si estar con Consuela no duraba o si ella no me hacía feliz, yo quería estar seguro de que tenía una salida o, peor aún, otra opción. Pero, en el matrimonio no hay un plan B. El tener un plan B y mantener abierta la puerta para escapar u otras posibilidades me privaban de comprometerme y dedicarme totalmente a mi esposa y a nuestro matrimonio.
2. El matrimonio no se trata de mi felicidad
»Muchas parejas cometen este error. Lo escucho todo el tiempo. Y yo mismo lo creía en el año 2000 cuando caminamos por el pasillo el día de nuestra boda. En mi mente pensaba: “Consuelo es mi esposa y su deber es hacerme feliz. Eso es lo que hacen las esposas. Y si ella no me hace feliz, entonces tendré que encontrar a alguien o algo que sí lo haga”.
»La verdad es que el matrimonio se trata de mucho más que solo mi felicidad. Y ella no tiene toda la responsabilidad de mi felicidad. La felicidad es subjetiva y relativa y, como hombre, mi definición de la felicidad cambia tanto que no hay manera de que ella pudiera mantenerse al día con todas mis exigencias. El matrimonio es sobre el amor y el respeto mutuo y honrar a Dios por medio de nuestra fidelidad. No se trata de mi felicidad.
3. La comunicación es más eficaz que el silencio
»Soy una persona introvertida. También soy un hombre. Por lo tanto, hablar de mis sentimientos es tan extraño e incómodo para mí como pilotear un avión.
»Automáticamente, cuando algo me molesta o me hace enojar me aíslo y me quedo callado. Llega un punto en que reprimo tanto esos sentimientos, que empiezo a buscar formas perjudiciales de canalizar mi enojo, depresión o lo que sea que me está molestando.
»De lo que me he dado cuenta es que nadie me ama y cuida de mí y nadie puede atenderme como mi esposa lo hace. Puedo estar seguro de que ella va a tratar mis inseguridades y emociones con delicadeza. Y si estoy molesto con ella, ella es la única persona que puede arreglarlo —entonces ¿por qué no hablar con ella?
4. Ayudarla a ella me beneficia a mí
»Siempre recomiendo el libro “Los 5 lenguajes del amor” a los que se van a casar o a los que ya están casados. Cambió la forma en que veía mi relación con mi esposa. Como es natural, tratamos de amar a los demás como queremos ser amados —pero si ese no es su lenguaje de amor, nuestros esfuerzos son en vano.
»De lo que me he dado cuenta es que nadie me ama y cuida de mí y nadie puede atenderme como mi esposa lo hace. Puedo estar seguro de que ella va a tratar mis inseguridades y emociones con delicadeza. Y si estoy molesto con ella, ella es la única persona que puede arreglarlo —entonces ¿por qué no hablar con ella?
4. Ayudarla a ella me beneficia a mí
»Siempre recomiendo el libro “Los 5 lenguajes del amor” a los que se van a casar o a los que ya están casados. Cambió la forma en que veía mi relación con mi esposa. Como es natural, tratamos de amar a los demás como queremos ser amados —pero si ese no es su lenguaje de amor, nuestros esfuerzos son en vano.
Lo que hago por ella me beneficia a mí
»Aunque ayudar a mi esposa es algo que debo y tengo que hacer para tener un matrimonio feliz y saludable —me di cuenta de un fenómeno interesante. Cuando yo hago algo por ella, realmente me beneficia a mí. No me malinterpreten, debemos servir no por lo que recibimos a cambio. Pero es muy bueno que nosotros recibamos algo a cambio cuando ayudamos a nuestros cónyuges. Me parece que cuando yo la ayudo (a lavar los platos, por ejemplo) eso llena su “tanque de amor” hasta el punto en que quiere hacer lo mismo por mí. Suena bien, ¿no?
5. Las diferencias no son un signo de disfunción
»En cualquier relación —de trabajo, familiar, de amistad, etc.— va a haber diferencias. Eso es normal y aceptable. Por alguna razón, muchos de nosotros ponemos al matrimonio en una categoría distinta.
»Aunque ayudar a mi esposa es algo que debo y tengo que hacer para tener un matrimonio feliz y saludable —me di cuenta de un fenómeno interesante. Cuando yo hago algo por ella, realmente me beneficia a mí. No me malinterpreten, debemos servir no por lo que recibimos a cambio. Pero es muy bueno que nosotros recibamos algo a cambio cuando ayudamos a nuestros cónyuges. Me parece que cuando yo la ayudo (a lavar los platos, por ejemplo) eso llena su “tanque de amor” hasta el punto en que quiere hacer lo mismo por mí. Suena bien, ¿no?
5. Las diferencias no son un signo de disfunción
»En cualquier relación —de trabajo, familiar, de amistad, etc.— va a haber diferencias. Eso es normal y aceptable. Por alguna razón, muchos de nosotros ponemos al matrimonio en una categoría distinta.
Creemos que si nos peleamos o discutimos es porque debe haber algo mal en nuestro matrimonio.
Inmediatamente saltamos a la conclusión de que nuestro matrimonio es disfuncional o está dañado de alguna manera.
»Y cuando pensamos que nuestro matrimonio es disfuncional, comenzamos a pensar en el plan B, dejamos de comunicarnos, y dejamos de intentar. Pero, el conflicto en el matrimonio es normal.
»La forma en que elegimos enfrentar los malos ratos es lo que determina qué tan saludable o dañado está nuestro matrimonio. Me he dado cuenta que el ver las diferencias como algo normal me ha ayudado a no enfrascarme en alguna ofensa, me ha ayudado a pedir perdón mucho más rápido, y a trabajar duro para resolver las diferencias tan pronto como sucedan.
»Como puedes adivinar por lo que puse al principio y los comentarios que recibimos regularmente – Consuela y yo tenemos un matrimonio espectacular, ahora. Es mejor de lo que era. Incluso es mejor de lo que era el día que nos casamos. Especialmente ahora que sé estas cinco cosas sobre el matrimonio.
»¿Qué tal está tu matrimonio? ¿Has encontrado similitudes en tu experiencia? ¿Qué añadirías a esta lista?».
»Y cuando pensamos que nuestro matrimonio es disfuncional, comenzamos a pensar en el plan B, dejamos de comunicarnos, y dejamos de intentar. Pero, el conflicto en el matrimonio es normal.
»La forma en que elegimos enfrentar los malos ratos es lo que determina qué tan saludable o dañado está nuestro matrimonio. Me he dado cuenta que el ver las diferencias como algo normal me ha ayudado a no enfrascarme en alguna ofensa, me ha ayudado a pedir perdón mucho más rápido, y a trabajar duro para resolver las diferencias tan pronto como sucedan.
»Como puedes adivinar por lo que puse al principio y los comentarios que recibimos regularmente – Consuela y yo tenemos un matrimonio espectacular, ahora. Es mejor de lo que era. Incluso es mejor de lo que era el día que nos casamos. Especialmente ahora que sé estas cinco cosas sobre el matrimonio.
»¿Qué tal está tu matrimonio? ¿Has encontrado similitudes en tu experiencia? ¿Qué añadirías a esta lista?».
LA MARIPOSA AZUL
La mariposa azul
Sembrando Esperanza I. No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos o no.
Por: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
La diferencia la marcas tú, y tú y nadie más que tú; tu libertad, tus decisiones, tus juicios y tus acciones, ellas te llevarán por el camino de la verdad, del bien y de la paz si así lo quieres; de lo contrario, te puedes ir preparando, porque fácil no será, te lo aseguro.
¿Cómo enfrentar esos momentos que quisiéramos que nunca llegaran? pero ahí estarán y no le podremos dar la espalda o meter la cabeza al agujero como lo hacen las avestruces cuando ven que se acerca el peligro... ¡saca la cabeza, mira fijamente el problema y atácalo de raíz! Hay realidades que ni papá, ni mamá, ni la maestra, ni nadie podrá resolver por tí. En pocas palabras, todo está en tus manos. Tu presente y tu futuro, tu felicidad, tu realización, y al final, la vida eterna.
Había un viudo que vivía con sus dos hijas, curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas. A algunas de ellas él sabía responder, a otras no. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó a las niñas de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.
El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar.
Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no supiese responder; entonces una de ellas apareció con una linda mariposa azul que usaría para engañar al sabio.
"¿Qué vas a hacer?" –preguntó la hermana.
"Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta."
Si él dijese que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. Y así, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada! jijijiji, soltó una risa maliciosa.
Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio que estaba meditando.
- "Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?"
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
"Depende de tí. Ella está en tus manos."
Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro, con nuestras decisiones y nuestros juicios. No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos (o no conquistamos). Nuestra vida está en nuestras manos, como la mariposa azul... Nos toca a nosotros escoger qué hacer con ella.
El día que puse mi vida en las manos de Dios, me quité de un gran peso, en Él confío y en Él tengo puestas todas mis esperanzas, con la seguridad que un día llegaré al cielo. Soy consciente que a Dios rogando y con el mazo dando... Por lo tanto, nunca tires la toalla y no dejes de mirarle a Él...
FLORECILLAS A MARÍA: 28 DE MAYO
Flor del 28 de mayo: María, Reina de los apóstoles
Meditación: “Pondré enemistad entre ti (satanás) y la Mujer (María), entre tu linaje y el suyo; y Ella te aplastará la cabeza” (Génesis 13,15). El apostolado ha de hacerse en lucha contra el diablo y los suyos, lo que origina persecuciones a toda la Iglesia, tanto en su cuerpo como en cada familia o individualmente. Somos los apóstoles que San Luis de Montfort señaló para este tiempo, que sólo dispone el Eterno. Sin embargo, la Reina y Capitana del pueblo de Dios dará la victoria a sus seguidores leales que la obedezcan y perseveren en el combate.
Oración: ¡Oh María Reina de los apóstoles!. Tú que haz enseñado, protegido y alentado a los apóstoles de todos los siglos, haz que seamos soldados leales y valientes de tu ejército, siendo apóstoles de tu Divino Hijo y propagando los mensajes del Reino, para que todos lleguemos al Cielo, con el Triunfo de tu Corazón Inmaculado y la vuelta de Cristo Resucitado. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Comprometerse a ser un fiel soldado de María, Capitana del ejercito de Jesús. Colocar los deseos de Dios por encima de las necesidades propias, con María como puente seguro y firme frente a las preocupaciones de cada día.
miércoles, 27 de mayo de 2015
CELEBRAR A CRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE, NOS LLENA DE ALEGRÍA
Celebrar a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote,
nos llena de alegría
Cristo es el único Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador.
Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
Nuestro corazón está herido por el pecado, nuestra mente vive dispersa en mil distracciones vanas, nuestra voluntad flaquea entre el bien y el mal, entre el egoísmo y el amor.
¿Quién nos salvará? ¿Quién nos apartará del pecado y de la muerte? Sólo Dios. Por eso necesitamos acercarnos a Él para pedir perdón.
Pero, entonces, "¿quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo?" Sólo alguien bueno, sólo alguien santo: "El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura" (Sal 24,3-4).
Sabemos quién es el que tiene las manos limpias, quién es el que tiene un corazón puro, quién puede rezar por nosotros: Jesucristo.
Jesucristo puede presentarse ante el Padre y suplicar por sus hermanos los hombres. Es el verdadero, el único, el "Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec" (Hb 5,10; 6,20). Es el auténtico "mediador entre Dios y los hombres" (1Tm 2,5), como explica el "Catecismo de la Iglesia Católica" (nn. 1544-1545).
Cristo es el único Salvador del mundo. De un modo personal, profundo, quiere ser, también, mi Salvador.
Celebrar a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, nos llena de alegría. El altar recibe la Sangre del Cordero. El Sacerdote que ofrece, que se ofrece como Víctima, es el Hijo de Dios e Hijo de los hombres. El Padre, desde el cielo, mira a su Hijo, el Cordero que quita el pecado del mundo, el Sumo Sacerdote que se compadece de sus hermanos.
El pecado queda borrado, el mal ha sido vencido, porque el Hijo entregó su vida para salvar a los que vivían en tinieblas y en sombras de muerte (cf. Lc 1,79).
Podemos, entonces, subir al monte del Señor, acercarnos al altar de Dios, participar en el Banquete, tocar al Salvador.
Como en la Última Cena, Jesús nos dará su Cuerpo y su Sangre. Como a los Apóstoles, lavará nuestros pies, y nos pedirá que le imitemos: "Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27). “Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13,15).
Ese es nuestro Sumo Sacerdote, el Cordero que salva, el Hijo amado del Padre. A Él acudimos, cada día, con confianza: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna" (Hb 4,15-16).
LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS
Lo esencial es invisible a los ojos
La soberbia y prepotencia nos hacen insensibles a las realidades de las otras personas
Por: Carlos Muñoz Gallardo | Fuente: CEC
La mirada superficial que a veces tenemos ante la realidad impide captar realidades profundas que pasan inadvertidas y que son fundamentales en la vida de las personas. En uno de sus escritos Antoine de Saint Exupéry daba el siguiente consejo: «He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos… Los hombres han olvidado esta verdad» (El Principito).
Para lograr esto se requiere educar nuestro interior, liberándolo de egoísmos, y así poder captar las necesidades de los demás. En ocasiones los miembros de la empresa ni siquiera saben lo que otros viven, sus anhelos y expectativas personales. Esta realidad es expresada con claridad por uno de los trabajadores: “Tratamos de hacer un grupo de trabajo, pero nos dicen que no vamos a hacer amigos, solo les interesa nuestros resultados”. Parecería que dedicarse a abordar o atender ciertos temas trascendentes fuera una pérdida de tiempo creando una falsa oposición entre las necesidades de la empresa y las expectativas personales.
“No hay peor ciego que aquel que no quiere ver”. La soberbia y prepotencia nos hacen insensibles a las realidades de las otras personas. Existen ciertos jefes que se creen “dueños de la verdad” y juzgan a las personas según sus propios prejuicios. Es frecuente caer en “etiquetajes” de diversos tipos calificando al trabajador como incapaz, irresponsable, o cualquier otra categoría que reduce al trabajador a un defecto o limitación sin ver sus potencialidades.
Un ciego no puede guiar a otro ciego. Abramos los ojos del corazón desterrando todas aquellas actitudes que obnubilan nuestro entendimiento para realmente poder guiar a otras personas de manera eficaz. Es necesario reconocer con humildad y reverencia que cada persona es un misterio ante el cual debemos dejarnos maravillar por la infinita dignidad que poseen al ser imagen y semejanza de Dios.
Conscientes de que somos personas en búsqueda de lo trascendente podremos iluminar todos nuestros actos, sintonizando con nuestro interior y tener así una mirada profunda a la realidad y las personas que nos acompañan en el caminar.
EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 27 DE MAYO DEL 2015
El Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan
Tiempo Ordinario
Marcos 10, 32-45. Tiempo Ordinario. Cuidemos el lugar que Cristo nos tiene preparado en el cielo, siempre con humildad y sirviendo a los demás.
Por: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 32-45
Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará» Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: ¿Qué queréis que os conceda? Ellos le respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le dijeron: Sí, podemos. Jesús les dijo: La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado. Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
Oración introductoria
Señor, gracias por comprender y disculpar mi debilidad, porque al igual que los hijos de Zebedeo, no acabo de entender lo que significa amar desinteresadamente, a Ti y a los demás. Te pido perdón por las veces que me he buscado a mí mismo en la oración y por no servir a mis hermanos por amor.
Petición
Señor Jesús, ayúdame a empezar este día con una nueva actitud de amor sincero a los demás.
Meditación del Papa Francisco
Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará» Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: ¿Qué queréis que os conceda? Ellos le respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado? Ellos le dijeron: Sí, podemos. Jesús les dijo: La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado. Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
Oración introductoria
Señor, gracias por comprender y disculpar mi debilidad, porque al igual que los hijos de Zebedeo, no acabo de entender lo que significa amar desinteresadamente, a Ti y a los demás. Te pido perdón por las veces que me he buscado a mí mismo en la oración y por no servir a mis hermanos por amor.
Petición
Señor Jesús, ayúdame a empezar este día con una nueva actitud de amor sincero a los demás.
Meditación del Papa Francisco
Juan y Santiago, le piden sentarse, en su gloria, uno a su derecha y otro a su izquierda, lo que provocó una discusión entre los demás sobre quién era el más importante en la Iglesia. La tentación de los discípulos es la misma de Jesús en el desierto, cuando el demonio se había acercado para proponerle otro camino. […]
Una Iglesia que solo piensa en los triunfos, en los éxitos, que no sabe aquella regla de Jesús: la regla del triunfo a través del fracaso, el fracaso humano, el fracaso de la Cruz. Y esta es una tentación que todos tenemos.
Recuerdo que una vez, que estaba en un momento oscuro de mi vida espiritual y le pedía una gracia al Señor. Luego me fui a predicar los ejercicios a unas religiosas y el último día se confiesan. Y vino a confesarse una monja anciana, con más de ochenta años, pero con los ojos claros y brillantes: era una mujer de Dios. Al final vi en ella a una mujer de Dios, a la que le dije: «Hermana, como penitencia, ore por mí, porque necesito una gracia. Si usted se lo pide al Señor, me la concederá con toda seguridad». Se detuvo un momento, como si orara, y me dijo: «Claro que el Señor le dará la gracia, pero no se engañe: lo hará a su divina manera». Esto me hizo muy bien. Sentir que el Señor siempre nos da lo que pedimos, pero a su divina manera. Y la divina manera es hasta el extremo. La divina manera consiste en la cruz, pero no por masoquismo: ¡no, no! Sino por amor. Por amor hasta el extremo".
Pidamos al Señor la gracia de no ser una iglesia a mitad de camino, una Iglesia triunfalista, de grandes éxitos, sino de ser una Iglesia humilde, que camina con decisión, como Jesús. Adelante, adelante, adelante... Un corazón abierto a la voluntad del Padre, como Jesús. Pidamos esta gracia. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de mayo de 2013, en Santa Marta).
Reflexión
Jesús sabía que subir a Jerusalén significaba acercarse a la muerte. Los judíos y fariseos ya pensaban matarlo porque no les convenía la doctrina que estaba predicando y además porque los adeptos que se le unían se multiplicaban cada vez más. Es por esto que sus discípulos tenían miedo. Ninguno de nosotros se acercaría a una ciudad donde sabemos que nos sentarán en una silla eléctrica o donde colocarán nuestra cabeza debajo de una guillotina...
Sin embargo, el evangelio nos dice que Jesús iba delante de ellos. Esto es lo más importante y el motivo por el cual venceremos el miedo. No les abandonó ni les dejó a la deriva, más aún, ni siquiera les envío a ellos solos por su cuenta permaneciendo Él en otra ciudad. Sino que Cristo mismo iba delante de ellos, como un capitán que está al frente de su escuadrón para librar el combate.
Cada uno de nosotros camina a su propia Jerusalén. Para unos será la posibilidad de construir una familia, en otros la elección de una carrera o quizás en tantos otros la responsabilidad de dar una buena educación a los hijos. Quizás nosotros también estamos temerosos igual que los discípulos, porque nos acercamos a una ciudad donde no queremos ir. Una ciudad a la que nos dirigimos sin poner resistencia pero de la que quizá tenemos miedo, temerosos de lo que nos sucederá cuando lleguemos a ella. ¿Tendré buen futuro si me caso? ¿Sabré educar correctamente a mis hijos? ¿Tendrá éxito el nuevo negocio? Son temores que a todos nos vienen cuando caminamos solos por esta vida. Pero cuando nos demos cuenta de que el maestro va delante de nosotros y es Él quien guía nuestros pasos, nuestras inseguridades se desvanecerán y nuestra confianza en ÉL aumentará porque ¡Cristo es el amigo que nunca falla!
Por otra parte, ni siquiera los apóstoles estaban a salvo de la ambición. También ellos querían ser los "ministros" de ese nuevo Reino que Jesús anunciaba. ¡Qué lejos estaban de entender el auténtico significado de su mensaje!
Quizás sea uno de los aspectos menos comprendidos del cristianismo. Porque ponerse a servir exige algo de humillación, desprendimiento, entrega y sacrificio. Es más cómodo sentarse a ver cómo los demás trabajan, pero eso no tiene ningún mérito.
Jesús nos dio un ejemplo insuperable de lo que es servir. Imagínese que el mismo Dios, dueño y Señor de todo, se pone al nivel de una de sus criaturas para lavarle los pies. Es el pasaje de la Última Cena que leemos en el evangelio de San Juan. Y eso que el trabajo de lavar los pies estaba reservado sólo a los esclavos. A Cristo no le importa pasar por un esclavo con tal de que los suyos entiendan por fin que es más importante servir que ser servido.
Por eso, conviene ir corrigiendo la orientación natural de nuestro corazón, para hacerlo más disponible y atento a las necesidades de quienes conviven con nosotros.
Propósito
Revisar mi actitud y los motivos por los cuales participo, o no participo, en un apostolado.
Diálogo con Cristo
Padre mío, para servir a los demás con amor, debo luchar incansablemente para dominar mi soberbia, necesito dejarme transformar por Ti. Estoy convencido de que mis proyectos son vanos, si no están respaldados por una vida humilde y un corazón generoso y desinteresado. Me creaste para ser santo, y la santidad no es sino una respuesta de amor en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande.
Jesús sabía que subir a Jerusalén significaba acercarse a la muerte. Los judíos y fariseos ya pensaban matarlo porque no les convenía la doctrina que estaba predicando y además porque los adeptos que se le unían se multiplicaban cada vez más. Es por esto que sus discípulos tenían miedo. Ninguno de nosotros se acercaría a una ciudad donde sabemos que nos sentarán en una silla eléctrica o donde colocarán nuestra cabeza debajo de una guillotina...
Sin embargo, el evangelio nos dice que Jesús iba delante de ellos. Esto es lo más importante y el motivo por el cual venceremos el miedo. No les abandonó ni les dejó a la deriva, más aún, ni siquiera les envío a ellos solos por su cuenta permaneciendo Él en otra ciudad. Sino que Cristo mismo iba delante de ellos, como un capitán que está al frente de su escuadrón para librar el combate.
Cada uno de nosotros camina a su propia Jerusalén. Para unos será la posibilidad de construir una familia, en otros la elección de una carrera o quizás en tantos otros la responsabilidad de dar una buena educación a los hijos. Quizás nosotros también estamos temerosos igual que los discípulos, porque nos acercamos a una ciudad donde no queremos ir. Una ciudad a la que nos dirigimos sin poner resistencia pero de la que quizá tenemos miedo, temerosos de lo que nos sucederá cuando lleguemos a ella. ¿Tendré buen futuro si me caso? ¿Sabré educar correctamente a mis hijos? ¿Tendrá éxito el nuevo negocio? Son temores que a todos nos vienen cuando caminamos solos por esta vida. Pero cuando nos demos cuenta de que el maestro va delante de nosotros y es Él quien guía nuestros pasos, nuestras inseguridades se desvanecerán y nuestra confianza en ÉL aumentará porque ¡Cristo es el amigo que nunca falla!
Por otra parte, ni siquiera los apóstoles estaban a salvo de la ambición. También ellos querían ser los "ministros" de ese nuevo Reino que Jesús anunciaba. ¡Qué lejos estaban de entender el auténtico significado de su mensaje!
Quizás sea uno de los aspectos menos comprendidos del cristianismo. Porque ponerse a servir exige algo de humillación, desprendimiento, entrega y sacrificio. Es más cómodo sentarse a ver cómo los demás trabajan, pero eso no tiene ningún mérito.
Jesús nos dio un ejemplo insuperable de lo que es servir. Imagínese que el mismo Dios, dueño y Señor de todo, se pone al nivel de una de sus criaturas para lavarle los pies. Es el pasaje de la Última Cena que leemos en el evangelio de San Juan. Y eso que el trabajo de lavar los pies estaba reservado sólo a los esclavos. A Cristo no le importa pasar por un esclavo con tal de que los suyos entiendan por fin que es más importante servir que ser servido.
Por eso, conviene ir corrigiendo la orientación natural de nuestro corazón, para hacerlo más disponible y atento a las necesidades de quienes conviven con nosotros.
Propósito
Revisar mi actitud y los motivos por los cuales participo, o no participo, en un apostolado.
Diálogo con Cristo
Padre mío, para servir a los demás con amor, debo luchar incansablemente para dominar mi soberbia, necesito dejarme transformar por Ti. Estoy convencido de que mis proyectos son vanos, si no están respaldados por una vida humilde y un corazón generoso y desinteresado. Me creaste para ser santo, y la santidad no es sino una respuesta de amor en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande.
FLORECILLAS A MARÍA: 27 DE MAYO
Meditación: ¡Quien puede dejar de admirar la perfección de la Rosa que el Señor nos dio!. De pequeña un capullo tierno bajado del Cielo que guardaba silencio y era la alegría de los que con Ella vivían. Al Templo la entregaron no sabiendo que Ella era un Templo Sagrado. Llena de pureza crecía, y aquella Virgen Bendita a Dios le consagraba su vida, sin advertir que el Señor su alma inmaculada miraba, haciéndola Su Esposa amada. La Rosa más hermosa se abría y en su corola escondido estaría el Mesías. Nueve meses los perfumes de aquella Flor abrigarían al Redentor, para darle permanentemente su amor como eterna oblación. Aquella pequeña Rosa excelsa nos guía como Rosa Mística, pues es María Madre de la Iglesia.
Oración: ¡Oh María Rosa Mística, preciosísima!. Muéstranos la pureza de corazón para agradar a Dios como lo hiciste vos, y haznos templos perfectos del Espíritu Santo para que seamos por El guiados. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Colocar en cada hogar un pequeño altar consagrado a María, como regalo a Su Hijo que busca que la amemos como El la ama.
REGALÓ TODO
Regaló todo
Las únicas posesiones que tenía santo Tomás de Villanueva eran una Biblia y la ropa que llevaba puesta.
Como veía que se iba a morir, repartió entre los pobres de Valencia lo que le habían regalado. Pero al darse cuenta de que cierto criado no había estado presente en el momento del reparto de “tan rica
herencia”, le hizo llamar y le dijo:
“Hijo mío, sólo me queda esta cama en la que me ves agonizante. Te la regalo. Y ahora que ya es tuya, ¿me la prestas, por amor de Dios, para poder morir en ella?”.
PASTEL DE DIOS
Pastel de Dios
A veces me pregunto, Qué hice para padecer esto?, o Por qué tenía que hacerme esto Dios? Aquí hay una explicación maravillosa!
Una hija le cuenta a su madre como todo está mal, está reprobando álgebra, su novio cortó con ella y su mejor amiga se esta cambiando de ciudad.
Mientras, su mamá esta preparando un pastel y le pregunta a su hija que si quiere comer algo, y la hija dice, "Claro mamá, me encanta tu pastel."
"Ten , tómate este aceite," le ofrece su madre. "Wácala" dice la hija.
"Que tal un par de huevos crudos?"
"Que asco, Mamá!"
"Entonces quieres algo de harina? O que tal bicarbonato ?" "Mamá, todo eso es asqueroso!"
A lo cual la madre responde : " Si ", todas esas cosas parecen malas por si solas. Pero cuando las unes de la manera adecuada, hacen un pastel maravillosamente delicioso!
Así trabaja Dios . Muchas veces nos preguntamos porque nos permite pasar por tiempos tan malos y difíciles. Pero Dios sabe que cuando pone todas estas cosas en Su orden, siempre trabajan para bien! Solo tenemos que confiar en Él y, tarde o temprano, estas cosas harán algo maravilloso!
Dios esta loco por ti. Te manda flores cada primavera y un amanecer cada mañana.
Cuando quieres hablar. Él te escucha. Puede vivir en cualquier lugar del universo, y escogió tu corazón.
Espero que tu día sea " ¡¡¡¡¡ Un pedazo de pastel !!!!! "
Puede ser que la vida no sea la fiesta que imaginamos, pero ya que estamos aquí es mejor que bailemos.
DESPERTAR AL CRISTO DORMIDO EN NOSOTROS
Despertar al Cristo dormido en nosotros.
A Dios no lo vemos con los ojos, pero estamos seguros que está en nuestro corazón.
Por: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
Se levantó una fuerte borrasca...
Mc 4,35-41
La fe nos exige creer en la presencia de Dios, incluso cuando no lo sentimos.
La vida es como una ensalada bien variada: hay momentos de tranquilidad y de turbación. A veces nos sentimos con tanta fuerza como para mover el mundo con un dedo y otras veces nos sentimos caídos en el fondo de un pozo, abandonados, sin esperanza.
Los apóstoles tuvieron la experiencia de un gran peligro: las aguas les iban a tragar y lo peor era que el único Hombre que podía ayudarles estaba durmiendo tranquilamente.
La experiencia de la tempestad o adversidades es común a todos los hombres, de todas las razas, culturas, lugares y tiempos. La cruz nos persigue como nuestra sombra. ¿Qué hay que hacer? Hay que despertar al Cristo que está durmiendo dentro de nosotros.
Para algunos hombres, Cristo está ausente de sus vidas, pues no tienen ningún contacto personal con Él. No le hablan en la oración y no lo experimentan en los sacramentos.
Para otros, Cristo murió dentro de ellos. Hubo un tiempo, tal vez cuando eran jóvenes, en que caminaban mano a mano con Él. Lo veían en todas partes: en la belleza de la naturaleza y en las maravillas del firmamento. Como dijo un poeta irlandés, Joseph Mary Plunket: "Dios ha hecho tres cosas muy bellas: las estrellas del cielo, las flores del campo y los ojos de los niños".
Pero para muchos el pecado ya ha obstaculizado esta experiencia de Dios. Él es sólo un eco arcano del momento de su Primera Comunión o de su boda.
Para otros más, Cristo está dentro de ellos, pero durmiendo. Tratan de despertarlo por medio de su fe. A veces la fe se hace auténtica. Es la fe de los mártires que no ven nada que no sea la punta de un fusil. La fe no es un sentir, sino un aceptar voluntariamente la presencia de un Dios que no vemos con los ojos, pero estamos seguros que está ahí.
La experiencia del Cristo durmiendo en la barca de nuestra vida es bastante común. Muchas veces uno escucha: "Padre, he perdido mi fe". Y uno le pregunta: "Pero, ¿es que ya no cree en Dios?" La persona responde que sí cree en Él, pero que no lo siente.
Pero a Dios no se lo siente como si fuese un caramelo.
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