martes, 13 de enero de 2015

CUANDO FACEBOOK DAÑA A LA FAMILIA



Cuando Facebook daña a la familia

El “remedio” ante este tipo de peligros radica en construir vidas familiares sanas, llenas de ingenio e interé


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net



De un modo sutil, Facebook u otras redes sociales pueden dañar la vida de una familia cuando uno o varios miembros quedan atrapados continuamente en diálogos a través de la red mientras debilitan las relaciones vivas en el propio hogar.
¿Por qué ocurre esto? Las redes sociales reúnen características que atraen. Son dinámicas, quedan “fijas” en sus fotos o textos, se mueven con rapidez, alcanzan a muchas personas. Un diálogo en casa procede desde recuerdos o tensiones que a veces dificultan la relación, por lo que algunos prefieren sumergirse en el mundo virtual en vez de afrontar los problemas de quienes están más cerca.
Además, es fácil y hasta agradable dialogar con otros en las redes sociales. No es tan fácil, y en ocasiones resulta problemático, mantener una comunicación directa y viva en el hogar, o entre los compañeros de trabajo y personas cercanas.
La provocativa frase de que la tecnología nos acerca a los lejanos y nos aleja de los cercanos se aplica, cuando ocurre lo anterior, a Facebook. Porque resulta agradable saludar “online” a viejos compañeros de escuela o a personas encontradas durante las vacaciones, mientras no es tan agradable hablar con quien nos va a pedir ayuda a la hora de limpiar la casa o de ordenar los libros en la sala de visitas.
El “remedio” ante este tipo de peligros radica en construir vidas familiares sanas, llenas de ingenio e interés por los demás. En un mundo de prisas, con un continuo peligro de atomizarnos y de encerrarnos en burbujas cómodas, resulta sumamente bello esforzarse por mantener fresco el cariño en el hogar.
Entonces, y sólo entonces, al regresar a casa, uno sentirá el deseo de apagar el propio móvil (celular). O, al menos, lo dejará a un lado, precisamente porque vale la pena dedicar lo mejor del propio tiempo al esposo, a la esposa, a los hijos, a los padres, a los abuelos.
Además, y eso es lo más importante, con menos tiempo en Facebook habrá más tiempo para Dios, que es el verdadero corazón de una sana y fecunda vida familiar..

DIOS PADRE ESCOGIÓ LA POBREZA PARA SU HIJO


Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo
El pobre de espíritu es aquel que no pone su esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. 
Por: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net



Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.

Esta decisión de Dios de escoger la pobreza pone en jaque la manera de pensar y especialmente de vivir de muchos hombres hoy en día. Es de suponer que Dios, sabiduría infinita, siempre escoge lo mejor. Al escoger la pobreza margina la riqueza. Más tarde Cristo iba a explicar esta opción cuando puso como primera bienaventuranza la pobreza de espíritu: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3).

La pobreza que exigió Cristo a sus seguidores no se refería a una condición socio-económica, sino a una actitud religiosa. El “pobre de espíritu” es aquel que no pone su esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. No hay duda de que las riquezas pueden atar el corazón humano y bloquearle de tal manera que ya no busca la dicha en Dios sino en las cosas. El hombre se enamora de las creaturas y se olvida del Creador. También cierra su corazón a las necesidades de los demás.

En este mundo donde el hombre lucha por poseer más y más, por acumular más y más, por tener más y más, siguiendo los instintos de su avaricia y ambición; en este mundo en que los hombres sólo se preocupan por almacenar sus bienes sin compartirlos; en este mundo en donde el pobre no es tenido en cuenta, Belén es un signo y una profecía para todos nosotros. Signo en cuanto que nos descubre que la pobreza, desde el punto de vista divino, es riqueza, es salvación, es bendición; y profecía en cuanto que nos abre a la verdad de la pobreza como senda de felicidad y de realización personal.

lunes, 12 de enero de 2015

VIAJE APÓSTOLICO DEL PAPA FRANCISCO A SRI LANKA, DEL 13 AL 15 DE ENERO - SU CRONOGRAMA


Programa completo del viaje del Papa a Sri Lanka y Filipinas
Del lunes 12 al lunes 19 de enero 2015

Roma, 11 de enero de 2015 (Zenit.org) 


 LUNES 12 -
16,50 - Parte el Papa y la comitiva desde Roma, en un airbus A330 de Alitalia. Un viaje de 9,30 horas.


MARTES 13
9, 00- el avión llega a Sri Lanka, a la ciudad de Colombo, donde le dan el bienvenido con una ceremonia en la que pronunciarán discursos. Desde el aeropuerto hay una recorrido de 25 km hasta la ciudad de Colombo, en el cual la gente podrá saludarlo.

13,15- En lanunciatura y al arzobispado, encuentro con los obispos del país, unos veinte

El Papa lleva como don un documento en bronce, en idioma de Siri Lanka antiguo, en el que el Rey de Kandy autorizaba la conversión al catolicismo.

17,00- Visita de cortesía en el palacio presidencial.

18,15- Después un encuentro interreligioso, entre el budismo, que es mayoritario con el 70 por ciento, el hinduismo un 13 por ciento, el islam con un 10 por ciento y los católicos que son el 7 por ciento. Hay que tener en cuenta que las religiones están generalmente relacionadas con algunas etnias. Además del discurso del Papa, habrá otro de un líder budista.

MIÉRCOLES 14 -
8,30- Con la misa presidida por Francisco en la que se canoniza a José Vas, primer beato de Sri Lanka, procamado hace 20 años por Juan Pablo II. Un oratoriano que evangelizó entre el siglo XVII y el XVIII, en situación de dificultad por el pasaje de la colonización portuguesa a la holandesa. La canonización se realiza con el procedimiento que no requiere un milagro aprobado formalmente.
14,00- Viaje en helicóptero a Madhu

15,30- Oración mariana en el santuario mariano de Madhu, en la región Tamil, donde la guerra civil fue intensa. O sea que se espera una invitación a la paz y al diálogo. Hay un rol particular de la Iglesia porque los católicos son sea tamiles que singaleses, mientas que los tamiles son hinduistas y los singaleses son mayoritariamente budistas. Allí el Pontífice realizará una oración mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rosario. Regresa en helicóptero a Colombo.

El JUEVES 15 -
8,15- Visita a la capilla “Our Lady of Lanka” en Bolawalana. Antes de llegar al aeropuerto el Papa pasa por el Instituto cultural Benedicto XVI, que colabora en el diálogo interreligioso después de la guerra civil. Se despide en el aeropuerto, sin discursos aunque allí estará el presidente del país.
8,45- Ceremonia de despedida en el aeropuerto Internacional de Colombo.
9,00- Parte el avión de la compañia Sri Lankan

(Viaje a Filipinas de 4,500 kilómetros)
17,45 Llegada a Manila, en la Air Base Villamor, donde le espera el presidente filipino, y diversas delegaciones y va a la nunciatura.

VIERNES 16 -  
9,15- Ceremonia de bienvenido en el Palacio presidencial.
10,15 Visita al palacio presidencial, donde encuentra a las autoridades y al cuerpo diplomático. Habrá un discurso sea del papa que del presidente.
11,15 Misa en la catedral de la Inmaculada Concepción, símbolo de la evangelización, con el clero y religiosos. Sigue la comida en la nunciatura.
17,15 Es el encuentro con las familias, en el Mall of Asia Arena a Manila. Con testimonios, intenciones, grupos familiares uno de los cuales con la presencia de trisnientos. Habrá también testimonios sobre el problema de la pobreza y emigración, y lo que esto último significa como prueba para las familias. También habrá un testimonio sobre los diversamente hábiles.

SÁBADO 17 - 
8,15- Parte de Manila
9,30- Llegada al aeropuerto de Tacloban, a 650 kilómetros de Manila, para encontrar a las víctimas y afectados por el tifón.
10,00- Santa misa al lado del Tacloban International Airport. Después va por 12 kilómetros en papamóvil hasta la residencia del arzobispo, donde el Santo Padre.
12,45- Almuerzo del Papa con unos 30 sobrevivientes del tifón y de un anterior terremoto.
15,00- El Papa bendice el centro de ayuda, el Pope Francis Center for de Poor, relacionado con el dicasterio vaticano Cor Unum.
15,15- En la catedral tendrá un encuentro con los religiosos que viven con el pueblo la tragedia del tifón. Y se regresa a Manila, antes de las 17 horas locales, debido a la falta de iluminación del aeropuerto.
18,15- Llegada a Manila en la la Villamor Air Base.

El DOMINGO 18 -
9,45- En Manila visita la Universidad Católica Santo Tomás, con 400 años de fundación. Aquí encuentra a líderes religiosos. 
10,30- Encuentro con los jóvenes, en el campo deportivo de la Universidad, con tres testimonios importantes: una jóven de la calle que ahora es estudiante; el de un estudiante, sobre la falta de orientación y el tercero, un muchacho que hizo voluntariado después del tifón. El Pontífice rezará al concluir, la oración del ángelus.
13,00- Almuerzo en la nunciatura.
15,30- Santa misa en el Riza Park, en Manila. (Allí fue la histórica de Juan Pablo II en 1985, en la que se habla de 4,5 millones de personas. Misa del 'Santo Niño', dedicada al Niño Jesús. Al anochecer hay un 'envío misionero' con el encenderse de las velas, como conclusión del viaje del Papa.

LUNES 19 -
9,45 Ceremonia de despedida en la base aérea de Villamor
10,00 Parte el avión de Manila hacia Roma
17,40 Llegada al aeropuerto Ciampino de Roma.

Uso orario
Roma: +1h UTC
Colombo: +5h,30’ UTC
Madhu: +5h,30’ UTC
Manila: +8h UTC
Tacloban: +8h UTC

(11 de enero de 2015) © Innovative Media Inc.

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 12 DE ENERO DEL 2015


Vocación de los primeros discípulos
Tiempo Ordinario

Marcos 1, 14-20. Tiempo Ordinario. El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él. 


Por: Juan Mª Piñero | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: Decía: -El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertios y creed en la Buena Nueva. Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: -Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres. Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.

Oración introductoria
Jesús, creo en tu Evangelio y estoy arrepentido de mis faltas de amor. Me toca a mí y de mí depende el que tus palabras no se pierdan. Me toca a mí el que tu mensaje de salvación llegue a todos los hombres. Te suplico, en esta oración, me des la gracia de comprender que depende de mí que Tú seas más conocido, más amado y más seguido.

Petición
Señor, dame la gracia de seguir tu llamado, cueste lo que cueste.

Meditación del Papa Francisco
Jesús llama a Pedro, Andrés, Santiago y Juan: están pescando, pero dejan enseguida las redes y le siguen. El Señor quiere preparar a sus discípulos para su nueva misión. Es precisamente de Dios, del amor de Dios, preparar los caminos... preparar nuestras vidas, para cada uno de nosotros. Él no nos hace cristianos por generación espontánea: ¡Él prepara! Prepara nuestro camino, prepara nuestra vida, desde hace tiempo:
Parece que Simón, Andrés, Santiago y Juan hayan sido elegidos definitivamente aquí, ¡sí han sido elegidos! ¡Pero ellos en este momento no han sido definitivamente fieles! Después de esta elección se han equivocado, han hecho propuestas no cristianas al Señor: ¡han renegado al Señor! Pedro en grado superlativo, los otros por temor: tienen miedo y se van. Han abandonado al Señor. El Señor prepara. Y luego, después de la Resurrección, el Señor ha tenido que continuar en este camino de preparación hasta el día de Pentecostés. Y después de Pentecostés también, alguno de estos – Pedro, por ejemplo – se ha equivocado y Pablo ha tenido que corregirlo. Pero el Señor prepara. (Cf. S.S. Francisco, 13 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
Reflexión
En este pasaje podemos comprobar cómo Jesús pasa a nuestro lado y nos llama. Cristo se presenta a nosotros en las actividades diarias, cuando menos lo esperamos, ya sea en la oficina, ya sea en las labores de casa. Él nos ve y nos llama.

El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él totalmente. Esto no significa que haya que dejar de trabajar en ese momento o salir del trabajo para estar con Él (aunque si fuera posible sería maravilloso, como quien atiende a su mejor amigo recibiéndole en casa y no sólo llamando por teléfono). Jesús nos llama sin importarle lo que somos o cómo somos. No le importa si somos un banquero, un albañil, un ama de casa, un pecador o un santo. Eso sí, una vez que le hemos respondido se nos pide dejarlo todo y seguirlo. Escogió a pescadores y a publicanos. Y no fueran los más inteligentes o capaces de su tiempo. Dios escoge a quien quiere. No hay motivos para tener miedo a fallarle, a no ser del todo fieles a Cristo en nuestro trabajo. Los apóstoles también le dejaron pero, sin embargo, tuvieron el valor de levantarse.

El Papa Juan Pablo II lo dijo al inicio de su pontificado; "no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo". Hagámoslo porque para Dios nada es imposible.

Propósito
Ser fiel al horario destinado a mi oración diaria, para que Cristo dirija mi pensamiento y mis acciones.

Diálogo con Cristo 
Gracias por ese rato de oración, Padre bueno. Quiero salir de ella convencido de que soy un pobre instrumento, pero que, aun así, Tú me has llamado a colaborar en la extensión de tu Reino. Muchas veces no logro seguirte en todo, me acomodo a lo que implica el menos esfuerzo, pero hoy tengo el firme propósito, confiando en tu gracia, que puedo mejorar.

LA SABIDURÍA DEL DOLOR


La sabiduría del dolor


Todos de alguna forma u otra sufrimos en la vida, nos guste o no.
Cuando aparece el dolor, cuando llega el sufrimiento por pequeño o grande que sea, es necesario aceptarlo con paz.

Decimos que el mejor maestro es el dolor...
Es que nos hace más sensibles y comprensivos ante el dolor ajeno, quien ha sufrido, siempre sabrá escuchar, comprender, disculpar.
El dolor nos madura, humaniza, nos hace humildes, nos hace capaz de pedir ayuda y dar consuelo.

Dicen que los ojos que han llorado ven mejor, y es cierto, las lágrimas limpian el alma y no le impiden la entrada a Dios en nuestro corazón.

Al dolor debemos tomarlo como una parte de la vida y aprender que es una forma de irnos madurando, nos hace crecer espiritualmente si sabemos sacarle provecho.

Cuando en nuestra vida todo es plenitud, salud, viajes, etc., no se elevan los ojos al cielo, todo al suelo, a lo terrenal.

Pero cuando se sufre de soledad, enfermedad, tristeza, vacío del alma, aprendemos a elevar los ojos hacia Dios, nuestro padre.
La alegría fabricada es mala, es como una copa de alcohol que embriaga y hace olvidar por un rato la realidad en que vivimos.
Es necesario aceptar la realidad aunque sea dolorosa, esto siempre será mejor, el dolor nos enseña a amar, a perdonar, a ser humildes, el dolor es parte de la vida y es el mejor método para madurar.

Autor desconocido
 

IMÁGENES DE LOS MISTERIOS GLORIOSOS DEL SANTO ROSARIO : REZA MIÉRCOLES Y DOMINGO







EL CIEGO


EL CIEGO


Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:

"POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. 

Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. 

Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. 

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. 

El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito. 

El publicista le contestó:

"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino. 

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:

"HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA".

Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo, y verán que puede que resulte mejor de esa manera. 

Te deseo un Feliz Día... y ten en mente que todo cambio, renueva día a día tu vida... 

Lo difícil es encontrar nuevas estrategias para lograr respuestas diferentes.

Decía Einstein:

"Si hace lo que siempre ha hecho,
obtendrá los resultados que siempre ha obtenido" 

Bastante obvio, tanto que se nos olvida...

HA LLEGADO UNA PETICIÓN


Ha llegado una petición
Ha llegado una petición a las puertas de mi vida. Soy libre de dar una respuesta. Si amo, no podré cerrar nuevamente la mano.


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Corazones.org



Ha llegado una petición a la puerta de mi vida. Dar una mano, arreglar una computadora, acompañar en un paseo, ir a visitar a un amigo común, dialogar un rato sobre Dios.

La petición entra en mi vida. Tengo un programa lleno. Mis planes, mis deseos, han invadido los espacios de la agenda. Hay tanto que hacer. La lista de correos pendientes se alarga. Además, uno quiere ver aquel vídeo, escuchar esa música, poner mensajes en Facebook...

Una petición ha llegado. Puedo responder, como tantas veces, que no tengo tiempo. Me cierro en mis seguridades. Prefiero mis proyectos. Además, ¿no hay otros capaces de atender esa petición?

En mi corazón, sin embargo, algo cambia. Si tantas veces he dicho “no”, ¿por qué no dar un "sí"? Es cierto: dar un sí me obligará a ajustar mis planes, quitará tiempo a otros asuntos.

Hasta ahora he pensado en mí: lo que me costaría atender la petición, lo que perdería, lo que ganaría (hay peticiones que atiendo con gusto porque luego lograré una contrapartida...). ¿Y el otro?

La perspectiva cambia completamente cuando acojo la petición desde el otro lado. Alguien está ahí, a la puerta de mi vida. Espera que le dé tiempo, cariño, atenciones, respuestas, ayudas concretas (técnicas o materiales).

Ese alguien, lo sabemos por el Evangelio, es en cierto modo Cristo mismo. "A mí me lo hicisteis" (cf. Mt 25,40). Con humildad, con respeto, confía en que le dé una respuesta positiva, un gesto de ayuda en algo muy concreto.

Ha llegado una petición a las puertas de mi vida. Soy libre de dar una respuesta. Si amo, no podré cerrar nuevamente la mano. Ante mí unos ojos esperan palabras y gestos de afecto, de solidaridad, de amor sincero...

INICIAMOS EL TIEMPO ORDINARIO - CALENDARIO LITÚRGICO 12 DE ENERO DEL 2015

Celebremos el Tiempo Ordinario
El Tiempo Ordinario de la Liturgia, ordinario no significa de poca importancia 


Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net



Ordinario no significa de poca importancia, anodino, insulso, incoloro. Sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes”, que son el ciclo de Pascua y el de Navidad con su preparación y su prolongación.

Es el tiempo más antiguo de la organización del año cristiano. Y además, ocupa la mayor parte del año: 33 ó 34 semanas, de las 52 que hay.

El Tiempo Ordinario tiene su gracia particular que hay que pedir a Dios y buscarla con toda la ilusión de nuestra vida: así como en este Tiempo Ordinario vemos a un Cristo ya maduro, responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad, sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los hombres…así también nosotros en el Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios. Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante estas 33 semanas del Tiempo Ordinario.

Crecer. Crecer. Crecer. El que no crece, se estanca, se enferma y muere. Debemos crecer en nuestras tareas ordinarias: matrimonio, en la vida espiritual, en la vida profesional, en el trabajo, en el estudio, en las relaciones humanas. Debemos crecer también en medio de nuestros sufrimientos, éxitos, fracasos. ¡Cuántas virtudes podemos ejercitar en todo esto! El Tiempo Ordinario se convierte así en un gimnasio auténtico para encontrar a Dios en los acontecimientos diarios, ejercitarnos en virtudes, crecer en santidad…y todo se convierte en tiempo de salvación, en tiempo de gracia de Dios. ¡Todo es gracia para quien está atento y tiene fe y amor!

El espíritu del Tiempo Ordinario queda bien descrito en el prefacio VI dominical de la misa: “En ti vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.

Este Tiempo Ordinario se divide como en dos “tandas”. Una primera, desde después de la Epifanía y el bautismo del Señor hasta el comienzo de la Cuaresma. Y la segunda, desde después de Pentecostés hasta el Adviento.

Les invito a aprovechar este Tiempo Ordinario con gran fervor, con esperanza, creciendo en las virtudes teologales. Es tiempo de gracia y salvación. Encontraremos a Dios en cada rincón de nuestro día. Basta tener ojos de fe para descubrirlo, no vivir miopes y encerrados en nuestro egoísmo y problemas. Dios va a pasar por nuestro camino. Y durante este tiempo miremos a ese Cristo apóstol, que desde temprano ora a su Padre, y después durante el día se desvive llevando la salvación a todos, terminando el día rendido a los pies de su Padre, que le consuela y le llena de su infinito amor, de ese amor que al día siguiente nos comunicará a raudales. Si no nos entusiasmamos con el Cristo apóstol, lleno de fuerza, de amor y vigor…¿con quién nos entusiasmaremos?

Cristo, déjanos acompañarte durante este Tiempo Ordinario, para que aprendamos de ti a cómo comportarnos con tu Padre, con los demás, con los acontecimientos prósperos o adversos de la vida. Vamos contigo, ¿a quién temeremos? Queremos ser santos para santificar y elevar a nuestro mundo.

domingo, 11 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 11 DE ENERO DEL 2015 - JESÚS ES BAUTIZADO EN EL JORDÁN


Jesús es bautizado en el Jordán
Solemnidades y Fiestas

Marcos 1, 7-11. Bautismo de Jesús. La voz que resuena de lo alto atestigua que Jesús es obediente en todo al Padre por amor. 


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net



Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo Juan predicaba diciendo: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»
Oración introductoria
Jesús, qué alegría y qué don tener este tiempo de oración para poder estar contigo a solas. Quiero descubrirte y conocerte de modo más profundo. Quiero esperar en Ti más firmemente. Quiero amarte más. Sólo Tú puedes darme estos dones.

Petición
Jesús, dame la gracia para que puedas permanecer siempre en mí.

Meditación del Papa Francisco
Cuando Jesús recibió el bautismo de Juan en el río Jordán, “se abrieron los cielos”. Esto realiza las profecías. En efecto, hay una invocación que la liturgia nos hace repetir en el tiempo de Adviento: “Ojalá rasgases el cielo y descendieses!”. Si el cielo permanece cerrado, nuestro horizonte en esta vida terrena es sombrío, sin esperanza. En cambio, celebrando la Navidad, la fe una vez más nos ha dado la certeza de que el cielo se rasgó con la venida de Jesús. Y en el día del bautismo de Cristo contemplamos aún el cielo abierto. La manifestación del Hijo de Dios en la tierra marca el inicio del gran tiempo de la misericordia, después de que el pecado había cerrado el cielo, elevando como una barrera entre el ser humano y su Creador. Con el nacimiento de Jesús, el cielo se abre.
Dios nos da en Cristo la garantía de un amor indestructible. Desde que el Verbo se hizo carne es, por lo tanto, posible ver el cielo abierto. Fue posible para los pastores de Belén, para los Magos de Oriente, para el Bautista, para los Apóstoles de Jesús, para san Esteban, el primer mártir, que exclamó: “Veo los cielos abiertos”. Y es posible también para cada uno de nosotros, si nos dejamos invadir por el amor de Dios, que nos es donado por primera vez en el Bautismo. ¡Dejémonos invadir por el amor de Dios! ¡Éste es el gran tiempo de la misericordia! No lo olvidéis: ¡éste es el gran tiempo de la misericordia! (S.S. Francisco, 12 de enero de 2014, homilía).
Reflexión
A veces, la voluntad de Dios se carga de una niebla de misterio. Nadie esperaba que Cristo, el Hijo de Dios, se acercara al pobre profeta Juan, para ser bautizado. Incluso el mismo Bautista intentó impedírselo. Pero cuando el Maestro pide, hay que saber bajar la cabeza...

Los slogans de nuestro mundo querido, proclamando la era de la libertad a toda costa, no han hecho sino esclavizar al hombre a sus propios caprichos y tendencias desordenadas. Nunca el hombre ha estado tan atado por las cadenas de su soberbia, de su ira, y avaricia... El Maestro por el contrario, proclama la libertad del espíritu humillándose ante el profeta, a quien dice: "conviene que sea así". Sólo tras este acto de sencillez, se revela la divinidad de Cristo culminada con las palabras del Padre: "Éste es mi Hijo amado..." ¿Por qué Cristo es el amado del Padre? Precisamente porque se ha ofrecido para la salvación de los hombres, reparando el pecado de Adán. Nunca comprenderemos que todo un Dios se degrade hasta hacerse creatura, hombre. Pero la enseñanza no ha dejado de ser la misma: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón". Cristo no presume de ser Dios, y tenerlo todo. Presume de ser manso y humilde. Y de hecho, la imagen de su muerte elegida por los profetas, será la de un manso cordero llevado al matadero... El hombre manso es justo, amigable y optimista. El hombre humilde es pacífico y paciente. Vive confiando en la Providencia del Padre. No se engríe en los éxitos, ni se desespera en los fracasos. Porque sabe que Dios vela a su lado, y que nunca, nunca nunca le va a dejar solo.

Propósito
Darme el tiempo para hacer una visita al Santísimo para agradecer a Cristo su amor.

Diálogo con Cristo
Qué hermoso saber que tengo un Padre que me ama y está cerca de mí, que se interesa por mi bien, y que me ha dado en Jesucristo el modelo de vida al que debo aspirar. Además, con la gracia de su Espíritu Santo, puedo tener la sabiduría y la fortaleza para responder con prontitud a su llamado. ¿Qué más puedo pedir? ¿Hay acaso un regalo mayor? Por eso quiero vivir con este lema: Hacer siempre lo que Dios quiera y para ello me propongo ser fiel a mis compromisos de vida espiritual.

PRESENCIA DE DIOS


Presencia de Dios


Los que trataron a la Madre Teresa de Calcuta se asombraban de la energía que desplegaba y transmitía.

Cuando le preguntaban cómo se sentía tan vital, no obstante los años y sus quebrantos de salud, ella se remitía a Dios.

Sus fuerzas las hallaba en la comunión diaria con Cristo, comía Pan de Vida, en la oración y en la presencia de Dios.

La Madre Teresa, como todos los buenos creyente de todas las religiones, afirmaba convencida:

"Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilo".

Confesión que cambia la vida cuando es una convicción y una vivencia constante.

La clave está en una permanente presencia de Dios para sí dar buenos frutos de amor.

¿Lo ves? De ti depende dedicar buen tiempo a lo espiritual para estar bien.

Es cuestión de ser fiel a prioridades en un mundo vacío. Ojalá puedas decir "tengo siempre presente al Señor..."

PAPA FRANCISCO: NO SE PUEDE SER CRISTIANO FUERA DE LA IGLESIA - 11 DE ENERO 2015


Francisco: no se puede ser cristiano fuera de la Iglesia
 Fecha: 11 de Enero de 2015


En la festividad del Bautismo del Señor, el Santo Padre Francisco ha bautizado a 33 recién nacidos, 20 niñas y 13 niños, en la Capilla Sixtina, continuando con una tradición que comenzó Juan Pablo II y continuó Benedicto XVI.


Al comenzar la eucaristía, el Pontífice preguntó a los padres de los niños por el nombre que han escogido para ellos e hizo la señal de la cruz en la frente de cada pequeño que hoy recibía el sacramento de iniciación cristiana.

En una celebración en la que la solemnidad del lugar y del momento ha sido acompañada por los llantos de los niños, Francisco ha indicado que lo que la leche hace al cuerpo, la Palabra de Dios lo hace para el Espíritu.

Durante la homilía, haciendo referencia a las lecturas, el Papa ha recordado que como un buen padre y una buena madre, Dios quiere dar cosas buenas a sus hijos.  El alimento que nos da, ha precisado, es su Palabra. “Su Palabra nos hace crecer, nos hace traer buenos frutos en la vida, como la lluvia y la nieve hacen bien a la tierra y la hacen fecunda”. Por ello, el Pontífice ha pedido a los presentes, que den ejemplo a los niños leyendo un fragmento del Evangelio cada día.

Del mismo modo, ha subrayado el Papa, que padre, padrinos, madrinas, abuelos, tíos, ayudarán “a estos niños a crecer bien si les dais la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús”.

Como ya hizo el año pasado en esta misma ocasión, el Santo Padre ha pedido a las madres que amamanten a los niños si están llorando porque tienen hambre. Francisco ha dado las gracias al Señor “por el don de la leche” y ha rezado por esas madres que no están en condiciones de dar de comer a sus hijos.

A continuación, el Papa ha recordado que lo que la leche hace por el cuerpo, la Palabra de Dios lo hace por el espíritu: “la Palabra de Dios hace crecer la fe”. Asimismo ha indicado que es en la fe de la Iglesia, en la que estos niños reciben el Bautismo. “Pero mañana, con la gracia de Dios, será su fe, su ‘sí’ personal a Jesucristo, que nos dona el amor del Padre”, ha explicado.

Por otro lado, ha señalado que el Bautismo nos inserta en el cuerpo de la Iglesia, en el pueblo santo de Dios. “Y en este cuerpo, en este pueblo en camino, la fe es transmitida de generación en generación: es la fe de la Iglesia”. Es un pasarse de mano en mano la vela de la fe, algo que tal y como ha recordado el Papa, se experimenta el dia del Bautismo con el gesto de encender las velas en el cirio pascual. Y así, el Papa ha pedido a los presentes que enseñen a sus hijos que “no se puede ser cristiano fuera la Iglesia, no se puede seguir a Jesucristo sin la Iglesia, porque la Iglesia es madre que nos hace crecer en el amor a Jesucristo”.

Otro aspecto abordado por el Santo Padre durante su homilía ha sido que en el Bautismo somos consagrados por el Espíritu Santo. Por eso ha recordado que la palabra cristiano significa consagrado como Jesús, “en el mismo Espíritu en el que ha estado inmerso Jesús en toda su existencia terrena”. De este modo, Francisco ha exhortado a padres y padrinos a ayudar a estos niños a crecer “inmersos” en el Espíritu Santo, es decir, “en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra”. Y para ello, el Pontífice les ha recordado que invoquen a menudo al Espíritu Santo, todos los días.

Después de la homilía y la profesión de fe, cada pareja se ha acercado a la pila bautismal y el papa Francisco ha derramado el agua sobre los 33 niños mientras pronunciaba sus nombres.

BAUTISMO DE CRISTO ¿PARA QUÉ?


Bautismo de Cristo, ¿para qué?
A Cristo se le llegó el momento de dejar casa y madre, tranquilidad y sosiego, para comenzar una vida de trabajo y amor.


Por: P. Alberto Ramírez Mozqueda | 



A Cristo se le llegó el momento de dejar casa y madre, tranquilidad y sosiego, para comenzar una vida de aventura, de acción y de mucha comunicación con el sufrido pueblo hebreo. Habían sido años tranquilos los pasados en Nazaret, distribuidos entre la convivencia familiar, el rudo trabajo de carpintero y sobre todo la oración al Buen Padre Dios que sería la base para el trabajo y la misión que el mismo Dios le encomendaba.

A grandes zancadas, después de despedirse tiernamente de su madre, de sus familiares y de sus amigos, se dirigió a las márgenes del río Jordán en la aristocrática Judea para escuchar a un nuevo predicador, a un profeta, que bautizaba a los que convertían su corazón a Dios. Juan el Bautista llegó a tener a muchas gentes que iban con buen corazón a ser bautizadas por él. Y se encontraban con una palabra ruda y con fuertes amenazas y castigos para los que se negaban a convertir su corazón a Dios. Juan tenía una palabra despiadada para todos, y más que un bálsamo para la herida, parece que a él le gustaba más echarle sal, que dolía, que escocía pero que al fin y al cabo curaba y sanaba. A los que se convertían y reconocían sus pecados, Juan los metía entonces en el río Jordán, como un símbolo de penitencia y como un sello entre la divinidad y el hombre arrepentido.

A este Juan es al que Cristo se dirigió, para ser bautizado por él. Entendemos que el bautismo es un rito que casi todas las religiones tienen, símbolo de pureza, de limpieza ritual, y entrada al contacto con la divinidad. El agua, casta y cristalina es el símbolo que mejor puede significar la conversión del corazón, el lavado espiritual para poder acercarse a la divinidad.

Y aquí surge una pregunta que inquietó mucho a los primeros cristianos. Si Cristo no tenía pecados, si la vida de Cristo era una vida sin maldad, y todo lo contrario, al decir de San Pablo “Cristo pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por diablo, porque Dios estaba con él”, entonces ¿porqué se bautizo por manos de Juan? Juan Bautizaba precisamente para preparar el camino al Señor, al Enviado, al Mesías, al esperado y las gentes salían convertidas verdaderamente por su predicación y echaban fuera sus pecados. Cristo quiere sentirse solidario hasta ese extremo con su pueblo, hasta someterse a un rito de purificación, aunque él personalmente no tuviera pecado. Debemos reconocer la humildad, la sencillez pero sobre todo la solidaridad de Cristo con todos los que intentamos alejar de nosotros el pecado y la maldad. Es la primera intención, pero había otra, y esa la descubriremos después del bautismo.

De esta manera ya estamos preparados para la escena que nos presenta San Mateo en su Evangelio, un Cristo formado en la fila de los pecadores. No va con prepotencia, no lleva guaruras, no quiere que le den preferencia, va formado como todos, con muchas ilusiones en su corazón, oyendo atentamente los comentarios de las gentes que lo rodeaban y cuando llegó el momento de presentarse ante Juan, Cristo pudo darse cuenta de su desconcierto e inquietud de aquel. Fue demasiado fuerte para él estar situado ante Cristo y ante un Cristo que pedía su bautismo que era ciertamente inferior al que Cristo traía para todos los hombres. Y así se lo manifiesta, poniéndose de rodillas ante Jesús: “Yo soy quien deber ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a que te bautice?”. Pues más creció su inquietud, cuando Cristo poniéndose de rodillas ante él, le ofreció un argumento que no dejaba lugar a dudas: “Has ahora lo que te digo, porque es necesario que así cumplamos todo lo que Dios quiere”. Y así se hizo. No se dan más detalles del bautismo. Juan lo tomó por los hombros, y semidesnudo lo sumergió profundamente en las aguas del Jordán. Cuando Cristo se retiró, quizá sin haberse secado totalmente, cayó en una profunda oración, que dejó admiradas a las gentes que habían contemplado su bautismo.

Y en medio de esa profunda oración, se descubre la segunda intención del bautismo de Cristo: apareció en ese momento una nube misteriosa y desde dentro de ella, una voz potente que decía: “Este es mi Hijo muy amado en quien tengo mis complacencias”, al mismo tiempo que “se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que descendía en forma de paloma”. Algo trascendental ocurre entonces en ese momento, no sólo es presentado Jesús como Salvador, como verdadero Hijo de Dios, sino que Dios mismo se presenta en forma trinitaria, invitando a todas las gentes a participar de la alegría de unos cielos que se abren para dar paso al Salvador. Es el momento que Isaías había pedido a Dios, que rompiera ya su prolongado silencio y dirigiera su rostro y su palabra al pueblo: “!Ah, si rasgases los cielos y descendieses…!”. Y es el momento por el que también Isaías había suspirado, aunque él solo pudo clamar por un siervo, nunca por un hijo y menos el Hijo de Dios como salvador: “Miren a mi siervo a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo todas mis complacencias. En él he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones”. El Padre llena todas las expectativas y nos envía precisamente a su Hijo, su Hijo amado, motivo de todas sus complacencias. Y podemos estar seguros que con Cristo vienen los dones y los regalos propios de la presencia del Espíritu Santo de Dios que ahora tiene dos brazos para abrazar a nuestra humanidad y llenarla de gozo y de alegría, aparejadas con el perdón de los pecados y la seguridad de que al incorporarnos al bautismo de Cristo podremos continuar, porque la puerta ya está abierta, y podremos participar de otros sacramentos, que acompañarán toda la vida del hombre, la confirmación, corroborando nuestra fe, y el banquete, el banquete de los hijos de Dios que pueden participar comiendo el Cuerpo y la Sangre redentoras de Cristo que ve así realizada su propia Pascua.

No está por demás decir que nuestro propio bautismo, que no es el mismo que Cristo recibió del Bautista, hace que las palabras dirigidas primeramente a Cristo: “Este es mi Hijo muy amado en quien tengo todas mis complacencias”, puedan ser dirigidas también a nosotros, que tenemos entonces la dicha de haber atraído la mirada del Buen Padre Dios que nos colma con sus dones, su perdón y sus gracias para que vayamos caminando precisamente como hijos de Dios.

Tengamos pues, una gran estima por este sacramento admirable que nos ha abierto las puertas del corazón de Dios y aprestémonos a vivir como Cristo, que pasó haciendo el bien y curando a todos de sus enfermedades. También nosotros tendremos esos dones para que con la sonrisa, la mano tendida y el corazón puesto en los más necesitados, también contribuyamos a la salvación de todo nuestro universo.

PENSAMIENTOS BÍBLICOS SOBRE EL BAUTISMO



PONER UN NOMBRE CRISTIANO


Poner un nombre cristiano
Puede parecer un hecho insignificante pero no lo es: hace referencia a nuestros orígenes cristianos
Por: Héctor Aguer, arzobispo de La Plata | Fuente: Zenit.org




Muchos de ustedes, seguramente, habrán asistido y más de una vez quizás, a la celebración del bautismo de un niño. Recuerden como comienza el rito bautismal. Después del saludo inicial el sacerdote, o el diácono, hacen esta pregunta a los padres de la criatura: ¿qué nombre le pusieron a su hijo? Los papás responden; ese es el rito de imposición del nombre.

Se me ocurrió conversar con ustedes acerca de este punto porque hay algo que me ha llamado la atención: los nombres que muchas veces se ponen a los niños. Hay en las familias tradiciones respecto de esto; se repite el nombre del abuelo o del bisabuelo, que atraviesa varias generaciones. Además, en algunos ambientes, era muy común, por ejemplo en los ambientes rurales, el poner el nombre del santo del día: se fijaban en el almanaque y se le ponía al bebé el santo que correspondía. A veces se producían chascos fenomenales. Imagínense un nombre que quizá hoy día suena extravagante; y no ha faltado el caso de un nene o una nena que acabaron llamándose ´Fiesta Cívica´ por haber nacido un 25 de mayo o un 9 de Julio.

No obstante en esos tiempos y lugares existía la intención de poner un nombre cristiano, y esa es la cuestión: poner un nombre cristiano.

Lo que advierto en la actualidad es que se buscan nombres de culturas exóticas y otros que, a lo mejor, expresan cosas significativas en esa cultura originaria pero que no tienen nada que ver con nuestra realidad concreta, de argentinos y de católicos, por lo menos sociológicamente católicos.

Aquí hay algo interesante, no solo porque el chico va a llevar ese nombre toda la vida, sino porque el sentido de elegir para un niño un nombre cristiano es que pueda invocar la intercesión de la Santísima Virgen en alguna de sus títulos y advocaciones o del santo cuyo nombre se le impone. Además, ese gesto implica que si el chico lleva luego efectivamente una vida cristiana, lo que es de desear, pueda tomar a ese santo por modelo.

Aquí hay algo que no debe ser desechado, porque tiene que ver con, la trasmisión de una cultura cristiana. Felizmente todavía hay muchísimos padres que bautizan a sus niños, y esto no es un dato menor, porque me parece que expresa el aprecio de la vida cristiana por una gran parte de nuestro pueblo.

Les propongo a ustedes esta reflexión porque me parece que tenemos que hacer una especie de “campaña”. Ustedes conocerán, a lo mejor, parientes o amigos, matrimonios jóvenes que esperan un niño y sobre el nombre que pondrán a la criatura; quizá se puede sugerir que elijan un nombre cristiano.

Hay manías o modas que se repiten y luego el chico queda para toda la vida con ese nombre que a lo mejor dentro de 20 o 30 años suena más extravagante que llamarse hoy día, por ejemplo, Policarpo. De paso, ¿Saben que quiere decir Policarpo?: significa fruto abundante. Hay ciertos nombres de la tradición cristiana que tienen un sentido muy bello, muy noble y no solamente del punto de vista religioso sino también humano. En este tema se trata de tener un poco de discreción, pero implica también un reconocimiento de lo que significa el Bautismo.

Es verdad que al chico lo llevan a bautizar cuando el nombre ya está estampado en el trámite civil, en el registro del nacimiento y no hay mucho remedio. Sin embargo, puede haber un cierto remedio y yo, a veces, lo sugiero cuando me toca celebrar algún Bautismo; es proponer que si el chico no tiene un nombre cristiano se le añada en la ceremonia del Bautismo, Todavía, unos años después, existe una posibilidad ulterior, cuando el chico va a recibir el Sacramento de la Confirmación. Ahí él mismo puede elegir un nombre cristiano; yo les sugiero a los catequistas precisamente eso: que en el tiempo de preparación vean si el niño o la niña no debe adoptar un nombre cristiano, y que él mismo lo añada, y que ese gesto sirva, de alguna manera, para iluminarle el camino de su vida ulterior.

Ustedes pueden pensar que esto es una cosa insignificante, pero multiplicada y generalizada esta iniciativa contribuye a una presencia concreta en la sociedad, es la presencia del hecho cristiano y de la referencia a nuestros orígenes cristianos.

A propósito del cambio de nombre o de la imposición del nombre recordemos que acaba de ser el Día del Papa, la Fiesta de San Pedro y San Pablo. ¿Qué debe hacer el Papa cuando lo eligen? Debe adoptar un nombre. Nosotros tenemos el caso afectivamente cercano del Cardenal Bergoglio que cuando fue elegido Sumo Pontífice eligió llamarse Francisco, y ¡vaya si tiene sentido que haya elegido ese nombre! porque de alguna manera se indica una veta espiritual y pastoral del Pontificado. De paso, no nos olvidemos de rezar por el Papa Francisco.

Pues bien traslademos eso al caso sencillo del Bautismo de cualquiera de nuestros niños en nuestras parroquias. ¡Hay que pensar en el asunto del nombre, y si se le va a bautizar, que sea un nombre cristiano!




sábado, 10 de enero de 2015

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 11 DE ENERO DEL 2015 - EL BAUTISMO DE JESÚS

Vivir el domingo 1º de TO, ciclo B: 
Bautismo del Señor
MARCOS 1, 7-11

Y [Juan] proclamaba: - Llega detrás de mí el que es más fuerte que yo, y yo no soy quién para agacharme y desatarle la correa de las sandalias. Yo os he bautizado en agua, él os bautizará con Espíritu Santo. Sucedió que en aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea, y Juan lo bautizó en el Jordán. Inmediatamente, mientras salía del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar como paloma hasta él; y hubo una voz del cielo: - Tú eres mi Hijo, el amado, en ti he puesto mi favor.

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ESCUCHAR LO QUE DICE EL ESPÍRITU

Los primeros cristianos vivían convencidos de que para seguir a Jesús es insuficiente un bautismo de agua o un rito parecido. Es necesario vivir empapados de su Espíritu Santo. Por eso en los evangelios se recogen de diversas maneras estas palabras del Bautista: «Yo os he bautizado con agua, pero él (Jesús) os bautizará con Espíritu Santo».

No es extraño que en los momentos de crisis recordaran de manera especial la necesidad de vivir guiados, sostenidos y fortalecidos por su Espíritu. El Apocalipsis, escrito en los momentos críticos que vive la Iglesia bajo el emperador Domiciano, repite una y otra vez a los cristianos: «El que tenga oídos, que escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias».

La mutación cultural sin precedentes que estamos viviendo, nos está pidiendo hoy a los cristianos una fidelidad sin precedentes al Espíritu de Jesús. Antes de pensar en estrategias y recetas pastorales ante la crisis, hemos de preguntarnos cómo estamos acogiendo nosotros el Espíritu de Jesús.

En vez de lamentarnos una y otra vez de la secularización creciente, hemos de preguntarnos qué caminos nuevos anda buscando hoy Dios para encontrarse con los hombres y mujeres de nuestro tiempo; cómo hemos de renovar nuestra manera de pensar, de decir y de vivir la fe para que su Palabra pueda llegar hasta los interrogantes, las dudas y los miedos que brotan en su corazón.
Antes de elaborar proyectos pensados hasta sus últimos detalles, necesitamos transformar nuestra mirada, nuestra actitud y nuestra relación con el mundo de hoy. Necesitamos parecernos más a Jesús. Dejarnos trabajar por su Espíritu. Solo Jesús puede darle a la Iglesia un rostro nuevo.

El Espíritu de Jesús sigue vivo y operante también hoy en el corazón de las personas, aunque nosotros ni nos preguntemos cómo se relaciona con quienes se han alejado definitivamente de la Iglesia. Ha llegado el momento de aprender a ser la «Iglesia de Jesús» para todos, y esto solo él nos lo puede enseñar.
No hemos de hablar solo en términos de crisis. Se están creando unas condiciones en las que lo esencial del evangelio puede resonar de manera nueva. Una Iglesia más frágil, débil y humilde puede hacer que el Espíritu de Jesús sea entendido y acogido con más verdad.

José Antonio Pagola
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