martes, 9 de diciembre de 2014

SAN JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZIN, VIDENTE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE, 9 DE DICIEMBRE


Juan Diego Cuauhtlatoatzin, Santo
Juan Diego Cuauhtlatoatzin, Santo
Vidente de la Virgen de Guadalupe, 9 de Diciembre 


Por: P. Dr. Eduardo Chávez Sánchez | 



Memoria Litúrgica
Vidente de la Virgen de Guadalupe

Martirologio Romano: San Juan Diego Cuauhtlatoatzain, de la estirpe indígena nativa, varón provisto de una fe purísima, de humildad y de fervor, que logró que se construyera un santuario en honor de la Bienaventurada María Virgen de Guadalupe en la colina de Tepeyac, en la ciudad de México, lugar donde se le había aparecido la Madre de Dios. ( 1548) 

Fecha de canonización: 31 de julio de 2002 por el Papa Juan Pablo II.
Juan Diego Cuauhtlatoatzin (que significa: Águila que habla o El que habla como águila), un indio humilde, de la etnia indígena de los chichimecas, nació en torno al año 1474, en Cuauhtitlán, que en ese tiempo pertenecía al reino de Texcoco. Juan Diego fue bautizado por los primeros franciscanos, aproximadamente en 1524. En 1531, Juan Diego era un hombre maduro, como de unos 57 años de edad; edificó a los demás con su testimonio y su palabra; de hecho, se acercaban a él para que intercediera por las necesidades, peticiones y súplicas de su pueblo; ya “que cuanto pedía y rogaba la Señora del cielo, todo se le concedía”. 

Juan Diego fue un hombre virtuoso, las semillas de estas virtudes habían sido inculcadas, cuidadas y protegidas por su ancestral cultura y educación, pero recibieron plenitud cuando Juan Diego tuvo el gran privilegio de encontrarse con la Madre de Dios, María Santísima de Guadalupe, siendo encomendado a portar a la cabeza de la Iglesia y al mundo entero el mensaje de unidad, de paz y de amor para todos los hombres; fue precisamente este encuentro y esta maravillosa misión lo que dio plenitud a cada una de las hermosas virtudes que estaban en el corazón de este humilde hombre y fueron convertidas en modelo de virtudes cristianas; Juan Diego fue un hombre humilde y sencillo, obediente y paciente, cimentado en la fe, de firme esperanza y de gran caridad. 

Poco después de haber vivido el importante momento de las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, Juan Diego se entregó plenamente al servicio de Dios y de su Madre, transmitía lo que había visto y oído, y oraba con gran devoción; aunque le apenaba mucho que su casa y pueblo quedaran distantes de la Ermita. Él quería estar cerca del Santuario para atenderlo todos los días, especialmente barriéndolo, que para los indígenas era un verdadero honor; como recordaba fray Gerónimo de Mendieta: “A los templos y a todas las cosas consagradas a Dios tienen mucha reverencia, y se precian los viejos, por muy principales que sean, de barrer las iglesias, guardando la costumbre de sus pasados en tiempos de su gentilidad, que en barrer los templos mostraban su devoción (aun los mismos señores).” 

Juan Diego se acercó a suplicarle al señor Obispo que lo dejara estar en cualquier parte que fuera, junto a las paredes de la Ermita para poder así servir todo el tiempo posible a la Señora del Cielo. El Obispo, que estimaba mucho a Juan Diego, accedió a su petición y permitió que se le construyera una casita junto a la Ermita. Viendo su tío Juan Bernardino que su sobrino servía muy bien a Nuestro Señor y a su preciosa Madre, quería seguirle, para estar juntos; “pero Juan Diego no accedió. Le dijo que convenía que se estuviera en su casa, para conservar las casas y tierras que sus padres y abuelos les dejaron”. 

Juan Diego manifestó la gran nobleza de corazón y su ferviente caridad cuando su tío estuvo gravemente enfermo; asimismo Juan Diego manifestó su fe al estar con el corazón alegre, ante las palabras que le dirigió Santa María de Guadalupe, quien le aseguró que su tío estaba completamente sano; fue un indio de una fuerza religiosa que envolvía toda su vida; que dejó sus casas y tierras para ir a vivir a una pobre choza, a un lado de la Ermita; a dedicarse completamente al servicio del templo de su amada Niña del Cielo, la Virgen Santa María de Guadalupe, quien había pedido ese templo para en él ofrecer su consuelo y su amor maternal a todos lo hombres y mujeres. Juan Diego tenía “sus ratos de oración en aquel modo que sabe Dios dar a entender a los que le aman y conforme a la capacidad de cada uno, ejercitándose en obras de virtud y mortificación.” También se nos refiriere en el Nican motecpana: “A diario se ocupaba en cosas espirituales y barría el templo. Se postraba delante de la Señora del Cielo y la invocaba con fervor; frecuentemente se confesaba, comulgaba, ayunaba, hacía penitencia, se disciplinaba, se ceñía cilicio de malla y escondía en la sombra para poder entregarse a solas a la oración y estar invocando a la Señora del cielo.” 

Toda persona que se acercaba a Juan Diego tuvo la oportunidad de conocer de viva voz los pormenores del Acontecimiento Guadalupano, la manera en que había ocurrido este encuentro maravilloso y el privilegio de haber sido el mensajero de la Virgen de Guadalupe; como lo indicó el indio Martín de San Luis cuando rindió su testimonio en 1666: “Todo lo cual lo contó el dicho Diego de Torres Bullón a este testigo con mucha distinción y claridad, que se lo había dicho y contado el mismo Indio Juan Diego, porque lo comunicaba.” Juan Diego se constituyó en un verdadero misionero. 

Cuando Juan Diego se casó con María Lucía, quien había muerto dos años antes de las Apariciones, habían escuchado un sermón a fray Toribio de Benavente en donde se exaltaba la castidad, que era agradable a Dios y a la Virgen Santísima, por lo que los dos decidieron vivirla; se nos refiere: “Era viudo: dos años antes de que se le apareciera la Inmaculada, murió su mujer, que se llamaba María Lucía. Ambos vivían castamente.” Como también lo testificó el P. Luis Becerra Tanco: “el indio Juan Diego y su mujer María Lucía, guardaron castidad desde que recibieron el agua del Bautismo Santo, por haber oído a uno de los primeros ministros evangélicos muchos encomios de la pureza y castidad y lo que ama nuestro Señor a las vírgenes, y esta fama fue constante a los que conocieron y comunicaron mucho tiempo estos dos casados”. Aunque esto no obsta de que Juan Diego haya tenido descendencia, sea antes del bautismo, sea por la línea de algún otro familiar; ya que, por fuentes históricas sabemos que Juan Diego efectivamente tuvo descendencia; sobre esto, uno de los principales documentos se conserva en el Archivo del Convento de Corpus Christi en la Ciudad de México, en el cual se declara: “Sor Gertrudis del Señor San José, sus padres caciques [indios nobles] Dn. Diego de Torres Vázquez y Da. María del la Ascención de la región di Xochiatlan […] y tenida por descendiente del dichoso Juan Diego.” Lo importante también es el hecho de que Juan Diego inspiró la búsqueda de la santidad y de la perfección de vida, incluso en medio de los miembros de su propia familia, ya que su tío, como ya veíamos, al constatar como Juan Diego se había entregado muy bien al servicio de la Virgen María de Guadalupe y de Dios, quiso seguirlo, aunque Juan Diego le convino que era preferible que se quedara en su casa; y ahora tenemos también este ejemplo de Sor Gertrudis del Señor San José, descendiente de Juan Diego, quien ingresó a un monasterio, a consagrar su vida al servicio de Dios, buscando esa perfección de vida, buscando la Santidad. 

Es un hecho que Juan Diego siempre edificó a los demás con su testimonio y su palabra; constantemente se acercaban a él para que intercediera por las necesidades, peticiones y súplicas de su pueblo; ya “que cuanto pedía y rogaba la Señora del cielo, todo se le concedía”. 

El indio Gabriel Xuárez, quien tenía entre 112 y 115 años cuando dio su testimonio en las Informaciones Jurídicas de 1666; declaró cómo Juan Diego era un verdadero intercesor de su pueblo, decía: “que la dicha Santa Imagen le dijo al dicho Juan Diego la parte y lugar, donde se le había de hacer la dicha Ermita que fue donde se le apareció, que la ha visto hecha y la vio empezar este testigo, como lleva dicho donde son muchos los hombres y mujeres que van a verla y visitarla como este testigo ha ido una y muchas veces a pedirle remedio, y del dicho indio Juan para que como su pueblo, interceda por él.” El anciano indio Gabriel Xuárez también señaló detalles importantes sobre la personalidad de Juan Diego y la gran confianza que le tenía el pueblo para que intercediera en sus necesidades: “el dicho Juan Diego, –decía Gabriel Xuárez– respecto de ser natural de él y del barrio de Tlayacac, era un Indio buen cristiano, temeroso de Dios, y de su conciencia, y que siempre le vieron vivir quieta y honestamente, sin dar nota, ni escándalo de su persona, que siempre le veían ocupado en ministerios del servicio de Dios Nuestro Señor, acudiendo muy puntualmente a la doctrina y divinos oficios, ejercitándose en ello muy ordinariamente porque a todos los Indios de aquel tiempo oía este testigo, decirles era varón santo, y que le llamaban el peregrino, porque siempre lo veían andar solo y solo se iba a la doctrina de la iglesia de Tlatelulco, y después que se le apareció al dicho Juan Diego la Virgen de Guadalupe, y dejó su pueblo, casas y tierras, dejándolas a su tío suyo, porque ya su mujer era muerta; se fue a vivir a una casa Juan Diego que se le hizo pegada a la dicha Ermita, y allá iban muy de ordinario los naturales de este dicho pueblo a verlo a dicho paraje y a pedirle intercediese con la Virgen Santísima les diese buenos temporales en sus milpas, porque en dicho tiempo todos lo tenían por Varón Santo.” 

La india doña Juana de la Concepción que también dio su testimonio en estas Informaciones, confirmó que Juan Diego, efectivamente, era un hombre santo, pues había visto a la Virgen: “todos los Indios e Indias –declaraba– de este dicho pueblo le iban a ver a la dicha Ermita, teniéndole siempre por un santo varón, y esta testigo no sólo lo oía decir a los dichos sus padres, sino a otras muchas personas”. Mientras que el indio Pablo Xuárez recordaba lo que había escuchado sobre el humilde indio mensajero de Nuestra Señora de Guadalupe, decía que para el pueblo, Juan Diego era tan virtuoso y santo que era un verdadero modelo a seguir, declaraba el testigo que Juan Diego era “amigo de que todos viviesen bien, porque como lleva referido decía la dicha su abuela que era un varón santo, y que pluguiese a Dios, que sus hijos y nietos fuesen como él, pues fue tan venturoso que hablaba con la Virgen, por cuya causa le tuvo siempre esta opinión y todos los de este pueblo.” El indio don Martín de San Luis incluso declaró que la gente del pueblo: “le veía hacer al dicho Juan Diego grandes penitencias y que en aquel tiempo le decían varón santísimo.” 

Como decíamos, Juan Diego murió en 1548, un poco después de su tío Juan Bernardino, el cual falleció el 15 de mayo de 1544; ambos fueron enterrados en el Santuario que tanto amaron. Se nos refiere en el Nican motecpana: “Después de diez y seis años de servir allí Juan Diego a la Señora del cielo, murió en el año de mil y quinientos y cuarenta y ocho, a la sazón que murió el señor obispo. A su tiempo le consoló mucho la Señora del cielo, quien le vio y le dijo que ya era hora de que fuese a conseguir y gozar en el cielo, cuanto le había prometido. También fue sepultado en el templo. Andaba en los setenta y cuatro años.” En el Nican motecpana se exaltó su santidad ejemplar: “¡Ojalá que así nosotros le sirvamos y que nos apartemos de todas las cosas perturbadoras de este mundo, para que también podamos alcanzar los eternos gozos del cielo!”

IMÁGENES DE SAN JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZIN

























lunes, 8 de diciembre de 2014

PARA ORAR, CUANDO TE SIENTES SOLO - CITAS BÍBLICAS Y ORACIONES



Cuando te sientes solo

Para orar. Jesús siempre será en nuestra vida en mejor de los amigos 

Por: Centro de Hospitalidad y Misericordia | Fuente: Centro de Hospitalidad y Misericordia



Padre, en tus manos pongo mi espíritu
Lucas 23, 46



PALABRA DE DIOS


Jesús siempre será en nuestra vida en mejor de los amigos


  • Jesús “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.
    Juan 13,1
     
  • “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”
    Juan 15, 13


    Jesús da consuelo al triste
     
  • Jesús comprende nuestra soledad. El mismo la ha vivido, pues cuando más triste se encontraba, fue abandonado por todos sus discípulos; y sin embargo, nos ha dejado un remedio poderoso:
    “Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil”.
    Mateo 26,41


    Dios, refugio y fortaleza de los
    que esperan en él

     
  • “Porque así dice el Señor: seréis alimentados, en brazos seréis llevados, sobre las rodillas seréis acariciados.
    Como aquel a quien su madre consuela, así yo os consolaré”. Isaías 66, 12-13
     
  • “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.
    Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mí perpetuamente.”
    Isaías 49, 15-16
     
  • “«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.”
    Juan 14, 1-3
     
  • “Al que venga a mi no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día.”
    Juan 6, 37-39


    Jesús cuida de nosotros
     
  • “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.
    Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.”
    Juan 10, 11-15


    Jesús nos quiere con Él
     
  • Jesús dijo: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.”
    Juan 14, 23


    Jesús oro al Padre por nosotros
     
  • “Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo este estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.” Juan 17, 24
     
  • “Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.”
    Juan 17, 22-23
     
  • “Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.»”
    Juan 17, 26


    Como cristianos, ¡Pertenecemos a una comunidad!
     
  • “Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo?» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído, ¿dónde quedaría el olfato?”
    1ª. Corintios 12, 14-17 
     
  • “Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es honrado, todos los miembros se alegran con él”.”
    1ª. Corintios 12, 26
     
  • “Todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
    Gálatas 3, 27-28


    Jesús con nosotros
     
  • Jesús se acerco a sus discípulos antes de subir al cielo y les dijo: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”
    Mateo 28,20
     
  • “Quién come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”. Juan 6, 56


    ORACION

    Estáte, Señor conmigo


    Estáte, Señor conmigo
    siempre, sin jamás partirte, y cuando decidas irte, llévame contigo;
    porque el pensar que te irás
    me causa un terrible miedo
    de si yo sin ti me quedo,
    de si tú sin mí te vas.
    Llévame en tu compañía
    donde tu vayas, Jesús,
    porque bien sé que eres tú
    la vida del alma mía;
    si tu vida no me das
    yo sé que vivir no puedo,
    ni si yo sin ti me quedo,
    ni si tú sin mí te vas.
    Por eso, más que a la muerte
    temo, Señor, tu partida,
    y quiero perder la vida
    mil veces más que perderte;
    pues la inmortal que tú das,
    sé que alcanzarla no puedo,
    cuando yo sin ti me quedo,
    cuando tú sin mi te vas.
    Himno de la Liturgia de las Horas


    REFLEXION

    “Nadie se sienta sin familia en este mundo: la Iglesia es casa y familia de todos, especialmente para cuantos están ‘fatigados y agobiados’.”
    Catecismo de la Iglesia Católica, 1658.

    “Hacerse discípulo de Jesús es aceptar la invitación a pertenecer a la familia de Dios, a vivir en conformidad con su manera de vivir: ”El que cumpla la voluntad de mi Padre Celestial, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mateo 10, 37).”
    Catecismo de la Iglesia Católica, 2233.


    TESTIMONIO DE LOS SANTOS
     
  • La solicitud fraterna de los santos ayuda mucho a nuestra debilidad, pues por el hecho de estar más íntimamente unidos con Cristo no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra.
    Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 956.
     
  • “No lloréis os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más eficazmente que durante mi vida”.
    Santo Domingo de Guzmán
     
  • “Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra”.
    Santa Teresita del niño Jesús 

LA NAVIDAD Y SUS TRADICIONES: LOS NACIMIENTOS


La Navidad y sus Tradiciones: Los Nacimientos
El Navidad está rodeada de costumbres y tradiciones, una de las más hermosas son los Nacimientos.
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net



Este mes celebramos el Nacimiento de Jesús. Este acontecimiento está rodeado de costumbres y tradiciones que hoy recordaremos.

Con el Nacimiento de Jesús se cumple la promesa de Dios al mundo de enviar a un Salvador. Jesucristo es Dios hecho hombre.

Un poco de historia

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados.

Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita.

La palabra "tradición" viene del latín "traditio" que se refiere al verbo "tradere", que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor. Este es un modo de evangelizar.

Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y de la Navidad.

A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:

Los Nacimientos.

El Papa San Sixto III, en el siglo V d.C. ya celebraba la Navidad con algunas representaciones del Nacimiento de Cristo realizados en una gruta semejante a la de Belén que él mismo había mandado construir en una Iglesia.

Sin embargo, se considera a San Francisco de Asís como el creador de los Nacimientos. En 1223 quiso celebrar una “Noche Buena” en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén. Para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en las que sucedió, puso un Nacimiento en el bosque con personas y animales vivos.

Esta actividad gustó mucho a las personas que asistieron y se empezó a popularizar. Con el paso del tiempo, la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales con figuras de madera o de barro.

Esta tradición fue acogida con gran cariño y se ha extendido por todo el mundo desde el siglo XVI.

Poner un nacimiento en casa, en el que podemos contemplar la imagen de Belén, el pesebre, los pastores, los magos, José y María, puede ser una actividad que fomenta la unión familiar. Y al mismo tiempo, convertirse en una imagen que nos ayude a meditar en el misterio de la Navidad y en las virtudes de cada uno de los personajes. A través de los sentidos se eleva nuestro espíritu ante este gran acontecimiento.

El Nacimiento nos invita a reflexionar en el gran misterio de Dios hecho hombre por amor al hombre.

VOLVER LOS OJOS A LA INMACULADA VIRGEN MARÍA


Volver los ojos a la Inmaculada Virgen María
¡Virgen María! el bien que encierras en tu Corazón Inmaculado es mucho mayor que el mal del enemigo.
Por: Pedro García, misionero claretiano | Fuente: Catholic.net




Nos gusta mucho mirar los males que padece nuestro mundo, la sociedad que nos rodea. Y no es porque seamos pesimistas, o porque tengamos manías autodestructivas o masoquistas, como se dice, ¡no!... Si miramos nosotros el mal, es porque queremos oponerle el bien.

Tenemos el optimismo debido, sabiendo que los males se pueden remediar cuando nosotros les aplicamos los medios oportunos. Es lo que hacemos en nuestros mensajes siempre que sacamos a relucir algunos males: es porque sabemos que aplicamos a la enfermedad la medicina apropiada.

Hoy, por ejemplo, me gustaría tender de nuevo una mirada al mundo nuestro. El que ha perdido el sentido del pecado, el de las guerras, el de la droga, el del sexo desbordado, el del tráfico de la mujer y de los menores para la prostitución, el del materialismo, el de la rebeldía juvenil, el del infanticidio con el aborto despiadado, el del paganismo galopante... ¿De veras que no tiene remedio tanto mal?...

Digo esto, porque se me ocurre una anécdota muy interesante:

A mitades del siglo diecinueve, el Papa Pío IX estaba muy preocupado por los males que aquejaban al mundo. Le obsesionaba, sobre todo, el avance del Racionalismo que amenazaba gravemente el por-venir de la Iglesia. El Papa meditaba, exponía sus temores, consultaba. Y un Cardenal, famoso en la Roma de entonces por el montón de lenguas que hablaba, le decía repetidamente al Papa:

- Santidad, defina el dogma de la Inmaculada Concepción.

El insigne Cardenal sabía lo que se decía. Venía a decirle al Papa:

- Proponga al mundo, Santo Padre, un ideal muy alto de santidad, de belleza y de pureza.

El Papa le hizo caso y definió el dogma de la Inmaculada.

El Cielo, con las apariciones de Lourdes cuatro años después, vino a ratificar el gesto del Vicario de Jesucristo.

El Racionalismo encontró una roca de contención en su avance. Y la piedad cristiana se acrecentó enormemente con la devoción a la Virgen Inmaculada.

Ahora nos podemos preguntar nosotros. - ¿Nos encontramos hoy mejor o peor que en los tiempos del Papa Pío IX? ¿Tenemos o no tenemos derecho a estar preocupados? ¿Nos importa o no nos importa que muchos deserten de su fe; que se acomoden a un mundo cada vez más secularizado; que acepten prácticas totalmente paganas; que se rebelen contra la Iglesia y su Autoridad; en una palabra, que se vayan alejando cada vez más de Dios?...
Nos preocupa esto, y mucho, a los que nos llamamos cristianos y católicos, porque sabemos el riesgo que muchas almas corren de perderse.

Pero, al mismo tiempo, ¿no sabremos oponernos eficazmente para detener el mal y promover el bien?... ¿No podremos hoy volver también los ojos a la Inmaculada Virgen María?...

Si vivimos nosotros el amor, la invocación, la imitación de la Virgen, y si lo hacemos vivir a los demás, promoviendo su devoción, ¿no pondríamos el remedio de los remedios a muchos de los males que nos rodean?
La salvación nos vendrá siempre de Dios por Jesucristo. Pero, es que Jesucristo y Dios han tenido la elegancia con su Madre de confiarle a Ella los problemas más grandes de la Iglesia.

Además, nos la han propuesto como el modelo y el ejemplar de lo que Dios quiere de nosotros. ¿Qué ocurriría entonces, si amamos a la Virgen y la hacemos amar?...

¿Mirar a la Inmaculada, triunfadora del demonio en el primer instante de su Concepción, y dejarle al Maligno que avance por el mundo, destruyendo el Reino de Dios?... Imposible.

¿Mirar a María, ideal de pureza sin mancha alguna, y seguir sus hijos como víctimas vencidas de la impureza?... Imposible.

¿Mirar a María, la Mujer elevada a la máxima altura de Dios, honor y orgullo de la Humanidad, y no respetar, defender, promover y amar a la mujer como lo hacemos con María?... Imposible.

¿Mirar a María e invocarla, para que ayude hoy a la Iglesia, como la ayudó en los momentos difíciles de otros tiempos, y que Ella nos abandone a nuestra pobre suerte?... Imposible.

Todas esas cosas son imposibles porque María tiene un Corazón de Madre. Y es imposible que la Madre permanezca indiferente a los males de sus hijos.

Ciertamente que habremos de contar siempre con la malicia humana, guiada por el enemigo que desde el paraíso nos persigue a muerte para evitar nuestra salvación, llevado del odio que le tiene a Dios y la envidia con que nos mira a los redimidos. Dios previno esta lucha entre el dragón y la Mujer, pero la victoria definitiva se la asignó a la Mujer y no al dragón. María, Mujer delicada y Madre tierna, se presenta al mismo tiempo en la Biblia como una guerrera invencible en las batallas de Dios.

¡Virgen María! El mal del mundo es muy grande. Pero el bien que encierras en tu Corazón Inmaculado es mucho mayor. La Iglesia, Pueblo y Familia de Dios, te invoca confiada. ¿Quién va a poder más, el enemigo o Tú?....

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Y LA NAVIDAD


La Santísima Virgen y la Navidad
Ella es la Mediadora ante el Mediador que es Jesucristo nuestro Señor 

Por: P. Andrés García Torres | Fuente: Parr. Asunción de Nuestra Señora (Navalcarnero, España)



El tiempo de Adviento en el que nos encontramos nos pone a la Virgen como intercesora y como modelo. Con la Iglesia podemos decir que es el tiempo propiamente Mariano y viene muy bien por lo tanto en pleno Adviento la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En esta fiesta de la Virgen vemos a Nuestra Señora aplastando la cabeza de la serpiente. Ella, por un privilegio muy especial, ha sido preservada del pecado original heredado de nuestros primeros padres en el Paraíso, Adán y Eva, con el que todos nacemos y que se nos borra con el Bautismo, aunque no las consecuencias que es la concupiscencia y que en palabras del Apóstol San Pablo podríamos decir que "hago el mal que no quiero hacer y el bien que quiero hacer tanto me cuesta". Y esta realidad tan trágica todos la experimentamos.

El Adviento nos pone a la Virgen como modelo: "La Virgen esperó con inefable amor de madre" (prefacio II de Adviento). Sobre todo en los últimos días del Adviento la Virgen aparece como la creyente que espera la llegada del Mesías, en Ella encontramos cumplidos los anhelos y deseos de todos los justos y santos del Antiguo Testamento que esperaban con gozo la venida del Salvador.

Es por tanto el papel de la Virgen en la "Historia de la Salvación" muy esencial, no accidental como dicen los protestantes, sino esencial como afirma la Iglesia Católica.

Y vemos esto ya desde las primeras páginas del Génesis, el capítulo III donde se nos narra la historia terrible del pecado original, allí vemos como Dios, una vez que Adán y Eva han pecado no nos abandona a nuestra propia suerte, sino que al momento nos promete un Salvador, cuando dice a la serpiente (al Diablo): "Pongo perpetua enemistad entre ti y la Mujer (la Virgen), entre tu linaje y el suyo, Ella (la Virgen) te aplastará la cabeza, mientras que tú no la dañaras en el talón". Este texto fundamental es lo que los Santos Padres de la Iglesia han llamado el protoevangelio, porque allí Dios ya nos presenta su plan salvador y en este plan la Virgen ocupa un papel esencial y principal.

Al respecto podemos recordar las Apariciones de la Medalla Milagrosa o de Guadalupe de México donde la Virgen aparece "aplastando la cabeza de la serpiente", una imagen muy Bíblica.

Con este artículo, en las puertas de la Navidad, quiero demostrar lo que sería la CORREDENCION UNIVERSAL DE MARIA Y LA MEDIACION DE MARIA, LA VIRGEN ES MEDIANERA UNIVERSAL DE TODAS LAS GRACIAS.

Todo el Antiguo Testamento está lleno de imágenes y figuras que son representaciones de la Santísima Virgen:

- El pozo de Jacob
- La Zarza que arde sin consumirse en el Sinaí
- La vara de Moisés
- El Arca de la Alianza
- La Torre de David

Las Santas mujeres del Antiguo Testamento también son representaciones de la Virgen, destacándose en cada una de ellas algún aspecto de la intercesión de María para con el Pueblo de Dios:

- Sara
- Judit
- Rhut
- Rebeca
- Esther
- Abigail

Todo el Antiguo Testamento va preparando al Nuevo en imágenes, figuras y representaciones, sobre todo los datos esenciales. Como María es esencial en la Nueva Economía de la Salvación que nos trae Nuestro Señor Jesucristo, su presencia espiritual en el Antiguo Testamento es latente.

Por eso tengo que afirmar que los protestantes cuando se acercan a las Sagradas Escrituras, como dirá San Pablo de los Judíos, "hasta hoy tienen una venda que les impide comprender el sentido de la Escritura Sagrada". Se nota que falta en ellos la inspiración del Espíritu Santo, inspiración que tiene la Iglesia Católica y que han vivido los Santos, por eso los Santos Padres de la Iglesia cuando nos hablan de estas representaciones del Antiguo Testamento de María, es un gozo y una delicia el leerlos.

Pero vamos al Nuevo Testamento. Podemos empezar con la Encarnación. Si analizamos, oramos y reflexionamos sobre el texto de San Lucas donde aparece lo que sería la vocación de la Santísima Virgen en el anuncio del Arcángel San Gabriel, vemos como el Fiat, el Sí de María ha sido la causa de la Encarnación del Señor. Nunca estuvo tan pendiente el plan de Dios, y el plan más esencial, del consentimiento de un ser humano, que en este momento, por eso es algo impresionante. María Santísima aparece como la Virgen que le dice Sí a Dios y para todos nosotros este episodio Sagrado tiene que ser un referente constante. En este pasaje lucano como en ningún otro sitio aparece la Corredención de María.

El Evangelio en otras ocasiones nos hablará de María; cuando van los pastores y los Magos para adorar al Niño Dios se nos dirá: "lo encontraron con María su madre" o "María su Madre lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre". Esto no aparece porque sí, nada en la Sagrada Escritura aparece porque sí, tiene una clara finalidad, destacar el papel principal y esencial de María.

En dos ocasiones nos dirá San Lucas que "María guardaba todo esto y lo meditaba en su Corazón". Aquí va apareciendo lo que hoy Dios, sobre todo por medio de las apariciones de Fátima, ha querido destacar en la Iglesia: la devoción al Inmaculado Corazón de María. El Ángel de Fátima dice a los pastorcitos: "Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María". Y la Virgen dirá a los pastorcitos: "Los que difundan la devoción a mi Corazón Inmaculado serán como flores puestas por mí, para adornar el Trono de Dios" (¡Qué imagen más bonita¡)

En otros lugares y muy importantes se nos dirá que María -siempre acompañada de "su titulo": su Madre-, estaba junto a Jesús.

Pero es sobre todo el Evangelista San Juan, -el que descansó en el pecho del Maestro y escucho como ninguno los latidos de su Divino Corazón-, el que nos pone a la Virgen al principio del Evangelio, en Caná de Galilea, y nos presenta a la Virgen haciendo algo que hasta ahora ningún humano había conseguido: ADELANTANDO LA HORA DE DIOS. Jesús dice: "Mujer todavía no ha llegado mi hora..." Y al poco tiempo la Virgen indica: "Haced lo que El os diga..." Y Cristo por indicación de su Madre hizo su primer milagro.

Tiene una clara finalidad el que San Juan empieza a narrar la vida pública de Cristo con la Virgen y termina con la Virgen, cuando en la Cruz nos dice: "Junto a la Cruz estaba su Madre... Y en esas últimas palabras, cuando el Señor dice a San Juan: "He ahí a tu Madre", nos convertimos todos -en la persona de San Juan- en sus hijos. Y luego dice a la Virgen: "He ahí a tus hijos y Ella, se convirtió en Nuestra Madre.

San Justino dirá que en un árbol nacimos para el pecado y la muerte (el del Paraíso), en otro árbol hemos nacido para la vida: el árbol de la Cruz. Por Eva nos vinieron las desgracias, por la Virgen nos viene la vida. Aquí está recordando lo que dice San Pablo en la carta a los Romanos: "Por un hombre (Adán) entró en el pecado en el mundo y con el pecado la muerte, por otro hombre (Cristo) ha venido la salvación y la Vida".

El mismo San Pablo en la carta a los Gálatas dice algo fundamental cuando indica: "Al cumplirse la plenitud de los tiempos envió Dios a su hijo nacido de Mujer..."

Y otro dato curioso a tener en cuenta nos lo pone el Apocalipsis cuando nos presenta a la Mujer coronada de estrellas que vence al Diablo (representación de la Virgen). No es casualidad que el primer libro de la Biblia (Génesis) y el último libro de la Biblia (Apocalipsis), hablen de la Virgen y de la misma manera: aplastando la cabeza de la serpiente.

Ésto es, a grandes rasgos sobre la Escritura Santa, pero podíamos hablar de la Historia de la Iglesia y ver como la Virgen no se ha desentendido de nosotros, desde su Asunción a los Cielos intercede por el pueblo peregrino. La Virgen ha acudido en momentos claves de la historia del pueblo de Dios, sobre todo cuando ha existido grave peligro para la fe y los pastores han inculcado mucho la devoción a la Virgen, podemos recordar bondades muy especiales de Nuestra Señora: El Pilar de Zaragoza, Guadalupe de México... Y sobre todo en el siglo XIX las apariciones que han preparado lo que podía ser una "Era Mariana" en palabras de San Juan Bosco. Este Santo nos habla del papel fundamental que Dios ha asignado a la Virgen en momentos muy difíciles para la Iglesia, momentos que se pueden identificar con los que estamos viviendo, pero también momentos de muchos santos. Podemos recordar las apariciones de la Medalla Milagrosa, Lourdes... y sobre todo en el siglo XX Fátima, la aparición culmen de la Santísima Virgen, donde se cumple el puro Evangelio, donde aparece resumida toda la doctrina cristiana perfectamente esbozada y diseñada.

Yo cuando llevo peregrinos a Fátima de mi parroquia aprovecho y de alguna manera son como unos ejercicios espirituales, ya que visitando los lugares y meditando en todo el mensaje de la Virgen, aparece todo muy claro y resumido: la Stma. Trinidad, la Eucaristía, la Virgen, la Iglesia, los Sacramentos, el Papa, San José, los Angeles, el Cielo, el Infierno, el Purgatorio, la virtud, la penitencia, la caridad cristiana, el apostolado, la paz, los Mandamientos, la paz, etc. Además Fátima ha sido confirmada con el Cielo por el estupendo milagro solar visto por 70.000 personas y recogido por los periódicos anticlericales y masones de la época, estos medios no dan explicación y desde entonces hubo muchas conversiones y Portugal cambió totalmente. El influjo benéfico de Fátima se ha sentido en la Iglesia ampliamente y la beatificación de los Pastorcitos ha sido como la corona del mensaje de la Virgen.

En el Adviento también recordamos a San Juan Bautista como el precursor que mostró al Señor Jesucristo como el Mesías, el Papa Juan Pablo II en Fátima ha comparado la voz del Bautista con la de la Virgen en Fátima que llama a mostrar los caminos del Señor a nuestro mundo, que actualmente experimenta una angustia y ansiedad como nunca ante la fuerza que ha adquirido el pecado, y a la vuelta a Dios contrita y humilde mediante una buena penitencia.

Por todo esto y mucho más podemos afirmar sin dudas el papel esencial y capital de la Virgen en la Historia de la Salvación, su Mediación Universal y su papel Corredentor, Ella es la Mediadora ante el Mediador que es JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR EL UNICO SALVADOR DEL MUNDO AYER, HOY Y SIEMPRE.

P. Andrés García Torres
Vicario Coadjutor
Parroquia Asunción de Nuestra Señora
Navalcarnero - España

PENSAMIENTO MARIANO 42


EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 08 DE DICIEMBRE DEL 2014 - INMACULADA CONCEPCIÓN



Alégrate, llena de gracia

Lucas 1, 26-38. Inmaculada Concepción de María. María dijo que sí y El quiso preservarla de toda mancha de pecado. 




Por: Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net





Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel dejándola se fue. 

Oración introductoria
Ven, Espíritu Santo, ilumina y fortalece mi espíritu para que, como María, pueda disponer mi mente y mi corazón a escuchar y responder con generosidad a lo que hoy me quieres decir en esta meditación.

Petición
Ayúdame, Señor, a no abusar de mi libertad al someterme a la esclavitud de mis pasiones: orgullo, vanidad, sensualidad.

Meditación del Papa Francisco
El misterio de esta chica de Nazaret, que está en el corazón de Dios, no nos resulta extraño. No es ella que está arriba y nosotros aquí. No, no, estamos conectados. De hecho, ¡Dios fija su mirada de amor sobre cada hombre y cada mujer! Con nombre y apellido. Su mirada de amor está sobre cada uno de nosotros. El Apóstol Pablo afirma que Dios “nos ha elegido antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados”.
También nosotros, desde siempre, hemos sido elegidos por Dios para vivir una vida santa, libre del pecado. Es un proyecto de amor que Dios renueva cada vez que nos acercamos a Él, especialmente en los sacramentos.
En esta fiesta, entonces, contemplando a nuestra Madre Inmaculada, bella, reconozcamos también nuestro destino más verdadero, nuestra vocación más profunda: ser amados, ser transformados por el amor. Miremos a ella, y dejémonos mirar por ella; para aprender a ser más humildes, y también más valientes en el seguimiento de la Palabra de Dios; para acoger el tierno abrazo de su Hijo Jesús, un abrazo que nos da vida, esperanza y paz.» (Papa Francisco, 8 de diciembre de 2013)
Reflexión:
No es lo mismo necesitar algo esencial (como el agua para vivir) que algo secundario (por ejemplo, un coche para transportarnos). En el segundo caso, puede haber muchas opciones más: el transporte público, pedir ayuda a otra persona, caminar... ¡o simplemente no ir! Hay también "necesidades" que nos inventamos. Queremos "necesitar" de esta prenda de ropa, de un día de descanso... ¡de cualquier cosa o situación! Y nos ingeniamos para conseguirlo, haciéndonos creer que realmente lo necesitábamos.

Algo así le pasa a Dios. Pero por amor. En realidad, pudo salvarnos de cualquier forma, sin nuestra colaboración. Pero quiso hacer las cosas a su manera. Y "se inventó" una necesidad, tal como le hacemos nosotros.

Hoy celebramos a María. Ella fue la primer creatura de la que Dios quiso "depender" para realizar su plan. María dijo que sí. Y porque llevaría en su seno al mismo Dios, hecho carne, El quiso preservarla de toda mancha de pecado. Así, Cristo halló un lugar digno para encarnarse. Y también en esta Navidad, El ha querido "necesitar" un sitio para nacer. ¡Qué lo pueda encontrar en mi alma!

Propósito
Rezar un rosario y pedir a María su intercesión para crecer en la fe.

Diálogo con Cristo
Jesús, ayúdame para que el sí amoroso e incondicional de María se grabe profundamente en mi corazón. Que su ejemplo de obediencia y generosidad sea el faro que guíe mi vida. Que sepa comprender y transmitir la alegría de tu encarnación. Éste es el compromiso del Adviento: llevar la alegría a los demás, porque la alegría es el verdadero regalo de la Navidad. Esa alegría la puedo comunicar de un modo sencillo: con una sonrisa, con un gesto bueno, con una pequeña ayuda, con un perdón.

domingo, 7 de diciembre de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 7 DE DICIEMBRE DEL 2014


Preparad el camino del Señor

Adviento


Marcos 1, 1-8. Adviento. San Juan Bautista fue enviado al mundo para ser testigo del hecho más extraordinario nunca antes pensado ni imaginado. 



Por: Gustavo Velázquez Lazcano, L.C. | Fuente: Catholic.net




Lectura del Santo Evangelio según san Marcos 1, 1-8

Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta: He aquí que envío delante de ti mi ángel, que preparará tu camino. Voz de quien grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos. Apareció en el desierto Juan el Bautista, predicando el bautismo de penitencia para el perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y se hacían bautizar por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Llevaba Juan un vestido de pelos de camello, y un cinturón de cuero ceñía sus lomos, y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo, ante quien no soy digno de postrarme para desatar la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Oración Introductoria

Señor Jesús, heme aquí, ante ti, a unas semanas de la Navidad. Concédeme enderezar mis pensamientos, palabras y obras hacia ti. Quiero prepararme sinceramente para ofrecerte un corazón cálido en este 24 de diciembre. Por eso, te pido, Jesús, que me concedas llenarme de ti de tal manera, que no pueda menos que transmitirte a las personas con las que convivo día a día.

Petición

Señor Jesucristo, que no haga oídos sordos a tu voz. Concédeme acogerte con un corazón nuevo, atenderte con mil atenciones y transmitirte a los demás a manos llenas.

Meditación del Papa Francisco
La primera cosa que ha hecho Juan, grande, es anunciar a Jesucristo. Otra cosa que ha hecho, es que no se ha apoderado de su autoridad moral. A Juan se le había dado la posibilidad de decir «Yo soy el Mesías», porque tenía mucha autoridad moral, todo el mundo iba donde él.
Y el Evangelio narra que Juan le decía a todos que se convirtieran. Y los fariseos, los doctores veían esta como su fuerza: «Era un hombre recto». Le preguntaban si era él el Mesías. Y, en el momento de la tentación, de la vanidad, podía poner una cara de circunstancia y decir: «Pero, no lo sé...» con una falsa humildad. Sin embargo ha sido claro: «¡No, yo no lo soy! Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo, del que no soy digno ni de atarle la correa de sus sandalias». Juan ha sido claro, no ha robado el título. No se ha apoderado del trabajo. Esta, por tanto, es la segunda cosa que ha hecho él, «hombre de verdad»: No robar la dignidad. (Cf. Papa Francisco, homilía en santa Marta, 7 de febrero de 2014)

Reflexión 
San Juan Bautista fue enviado al mundo para ser testigo del hecho más extraordinario nunca antes pensado ni imaginado. Toda su vida fue predicar la conversión y el arrepentimiento de los pecados, gritándolo con sus palabras y obras. Y ejerció su labor con gran celo, ya que conocía la magnitud de su misión.
Gracias a Dios, el papel de San Juan Bautista sigue estando vivo aun hoy en día. Varios hombres y mujeres continúan predicándonos con su vida que sí es posible arrepentirnos y vivir totalmente dirigidos a Cristo. Escuchémosles. Dios nos habla a través de ellos, pues ellos sólo son sus mensajeros. Y nosotros hagámonos también testigos, pues infinitas son las gracias inmerecidas que hemos recibido, y ya que las hemos recibido gratis, démoslas gratis (Mt 10, 8).

Propósito
Predicaré con mi testimonio y con mis palabras a mis seres queridos que Jesús está cerca.

Diálogo con Cristo
Jesucristo, quiero ser testigo tuyo ante el mundo. Quiero seguirte más de cerca, y, en especial, durante este adviento. Deseo cambiar y enderezar aún más mis senderos hacia ti. Por eso, te pido que me infundas tu fuerza y que me sostengas en mis buenos propósitos. Pues sé que si Tú me ayudas, nada es imposible para mí. Mas si, en cambio, me lanzo a cambiar por mis propias fuerzas, sé que sucumbiré tarde o temprano, pues soy débil y frágil. Ayúdame, Jesús. Muestra tu poder en mi debilidad.


"La manera de enseñar algo con autoridad es practicarlo antes de enseñarlo, ya que la enseñanza pierde toda garantía cuando la conciencia contradice las palabras" (San Gregorio Magno, Moralia, 23, 23-24)

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA: LUNES 8 DE DICIEMBRE


Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
La Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María
Solemnidad, Diciembre 8



SOLEMNIDAD

Martirologio Romano: Solemnidad de la Concepción Inmaculada de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres, en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida, por el papa Pío IX, como verdad dogmática recibida por antigua tradición (1854).

Todo lo que se refiere a la Santísima Virgen María es un maravilloso misterio. Como la primera y más importante de las prerrogativas suyas es su condición de ser Madre de Dios, todo lo que deriva de ello-el caso de ser Inmaculada, por ejemplo- es una consecuencia de su especialísima, impar e irrepetible situación en medio de los hombres.

De hecho, en un tiempo concreto, justo en 1854, el papa Pío IX, de modo solemne y con todo el peso de su autoridad suprema recibida de Jesucristo, afirmó que pertenecía a la fe de la Iglesia Católica que María fue concebida sin pecado original. Lo hizo mediante la bula definitoria Ineffabilis Deus donde se declaraba esa verdad como dogma de fe.

Poco a poco fue descubriéndolo en el andar del tiempo y atendiendo a los progresos de la investigación teológica, al mejor conocimiento de las ciencias escriturísticas, a lo que era realidad viva en el espíritu y vida de los católicos y después de consultado el sentir del episcopado universal.

No es en ningún momento un gesto debido al capricho de los hombres ni a presiones ambientales o conveniencias económicas, políticas o sociales por las que suelen regirse las conductas de los hombres. No; es más bien la fase terminal y vinculante de un largo y complejo proceso en que se va desarrollando desde lo más explicito y directo hasta lo implícito o escondido y siempre al soplo del Espíritu Santo que asiste a la Iglesia por la promesa de Cristo. Por tanto, la definición dogmática no es la creación de una verdad nueva hasta entonces inexistente, sino la confirmación por parte de la autoridad competente de que el dato corresponde al conjunto de la Revelación sobrenatural. Por eso, al ser irreformable ya en adelante, asegura de manera inequívoca las conciencias de los fieles que al profesarla no se equivocan en su asentimiento, sino que están conforme a la verdad.

El libro del Génesis, la Anunciación de Gabriel trasmitida en el tercer evangelio, Belén donde nace el único y universal Redentor, El Calvario que es Redención doliente y el sepulcro vacío como triunfante se hacen unidad para la Inmaculada Concepción.

Los Santos Padres y los teólogos profundizaron en el significado de las palabras pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya reveladas y en los hechos; relacionaron las promesas primeras sobre un futuro Salvador, descendencia de la mujer, que vencería en plenitud al Maligno con aquellas palabras lucanas llena de gracia salidas del ángel Gabriel. Compararon a la Eva, madre primera de humanidad pecadora y necesitada de redención, con María, madre del redentor y de humanidad nueva y redimida. Pensaron en la redención universal y no podían entender que alguien -María- no la necesitara por no tener pecado. Con los datos revelados en la mano se estrujaron sus cabezas para entender la verdad universal del pecado original transmitido a todo humano por generación. Jugaron con las palabras Eva -genesíaca-, y Ave -neotestamentaria-, ambas del único texto sagrado, viendo en el juego maternidad analógica por lo común y lo dispar. Vinieron otros y otros más hablando de la dignidad de María imposible de superar; el mismo pueblo fiel enamorado profesaba la conveniencia en Ella de inmunidad, pero aún quedaban flecos sin atar. Salió algún teólogo geniudo diciendo ¡imposible! y otro sutil, que hilaba muy fino, afirmó que mejor es prevenir que curar la enfermedad para afirmar que la redención sí era universal y María la mejor redimida.

Solucionadas las aparentes contradicciones de los datos revelados que ataban todos los cabos sueltos y comprendido cuanto se puede entender en la proximidad del misterio, sólo quedaba dar la razón de modo solemne a la firme convicción de fieles y pastores en el pueblo de Dios que intuía, bajo el sereno soplo del Espíritu, que por un singular privilegio la omnipotencia, sabiduría y bondad infinitas de Dios habría aplicado, sin saber cómo, los inagotables méritos del Hijo Redentor a su Santísima Madre, haciéndola tan inocente desde el primer instante de su concepción, como lo fue después y para siempre, por haberla amado más que a ninguna otra criatura y ser ello lo más digno por ser la más bella de todo lo que creó. Así lo hizo, aquel 8 de diciembre, el papa Pío IX cuando clarificó para siempre el significado completo de llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.

Mientras los teólogos estudiaban y discutían todos los pormenores, los artistas les tomaron la delantera, sobre todo los españoles Murillo, Ribera, Zurbarán, Valdés Leal y otros; también no españoles como Rubens o Tiepolo. Ponían en sus impresionantes lienzos a la Inmaculada con túnica blanca y manto azul, coronada de doce estrellas, que pisaba con total potestad y triunfo la media luna y la humillada serpiente.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...