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sábado, 11 de octubre de 2014
NUESTRA SEÑORA DE LA APARECIDA, ADVOCACIÓN MARIANA, 12 DE OCTUBRE
Autor: EWTN | Fuente: EWTN.com
Nuestra Señora de Aparecida
Advocación Mariana, 12 de octubre
Nuestra Señora de Aparecida
Patrona de Brasil
La historia cuenta que en el año 1717, El gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, don Pedro de Almeida y Portugal, Conde de Assumar, pasó por la villa de Guaratinguetá camino a villa Rica. Por tal motivo, los pobladores del lugar, queriendo agasajar al invitado, solicitaron a tres pescadores, Domingos Garcia, Filipe Pedroso e João Alves, una provisión de peces.
Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.
Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar, unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños.
El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida.
El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.
Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.
La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.
El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica.
Nuestra Señora de Aparecida
Advocación Mariana, 12 de octubre
Nuestra Señora de Aparecida
Patrona de Brasil
La historia cuenta que en el año 1717, El gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, don Pedro de Almeida y Portugal, Conde de Assumar, pasó por la villa de Guaratinguetá camino a villa Rica. Por tal motivo, los pobladores del lugar, queriendo agasajar al invitado, solicitaron a tres pescadores, Domingos Garcia, Filipe Pedroso e João Alves, una provisión de peces.
Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.
Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar, unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños.
El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida.
El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.
Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.
La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.
El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica.
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, ADVOCACIÓN MARIANA, 12 DE OCTUBRE
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
ADVOCACIÓN MARIANA - 12 DE OCTUBRE
Se celebra el 12 de Octubre, día de la Hispanidad. Rezamos en el himno de Laudes de esta fiesta: "Santa María del Pilar, escucha nuestra plegaria, al celebrar tu fiesta, Madre de Dios y Madre de los hombres, Reina y Señora. Tú, la alegría y el honor del pueblo, eres dulzura y esperanza nuestra: desde tu trono, miras, guardas, velas, Madre de España. Árbol de vida, que nos diste a Cristo, fruto bendito de tu seno virgen, ven con nosotros hasta que lleguemos, contigo al puerto".
Y el himno de Vísperas resume los anhelos que todos los cristianos españoles y de todo el mundo, que hoy celebran la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, debieran procurar vivir a lo largo de toda su vida:
"Esa columna, sobre la que posa, leve sus plantas tu pequeña imagen, sube hasta el cielo: puente, escala, guía, de peregrinos. Cantan tus glorias las generaciones, todas te llaman bienaventurada, la roca firme, junto al Ebro enhiesta, gastan a besos. Abre tus brazos virginales, madre, vuelve tus ojos misericordiosos, tiende tu manto, que nos acogemos, bajo tu amparo".
Lo cierto es que desde muy antiguo se la venera a la Virgen María del Pilar en este lugar de Zaragoza (España) y que desde muy antiguo también se levantó en su honor una sencilla capilla que con el tiempo fue dando lugar al suntuoso templo mariano donde hoy recibe visitas de todos los cristianos venidos de todas partes del mundo. Y no hay duda de que es el Templo de la raza, el que marca los hitos por los que se mueve la fe en España y en los pueblos que de los españoles recibieron la fe de Jesucristo y el amor hacia su Madre.
La Virgen María, allá por el año cuarenta, cuando todavía vivía en carne mortal, al despedirse el Apóstol Santiago a predicar la fe de Jesucristo, le prometió la Virgen que en aquel lugar donde más se convirtieran a su Hijo se le manifestaría ella. Al llegar a las riberas del Ebro en Cesaraugusta -la actual Zaragoza- "se convirtieron siete hombres para la fe de Cristo". La Virgen María cumplió su promesa y se le apareció trayendo una columna y rogándole que edificaran una capilla donde fuera adorado su Hijo Jesucristo por todos los siglos y le prometió "milagros admirables sobre todos los que imploren, en sus necesidades, mi auxilio. Este pilar quedará aquí hasta el fin de los tiempos, para que nunca le falten adoradores a Jesucristo".
La Sagrada Escritura habla de la columna que guiaba al pueblo de Dios durante el destierro hacia la tierra prometida. Esa columna debe ser para nosotros este Pilar de Zaragoza, que ha recibido a través de los siglos, la fe de nuestros padres y que ha amparado a cuantos a ella, a María, se han dirigido.
Siempre tiene gentes, venidas de todas las partes de España y aún más allá, para venerar este sagrado lugar donde reside María, la Madre, la Señora, siempre con los brazos y el corazón abiertos para bendecir, amparar, y consolar. No sólo el día 12 de octubre, que se celebra su fiesta, sino cada día miles de corazones se postran ante ella en este privilegiado lugar de oración, de recepción de sacramentos, de vivencia de nuestra fe.
Bombas sin explotar de la basílica de la Virgen del PilarEntre los grandes prodigios obrados por su medio sólo recordamos esos dos: El acaecido el 1637 con Miguel Pellicer, vecino de Calanda (España) a quien le devolvió la pierna sana después de que la tuviera tres años y cinco meses enterrada. Otro prodigio es más reciente: El 3 de agosto de 1936 los enemigos de la fe en España arrojaron tres bombas sobre el templo. Una cayó en frente de la Basílica que no causó desperfecto alguno y las otras dos sobre la misma Santa Capilla, sin explotar.
A continuación, os presento parte de un texto escrito por el religioso marianista Padre José María Salaverri:
"¡Qué pequeña eres, pero qué influencia tan grande tienes!" dijo Juan Pablo II en una de sus visitas a la Virgen de la columna. Y así es efectivamente. Los 38 cm. de la imagen de la Virgen del Pilar, sobre una columna de jaspe de 1.77 m., parecen la viva expresión material del Magnificat: "Ha mirado la pequeñez de su sierva… Ha hecho grandes cosas por mi".
En la liturgia del 12 de octubre puede leerse como primera lectura de la misa los versículos 12-14 del capítulo 1 de los Hechos de los apóstoles. Después de enumerar a los once apóstoles, Lucas nos dice que estaban en oración con "María, la madre de Jesús". Presencia aparentemente discreta, de segundo plano. María, sencilla, como perdida entre apóstoles, discípulos y discípulas, pero ¡qué fuerza emana de esas palabras! Como semilla que germina y da fruto abundante. Dice Juan Pablo II:
"Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido."
Y el evangelio es también corto y significativo: una mujer que levanta la voz declarando dichosos el vientre y los pechos de la madre de Jesús. Y el mismo Jesús que replica: "Mejor: ¡dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!" Elogio que se aplica en primer lugar y plenamente a María, la "dichosa por haber creído"; pero que se siente más dichosa todavía al poder "dar" a todos ese Jesús concebido en su vientre y alimentado a sus pechos.
María del Pilar, en su fiesta del 12 de octubre de 1492, se convierte en proa de nave misionera. Es ella quien parece regalar a su hijo un nuevo mundo, a través de Colón y sus marineros, a bordo de tres carabelas, cuya capitana se llama la Santa María. Por eso Juan Pablo II, hace un alto en Zaragoza el 10 de octubre de 1984, camino de Santo Domingo para inaugurar la novena de años que van a preparar la celebración de la llegada del cristianismo a tierras americanas. Dice el Papa:
"Brilla aquí en la tradición firme y antiquísima del Pilar la dimensión apostólica de la Iglesia en todo su esplendor (…) La fe que los misioneros españoles llevaron a Hispanoamérica es una fe apostólica heredada de la fe de los apóstoles, según venerable tradición que aquí junto al Pilar tiene su asiento".
La columna sobre la que se mantiene, firme y erguida, la frágil imagen de la Virgen, está cargado de simbolismo. Evoca la columna de fuego que, de noche, guiaba a los israelitas por el desierto. "Faro esplendente", la llama el himno a la Virgen del Pilar, es decir, la que, en las noches oscuras de los cristianos, mantiene viva la luz de la fe. La columna evoca también la solidez del edificio de la Iglesia, siempre perseguida, pero siempre en pie, manteniendo la esperanza del que, como dice también el himno, "se abraza a tu Pilar", Virgen María. El himno nos dice también que ese pilar ha sido un "rico presente de caridad" del amor de Dios, que nunca desampara a su pueblo en los momentos difíciles.
La oración colecta de la fiesta de Nuestra Señora del Pilar es una obra maestra de síntesis: rico contenido teológico y sencilla plegaria:
Dios todopoderoso y eterno,
que en la gloriosa Madre de tu Hijo
has concedido un amparo celestial
a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar,
concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe,
seguridad en la esperanza y constancia en el amor.
Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, fortaleza en la fe. A imitación de la virgen Engracia y sus 18 compañeros mártires, fuertes en la fe en la persecución de Diocleciano, en el año 304, sufriendo con entereza los más atroces suplicios para mantener intacta la fe de su bautismo.
Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, la seguridad en la esperanza. Como aquel desterrado de la revolución francesa, el beato Guillermo José Chaminade, que pasa tres años a los pies del Pilar de 1797 a 1800, seguro en la esperanza de un renacimiento cristiano en su patria. Para asegurarla, la Virgen del Pilar le inspira sus fundaciones marianistas para renovar la fe de la juventud de su patria y del mundo. Y sus hijos e hijas, agradecidos, han llevado a todo el mundo su nombre, su imagen y su devoción.
Innumerables han sido los que han recibido, de María del Pilar, la constancia en el amor. Como aquella joven mujer de 23 años, María Rafols, que llega a Zaragoza en 1804, dispuesta a atender con un grupo de compañeras a los pobres y enfermos: las Hijas de la caridad de Santa Ana. Durante los dos sitios de Zaragoza, en plena guerra de la Independencia, merecerá que la ciudad de Zaragoza la declare "heroína de la caridad".
Fe, esperanza y amor reparte la Virgen desde su Pilar, desde su atalaya zaragozana. Con razón, el Papa Juan Pablo terminaba su oración a la Virgen:
"Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad… Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como patrona de la Hispanidad."
MÁNDALE TRIBULACIONES
Mándale tribulaciones
Un joven acudió una vez a un anciano y le pidió que orara por él:
–– “Me doy cuenta que estoy cayendo continuamente en la impaciencia, ¿podría orar por mí para que pueda ser más paciente?”.
El anciano accedió. Se arrodillaron, y el hombre de Dios comenzó a orar:
–– “Señor, mándale tribulaciones a este joven esta mañana, envíale tribulaciones en la tarde…”.
El joven le interrumpió y le dijo:
–– “¡No, no! ¡Tribulaciones no! ¡Paciencia!”.
–– “Pero la tribulación produce paciencia –contestó el anciano–. Si quieres tener paciencia, tienes que tener tribulación”.
MADRE NATURALEZA
Madre naturaleza
Cuentan que durante un buen tiempo, los pájaros caminaban igual que nosotros, hasta que un día empezaron a volar.
Cuando se dieron cuenta, tuvieron tanta alegría que causaron muchos problemas.
Uno de los principales es que ya no podían comer con sus manos (que se habían vuelto alas) y, debido a esto, se pegaban entre sí.
Para resolver a tantos conflictos, un comité formado por pájaros de
todas las razas se formó y fue a hablar con la Madre Tierra, cuyos oído y boca se ocultan en una cueva.
Ahí, la Madre Tierra con todo el amor les enseñó a portarse, como podrían cazar el alimento desde ahora, como comer, etc. Ellos se
despidieron satisfechos y se fueron.
Pero, no todos; una joven golondrina decidió que debía haber algo más y fue a hablar nuevamente con la Madre Tierra.
- Madre, disculpa por volver, pero...
- Cuéntame, hijo mío.
- Es que... nos dijiste como actuar con estos nuevos
elementos y le agradezco inmensamente. Pero, siento que hay algo más.
Algo que no nos dijo.
La Madre Tierra quedó callada un tiempo que pareció eterno para la pequeña golondrina. Tan largo, que se había decidido a ir cuando ella empezó nuevamente a hablar.
- Un día, hijo mío, los seres humanos estarán dominando todo el planeta.
Y cuando este día llegue, cazarán indiscriminadamente a los animales, así que, trato de proteger a Uds. A algunos, como Uds., les doy alas; a otras, una increíble velocidad. Así los protejo.
La golondrina miraba calladamente a la oscura cueva de donde venía la voz.
- Pero, ellos son mis hijos también. Así que quiero que especialmente Uds. los ayuden. Y por toda la historia, toda vez que ellos vean un pájaro, una sonrisa iluminará su rostro. Cuando escuchen lo que conversan entre Uds., ellos se deleitarán y aún tratarán de imitar el suave sonido. Y su
vuelo será símbolo eterno de libertad; la libertad que perdieron al actuar así.
Con una voz aún más dulce, la Madre Tierra concluye:
- Así que, hijo mío, ve a alegrar sus corazones. Dale luz y, quizá, un día, entiendan que deben parar de cazar y empezar a crear.
EL PAPA FRANCISCO, INVITA A DOS NIÑOS A SUBIR AL PAPA MÓVIL
PAPA FRANCISCO, INVITA A DOS NIÑOS A SUBIR AL PAPA MÓVIL
¿QUIEREN VENIR A DAR UNA VUELTA CONMIGO EN EL PAPA MÓVIL?
Esta es la pregunta que el Papa Francisco hizo ayer a un grupo de niños que participaban en el audiencia general. Por supuesto, a dos de ellos les faltó el tiempo para saltar la valla de seguridad e intentar "escalar" el automóvil, en lugar de subir por la escalerilla. Cosas de la emoción... Seguro que guardarán toda la vida el recuerdo de esta vuelta a la plaza de San Pedro con el Papa Francisco.
VATICANO, 09 Oct. 14 / 07:02 pm (ACI).- El Papa Francisco invitó a dos niños de nueve años de edad a subir a su vehículo, el “papamóvil”, mientras hacía el recorrido habitual por la Plaza de San Pedro para saludar a los miles de fieles que se dan cita cada miércoles para escuchar su catequesis en la Audiencia General.
Los niños, Antonio di Muro y Raffaele Scafuri, aceptaron inmediatamente la invitación del Santo Padre. Los pequeños con ayuda de los guardias de seguridad que acompañan al Pontífice saltaron la valla y fueron subidos al vehículo.
Ambos no podían salir de sus asombro, los dos se abrazaron y empezaron a alzar los brazos como signo de alegría y saludaban también a los demás fieles. El Pontífice continuamente observaba si los niños estaban bien mientras que continuaba saludando y bendiciendo a los presentes.
Al terminar el recorrido los menores se despidieron del Pontífice con dos besos en la mejilla.
SANTA SOLEDAD TORRES ACOSTA, FUNDADORA DE LAS SIERVAS DE MARÍA, 11 DE OCTUBRE
Autor: P. Angel Amo
Soledad Torres Acosta, Santa
Fundadora de las Siervas de María, octubre 11
Soledad Torres Acosta, Santa
Fundadora de las Siervas de María
Octubre 11
Manuela Torres Acosta nació en Madrid (España), el 2 de diciembre de 1826. Sus padres, Manuel Torres y Antonia Acosta, era una modesta pareja de labriegos que poseían una lechería en Chamberí, barrio pobre del Madrid del ochocientos. De niña fue a la escuela que las Hijas de la Caridad abrieron en el Hospital de Incurables. Ayudaba en la lechería de sus padres y al mismo tiempo cuidaba los niños de las vecinas organizándoles juegos para entretenerlos.
A los veinticinco años pidió la admisión como hermana lega en el convento de dominicas, pero tenía que esperar hasta que hubiera lugar... En esa espera conoció los planes de fundación del cura de Chamberí, padre Miguel Martínez, de una asociación de mujeres para asistir a enfermos en casa. En 1851 reunió a siete mujeres en comunidad que el día 15 de agosto recibieron el hábito y el nombre de Siervas de María. Manuela tenía veintisiete años y escogió el nombre de María Soledad en honor a la Virgen. A finales de 1853 la pequeña comunidad de Siervas llegó a veinticuatro. En 1855, de las siete fundadoras sólo quedaba una, la hermana Soledad, que había llegado la última, y que el padre había recibido a regañadientes: cuatro de las fundadoras habían abandonado el grupo y dos habían muerto.
Finalmente en 1856 también el padre Miguel abandonó la asociación por él fundada dejando sola a sor María Soledad que se convirtió en fundadora y superiora de doce religiosas distribuidas en tres casas: Madrid, Getafe y Ciudad Rodrigo.
El 13 de noviembre de 1856 el nuevo director, padre Francisco Morales, decidió cambiar a la superiora y el cardenal de Toledo pensó en suprimirlas. Cambiaron entonces al padre Francisco por el padre Gabino Sánchez, fraile capuchino, quien en 1857 repuso a la madre Soledad en el puesto de superiora; ambos redactaron unos estatutos para la asociación y, con el apoyo de la reina de España, Isabel II, evitaron la supresión.
Dos años después de la aprobación, en octubre de 1878, madre Soledad visitó Roma. Ante el papa León XIII quien le puso las manos sobre la cabeza y le dijo palabras cariñosas, no pudo sino llorar. En 1875, con ayuda del obispo Orberá, fundaron una casa en Cuba. A partir de entonces se aceleró el crecimiento de la congregación en España: Santander, Almería, Zaragoza... De 1877 a 1887 se pusieron en pie un total de veintinueve fundaciones. También se les confió el Hospital de San Carlos del Escorial. En la epidemia del cólera del año 1885 las Siervas, con madre Soledad al frente, ayudaron a cuidar a los enfermos. El 21 de noviembre el cardenal Rampolla, nuncio del Papa en España, inauguró la casa madre y el noviciado. Estuvieron presentes veintiocho superioras que representaban a casi trescientas religiosas. Se aprovechó esa circunstancia para celebrar un capítulo general extraordinario, quedando madre Soledad como superiora general. A finales de septiembre de 1887 madre Soledad cayó enferma. Al acercarse la muerte, le pidieron su bendición. Una hermana le sostuvo la mano mientras decía: Hijas, que tengáis paz y unión. Murió el 11 de octubre. El papa Pío XII la beatificó el 5 de febrero de 1950 y fue canonizada por el papa Pablo VI el 25 de enero de 1970.
viernes, 10 de octubre de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 10 DE OCTUBRE DEL 2014
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net El que no está conmigo, está contra mí | |||
Lucas 11, 15-26. Tiempo Ordinario. Jesús no oculta el riesgo que corre quien decide seguirlo. | |||
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LA DULZURA DE DIOS
LA DULZURA DE DIOS
Un cierto día, la profesora, queriendo saber si todos habían estudiado la lección solicitada, preguntó a los niños quién sabría explicar quién es Dios.
Uno de los niños levantó el brazo y dijo: Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella; nos hizo como hijos de Él. La profesora queriendo buscar más respuestas fue más lejos. ¿Cómo saben que Dios existe si nunca lo han visto?
La sala quedó toda en silencio. Pedro, un niño muy tímido, alzó la mano y dijo: Mi madre me dijo que Dios es como el azúcar en mi leche que ella hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza de leche, pero si ella no pone el azúcar, la leche queda sin sabor. Dios existe y está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos.
Pero si Él no está, nuestra vida queda sin sabor. La profesora sonrió y dijo: Muy bien Pedro, yo os he enseñado muchas cosas, pero tú, Pedro, me has enseñado algo más profundo que todo lo que yo ya sabía. Ahora sé que Dios es nuestra azúcar y que está todos los días endulzando nuestras vidas.
Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño.
La sabiduría no está en el conocimiento, pues teorías existen muchas, pero dulzura como la de Dios no existe todavía ni en los mejores azúcares.
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA: EL MAGNIFICAT
El Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
LAS SEIS MADEJAS
LAS SEIS MADEJAS
El rey, en su avaricia, había apresado y encarcelado a Romualdo, a quien todo el pueblo veneraba y reverenciaba como a hombre de Dios y profeta de su pueblo, e hizo saber que no lo pondría en libertad hasta que el pueblo pagase una muy elevada cantidad de dinero por su rescate. Una manera un poco primitiva y salvaje de cobrar impuestos. El rey sabía que el pueblo veneraba al santo y acabaría pagando.
Pagaron mucho, en efecto, pero la cantidad recaudada no llegaba aún a lo estipulado. Una viejecita de un pueblo muy lejano se enteró también de lo que sucedía y quiso contribuir en su pobreza. Era hilandera, y todo su capital en aquel momento eran seis madejas recién hiladas. Las tomó y se encaminó a palacio a entregarlas para el rescate.
Las personas, al verla pasar, se contaban unos a otros su caso, y no podían menos de sonreírse ante la ingenuidad de su gesto y la inutilidad de su esfuerzo. ¿Qué valían seis madejas de hilo en un rescate de millones? Algunos incluso se lo decían a la cara y la disuadían de su empeño.
Pero ella seguía su camino y contestaba: “No sé si pondrán en libertad a Romualdo o no. Lo único que pretendo es que cuando Dios, en su juicio, me pregunte qué hice yo cuando Romualdo estaba en la cárcel, no tenga yo que bajar los ojos avergonzada”. Y presentó su ofrenda.
El rey, a cuyos oídos había llegado ya su historia, liberó al hombre de Dios.
Sabemos que el alma de la humanidad está en la cárcel. ¿Cuándo nos pondremos en camino con nuestras seis madejas?
LA CEBOLLA
LA CEBOLLA
“Había una vez una vieja muy mala y murió. La mujer no había realizado en su vida ni una sola acción buena y la echaron en el lago de fuego. Pero el ángel de la guarda que estaba allí pensó:
- “¿Qué buena acción podría recordar para decírselo a Dios?” Entonces recordó algo y se lo manifestó:
- Una vez arrancó de su huertecillo una cebolla y se la dio a un pobre.
Y Dios le respondió complacido: “Toma tú mismo esa cebolla y échasela al lago de forma que pueda agarrarse a ella. Si puedes lograr sacarla del fuego, irá al purgatorio y luego al paraíso, pero si la cebolla se rompe tendrá que quedarse donde está”.
El ángel corrió hasta donde estaba la mujer y le alargó la cebolla:
- “Toma, mujer, agárrate fuerte, vamos a ver si te puedo sacar”.
Y comenzó a tirar con cuidado. Cuando ya casi la había sacado del todo, los demás pecadores que estaban en el lago de fuego se dieron cuenta y empezaron todos a agarrarse a ella para poder también salir de allí. Pero la mujer era mala, muy mala, y les daba patadas diciendo:
- “Me van a sacar sólo a mí, no a vosotros: es mi cebolla, no la vuestra”.
Pero apenas había pronunciado estas palabras, cuando la cebolla se rompió en dos y la mujer volvió a caer en el lago de fuego. Allí arde hasta el día de hoy. El ángel se echó a llorar y se fue”. «No estamos destinados a salvarnos solos»
PAPA FRANCISCO: "HABLEN CON FRANQUEZA Y ESCUCHEN CON HUMILDAD" - SÍNODO DE OBISPOS
El Papa Francisco
al Sínodo: 'Hablen con franqueza y escuchen con humildad'
En la primera congregación general de la III Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos, el papa Francisco invitó a los participantes a “hablar claro. Nadie diga: 'Esto no se puede decir; que pensarán de mí, esto o aquello', porque hay que decir todo lo que se siente con franqueza”. Así como “escuchar con sinceridad”.
El Papa se dirigió a los padres sinodales agradeciéndoles “de corazón por vuestra atenta y calificada asistencia” y agradeció a todas las personas que “trabajaron con dedicación, con paciencia y competencia, por largos meses, leyendo, evaluando, y elaborando los temas, textos y trabajos de esta Asamblea General Extraordinaria”.
Agradeció también al secretario general, el cardenal Lorenzo Baldisseri, y a quienes trabajaron les deseó: “¡Que el Señor les recompense!”.
Agradeció también a la jerarquía de la Iglesia, clérigos, religiosos y laicos, “por vuestra presencia y participación que enriquece los trabajos y el espíritu de colegiado y de sinodalidad por el bien de la Iglesia y de las familias.
Recordó que fue su deseo, que el espíritu de sinodalidad tuviera lugar en la elección de los relatores, del secretario general y de los presidentes delegados. “Los dos primeros -confió el Santo Padre- han sido elegidos directamente por el Consejo-post sinodal, elegido este a su vez por los participantes del último sínodo. En cambio como los presidentes delegados tienen que ser elegidos por el Papa, le pedí al mismo Consejo post sinodal, que me propusieran nombres y he nombrado a los que el Consejo me ha propuesto”.
Les recordó a los presentes que ellos traen “la voz de las Iglesias particulares, reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales”. Añadió que “las Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina”, mientras que “las Iglesias locales, así entendidas son de institución humana”. Y que ellos, “esta voz la traerán en sinodalidad”.
El Obispo de Roma les advirtió que es “una gran responsabilidad” la de “traer la realidad y las problemáticas en las Iglesias, para ayudar a caminar en ese camino que es el Evangelio de la familia”.
Y confió que “después del último Consistorio en febrero de 2014, en el cual se ha hablado de familia, un cardenal me escribió diciendo: 'Qué pena que algunos cardenales no hayan tenido el coraje de decir algunas cosas por respeto del Papa, considerando que el Papa pensara alguna cosa diversa”. Y Francisco reiteró: “Esto no va bien, esto no es sinodalidad, porque hay que decir todo lo que en el Señor se siente que hay que decir, sin respeto humano, sin timidez, y al mismo tiempo hay que escuchar con humildad y acoger con corazón abierto lo que dicen los hermanos”, porque “con estas dos actitudes se ejercita la sinodalidad”.
Y reiteró: “Por ello les pido por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar con humildad”. Y concluyó invitandolos a hablar “con tranquilidad y paz, porque el Sínodo se realiza siempre cum Petro y sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe.
“Queridos hermanos -concluyó el Pontífice- colaboremos todos para que se afirme con clareza la dinámica de la sinodalidad”.
jueves, 9 de octubre de 2014
SAN DANIEL COMBONI, FUNDADOR DE LOS MISIONEROS COMBONIANOS, 10 DE OCTUBRE
Autor: Vaticano | Fuente: Vatican.va
Daniel Comboni, Santo
Fundador de los Misioneros Combonianos, 10 Octubre
Daniel Comboni, Santo
Obispo
Martirologio Romano: En Khartum, en Sudán, san Daniel Comboni, obispo, que fundó el Instituto para las Misiones en África (Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús), y tras ser elegido obispo en ese continente, se entregó sin reservas y predicó el Evangelio por aquellas regiones, trabajando también por hacer respetar la dignidad humana. († 1881)
Daniel Comboni: hijo de campesinos pobres, llegó a ser el primer Obispo de Africa Central y uno de los más grandes misioneros de la historia de la Iglesia.
La vida de Comboni nos muestra que, cuando Dios interviene y encuentra una persona generosa y disponible, se realizan grandes cosas.
Hijo único - padres santos
Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831, en una familia de campesinos al servicio de un rico señor de la zona. Su padre Luigi y su madre Domenica se sienten muy unidos a Daniel, que es el cuarto de ocho hijos, muertos casi todos ellos en edad temprana. Ellos tres forman una familia unida, de fe profunda y rica de valores humanos, pero pobre de medios materiales. La pobreza de la familia empuja a Daniel a dejar el pueblo para ir a la escuela a Verona, en el Instituto fundado por el sacerdote don Nicola Mazza para jóvenes prometedores pero sin recursos.
Durante estos años pasados en Verona Daniel descubre su vocación sacerdotal, cursa los estudios de filosofía y teología y, sobre todo, se abre a la misión de Africa Central, atraído por el testimonio de los primeros misioneros del Instituto Mazza que vuelven del continente africano. En 1854, Daniel Comboni es ordenado sacerdote y tres años después parte para la misión de Africa junto a otros cinco misioneros del Istituto Mazza, con la bendición de su madre Domenica que llega a decir: "Vete, Daniel, y que el Señor te bendiga".
En el corazón de Africa - con Africa en el corazón
Después de cuatro meses de viaje, el grupo de misioneros del que forma parte Comboni llega a Jartum, la capital de Sudán. El impacto con la realidad Africana es muy fuerte. Daniel se da cuenta en seguida de las dificultades que la nueva misión comporta. Fatigas, clima insoportable, enfermedades, muerte de numerosos y jóvenes compañeros misioneros, pobreza de la gente abandonada a si misma, todo ello empuja a Comboni a ir hacia adelante y a no aflojar en la tarea que ha iniciado con tanto entusiasmo. Desde la misión de Santa Cruz escribe a sus padres: "Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero al pensar que se suda y se muere por amor de Jesucristo y la salvación de las almas más abandonadas de este mundo, encuentro el consuelo necesario para no desistir en esta gran empresa".
Asistiendo a la muerte de un joven compañero misionero, Comboni no se desanima y se siente confirmado en la decisión de continuar su misión: "Africa o muerte!".
Cuando regresa a Italia, el recuerdo de Africa y de sus gentes empujan a Comboni a preparar una nueva estrategia misionera. En 1864, recogido en oración sobre la tumba de San Pedro en Roma, Daniel tiene una fulgurante intuición que lo lleva a elaborar su famoso "Plan para la regeneración de Africa", un proyecto misionero que puede resumirse en la expresión "Salvar Africa por medio de Africa", fruto de su ilimitada confianza en las capacidades humanas y religiosas de los pueblos africanos.
Un Obispo misionero original
En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera.
Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas.
Como teólogo del Obispo de Verona participa en el Concilio Vaticano I, consiguiendo que 70 obispos firmen una petición en favor de la evangelización de Africa Central (Postulatum pro Nigris Africæ Centralis).
El 2 de julio de 1877, Comboni es nombrado Vicario Apostólico de Africa Central y consagrado Obispo un mes más tarde. Este nombramiento confirma que sus ideas y sus acciones, que muchos consideran arriesgadas e incluso ilusorias, son eficaces para el anuncio del Evangelio y la liberación del continente africano.
Durante los años 1877-1878, Comboni sufre en el cuerpo y en el espíritu, junto con sus misioneros y misioneras, las consecuencias de una sequía sin precedentes en Sudán, que diezma la población local, agota al personal misionero y bloquea la actividad evangelizadora.
La cruz como "amiga y esposa"
En 1880 Comboni vuelve a Africa por octava y última vez, para estar al lado de sus misioneros y misioneras, con el entusiasmo de siempre y decidido a continuar la lucha contra la esclavitud y a consolidar la actividad misionera. Un año más tarde, puesto a prueba por el cansancio, la muerte reciente de varios de sus colaboradores y la amargura causada por acusaciones infundadas, Comboni cae enfermo. El 10 de octubre de 1881, a los 50 años de edad, marcado por la cruz que nunca lo ha abandonado "como fiel y amada esposa», muere en Jartum, en medio de su gente, consciente de que su obra misionera no morirá. "Yo muero –exclama– pero mi obra, no morirá».
Comboni acertó. Su obra no ha muerto. Como todas las grandes realidades que " nacen al pie de la cruz ", sigue viva gracias al don que de la propia vida han hecho y hacen tantos hombres y mujeres que han querido seguir a Comboni por el camino difícil y fascinante de la misión entre los pueblos más pobres en la fe y más abandonados de la solidaridad de los hombres.
Fechas más importantes
— Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831.
— Consagra su vida a Africa en 1849, realizando un proyecto que lo lleva a arriesgar la vida varias veces en las difíciles expediciones misioneras desde 1857, que es cuando va por primera vez a Africa.
— El 31 de diciembre de 1854, año en que se proclama el dogma de la Inmaculada Concepción de María, es ordenado sacerdote por el Beato Juan Nepomuceno Tschiderer, Obispo de Trento.
— En 1864 escribe un Plan fundado sobre la idea de " salvar Africa por medio de Africa », que demuestra la confianza que Comboni tiene en los africanos, pensando que serán ellos los protagonistas de su propia evangelización (Plan de 1864).
— Fiel a su consigna "Africa o muerte ", no obstante las dificultades sigue con su Plan fundando, en 1867, el Instituto de los Misioneros Combonianos.
— Voz profética, anuncia a toda la Iglesia, sobre todo en Europa, que ha llegado la hora de evangelizar a los pueblos de Africa. No teme presentarse, como simple sacerdote que es, a los Obispos del Concilio Vaticano I, pidiéndoles que cada Iglesia local se comprometa en la conversión de Africa (Postulatum, 1870).
— Demostrando un valor fuera de lo común, Comboni consigue que también las religiosas participen directamente en la misión de Africa Central, siendo el primero en tomar tal iniciativa. En 1872, funda un Instituto de religiosas dedicadas exclusivamente a la misión: las Hermanas Misioneras Combonianas.
— Gasta todas sus energías por los africanos y lucha con tesón para que sea abolida la esclavitud.
— En 1877, es consagrado Obispo nombrado Vicario Apostólico de Africa Central.
— Muere en Jartum, Sudán, abatido por las fatigas y cruces, en la noche del 10 de octubre de 1881.
— El 26 de marzo de 1994, se reconoce la heroicidad de sus virtudes.
— El 6 de abril de 1995, se reconoce el milagro realizado por su intercesión en una muchacha afrobrasileña, la joven María José de Oliveira Paixão.
— El 17 de marzo de 1996, es beatificado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.
— El 20 de diciembre 2002, se reconoce el segundo milagro realizado por su intercesión en une madre musulmana del Sudan, Lubna Abdel Aziz.
— El 5 de octubre de 2003, es canonizado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.
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