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domingo, 14 de noviembre de 2021
LAS PALABRAS DE JESÚS NO PASARÁN - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DE 2021
LAS PALABRAS DE JESÚS NO PASARÁN
Los signos de desesperanza no son siempre del todo visibles, pues la falta de esperanza puede disfrazarse de optimismo superficial, activismo ciego o secreto pasotismo.
Por otra parte, son bastantes los que no reconocen sentir miedo, aburrimiento, soledad o desesperanza porque, según el modelo social vigente, se supone que un hombre que triunfa en la vida no puede sentirse solo, aburrido o temeroso. Erich Fromm, con su habitual perspicacia, ha señalado que el hombre contemporáneo está tratando de librarse de algunas represiones como la sexual, pero se ve obligado a «reprimir tanto el miedo y la duda como la depresión, el aburrimiento y la falta de esperanza».
Otras veces nos defendemos de nuestro «vacío de esperanza» sumergiéndonos en la actividad. No soportamos estar sin hacer nada. Necesitamos estar ocupados en algo para no enfrentamos a nuestro futuro.
Pero la pregunta es inevitable: ¿Qué nos espera después de tantos esfuerzos, luchas, ilusiones y sinsabores? ¿No tenemos otro objetivo sino producir cada vez más, disfrutar cada vez mejor lo producido y consumir más y más, hasta ser consumidos por nuestra propia caducidad?
El ser humano necesita una esperanza para vivir. Una esperanza que no sea «una envoltura para la resignación», como la de aquellos que se las arreglan para organizarse una vida lo bastante tolerable como para aguantar la aventura de cada día. Una esperanza que no debe confundirse tampoco con una espera pasiva, que solo es, con frecuencia, «una forma disfrazada de desesperanza e impotencia» (Erich Fromm).
El hombre necesita en su corazón una esperanza que se mantenga viva, aunque otras pequeñas esperanzas se vean malogradas e incluso completamente destruidas.
Los cristianos encontramos esta esperanza en Jesucristo y en sus palabras, que «no pasarán». No esperamos algo ilusorio. Nuestra esperanza se apoya en el hecho inconmovible de la resurrección de Jesús. Desde Cristo resucitado nos atrevemos a ver la vida presente en «estado de gestación», como germen de una vida que alcanzará su plenitud final en Dios.
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mc (13,24-32)
EL PAPA FRANCISCO AGRADECE INICIATIVAS EN TODO EL MUNDO POR LA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES 2021
El Papa agradece iniciativas en todo el mundo por la Jornada Mundial de los Pobres 2021
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Vatican Media
Después del rezo del Ángelus este 14 de noviembre, el Papa Francisco agradeció “las numerosas iniciativas de solidaridad que se han organizado en diócesis y parroquias de todo el mundo” con ocasión de la Jornada Mundial de los Pobres 2021.
Ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro y después de haber celebrado la Misa en la Basílica Vaticana con más de dos mil pobres, el Santo Padre señaló que la Jornada Mundial de los Pobres surgió “como fruto del Jubileo de la Misericordia” que se realizó del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.
En esta línea, el Papa señaló que el tema de la V Jornada Mundial de los Pobres son las palabras de Jesús: “A los pobres los tienen siempre con ustedes”.
“Y es verdad: la humanidad progresa, se desarrolla, pero los pobres están siempre con nosotros, siempre hay pobres, y en ellos está presente Cristo, en los pobres está presente Cristo”, advirtió el Papa.
Además, el Santo Padre recordó que el pasado viernes 12 de noviembre visitó Asís en donde en la Basílica de Santa María de los Ángeles “vivimos un momento fuerte de testimonio y oración, que les invito a retomar, les hará bien”.
En esa ocasión, el Papa rezó en silencio en la Porciúncula y después escuchó con atención diferentes testimonios de personas de diferentes nacionalidades, las historias fueron intercaladas por cantos.
El primer testimonio fue en lengua francesa, en el que un matrimonio joven de París con su bebé contó al Papa cómo se conocieron y que realizan una misión en familia.
El segundo testimonio fue en español. Sebastián del Valle dijo que nació en Palma de Mallorca, y actualmente vive en Toledo. Relató que de pequeño creció en una familia católica y tenía mucha devoción al Rosario. Luego, se alejó de Dios y cometió algunos delitos por lo que estuvo en la cárcel.
Tras salir de prisión se quedó solo, sin empleo y varias semanas vivió en la calle hasta que un párroco de un pueblo de Toledo lo recibió en un centro de Cáritas durante el confinamiento y se volvió a acercar a Dios. Sebastián se conmovió y se puso a llorar varias veces.
El tercero fue en francés y relató que creció en una familia y ambiente ateo y que de adulto encontró al Señor y se bautizó.
El cuarto testimonio fue en polaco, un joven de 37 años narró que cayó en la droga y alcohol a los 16 años y que desde 2007 vive en la calle.
El quinto testimonio fue de Farzaneh una joven refugiada de Afganistán que relató las dificultades actuales en el país y agradeció la acogida en Italia.
Luego, una pareja de ancianos de Afganistán que ahora vive en Italia contó su historia de migración forzada y el triste asesinato de uno de sus hijos por los talibanes.
El último testimonio fue de una mujer en silla de ruedas de 43 años que nació en Rumania. Dijo que llegó a Italia hace 15 años. Inicialmente en 2006 para cuidar a unos ancianos, tuvo que dejar dos hijos pequeños con su esposo, pero en 2008 murió su esposo y regresó a su país natal, pero después de la muerte de su esposo volvió a Italia con sus dos hijos, y relató cómo empezó su enfermedad, que ha tenido más de diez operaciones, los fuertes dolores, que perdió el trabajo y que no ha sido sencillo.
Después de los testimonios, el Santo Padre pronunció un discurso en el cual animó a “que este encuentro abra los corazones de todos nosotros para ponernos a disposición de los demás; que abra nuestros corazones para hacer de nuestras debilidades una fuerza que nos ayude a seguir en el camino de la vida, para transformar nuestra pobreza en una riqueza a compartir, y así mejorar el mundo”.
UN DÍA COMO HOY HACE 100 AÑOS CRISTO PROTEGIÓ A LA VIRGEN DE GUADALUPE EN ATENTADO CON BOMBA
Un día como hoy hace 100 años Cristo protegió a la Virgen de Guadalupe en atentado con bomba
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa
Crédito: David Ramos / ACI Prensa
Hoy se cumplen 100 años del atentado perpetrado en 1921 contra la Virgen de Guadalupe en la antigua basílica, en la que la imagen mariana fue protegida por un crucifijo que se conoce ahora como el “Santo Cristo del Atentado”.
“Este domingo 14 de noviembre se cumplen 100 años del terrible atentado en contra de la Santísima Virgen de Guadalupe. Querían destruir su imagen bendita, su imagen portentosa”, dijo a ACI Prensa el P. Eduardo Chávez, doctor en historia de la Iglesia y director general del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos.
“Conmemoramos también 100 años del testimonio maravilloso de Jesús, puesto que fue Él quien cubrió, cuidó y protegió a su madre y nuestra madre Santa María de Guadalupe”, refirió el también postulador de la causa de canonización de San Juan Diego.
“Testimonio de esto es el Cristo que está doblado y que lo tenemos aquí en la misma Basílica de Guadalupe como testimonio del inmenso amor de Dios, del portentoso amor de Dios para con ella y para con todos nosotros que la tenemos aquí todavía”.
El 14 de noviembre de 1921 estalló una bomba que un hombre había ocultado en unas flores que colocó en la antigua basílica de Guadalupe.
“Alrededor de las 10:30 de la mañana, estalló una bomba de dinamita que se hallaba oculta entre las flores. Los desperfectos fueron en las gradas del altar, que son de mármol, en los candeleros de latón y en esta Sagrada Imagen de Ntro. Señor Crucificado, que retorcida cayó al suelo”, indica el relato que está en la parte posterior de la actual Basílica, con el crucifijo y las fotos que se tomaron luego del atentado.
A este crucifijo se le conoce como el “Santo Cristo del Atentado”, y producto de la explosión quedó retorcido.
(Santo Cristo del Atentado en la Basílica de Guadalupe. Crédito: David Ramos / ACI Prensa)
El relato recuerda que el cristal del cuadro que protegía la imagen de la Virgen de Guadalupe “ni siquiera se estrelló” tras la explosión.
El atentado era el preludio de lo que años después sería la persecución religiosa en México, durante el gobierno de Plutarco Elías Calles.
El P. Chávez dijo a ACI Prensa que la Virgen de Guadalupe “nos quita el miedo” y “nos da la fe y la esperanza para vivir en el amor”.
El sacerdote recordó que “la imagen santísima de Guadalupe porta en su seno, en su vientre inmaculado a Jesús. Es el centro de la misma imagen y por eso es signo de la Iglesia”.
En ese sentido, con el atentado de hace 100 años, “al intentar destruir la imagen se trató de destruir la misma Iglesia y no pudieron porque esto viene de Dios”.
“Así como Santa María de Guadalupe, en su portentosa imagen es obra de Dios, así también la Iglesia es obra de Dios. Cristo es la cabeza de esta iglesia bendita que proclama la verdad, la justicia, el amor, el perdón, la misericordia, lo que tanto necesita nuestro pueblo exactamente el día de hoy”.
Por eso, exhortó el sacerdote, “si bien no pudieron destruir la imagen de la Virgen de Guadalupe, nosotros no la destruyamos jamás en nuestro corazón, en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra Iglesia”.
“La Virgen de Guadalupe está aquí para darnos a Jesucristo nuestro Señor su Hijo amado, a Él que es el centro de la Iglesia”.
Colaboró en esta nota David Ramos, jefe de la oficina de ACI Prensa en México
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DE 2021
Domingo 33 (B) del tiempo ordinario
Domingo 14 de noviembre
1ª Lectura (Dan 12,1-3): Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.
Salmo responsorial: 15
R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
2ª Lectura (Heb 10,11-14.18): Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Versículo antes del Evangelio (Lc 21,36): Aleluya. Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. Aleluya.
Texto del Evangelio (Mc 13,24-32): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En aquellos días, después de la tribulación aquella, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y los astros estarán cayendo del cielo, y las fuerzas que hay en los cielos serán sacudidas. Entonces, verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces enviará a los ángeles, y congregará a sus elegidos de los cuatro vientos, desde la extremidad de la tierra hasta la extremidad del cielo.
»De la higuera aprended la semejanza: cuando ya sus ramas se ponen tiernas, y brotan las hojas, conocéis que el verano está cerca; así también, cuando veáis suceder todo esto, sabed que Él está cerca, a las puertas. En verdad, os digo, la generación ésta no pasará sin que todas estas cosas se hayan efectuado. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mas en cuanto al día y la hora, nadie sabe, ni los mismos ángeles del cielo, ni el Hijo, sino el Padre».
«Él está cerca»
Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez
(Rubí, Barcelona, España)
Hoy recordamos cómo, al comienzo del año litúrgico, la Iglesia nos preparaba para la primera llegada de Cristo que nos trae la salvación. A dos semanas del final del año, nos prepara para la segunda venida, aquella en la que se pronunciará la última y definitiva palabra sobre cada uno de nosotros.
Ante el Evangelio de hoy podemos pensar que “largo me lo fiais”, pero «Él está cerca» (Mc 13,29). Y, sin embargo, resulta molesto —¡hasta incorrecto!— en nuestra sociedad aludir a la muerte. Sin embargo, no podemos hablar de resurrección sin pensar que hemos de morir. El fin del mundo se origina para cada uno de nosotros el día que fallezcamos, momento en el que terminará el tiempo que se nos habrá dado para optar. El Evangelio es siempre una Buena Noticia y el Dios de Cristo es Dios de Vida: ¿por qué ese miedo?; ¿acaso por nuestra falta de esperanza?
Ante la inmediatez de ese juicio hemos de saber convertirnos en jueces severos, no de los demás, sino de nosotros mismos. No caer en la trampa de la autojustificación, del relativismo o del “yo no lo veo así”... Jesucristo se nos da a través de la Iglesia y, con Él, los medios y recursos para que ese juicio universal no sea el día de nuestra condenación, sino un espectáculo muy interesante, en el que por fin, se harán públicas las verdades más ocultas de los conflictos que tanto han atormentado a los hombres.
La Iglesia anuncia que tenemos un salvador, Cristo, el Señor. ¡Menos miedos y más coherencia en nuestro actuar con lo que creemos! «Cuando lleguemos a la presencia de Dios, se nos preguntarán dos cosas: si estábamos en la Iglesia y si trabajábamos en la Iglesia; todo lo demás no tiene valor» (Beato J.H. Newman). La Iglesia no sólo nos enseña una forma de morir, sino una forma de vivir para poder resucitar. Porque lo que predica no es su mensaje, sino el de Aquél cuya palabra es fuente de vida. Sólo desde esta esperanza afrontaremos con serenidad el juicio de Dios.
sábado, 13 de noviembre de 2021
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 13 DE NOVIEMBRE DE 2021
Sábado 32 del tiempo ordinario
Sábado 13 de noviembre de 2021
1ª Lectura (Sab 18,14-16; 19,6-9): Un silencio sereno lo envolvía todo, y, al mediar la noche su carrera, tu palabra todopoderosa se abalanzó, como paladín inexorable, desde el trono real de los cielos al país condenado; llevaba la espada afilada de tu orden terminante; se detuvo y lo llenó todo de muerte; pisaba la tierra y tocaba el cielo.
Porque la creación entera, cumpliendo tus órdenes, cambió radicalmente de naturaleza, para guardar incólumes a tus hijos. Se vio la nube dando sombra al campamento, la tierra firme emergiendo donde había antes agua, el mar Rojo convertido en camino practicable y el violento oleaje hecho una vega verde; por allí pasaron, en formación compacta, los que iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos. Retozaban como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su libertador.
Salmo responsorial: 104
R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas; gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor.
Hirió de muerte a los primogénitos del país, primicias de su virilidad. Sacó a su pueblo cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezaba.
Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su siervo Abrahán, sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo.
Versículo antes del Evangelio (2Tes 2,4): Aleluya. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 18,1-8): En aquel tiempo, Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme’».
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?».
«Es preciso orar siempre sin desfallecer»
+ Rev. D. Joan FARRÉS i Llarisó
(Rubí, Barcelona, España)
Hoy, en los últimos días del año litúrgico, Jesús nos exhorta a orar, a dirigirnos a Dios. Podemos pensar cómo los padres y madres de familia esperan que —¡todos los días!— sus hijos les digan algo, que les muestren su afecto amoroso.
Dios, que es Padre de todos, también lo espera. Jesús nos lo dice muchas veces en el Evangelio, y sabemos que hablar con Dios es hacer oración. La oración es la voz de la fe, de nuestra creencia en Él, también de nuestra confianza, y ojalá fuera también siempre manifestación de nuestro amor.
A fin de que nuestra oración sea perseverante y confiada, dice san Lucas, que «Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Sabemos que la oración se puede hacer alabando al Señor o dando gracias, o reconociendo la propia debilidad humana —el pecado—, implorando la misericordia de Dios, pero la mayoría de las veces será de petición de alguna gracia o favor. Y, aunque no se consiga de momento lo que se pide, sólo el poder dirigirse a Dios, el hecho de poder contarle a ese Alguien la pena o la preocupación, ya será la consecución de algo, y seguramente —aunque no de inmediato, sino en el tiempo—, obtendrá respuesta, porque «Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche (...)?» (Lc 18,7).
San Juan Clímaco, a propósito de esta parábola evangélica, dice que «aquel juez que no temía a Dios, cede ante la insistencia de la viuda para no tener más la pesadez de escucharla. Dios hará justicia al alma, viuda de Él por el pecado, frente al cuerpo, su primer enemigo, y frente a los demonios, sus adversarios invisibles. El Divino Comerciante sabrá intercambiar bien nuestras buenas mercancías, poner a disposición sus grandes bienes con amorosa solicitud y estar pronto a acoger nuestras súplicas».
Perseverancia en orar, confianza en Dios. Decía Tertuliano que «sólo la oración vence a Dios».
El Papa a periodistas: Recuerden que la Iglesia no es una organización política
El Papa a periodistas: Recuerden que la Iglesia no es una organización política
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Mercedes De La Torre / ACI Prensa
El Papa Francisco recibió a algunos periodistas acreditados en la oficina de prensa de la Santa Sede en la Sala del Consistorio este 13 de noviembre a quienes les recordó que “la Iglesia no es una organización política que tiene en su interior ‘derecha e izquierda’ como ocurre en los Parlamentos”.
El motivo de la inusual audiencia fue por la entrega del reconocimiento de la “Orden de Pío IX” a dos periodistas vaticanistas veteranos: la mexicana Valentina Alazraki y el ítalo-estadounidense Philip Pullella.
En la emotiva ceremonia participaron también los familiares de los periodistas que recibieron la condecoración de la “Gran Cruz del Orden Piano”, algunos funcionarios de la Santa Sede y cuatro Cardenales: el prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Cardenal Marc Ouellet; el presidente emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, el Cardenal mexicano Javier Lozano Barragán; el presidente emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vativano, Cardenal Giuseppe Bertello y el delegado Especial de la Orden de Malta, Cardenal Silvano Maria Tomasi.
Antes de que el Santo Padre pronunciara su discurso. Los dos periodistas dirigieron unas palabras a los presentes de agradecimiento. Alazraki recordó con cariño anécdotas con San Juan Pablo II, mencionó uno a uno a sus familiares y destacó con algunos ejemplos lo difícil que es en ocasiones el conciliar la labor de periodista que cubre el Vaticano con la vida personal familiar.
Por su parte, Pullella relató que nació en Italia y se trasladó con su familia a los Estados Unidos de muy pequeño y subrayó las dificultades que viven algunas familias de migrantes.
En su discurso el Santo Padre recomendó a los periodistas “escuchar, profundizar y contar” y agradeció a los periodistas presentes por el trabajo que realizan “gracias por su búsqueda de la verdad, porque sólo la verdad nos hace libres”, advirtió.
Asimismo, el Santo Padre señaló “por favor, recuerden que la Iglesia no es una organización política que tiene en su interior ‘derecha e izquierda’, como ocurre en los Parlamentos. A veces, lamentablemente, se reduce a esto en nuestras consideraciones, con algunas raíces en la realidad. Pero no, la Iglesia no es esto. No es una gran empresa multinacional dirigida por directivos que estudian en la mesa cómo vender mejor su producto”.
En esta línea, el Papa explicó que “la Iglesia no se ‘auto-construye’ sobre la base de su propio proyecto, no saca de sí misma la fuerza para seguir adelante, no vive de estrategias de mercadotecnia” y agregó que “cada vez que cae en esta tentación mundana -y ha caído muchas veces-, la Iglesia, sin darse cuenta, cree tener una luz propia y olvida que es el ‘mysterium lunae’ del que hablaban los Padres de los primeros siglos -es decir, la Iglesia sólo es auténtica a la luz de Otro, como la luna-, y así su acción pierde vigor y no sirve para nada”.
“La Iglesia, formada por hombres y mujeres pecadores como todos, ha nacido y existe para reflejar la luz de Otro, la luz de Jesús, como la luna lo hace con el sol. La Iglesia existe para llevar la palabra de Jesús al mundo y hacer posible hoy el encuentro con Jesús vivo, haciéndose vehículo de su abrazo de misericordia ofrecido a todos”, concluyó el Papa.
Al finalizar, el Santo Padre saludó personalmente de mano a todas las personas presentes en esta audiencia. Antes de ingresar al palacio apostólico vaticano, los guardias suizos verificaron el Green pass de cada invitado.
viernes, 12 de noviembre de 2021
¿QUÉ HAGO CON MI DINERO?
¿Qué hago con mi dinero?
La Iglesia y el trabajo humano / Desarrollo humano y laboral
Por: Eduardo González | Fuente: New Fire
Luis es el mayor de cinco hijos; acaba de cumplir 18 años y ahora que se gradúa de la preparatoria planea un viaje con sus amigos de toda la vida; es un regalo que sus padres le darán a pesar del sacrificio económico que representa para la familia. Sus padres siempre han buscado que él y sus hermanos tengan todo lo necesario en su educación, salud y recreación.
Tres días antes de la salida a su viaje, Ana, la hermana menor de Luis, es hospitalizada debido a una rara enfermedad pulmonar. El diagnóstico es incierto y Ana tendrá que estar unas semanas internada en observación. Esta es una situación nueva que angustia a la familia. La salud de Ana es frágil y su recuperación requerirá tiempo y… dinero.
Dinero, dinero, dinero…
El dinero es siempre un tema delicado. No se puede hablar fácilmente de él y separa a las personas entre ricos y pobres. Esta división entre ricos y pobres es una separación práctica pero no es natural. Todos somos personas y nuestro valor más auténtico va más allá del grosor de nuestras billeteras, pero tristemente en la vida diaria, sí que se perciben distinciones entre quienes tienen y quienes no.
¿Deberían los gobiernos asegurarse de que todos tengan lo mismo?, o simplemente permitir que cada quien acumule lo que pueda. Tener o no tener; en economía y política, esa es la pregunta. Y es que si hablamos de sistemas económicos pronto nos encontramos con una variedad de opciones que hacen difícil que dos personas se pongan de acuerdo. No todo es blanco y negro.
¿Qué hago con lo que tengo?
Independientemente del país y del sistema económico en que nos encontremos todos somos responsables del correcto uso de los bienes. Luis, el protagonista de nuestra historia, ya tenía planes antes de la enfermedad de su hermana menor; ese dinero ya estaba destinado a cubrir los gastos de su viaje. Pero ahora las prioridades han cambiado. Los padres de Luis, incapaces de solventar todos los gastos tendrán que reajustar su gestión. Ahora la diversión pasa a un plano muy secundario; todos tendrán que apretarse el cinturón un poco.
Imagina que Luis fuera un mal hermano y una persona egoísta, que insistiera en que ya se le había prometido un viaje y que ahora no es justo que se le quite ese bien. Imagina que intentara convencer a sus papás de que pagaran el viaje. Cuesta imaginarse a alguien así, ¿verdad?
Nuestra actitud…
En una familia es fácil ver que una actitud como la de Luis no es correcta ni humana. ¿Cómo puede un hermano mayor preferir su propia diversión por encima de la salud de su hermana menor? El problema es que esto sí se da a gran escala entre grupos de personas y entre sectores sociales. Claman al cielo las diferencias abismales que separan a ricos y pobres en muchas partes del mundo. Son contados los países en los que hay poca diferencia entre los que tienen más y los que tienen menos. En el resto del mundo, se vive como si los ricos olvidaran que tienen hermanos menores pobres.
Los bienes con que contamos no son infinitos, pero sí deberían ser suficientes. En el Evangelio de Lucas (19, 1-10) se narra el encuentro entre Jesús y un hombre llamado Zaqueo.
Las riquezas en la Biblia
Zaqueo era jefe de publicanos y era rico. Llama la atención que en un momento Zaqueo se pone de pie y promete que dará la mitad de sus bienes a los pobres y pagará el cuádruple si ha defraudado a alguno. Jesús asegura que ese día llegó la salvación a la casa de Zaqueo.
Seguramente Zaqueo era un hombre audaz en los negocios; Jesús reconoce eso, no le pide que renuncie a todos sus bienes como haría con el Joven Rico (Mt. 10, 17-30); cada uno tiene una misión particular con exigencias particulares.
Jesús quería que Zaqueo fuera inteligente y generoso; que usara sus talentos para mejorar la situación de quienes lo rodeaban. La sociedad necesita de más Zaqueos, de personas capaces que tengan su corazón y su esperanza puesta en Dios y sus ojos y sus manos dedicadas al prójimo.
Creatividad y generosidad
Lo que falta no es dinero sino creatividad y generosidad. Entre los hombres unos tienen más capacidades y otros tenemos menos; el siervo inútil de la parábola de los talentos (Mt. 25, 14-30) es el que entierra lo que ha recibido, ya sea por miedo o por egoísmo. Y al final en esa Parábola el hombre que había recibido más talentos y los usa bien termina recibiendo los que desaprovechó el timorato (o egoísta).
Yo siempre me pregunto, ¿seré yo capaz de solucionar la pobreza en el mundo? Probablemente no la pobreza de todo el mundo, pero sí creo que soy responsable de la pobreza de mi prójimo. Y es que de la misma manera en que Luis tendrá que renunciar a un bien legítimo para que se recupere su hermana, así yo también tendré que preguntarme si hay algo en mi vida a lo que tengo que renunciar para que mis hermanos más pobres estén mejor.
En la familia humana también hay que apretarse el cinturón.
EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 12 DE NOVIEMBRE DE 2021
Viernes 32 del tiempo ordinario
Viernes 12 de noviembre de 2021
1ª Lectura (Sab 13,1-9): Eran naturalmente vanos todos los hombres que ignoraban a Dios y fueron incapaces de conocer al que es, partiendo de las cosas buenas que están a la vista, y no reconocieron al Artífice, fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire leve, a las órbitas astrales, al agua impetuosa, a las lumbreras celestes, regidoras del mundo. Si, fascinados por su hermosura, los creyeron dioses, sepan cuánto los aventaja su Dueño, pues los creó el autor de la belleza; y si los asombró su poder y actividad, calculen cuánto más poderoso es quien los hizo; pues, por la magnitud y belleza de las criaturas, se descubre por analogía el que les dio el ser.
Con todo, a éstos poco se les puede echar en cara, pues tal vez andan extraviados, buscando a Dios y queriéndolo encontrar; en efecto, dan vueltas a sus obras, las exploran, y su apariencia los subyuga, porque es bello lo que ven. Pero ni siquiera éstos son perdonables, porque, si lograron saber tanto que fueron capaces de averiguar el principio del cosmos, ¿cómo no encontraron antes a su Dueño?
Salmo responsorial: 18
R/. El cielo proclama la gloria de Dios.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Versículo antes del Evangelio (Lc 21,28): Aleluya. Estad atentos y levantad la cabeza, porque se acerca la hora de vuestra liberación, dice el Señor. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 17,26-37): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste. »Aquel día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada». Y le dijeron: «¿Dónde, Señor?». Él les respondió: «Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres».
«Comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían»
Fr. Austin NORRIS
(Mumbai, India)
Hoy, en el texto del Evangelio son remarcados el final de los tiempos y la incerteza de la vida, no tanto para atemorizarnos, cuanto para tenernos bien precavidos y atentos, preparados para el encuentro con nuestro Creador. La dimensión sacrificial presente en el Evangelio se manifiesta en su Señor y Salvador Jesucristo liderándonos con su ejemplo, en vista a estar siempre preparados para buscar y cumplir la Voluntad de Dios. La vigilancia constante y la preparación son el sello del discípulo vibrante. No podemos asemejarnos a la gente que «comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían» (Lc 17,28). Nosotros, discípulos, debemos estar preparados y vigilantes, no fuera que termináramos por ser arrastrados hacia un letargo espiritual esclavo de la obsesión —transmitida de una generación a la siguiente— por el progreso en la vida presente, pensando que —después de todo— Jesús no regresará.
El secularismo ha echado raíces profundas en nuestra sociedad. La embestida de la innovación y la rápida disponibilidad de cosas y servicios personales nos hace sentir autosuficientes y nos despoja de la presencia de Dios en nuestras vidas. Sólo cuando una tragedia nos golpea despertamos de nuestro sueño para ver a Dios en medio de nuestro “valle de lágrimas”... Incluso debiéramos estar agradecidos por esos momentos trágicos, porque seguramente sirven para robustecer nuestra fe.
En tiempos recientes, los ataques contra los cristianos en diversas partes del mundo, incluyendo mi propio país —la India— han sacudido nuestra fe. Pero el Papa Francisco ha dicho: «Sin embargo, los cristianos están esperanzados porque, en última instancia, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: ‘Quien pierda su vida, la conservará’ (Lc 17,33)». Ésta es una verdad en la que podemos confiar… El poderoso testimonio de nuestros hermanos y hermanas que dan su vida por la fe y por Cristo no será en vano.
Así, nosotros luchamos por avanzar en el viaje de nuestras vida en la sincera esperanza de encontrar a nuestro Dios «el Día en que el Hijo del hombre se manifieste» (Lc 17,30).
PAPA FRANCISCO REZA EN SILENCIO EN LA PORCIÚNCULA DE ASÍS
El Papa Francisco reza en silencio en la Porciúncula de Asís
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
El Papa Francisco viajó a Asís este viernes 12 de noviembre y rezó en silencio en la Porciúncula que se encuentra en el interior de la Basílica de Santa María de los Ángeles en Asís.
El Santo Padre viajó por la mañana desde el Vaticano a la tierra natal de San Francisco. Al llegar, el Papa fue al Monasterio de Santa Clara en donde se reunió con las religiosas de clausura de la orden de las hermanas pobres de Santa Clara.
Esta visita privada no había sido anunciada en el programa de los organizadores. Según informó la oficina de prensa de la Santa Sede, el Papa “saludó a las religiosas clarisas y rezó con ellas”.
Luego, el Santo Padre se dirigió a la Basílica de Santa María de los Ángeles para participar a un encuentro de oración y testimonios con ocasión de la Jornada Mundial de los Pobres.
Antes de entrar a la Basílica, el Papa a partir de las 9:35 a.m. recorrió toda la plaza para saludar a los niños presentes con banderitas que procedían de escuelas de Asís, los niños fueron acompañados por profesores y algunos de sus padres.
Luego, el Pontífice fue recibido por el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, y saludó al Obispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino; al Obispo de Spoleto Norcia, Mons. Renato Boccardo; a varios frailes franciscanos menores y algunas autoridades civiles, entre ellos, la alcaldesa de Asís que le dio un regalo al Papa.
Además, antes de entrar a la Basílica de Santa María de los Ángeles unos jóvenes le dieron al Papa un mantel y un bastón, símbolos del peregrino. Luego el Santo Padre mantuvo conversaciones privadas con un joven refugiado eritreo y otro adolescente extranjero, mientras que el Papa escuchó con atención.
Asimismo, el Papa fue recibido emotivamente también por otros grupos de fieles de diferentes nacionalidades, entre ellos, españoles, franceses, polacos y croatos. El grupo de franceses estaba presidido por el arzobispo emérito de Lyon, el Cardenal Philippe Barbarin y el Papa se detuvo a saludarlo.
El Pontífice entró a la Basílica de Santa María de los Ángeles usando el bastón del peregrino de madera que recibió a su llegada.
A su entrada, recibió un ramo de flores y bendijo y saludó a muchas de las personas presentes. Entre ellos, un grupo de niños en silla de ruedas.
Finalmente, el Papa entró a la Porciúncula en donde se sentó y rezó en silencio acompañado por dos franciscanos que permanecieron de pie.
Historia de la Porciúncula
La Porciúncula es una pequeña capilla en donde, San Francisco de Asís recibió su vocación en el año 1208 y vivió la mayor parte de su vida en este lugar.
En el año 1216, mientras Francisco estaba en la Porciúncula, en oración y en contemplación, se le apareció Cristo y le ofreció que le pidiera el favor que él quisiera. En el centro del corazón de San Francisco siempre estaba la salvación de las almas.
La Porciúncula fue también el lugar donde San Francisco recibió los votos de Santa Clara. El 3 de octubre de 1226, muere San Francisco, y en su lecho de muerte, le confía el cuidado y protección de la capilla a sus hermanos.
Testimonios
Después del momento en oración silenciosa, el Santo Padre escuchó diferentes testimonios de personas de diferentes nacionalidades. Algunos de los testimonios fueron intercalados por cantos.
El primer testimonio fue en lengua francesa, en el que un matrimonio joven de París con su hija pequeña bebé dijo al Papa cómo se conocieron y que realizan una misión en familia.
El segundo testimonio fue en español. Sebastián del Valle dijo que nació en Palma de Mallorca, y actualmente vive en Toledo. Relató que de pequeño creció en una familia católica y él tenía mucha devoción al Rosario. Luego, se alejó de Dios y cometió algunos delitos por lo que estuvo en la cárcel. Tras salir de prisión se quedó solo, sin empleo y varias semanas vivió en la calle hasta que un párroco de un pueblo de Toledo lo recibió en un centro de Cáritas durante el confinamiento y se volvió a acercar a Dios. Sebastián se conmovió y se puso a llorar varias veces.
El tercero fue en francés y relató que creció en una familia y ambiente ateo y que de adulto encontró al Señor y se bautizó.
El cuarto testimonio fue en polaco, un joven de 37 años narró que cayó en la droga y alcohol desde los 16 años y que desde 2007 vive en la calle.
El quinto testimonio fue de Farzaneh una joven refugiada de Afganistán que relató las dificultades actuales en el país y agradeció la acogida en Italia.
Tras una pausa de diez minutos, se relataron los últimos dos testimonios: una pareja de ancianos de Afganistán, que vive en Italia y relató que uno de sus hijos fue asesinado por los talibanes.
El último testimonio fue de una mujer en silla de ruedas de 43 años que nació en Rumania. Dijo que llegó a Italia hace 15 años. Inicialmente en 2006 para cuidar a unos ancianos, tuvo que dejar dos hijos pequeños con su esposo, pero en 2008 murió su esposo y regresó a su país natal, pero después de la muerte de su esposo volvió a Italia con sus dos hijos. Sin embargo, relató cómo empezó su enfermedad, que ha tenido más de diez operaciones, los fuertes dolores, que perdió el trabajo y que no ha sido sencillo.
Al concluir los testimonios, el Santo Padre pronunció su discurso en el que improvisó en numerosas ocasiones y finalmente presidió un emotivo momento de oración formado por diferentes oraciones y que concluyó con la bendición del Papa y con el canto en latín de la Salve Regina poco antes del mediodía.
Por último, el Papa se detuvo a saludar personalmente con la mano y a hablar con cientos de las personas presentes.