domingo, 26 de julio de 2020

IMÁGENES DE SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA, 26 DE JULIO






¿DÓNDE SE ENCUENTRAN LAS TUMBAS DE LOS 12 APÓSTOLES?


¿Dónde se encuentran las tumbas de los 12 apóstoles?
Redacción ACI Prensa




En un artículo del National Catholic Register se informó sobre los lugares donde, con mayor certeza y basándose en investigaciones de arqueólogos, se encontrarían las tumbas de los 12 apóstoles.

Los doce apóstoles son: Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Mayor (hijo de Zebedeo) y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el Menor (hijo de Alfeo); Simón el Cananeo, Judas Tadeo y Judas Iscariote, quien entregó a Jesús. En reemplazo de este último, se nombró luego a Matías.

San Pedro

El artículo del escritor Thomas Craughwell, indica que durante los últimos 100 años, los arqueólogos casi han confirmado la ubicación de las tumbas de San Pedro, San Pablo y San Juan.

Alrededor del año 64, San Pedro fue crucificado de cabeza por Nerón en la colina del Vaticano. Los cristianos recuperaron su cuerpo y lo enterraron en un cementerio cercano. Alrededor del año 326, el emperador Constantino niveló lo que quedaba de la arena y la colina y erigió una gran basílica con el altar mayor colocado sobre la tumba de San Pedro. Pero después de siglos de restauraciones y reconstrucciones, la ubicación de la tumba se perdió. La tradición seguía insistiendo en que los huesos de Pedro yacían debajo del altar mayor de su basílica, pero nadie lo había visto en siglos.

En 1939, los trabajadores cavaban una tumba para el Papa Pío XI en las grutas debajo de San Pedro, cuando uno de ellos sintió que su pala no encontraba más tierra. Al pasar una linterna por el agujero, el equipo vio el interior de un mausoleo del siglo II. La exploración reveló una necrópolis romana entera y perfectamente conservada que fue cubierta por pedido de Constantino. Directamente debajo del altar mayor de San Pedro, los arqueólogos encontraron una tumba simple que contenía los huesos de un hombre robusto y anciano. En la pared de la tumba se encontraron innumerables oraciones y peticiones a San Pedro, así como una inscripción griega que decía: “Pedro está dentro”. Después de años de estudio, San Pablo VI declaró en 1968 que los huesos en esa tumba pertenecían a San Pedro.

San Juan

La tradición indica que San Juan Evangelista murió en Éfeso, en lo que ahora es Turquía, alrededor del año 100. En el siglo IV, después de que Constantino pusiera fin a la persecución contra la Iglesia, los cristianos de Éfeso construyeron una capilla sobre la tumba del apóstol. En el siglo V, el emperador Justiniano reemplazó la capilla con una gran basílica. Después de que la región fue conquistada por los turcos, la basílica se convirtió en una mezquita, que a su vez fue destruida por Tamerlane en 1402. En la década de 1920, equipos arqueológicos de Grecia y Austria excavaron los restos de la basílica y encontraron en su interior la tumba de San Juan. La tumba estaba vacía y nadie sabe qué fue del cuerpo del apóstol.

San Andrés

San Andrés, el primer hombre al que Cristo llamó a ser apóstol, fue el hermano de San Pedro. Se dice que después tras la ascensión de Cristo al Cielo, Andrés llevó el evangelio a las tierras que ahora son Rusia y Ucrania. Luego, en su vejez, viajó a Grecia, donde fue martirizado en la ciudad de Patras. Los cristianos locales lo enterraron allí, pero en el año 357 la mayoría de sus huesos fueron trasladados a Constantinopla. En 1204 los cruzados italianos saquearon el santuario de San Andrés y llevaron sus reliquias a Amalfi, donde permanecen hasta el día de hoy.

En 1964, San Pablo VI devolvió algunas de las reliquias de Andrés a la Iglesia ortodoxa griega, y están nuevamente consagradas en la basílica construida sobre lo que se cree que es la tumba original del apóstol.

Santiago el Mayor

En el año 44, Santiago el Mayor, hermano de San Juan, fue martirizado en Jerusalén, siendo el primero de los apóstoles en dar su vida por la fe católica. Según la tradición, su cuerpo fue transportado milagrosamente al norte de España y enterrado en un cementerio cristiano (los españoles creen que durante los viajes misioneros de Santiago por el Mediterráneo predicó el evangelio en España).

Una leyenda popular dice que las reliquias del apóstol se quedaron allí, olvidadas, hasta el 814, cuando un ermitaño llamado Pelayo siguió una estrella a un campo abierto y descubrió los restos del apóstol. Hoy están consagrados en la Catedral de Santiago en Santiago de Compostela. Curiosamente, debajo de la catedral, los arqueólogos han encontrado un cementerio cristiano del primer siglo.

Santiago el Menor

Santiago el Menor sirvió como primer obispo de Jerusalén y fue martirizado allí: arrojado desde el techo del templo y, dado que aún estaba vivo, fue golpeado y apedreado hasta la muerte. Según la tradición, Santiago fue enterrado en el Monte de los Olivos, con vista a Jerusalén. En el siglo VI, el emperador Justiniano II trasladó sus reliquias a Constantinopla. En algún momento, una parte o quizás todas las reliquias de Santiago se trasladaron a la Iglesia de los Doce Apóstoles en Roma, donde hoy se encuentran en el mismo santuario con las reliquias de su compañero apóstol, San Felipe.

San Felipe

En julio de 2011, los arqueólogos que trabajaban en Turquía anunciaron que habían descubierto lo que creían que era la tumba original de San Felipe. El sarcófago romano del siglo I se encontró en las ruinas de una iglesia de los siglos IV o V dedicada al apóstol. De acuerdo con una tradición registrada en el documento apócrifo del siglo IV, conocido como los Hechos de Felipe, alrededor del año 80, el apóstol fue arrestado en Hierópolis, clavado de sus pies en un árbol, boca abajo y finalmente decapitado.

El sitio de la tumba de San Felipe se convirtió en lugar de peregrinación y los arqueólogos han descubierto el camino que conducía al Martyrium o santuario de los mártires. El santuario fue destruido en el siglo VII por un violento terremoto e incendio; las reliquias de San Felipe fueron trasladadas a Constantinopla y de allí a Roma, donde fueron consagradas con las reliquias de Santiago el Menor en la Iglesia de los Doce Apóstoles. 

Cuando los arqueólogos abrieron el sarcófago en Hierópolis, no encontraron huesos humanos en la tumba, por lo que es posible que los restos de San Felipe se conserven en la cripta de los Doce Apóstoles en Roma.

Tomás, Bartolomé, Mateo, Simón y Judas Tadeo, y Matías

La antigua tradición dice que Santo Tomás viajó más lejos que cualquiera de los otros apóstoles, predicando el evangelio en la India, donde fue martirizado por un sacerdote hindú que lo atravesó con una lanza. Hoy en día, una porción de los huesos de Santo Tomás son venerados en la Basílica de Santo Tomás en Chennai (India). De alguna manera, la mayoría de sus restos fueron transportados a Edessa en Mesopotamia. En 1258 estas reliquias fueron llevadas a Ortona (Italia), donde se encuentran en un cofre de oro dentro de un altar de mármol blanco en la Basílica de Santo Tomás Apóstol.


Se cuenta que después de Pentecostés, San Bartolomé llevó la cristiandad a Armenia, donde fue martirizado tras ser desollado vivo. En el 809, las reliquias de San Bartolomé fueron trasladadas de su tumba en Armenia, a Lipar, y luego en 838 a Benevento, en el sur de Italia. En 983, el emperador romano Otto III erigió en Roma una iglesia en la isla Tiberina, en el río Tíber; dedicó la iglesia a San Bartolomé y tenía allí una parte de las reliquias del apóstol. Así que tanto Roma como Benevento son los santuarios principales de San Bartolomé.

El recaudador de impuestos que se convirtió en evangelista, San Mateo, predicó en Etiopía, donde fue martirizado cuando celebró la Misa. En el 954, las reliquias de San Mateo fueron trasladadas de su tumba en Etiopía a la ciudad de Salerno en Italia. Las reliquias son veneradas en la cripta de la catedral de San Mateo de Salerno.

Cada año, millones de peregrinos visitan la Basílica de San Pedro de Roma, y ​​la mayoría de ellos camina por el altar que alberga las reliquias del inmensamente popular San Judas Tadeo y de San Simón, menos venerado. 

La tradición dice que los dos apóstoles viajaron juntos para predicar el evangelio en Persia, donde fueron martirizados: Judas fue golpeado hasta la muerte con un palo y Simón fue cortado por la mitad. Es incierto cuándo sus reliquias fueron trasladadas a Roma.

Los once apóstoles sobrevivientes eligieron a San Matías para reemplazar a Judas Iscariote, que traicionó a Nuestro Señor y luego se quitó la vida. Se dice que alrededor del año 326, la emperatriz Santa Elena encontró la tumba de San Matías en Jerusalén y envió sus reliquias a los cristianos de Tréveris (Alemania). Sus restos todavía son venerados en la Basílica de San Matías de Trier.

Los restos de San Pablo

Aunque Saulo de Tarso -posteriormente llamado Pablo-, no fue parte de los apóstoles que siguieron a Jesús, es conocido también como el apóstol de los gentiles.

Según la tradición, San Pablo fue decapitado el mismo día que San Pedro fue crucificado. Constantino no olvidó a San Pablo: construyó una basílica sobre la tumba del apóstol en la Vía Ostiense. En 2009, el Papa Benedicto XVI anunció que, después de varios años de estudio, los arqueólogos del Vaticano se sintieron seguros de que los restos consagrados en un sarcófago debajo del altar mayor de la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma son, de hecho, las reliquias de San Pablo. 

“Fragmentos de hueso fueron carbonizados por expertos que no sabían nada sobre su procedencia y los resultados mostraron que eran de alguien que vivió entre el siglo I y II. Esto parece confirmar la tradición unánime e indiscutible de que estos son los restos mortales de Pablo el Apóstol”, dijo Benedicto XVI.



Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register.

IMÁGENES DE LAS 8 CLAVES DEL VATICANO PARA QUE LAS PARROQUIAS CUMPLAN MEJOR SU FUNCIÓN














¡FELIZ DOMINGO!







sábado, 25 de julio de 2020

HOY ES LA FIESTA DE SANTIAGO EL MAYOR, PATRONO DE ESPAÑA,25 DE JULIO





¿Quieres conocer cómo era Santiago Apóstol? Este sería su rostro
Redacción ACI Prensa




Reconstrucción del rostro de Santiago Apóstol según el Departamento de arqueología Sacra de la Academia Brasileña de Hagiología. Crédito. Departamento de arqueología Sacra de la Academia Brasileña
Reconstrucción del rostro de Santiago Apóstol según el Departamento de arqueología Sacra de la Academia Brasileña de Hagiología. Crédito. Departamento de arqueología Sacra de la Academia Brasileña
¿Cómo sería el rostro de Santiago Apóstol? Aunque existe una amplia iconografía de este importante apóstol, el Departamento de arqueología Sacra de la Academia Brasileña de Hagiología ha realizado la reconstrucción más fidedigna de su rostro con la que pretenden acercar a la fe y a despertar un renovado interés por la vida de uno de los Apóstoles más cercanos a Jesucristo.

El Departamento de Arqueología Sagrada de la Academia Brasileña de Hagiología abordó el reto de reconstruir el rostro de Santiago Apóstol, a pesar de la amplia iconografía existente, en el proyecto llamado "El Rosto da Europa”, en relación a la importancia del Camino de Santiago en la construcción de las raíces cristianas del Viejo Continente.


Este grupo de expertos brasileños destacaron el reto de revelar un rostro de Santiago más confiable que el de un pescador galileo del primer siglo y combinar las características étnico-raciales con referencias visuales establecidas.

Este proyecto fue coordinado por los expertos Fabio Tucci Farah junto a Mariana de Assis Viana Mansur y el resultado final se ha dado en en el retrato firmado por la artista Girleyne Costa, que se presenta hoy en la festividad de Santiago el Mayor, 25 de julio.

Según precisa Tucci Farah, “para muchos devotos, la presentación del rostro más fidedigno de un santo a través de la reconstrucción forense va acompañada del fortalecimiento de la fe, del renovado interés por imitar su vida y sus costumbres” y subrayó que “lo más importante, ayuda a levantar los ojos hacia Dios”.

Este experto brasileño ya realizó trabajos similares con el rostro de Santa Juana de Arco, condenada a muerte en la hoguera y, por tanto, su cráneo no se conserva, lo que dificulta ampliamente la reconstrucción.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 25 DE JULIO DE 2020, SANTIAGO APÓSTOL


Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario
Hoy es: Santiago, apóstol (25 de Julio)

“ El que quiera ser primero entre vosotros, 
que sea vuestro esclavo ”


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
 4, 33; 5, 12. 27b-33; 12, 2

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado.
Por mano de los apóstoles se realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Todos se reunían con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón.
Les hicieron comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo:
«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».
Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.
El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.



Salmo
Sal 66, 2-3. 5. 7-8 R/.
 Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben


El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.

Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15

Hermanos:
Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros:
Atribulados en todo, mas no aplastados; apurados, mas no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, mas no aniquilados, llevando siempre y en todas partes en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Pues, mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De este modo, la muerte actúa en nosotros, y la vida en vosotros.
Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.



Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».





Reflexión del Evangelio de hoy
Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres


En el relato de los Hechos de los Apóstoles vemos como, tras Pentecostés, los seguidores de Jesús habían perdido el miedo y anunciaban a todos la Resurrección del Hijo de Dios, haciendo signos y prodigios, y reuniéndose en el pórtico de Salomón. Esto fue la causa de que los escribas, les hicieran comparecer ante el Sanedrín, y éste les prohibió predicar en nombre de Jesús, pero los apóstoles replicaron que ellos debían obedecer a Dios antes que a los hombres y, aún es más, acusaron a los judíos responsabilizándoles de la muerte del Nazareno, pero a pesar de ello, Dios lo exaltó y lo resucitó de entre los muertos, convirtiéndolo en el salvador de todo el mundo.

Los apóstoles, a pesar de las amenazas y persecuciones, se mantuvieron firmes en su afán de anunciar la resurrección de Jesús, importándoles poco los castigos y sufrimientos que les supuso su firmeza en la fe.

También nosotros creemos y por eso hablamos
También San Pablo en la segunda carta a los corintios nos dice cómo la fuerza que supuso la muerte y resurrección de Jesús les otorga un ímpetu tal que aunque se encuentren atribulados, no se consideran aplastados; apurados, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados, llevando la muerte de Jesús en el cuerpo, pero manifestando, también, la vida del Resucitado, siendo tan fuerte su fe, gracias al Espíritu, que están convencidos que quien resucitó a Jesús, también los resucitará a ellos.

Los apóstoles se dispersaron y anunciaron la Buena Noticia de Jesús en, prácticamente, todo el mundo conocido hasta entonces. Santiago viajó hasta Hispania, según la tradición, donde fue el germen de la fe en El Salvador en nuestra tierra. También fue uno de los primeros apóstoles que, siguiendo el ejemplo del Maestro, entregó su vida, siendo pasado a cuchillo por orden de Herodes.

Por todo ello el salmista nos dice: “Oh Dios que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben”, como profetizando nuestra misión en el mundo “Anunciar a todos los pueblos la salvación”.

El que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo
A los Discípulos les costó mucho entender cuál era el verdadero sentido del Reino que anunciaba Jesús, fue necesario que viniera el Espíritu para que vieran el verdadero significado de la doctrina que predicaba su Maestro; por eso se entiende un poco la pretensión de los Zebedeos en querer asegurarse un puesto junto a Cristo en el Reino, y eso que se trataba de dos de los discípulos a quien Jesús tenía una especial predilección, pues ellos, junto a Pedro, lo acompañaban en todos los momentos realmente importantes de su vida.

Desde el punto de vista humano, guiados, quizás, por un sentimiento de egoísmo, su afán por alcanzar un puesto de privilegio, podría ser comprensible, pero la respuesta que les da Cristo no tiene paliativos, les indaga que si son capaces de beber el cáliz que Él ha de beber, y ante la respuesta afirmativa, les catequiza advirtiéndoles del riesgo de intentar ser los primeros, y es preferible convertirse en el servidor de todos, antes de buscar ser servido.

Cuán frecuente es la obsesión por intentar destacar, cuando lo realmente importante es lo contrario, convertirse en el servidor de los demás y, si se puede, pasar lo más desapercibido posible.

Cuántos ejemplos tenemos a lo largo de la historia, de gentes que han llevado su espíritu de humildad, no importándoles rebajarse a los trabajos más serviles, pero con una grandeza de corazón tal, que irradiaban bondad por todos sus poros.

La historia de nuestro patrón Santiago nos revela cómo fue un ejemplo de entrega al anuncio de la Palabra, no importándole ser uno de los primeros que entregaron su vida por Jesús.



D. José Vicente Vila Castellar, OP
Fraternidad Laical Dominicana Torrent (Valencia)

SANTORAL DE HOY SÁBADO 25 DE JULIO DE 2020

Pedro de Mogliano, BeatoPedro de Mogliano, Beato
Presbítero, 25 de julio
Vicente de la Cruz Gallén Ibáñez, BeatoVicente de la Cruz Gallén Ibáñez, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de julio
Jesús Massanet Flaquer, BeatoJesús Massanet Flaquer, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de julio
Enrique Morante Chic, BeatoEnrique Morante Chic, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de julio
Tomás Carbonell Miquel, BeatoTomás Carbonell Miquel, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de julio
Bartolomé de la Pasión Olivé Vivó, BeatoBartolomé de la Pasión Olivé Vivó, Beato
Religioso y Mártir, 25 de julio
Juan de Jesús Vilaregut Farré, BeatoJuan de Jesús Vilaregut Farré, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de julio
Cucufate, SantoCucufate, Santo
Mártir, 25 de julio
Juan Soreth, BeatoJuan Soreth, Beato
Sacerdote Carmelita, 25 de julio
Antonio Lucci, BeatoAntonio Lucci, Beato
Obispo, 25 de julio
Dionisio Pamplona, BeatoDionisio Pamplona, Beato
Presbítero y Mártir, 25 de julio
María Teresa Kowalska, BeataMaría Teresa Kowalska, Beata
Virgen y Mártir, 25 de julio
Ángel Dario Acosta Zurita, BeatoÁngel Dario Acosta Zurita, Beato
Sacerdote y Mártir, 25 de julio
Olimpia, SantaOlimpia, Santa
Viuda, 25 de julio
Santiago el Mayor, SantoSantiago el Mayor, Santo
Apóstol, 25 de julio
Cristóbal de Licia, SantoCristóbal de Licia, Santo
Mártir, 25 de julio
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