viernes, 12 de junio de 2020

IMÁGENES Y ORACIONES DE SAN ANTONIO DE PADUA, 13 DE JUNIO















































 




NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 3


Novena al Sagrado Corazón de Jesús 
Tercer día
Viernes 12 de junio de 2020



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.

Oración del tercer día: 
Seguir vuestras sendas rectísimas para la perfección y para el cielo

¡Oh Corazón Santísimo de Jesús, camino para la mansión eterna y fuente de aguas vivas! Concededme que siga vuestras sendas rectísimas para la perfección y para el cielo, y que beba de vos el agua dulce y saludable de la verdadera virtud y devoción, que apaga la sed de todas las cosas temporales. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros, tres Avemarías, en reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se mostró el divino Corazón a Santa Margarita de Alacoque.

Oraciones finales

¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena

¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.

NARDO Y MEDITACIÓN DÍA 12 - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Nardo del 12 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, escarnecido por nuestros pecados!


Meditación: Señor…en la oscuridad del Getsemaní, la Luz de Tu Presencia. Señor…que sentías en aquella brisa fría la cercanía de Tu agonía. Señor…te veo arrodillado y orando, Tu respiración se acelera…puedo sentir el dolor de Tu Corazón, de ese Corazón que en ese instante sintió todos los pecados, los más sucios, los más inmundos, los cometidos y por cometer. Señor, allí Tu Corazón se atravesó. Pobre Mi Señor, el Puro, el Santo, soportando y sintiendo cada pecado. Señor…estás llorando…Sangre. Señor, de Tu Santa Frente cual pequeños rubíes gotas de Sangre caen. ¡Oh Señor perdón!, perdón por las espinas de mis pecados y las de mis hermanos, perdón Señor porque continuamos tu martirio…perdón Padre porque a pesar de habérnoslo dado, al Sacrificio de Tu Hijo lo hemos olvidado.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Trabajemos con humildad haciendo un examen de conciencia, recordando y meditando los pecados capitales: soberbia, vanidad, avaricia, gula, lujuria, envidia, ira.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.




Día 12.-LA CONFESIÓN

El Corazón de Jesús es un corazón de padre y como el padre está siempre dispuesto a perdonar las culpas del hijo; el Corazón de Jesús quiere hallar el medio con el que tú puedas encontrar siempre el perdón de tus pecados.

Le presentaron a Jesús 10 leprosos y Él les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes". Ellos obedecieron y fueron curados. Jesús quiere así prepararnos con el sacramento de la Penitencia que instituyó cuando dijo a sus discípulos: "Recibid el espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados les serán perdonados; a quienes se los retengáis les serán retenidos".

El mismo Concilio de Trento llama a la confesión,  segunda tabla de salvación después del naufragio. ¿Y tú no la estimas?


jueves, 11 de junio de 2020

¿SABÍAS QUÉ?


IMÁGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS





IMÁGENES DE CORPUS CHRISTI






HOY CELEBRAMOS A SAN BERNABÉ, EL APÓSTOL QUE ANIMA Y ENTUSIASMA


Hoy celebramos a San Bernabé, el Apóstol “que anima y entusiasma”
Redacción ACI Prensa



Este 11 de junio la Iglesia celebra a San Bernabé, considerado Apóstol por los primeros Padres de la Iglesia y por San Lucas debido a la especial misión que el Espíritu Divino le confió.

Bernabé era apreciado por los Apóstoles por ser un “hombre bondadoso, lleno de Espíritu Santo y de mucha fe” (Hechos 11,24).

Su verdadero nombre era José, pero los Apóstoles se lo cambiaron por Bernabé, que según San Lucas significa “el que anima y entusiasma”, “el esforzado”. En los Hechos de los Apóstoles (Hech 4) se cuenta que vendió su finca y entregó lo recaudado a los Apóstoles para que sea distribuido entre los pobres.


Colaboró muy de cerca con San Pablo y sus prédicas convirtieron a muchos. Ambos estuvieron en Antioquía por un tiempo, lugar que se transformó en el centro de evangelización y donde por primera vez se llamó cristianos a los seguidores de Cristo.

Los fieles de esta ciudad los enviaron a Jerusalén con una colecta para los que pasaban hambre en Judea.

El Espíritu Santo les encomendó a los dos Apóstoles una misión por medio de los maestros y profetas que adoraban a Dios, recibieron la imposición de manos y partieron acompañados por un tiempo del Evangelista Marcos, primo de Bernabé, a predicar en varios lugares.

Después de recorrer diferentes ciudades, confirmar a los convertidos y ordenar presbíteros, regresaron a Antioquía y luego se realizó el Concilio de Jerusalén en el que se declara que los “gentiles” no tienen el deber de la circuncisión.

Para el segundo viaje misionero, Pablo con Silas y Bernabé con San Marcos toman rumbos diferentes. Más adelante los dos Apóstoles se volvieron a encontrar en las misiones de Corinto.

Se dice que Bernabé murió lapidado por unos judíos envidiosos de las conversiones que obtenía. Sus restos fueron sepultados cerca de Salamina y encontrados en el 488. El Apóstol tenía sobre su pecho el Evangelio de San Mateo, escrito de su propia mano. Posteriormente fue trasladado a Mancheras (Chipre).




Oración a San Bernabé Apóstol


Dios nuestro, que, después de haber infundido 
en abundancia la fe y el Espíritu Santo en San Bernabé, 
lo destinaste para que anunciara a los pueblos paganos 
el mensaje de salvación, haz que el Evangelio de Cristo, 
que él predicó valerosamente, sea proclamado con 
fidelidad por nuestras palabras y nuestras obras. 
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS -DÍA 2, 11 DE JUNIO DE 2020


Novena al Sagrado Corazón de Jesús 
Segundo día
Jueves 11 de junio de 2020


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.

Oración del segundo día: 
Deseos y amorosos suspiros

¡Oh Corazón amabilísimo de Jesús, celestial puerta por donde nos llegamos a Dios y Dios viene a nosotros! Dignaos estar patente a nuestros deseos y amorosos suspiros, para que, entrando por vos a vuestro Eterno Padre, recibamos sus celestiales bendiciones y copiosas gracias para amaros. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, sí es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros, tres Avemarías, en reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se mostró el divino Corazón a Santa Margarita de Alacoque.

Oraciones finales

¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena

¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.

CORPUS CHRISTI: PAPA FRANCISCO VUELVAN AL SEÑOR EN LA ADORACIÓN Y EN LA MISA


Corpus Christi: Papa Francisco vuelvan al Señor en la Adoración y en la Misa
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



“Apenas sea posible, vuelvan a la Adoración y a la comunión del Cuerpo del Señor en la Misa”, fue la recomendación del Papa Francisco este miércoles 10 de junio durante su audiencia general de esta semana llevada a cabo en la biblioteca del palacio apostólico vaticano.

Tras impartir su catequesis sobre la oración de Jacob, el Santo Padre recordó la solemnidad del Corpus Christi, que este año se celebra el jueves 11 de junio, y en algunos países por motivos pastorales el domingo 14 de junio, y sugirió diversas recomendaciones a los católicos.

Durante su saludo a los fieles de lengua portuguesa, el Papa invitó a “mirar con confianza su futuro en Dios, llevando el fuego de su amor en el mundo”.


En esta línea, el Santo Padre animó -considerando que en muchos países del mundo todavía no es posible asistir a la Celebración Eucarística en las iglesias debido al Covid-19- a que “apenas sea posible, regresen a la Adoración y a la comunión del Cuerpo del Señor en la Misa de precepto”.

“Es la gracia de la Pascua que fructifica en la Eucaristía y que hace fecunda nuestra vida. ¡Dios los bendiga!”, dijo el Papa a los fieles de lengua portuguesa.

Además, el Santo Padre señaló a los italianos que “mañana es la Solemnidad de Corpus Domini, Cuerpo y Sangre de Cristo” y agregó que “este año no es posible celebrar la Eucaristía con manifestaciones públicas, sin embargo, podemos realizar una ‘vida eucarística’”.

“La hostia consagrada contiene la persona de Cristo: estamos llamados a buscarla delante al Sagrario en la iglesia, pero también en aquel sagrario que son los últimos, los que sufren, las personas solas y pobres”, indicó el Papa quien exhortó también a “encontrar en la Eucaristía las energías necesarias para vivir con fuerza cristiana los momentos difíciles”.

Por último, el Pontífice subrayó a los fieles polacos que el mes de junio, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús es “particularmente sentido entre ellos” por lo que recomendó confiar “las inquietudes de nuestros corazones” al “Corazón Divino, lleno de paz y de amor”.

NARDO Y MEDITACIÓN DÍA 11 - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Nardo del 11 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, desgarrado en el Huerto!


Meditación: Señor, estás solo…solo desde hace 20 siglos…solo hoy…solo en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en aquel tiempo, sentís frío, el frío del abandono, el frío del dolor, el frío de la falta de fe y amor. Frío y soledad en el Huerto…frío y soledad en el Sagrario. Los hombres de hace dos mil años y los hombres del mundo actual se olvidaron del Maestro, de que nos hiciste Tus amigos, y nos tomaste como hermanos. Tú, el mismo Dios, te hiciste pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios, has sido nuevamente olvidado por todos aquellos que decimos ser Tus testigos, que te seguimos, pero nos quedamos dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no oramos…como antaño…no te acompañamos ni reparamos las ofensas que a través del pecado desgarran Tu Sagrado Corazón. Por todo ello Señor, Mi Dios, perdón.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Adoremos al Señor en el Sagrario, meditando particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también sobre nuestras faltas de caridad.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.





11.-EL RESPETO HUMANO

A Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas. Él quiere cristianos solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también para los corazones más obstinados, pero no quiere saber nada del respeto humano. Muchas veces nos ha dicho que no podemos servir a Dios y al mundo. Él ha hablado claro, que si queremos contentar al mundo, no estamos con Él, estaremos en contra de Él.

Tú sabes que ciertas amistades son un continuo peligro para el alma y comprendes que no te dejan tranquila la conciencia y no te sientes con fuerza de romper esa triste cadena. ¿Cuántas veces no has observado los preceptos de la Iglesia por no huir de las críticas de alguna mala lengua?


SANACIÓN INTERIOR DE LAS HERIDAS


Sanación interior de las heridas
Sanación interior es pedir a Jesús retroceder al tiempo en que fuimos heridos, para que ahora nos libere de ello.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer




Sanación interior es pedir a Jesús retroceder al tiempo en que fuimos heridos, para que ahora nos libere de ello. Esto implica dos pasos:

Sacar a la luz las cosas que nos han herido. Conviene hacerse ciertas preguntas que generalmente nos revelan las heridas básicas por las que debemos orar:

(1) ¿Cuándo comenzó todo esto? O también: ¿fue una niñez feliz? Muchas de las heridas más profundas se remontan a los primeros 2 o 3 años de vida, o sea, al tiempo en que fuimos más vulnerables y menos capaces de defendernos a nosotros mismos. Pero también es verdad que algunos han recibido sus heridas posteriormente en la escuela, en algunas experiencias sexuales desdichadas, etc.

(2) ¿Qué fue lo que causó la herida? Muchas veces ya la respuesta a la primera pregunta revela las razones de las viejas heridas. Muchas de ellas arrancan de algún rechazo o alguna relación rota. Particularmente importantes son nuestras relaciones con los padres. Si la madre no acarició lo suficiente al niño, si el padre regresaba del trabajo cansado y apenas hablaba con el niño o lo castigaba duramente, si había demasiados niños para una madre enfermiza y no tuvo tiempo de demostrarles afecto, o si uno de los padres falleció siendo todavía pequeño el niño. Todas estas penosas experiencias dejan heridas que afectan profundamente los sentimientos básicos de la persona.

Eso se logra mejor al dialogar con otra persona; incluso el hablar del problema constituye ya un proceso de curación.

Orar al Señor para que nos cure de esas heridas. Si alcanzamos a recordar cómo y por qué comenzó todo, entonces pedimos a Jesús que nos acompañe al pasado. Él, como Señor del tiempo, es capaz de hacer lo que nosotros no podemos. Él puede curar esas heridas del pasado que todavía nos hacen sufrir, a veces en forma inmediata.
Después de haber orado por la sanación de la herida, aspecto negativo de la curación, podemos pedir al Señor que llene en forma positiva la vida nuestra de todo lo que estábamos echando de menos.

Dado que tenemos una necesidad tan profunda de amor, la conclusión de la oración de sanación interior es, por lo general, llenar del amor de Dios todos los ámbitos vacíos de nuestro corazón.

La curación interior da tanta paz y alegría a las personas, que es una pena que sean tan pocos los que entiendan y practiquen esta clase de oración.

Así de manera sencilla, podemos decir que ponemos la purificación del subconsciente en manos del Señor pidiéndole que Él cure las heridas.

Unas palabras sobre la imposición de las manos. No es necesario para la curación. Sin embargo, esta práctica que ya encontramos en el Nuevo Testamento, tiene sus ventajas. Parece que algo, como una corriente de energía curativa fluye del ministro a la persona enferma, una transferencia de poder vivificante. Además, la preocupación y el amor se comunican mucho mejor por el tacto que por la palabra; existe una sensación profunda de comunión y de amor en la imposición de manos.


Oración para sanación interior

Y ahora les quiero hacer una sugerencia. Les voy a entregar una oración para sanación interior que hace algún tiempo cayó en mis manos. La idea es, rezarla personalmente, en forma meditativa y con fe sencilla, en un momento de gran paz y serenidad, frente al Señor, a lo mejor en un Santuario.

Parece que esta clase de oración tiene generalmente una respuesta perceptible. Aunque tal vez la curación sea progresiva y necesite de varios intentos, quiere decir, rezar esta oración de sanación interior varias veces. Pero antes de rezarla tendrían que haber reflexionado y trabajado seriamente sobre sus heridas interiores o impresiones no digeridas del subconsciente.



ORACIÓN PARA SANACIÓN INTERIOR

(Busca un lugar donde puedas estar en silencio, donde nadie te interrumpa. Ponte cómodo. Ve al Señor en actitud de humildad y confianza).

(Entra en la oración de la manera que te sientas movido a hacerlo. Ya que la curación es un proceso progresivo, esa oración no solucionará todos tus problemas. Nunca podremos llegar a decir que ya acabaron los problemas, que todos los recuerdos han sido curados, pero podemos quitar del camino toda barrera que nos impida estar sanos y saludables. La curación interior se habrá llevado a cabo cuando un suceso del pasado no tenga ya poder para herirnos - cuando lo podamos recordar sin tristeza, vergüenza o sentimiento de culpa. Entre en presencia de Dios).

Señor,
Tú puedes volver atrás conmigo y caminar conmigo a través de mi vida desde el momento que fuera concebido.

Ayúdame, Señor, aun entonces: límpiame y líbrame de todo lo que pudo causarme dificultades en el momento de mi concepción. Tú estabas presente en el momento que fui formado en el vientre de mi madre. Líbrame y sáname de cualquier ataduras en mi espíritu que hayan podido llegarme por mi madre o las circunstancias de la vida de mis padres aún cuando tomaba forma. Por esto, te doy gracias.


También te alabo, Jesús, porque además me estás sanando del trauma de nacer. (Muchas de nuestras madres tuvieron partos largos y dolorosos cuando nacimos, y esto tiene un efecto en la criatura). Te pido, Señor, que me cures del dolor de nacer y de todo lo que sufrí al nacer. Te doy gracias, Señor, porque Tú estabas allí para recibirme en tus brazos cuando nací. Conságrame en ese mismo momento al servicio de Dios. Gracias, Jesús, porque esto se ha hecho.

Señor Jesús, te alabo porque en esos primeros meses de mi infancia tú estabas conmigo cuando te necesité. (Hay muchas personas que necesitaban más amor del que recibieron de su madre, porque fueron separados por circunstancias que no pudieron evitarse. No recibieron el amor que les hubiera ayudado a sentir fuerza y estabilidad).

Hubo veces que necesité que mi madre me acunara en su pecho y me meciera y me contara cuentos infantiles como solamente sabe hacerlo una madre. Señor, hazlo Tú en lo más profundo de mi ser. Envíame a tu madre, María, para que me estreche en su regazo, me dé calor y me haga todo lo que una madre hace para brindarle a su hijo ternura y seguridad. Déjame sentir su amor maternal tan conmovedor, confortante y profundo que nada ya pueda separarme de ese amor otra vez. Te doy gracias y te alabo. Señor, porque sé que ahora mismo estoy cobijado en los brazos de tu madre y en los tuyos.

(También hay personas que necesitaron más del amor paternal en sus vidas). Por cualquier razón que me haya sentido descuidado, rechazado, Señor, llena esa parte de mi ser con un profundo amor paternal que sólo viene de un padre. Aunque yo no esté consciente de haber necesitado unos brazos fuertes y un "papito" que me amara y me diera seguridad y apoyo, dámelo Tú ahora. Gracias, Señor, porque esto también lo estás haciendo.

(Según crecíamos, algunos de nosotros pertenecíamos a familias donde no había mucho tiempo para nosotros como individuos). He llegado a entender y a aceptarlo, pero una parte de mi ser en realidad nunca se sintió completa, nunca se sintió verdaderamente querida. Te pido hoy una curación de ese sentimiento. Señor, hazme saber que soy tu hijo, una persona importante en tu familia, un ser único que amas de una manera muy especial.


Cúrame, Señor, las heridas causadas por las relaciones con mi familia, el hermano o hermana que no me entendía del todo o que no me demostraba amor y bondad debidamente. Una parte mía nunca se sintió amada por eso. Déjame ahora alcanzar en perdón a ese hermano o hermana. Quizás a través de los años, nunca he podido aceptarlos porque nunca me sentí verdadera¬mente aceptado por ellos. Dame un gran amor por ellos. Así que la próxima vez que los vea haya tanto amor que todo lo viejo habrá pasado. Me habrás renovado. Te doy gracias por eso, Señor.

(Según crecíamos, el primer trauma real en nuestra vida pudo haber sido cuando fuimos a la escuela por primera vez. Esa fue la primera vez que nos ausentábamos del hogar y todo lo que ello representaba. Para algunos de nosotros que éramos muy sensibles, que éramos tímidos, inseguros, esto fue difícil; - quedarnos con aquella maestra extraña, con compañeros extraños, en un lugar extraño).

Señor, de veras nunca me recuperaré de esa experiencia, porque había cosas que esperaban de mí y cosas que me herían mucho. Hubo maestras intratables y niños que no me mostraban amor o comprensión.

Te pido, Señor, que me sanes de todos esos años que pasé en la sala de clase, que me quites todo el dolor y sufrimiento que recibí en ese tiempo. Me retraje en ese entonces, Señor, y empecé a sentir miedo de hablar en grupos porque me habían ridiculizado, castigado, criticado en la escuela. Dejé de hablar porque era demasiado doloroso. Señor, te pido que abras la puerta de mi corazón. Déjame relacionarme en grupos de una manera más abierta y libre de lo que he podido hasta ahora. Según se lleva a cabo esta curación, tendré la confianza y el valor de hacer lo que me pidas en toda situación. Gracias, Señor, porque creo que estás sanándome ya.

Señor, cuando entré en la adolescencia, empecé a experimentar cosas que me asustaron, me avergonzaron y me causaron dolor. Nunca he podido sobreponerme del todo a algunas experiencias que tuve cuando me estaba conociendo a mí mismo, lo que significa ser persona. Te pido, Señor Jesús, que sanes todas las experiencias que tuve como adolescente; las cosas que hice y que me hicieron y de las que nunca he sanado. Entra en mi corazón y quita todas las experiencias que me causaron sufrimiento o vergüenza. No te pido, Jesús, que borres esto de mi mente sino que lo transformes de manera que pueda recordarlo sin vergüenza, con acción de gracias.

Hazme comprender por lo que hoy están pasando los jóvenes, porque yo mismo también he pasado por ello: esa época de búsqueda y conflicto. Según me voy sanando, déjame ayudar a otros a encontrar la curación.

Señor, al salir de este período de mi vida, y al empezar a crecer en la vocación a que me llamabas, tuve dificultades. (Algunos fuimos llamados a ser esposos y esposas, algunos fuimos llamados al celibato, otros escogieron la soltería o ahora son viudos o divorciados. Ha habido dolor, ha habido sufrimientos; no hay carrera alguna en la tierra que no conlleve dificultades de ajuste, problemas que necesitaban curarse en la vida privada). Te pido, Jesús, que me cures en el estado de vida que me encuentro hoy, y todo lo que eso ha significado para el mundo que me rodea.

(Esposos y esposas tienen cosas del pasado que se interponen en sus relaciones, heridas y sufrimientos que solamente pueden existir entre quienes tratan de vivir juntos y conocerse en una situación muy íntima). Señor, sáname de estas cosas. Haz que mi matrimonio empiece a ser de nuevo lo que Dios quiere que sea. Toma en tus manos todas las heridas y sufrimientos del pasado, para que desde ahora en adelante este matrimonio sea limpio y de nuevo tan libre y tan sano como sea posible.

Gracias, Padre, que mediante esta curación podemos llegar a ser la clase de marido y mujer que Tú pides que seamos.

(Los sacerdotes, religiosas y religiosos han tenido heridas que los han alejado de Jesús en vez de acercarlos a Él). Señor, ayúdame a sentir tal calor y fortaleza de amor en mí que nunca jamás dude yo, si el camino que sigo es al que me has llamado. Dame valor y confianza en la obra que me has llamado a hacer. Llévame adelante con propósito y metas nuevas. Gracias, Padre, porque sé que estás haciéndolo.

(La gente soltera que se han sentido llamados a esa vida, siguen los pasos de Jesús con un dolor y sufrimiento que sólo Dios conoce). Me he sentido solo y en ocasiones, abandonado y totalmente rechazado por el resto de la humanidad. Señor Jesús, lléname hoy de un nuevo sentido de fortaleza y propósito. Hazme comprender lo que has puesto en mi corazón. Déjame ser un testimonio vivo de Jesucristo. Te doy gracias, Padre, porque sé que estás haciendo esto.

Según siento la unción de tu amor, te glorifico, Señor, porque sé que está hecho. Señor, no hay poder en el cielo y la tierra que pueda impedirlo. Te alabo, Señor, porque sé que mientras más te entrego, dándote gracias y alabándote por ello, más me das la fortaleza de tu presencia, el poder de tu espíritu, el amor de tu Divino Hijo. Te alabo, Jesús, por esta curación y te glorifico. Gracias. Amén.

(Ahora permanece en silencio unos diez minutos. Deja que el Espíritu de Dios complete la obra de curación en ti. Vacía tu corazón de todo lo que no es de Dios. Deja que Dios vuelva a llenarlo con su Amor).

ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA


Oración de San Alfonso María Ligorio



Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.

Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.

Amén

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 11 DE JUNIO DE 2020 - SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI


Décima semana del Tiempo Ordinario
Jueves 11 de Junio de 2020

Lecturas del día y comentario Hoy es: 
San Bernabé (11 de Junio)
“ Vete primero a reconciliarte con tu hermano ”



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 
11, 21b-26; 13, 1-3

Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor. Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.
En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron.


Salmo
Sal 97, 1-6 R/. El Señor revela a las naciones su justicia

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».




Reflexión del Evangelio de hoy

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Hoy celebramos la fiesta de San Bernabé, hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Así nos lo presenta el libro de los Hechos de los Apóstoles. Bernabé no hizo parte del grupo inicial de los seguidores de Jesús, los Doce, pero se destacó por su fe y su dinamismo evangelizador, al punto que se nos dice que por su predicación “una considerable multitud se unió al Señor” (Hch 11,24).

Y los anima a “permanecer fieles al Señor con un corazón firme”
La primera lectura de hoy nos presenta el dinamismo de la Iglesia naciente. Y en ella la presencia y dinámica de fe de Bernabé, cuya presentación es breve y, al mismo tiempo, incisiva en elementos que nos revelan quien fue este hombre: enviado por la Iglesia de Jerusalén (judíos seguidores de Jesús) a Antioquia (ciudad constituida por una gran variedad de pueblos, aunque predominantemente era una ciudad griega); participa del discernimiento: ¿A quién se debe anunciar el Evangelio? ¿Sólo a los hijos de Israel?  ¿A todos?

Pero no se limita a esto, sino que sabiendo que Saulo está en Tarso (quien había perseguido a los cristianos anteriormente), lo fue a buscar y, encontrándolo, lo lleva para Antioquia, lugar donde ambos viven como miembros de la Iglesia y continúan anunciando el Evangelio. Y será esta Iglesia de Antioquia quien percibe que el Señor llama a todos ellos – a la comunidad, a Bernabé y a Saulo –  a salir de su lugar de seguridad y conforto para anunciar el Evangelio a todos. Se inicia así la gran Evangelización a todos los pueblos…

¡Y todo cambia!
Jesús tiene una actitud de ruptura y continuidad ante la Ley de Moisés. Rompe con la interpretación al pie de la letra y reafirma el objetivo último de la Ley: el Amor es la mayor expresión de la justicia. De esta forma, Jesús nos invita a ir más allá de una cuestión ética. Lo importante no es leer leyes escritas en tablas de piedra, sino descubrir y comprometerse con las exigencias del amor en la vida cotidiana de las personas. Está llegando el reino de Dios… ¡y todo cambia!

De diversas maneras Jesús nos insiste en que, cuando experimentamos el amor del Padre, no podemos vivir encerrados en nosotros mismos. El amor va más allá de las fórmulas y recetas… nos exige creatividad, imaginación, valentía… Sí, valentía para superar los moldes de una justicia humana que sólo busca sentirse recompensada. Valentía para “dejar mi ofrenda y volver para reconciliarte con mi hermano”. Una creatividad que me lleva a dialogar y buscar otras posibilidades mientras voy de camino con quien me lleva al tribunal… Toda ofensa exige reparación, acercarme, buscar la relación, sanar heridas.

El evangelio de hoy resalta que hacer el bien a las personas, respetarlas, hace parte de la propia dinámica del reino de Dios. La acogida y ofrecer nuevas oportunidades es propio del corazón de Dios y de todas las personas que, experimentando el amor del Padre, lo acogen y se suman a su proyecto.

Las dificultades, los conflictos, los intereses particulares o de grupitos, la sed de una justicia reivindicativa de egos y reconocimientos… hacen parte de la vida. Jesús, el Maestro, nos enseña a vivir desde la libertad que brota del Amor a Dios. Así lo experimentó Bernabé, quien, yendo más allá de “las etiquetas”, fue a buscar al “perseguidor de cristianos” para vivir y anunciar el Evangelio. Un testimonio que nos lanza a ser creativos, audaces y misioneros. Así lo expresa José María Rodríguez Olaizola, sj en su poema “Apóstol”

Vamos, amigo,
no te calles ni te achantes,
que has de brillar
como fuego nocturno,
como faro
en la tormenta,
con luz
que nace en la hoguera de Dios.

Vamos amigo,
no te rindas ni te pares,
que hay quien espera,
anhelante, que compartas
lo que Otro te ha regalado.

¿Aún no has descubierto
que eres rico para darte a manos llenas?
¿Aún no has caído en la cuenta
de la semilla que, en ti,
crece pujante
fértil, poderosa,
y dará frutos de vida y

Vamos, amigo.
Ama a todos
con amor único y diferente,
déjate en el anuncio
la voz y las fuerzas,
ríe
con la risa contagiosa
de las personas felices,
llora las lágrimas
valientes del que afronta la intemperie
hasta el último día,
hasta la última gota,
hasta el último verso.
En nombre de Aquel
que pasó por el mundo
amando primero. 


Hna. Ana Belén Verísimo García OP
Dominica de la Anunciata
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