martes, 19 de noviembre de 2019

¿CÓMO REZAR EL ROSARIO DE ADVIENTO?


Rosario de Adviento
“Adviento, Tiempo de espera”

Indicaciones:

· Ambiente: Capilla

· Símbolo: Una “corona de adviento” con 4 cirios los cuales deberán ser prendidos al inicio de cada una de las primeras cuatro meditaciones; en la quinta meditación se encenderá el cirio de la Virgen. La corona se coloca a los pies de la imagen de la Virgen

Materiales:

· Imagen de la Virgen
· Corona de adviento con sus 4 cirios
· Cirio azul (para la Virgen)
· Cancioneros

T: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo...

MONICION INICIAL:

En comunión con toda la Iglesia celebramos el tiempo litúrgico de Adviento. En este tiempo nos prepararnos para celebrar la Navidad, como conmemoración de la primera venida del Hijo de Dios entre los hombres y, a la vez, mediante esta celebración, nuestra fe se dirige a la segunda venida, ya gloriosa y definitiva al final de los tiempos, del Señor Jesús.

Es un tiempo mariano por excelencia ya que nuestra Madre aparece  cooperando activamente en el misterio de la Reconciliación preparando el nacimiento del Mesías. Es por ello que, en su presencia y compañía, vivimos este tiempo de espera y de conversión.

Iniciemos este Santo Rosario cantando “Esperando”.

PRIMERA MEDITACION:
TIEMPO DE ESPERA Y CONVERSION

El tiempo de Adviento es un tiempo de espera activa en búsqueda del encuentro definitivo con el Señor Jesús.  Espera activa que implica tener deseos de cambiar, de prepararse; es por eso que en este tiempo estamos llamados a la exigencia radical, a la conversión, al cambio de vida, a volver nuestros pasos al camino de Dios;  llamados a la conversión que debe abarcar todo nuestro ser y que debe llevarnos a cambiar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones; poniéndolas en concordancia con la manera de pensar, sentir y actuar de Jesús.

SEGUNDA MEDITACION:
LA ORACIÓN

El Adviento es tiempo de acercamiento sincero al Señor, quien está por venir y que  a la vez ya está entre nosotros. Pero no podemos acercarnos a Él sino lo buscamos, sino estamos en constante tensión por ponernos en su presencia.  La oración, personal y comunitaria, constituye un medio eficaz de búsqueda hacia un encuentro real con el Señor Jesús; mediante la escucha atenta, la meditación y la interiorización de su Palabra, lo que debe constituirse en una exigencia y necesidad en este tiempo de espera.

TERCERA MEDITACION:
LA PENITENCIA

Dios nos envía un Salvador, su propio Hijo. ¿Pero estamos realmente preparados para acogerlo y recibirlo en toda su dimensión? Pongamos todo de nuestra parte, por asumir, sin contemplaciones, durante este tiempo de espera todos los sufrimientos, problemas y dolores que encontramos en nuestro camino de santidad buscando ponernos en forma concreta, en la Cruz del Señor, viviendo estas dificultades en sentido oblativo, de sacrificio y entrega; mediante la penitencia, medio necesario de preparación y espera hacia un encuentro definitivo con el Señor Jesús.

CUARTA MEDITACION:
LA CARIDAD

La caridad, se nos presenta como un excelente medio de espera y conversión en el tiempo de Adviento; ya que sólo a través de nuestra comunión de amor con el Señor, estaremos en condiciones de amar realmente a nuestros hermanos y de practicar la verdadera caridad con ellos. La caridad debe llevarnos durante este tiempo expresarla concretamente a través de la atención de los más pobres y necesitados, buscando su promoción integral y radicalizando nuestra obligación de ser “guardianes del hermano” preocupándonos de colaborar con él para aliviar sus necesidades y problemas. ( Se sugiere cantar el primer Ave María).

QUINTA MEDITACION:
MARÍA NOS EDUCA EN LA ESPERA

María, con su “Fiat”, acepta ser la Madre de Dios y al hacerlo dirige todo su esfuerzo por cumplir a cabalidad tal misión y espera ansiosa aquel momento de máxima felicidad, como es el nacimiento del Señor Jesús; pero esta espera de la Madre no es una espera pasiva, sino por el contrario es una espera activa, demostrada en las acciones de Santa María durante la visita a su prima Isabel.

Reflexionemos sobre nuestra actitud de espera de la llegada de Jesús y dejémonos educar por María en la espera paciente y activa. Cantamos MADRE NUESTRA.(Se sugiere encender el cirio de la Virgen).

MONICION FINAL

En este tiempo de Adviento como cristianos comprometidos estamos llamados a vivir en actitud de tensión y búsqueda de la presencia del Señor Jesús y en espera de su retorno definitivo.  Pidámosle a Santa María que nos enseñe a esperar con su misma fe.  Terminemos rezando La Salve.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 19 DE NOVIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Martes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 19 de noviembre de 2019


Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Macabeos (6,18-31):

En aquellos días, a Eleazar, uno de los principales escribas, hombre de edad avanzada y semblante muy digno, le abrían la boca a la fuerza para que comiera carne de cerdo. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente al suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida. Los que presidían aquel sacrificio ilegal, viejos amigos de Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que hiciera traer carne permitida, preparada por él mismo, y que la comiera, haciendo como que comía la carne del sacrificio ordenado por el rey, para que así se librara de la muerte y, dada su antigua amistad, lo tratasen con consideración.
Pero él, adoptando una actitud cortés, digna de sus años, de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la Ley santa dada por Dios, respondió todo seguido: «iEnviadme al sepulcro! Que no es digno de mi edad ese engaño. Van a creer muchos jóvenes que Eleazar, a los noventa años, ha apostatado, y, si miento por un poco de vida que me queda, se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso seria manchar e infamar mi vejez. Y, aunque de momento me librase del castigo de los hombres, no escaparía de la mano del Omnipotente, ni vivo ni muerto. Si muero ahora como un valiente, me mostraré digno de mis años y legaré a los jóvenes un noble ejemplo, para que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y venerable Ley.»
Dicho esto, se dirigió en seguida al suplicio. Los que lo llevaban, poco antes deferentes con él, se endurecieron, considerando insensatas las palabras que acababa de pronunciar.
Él, a punto de morir a fuerza de golpes, dijo entre suspiros: «Bien sabe el Señor, que posee la santa sabiduría, que, pudiendo librarme de la muerte, aguanto en mi cuerpo los crueles dolores de la flagelación, y los sufro con gusto en mi alma por respeto a él.»
Así terminó su vida, dejando, no sólo a los jóvenes, sino a toda la nación, un ejemplo memorable de heroísmo y de virtud.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 3,2-3.4-5.6-7

R/. El Señor me sostiene

Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí: «Ya no lo protege Dios.» R/.

Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo. R/.

Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 
19 de noviembre de 2019
Carlos Latorre, cmf


Lc 19, 1-10: Jesús y Zaqueo

Seguimos en la ciudad de Jericó, donde ayer Jesús curó a un ciego.  Los evangelistas con estas narraciones dan realce a esta ciudad importante para el comercio y también para la acción evangelizadora de Jesús.

Aquí vivía y se ganaba la vida el protagonista de nuestro relato, Zaqueo. De él sabemos que era un hombre rico por su profesión, jefe de los recaudadores de impuestos que trabajaban para Roma y por esa razón, muy mal considerados por sus conciudadanos judíos. Pero de él el evangelista nos dice algo que hace de este hombre alguien especial: ¿por qué Zaqueo quería conocer a Jesús? ¿Era únicamente curiosidad o había algo más? No podemos saber la respuesta, pero sí podemos intuir que a Zaqueo, teniéndolo humanamente casi todo, algo le faltaba. Su vida no estaba completa. Por eso buscaba. Y vemos que esta búsqueda era sincera, pues tuvo que vencer sus dificultades, una de ellas la multitud que no le deja acercarse a Jesús. Al subir al árbol no sólo ha de vencer el respeto humano haciendo que todos se fijen en él, sino que consigue cumplir el deseo principal que él tiene: QUE JESÚS LE MIRE.

«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa», le dice el Maestro. ¿Por qué hoy? ¿Por qué le pide alojamiento? Todo parece casual, pero esa frase esconde el secreto de dos hombres que se buscan. Jesús que viene a salvar a quien estaba perdido en medio de sus riquezas. Y un hombre que no sabe cómo enderezar su vida.
No ayer, ni mañana, sino hoy Jesús quiere quedarse en la casa de todo aquél que le quiera acoger, de todo el que le necesite, de todo el que se sienta un pecador. Hoy. No importa tanto tu ayer. Importa -y mucho- que hoy Jesús detiene su camino, te mira y te dice que hoy se quiere quedar en tu casa. Y es que Zaqueo sólo podía descubrir  el verdadero sentido de su vida a la sombra y al amparo de Jesús. Por eso le dice al despedirse: «Hoy ha sido la salvación de esta casa…” Y será esta compañía de Jesús la que hará que a Zaqueo se le abran los ojos. Que se dé cuenta realmente de cómo en su vida no siempre ha obrado bien. Zaqueo quiere empezar una nueva vida y para eso debe sanar los errores del pasado y se compromete a restituir lo robado, para reparar el mal hecho. Porque una nueva vida no se puede empezar con los lastres del pasado, que son un peso que no nos deja ir en pos de Jesús.


Carlos Latorre
Misionero Claretiano

EL PAPA FRANCISCO ENCOMIENDA A LA VIRGEN MARÍA SU VIAJE APOSTÓLICO A TAILANDIA YJAPÓN


El Papa Francisco encomienda a la Virgen María su viaje apostólico a Tailandia y Japón
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco visitó este martes la Basílica de Santa María la Mayor en Roma para encomendar su próximo viaje apostólico a Tailandia y Japón que realizará del 19 al 26 de noviembre.

“Esta mañana, antes de su viaje a Tailandia y Japón, el Papa Francisco estuvo en oración en frente del ícono de la Virgen Salus Populi Romani en la Basílica de Santa María la Mayor”, informó la Oficina de Prensa del Vaticano en su cuenta de Twitter.


Holy See Press Office
@HolySeePress
This morning, before his journey to #Thailand and #Japan, #PopeFrancis was in prayer in front of Our Lady Salus Populi Romani in the Basilica of St Mary Major


El Pontífice tiene como costumbre rezar ante este antiguo ícono mariano con la advocación de la Salus Populi Romani (Protectora del pueblo romano) antes de iniciar y después de concluir sus viajes internacionales.

Tailandia es un país mayoritariamente budista. El 95% de la población sigue esta religión. La principal minoría religiosa es la musulmana, con un 4% de fieles. Los católicos representan solo el 0,59% de la población.

En un video mensaje dirigido al pueblo de Tailandia, el Papa Francisco destacó que este país “ha trabajado mucho para promover la armonía y la coexistencia pacífica, no solo entre su gente sino en toda la región del sudeste asiático”.

En esta línea, el Santo Padre indicó que espera “fortalecer los lazos de amistad que compartimos con numerosos hermanos y hermanas budistas que dan testimonio elocuente de los valores de la tolerancia y de la armonía que son tan características de vuestro pueblo”.

Además, el Papa Francisco envió otro video mensaje al pueblo de Japón en el que recordó el tema elegido para su visita: “Proteger toda Vida” y explicó que “este fuerte instinto, que resuena en nuestro corazón, de defender el valor y la dignidad de toda persona humana, adquiere una importancia particular ante las amenazas a la coexistencia pacífica que hoy día el mundo tiene que enfrentar, especialmente en los conflictos armados”.

“Confío en que mi visita los aliente en el camino del respeto mutuo y del encuentro que conduce a una paz segura y que dura en el tiempo, que no vuelve atrás. La paz tiene eso de lindo, que cuando es real, no retrocede: se la defiende con los dientes”, señaló el Papa.

FELIZ SEMANA





domingo, 17 de noviembre de 2019

LA PERSECUCIÓN A LOS CRISTIANOS EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

La persecución a los cristianos en la historia de la Iglesia
Según diversos estudios, en el siglo XX habrían sido asesinados unos 45 millones de cristianos


Por: Varios | Fuente: Varios



Numerosos cristianos han sufrido persecuciones por parte de no cristianos e incluso de otros cristianos de creencias diversas o más o menos estrictas durante la historia del Cristianismo. Tal persecución admitía varios grados, desde el arresto sin garantías, la mengua de derechos públicos, el encarcelamiento, el azotamiento y la tortura, la ejecución, llamada martirio, pasando por el pago de un impuesto suplementario (como el caso de los mozárabes), la confiscación de sus bienes o incluso la destrucción de sus propiedades, su arte, sus libros y sus símbolos o la incitación a abjurar de sus principios y delatar a otros cristianos.


Persecución a los primeros cristianos

El Nuevo Testamento dice que los primeros cristianos (comenzando por el propio Jesús) sufrieron persecución a manos de los jefes judíos de esa época. También relata el principio de persecuciones por los romanos.

Según el Nuevo Testamento, la persecución de los primeros cristianos continuó después de la muerte de Jesús. Pedro y Juan fueron encarcelados por los jefes judíos, incluido el sumo sacerdote Ananías, quien no obstante los liberó más tarde (Hechos 4:1-21). En otro momento, todos los apóstoles fueron encarcelados por el sumo sacerdote y otros saduceos, pero fueron liberados por un ángel (Hechos 5:17-18). Los apóstoles, tras haber escapado, fueron llevados nuevamente ante el Sanedrín, pero esta vez Gamaliel (un rabino fariseo bien conocido de la literatura rabínica) convenció al Sanedrín de liberarlos (Hechos 5:27-40).

La razón más probable de la persecución fue, por parte de los judíos, la evidente herejía que representaba la doctrina cristiana desde un punto de vista de la doctrina tradicional judía, ya que entre otras cosas, la idea de un Dios-Hombre chocaba de frente con su arraigado monoteísmo. Es deducible además que a oídos romanos, la predicación de los cristianos sobre el inminente regreso del Rey de los Judíos y el establecimiento de su reino, era sediciosa. Los romanos dieron a los judíos en ese tiempo un autogobierno limitado; las principales obligaciones de los líderes judíos eran recolectar impuestos para Roma y mantener el orden civil. Así, los líderes judíos tendrían que suprimir cualquier tesis sediciosa, como las que defendían los cristianos. Esta oposición judía fue un potente motor para plantar en Roma la semilla del odio al incipiente cristianismo

Esteban es recordado en el cristianismo como el primer mártir. El Nuevo Testamento relata la lapidación de Esteban (Hechos 6:8-7:60) por miembros del Sanedrín.

La ejecución de Esteban fue seguida de una gran persecución de cristianos (Hechos 8:1-3), dirigida por un fariseo llamado Saulo de Tarso, enviando a muchos cristianos a prisión. Según el Nuevo Testamento, esta persecución continuó hasta que Saulo se convirtió al cristianismo (y cambió su nombre a Pablo), tras decir que había visto una luz brillante y oído la voz de Jesús en el camino hacia Damasco, donde estaba viajando para encarcelar a más cristianos (Hechos 9:1-22).

Hechos 9:23-25 dice que «los judíos» en Damasco trataron entonces de matar a Pablo. Estaban esperándole en las puertas del pueblo, pero los evadió al ser bajado sobre el muro de la ciudad en una canasta por otros cristianos y luego escapó hacia Jerusalén. Comprensiblemente, tuvo dificultad al principio para convencer a los cristianos de Jerusalén que él, su antiguo perseguidor, se había convertido y de que ahora estaba siendo perseguido a su vez (Hechos 9:26-27). Otro atentado se hizo contra su vida, esta vez por «los grecianos» (KJV), refiriéndose a un grupo de judíos helenistas (Hechos 9:29), a quienes él debatió mientras estaban dentro y alrededor de Jerusalén.


Persecución a cristianos en el Imperio Romano

Al principio, los romanos consideraron el cristianismo como una nueva secta judía. Aparte de las esporádicas persecuciones de Nerón y Domiciano, durante el siglo I los cristianos tuvieron que enfrentarse con mayor frecuencia con la animadversión de los escribas y fariseos, rectores del judaísmo, que con las autoridades romanas.

Con base en diversos testimonios1 se afirma que durante la segunda mitad del siglo I, todo el siglo II y hasta el siglo IV, los cristianos fueron también perseguidos por autoridades del Imperio Romano, que consideraba a los cristianos, ya sea como judíos sediciosos (recordando que en el año 70 los judíos armaron una revuelta en Judea que originó la destrucción de Jerusalén y la deportación de los judíos de su territorio a manos romanas), o como rebeldes políticos. El historiador Suetonio menciona las revueltas causadas en Roma en tiempo del emperador Claudio "por un tal Cresto", a quien cabe identificar con Cristo, cuyas doctrinas debían haber sido divulgadas por emigrantes o esclavos judíos en Roma. Asimismo, Tácito en sus Anales habla de la persecución a los cristianos ("nombre que toman de un tal Cristo"), por parte de Nerón.

Tertuliano, en su "Apología contra los gentiles", escrita en el año 200, explica cuáles eran los delitos que la fama imputaba a los cristianos:

"Que en la nocturna congregación sacrificamos y nos comemos un niño. Que en la sangre del niño degollado mojamos el pan y empapado en la sangre comemos un pedazo cada uno. Que unos perros que están atados a los candeleros los derriban forcejeando para alcanzar el pan que les arrojamos bañado en sangre del niño. Que en las tinieblas que ocasiona el forcejeo de los perros, alcahuetes de la torpeza, nos mezclamos impíamente con las hermanas o las madres. De estos delitos nos pregona reos la voz clamorosa popular, y aunque ha tiempo que la fama los imputa, hasta hoy no ha tratado el Senado de averiguarlos". Tertuliano, Apología, c.7

Los gentiles asimilaban las reuniones nocturnas de los cristianos a ritos orientales de los "misterios", como los de Eleusis y Samos, enraizados en las prácticas mágicas, los misterios de Cibeles, los de Isis, originarios de Egipto, o los de Mitra, procedentes de Persia, que alcanzaron notable difusión incluso en España y en especial en la costa catalana.

En este contexto, hay que recordar que se hizo costumbre entre varios emperadores romanos el erigir estatuas propias en las diversas ciudades del imperio, y en autoproclamarse dioses o hijos de dioses (bajo el título de señor de señores) a los que sus súbditos debían de respetar. Un signo ejemplar de esto era la obligación de adorar o cuando menos arrodillarse ante las estatuas de los emperadores en las ciudades donde se encontraran. Los cristianos, tomando como principio el que Jesús es el único Señor de señores, y el único hijo del Dios verdadero, se negaban a tomar tales actitudes. Los romanos, antes que juzgar sus creencias, verían en estos gestos las actitudes de una rebelión política contra el imperio, lo cual originó varias persecuciones contra los cristianos en esa época.

Hubo diez grandes persecuciones romanas contra el Cristianismo, denominadas generalmente con el nombre de los emperadores que las decretaron: las de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano.

Puesto que el cristianismo era considerado ilegal en el imperio, los cristianos debían ocultarse. Sus reuniones serían entonces secretas y son famosas las catacumbas de la ciudad de Roma, donde se dice que los cristianos se reunían,2 aunque según los testimonios cristianos conservados, las catacumbas no eran el medio más utilizado para esconderse, ya que la mayor parte de las reuniones de culto, se haría secretamente en las mismas casas de los fieles. Para identificarse habrían utilizado símbolos que a ojos romanos no fueran evidentes, como el símbolo del Pez (Ichthys, o IXΘΥΣ en griego), acrónimo que significaba para ellos Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor.


Persecuciones a cristianos desde inicios del siglo XX hasta nuestros días

Una de las mayores persecuciones contra los cristianos de la historia moderna tuvo lugar en Vietnam, a lo largo de un periodo de tiempo que va desde 1625 hasta 1886. Se calcula que en esos años fueron asesinados unos 130 mil cristianos.

Según diversos estudios, en el siglo XX habrían sido asesinados unos 45 millones de cristianos.

En España, desde 1934 a 1939 (periodo que va desde la revolución de octubre hasta la Guerra civil española) se contabilizan alrededor de 10 mil católicos (sacerdotes, religiosos y laicos) asesinados por motivos religiosos. Esta persecución, por su intensidad, ha podido ser calificada la mayor de toda la historia del cristianismo:

"En toda la historia de la universal Iglesia no hay un solo precedente, ni siquiera en las persecuciones romanas, del sacrificio sangriento, en poco más de un semestre, de doce obispos, cuatro mil sacerdotes y más de dos mil religiosos".

En el año 2001, el número de cristianos asesinados por motivos de su fe sería superior a 160 mil.

Entre los años 2003 y 2009, según informó Asianews en diciembre 2009, habrían sido asesinados alrededor de 2000 cristianos en Irak. A causa de la inestabilidad y de los ataques dirigidos contra cristianos, muchos de ellos han huido a otros territorios: de los cerca de 800 mil cristianos que había en 2003, se calcula que quedan 450 mil en 2010.

Por lo que se refiere a La India, entre 2008 y 2010 se registraron más de 1000 episodios anticristianos en el estado de Karnataka, según se informó en marzo de 2010. En el estado de Orissa, entre los años 2008-2010 más de 4000 cristianos sufrieron persecución y presiones para convertirse a la religión hindú.

Según unas declaraciones de Mario Mauro en agosto 2010, que fungía entonces como representante de la OSCE contra la discriminación de los cristianos, de 100 personas que mueren al año por persecución religiosa, 75 serían cristianos. Ese mismo mes de agosto de 2010, monseñor Mario Toso, Secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, declaró que los cristianos eran el grupo religioso más perseguido en el mundo. Habría, según los datos de ese año, unos 200 millones de cristianos en situaciones de persecución. En cambio, según un informe publicado también en 2010 por la Comisión de las Conferencias Episcopales Europeas, el número de cristianos perseguidos estaría en torno a la cifra de 100 millones.

En cuanto al número de cristianos muertos anualmente por su fe, según una declaración hecha pública en junio de 2011 por Massimo Introvigne, representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para la lucha contra la intolerancia y la discriminación contra los cristianos, se trataría de 105.000 muertos al año.

BENDICE A MI FAMILIA


Bendice a mi familia



La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo de Dios. Por lo tanto, implora que envíe su Espíritu para que llene tu corazón con el fuego de su amor.

Señor, bendice a mi familia, a mis amigos y a sus familias. Revélales tu amor y tu poder. Señor, muéstrate en este momento: que donde haya dolor, nos des paz y consuelo y donde haya duda, tengamos confianza porque creemos en ti. Jesús, visita mi casa y llévate mis problemas, angustias y dolores. Señor, contágiame tu fuerza, para que yo también pueda aceptar la voluntad del Padre. Hoy vengo a ti, lleno de dolor, a llorar mis penas en tus brazos, Recurro a ti para que me libres y destrabes de todos los males que me acechan y me impiden ser feliz. Espero confiadamente en ti. Vivo confiadamente en ti.

La familia que reza unida permanece unida y reproduce el clima de la casa de Nazareth: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo.



* Enviado por el P. Natalio

PARA TIEMPOS DIFÍCILES - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 17 DE NOVIEMBRE DE 2019


Para tiempos difíciles



Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.

Llamada al realismo
En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.

No a la ingenuidad
En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Estas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al Evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»: No seguir a quienes nos separan de Jesucristo, único fundamento y origen de nuestra fe.

Centrarnos en lo esencial
Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»… Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el Evangelio y vivir con sensatez cristiana.

La hora del testimonio
Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio». Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.

Paciencia
Esta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». El término original puede ser traducido indistintamente como «paciencia» o «perseverancia». Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.



Padre José Antonio Pagola

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 17 DE NOVIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 17 de noviembre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Malaquias (3,19-20a):

HE aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz.
Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 97,5-6.7-9a.9bc

R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

V/. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

V/. Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R/.

V/. Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-12):

Hermanos:
Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros.
No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar.
Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo.
A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
17 de noviembre de 2019
Fernando Torres cmf


¿Se acerca el final?

      Los medios de comunicación actuales nos ofrecen imágenes de todo el mundo y en el momento en que suceden los acontecimientos. En un mismo informativo de televisión podemos ver las imágenes de unas enormes inundaciones en la China, los incendios en alguna zona de nuestro país y los enfrentamientos brutales de los manifestantes con la policía en algún lugar de Europa, pasando por la marea negra en alguno de los mares, la última crisis entre israelíes y palestinos, la marginación a que están sometidas las mujeres en algún país o el hambre casi crónica y terrible en algún lugar de África. Y muchas otras noticias que llenan la pantalla de nuestro televisor de malas noticias, de desastres naturales y humanos que no sabemos bien cómo vamos a ser capaces de enfrentar. ¿Se acerca el final? ¿Será capaz nuestro mundo de aguantar el envite de la contaminación que nosotros mismos provocamos? ¿Será capaz nuestra sociedad humana de ser más justa y de promover los derechos de todos los hombres y mujeres sin excepción? 

      Hemos de reconocer que a veces nos entra la duda. Tenemos la sensación de que el fin está ya cerca y nos da miedo. Al final todas esas cosas les suceden a otros, pasan en otros lugares. Nosotros tenemos nuestro pequeño rincón de paz. Y nos da miedo perderlo. Sentimos que todas esas cosas amenazan nuestra tranquilidad. 

      Pues ahí llega Jesús y nos dice que no nos preocupemos, que tranquilidad. Dice Jesús que ciertamente van a suceder muchas cosas, y cosas malas: guerras, insurrecciones, terremotos, hambrunas y plagas. Incluso signos extraordinarios en el cielo. Con todo eso, hay que seguir tranquilos. Porque hay más: los creyentes seremos entregados a la autoridad. Se nos tratará como criminales. Pero todo eso no será más que una oportunidad para dar testimonio de nuestra fe. Porque, dice Jesús, ni un sólo cabello de nuestra cabeza será destruido. 

      Por tanto, el mensaje de hoy es claro: tranquilidad y confianza. Como nos dice san Pablo en la segunda lectura, es tiempo para trabajar con normalidad, para vivir una vida decente atendiendo a nuestros propios asuntos y sin inquietarnos ni a nosotros mismos ni a los demás. Es tiempo de dar testimonio de nuestra fe cristiana, una fe que sabe construir la comunidad, la familia de todos los hijos de Dios en medio de todas esas cosas que pasan en nuestro mundo. No vaya a ser que nos pongamos nerviosos pensando en lo que va a suceder en el futuro y se nos olvide vivir el presente, nuestro presente, en cristiano, día a día, minuto a minuto. 



Para la reflexión

      ¿Qué piensas cuando ves los informativos de la televisión y escuchas todas esas noticias malas? ¿Cómo das testimonio de tu fe aquí y ahora? ¿Comunicas serenidad y paz y fe a los que viven contigo? ¿Qué haces para ayudar a construir el Reino, la familia de Dios con los que te rodean?

CUÁL ES LA ACTITUD QUE EL CRISTIANO DEBE TENER ANTE LAS TRAGEDIAS?


¿Cuál es la actitud que el cristiano debe tener ante las tragedias?, el Papa responde
Redacción ACI Prensa
 Foto: Captura YouTube



El Papa Francisco explicó cuál es la actitud que el cristiano debe vivir ante la violencia y las adversidades, que consiste en la esperanza, en el amor y en el perdón.

Así lo explicó el Santo Padre al reflexionar en el Evangelio dominical de este 17 de noviembre antes del rezo del Ángelus, y después de celebrar la Misa en la Basílica de San Pedro con motivo de la tercera Jornada Mundial de los Pobres.

“¿Y cuál es la actitud del cristiano? Es la actitud de la esperanza en Dios, que consiente en no dejarnos abatir por los trágicos eventos. De hecho, son una ocasión para dar testimonio”, señaló el Papa quien añadió que “los discípulos de Cristo no pueden seguir siendo esclavos de temores y ansiedades; en cambio, están llamados a habitar la historia, a detener la fuerza destructiva del mal, con la certeza de que su buena acción siempre está acompañada por la ternura providente y tranquilizadora del Señor”.

En esta línea, el Pontífice destacó que el Señor “nos llama a colaborar en la construcción de la historia, convirtiéndonos, junto a Él, en operadores de paz y testigos de la esperanza en un futuro de salvación y de resurrección”.

“La fe nos hace caminar con Jesús por los caminos, tan a menudo tortuosos, de este mundo, con la certeza de que la fuerza de su Espíritu doblará las fuerzas del mal, sometiéndolas al poder del Amor de Dios” porque “Dios es Amor”, afirmó el Papa.

Por ello, el Santo Padre recordó el ejemplo de los mártires “nuestros mártires, los mártires cristianos de nuestro tiempo, que son más que los mártires del principio, quienes, a pesar de las persecuciones, son hombres y mujeres de paz” y agregó que los mártires “nos dan una herencia para preservar e imitar que es: el Evangelio del amor y de la misericordia”.

“Este es el tesoro más valioso que nos ha sido donado y el testimonio más eficaz que podemos dar a nuestros contemporáneos, respondiendo al odio con amor, a la ofensa con el perdón. Incluso en la vida cotidiana, cuando nosotros recibimos una ofensa, sentimos dolor, pero perdonar. Cuando nosotros nos sentimos odiamos, rezar con amor por la persona que nos odia”, exhortó.

De este modo, el Papa Francisco rezó a la Virgen María para que “sostenga, con su intercesión materna, nuestro viaje de fe diario, en el seguimiento del Señor que guía la historia”.

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA, 17 DE NOVIEMBRE



Santa Isabel de Hungría
Viuda
 (1207- 1231)


"Que el Señor nos conceda como 
a su buena Isabel,  el don de un gran desprendimiento para dedicar nuestra vida  y nuestros bienes a ayudar a los 
más necesitados."


SU VIDA

Isabel, a los 15 años fue dada en matrimonio por su padre el Rey de Hungría al príncipe Luis VI de Turingia,  el matrimonio tuvo tres hijos. Se amaban tan intensamente que ella llegó a exclamar un día: "Dios mío, si a mi esposo lo amo tantísimo, ¿Cuánto más debiera amarte a Ti?". Su esposo aceptaba de buen modo las santas exageraciones que Isabel tenía en repartir a los pobres cuanto encontraba en la casa. Él respondía a los que criticaban: "Cuanto más demos nosotros a los pobres, más nos dará Dios a nosotros".

Cuando apenas de veinte años y con su hijo menor recién nacido, su esposo, un cruzado, murió en un viaje a defender Tierra Santa.  Isabel casi se desespera al oír la noticia, pero luego se resignó y aceptó la voluntad de Dios. Rechazó varias ofertas de matrimonio y se decidió entonces  a vivir en la pobreza y dedicarse al servicio de los más pobres y desamparados.

El sucesor de su marido la desterró del castillo y tuvo que huir con sus tres hijos, desprovistos de toda ayuda material. Ella, que cada día daba de comer a 900 pobres en el castillo, ahora no tenía quién le diera para el desayuno. Pero confiaba totalmente en Dios y sabía que nunca la abandonaría, ni a sus hijos.  Finalmente algunos familiares la recibieron en su casa, y más tarde el Rey de Hungría consiguió que le devolvieran los bienes que le pertenecían como viuda, y con ellos construyó un gran hospital para pobres, y ayudó a muchas familias necesitadas.

Un Viernes Santo, después de las ceremonia, cuando ya habían desvestido los altares en la iglesia, se arrodilló ante uno y delante de varios religiosos hizo voto de renuncia de todos sus bienes y voto de pobreza, como San Francisco de Asís,  y consagró su vida al servicio de los más pobres y desampardos. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana, de tela burda y ordinaria, y los últimos cuatro años de su vida (de los 20 hasta los 24 años) se dedicó a atender a los pobres enfermos del hospital que había fundado. Se propuso recorrer calles y campos pidiendo limosna para sus pobres, y vestía como las mujeres más pobres del campo. Vivía en una humilde choza junto al hospital. Tejía y hasta pescaba, con tal de obtener con qué compararles medicinas a los enfermos.

Tenía un director espiritual que para ayudarla en su camino a la santidad, la trataba duramente. Ella exclamaba: "Dios mío, si a este sacerdote le tengo tanto temor, ¿cuánto más te debería temer a Ti, si desobedezco tus mandamientos?"

Un día, cuando todavía era princesa, fue al templo vestida con los más exquisitos lujos, pero al ver una imagen de Jesús crucificado pensó: "¿Jesús en la Cruz despojado de todo y coronado de espinas, y yo con corona de oro y vestidos lujosos?". Nunca más volvió con vestidos lujosos al templo de Dios.

Una vez se encontró un leproso abandonado en el camino, y no teniendo otro sitio en dónde colocarlo por el momento, lo acostó en la cama de su marido que estaba ausente. Llegó este inesperadamente y le contaron el caso. Se fue furioso a regañarla, pero al llegar a la habitación, vio en su cama, no el leproso sino un hermoso crucifijo ensangrentado. Recordó entonces que Jesús premia nuestros actos de caridad para con los pobres como hechos a Él mismo.

El pueblo la llamaba "la mamacita buena".

Uno sacerdotes de aquella época escribió: "Afirmo delante de Dios que raramente he visto una mujer de una actividad tan intensa, unida a una vida de oración y de contemplación tan elevada". Algunos religiosos franciscanos que la dirigían en su vida de total pobreza, afirman que varias veces, cuando ella regresaba de sus horas de oración, la vieron rodeada de resplandores y que sus ojos brillaban como luces muy resplandecientes.

El mismo emperador Federico II afirmó: "La venerable Isabel, tan amada de Dios, iluminó las tinieblas de este mundo como una estrella luminosa en la noche oscura".

Cuando apenas cumplía 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, pasó de esta vida a la eternidad. A sus funerales asistieron el emperador Federico II y una multitud tan grande formada por gentes de diversos países y de todas las clases sociales, que los asistentes decían que no se había visto ni quizá se volvería a ver en Alemania un entierro tan concurrido y fervoroso como el de Isabel de Hungría, la patrona de los pobres.

El mismo día de la muerte de la santa, a un hermano lego se le destrozó un brazo en un accidente y estaba en cama sufriendo terribles dolores. De pronto vio a parecer a Isabel en su habitación, vestida con trajes hermosísimos. Él dijo: "¿Señora, Usted que siempre ha vestido trajes tan pobres, por qué ahora tan hermosamente vestida?". Y ella sonriente le dijo: "Es que voy para la gloria. Acabo de morir para la tierra. Estire su brazo que ya ha quedado curado". El paciente estiró el brazo que tenía totalmente destrozado, y la curación fue completa e instantánea.

Dos días después de su entierro, llegó al sepulcro de la santa un monje cisterciense el cual desde hacía varios años sufría un terrible dolor al corazón y ningún médico había logrado aliviarle de su dolencia. Se arrodilló por un buen rato a rezar junto a la tumba de la santa, y de un momento a otro quedó completamente curado de su dolor y de su enfermedad.

Estos milagros y muchos más, movieron al Sumo Pontífice a declararla santa, cuando apenas habían pasado cuatro años de su muerte.

Santa Isabel de Hungría es patrona de la Arquidiócesis de Bogotá.

Una Historia

No faltó quien acusó a la princesa ante el propio duque de estar dilapidando los caudales públicos y dejar exhaustos los graneros y almacenes. El margrave Luis quería a su esposa con delirio, pero no pudo resistir, sin duda, el acoso de sus intendentes y les pidió una prueba de su acusación.

-- Espera un poco -le dijeron- y verás salir a la señora con la faltriquera llena.

Efectivamente, poco tuvo que esperar el duque para ver a su mujer que salía, como a hurtadillas, de palacio cerrando cautelosamente la puerta. Violentamente la detuvo y la preguntó con dureza:

-- ¿Qué llevas en la falda?

-- Nada..., son rosas -contestó Isabel tratando de disculparse, sin recordar que estaba en pleno invierno-.

Y, al extender el delantal, rosas eran y no mendrugos de pan lo que Isabel llevaba, porque el Señor quiso salir fiador de la palabra de su sierva.

ORACIÓN

Oh Dios misericordioso, alumbra los corazones 
de tus fieles; y por las súplicas gloriosas de Santa Isabel, haz que despreciemos las prosperidades mundanales, y gocemos siempre de la celestial consolación. Por nuestro Señor Jesucristo.  
Amén.
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