sábado, 24 de febrero de 2018

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 24 DE FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 1ª semana de Cuaresma
Hoy, sábado, 24 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (26,16-19):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos sus preceptos.
Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, tu Dios, como prometió».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,1-2.4-5.7-8

R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

V/. Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.

V/. Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos. R/.

V/. Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus decretos exactamente,
tú no me abandones. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 24 de febrero de 2018
Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

Mirar como Dios mira es la invitación que nos hace Jesús para avanzar en nuestro itinerario cuaresmal: siendo compasivos, no juzgando ni condenando, dando y perdonando… Mirar así es difícil si antes no hay un deseo de ver otra cosa, de buscar con la mirada en las personas que ya tenemos “etiquetadas” o “clasificadas”, aquellas cualidades buenas, que las hacen grandes a los ojos de Dios, porque seguro las tienen aunque no estemos acostumbrados a verlas. No siempre estamos dispuestos a mirar a los más próximos, a los que conviven a nuestro lado de otra manera. Y así no puede haber compasión ni perdón, ni mucho menos amar como nos pide Jesús en el Evangelio de hoy.

Sin compasión ni perdón es prácticamente imposible sentir a Dios a mi lado porque no suele habitar en los corazones rencorosos. De nada valen entonces las prácticas cuaresmales, si no pasan por el entrenamiento o ejercitación de estas virtudes que el mismo Jesús nos propone hoy con toda claridad, sin necesidad de mayores interpretaciones.

Si somos honestos con nosotros mismos, nos daremos cuenta que la falta de amor siempre será una carencia en nuestra vida ¿Entonces qué podemos hacer? Tener la humildad de pedirle a Dios que nos conceda un corazón capaz de detectar su falta y la confianza de que poco a poco nuestro corazón puede moverse en esta dirección aunque no alcance en esta vida la cumbre ética de amar a los enemigos. Lo que ahora se nos propone es curar las parálisis que el paso de los años ha ido entorpeciendo e impidiendo que nuestro corazón sea joven, es decir ágil y decidido para el perdón.

Moisés lo dice bien claro hoy en el libro del Deuteronomio: “Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma”.

Hoy sábado miramos a Virgen María; ella fue capaz de un amor así, sin límites, confiado, que supo esperar y decir sí a la propuesta de Dios. Madre Dios ruega por nosotros en este itinerario cuaresmal.

Vuestro hermano en la fe:  
Juan Lozano, cmf.

FELIZ SÁBADO





viernes, 23 de febrero de 2018

LAS MOSCAS EN LA MIEL

Las moscas en la miel




Hay tres frentes que asechan la rectitud moral del hombre: tener más cosas (codicia), disponer de más poder (orgullo), disfrutar más satisfacciones de los sentidos (sensualidad). Por ejemplo: comer es necesario, pero comer en exceso es gula. El elemento común de las tres tentaciones es el egoísmo, el amor desordenado por uno mismo, que nos lleva al orgullo, a la codicia y a la sensualidad, y nos impide amar de verdad. Una fábula para aclarar.

De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron: -¡Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer! (Esopo).

A tu alrededor y dentro de ti mismo hay seducciones que pueden arrastrarte fuera del recto camino. Jesús te recomienda estar atento, pensar bien lo que haces, tener control sobre tus apetencias; y además recurrir a la oración para fortalecer tu decisión de llevar una vida en la presencia de Dios que sea agradable a sus ojos. Este es el combate del cristiano.




* Enviado por el P. Natalio

EN CUARESMA, ENTRAR Y ATREVERNOS A EXAMINAR NUESTROS SENTIMIENTOS

En Cuaresma, entrar y atrevernos a examinar nuestros sentimientos
Viernes primera semana Cuaresma. Nuestro amor a los demás será la mejor ofrenda a Dios.


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




Toda la Cuaresma, con su constante invitación a la conversión, es un hermoso recordatorio de cómo Dios nuestro Señor nos quiere, a todos y cada uno de nosotros, plenamente santos, absolutamente santos. "Purifíquense de todas sus iniquidades, renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor".

La ley de santidad, que nos exige y que nos obliga a todos, se convierte en un imperativo al que nosotros no podemos renunciar. Pero seríamos bastante ingenuos si esta ley de santidad pretendiéramos vivirla alejados de lo que somos, de nuestra realidad concreta, de los elementos que nos constituyen, de las fibras más interiores de nuestro ser. Seríamos ingenuos si no nos atreviéramos a discernir en nuestra alma aquellas situaciones que pueden estar verdaderamente impidiendo una auténtica conversión. La conversión no es solamente ponerse ceniza, la conversión no es guardar abstinencia de carne, no es sólo hacer penitencias o dar limosnas. La conversión es una transformación absoluta del propio ser.

"Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud de la justicia, él mismo salva su vida si recapacita y se aparta de los delitos cometidos; ciertamente vivirá y no morirá".
Esta frase del profeta Ezequiel nos habla de la necesidad de llegar hasta los últimos rincones de nuestra personalidad en el camino de conversión. Nos habla de la importancia de que no quede nada de nosotros apartado de la exigencia de conversión. Y si nosotros quisiéramos preguntarnos cuál es el primer elemento que tenemos que atrevernos a purificar en nuestra vida, el elemento fundamental sin el cual nuestra existencia puede ver truncada su búsqueda de santidad, creo que tendríamos que entrar y atrevernos a examinar nuestros sentimientos.

¡Cuántas veces son nuestros sentimientos los que nos traicionan! ¡Cuántas veces es nuestra afectividad la que nos impide lograr una real conversión! ¡Cuántos de nosotros, en el camino de santidad, nos hemos visto obstaculizados por algo que sentimos escapársenos de nuestras manos, que sentimos írsenos de nuestra libertad, que son nuestros sentimientos! Los sentimientos, que son una riqueza que Dios pone en nuestra alma, se acaban convirtiendo en una cadena que nos atrapa, que nos impide razonar y reaccionar; nos impiden tomar decisiones y afirmarnos en el propósito de conversión. La penitencia de los sentimientos es el camino que nos tiene que acabar llevando en todas las Cuaresmas, más aún, en la Cuaresma continua que tiene que ser nuestra existencia, hacia el encuentro auténtico con Dios nuestro Señor.

Jesucristo, en el Evangelio, nos habla de la importancia que tiene el ser capaces de dominar nuestros sentimientos para poder lograr una auténtica conversión. La Antigua Ley hablaba de que el que mataba cometía pecado y era llevado ante el tribunal, pero Cristo no se conforma simplemente con esto; Cristo va más allá en lo que tiene que ir haciendo plena a la persona. Jesucristo nos invita, como parte de este camino de conversión, a la purificación de nuestros sentimientos, a la penitencia interior cuando nos dice: "Todo el que se enoje con su hermano, será llevado hasta el tribunal".

En cuántas ocasiones nosotros buscamos quién sabe qué mortificaciones raras y andamos pensando qué le podríamos ofrecer al Señor, y no nos damos cuenta de que llevamos una penitencia incorporada en nosotros mismos a través de nuestros sentimientos. No nos damos cuenta de que nuestros sentimientos se convierten en un campo en el que nuestra vida espiritual muchas veces naufraga.

¡Cuántas veces nuestros anhelos de perfección se han visto carcomidos por los sentimientos! ¡Cuántas veces el interés por los demás, porque los demás crezcan, por ayudar a los demás, se ha visto arruinado por los sentimientos! ¡Cuántas veces un deseo de una mayor entrega, un interés por decirle a Cristo «sí» con más profundidad, se ha visto totalmente apartado del camino por culpa de los sentimientos! No porque ellos sean malos, porque son un don de Dios, y como don de Dios, tenemos que hacerlos crecer y enriquecernos con ellos. Pero, tristemente, cuántas veces esos sentimientos nos traicionan. Nuestra conversión, para que sea verdadera, para que sea plena, tiene que aprender a pasar por el dominio de nuestros sentimientos. Y para lograrlo, la gracia tiene que llegar tan hondo a nuestro interior, que incluso nuestros sentimientos se vean transfigurados por ella.

¿Cuál es el camino para esto? El camino es el examen: "Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene una queja contra ti [...]". Entrar constantemente dentro de nosotros mismos y vigilar nuestra alma es el camino necesario, ineludible para poder llegar a vivir esta penitencia de los sentimientos. Es el camino del cual no podemos prescindir para tener bien dominada toda esa corriente que son los sentimientos, de manera que no perdamos nada de la riqueza que ella nos pueda aportar, pero tampoco nos dejemos arrastrar por la corriente, que a veces puede llevarnos lejos de Dios nuestro Señor.

Para entrar en nosotros es necesario que la memoria y el recuerdo se transformen como en un espejo en el cual nuestra alma está siendo examinada, percibida constantemente por nuestra conciencia, para ver hasta qué punto el sentimiento está enriqueciéndome o hasta qué punto está traicionándome. Hasta qué punto el sentimiento está dándome plenitud o hasta qué punto el sentimiento me está atando a mí mismo, a mi egoísmo, a mis pasiones, a mis conveniencias.

Vigilar, estar atentos, recordar, pero al mismo tiempo, es fundamental que el camino de conversión no simplemente pase por una vigilancia, que nos podría resultar obscura y represiva, sino es necesario, también, que el camino de conversión pase por un enriquecimiento. Si alguien tendría que tener unos sentimientos ricos, muy fecundos, ése tendría que ser un cristiano, tendría que ser un santo, porque solamente el santo -el auténtico cristiano- potencia toda su personalidad impulsado por la gracia, para que no haya nada de él que quede sin redimir, sin ser tocado por la Cruz de Cristo.

Cristo, cuando está hablando a los fariseos les dice: "Si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán ustedes en el Reino de los Cielos". No podemos quedarnos con una justicia del «no harás», tenemos que buscar una justicia del «hacer», del llevar a plenitud, del enriquecimiento, que es parte de nuestra conversión. Y en este sentido, tenemos que estar constantemente preguntándonos si ya hemos enriquecido todos nuestros sentimientos: el cariño, el afecto, la ternura, la compasión, la sensibilidad; todos los sentimientos que nosotros podemos tener de justicia, de interés, de preocupación; todos los sentimientos que podemos tener de acercamiento a los demás, de percepción de las situaciones de los otros. ¿Hasta qué punto nos estamos enriqueciendo buscando cada día darle más cercanía a la gracia de Cristo?

Dice el salmo: Perdónanos Señor y viviremos. En estas tres palabras podríamos encerrar esta penitencia de los sentimientos. Que el Señor nos perdone, es decir, que nos purifique. Llegar a limpiar los sentimientos de todo egoísmo, de toda preocupación por nosotros mismos, de toda búsqueda interesada de nosotros. Pero no basta, hay que vivir de ese perdón; de esa purificación tiene que nacer la vida y tiene que nacer un enriquecimiento nuestro y de los demás.

ES POSIBLE VIVIR LA CUARESMA EN FAMILIA?

¿Es posible vivir la Cuaresma en familia?
5 Tips para lograr vivir la cuaresma en familia


Por: Silvia del Valle | Fuente: www.tipsmama5hijos.com 



La Cuaresma es un tiempo de reflexionar y de prepararnos para acompañar a nuestro Señor en su pasión, muerte y resurrección.

No siempre tenemos claro todo esto y por lo mismo nuestros hijos no saben que la cuaresma se puede vivir en familia y así todos participamos de ésta preparación.

Aquí les dejo 5Tips para lograr vivir la cuaresma en familia



PRIMERO. EXPLÍCALES QUÉ ES
Como ya dijimos la cuaresma son los 40 días antes de la Semana Santa y nos sirven para prepararnos para vivir junto con Jesús su pasión muerte y resurrección.

El color de éste tiempo es el Morado que significa penitencia o preparación.

Si nosotros no lo tenemos claro no podemos explicárselo a nuestros hijos. Para esto podemos usar películas animadas donde se cuente la verdad sobre la vida de Jesús.

Si nuestros hijos ya son más grandes es bueno que además leamos la Biblia.



SEGUNDO. PREPARA ACTIVIDADES GRÁFICAS Y DIDÁCTICAS
Siempre podemos hacerles dibujos sencillos para que ellos los iluminen; y si no somos muy buenos para el dibujo existen algunos en línea listos para imprimir.

También es importante tener algo gráfico o tangible para que nuestros hijos vean como nos vamos acercando a la Semana Santa, a esto le podemos llamar calendario de Cuaresma.

Lo podemos hacer muy sencillo como un calendario de cuadros grandes y ahí vamos marcando con color morado los días que van pasando o lo podemos hacer un poco más completo y podemos organizar algún dibujo de un camino y marcar los días que vamos pasando y lo que vamos ofreciendo para prepararnos.

Otra actividad que nos ha funcionado muy bien es hacer una corona de espinas con una corona de ramas secas y las espinas se las ponemos con palillos de madera. La actividad consiste en que conforme van pasando los días y hacen sacrificios o buenas acciones van cambiando la espinas por flores para que cuando resucite Jesús ya tengamos una corona de flores para ofrecerle.


TERCERO. AYUNO Y ABSTINENCIA PARA NIÑOS
En el tiempo de cuaresma tenemos ayuno el Miércoles de Ceniza pero para los niños no es obligatorio, pero si podemos acostumbrar a nuestros hijos a hacer y a ofrecer pequeños sacrificios; no importa la edad que tengan.

Con mis hijos les pido que dejen de comer el dulce que tanto les gusta o que por ese día no vean algún programa de tv.

Lo importante es que lo ofrezcan así el sacrificio no quedará sin sentido.

CUARTO. LIMOSNA PARA NIÑOS
También es importante educar a nuestros hijos para que aprendan a ser caritativos y a dar limosna.

No tiene que ser sólo económica, también puede ser en especie. Cuando mis hijos eran pequeños lo que hacíamos era que íbamos juntando algo de despensa y en cuanto pasaba alguna persona a pedir ayuda les dábamos una bolsa de sopa o algún pan.

Ahora que ya están más grandes tenemos una alcancía donde ponemos todas las monedas y de ahí vamos dando a los que nos piden.

Otra forma es que si vemos que hay alguna necesidad en la parroquia, donamos algo más de lo normal y cuando ellos nos dicen que por que damos más si no tenemos tanto dinero, les decimos que es una caridad para las obras de Dios y ellos lo entienden y además aprenden.

QUINTO. NOSOTROS DEBEMOS SER LOS PRIMEROS
Es importante que nuestros hijos vean nuestro ejemplo. Se trata de que tengamos en la familia un ambiente de recogimiento, austeridad y preparación por lo que es bueno evitar lujos en ésta época.

Y me refiero también a las comidas en los días de abstinencia porque a veces he visto que por ser días que no se come carne, se gasta más por comprar mariscos que están muy caros. Así se pierde el sentido del sacrificio.

Podemos cambiar esos lujos por alguna comida a base de verduras o algún platillo de pescado pero no tan caro.

También nosotros podemos ofrecer sacrificios junto con nuestros hijos, así es más fácil que ellos aprendan de nuestro ejemplo.

La época de cuaresma es un tiempo de preparación por lo que también podemos aumentar nuestras devociones familiares rezando diario el rosario y cada viernes el vía crucis.

Ojalá que de verdad podamos vivir la Cuaresma en familia.

PAPA FRANCISCO CONCLUYE SUS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA Y REGRESA AL VATICANO


Papa Francisco concluye sus ejercicios espirituales de Cuaresma y regresa al Vaticano
POR ÁLVARO DE JUANA | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media





Han concluido los ejercicios espirituales de Cuaresma que el Papa Francisco ha realizado desde el domingo 18 al viernes 23 de febrero junto a miembros de la Curia romana en la Casa Divino Amor en la localidad de Ariccia, a las afueras de Roma.

En la última jornada, y antes de regresar al Vaticano, el Pontífice tuvo palabras de agradecimiento hacia el P. Josè Tolentino Mendonça, quien se encargó de las predicaciones.

“Padre, querría darle las gracias en nombre de todos por el acompañamiento de estos días, que hoy se prolongarán con la jornada de ayuno y de oración por Sudán del Sur, el Congo y también Siria”.

Francisco también le agradeció por “habernos hablado de la Iglesia, por habernos hecho sentir la Iglesia a este pequeño rebaño. Y también por habernos exhortado a no ‘reducirlo’ con nuestras mundanidades burocráticas”.

“Gracias por habernos recordado que la Iglesia no es una jaula para el Espíritu Santo, que el Espíritu vuela también fuera y trabaja fuera. Y con las citas y las cosas que usted nos ha dicho nos ha hecho ver cómo trabaja en los no creyentes, en los ‘paganos’, en las personas de otras confesiones religiosas: es universal, es el Espíritu de Dios, que es para todos”.

El Pontífice continuó diciendo que “también hoy existen los ‘Cornelios’, los ‘centuriones’, los ‘guardianes de la cárcel de Pedro’ que viven una búsqueda interior o también saben distinguir cuando hay algo que llama”.

“Gracias por esta llamada a abrirnos sin miedo, sin rigidez, para ser suaves en el Espíritu y no momificados en nuestras estructuras que nos cierran”.

“Gracias, padre, y continúe rezando por nosotros. Como decía la madre superiora a las hermanas: ‘¡somos hombres!’, pecadores, todos. Que el Señor le bendiga”.

Los ejercicios espirituales del Papa y la Curia Romana este año tuvieron como tema “Elogio de la sed”. Algunas meditaciones fueron: “La sed de Jesús”, “La ciencia de la sed”, “Escuchar la sed de las periferias”, “La beatitud de la sed” y “Las lágrimas encuentran la sed”.

La jornada comenzaba cada día con la Misa a las 7:30 a.m. seguida de una meditación a las 9:30 a.m. A las 4:00 p.m. tenía lugar una segunda meditación seguida de la adoración eucarística y las vísperas.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 23 FEBRERO 2018

Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos
Santo Evangelio según San Mateo 5, 20-26. Viernes I de Cuaresma.


Por: H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por todo lo que me das. Aumenta mi fe para descubrirte en todo lo que me sucede. Aumenta mi esperanza para confiar en ti en los momentos difíciles. Aumenta mi amor para ser tu testigo fiel ante mis hermanos los hombres.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Los escribas y fariseos eran maestros de la ley y, tal vez, hasta llegaban a cumplirla perfectamente. Sin embargo, Jesús no está satisfecho. Por eso nos da un mandamiento nuevo: amaos los unos a los otros como yo os he amado (Jn 15:12).
¿Acaso no es más fácil amar que cumplir una larga lista de normas? Sí y no. Mientras que los mandamientos representan lo mínimo para vivir en la presencia de Dios, el amor incluye los mandamientos y se pregunta qué más puede hacer por el amado. Aun así, para quien ama la carga no es tan pesada ya que simplemente quiere hacer feliz al otro. Vivir en el mandamiento del amor lleva a abandonar esa vida del mínimo por una entrega al máximo.
El amor es exigente y tiene que serlo, de lo contrario sería indiferencia. No nos engañemos, en la indiferencia nunca hay amor. Pensemos: si le quisiéramos regalar algo a nuestros papás, esposos o hijos, ¿buscaríamos lo mejor o lo peor? ¿Por qué, entonces, con Dios tiene que ser diferente?
La Virgen María nos ayude a seguir a Jesús en este camino exigente, que realmente exalta la dignidad humana y nos hace vivir como hijos de nuestro Padre que está en los cielos. Nos ayude a practicar la paciencia, el diálogo, el perdón, y a ser así artesanos de comunión, artesanos de fraternidad en nuestra vida diaria, sobre todo en nuestra familia.
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de febrero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Por amor al Señor, haré un favor especial a alguien.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

BUENOS DÍAS





jueves, 22 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 de Febrero



Leví siguió a Jesús dejándolo todo y esa es la actitud que discípulo del Señor debe adoptar, esa es la condición que indefectiblemente debe poner; en nuestra vida no caben dos: Dios y nosotros; si está Dios, nosotros debemos desaparecer; si estamos nosotros, nuestro propio yo, nuestro egoísmo, Dios se retira, pues Dios no puede compartir con nadie ningún corazón.

Abandonarlo todo, todo sin excepción, sin restricciones, sin limitaciones, sin esconder nada, sin regatear nada; Cristo se despojó de todo por ti, aun su propia vida; justo es que tú también respondas de la misma forma, dejándolo todo por él y no permitiendo que nada en el mundo o en tu vida te pueda alejar de Jesús.



* P. Alfonso Milagro

MARÍA, CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS


María, Consuelo de los Afligidos.
María Madre de Dios, gracias a Dios


Por: Pia Hirmas | Fuente: https://la-oracion.com/ 




Dicen los santos que hay que aprender a aceptar más el sufrimiento, puesto que por los frutos que da, es más provechoso para el alma que el placer. La oración es más sincera y humilde si nace de un corazón que sufre ya sea por el peso de sus pecados, ya sea porque es un corazón que sufre abandono y soledad, ya sea que es probado en las duras purificaciones y oscuridades de los sentidos.

El otro día asistí a una catequesis sobre liberación y sanación. Básicamente todas las personas que iban a que les hicieran una oración de corte, de sanación y hacer ellas una de perdón, habían recurrido a brujos, chamanes, limpias, prácticas New Age o algo que les diera una solución inmediata a sus muchas penas.

Muchos tenían problemas laborales, otros muchos de salud, muchos sufrían porque sus familiares los habían lastimado o porque ellos mismos habían caído en alguna adicción. El padre explicó claramente por qué ir a esas cosas eran sólo engaños que tenían un costo tremendo después, pero debajo de todos esos problemas que contaban y por lo que habían ido a alguna “solución mágica” había más que ignorancia, que es mucha, había una desesperación por tratar de no sufrir.

No quiero minimizar los problemas que allí escuché, habían grandes problemas, abusos sexuales, consagraciones de brujería y masonería  hechos por sus familiares, problemas tras problemas con el trabajo y las relaciones familiares.

Nuestra fe se distingue de las demás religiones por muchas cosas, pero una de las más importantes es que Jesús nos enseña a amar el sufrimiento como camino de santidad. Es una predilección de Dios poder sufrir y sufrir con amor, con paciencia, con generosidad por la salvación de nuestros hermanos, en reparación de nuestros muchos pecados y para asemejarnos con Cristo el Siervo Doliente. En fin, podemos decir que para nosotros los cristianos, como decía San Pablo “todo coopera para el bien de los que aman a Dios” (Romanos 8; 28) y no es necesariamente una maldición.





Aunque existen las maldiciones mucho depende de tu estado de gracia que te hagan daño. Sin embargo, nadie te puede hacer más daño que tu a ti mismo recurriendo a medios oscuros para obtener más dinero, amores, poder o fama porque has elegido al demonio sobre Dios. Aunque es cierto que hay almas víctimas e inocentes a las que les caen muchos problemas de gente mala y verdaderamente es casi de no creerse lo que les pasa, siempre nuestra amada Madre la Iglesia tiene el poder de dar solución o alivio con estas oraciones hechas por sacerdotes con autorización del Obispo.  Pero puede sobre todo dar sentido salvífico y visión sobrenatural a estas personas, hasta que puedan decir con San Pablo: “Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor.  12; 9-10)

La oración de intercesión de estas personas es especialmente atendida por Dios, quién ve en esta alma el rostro doliente de Cristo. Sí Dios lo permite es porque necesita almas puras y generosas dispuestas a sufrir con El y para El, a fin de ganar almas para el Cielo.

María Santísima es en estos momentos de nuestro peregrinar en el destierro hasta la casa del Padre, es consuelo de los tristes y afligidos. Ella es la Madre del pronto Socorro. Ella corre a ayudar a quién se lo solicita porque ve el rostro de su amado Jesús en cada hijo que sufre bajo el peso de su cruz. Ella sabe de dolor, pues una espada le atravesó el alma. Ella supo desde que su hijito era bebé que iban a sufrir mucho El y Ella, y con paciencia, con sencillez, con generosidad y con confianza en Dios aceptó que su amado Hijo tuviera que padecer para redimirnos a todos. Ella lejos de desanimarlo o evitarle el dolor, lo preparó, lo acompañó en persona o desde la oración y con dulzura recogió y besó su cuerpo muerto para envolverlo como alguna vez lo envolvió en pañales y para después de tanto dolor, sostener a los discípulos que temerosos vagaban sin rumbo, o se escondían por miedo a los judíos. Ella rogaba al Padre por ellos porque veía que no eran fuertes, que estaban en una oscuridad total. Era el momento más triste de la historia del mundo. Ella se podía haber encerrado en su dolor, pero estaba allí con ellos saliendo a su encuentro para confortarlos.

María no se instalaba ni en el gozo de las Anunciación sino que corría a asistir a su parienta anciana, ni se instalaba en su dolor, sino que sostenía a otros que verla así de fuerte les animaba a no enloquecer del todo por la vergüenza de haber huido y mantenerse lo más posible en la esperanza.

Pidamos a María que nos de esa generosidad de corazón para ofrecer un corazón que “ame hasta que duela” como decía Madre Teresa, que vea en todo la mano de Dios Padre que nos ama y que si nos permite sufrir es para nuestro bien y el de su Iglesia.

ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO


ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO




Jesús, Yo creo que estas realmente presente en el Sacramento de la Eucaristía. Jesús, yo creo que estás presente en la Eucaristía con todo tu cuerpo, con toda tu sangre, tu alma, tu divinidad, todo tu poder, toda tu sabiduría, todo tu amor infinito hacia nosotros. Yo creo que estás en la Eucaristía vivo y lleno de amor hacia cada uno de nosotros.

Señor Jesús, queremos pedirte perdón por todos nuestros pecados. Jesús, perdona nuestras faltas de amor a Ti y a tu Madre, la Virgen María; perdona nuestras faltas de caridad hacia el prójimo. Concédenos tu ayuda para arrepentirnos de nuestros pecados y de recibir con frecuencia tu perdón en la Confesión. 

Señor Jesús, te damos gracias por la vida que nos has dado,  ayúdanos a transformar el tiempo que nos das en un tesoro de eternidad. Gracias por todos los favores y ayudas divinas que nos concedes para el bien de nuestro cuerpo y de nuestra alma. Gracias, Jesús, Salvador nuestro, por el amor infinito que nos tienes, gracias por nacer por nosotros, gracias por haberte hecho hombre por nosotros, gracias por morir en la cruz para salvarnos, gracias por tu amor en la Eucaristía, gracias porque te haces alimento de nuestras almas, gracias porque nos das cada día tu vida divina. Gracias por todo.

- Te pedimos, Dios todopoderoso, que derrames tus bendiciones y gracias sobre toda la Iglesia: por el Papa, por todos los Obispos, Sacerdotes, almas consagradas y todo el Pueblo de Dios, ayúdanos a crecer en la fe, en la esperanza y en el amor a Ti y al prójimo.

- Salvador nuestro, te pedimos por todos los hombres del mundo, de forma especial por aquellos que están más alejados de ti, por los que se encuentran en el pecado, por los que viven momentos de sufrimiento, de enfermedad, de soledad; ayúdalos con tu gracia para comprendan que Tú eres el único Camino hacia el cielo, la Verdad que nos ilumina y la Vida Eterna.

- Jesús, Hijo de Dios Vivo,  ayúdanos continuamente a poner nuestro corazón y nuestra vida en tu Corazón y en el corazón de tu Madre, la Virgen María, para que seamos un solo corazón y transformemos el maravilloso tiempo que nos das en un tesoro para el cielo.

- Jesús resucitado, te pedimos que abras las puertas del paraíso a las benditas almas del Purgatorio para que vivan eternamente felices contigo en el gozo del cielo.


Amén

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 22 FEBRERO 2018 - LA CÁTEDRA DEL APÓSTOL SAN PEDRO


Lecturas de hoy La Cátedra del apóstol san Pedro
 Hoy, jueves, 22 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5,1-4):

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 22,1-3.4.5.6

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta: 
en verdes praderas me hace recostar; 
me conduce hacia fuentes tranquilas 
y repara, mis fuerzas; 
me guía por el sendero justo, 
por el honor de su nombre. R/.

Aunque camine por cañadas oscuras, 
nada temo, porque tú vas conmigo: 
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/. 

Preparas una mesa ante mí, 
enfrente de mis enemigos; 
me unges la cabeza con perfume, 
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia 
me acompañan todos los días de mi vida, 
y habitaré en la casa del Señor 
por años sin término. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» 
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» 
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 22 de febrero de 2018
 Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Es la pregunta que Jesús nos dirige hoy. Necesita saber si le hemos entendido, si le reconocemos tal y como es. Veintiún siglos de cristianismo, pero ¿el mundo le conoce? Porque de Jesús se dicen muchas cosas, se escriben muchos libros y se le interpreta de múltiples maneras, como ya le ocurrió entonces. Posiblemente hoy, a pesar de la mayor distancia cronológica, tenemos más conocimiento e información que sus contemporáneos. Pero ¿tenemos la misma adhesión y fe que sus discípulos? No basta la información, el conocimiento exhaustivo del Jesús histórico, para creer en Él, aunque dicha información pueda ayudar y ser útil, pero no basta.

“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Mt 16, 15. Jesús, a quien nunca conoceremos plenamente hasta que nos encontremos con Él cara a cara; a quien descubrimos y en quien nos descubrimos más y mejor a nosotros mismos siempre que nos dejemos amar más por Él; quien siempre puede sorprendernos, enseñarnos cosas nuevas, el Maestro… ¿Quién es para ti? Nunca lo abarcaremos por completo.

Ojalá podamos decir con el corazón, como dijo Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Es decir, Señor Jesús, tú eres mi vida, mi hermano, mi amado…, mi Señor… yo creo en ti, en tus Palabras de vida eterna… Por eso la fiesta de hoy. La Cátedra de San Pedro es el reconocimiento de que Jesús quiere hacer una nueva comunidad, es el “nuevo templo”, donde Pedro será la piedra fundamental. De nada vale el  asiento, la cátedra, si no hay comunidad viva. De nada vale el  templo, por muy bello que se adorne, si no hay hombres y mujeres que lleven a Jesús a la calle, a la vida.

Oremos hoy por el sucesor de Pedro, el Papa Francisco, para que reciba la fuerza y la inspiración del Espíritu Santo en todo momento y siga guiando la barca que el pescador de Galilea recibió como encargo del propio Cristo. Que la celebración de esta fiesta sirva para unir a toda la comunidad católica y renovar nuestra misión de llevar a Jesús a toda la humanidad para por todos sea conocido, amado y servido.

Vuestro hermano en la fe:  
Juan Lozano, cmf.

FELIZ JUEVES





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