jueves, 7 de abril de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 7 DE ABRIL DEL 2016


El que cree en el Hijo tiene vida eterna
Pascua

Juan 3, 31-36, Pascua. El hombre no se contenta con las cosas de este mundo porque es el único ser que está abierto a lo infinito. 


Por: Juan Gralla | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36
En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él.

Oración introductoria
Padre mío, creo en tu Hijo Jesucristo, creo en su testimonio y sé que me amas, por eso confío en que me darás tu gracia para que esta oración me lleve a crecer en la fe y en la esperanza para así poder, también, corresponder a tu amor amando a los demás.

Petición
Señor y Dios mío, que la gracia de Cristo resucitado me haga creer con una fe viva y operante.

Meditación del Papa Francisco
Ya en esta vida nosotros participamos de la resurrección de Cristo. Si es verdad que Jesús nos resucitará al final de los tiempos, es también verdad que, en un aspecto, ya estamos resucitados con Él. ¡La Vida Eterna comienza ya en este momento!
Comienza durante toda la vida hacia aquel momento de la resurrección final ¡Ya estamos resucitados! De hecho, mediante el Bautismo, estamos insertos en la muerte y resurrección de Cristo y participamos de una vida nueva, es decir la vida del Resucitado. Por tanto, en la espera de este último día, tenemos en nosotros una semilla de resurrección, como anticipo de la resurrección plena que recibiremos en herencia. Por eso también el cuerpo de cada uno es resonancia de eternidad, por tanto ha de ser respetado siempre; y sobre todo debe ser respetada y amada la vida de todos los que sufren, para que sientan la cercanía del Reino de Dios, de esa condición de vida eterna hacia la que caminamos. Este pensamiento nos da esperanza. Estamos en camino hacia la resurrección. Esta es nuestra alegría: un día encontrar a Jesús, encontrar a Jesús todos juntos. Todos juntos, no aquí en la Plaza, en otra parte, pero alegres con Jesús. Y este es nuestro destino.» (S.S. Francisco, catequesis 4 de diciembre de 2013).
La vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amor. (Homilía de S.S. Francisco, 30 de noviembre de 2015).
Reflexión
El hombre no se contenta con las cosas de este mundo. Si ha ganado un millón, quiere más. Si consigue un puesto, busca otro mejor. ¿Por qué nunca quedamos saciados de nada? Porque el hombre es el único ser sobre la tierra que está abierto a lo infinito: puede conocerlo todo y siempre le quedará algo, puede tenerlo todo y siempre habrá algo que le falte.

Este deseo tan profundo sólo se colma definitivamente en la vida eterna. Y, ¿en qué consiste la vida eterna? Dice el evangelista San Juan: Padre, ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo. El cielo es el conocimiento total de Dios. Dios es infinito, por eso, al conocerle a Él nuestra inteligencia alcanza su plenitud y posesión. Y al consistir también en la posesión de Dios, como es el "Ser" por excelencia, rebasa a todos los pequeños "seres" o cosas que tanto nos llaman la atención.

Si es así, queremos esa vida eterna. ¿Cómo podemos alcanzarla? El que haya perseverado en la fe hasta el fin (cf. Mt 10,22; 24,13), obtendrá la vida eterna. Y esa fe, que ahora es oscura, después de la muerte, será luz eterna.

Propósito
Rezar tres padrenuestros para que toda mi familia crezca en la fe y amor a Cristo.

Diálogo con Cristo 
Jesús, gracias por el don de la fe. Ayúdame a ejercitarme en esta virtud a través de todos los acontecimientos ordinarios de la vida y a manifestar en mis palabras y obras mi fe en Ti. Porque quien ha encontrado algo verdadero, hermoso y bueno para su vida, corre a compartirlo por doquier, lo hace sin temor alguno, porque sabe que, así como ha recibido un gran regalo, recibirá también los medios para compartir este don con los demás.


UN PROYECTO ETERNO DE DIOS


Un proyecto eterno de Dios



La persona menos dotada de cualidades y dones es una “superdotada” por el solo hecho de pertenecer a la humanidad. En efecto, nos ha sido dada la vida con sus fuerzas físicas y espirituales, con sus amplias posibilidades de relación y actuación. Y nos fue dada la fe y la esperanza y un gran capital de amor y gracia. Tú eres un proyecto eterno del amor de Dios.

Señor, quiero recordar que cada ser humano es obra de tus manos de Padre. A cada uno le diste la vida con inmensa ternura. Ilumina mi mirada para que reconozca que nadie ha nacido por casualidad. Cualquier persona es un proyecto eterno de tu amor. Por eso traigo ante ti a los seres humanos que encontraré hoy y mañana. Quiero contemplar a tu Hijo que se hizo hombre para rescatarlos, que derramó su preciosa sangre para salvarlos y por ellos sufrió el abandono de la cruz. Dame tu luz, Padre, para que pueda reconocer las cosas buenas que pusiste en ellos, todas las posibilidades bellas que hay en el interior de esas personas. En todo ser humano brilla algo de tu luz divina. Dame tu gracia para descubrirlo. Amén (V. M. Fernández).

Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por Dios con un designio de amor: los talentos han sido distribuidos en forma desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el amor y el servicio complementándonos, ayudándonos, integrándonos a la familia humana? Que pases un día de buenas relaciones con todos.


* Enviado por el P. Natalio

SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, PATRONO DE LOS EDUCADORES, 7 DE ABRIL


Juan Bautista de la Salle, Santo
Presbítero, Educador y Fundador, 7 de abril
Fuente: LaSalle.org 


Fundador del Instituto
de los Hermanos de las Escuelas Cristianas,
Patrono de los Educadores Cristianos


Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bautista de la Salle, presbítero, que en Reims, de Normandía, en Francia, se dedicó con ahínco a la instrucción humana y cristiana de los niños, en especial de los pobres, instituyendo la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, por la cual soportó muchas tribulaciones, siendo merecedor de gratitud por parte del pueblo de Dios († 1719).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.

Fecha de canonización: 24 de mayo de 1900 por el Papa León XIII.


Breve Biografía
Juan Bautista de La Salle vivió en un mundo totalmente diferente del nuestro. Era el primogénito de una familia acomodada que vivió en Francia hace 300 años. Juan Bautista de La Salle nació en Reims, recibió la tonsura a la edad de 11 años y fue nombrado canónigo de la Catedral de Reims a los 16. Cuando murieron sus padres tuvo que encargarse de la administración de los bienes de la familia. Pero, terminados sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1678. Dos años más tarde, obtuvo el título de doctor en teología. En ese período de su vida, intentó comprometerse con un grupo de jóvenes rudos y poco instruídos, a fin de fundar escuelas para niños pobres.

En aquella época, sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza: los campesinos en las aldeas y los trabajadores miserables en las ciudades. Sólo un número reducido podía enviar a sus hijos a la escuela. La mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. Conmovido por la situación de estos pobres que parecían "tan alejados de la salvación" en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, "a menudo abandonados a sí mismos y sin educación". Para ser más eficaz, abandonó su casa familiar y se fue a vivir con los maestros, renunció a su canonjía y su fortuna y a continuación, organizó la comunidad que hoy llamamos Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Su empresa se encontró con la oposición de las autoridades eclesiásticas que no deseaban la creación de una nueva forma de vida religiosa, una comunidad de laicos consagrados ocupándose de las escuelas "juntos y por asociación". Los estamentos educativos de aquel tiempo quedaron perturbados por sus métodos innovadores y su absoluto deseo de gratuidad para todos, totalmente indiferente al hecho de saber si los padres podían pagar o no. A pesar de todo, De La Salle y sus Hermanos lograron con éxito crear una red de escuelas de calidad, caracterizada por el uso de la lengua vernácula, los grupos de alumnos reunidos por niveles y resultados, la formación religiosa basada en temas originales, preparada por maestros con una vocación religiosa y misionera a la vez y por la implicación de los padres en la educación. Además, de La Salle fue innovador al proponer programas para la formación de maestros seglares, cursos dominicales para jóvenes trabajadores y una de las primeras instituciones para la reinserción de "delincuentes". Extenuado por una vida cargada de austeridades y trabajos, falleció en San Yon, cerca de Rouen, en 1719, sólo unas semanas antes de cumplir 68 años.

Juan Bautista de La Salle fue el primero que organizó centros de formación de maestros, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias. Su obra se extendió rapidísimamente en Francia, y después de su muerte, por todo el mundo. En 1900, Juan Bautista de La Salle fue declarado Santo. En 1950, a causa de su vida y sus escritos inspirados, recibió el título de Santo Patrono de los que trabajan en el ámbito de la educación. Juan Bautista mostró cómo se debe enseñar y tratar a los jóvenes, cómo enfrentarse a las deficiencias y debilidades con compasión, cómo ayudar, curar y fortalecer. Hoy, las escuelas lasalianas existen en 85 países del mundo.



POR QUÉ LOS SACERDOTES NO SE CASAN?


¿Por qué los sacerdotes no se casan?
La Iglesia entiende que el celibato sacerdotal es un verdadero don de Dios y que hay que preservarlo


Por: Monseñor Jorge De los Santos | 




No son pocas las personas que creen que el celibato es un invento o una imposición de la Iglesia Católica. Esto no es verdad. El celibato es una vocación y un llamado que el Señor Jesús hace, sólo a algunos, para que lo sigan con un corazón indiviso y entreguen su vida por entero al servicio de Dios y los demás. La Iglesia, fiel a las enseñanzas de Dios, se mantiene firme en ellas, más allá de la popularidad o impopularidad que ello implique. Mons. Jorge De los Santos, Vicario del Ministerio Hispano,  nos ayuda  a comprender este tema. 

En la Biblia Jesucristo dice “Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos” (Mt 19, 12). Luego San Pablo afirma: “El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo; está por tanto dividido” (1Cor 7, 32); en aquel tiempo el único estado de vida conocido era el matrimonio.

Estos textos dan “el espíritu” que late tras el celibato sacerdotal. En estos pasajes se ve que se trata de una vocación de Dios, en vistas al Reino de Dios y que, sólo sin razonar, puede alguien rápidamente afirmar que “es un invento de la Iglesia”; en efecto, más allá de la disciplina eclesiástica -que puede cambiar y de hecho fue cambiando con el paso del tiempo-, quedarán siempre en pie las claras palabras del apóstol: “el célibe se ocupa de los asuntos del Señor…, mientras que el casado de los asuntos del mundo… y está dividido”. Si perdemos de vista estos textos, perdemos el centro de la cuestión.

Los rabinos -maestros judíos- enseñaban que el hombre, si no se casaba, estaba incompleto. Pero ya desde el Antiguo Testamento algunos hombres como Elías y Jeremías prefirieron ser célibes. Jesús dijo que si uno puede aceptar el celibato por el Reino, debe hacerlo; y San Pablo escribió que ésta era la mejor manera para aquellos dedicados al Reino. Ambos vivieron esta total dedicación a la voluntad del Padre para la salvación de las almas. Por tanto, no causó sorpresa que, con el tiempo, la Iglesia discerniera que esta gracia del celibato dada por Dios -el único que puede dar este regalo-, conjuntamente con el deseo de servir a Dios y a su pueblo, era una indicación de la vocación al sacerdocio. Esto no fue siempre requisito de la Iglesia en todas partes, pero casi inmediatamente en la historia encontramos que es muy recomendado y hasta exigido en algunos lugares.

A los sacerdotes Católicos de Rito Latino por los últimos 1000 años se les ha requerido el celibato; las Iglesias Católicas Orientales no lo exigen. Sin embargo en el caso de los Obispos, tanto en la Iglesia Católica como en la Ortodoxa, todos tienen que ser célibes. Ellos representan a Cristo en la diócesis y la esposa de Cristo es la Iglesia (Ef 5, 21-33). Así que es perfectamente apropiado que los Obispos no se casen nunca y de la misma manera tampoco los sacerdotes, aunque en algunas tradiciones se les permita casarse, antes de ser ordenados.


Es verdad que la práctica de la Iglesia durante los primeros siglos admitía candidatos casados a las Órdenes sagradas, siempre y cuando diesen testimonio de un matrimonio vivido de manera irreprensible. Además, es obvio que al comienzo de la predicación cristiana, cuando el celibato no era un estado admitido en la sociedad, los apóstoles no esperaban encontrar hombres célibes en número suficiente para regir las numerosas comunidades cristianas que iban surgiendo, pues simplemente no los había; y no se podía pensar que la recomendación de Pablo de que el servidor sea célibe, fuese inmediatamente aceptada y practicada en toda la Iglesia.

Fue en el siglo IV cuando algunas leyes empezaron a exigir el celibato sacerdotal entre diócesis de rito latino: esto se hizo manifiesto en el Concilio de Elvira; se reiteró en el Concilio de Letrán I en 1123, aunque dicha regulación no fue seguida de manera estricta. Finalmente, en el Concilio de Trento (1545-1563) se estableció de manera definitiva el celibato sacerdotal obligatorio, tal como se lo conoce en la actualidad; esto también fue en respuesta a la Reforma protestante que permitía, e incluso promovía, el matrimonio de los sacerdotes, al tiempo que suprimía las órdenes religiosas y sus votos.

Por todo lo dicho, la Iglesia entiende que el celibato sacerdotal es un verdadero don de Dios y que hay que preservarlo.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: JUEVES 7 DE ABRIL DEL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Abril 7



No es tan fácil acertar en la posición o actitud que adoptemos respecto de nuestro prójimo:
Podemos prescindir de él; es una posición simplista; pretende solucionar los problemas de un solo corte; el prójimo en su casa y nosotros en la nuestra; esta posición no es solución y aún empeora nuestra posición.

Podemos tener en cuenta al prójimo como si fuera un juguete con que entretenernos; cuando nos sirve para el juego, bien; si no sirve, se deja; hemos caído al abismo del egoísmo y la injusticia.
Podemos tener al prójimo como un peldaño que puede ayudarnos en nuestra escalada de posiciones, que mejore nuestra situación personal, familiar o social; esto ya es repugnantemente injusto.
Podemos y debemos tener al prójimo como un semejante nuestro; lo mismo que nosotros, con derechos humanos; lo mismo que nosotros, verdadero hijos de Dios.

“El amor de Cristo nos apremia al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos murieron. Y él murió por todos, para que ya no vivan para sí mismos los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Cor 5,14-15). Y si Cristo murió por nuestros hermanos, y nosotros debemos imitar a Cristo, ¿no deberemos también nosotros morir por ellos? Porque morir por ellos es sacrificar algún gusto personal para que ellos se lo den; renunciar a aferrarse a nuestro criterio, para considerar el de ellos, etcétera.


* P. Alfonso Milagro

TARJETAS CON PENSAMIENTOS CRISTIANOS











JESÚS RESUCITÓ, ESTÁ PARTIENDO EL PAN PARA TI

Jesús resucitó, está partiendo el pan para ti
Junto a nosotros, es El, que camina en nuestro mismo camino y siempre junto a nosotros. 


Por: Ma Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net 




Por el camino de Emaús dos de los seguidores de Cristo regresan a su pueblo. Emaús es una pequeña aldea de Judea, dista unos once o doce kilómetros de Jerusalén. Está atardeciendo. Van llenos de amargura y decepción. Saben que Cristo, el Maestro ha muerto. Han oído algo que han dicho unas mujeres de su Comunidad pero no quieren prestar oídos; piensan: si hubiera resucitado lo hubiéramos visto.

María Magdalena con su amor vivo y esperanzado lo ha visto ya, ellos tendrán que "calentar el corazón" como nos dice San Lucas.

Mientras ellos van conversando de todo lo sucedido, un caminante se les ha unido y les va hablando con voz cálida y persuasiva: -" Oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas ¿no era preciso que Cristo padeciera eso y entrara así en la gloria?. Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó todo lo que había sobre él en todas las escrituras" ( Lucas 24, 25-27).

Lo oían y estaban embelesados pero no lo reconocían. Como nos dice Evely: -" Jesús no se impone, aunque se proponga siempre así mismo. El nos deja libres. ¡Nada resulta tan fácil como obrar cual si no lo hubiésemos encontrado, como si no lo hubiésemos oído, como si no lo hubiésemos reconocido!". No queremos saber que camina en nuestro mismo camino y siempre junto a nosotros. No vaya a se que sus palabras y su mirada nos haga sus prisioneros.

Pero hay veces que es una enfermedad, un accidente, una pena, un momento especial en nuestras vidas que hacen que lo veamos, que la venda caiga de nuestros ojos, y ahí está, frente a nosotros, junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones.

Y los apóstoles que están cenando con el caminante, al reconocerlo se levantan, corren y regresan a Jerusalén. No guardan para sí su alegría, tienen que comunicarla y repartirla. Así nosotros, si el compañero de nuestro diario vivir es Jesús, no podemos esconder ni guardar para nosotros solos esa gran verdad, hemos de proclamarla para que todos los hombres estemos conscientes de esa maravillosa compañía.

El sabe lo testarudos que somos lo difícil que le es al hombre creer en lo que no ve. Más aún, en lo que no palpa. Y cuando se vuelve a aparecer al resto de los apóstoles adivina sus pensamientos y les dice:- " ¿ Por qué os turbáis y por qué sube a vuestro corazón esos pensamientos?. Ved mis manos y mis pies. Si soy yo. Palpadme y ved, los espíritus no tienen carne y huesos como veis que tengo yo" ( Lc, 24, 38-43).Y les va mostrando sus manos donde están sus heridas aún abiertas. Abre su túnica y ven su carne rota por larga y profunda herida, allí donde late el corazón. No hay misterios ni fantasías. Es El, y con una sonrisa tierna les dice:-" ¿Tenéis algo de comer?.

Tomás no estaba con ellos en ese grandioso momento. Sobre esto Evely nos comenta:-" Tomás es un auténtico hombre moderno, un existencialista que no cree mas que en lo que toca, un hombre que vive sin ilusiones, un pesimista audaz que quiere enfrentarse con el mal, pero que no se atreve a creer en el bien. Para él lo peor es siempre lo más seguro". Y cuando Jesús le dice:-" Tomás trae tu dedo y mételo en las llagas de mis manos, trae tu mano y métela en mi costado"(Jn 2O,27). Tomás toca, palpa y deslumbrado y aplastado, cae de rodillas y dice :-" Señor mío y Dios mío". Y Jesús responde ante esta bellísima oración:-" Tomás porque has visto has creído, dichosos los que han creído sin ver".

No nos empeñemos en "tocar y ver". Amémosle, que es mucho más sólido nuestro amor que nuestras manos. La humildad y profundidad de nuestra fe hará que haya una llama ardiente en nuestro corazón porque sabemos, porque creemos que Cristo es el compañero fiel en todo los instante de nuestra vida.

BUENOS DÍAS!!!


miércoles, 6 de abril de 2016

EL EVANGELIO DE HOY: MIÉRCOLES 6 DE ABRIL DEL 2016


Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo
Juan 3, 16-21. Pascua. No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo. 


Por: P. Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.»

Oración introductoria
Jesús, pongo toda mi libertad en tus manos para que Tú me guíes hacia esa luz que me aleje de las tinieblas. Dedico tiempo al radio, a la música, a la televisión, a los mensajes que me llegan por internet, etc., en vez de buscar con ahínco más y mejor tiempo para mi oración.

Petición
Dios mío, haz que me dé cuenta que lo primero que tengo que buscar en mi día y en mi corazón es tu luz, tu verdad, tu voz de suave y firme Pastor.

Meditación del Papa Francisco
El Evangelio de hoy nos propone las palabras dirigidas por Jesús a Nicodemo: “Dios, amó tanto al mundo, que dio a su Hijo unigénito”. Escuchando esta Palabra, dirigimos la mirada de nuestro corazón a Jesús Crucificado y sentimos dentro de nosotros que Dios nos ama, nos ama de verdad, y ¡nos ama mucho! Esta es la expresión más sencilla que resumen todo el Evangelio, toda la fe, toda la teología: Dios nos ama con amor gratuito y sin límites. Así nos ama Dios. […]
San Pablo nos recuerda: “Pero Dios, que es rico en misericordia --no olvidarlo nunca, es rico en misericordia-- por el gran amor con que nos amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo”. La Cruz de Cristo es la prueba suprema del amor de Dios por nosotros: Jesús no ha amado “hasta el extremo”, es decir, no solo hasta el último instante de su vida terrena, sino hasta el extremo límite del amor. Si en la creación el Padre nos ha dado la prueba de su amor inmenso dándonos la vida, en la Pasión de su Hijo nos ha dado la prueba de las pruebas: ha venido a sufrir y morir por nosotros. Y esto por amor. Así de grande es la misericordia de Dios, porque nos ama, nos perdona con su misericordia, Dios perdona todo y Dios perdona siempre.
María, Madre de misericordia, nos ponga en el corazón la certeza de que somos amados por Dios. Esté cerca de nosotros en los momentos de dificultad y nos done los sentimientos de su Hijo. (S.S. Francisco, Ángelus del 15 de marzo de 2015).
Compartir el Bautismo significa que todos somos pecadores y que necesitamos la salvación que Dios nos ofrece, todos experimentamos la misma llamada a salir de las tinieblas e ir al encuentro de Dios lleno de misericordia. (Homilía de S.S. Francisco, 20 de enero de 2016).
Reflexión
La oscuridad nos inquieta. La luz, en cambio, nos da seguridad.

En la oscuridad no sabemos dónde estamos. En la luz podemos encontrar un camino. En pocas líneas, el Evangelio nos presenta los dos grandes misterios de nuestra historia.

Por un lado, "tanto amó Dios al mundo". Sin que lo mereciéramos, nos entregó lo más amado. Aún más, se entregó a sí mismo para darnos la vida. Cristo vino al mundo para iluminar nuestra existencia.

Y en contraste, "vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz". No acabamos de darnos cuenta de lo que significa este amor de Dios, inmenso, gratuito, desinteresado, un amor hasta el extremo.

El infinito amor de Dios se encuentra con el drama de nuestra libertad que a veces elige el mal, la oscuridad, aún a pesar de desear ardientemente estar en la luz. Pero precisamente, Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos. Viene a ser luz en un mundo entenebrecido por el pecado, quiere dar sentido a nuestro caminar.

Obrar en la verdad es la mejor manera de vivir en la luz. Y obrar en la verdad es vivir en el amor. Dejarnos penetrar por el amor de Dios "que entregó a su Hijo unigénito", y buscar corresponderle con nuestra entrega.

Propósito
Que mi testimonio de vida, coherente con la Palabra de Dios, ilumine el camino de los demás.

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por darme la luz para saber tomar el camino que me lleve a la santidad. Ciertamente ese camino no es el más fácil, ni ante los ojos humanos el más bonito o agradable. Es más, hay un temor interno que no me deja abandonarme totalmente en tu providencia, un espíritu controlador que no logro dominar fácilmente. Pero qué maravilla saber que Tú, a pesar de mis apegos, me sigues amando, perdonando, realmente quiero corresponder a tanto amor.

SALMO 33: SI EL AFLIGIDO INVOCA AL SEÑOR, ÉL LO ESCUCHA


 SALMO 33
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha


Bendigo al Señor en todo momento, 
su alabanza está siempre en mi boca; 
mi alma se gloría en el Señor: 
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/. 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, 
ensalcemos juntos su nombre. 
Yo consulté al Señor, y me respondió, 
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, 
vuestro rostro no se avergonzará. 
Si el afligido invoca al Señor, 
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/. 

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles 
y los protege. 
Gustad y ved qué bueno es el Señor, 
dichoso el que se acoge a él. R/.

EL VALOR DEL SUFRIMIENTO


El valor del sufrimiento
Autor: Madre Angélica




El sufrimiento, en todas sus formas, fue desde los orígenes un misterio y una herida para la raza humana. Fue temido, maldecido y apartado, fue un signo de contradicción y una maldición. Jesús se hizo hombre y, al aceptar las consecuencias de nuestra caída y sufrir como todos nosotros sufrimos, elevó el sufrimiento, lo transformó, le dio poder, y entendió el dolor de cada miembro de la humanidad como el suyo. Tanto así, que cuando alivio el dolor de mi hermano, o me compadezco de él, Jesús considera esto como si se lo hiciera a Él mismo.

Siempre existió sufrimiento, dolor, hambre y sed antes de la Redención, y después de ella incluso, sigue habiendo sufrimiento, dolor, hambre y sed. La Redención me dio más que la exención del dolor: me dio a Jesús, su gracia, el Espíritu, el amor, la paz y la alegría. La Redención me ha elevado por encima del dolor.

Dios no quiere que sufra, así como nunca quiso que Adán y Eva pecaran, pero desde que lo hicieron y yo heredara la debilidad que brotó de aquel pecado, sufro, y siempre tendré que hacerlo.

La Redención de Cristo me hizo merecedor de participar en su Naturaleza Divina como Dios a través de la gracia, y participar en sus sufrimientos como hombre, a través de la Cruz.

Él descendió desde la Gloria hasta mi sufrimiento para que yo pueda elevarme desde mi miseria a su Gloria. Pero para conseguir esto, debo cargar sobre mis hombros al Cristo Total, sufriente y resucitado.

Cargó sobre sí mis pecados para que no pecara más.

Cargó sobre sí mis debilidades para que obtenga la gracia de superarlas.

Cargó sobre sí mi dolor para que pudiera coger sus manos con las mías.

Cargó sobre sí mi humillación para yo pudiera ser elevado hasta su Trono.

Cargó sobre sí la ridiculización y el insulto para que pueda mantenerme de pie en la persecución.

Cargó sobre sí la perdida de sus amigos en las horas de necesidad para que nunca estuviera solo en las mías.

Y luego…

Se mantuvo solo, abandonado por Dios y por los hombres, para que nunca me sintiera desolado ni rechazado.

Ahora es “nuestra” Cruz: suya y mía.

Ahora existe una razón detrás de cada lágrima, cada dolor, cada desconsuelo.

Desde ahora la Cruz no es un signo de desesperanza, ha sido elevada en lo alto y en ella yace el Hijo de Dios.

Ya no es más un signo de venganza sino un signo de Amor.

Ya no destruye sino que renueva y reconfigura.

Ya no oprime mi espíritu sino que lo vacía para que pueda ser llenado de Dios.

Porque…

Cada desconsuelo vacía mi alma de mí mismo y la llena de Él.

Cada lágrima lava mi alma y la hace más hermosa ante sus ojos.

Cada decepción fortalece mi voluntad para que se adhiera solo a Él.

Cada día de ansiedades me hace buscar su apoyo.

Cada hora de tensión me hace buscar serenidad a su lado.

Cada dolor es añadido a los que sufrió en la Cruz para redimir al mundo.

Cada duda me hace buscar la Verdad y tomarla con fuerza.

Cada separación me hace tomar conciencia de las cosas esenciales.

Cada vez que mi amor es rechazado puedo sentir como se siente Él cuando lo ignoran.

Cada vez que soy tratado injustamente, sé cuáles son fueron sus sentimientos cuando fue llamado un demonio.

Cada vez que el orgullo, los celos, o la ambición sacan la cabeza puedo ver su Corona de Espinas.

JESÚS TE MIRA




Jesús te mira



Cuenta la Biblia que cuando José era esclavo en Egipto, la mujer de su patrón lo instigaba día tras día a cometer un grave delito. Educado desde su niñez a vivir en la presencia de Dios, le dijo terminantemente que no estaba dispuesto a ofender a Dios. La perversa mujer encontró el modo de calumniarlo, y Putifar, su esposo, lo mandó a la cárcel. Una anécdota humorística.

Un ladrón a la media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana y, cuando está adentro en la oscuridad, oye una voz que dice: —¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice: —¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: —¡Ahhh, que susto me diste! ¿Cómo te llamas, lorito? Y el loro le responde: —Me llamo Pedro. —Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: —¡Más extraño es el nombre Jesús para un Doberman!

Una vez Dios le dijo a Abrahán, bisabuelo de José: “Camina en mi presencia y sé perfecto”. Esta enseñanza pasó de padres a hijos. José, persuadido de que el Señor veía y conocía incluso sus pensamientos y deseos, desde pequeño llevó una vida santa y justa. Y Dios lo premió con el don de interpretar los sueños. Por medio de este talento salió de la cárcel para sentarse en un trono junto al Faraón de Egipto. Amigo/a, trata de vivir en la presencia del Señor con santidad y justicia.


* Enviado por el P. Natalio

DESCANSA EN PAZ MADRE ANGÉLICA!!!








Fotos propiedad de EWTN-ACI-CNR

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL ESPÍRITU SANTO


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS: MIÉRCOLES 6 DE ABRIL 2016


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Abril 6



Quieres conocerte a ti mismo en profundidad; no siempre lo consigues.
Pretendes llegar a conocer a los demás con acierto; también sueles equivocarte con frecuencia.
Yo te diré por qué: no podrás llegar a comprender a los otros, si primero no te conoces a ti mismo y te comprendes; y no te comprenderás a ti mismo si no te esfuerzas por comprender y aceptar a los otros; hay en esto algo así como una simbiosis enriquecedora.
Pero piensa que a ti mismo puedes llegar a conocerte con más o menos adecuado conocimiento, pero será muy difícil que llegues a conocer de ese modo a los demás, por la sencilla razón de que ellos no son tú y tú no eres ellos. Siempre hay una intimidad reservada para el propio yo, que nadie debe violar.
De todo esto debes deducir que nunca debes juzgar a nadie; que siempre has de suponer en todos rectitud de intención y bondad de voluntad; no temas, aun cuando te equivoques, no errarás.
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se engríe; no procede con bajeza; no busca su propio interés; no se irrita; no tiene en cuenta el mal recibido; no se alegra de la injusticia; sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. (1 Cor 13,4-7). Hermoso test para un acto de introspección.


* P. Alfonso Milagro

SEIS CONSEJOS PARA ENSEÑAR A LOS HIJOS A SER AGRADECIDOS


Seis consejos para enseñar a los hijos a ser agradecidos



 (ACI).- El SIAME en México publicó un artículo en el que presenta seis consejos para enseñarles a los hijos a ser agradecidos.

En el texto de Dulce María Fernández, se recuerda que “el mundo de hoy necesita reaprender el valor de la gratuidad. Estamos sumergidos en esta sociedad que solo busca acciones que lleven al éxito”.

A continuación seis consejos para educar en la gratuidad:

1.- Demostrar con nuestro agradecimiento en la oración que Dios nos quiere, que nos ama con un amor infinito, más allá de nuestros méritos: Por eso nos regala un sol que sale todos los días, una luna que ilumina nuestras noches, unas estrellas que adornan el cielo, un paisaje que cambia con las estaciones del año, un río, un arroyo, una playa, un mar; así como el frío, el calor, la lluvia, el viento o la nieve.

Nos regala todo para que nos sorprendamos y encontremos variedad en la naturaleza y en las personas.

2.- Enseñarles a agradecer agradeciendo: Evitar en el trato diario esa mala costumbre de dar todo por hecho. Que vean que damos las gracias cuando nos ceden el paso, o cuando nos sirven los alimentos, o cuando nos atienden en un hospital, o cuando el maestro nos enseña.

3.- Darles ejemplo en el trato diario: En nuestra “casita sagrada”, de todo lo que unos hacemos por los otros, cumpliendo con nuestras obligaciones, expresándonos un agradecimiento aunque no haya visitas. Se aprende a agradecer agradeciendo.

4.- Estar lo más cerca posible del esposo, la esposa y los hijos, especialmente cuando atravesamos momentos de sufrimiento: Ahí es cuando hay que derramar ternura y aplicar la famosa “cariñoterapia” que recomienda el Papa Francisco, aprovechando el momento para recordarnos entre familia que Jesús nos quiere, que siempre está a nuestro lado pase lo que pase, y que hay que agradecer hasta los malos momentos, porque nos pueden llevar a reconocer a Dios y su misericordia en nuestra vida familiar. Así de grande es su  amor de gratuidad. Como decía San Pablo: “Todo es para bien de los que aman a Dios” (Rom 8, 28).

5.- Reconocer en familia que los dones o talentos que hemos recibido de Dios han sido gratuitos: la unión, la alegría, la inteligencia, el sentido del humor, la dulzura, la empatía, la conversación agradable, la amabilidad, el ser deportista, el tener buen sazón, el carisma personal, entre otros muchos dones.

No podemos exigir a los demás algo a cambio de eso. ¿Cuánto cuesta dar un abrazo o regalar una sonrisa? ¿Cuál es el precio de escuchar durante media hora? ¿Qué nos quita el ir a visitar a un anciano o  a un enfermo? ¿Cuál es el precio que hemos puesto a los minutos que nos ha dado Dios gratis?

6.- No sentirnos privilegiados porque tenemos “algo” que los demás no tienen: “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿de qué te glorías?” (I Cor 3,7). Y de todo lo que hemos recibido gratis  lo más grande es el amor de Dios, que Cristo mereció por nosotros.

Ahora Cristo nos pide que lo demos a los demás igualmente gratis, y lo podemos hacer en familia de un modo concreto: id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.

ORACIÓN A LA ROSA MÍSTICA


PLEGARIA "ROSA MÍSTICA"




Oh María, Rosa Mística, Madre de Jesús y también Madre Nuestra. Tu eres Nuestra esperanza, fortaleza y consuelo. Danos desde el cielo, tu maternal bendición, el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo amen..

Dios Te Salve......

Virgen Inmaculada, Rosa Mística, en honor de tu divino hijo nos postramos delante de ti, implorando la misericordia de Dios. No por nuestros meritos sino por la bondad de tu corazón maternal, concédenos ayuda y gracia con la seguridad de escucharnos.

Dios Te salve....

Rosa Mística, Madre de Jesús, Reina del Santo Rosario y Madre de la iglesia del Cuerpo Místico de Cristo, te pedimos que concedas al mundo, rasgado por las discordias, la unidad y la paz y todas aquellas gracias que puedan cambiar los corazones de todos tus hijos.

Dios Te Salve....

Rosa Mística, Reina de los Apóstoles, has que alrededor de los altares eucarísticos, surjan muchas vocaciones sacerdotales y religiosas para difundir con la santidad de su vida y con celo apostólico el Reino de tu hijo Jesús por todo el mundo. Derrama ¡Oh Madre¡ sobre nosotros, tus gracias celestiales.

Dios Te Salve....

Dios Te Salve, Reina y Madre...Rosa Mística, Madre de la iglesia, ruega por nosotros.  

TE CUESTA CREER EN LA RESURRECCIÓN?


¿Te cuesta creer en la Resurrección?
La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena el corazón, no se pueden contener.


Por: SS Francisco | Fuente: Catholic.net 




Reflexionesmos hoy en unas palabras de SS Francisco en su primera Catequesis durante el Año de la Fe:

(...)

Los primeros testigos de la Resurrección fueron mujeres. Al amanecer, van al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús, y encontraron al primer signo: el sepulcro vacío (cf. Mc. 16,1). Esto es seguido por un encuentro con un mensajero de Dios que anuncia: Jesús de Nazaret, el crucificado, no está aquí, ha resucitado (cf. vv 5-6.). Las mujeres se sienten impulsadas por el amor y saben cómo acoger este anuncio con fe: creen, y de inmediato lo transmiten; no lo retienen para sí mismas, sino que lo transmiten. La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena su corazón, no se pueden contener.

Esto también debería suceder en nuestras vidas: ¡Sintamos la alegría de ser cristianos! ¡Creemos en un Resucitado que ha vencido el mal y la muerte! ¡Tengamos el valor de "salir" para llevar esta alegría y esta luz a todos los lugares de nuestra vida! La resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza; ¡es el tesoro más preciado!

¿Cómo no compartir con otros este tesoro, esta certeza? No es solo para nosotros, es para transmitirlo, para dárselo a los demás, compartirlo con los demás. Es nuestro propio testimonio.

En las profesiones de fe del Nuevo Testamento, como testigos de la Resurrección se recuerda solo a los hombres, a los Apóstoles, pero no a las mujeres. Esto se debe a que, de acuerdo con la ley judía de la época, las mujeres y los niños no podían dar un testimonio fiable, creíble.

En los evangelios, sin embargo, las mujeres tienen un papel primordial, fundamental. Aquí podemos ver un elemento a favor de la historicidad de la resurrección: si se tratara de un hecho inventado, en el contexto de aquel tiempo, no hubiera estado ligado al testimonio de las mujeres. Los evangelistas sin embargo, narran simplemente lo que sucedió: las mujeres son las primeras testigos.

Esto nos dice que Dios no escoge según los criterios humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gente sencilla y humilde; los primeros testigos de la resurrección son las mujeres. Y esto es hermoso. ¡Y esto es un poco la misión de las madres, de las mujeres! Dar testimonio a sus hijos, a sus nietos, que Jesús está vivo, que es la vida, que resucitó.

¡Mamás y mujeres, adelante con este testimonio! Para Dios cuenta el corazón, el cuánto estamos abiertos a Él, si acaso somos como niños que se confían.

Pero esto también nos hace reflexionar sobre cómo las mujeres, en la Iglesia y en el camino de la fe, han tenido y tienen también hoy un rol especial en la apertura de las puertas al Señor, en el seguirlo y en el comunicar su Rostro, porque la mirada de la fe tiene siempre la necesidad de la mirada simple y profunda del amor.

A los Apóstoles y a los discípulos les resulta más difícil creer. A las mujeres no. Pedro corre a la tumba, pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás debe tocar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús. También en nuestro camino de fe es importante saber y sentir que Dios nos ama, no tener miedo de amarlo: la fe se confiesa con la boca y con el corazón, con la palabra y con el amor.

Después de las apariciones a las mujeres, les siguen otras: Jesús se hace presente de un modo nuevo: es el Crucificado, pero su cuerpo es glorioso; no ha vuelto a la vida terrenal, sino que lo hace en una condición nueva.

Al principio no lo reconocen, y solo a través de sus palabras y sus gestos sus ojos se abren: el encuentro con Cristo resucitado transforma, da nuevo vigor a la fe, un fundamento inquebrantable. Incluso para nosotros, hay muchos indicios de que el Señor resucitado se da a conocer: la Sagrada Escritura, la Eucaristía y los demás sacramentos, la caridad, los gestos de amor que llevan un rayo del Resucitado.

Dejémonos iluminar por la Resurrección de Cristo, dejémonos transformar por su fuerza, para que también a través de nosotros en el mundo, los signos de la muerte den paso a los signos de la vida.

(...)Jóvenes, a ustedes les digo:

1. Lleven esta certeza: el Señor está vivo y camina con nosotros en la vida. ¡Esta es su misión!
2. Lleven adelante esta esperanza: este ancla que está en los cielos; mantengan fuerte la cuerda, manténganse anclados y lleven la esperanza.
3. Ustedes, testigos de Jesús, den testimonio de que Jesús está vivo y esto nos dará esperanza, dará esperanza a este mundo un poco envejecido por las guerras, por el mal, por el pecado. ¡Adelante, jóvenes!

BUENOS DÍAS!!


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