martes, 18 de agosto de 2015

10 CONSEJOS PARA MEJORAR EL PENSAMIENTO CATASTRÓFICO EN NUESTRA VIDA


10 consejos para mejorar el pensamiento catastrófico en nuestra vida.
Existen personas que tienen incorporado en su forma de pensar: El pensamiento catastrófico
Por: Silvana Ramos 




 Una de mis amigas suele boicotear mis planes cada vez que le propongo hacer algo con nuestros hijos. –"Llevemos a los chicos al parque"–  Inmediatamente responde: –"Y si se caen de los juegos y se rompen un hueso…", "y si los secuestra alguien mientras estamos distraídas…", "y  si un carro pierde el control y se mete al parque y los atropella…",  "y si comen una flor venenosa y se mueren…" Ir al parque empieza a parecer una terrible y peligrosísima aventura que solo a un desquiciado se le podría ocurrir.

Así como esta amiga existen muchísimas personas que tienen incorporado en su forma de pensar una distorsión que no los deja vivir en paz y los llena de temor y ansiedad: El pensamiento catastrófico.


Estos puntos nos explican un punto interesante sobre él y nos deja unos cuantos consejos para poder sobreponerse, conocerse y con amor y caridad ayudar a nuestros amigos a tener una mirada más realista, segura y esperanzada de la realidad, confiar más en Dios y en nosotros mismos.

1. El pensamiento catastrófico nos quita libertad. Aprender a no dejar que nos impida actuar

Pensar de esta manera quita libertad, llena de angustia a la persona y la sume en una situación de estrés y ansiedad que en casos extremos puede hacer insoportable la vida. Todo representa una amenaza y un peligro inminente del que se cree incapaz de escapar. Si le duele la cabeza seguro es a causa de un tumor maligno y pronto morirá. Si suena el teléfono lo más probable es que sólo sean malas noticias. Si el esposo se demoró media hora sin avisar seguro está con otra y el matrimonio de pronto acabó… La preocupación y el miedo a vivir son una constante. Se trata de pensar objetivamente y actuar aunque nuestros pensamientos nos digan lo contrario.

2. Mantener la calma. No querer controlar todo

¿Cómo poder tener una  bola de cristal que nos diga exactamente todo lo que va a pasar en el futuro? De esa manera estaríamos preparados para afrontar todos los peligros y decepciones que se pudieran presentar. El deseo más grande de un pensador catastrófico es tener control total sobre cada evento que la vida depara. Este pensamiento puede ser aprendido, puede ser influenciado por la información a la que estamos expuestos y es alimentado por una falta de confianza y de fe. En este sentido se hay que tratar de soltar un poco las cosas y dejar que la realidad nos enseñe.

3. Buscar evidencia real del peligro que creemos nos aqueja


Cada vez que los pensamientos catastróficos vengan a nuestra mente es necesario confrontarlos con la realidad. Por ejemplo: ¿Es real que existan flores venenosas en el parque y que tus hijos las coman? Si en tu matrimonio te llevas bien con tu esposo, es real que por media hora de retraso tu matrimonio haya acabado? Confrontarse con la realidad es un buen ejercicio.

4. La ausencia de Dios en nuestra vida, el verdadero temor


Fernando Robas Rebaque en su libro: "Terapia de las enfermedades espirituales en los Padres de la Iglesia" nos dice que el temor tiene dos lados: el temor-virtud que está relacionado a nuestra supervivencia y rechaza todo lo que va en contra de la vida, especialmente la muerte. Este temor se expresa a través del temor de Dios y no es un temor que tiene que ver con el castigo,  sino es el temor a estar separado de Dios. Estar separado de Dios significa estar separado de la vida. Se me viene a la mente el miedo que siente un niño al separarse de su madre y verse desamparado, privado de su amor y todo lo que ese amor significa.

La otra cara del temor es el temor-pasión que a diferencia del anterior nos aleja de Dios y coloca en su lugar preocupaciones. Considera a las posesiones, los bienes como dioses. En el fondo nos ponemos a nosotros mismos como el centro, como los únicos que tienen el control de la vida.  Viviendo en una realidad deformada sin Dios. Sin Él  la persona siempre imagina lo peor.

"Cobarde es, en efecto, la maldad y ella así misma se condena; acosada por la conciencia imagina siempre lo peor; pues no es otra cosa el miedo sino el abandono del apoyo que presta la reflexión.Sap 17, 11-12."

 5. Sobreponiéndonos al temor en el espíritu

La confianza en Dios es el primer paso para combatir estos pensamientos. El crecimiento espiritual, la oración, la amistad con Dios. No saldremos del todo de estos pensamientos sino vamos aceptando que es Dios, quien nos ama, el que saldrá al encuentro en todas las situaciones de nuestra vida. Orar frecuentemente y pedirle a Dios que aumente la fe es una excelente practica. La fe es una virtud que Dios nos otorga, hay que pedirla siempre.

6. No dejar que nuestros pensamientos nos controlen. Es importante cambiar esa manera de pensar

Es importante tomar el control de los pensamientos. Cada vez que nos descubramos esperando lo peor de la vida es fundamental reflexionar un momento y evaluar honestamente la situación, medir el riesgo objetivamente. ¿Cuál es la posibilidad que un carro pierda el control y se estrelle justo en el lugar dónde juegan tus hijos? Es bueno medir estas probabilidades en porcentajes. Analizar las auténticas posibilidades de que ocurran catástrofes y buscar evidencias en la realidad. Enfocar las  emociones, simplifica la vida.

7. Utilizar nuestro cuerpo para descansar la mente

Ocupar el día, hacer deporte ayuda mucho. Realizar actividades que ayuden a callar las voces en el interior, salir a caminar, a conversar con otras personas, pintar, cantar. Ocupar la vida en actividades diferentes y enseñar al cuerpo a caminar con seguridad, esa seguridad de estar en la presencia de Dios, quien sale a nuestro encuentro.

8. No olvidarnos de la paciencia

Cambiar los pensamientos no es cosa fácil, requiere de tiempo y paciencia. Así que es importante tomarse el tiempo y avanzar un día a la vez. Empecemos a ser consientes del presente y olvidar los futuros catastróficos. En estos momentos resulta fundamental buscar consuelo y ayuda en los demás, pero sobre todo en Dios.

9. Conversarlo con alguien para que te muestren la realidad que no ves

Compartir nuestros problemas con personas cercanas siempre es bueno. Decírselo a alguien que esté cerca y al que estemos dispuestos a escuchar. Que esta persona nos ayude a ver con objetividad nuestra vida.

10. Llevar un diario. Escribir lo que experimentamos cuando un pensamiento catastrófico viene a la mente.

Para descubrir y evidenciar que podemos ser  pensadores catastrófico llevar un diario en el que escribas que emociones se experimentan cuando el pensamiento viene a la mente es un excelente ejercicio. De esta manera iremos conociendo el tipo de pensamiento que se produce y en qué momentos. Esta es una buena forma de diseñar estrategias para combatirlo.
Espero sinceramente este artículo ayude a conocernos un poco mejor y a entender un poco más a los demás. Cuéntanos qué te pareció y qué otros puntos agregarías.

EN JESÚS HEMOS VENCIDO YA LA TENTACIÓN


En Jesús hemos vencido ya la tentación
Cristo es tentado igual que nosotros y entonces se nos hace más cercano, más próximo; sabe lo que sentimos en el momento de la tentación.


Por: P. Antonio Izquierdo | Fuente: Catholic.net 




Un gran pensador francés y un gran católico dice que cada vez que se relee el Evangelio aparece un nuevo aspecto de sus exigencias y de su libertad, terribles y dulces como el mismo Dios. Dichoso el que se extravíe para siempre en este bosque de luz, el que quede preso en los lazos de lo absoluto que resplandece en lo humano. Cuanto más basta es nuestra experiencia tanto más nos sentimos lejos de practicar las costumbres evangélicas, pero al mismo tiempo más se graban en nosotros la idea y el deseo de su misteriosa verdad.

Si ha de nacer una nueva cristiandad, una nueva civilización del amor, será una edad en que los hombres leerán y meditarán el Evangelio más de cuanto lo han hecho nunca. Estos días son precisamente días para ejercitarnos permanentemente en meditar, contemplar a Cristo en el Evangelio.

Jesucristo ha lanzado una pregunta al mundo: ¿Quién puede acusarme a mí de pecado? Es una pregunta que queda pendiente, que cada uno ha de responder. ¿Quién puede al inocente y al santo, al Hijo de Dios acusarle de pecado? No es posible, el es la santidad misma. Sin embargo, Jesucristo fue tentado. Tentado como cualquier ser humano. El Evangelio no nos dice: "Jesucristo fue igual a todos menos en el pecado y en la tentación". Lo único que se nos dice es que es en todo igual a nosotros menos en el pecado. Luego también es igual a nosotros en la tentación.

Según los Evangelios, Jesucristo, antes de comenzar su vida pública, fue tentado por el demonio. Esta contemplación de las tentaciones de Jesús tiene por finalidad el sentirnos confortados espiritualmente por Cristo tentado igual que nosotros. Como que un Cristo tentado se nos hace más cercano, más próximo; sabe lo que también nosotros sentimos en el momento de la tentación.

Nos sentiremos también fortalecidos viendo cuál fue su reacción, su postura frente a la tentación.

Ciertamente la tentación es una experiencia universal. ¿Qué ser humano puede decir que no ha sido tentado? Pueden ser tentaciones muy diversas, pero la experiencia es universal. Podemos sentir, por ejemplo, la tentación de no aceptarnos a nosotros mismos, de rebelarnos contra lo que somos o contra lo que experimentamos en determinada fase de nuestra vida. Otra tentación es la vergüenza, que anonada y aplasta, que encierra en uno mismo, que va socavando espiritualmente el alma, que entristece y crea un estado de ansiedad...Tentación de desaliento, de aburrimiento,; tentación de pereza, de lujuria; tentación de envidia y de rencor; tentación de insolidaridad y orgullo; tentaciones contra la fe, la esperanza y la caridad...Todas estas tentaciones y otras muchas más las podemos sentir, o las hemos sentido.

Composición de lugar

En este contexto, vamos a contemplar las tentaciones de Jesús. San Lucas (4,1-13) nos dice que el Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto para ser tentado. El lugar tradicional de las tentaciones se encuentra entre la ciudad de Jericó y el inicio de las montañas de Judea. Jesucristo fue al monte a orar. Pero el demonio que es siempre muy hábil, aprovechó la ocasión de soledad, de hambre, de debilitamiento para tentar a Jesús.

Traten ustedes de recrear la escena: Jesucristo..., el monte...,la postura de Jesús: De rodillas o de pie, con los ojos hacia el cielo, hablando con Dios. O pueden elegir el momento de Jesús tentado por el diablo, sometido a la prueba de la ambición de poder, de la vanagloria, de la idolatría.

Contemplación de sentidos
¿Qué es lo que vemos con los ojos? Vemos en primer lugar a Jesucristo sereno y fortalecido espiritualmente por la oración. Las tentaciones de Jesús no son tentaciones raras, dicen referencia a experiencias humanas. Tener hambre, es una experiencia muy humana; sentir deseo de ser honrados, apreciados, es también un sentimiento muy humano; el querer influir, el tener poder sobre los demás, es algo que va muy con la psicología humana.

El diablo es muy sutil, conoce muy bien a los hombres y los tienta con una grande habilidad. Trató de entrar con grande habilidad en el alma humana de Jesucristo para tentarlo.

A) Entra con una condicional: "Si eres Hijo de Dios"...Uno no sabe si está dudando o no; si quiere provocar a Jesús, crearle perplejidad. No se atreve a negarlo, pero tampoco a decir abiertamente: "Tú que eres el Hijo de Dios...". El diablo se esperaba de Jesús una reacción tajante. Algo así como: "¡Para que veas que soy el Hijo de Dios!...". La respuesta de Jesucristo es fruto de su oración: "No sólo de pan vive el hombre...". Es una frase del Antiguo Testamento. Jesucristo se ha metido en el mundo de Dios y le resulta de lo más natural vencer la tentación con la oración, con la Palabra de Dios.

B) Otro recurso es la mentira y el engaño: "Te doy todos los reinos de este mundo, si postrándote me adoras". Es la misma tentación que usó con Adán y con Eva. Adán y Eva cayeron, Cristo el nuevo Adán venció. Es la misma mentira, la misma habilidad, la misma técnica. ¡Cuántas veces nos engaña satanás! Jesús que había estado grande tiempo en adoración sabe vencer también esa tentación. "Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás".

Contemplación teologal
Entrando en el espacio de las virtudes teologales, ¿qué misterio podemos vislumbrar en las tentaciones de Jesús?

En primer lugar, que el Hijo de Dios sea tentado. Jesús es hombre, y como hombre se comporta a la altura de la humanidad entera. Pero no sólo es hombre, el tentado es Dios, es el Hijo de Dios. ¡Qué atrevimiento de satanás: Tentar al Santo, al Señor, al omnipotente, personificado en Jesús! ¿Cómo no se va a atrever a tentarnos a nosotros, si se atrevió a tentar al mismo Hijo de Dios? El salto de la fe nos hace ver que la tentación no es pecado, es don, es ocasión para madurar en el amor, para fortalecer el espíritu. Por lo tanto, no hay que tener miedo a la tentación. Si el diablo se atreve a tentarnos, nosotros hemos de tener más osadía en nuestra fe, en nuestro amor frente a la tentación.

También, en el plano del misterio, Cristo vence la tentación. San Agustín dice: "Cristo ha vencido la tentación en ti y por ti". Jesucristo tentado no sólo es el hombre Jesús, sino el prototipo de la humanidad. Así como en la cruz él es el hombre que abraza a toda la humanidad y la salva, así en la tentación vence todas las tentaciones de la humanidad entera.

Finalmente, una contemplación del amor del Padre. Dios no ama menos a Jesús en el momento de la tentación; tampoco le abandona o se olvida de él. Dios le ama en la tentación. El Espíritu Santo le acompaña en la tentación. El amor teologal, que es una participación en el amor de Dios, nos debe llevar también a participar del amor del Padre y del amor del Espíritu a Cristo tentado. Amemos y dejémonos amar también por Cristo tentado, sometido a la prueba. En su tentación, nos ama y nos ama intensamente.

SAN ALBERTO HURTADO CRUCHAGA, FUNDADOR DEL HOGAR DE CRISTO, 18 DE AGOSTO


Alberto Hurtado Cruchaga, Santo
Padre Alberto Hurtado Cruchaga
Fundador del HOGAR DE CRISTO, 18 de agosto


Por: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 



Sacerdote Jesuita Chileno

Martirologio Romano: En Santiago de Chile, beato Alberto Hurtado Cruchaga, presbítero de la Compañía de Jesús, que fundó una obra para que los pobres que carecen de techo y los vagabundos, sobre todo niños, pudieran encontrar un verdadero y familiar hogar († 1952).

Breve Biografía
UN SANTO DE NUESTRO TIEMPO

Muchos artículos escribió el Padre Alberto Hurtado, grande fue y es su obra, su trabajo fue tan impresionante como su legado, pues lo que dejó y transmitió a sus sucesores y a su pueblo, es una tarea de amor total, es así como me es difícil tomar una decisión sobre que escrito mostrar para hacer ver como pensó este santo de nuestro tiempo, porque cada cosa que leo, artículos, pensamientos, cada hecho o suceso, cada instante de su vida y obra, es camino de santidad.

En uno de sus tantos artículos escribió: “Sería peligroso sin embargo, bajo el pretexto de guardar contacto con Dios, refugiarnos en una pereza soñolienta, en una quietud inactiva. Entra en el plan de Dios el ser estrujado... La caridad nos urge de tal manera que no podemos rechazar el trabajo; consolar un triste, ayudar un pobre, un enfermo que visitar, un favor que agradecer, una conferencia que dar; dar un aviso, hacer una diligencia, escribir un artículo, organizar una obra, y todo esto añadido a las ocupaciones de cada día, a los deberes cotidianos. Si alguien ha comenzado a vivir para Dios en abnegación y amor a los demás, todas las miserias se darán cita en su puerta. Si alguien ha tenido éxito en el apostolado, las ocasiones de apostolado se multiplicarán para él. Si alguien ha llevado bien las responsabilidades ordinarias, ha de estar preparado para aceptar las mayores. Así nuestra vida y el celo por la gloria de Dios nos echan a una marcha rápidamente acelerada, que nos desgasta, sobre todo porque no nos da el tiempo para reparar nuestras fuerzas físicas o espirituales... y un día llega en que la máquina se para o se rompe. ¡Y donde nosotros creíamos ser indispensables se pone otro en nuestro lugar!”

“Con todo esto, ¿podríamos rehusar? ¿No era el amor de Cristo la que nos urgía? y darse a los hermanos ¿no es acaso darse a Cristo?”

“Mientras más amor hay, más se sufre: el deseo de hacer el bien, siempre el bien, de socorrer a los desgraciados, de siempre enseñar y siempre adaptar la verdad eterna, todo esto no se puede realizar sino en ínfima medida. Aun rehusándonos mil ofrecimientos, imponiéndose una línea de frecuentes rechazos, queda uno desbordado y no nos queda el tiempo de encontrarnos a nosotros mismos y de encontrar a Dios. Doloroso conflicto de una doble búsqueda: la del plan de Dios que hemos de realizar en nuestros hermanos y la búsqueda del mismo Dios que deseamos contemplar y amar; conflicto doloroso que no puede resolverse sino en el amor que es indivisible.”

BIOGRAFIA

Valparaíso, es la segunda provincia en importancia de mi país, esta larga y angosta faja de más de 5.000 kilómetros, que nace por el oriente al pie de la cordillera de los Andes, la que en muchos lugares llega hasta el mismo mar, Océano Pacifico, dejando algunos valles entre mar y cordillera. Junto al mar, en la misma ciudad donde nací, Viña del Mar, pero 49 años antes, nace Alberto Hurtado Cruchaga nació el 22 de enero de 1901, hijo de Ana y Alberto, luego hermano también de Miguel, otro de los hijo del matrimonio.

El padre de Alberto murió cuatro años después que el hubo nacido, se dice que por asuntos económicos, luego su madre vendió las propiedades familiares y emigró a Santiago, la capital donde vivió como allegada, el espíritu solidario de su familia y su madre fue una característica que llego a marcar y formar a Alberto "Las manos juntas para orar, pero abiertas para dar", quien de nacer en un hogar acomodado, hace luego una infancia que lo acerca a la vida humilde y a la pobreza.

Así fue, como a los ocho años de edad, Alberto ingresa a estudiar en el colegio San Ignacio de Santiago como alumno becado, donde se destaca por cumplir con sus obligaciones, reflejado en sus calificaciones, su natural inclinación por hacer el bien, su incondicional entrega a sus compañeros y amigos, sin dejar de ser un muchacho muy alegre y juguetón, lo que atrae con admiración a sus compañero de curso y sus maestros.

Por ser una escuela católica el Colegio San Ignacio, Alberto recibió una educación sólida y reforzada en la fe, es así como con tan sólo 15 años él manifestó sus inquietudes por ingresar a la Compañía de Jesús, siendo motivado a completar previamente su Bachillerato, del que egresó con el premio en Apologética y mención honrosa en todas las materias posteriormente, ya en 1918, ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad Católica.

Por el año 1920, el país sufría algunas crisis laborales en el área minera, principal fuente de riqueza hasta el día de hoy, como así mismo la más importante fuente laboral, y no habiendo otros recursos de trabajos Santiago, la capital, recibía gran cantidad de emigrantes que quedaban marginados en la pobreza, habitando en miserables albergues. En esa realidad, Alberto, quien se destacaba por su espíritu solidario, siendo estudiante , luego de las clases universitarias, visitaba asiduamente a los trabajadores desamparados a fin de ofrecer su apoyo moral y espiritual, esta tarea la hacia motivando a otros amigos para que lo acompañaran.

No descanses mientras haya un dolor que mitigar, era un bello lema del Joven Alberto, quien desde temprana edad adolescente fue inquieto luchador por los más necesitados. Su labor inicial la hizo apoyada desde el Patronato de Andacollo, ubicado en un sector marginal de Santiago, barrio de Mapocho. Allí su acción y su entrega a favor de lucha contra la miseria, le permitió ejercer una loable actividad, motivando su apostolado de carácter social.

Alberto siente un natural impulso de aliviar el dolor de los demás, es así como este Joven de profunda espiritualidad, y de gran servicio a su prójimo, comienza a manifestar una bella actitud solidaria y samaritana en los pobres y sufridos hombres, abandonados a su suerte experimentando una espiritualidad muy profunda y de gran servicio. Es así, como en una ciudad fría, de cemento, inclemente, con una sociedad donde la aristocracia no se la juega por los pobres, y con grandes problemas de cesantía, Alberto, con un gesto valiente, solidario, inspirado en el amor de Cristo, su amigo y líder, vuelca todo su amor y muestra su adhesión y presta su apoyo a una causa ajena, en situaciones difíciles, llevando palabras de aliento y el mensaje de la Iglesia en cada albergue que visita.

El ejemplar comportamiento de vida y el respeto por la vida institucional de Alberto, se muestra también en el cumplimiento de su deber patriótico, y lo hace ingresado a cumplir con sus obligaciones militares como cualquier estudiante responsable en este deber.

Del mismo modo el vio la necesidad de no dejar de participar en los debates contingentes de la época en asuntos sociales a través de las organizaciones estudiantiles.

Dentro de toda su actividad, Alberto no descuida la oración, no deja de lado el ejercicio espiritual, participa en retiros, lo que indica que su buena enseñanza católica del Colegio san Ignacio, su buena educación en la familia, su grupo de amigos, es y sigue siendo algo muy importante en su fe cristiana, adoptando como forma de vida, las enseñanzas de Cristo y su incondicional amor por El, algo que refleja en sus actitud permanente con su prójimo y consigo mismo.

De esta manera, con esta actitud solidaria y comprometida con Cristo y sin entrar aún a la Compañía de Jesús, Alberto Hurtado concluye sus estudios de Derecho, con distinción unánime en la Universidad Católica de Chile.

Pero no era su carrera como abogado lo que el deseaba en su corazón, y es así como el 14 de agosto de 1923, ingresa a la Compañía de Jesús, con sus estudios en el Noviciado de Chillán, distante a poco mas de 400 Km. de su casa al sur de Chile, en ese lugar estaría dos años, después viaja a Argentina, ciudad de Córdoba, lugar donde continua con su etapa inicial preparatoria. En su caminar continua trasladándose por el año 1927 al Colegio Máximo de Sarriá de Barcelona, en España, hasta el año 1931, para cursar por tres años filosofía y teología y a continuación como consecuencia de la realidad política española de la época con la instauración de la República, se ve obligado a viajar a Bélgica, donde continua estudiando en la Universidad de Lovaina, allí cursa otras materia relacionadas con la pedagogía y psicología.

Por que así Dios lo quiso, así fue en el Plan de Vida de Alberto, es ordenado sacerdote en Lovaina, el 24 de agosto de 1933, luego continuando con su brillante formación recibe el grado de doctor en Pedagogía de la Universidad de Lovaina, finalizando su etapa de estudios jesuitas.

Así es, como en una de sus cartas escrita en le año 1933, refleja su inmensa alegría de ser sacerdote, expresándose así "¡Ya me tiene de sacerdote del Señor! Bien comprenderá mi felicidad y con toda sinceridad puedo decirte que soy plenamente feliz”, luego, tres años mas tarde, regresa a su país natal que es Chile a ejercer su tarea encomendada divinamente. Sus primeras tareas, como educador y formador, la hace impartiendo clase en la misma escuela que lo formó, el Colegio san Ignacio, en la misma Universidad Católica de Chile y en el Seminario Pontificio Mayor.

Sin embargo, el país no había experimentado grandes cambios y los problemas sociales continuaban, como país subdesarrollado, pobre, marginal, clasista y racista, donde los que tenía buena situación económica se autoproclamaban aristócratas, formando una clase separatista en categoría Alta, que se mostraba indiferente a los afligido. En esa realidad, el Padre Alberto Hurtado, siente la enorme necesidad de acudir a los desamparados, viendo en cada pobre el rostro sufriente de Jesús.

Pero como el Plan de Dios en los hombres ha de cumplirse, en el año 1937, la gran formadora de este Jesuita, doña Ana Cruchaga, madre de Alberto, se encamina al encuentro con el Señor, cuando ella muere, Alberto estaba en esos momento en sus Ejercicios Espirituales, y a pesar del dolor por la partida de su madre, se siente reconfortado porque su convicción de la vida eterna en la manos de Dios es dueña de su corazón.

El Padre Alberto, hombre de gran carisma, atrae a personas de toda edad, es feliz trabajando con los jóvenes, es feliz oyendo a cada necesitado, y con mucho entusiasmo invita a enloquecerse por Cristo, lo que el llamada con alegría motivadora el "chiflarse" por Cristo.

Entonces observando y sintiendo la triste realidad social del país, se empeña en llevar a cada rincón del territorio una palabra de aliento y esperanza, es así, como en este ambiente el ve la necesidad permanente de la Iglesia de aumentar las vocaciones sacerdotales, entonces esta la oportunidad de captar nuevos servidores y los exhorta a seguir el bello camino del servicio, con su ejemplo de vida la motivación siempre estaba en buenas manos. Es así como impartió Ejercicios Espirituales y dirigió espiritualmente a un grupo de jóvenes, que mas tarde dio como resultado a buenos hombres de fe y servicio social.

Por el año 1941, es nombrado asesor de la Juventud de la Acción Católica, que a partir de ese instante y a través de su conducción, el movimiento cobra gran auge, debiendo viajar constantemente por distintos lugares del país. El además se caracteriza por ser buen escritor, excelente crítico social, buen observador de las cosas cotidianas, buen analista de la realidad social de país, todo inspirado en su gran amor a Cristo, su irrenunciable fe, su amor al prójimo, su espíritu de servicio, su gran preocupación por la comunidad y principalmente los pobres.

El Padre Hurtado, conciente de lo que llamaba la “injusticia social trae más males que los que puede reparar la caridad", se transforma en un buen obrero luchador por la transformación de una sociedad más justa, las tristes y pobres condiciones en las cuales viven los marginados socialmente en chile, la situación de los obreros, le causa un gran dolor, y una gran motivación para dedicarse a ellos, es tan vehemente, que busca, piensa y expresa todo los que puede ser de ayuda a los sufridos trabajadores, bajo el único concepto de justicia y amor que habita en su corazón, que es el espíritu de Cristo. Es así como él se hace presente en muchos sectores laborales, pala en mano se hace presente en las minas salitreras o de carbón en Chile.

En su incansable preocupación por los asuntos sociales, este notable solidario con sus hermanos, viaja a otros lugares como Paris en busca de elementos de juicio que aporten a su causa, llega a entrevistarse hasta con el Papa S.S.Pío XII, en Roma, a quien expone y presenta la realidad religiosa, social y política de su país Chile, haciéndole notar temas tan urgentes como llevar la doctrina social de la Iglesia al mundo sindical y hacer presente el espíritu cristiano en los trabajadores. También pasa por Bélgica, donde se ordeno sacerdote, para estudiar la liga de los campesinos católicos y los sindicatos cristianos.

En el año 1944 se involucra en lo que sería su proyecto más importante y de gran reconocimiento hoy en todo el País. Este comienza en una noche fría y lluviosa en una fecha que no es tradicional para la estación primaveral, en el mes de octubre, cuando es interceptado por un hombre de condición económica pobre que le solicita ayuda porque no tiene un lugar en donde dormir. Alberto con su gran corazón, se estremece, al verlo, desamparado y enfermo, y ve en aquel hombre pobre al mismo Cristo desolado.

Absolutamente conmovido, mas tarde cuenta su experiencia a un grupo de señoras de la congregación del Apostolado Popular que se encontraba en un retiro, con una gran respuesta, porque ellas también se conmovieron y sintieron el llamado de Cristo y decidieron entregar sus joyas y bienes que tenían a mano para dar impulso a una gran obra de caridad, así el 21 de diciembre de ese mismo año, el Padre Alberto Hurtado coloca la primera piedra del Hogar de Cristo.

El Hogar de Cristo es una de las obras de caridad mas grande y talvez la de mayor reconocimiento en el país, en ella el chileno expresa su solidaridad, en ella se refugian los pobres de Chile, en ella encuentran paz, descanso, comida y la presencia espiritual del Padre Alberto Hurtado. Esta obra surge de la espiritualidad del Padre Alberto, y de su gran concepto de lo que es ser solidario en Cristo, viéndolo a El en el rostro del desolado, el desamparado, el marginado y el hambriento hombre en busca de refugio.

“Dar al que lo necesita hasta que duela”, es una expresión acuñada en el corazón de muchos chilenos por el Padre Alberto Hurtado. También fue la invitación que ha sido acogida por sacerdotes y laicos que han estado dispuestos a trabajar por los más pobres, en un hogar que mucho amor, respeto y consideración se respira un aroma de autentica caridad para niños, adulto y ancianos, enfermos y sanos, chicos vagabundos, que habían hecho su hogar junto al Río, debajo de un puente, en una humilde choza de cartón, quienes en principio fueron recogidos por una típica camioneta de los años cincuenta que aún se conserva en excelentes condiciones.

Pero también, preocupado por la suerte del obrero chileno y sus paupérrimas condiciones, el Padre Alberto, se introdujo en el mundo del trabajo creando además la Acción Sindical y Económica Chilena (ASICH) en 1947, ocupando el cargo de Capellán. Allí en la (ASICH), formó dirigentes cristianos y organizó los servicios jurídicos y sociales para defender sus derechos. Cabe destacar el reconocimiento y la afiliación de esta organización a la Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos e integrada a organismos internacionales como la ONU, UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo.

También es el creador de la revista Mensaje, que público su primer número en octubre de 1951, revista con la cual se hicieron presente los valores de solidaridad, el servicio, la justicia social, y el Evangelio.

Así fue, como el 18 de agosto de 1952, a los cincuenta y dos años de edad, y estando enfermo de cáncer, fue llamado por Dios, del cual tenemos la convicción total, que fue recibido amorosamente, como uno de sus predilectos hijos, que se entregó por entero a vivir y trabajar en el espíritu del amor de Cristo como uno mas de sus apóstoles.

El Padre Alberto Hurtado Cruchaga, fue beatificado en Roma en 1994 y es el segundo de los chilenos, después de la carmelita Teresita de los Andes, y muy pronto también la joven Laurita Vicuña, que tiene un puesto de honor junto a todos los santos de Dios. Canonizado el 23 de octubre de 2005, por el Santo Padre, Papa Benedicto XVI.

lunes, 17 de agosto de 2015

EL BICENTENARIO DE SAN JUAN BOSCO: 16 DE AGOSTO DEL 2015


Bicentenario de Don Bosco



El 16 de agosto, se celebró el bicentenario del nacimiento de Don Bosco (1815-1888), el fundador de la familia salesiana. Hijo de campesinos, Juan Bosco comprendió el mundo con la sabiduría de la gente sencilla que se llena de esperanza en medio de las adversidades. Se sabe que su madre, Margarita, constantemente le decía cuando niño: “Dios te ve”, no solo para prevenir alguna mala acción del joven Juan, sino para que él entendiera que siempre iba a estar bien acompañado. Bosco vivió en tiempos de guerras contra imperialismos foráneos y señores locales, en medio de enfrentamientos entre liberales, conservadores y comunistas.

Los sueños premonitorios lo visitaron a lo largo de su vida. A los 9 años, mientras dormía, se topó con un grupo de jóvenes que profería blasfemias. Juan quiso callarlos con violencia, pero se le apareció un hombre que le dijo: “No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a estos tus enemigos. Ponte, pues, ahora mismo, a enseñarles la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud”. Tal vez de esa experiencia onírica se origine una de sus inspiraciones más duraderas: el oratorio salesiano –una práctica que combina la tarea y la oración–, que fue resultado de su opción preferencial por los jóvenes en situación de peligro.

El oratorio es una síntesis original de pedagogía y pastoral que Don Bosco logró basándose en Francisco de Sales (el santo de la amabilidad, que también es el patrono de escritores y periodistas). En el primer oratorio de Don Bosco había picapedreros, albañiles, estucadores, adoquinadores, enyesadores. Allí los jóvenes orientan sus vidas y se previenen de los riesgos mundanos. Tal es la base de la pedagogía salesiana: educación individualizada, presencia fraterna del maestro, ambiente educador de la familia: una juntura de razón, religión y amor. Por eso con María Mazzarello crearon el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Como sacerdote Don Bosco fue muy activo e hizo de la espiritualidad acción. Egidio Viganò, antiguo rector mayor de los salesianos, dijo que Don Bosco nos quiere “no mundanos, aunque sí en el mundo; no extraños, sino con una identidad propia; no anticuados, sino profetas actuales de la realidad escatológica de la Pascua; no fáciles imitadores de la moda, sino valientes cultivadores de una renovación exigente; no desertores de las vicisitudes humanas, sino protagonistas de una historia de salvación”. Por haber defendido las obras educativas, Don Bosco es considerado un apóstol de la escuela y el santo de los jóvenes.

En sus empeños abrazó la devoción de María bajo el título de Auxiliadora de los cristianos. Mas Don Bosco no fue solo educador y guía espiritual, sino también prolífico escritor, editor exitoso –pidió practicar el ministerio de la buena prensa–, formador de colaboradores y fundador de congregaciones religiosas, comprometido con los otros en la evangelización en zonas muy remotas. Con su humanismo cristiano, Don Bosco ya intuyó que en el Evangelio se funden la propuesta de salvación con el desarrollo terrenal completo en dignidad y derechos. Su compromiso social era el de la caridad cristiana. Por eso es bueno volver a Don Bosco.

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 17 DE AGOSTO DEL 2015


¿Qué tengo que hacer para obtener la vida eterna?
Tiempo Ordinario


Mateo 19, 16-22. Tiempo Ordinario. Seguir a Jesús exige esfuerzo, pero también alegría y realización humana. 


Por: P.Clemente González | Fuente: Catholic. net 



Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la 20a. Semana del Tiempo Ordinario,  del domingo 16 al sábado 22 de agosto 2015.
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Del santo Evangelio según san Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo". El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Oración introductoria
Señor, me acercó a Ti como el ese joven que se creía muy bueno. Quiero confirmar qué he de hacer para ganar la vida eterna, qué tengo que cambiar, qué tengo que hacer… Dame la gracia de saber escucharte y tener el valor de ser desprendido de los bienes materiales, pero sobre todo, de mí mismo, para poder entregarme a tu amor y vivir la caridad.

Petición
Jesús, no permitas nunca que me convierta en otro triste «joven rico».

Meditación del Papa Francisco
El joven se queda triste cuando Jesús le pide que venda sus riquezas. De golpe, la alegría y la esperanza en ese joven rico desaparecen, porque no quiere renunciar a su riqueza. El apego a las riquezas está en el inicio de todo tipo de corrupción, por todas partes: corrupción personal, corrupción en los negocios, también en la pequeña corrupción comercial, de esa que quita 50 gramos al peso exacto, corrupción política, corrupción de la educación….Y ¿por qué? Porque los que viven apegados a los propios poderes, a las propias riquezas, se creen en el paraíso. Están cerrados, no tienen horizonte, no tienen esperanza. Al final tendrán que dejar todo.
Hay un misterio en la posesión de las riquezas. Las riquezas tienen la capacidad de seducir, de llevarnos a una seducción y hacernos creer que estamos en un paraíso terrestre. Sin embargo, ese paraíso terrestre es un lugar sin horizonte, vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza es una vida triste. El apego a las riquezas nos entristece y nos hace estériles. Utilizo el término “apego” y no “administrar bien las riquezas”, porque las riquezas son para el bien común, para todos. Y si el Señor se lo da a una persona es para que esa persona lo haga para el bien de todos, no para sí mismo, no para que lo cierre en su corazón, que después con esto se hace corrupto y triste. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de mayo de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Huir de ella o aprovecharla? El joven del evangelio sentía una inquietud en el fondo de su alma. Había decidido romper con el pecado. Seguramente tendría amigos refugiados en el egoísmo, los placeres, la violencia, la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Pero él no era así. Quería llegar a la vida eterna, y por eso se acercó a Jesús para preguntarle qué debía hacer.
¿Alguna vez te has hecho esa pregunta? ¿Y cuál ha sido la respuesta? ¿Ha sido una respuesta de amor? Porque este joven, aunque estaba bien dispuesto, no supo estar a la altura y se fue triste. ¡Qué contradicción! Poseía muchos bienes, y en lugar de estar alegre, se marchó con un rostro marcado por la tristeza y el desengaño. En el fondo, no estaba dispuesto a decir sí a Jesús y optó por seguirse a sí mismo.
Seguir a Jesús exige esfuerzo, desprenderse de lo que uno más ama. Significa sacrificio, pero también alegría y realización humana. No hay que tener miedo a lo que nos exija la vivencia auténtica de nuestro cristianismo, porque no estamos solos. ¿Acaso Cristo nos va a abandonar? ¿No nos acompaña con sus sacramentos? ¿No nos va a consolar cada vez que le hablemos en la oración? Seguir a Cristo es el camino para aprovechar bien la vida.

Propósito
Para estar hoy presente con las personas que me rodean, renunciar a tener mi teléfono celular conmigo todo el día. Y cuando vaya a hacer oración, siempre dejarlo donde no me interrumpa.

Diálogo con Cristo
Señor, ¿realmente quiero saber qué más puedo hacer? Tú me conoces, sabes que soy débil y que rehúyo o me excuso con facilidad del sacrificio, de la renuncia. Por eso te suplico, dame tu gracia para corresponderte, ayúdame a amarte sobre todas las cosas. Sé que estoy apegando a tantas cosas que fácilmente te olvido. Ayúdame a descubrir que de nada sirve tener o hacer muchas cosas, si no estás Tú, si no es tu voluntad.

JESÚS NOS DA A COMER SU CARNE


JESÚS NOS DA A COMER SU CARNE



Jesús da a comer su carne: dejándose partir, regalando liberación, amistad y fraternidad, derrochando compasión y cercanía, ofreciendo un claro mensaje, siendo valiente y coherente, denunciando abusos e injusticias, contagiando resurrección, creando humanidad con palabras y actitudes que eleven, ablanden y embellezcan el mundo... Jesús nos da pistas claras para tener, compartir y dar vida: oíd, tocad, mirad, gustad, compartid, tomad, comed, bebed... Para tratar, con él y como él, de enmendar la tremenda injusticia del mal reparto de la mesa de la humanidad. La comida y la bebida son imprescindibles para tener la energía necesaria para la vida.

Jesús, como el pan, se parte y reparte. Nos invita a participar de su banquete para hacer lo que él hace: dar vida llenándola de sentido, liberar, humanizar, compartir, quitar miedos, contagiar alegría y esperanza. Nos invita a dar y darnos para la vida del mundo. Como Él.

Dejarse alimentar por Jesús, por su Persona y por su Palabra, implica crecer en afinidad con él, vivir como vivió él; implica partirse y repartirse, combatiendo el hambre, la sed –de alimentos y de justicia– y las necesidades que injustamente padecen tantas personas; denunciando la actitud de los satisfechos y poderosos que no están dispuestos a poner los medios suficientes para que todas las personas puedan vivir con dignidad. Es lo que hizo Jesús y lo que recomendó hacer en su memoria.


 A. Gutiérrez

IMÁGENES DE LOS MÁRTIRES DE PARIACOTO


CONFIAR EN LA PROVIDENCIA DIVINA


Confiar en la Providencia de Dios
Muchos hombres y mujeres ya no piensan en la providencia divina. No creen que Dios está activo en el mundo y en la historia. 


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




El mundo está lleno de emergencias: en la economía y en la política, en la familia y en la educación, en el clima y en la agricultura. Emergencias y más emergencias, incluso en el propio hogar: no hay dinero para llegar a final de mes, o ya no queda aceite en el coche...

Ante tantas emergencias, hay que ponerse a trabajar. No tiene sentido sentarse pasivamente ante lo que ocurre, ni vivir en quejas amargas. Dios nos ha dado una mente para pensar y ver de frente los problemas, y una voluntad para decidir: ¡manos a la obra!

Pero por más que nos lancemos frenéticamente a arreglar el mundo cercano o el mundo lejano, por más que luchemos para frenar el calentamiento global o la corrupción local de los políticos, no podemos olvidar una de las enseñanzas fundamentales de la Biblia: “Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas” (Sal 127,1).

Por eso, a la hora de afrontar tantos problemas, urgentes, dramáticos, necesitamos primero rezar para analizarlos correctamente, para tener un corazón prudente y decidido, y para alcanzar la necesaria fortaleza que nos permita romper miedos y ponernos a trabajar.

Luego, necesitamos recordar que los resultados no están en nuestras manos. Hay cosas que haremos mejor, otras habrá que corregirlas de inmediato. Pero una mejora en el mundo, un avance del bien, sólo será posible desde la acción de Dios.

Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo ya no piensan en la providencia divina. No creen que Dios, realmente, está activo en el mundo y en la historia. En realidad, sólo tiene sentido el esfuerzo por el bien y la justicia desde la esperanza, desde la certeza, de que Dios existe y actúa continuamente.

Dios es un Padre, y un Padre vela por sus hijos. Da la lluvia y el sol, protege y levanta. Cura y perdona. Camina a nuestro lado. También cuando decidimos alejarnos y pecamos, sabe esperar y ofrece señales para que volvamos a Él.

Sólo cuando nos dejemos abrazar por Dios y confiemos, descubriremos lo mucho que hizo en el pasado y lo mucho que hace en el presente. Mejor aún: seremos capaces de reconocer que ya hizo lo único importante: darnos a su Hijo, fundar su Iglesia, ofrecernos el Reino, abrirnos las puertas del cielo.

Todo lo demás pasa. Solo el Amor queda. La providencia es el modo concreto con el que el Amor interviene, a veces de modo sorprendente, en este mundo de hijos necesitados de una esperanza, una misericordia y un consuelo que sólo puede venir de un Padre bueno y cariñoso.

domingo, 16 de agosto de 2015

IMÁGENES DE SAN ROQUE











ORACIÓN A SAN ROQUE


ORACIÓN A SAN ROQUE

Oh glorioso San Roque, que por vuestro ardiente amor a Jesús habéis abandonado riquezas y honores y buscasteis la humillación, enseñadme a ser humilde ante Dios y los hombres. Alcanzadme la gracia de apreciar en su debido valor las riquezas y los honores de la vida para que no sean para mi lazos de eterna perdición.

Os lo pido humildemente, oh glorioso San Roque, para que seamos dignos de seguiros en el camino que lleva a la salvación eterna.

Libradme de toda enfermedad corporal. Alcanzadme el favor que os pido si es para honra vuestra, gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén.

18 EXCUSAS QUE NOS DAMOS PARA NO REZAR


18 excusas que nos damos para no rezar 
¡Cuántas veces no hemos escuchado decir esto a nuestros amigos! Incluso ¡cuántas veces lo hemos dicho nosotros mismos! y hemos dejado de lado nuestra relación con El Señor por razones como estas….

Por: P. Juan José Paniagua 



"No se pierde el tiempo orando; adorar a Dios no es perder el tiempo, alabar a Dios no es perder el tiempo”. Papa Francisco

¡Cuántas veces no hemos escuchado decir esto a nuestros amigos! Incluso ¡cuántas veces lo hemos dicho nosotros mismos! y hemos dejado de lado nuestra relación con El Señor por razones como estas….

Querámoslo o no, todos nos veremos (en mayor o menor medida) reflejados en estas 18 excusas. Esperamos les sea de utilidad para que puedan explicar a sus amigos porque no son suficientes y para que ustedes puedan profundizar en lo imprescindible que es la oración en nuestras vidas.



1. Rezaré cuando tenga más tiempo, ahora estoy ocupado

RESPUESTA: ¿Sabes qué he descubierto en la vida? Que el momento ideal y perfecto para rezar, ¡no existe! Siempre tienes algo que hacer, algún urgente por resolver, alguien que te espera, un día complicado por delante, muchas responsabilidades por encima... Más bien, si un día descubres que te está sobrando el tiempo, ¡preocúpate! Algo no estás haciendo bien. ¡El mejor momento para rezar es hoy!


2. Yo sólo rezo cuando me nace, porque hacerlo sin sentir ganas es muy hipócrita.

RESPUESTA: ¡Todo lo contrario! Rezar cuando sientes ganas, eso cualquiera lo hace, así es muy fácil. Pero rezar cuando no sientes ganas, cuando no estas motivado, ¡eso sí es heroico! Incluso es mucho más meritorio, porque te has vencido, has tenido que lucharla. Es señal de que lo que te mueve no son sólo tus ganas, sino el amor a Dios.


3. Estoy muy cansada para rezar hoy día

RESPUESTA: Bien, significa que has tenido un día en el que te has entregado, te has esforzado mucho. Sin duda alguna, ¡necesitas descansar! Descansa en la oración. Sabes que cuando rezas y te encuentras con Dios, vuelves a conectar contigo mismo, Dios te regala la paz que quizá no has tenido en un día tan agitado. Te ayuda a ver lo que has vivido durante el día, pero de una manera diferente. Te renueva. ¡La oración no te agota más, sino más bien es justamente lo que renueva tus fuerzas interiores!


4.- Yo si quiero... pero no sé qué decir.

RESPUESTA: Creo que Dios se nos adelantó, porque ya sabía que nos iba a pasar eso. Y nos dejó una ayuda muy buena: los salmos (que son una parte de la Biblia). Son oraciones hechas por el mismo Dios, porque son Palabra de Dios. Y cuando rezamos con los salmos, aprendemos a rezar con las mismas Palabras de Dios. Aprendemos a pedirle por nuestras necesidades, a darle gracias, a alabarlo, a mostrarle nuestro arrepentimiento, a manifestarle nuestra alegría. Reza con las Sagradas Escrituras y Dios pone las palabras en tu boca.


5.- No "siento" nada cuando rezo.

RESPUESTA: Puede ser. Pero hay algo de lo que no puedes dudar. Aunque no sientas nada, la oración te está cambiando, te está haciendo cada vez mejor. ¡Porque el encuentro con Dios nos transforma! Si cuando te encuentras con una persona muy buena y la escuchas un rato, algo bueno de ella termina quedando en ti. ¡Cuánto más encontrarte con Dios y escucharlo, no va a dejar algo muy bueno dentro de ti también!


6.- Dios ya sabe lo que necesito.

RESPUESTA: Es verdad. ¡Pero recuérdaselo! Vas a ver que a ti te va a hacer mucho bien. Aprender a pedir nos hace más sencillos de corazón.


7.- ¿Para qué rezo si Dios nunca me responde? No me da lo que le pido.

RESPUESTA: Cuando un niño pequeño le pide a sus papás todo el rato dulces y golosinas o todos los juguetes de una juguetería, los padres no les dan todo lo que piden. Porque para educar hay que enseñar a saber esperar. A veces Dios no nos concede todo lo que pedimos, porque Él conoce qué es lo mejor para nosotros. Y a veces no tenerlo todo, sentir alguna necesidad, sobrellevar algún sufrimiento, nos ayuda dejar un poco la comodidad en que vivimos y a abrir los ojos a lo esencial. Dios sabe bien lo que nos concede.


8.- Soy muy pecador como para rezar.

RESPUESTA: ¡Perfecto entonces! ¡Bienvenido al club! En realidad todos somos muy pecadores. Justamente es por eso que necesitamos la oración. La oración no es para los perfectos, sino para los pecadores. No para los que ya lo tienen todo, sino para los que descubren que están necesitados.


9.- Mejor rezo cuando tenga un "huequito" en el día

RESPUESTA: ¡No le des a Dios las sobras de tu tiempo! ¡No le dejes a Dios las migajitas de tu vida. Dale lo mejor de tí!¡ El mejor momento de tu vida, cuando estés más lúcido y más despierto! Dale a Dios lo mejor de tu vida, no lo que te sobra.


10.- Me parece absurdo eso de repetir oraciones

RESPUESTA: Cuando amas a alguien, nunca te has preguntado cuántas veces le has repetido que la quieres? Cuando tienes un buen amigo, cuántas veces lo llamas para conversar y salir juntos? Una mamá a su hijo, cuántas veces repite el gesto de acariciarlo y besarlo. Hay cosas en la vida que repetimos muchas veces y no cansan ni aburren, ¡porque vienen del amor! Y los gestos del amor siempre traen una novedad consigo.


11.- No siento la necesidad de hacerlo.

RESPUESTA: Esto pasa por muchos motivos pero uno muy frecuente en nuestros días es que nos olvidamos de alimentar nuestro espíritu en nuestra vida cotidiana. Facebook, tareas, enamorado, colegio, hobby, etc, etc... estamos llenos de cosas pero ninguna de ellas nos ayuda a hacer silencio en nuestro interior para hacernos las preguntas fundamentales: ¿quién soy? ¿soy feliz? ¿qué quiero de mi vida? Creo que cuando vivimos más en sintonía con esas preguntas naturalmente el hambre de Dios aparece... ¿y si no aparece? Pídela, reza y pídele a Dios el don de sentir hambre de su Amor.


12.- Creo que pierdo mi tiempo rezando, en vez, prefiero ayudar a los demás.

RESPUESTA: Te propongo algo, no opongas, haz las 2 cosas. Y vas a ver que cuando rezas tu capacidad de amar y ayudar a los demás crece mucho más. Porque cuando estamos en contacto con Dios, ¡sale lo mejor de nosotros mismos!


13.- Me aburre mucho rezar, debería ser más entretenido

RESPUESTA: Saca tus cuentas y vas a ver que en realidad, las cosas más importantes en la vida no son muy divertidas que digamos, ¡pero qué importantes y necesarias son! Cuánto las necesitamos. Quizá rezar no te entretiene, pero cuánto te llena el corazón. Qué prefieres?


14. No rezo porque no sé si es Dios quien me responde o si soy yo mismo quien da las respuestas.

RESPUESTA: Una recomendación que nunca falla. Cuando rezas con las Sagradas Escrituras, meditando la Palabra de Dios, puedes tener una certeza muy grande. Lo que estás escuchando no son palabras tuyas, sino es la misma Palabra de Dios que te está hablando al corazón. Ahí ya no queda ninguna duda. Es Dios quien está hablándote.


15.- ¿Para qué rezar si ya tengo todo lo que necesito?

RESPUESTA: El Papa Benedicto XVI decía que el cristiano que no reza, es un cristiano en riesgo. Y es verdad. El que no reza, está en riesgo inminente de ir perdiendo la fe, y lo peor de todo es que le va a suceder poco a poco, sin que se dé cuenta. Ten cuidado que por mucho pensar que lo tienes todo, te quedes sin lo más importante, que es Dios en tu vida.


16.- Dios no necesita mis oraciones.

RESPUESTA: Es verdad, ¡pero qué feliz se va a sentir al ver que su hijo se acuerda de Él! Y no te olvides que en realidad el que más las necesita, ¡eres tú!


17.- Ya hay mucha gente rezando por mí

RESPUESTA: ¡Qué bueno! en serio que tienes mucha gente que te quiere y de verdad le interesas. Creo entonces que tienes muchas razones para rezar también, empezando por todos ellos que ya rezan por ti. ¡Porque el amor se paga con más amor!


18.- Es duro decirlo pero... no tengo una iglesia cerca.

RESPUESTA: Pues es lindo rezar en una Iglesia pero no es necesario ir a una para rezar. Tienes mil posibilidades: reza en tu cuarto o en un lugar tranquilo de la casa... (recuerdo que yo iba al techo de mi edificio porque era silencioso y además el viento me hablaba de la presencia de Dios) vete al bosque, o reza tu rosario en el autobús que te lleva a la universidad. Si puedes ve a una Iglesia pero, ¿ya ves? hay muchos otros lugares buenos para rezar ;)

LA EUCARISTÍA ES NUESTRA VIDA


La Eucaristía es nuestra vida



Cuántas veces, acontecimientos familiares o personales, queremos que sean iluminados por la Palabra de Dios y, sobre todo, con la Acción de Gracias que es la Eucaristía.

En estos domingos, la Iglesia, nos hace reflexionar sobre el tema eucarístico. Entre otras cosas, porque la Iglesia, sabe que bebe y se alimenta de este sacramento que, por lo que sea, algunos de nuestros hermanos o conocidos dejaron de frecuentar.

La Eucaristía, además de ser testamento del mismo Cristo, es alimento para todo creyente. Es un punto en el que convergen Dios y el hombre. Un lugar en el que, la debilidad, se transforma en fuerza invencible. Un momento, que cuando se vive apasionadamente, se entra en comunión perfecta con Dios y se cae en la cuenta de que estamos llamados a ser instrumentos de su amor en medio del mundo.

Si con la Eucaristía, ya nos resulta a algunos mantener encendida la llama de la fe… ¡Cuánto más difícil sería sin ella ser fieles a la verdad o en el seguimiento a Jesús!

Hoy nos escandalizan los suicidios que, muchas personas, buscan como única salida para su vida. También, en la vida cristiana, existe la muerte espiritual: cuando dejamos de participar en la asamblea dominical; cuando, hostigados por tanto enemigo, dejamos de apetecer el pan de la vida y el vino de la salvación que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo; cuando preferimos tener una fe individual y sin más referencia al evangelio que nuestra forma de ver las cosas, y al mismo Dios, a nuestra manera y con nuestro propio criterio.

Cada vez que comulgamos, además de llenarnos de Dios, nos sentimos llamados a ser sus heraldos. Los pregoneros de su amor y de su poder. De su gracia y de su ternura. Por el contrario, cuando no lo comulgamos, cuando nos dejamos empalagar por el manjar del mundo, corremos el riesgo de quedarnos vacíos, traídos y llevados por el zigzag de los caprichos.

Pidamos al Señor que sea la vida de nuestra vida. La sangre que corra por nuestras venas. El horizonte de nuestra existencia.


P. Javier Leoz
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