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domingo, 1 de febrero de 2015
EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 1 DE FEBRERO DEL 2015
Este hombre tiene autoridad
Tiempo Ordinario
Marcos 1, 21 - 28. Tiempo Ordinario. Sólo el camino de unión progresiva con Él puede ser el verdadero proceso de curación del hombre.
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué quieres Tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús le ordenó: «¡Cállate y sal de él!» El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: «¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen». Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Oración introductoria
Señor, no permitas que las preocupaciones de este día, que silenciosamente se convierten en espíritus inmundos, dominen esta oportunidad que tengo ahora de dialogar contigo en la oración. Quiero poder contemplarte en silencio. Dame tu gracia para poder encontrarme contigo.
Petición
Jesús, aumenta mi fe, cura mi debilidad.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué quieres Tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús le ordenó: «¡Cállate y sal de él!» El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: «¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen». Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Oración introductoria
Señor, no permitas que las preocupaciones de este día, que silenciosamente se convierten en espíritus inmundos, dominen esta oportunidad que tengo ahora de dialogar contigo en la oración. Quiero poder contemplarte en silencio. Dame tu gracia para poder encontrarme contigo.
Petición
Jesús, aumenta mi fe, cura mi debilidad.
Meditación del Papa Francisco
Jesús es perseguido desde el principio: recordamos cuando, al inicio de su predicación, regresa a su pueblo, va a la sinagoga y predica; inmediatamente, después de una gran admiración, empiezan: 'Pero este, sí sabemos de donde es. Este es uno de los nuestros. ¿Pero con qué autoridad viene a enseñarnos? ¿Dónde ha estudiado?' ¡Lo descalifican! Es el mismo discurso, ¿no? ¡Pero este sabemos de dónde es! ¡Cristo, sin embargo, cuando venga nadie sabrá de dónde es! ¡Descalificar al Señor, descalificar al profeta para quitarle la autoridad!
Descalificarlo porque Jesús salía y hacia salir de ese ambiente religioso cerrado, de esa jaula, lucha contra las personas que enjaulan al Espíritu Santo. Y por esto es perseguido: ¡siempre! Los profetas son todos perseguidos o incomprendidos, dejados de lado. ¡No les dan su lugar! Esta situación, ha proseguido, no ha terminado con la muerte y resurrección de Jesús: ¡ha continuado en la Iglesia! ¡Perseguidos fuera y perseguidos dentro! Cuando leemos las vidas de los santos cuántas incomprensiones, cuántas persecuciones han sufrido los santos, porque eran profetas. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 4 de abril de 2014, en Santa Marta).
Propósito
Pedir a Dios me libre de buscar la gloria humana y esforzarme por ser discreto en todo.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido que así como rescataste al hombre poseído por un espíritu inmundo me liberes de la búsqueda de la gloria humana. Ayúdame a ser humilde, que todas mis acciones estén impregnadas de la pureza de intención. Que haga el bien de manera oculta, sin esperar recompensa.
DÍ LO QUE SIENTES
Dí lo que sientes
Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas...
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero y que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.
Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.
Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederle a alguien un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.
Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS
El árbol de los amigos
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar y hay otras que apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papa y nuestra amiga mama, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros y luego pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma y del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz y lo que necesitamos sin que se lo pidamos.
A veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces nos hemos enamorado y tenemos un amigo enamorado. Ese amigo da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
También hay amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra y aunque no los vemos seguido están siempre cerca en nuestro corazón.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestras vidas.
Cada persona que pasa en nuestra vida es única y siempre, siempre, deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor y salud, hoy y siempre.
Sin embargo, habrá también los que se llevarán mucho y, habrá de los que no nos dejaran casi nada. Esta es la situación en la que se comprueba que dos almas no se encuentran por casualidad.
EL CRUCIFIJO DE ALTAR
El crucifijo de altar
El crucifijo se debe colocar sobre el altar durante la Santa Misa. Hay dos excepciones a esta regla...
Por: Redacción | Fuente: www.enciclopediacatólica.com
El crucifijo es el elemento principal del altar. Se coloca en el altar para recordar al celebrante y a los feligreses que la víctima que se ofrece sobre el altar es la misma que se ofreció en la Cruz. Por esta razón el crucifijo se debe colocar sobre el altar siempre que se celebra la Misa. La rúbrica del Misal Romano (XX) establece que debe ser colocado en el centro del altar entre los candeleros, y que debe ser lo suficientemente grande como para ser visto convenientemente por el celebrante y los feligreses.
Como ya señalamos, el crucifijo se debe colocar sobre el altar durante la Santa Misa. Hay dos excepciones a esta regla:
(1) Cuando la crucifixión es la parte principal del retablo o del cuadro detrás del altar. Decimos deliberadamente la parte principal del retablo o del cuadro, porque si el cuadro representa a un santo, por ejemplo, San Francisco Javier con un crucifijo en la mano, o Santo Tomás arrodillado ante la Cruz, incluso si ésta es grande, tal cuadro no es suficiente para tomar el lugar del crucifijo de altar.
(2) Cuando se expone el Santísimo Sacramento.
QUÍTAME LO QUE QUIERAS PERO NO LA ALEGRÍA
Quítame lo que quieras pero no la alegría
Son innumerables los beneficios que acarrea una simple sonrisa: ahuyenta la tristeza, la melancolía, la depresión...
Por: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD | Fuente: Catholic.net
Cuenta una anécdota que yendo santa Teresa a hacer las escrituras de una de las fundaciones, preguntó al escribano, después de hechas, cuánto eran sus honorarios. Éste le contestó con desparpajo:
– Solamente un beso.
Y la santa se lo dio, natural y sonriente, al tiempo que exclamaba:
– Nunca una escritura me salió tan barata.
El pueblo ha visto en Santa Teresa de Jesús la santa del buen humor, de la gracia y del donaire. Estaba dotada verdaderamente de gracias naturales como la jovialidad, espontaneidad, cordialidad, afabilidad y sencillez. María de la Encarnación nos dice que "era muy discreta, y alegre con gran santidad, y enemiga de santidades tristes y encapotadas, sino que fuesen los espíritus alegres en el Señor, y por esta causa corregía a sus monjas si andaban tristes, y les decía que mientras les durase la alegría les duraría el espíritu".
La vida de sacrificio y penitencia no la consideraba reñida con la alegría. Tanta importancia daba a la hora de la recreación como a la de la oración. Así ponía gran empeño en que las monjas participaran del momento de la recreación y pudieran compartir libremente. En cierta ocasión, estando en Medina del Campo, reprimió severamente a la hermana Alberta, que se quejaba: "¿Ahora nos llaman a cantar? Mejor fuera para contemplar".
Gozaba de gran libertad para hablar de sí misma, de sus dolores y achaques. Bromeaba con la Inquisición, ponía apodos con gracia. Al pintor Fray Juan de la Miseria, que la retrató, le dijo: "Dios te perdone, Fray Juan, que ya que me pintaste podías haberme sacado menos fea y legañosa".
Santa Teresa fue una mujer madura, capaz de maravillarse y asombrarse de las cosas de cada día. Ella nos dejó esta frase célebre: "También entre los pucheros anda Dios", gozó con todo lo creado. De su fe en este Dios cercano, vivo en cada cosa y acontecimiento, le brotó esa alegría natural y contagiosa. A brazo partido luchó para que sus monasterios gozaran de este ambiente de libertad donde se respirase a un Dios alegre, capaz de llenar de felicidad cualquier corazón humano.
Un grupo de matrimonios americanos que regresaban a su patria acudió a visitar a la Madre Teresa. Al despedirse le pidieron un consejo para su vida de familia. "Sonrían a sus mujeres", dijo a los hombres. "Sonrían a sus maridos", dijo después a las mujeres. Extrañado alguno de ellos, preguntó a la religiosa: "¿Usted está casada?". Y la Madre Teresa, sin perder la sonrisa, sorprendió a los presentes con esta respuesta: "Naturalmente que estoy casada. Y créame que no siempre me es fácil sonreír a mi marido. Porque Jesús es un esposo muy exigente".
¿Si podemos enamorarnos de personas y de cosas, si nuestro corazón queda prendado de una puesta de sol o de un paisaje tropical, por qué no nos vamos a poder enamorar de Dios? Dichosos aquellos que se enamoran radicalmente de Dios, porque su vida será una fuente inagotable de paz, de alegría y de felicidad.
El amor a Dios es un mandato para todos los creyentes. No es especialidad o exclusividad de una cultura, época, edad o estado. Lo que importa es el amor, no la manera de expresar ese amor.
Se puede amar en el silencio de una noche y en medio del bullicio del día. No dejamos de amar a los nuestros cuando trabajamos o cuando estamos de brazos cruzados, cuando sonreímos o cuando lloramos. Lo que importa es amar.
Siempre que amamos a Dios lo debemos demostrar con la vida amando al hermano. Y al hermano también se le puede demostrar el amor de mil maneras. La mamá ama a su hijo cuando lo mece, cuando lo corrige, cuando le da de comer, cuando lo lleva al médico...
El cristianismo se puede vivir de varias formas. Lo importante no es el modo que se elige, la vocación o profesión. Lo importante es ser y vivir lo que se cree, pues cualquier trabajo se pude hacer a la perfección o rayando la mediocridad. Y si uno es mediocre, no es por la profesión o vocación que se ejerce, sino por la talla de la propia persona.
Podemos sonreír a todo y en todo. Un poco de alegría vale más que todo el oro del mundo. Son innumerables los beneficios que acarrea una simple sonrisa: ahuyenta la tristeza, la melancolía, la depresión... La sonrisa rejuvenece, sana las heridas del pasado, abre horizontes al futuro y pone alas en el alma. La sonrisa es la mejor medicina para el cuerpo y para el alma. La alegría más auténtica nace del corazón.
Consciente san Pablo de la importancia de la alegría, repetía machaconamente a los cristianos que siempre estuvieran alegres. No nos debe extrañar, pues, el consejo de la Madre Teresa a los matrimonios: "Sonrían". Quizá debamos repetir con Neruda: "Quítame el pan, si quieres, quítame el aire, pero no me quites tu sonrisa porque moriría".
LA LEYENDA DE LA CAPA DE SANTA BRÍGIDA, PATRONA DE IRLANDA, 1 DE FEBRERO
La leyenda de la capa de Santa Brígida
Patrona de Irlanda
El rey de Leinster era conocido por su avaricia y poca ayuda para los pobres, de hecho...
Por: Redacción | Fuente: centroaletti.com / otros
Cuenta la leyenda que el rey de Leinster era conocido por su avaricia y poca ayuda para los pobres, de hecho ni siquiera Santa Brígida era capaz de hacerle contribuir de forma respetable con las necesidades de los menesterosos.
Cierto día, la Santa tuvo una idea para que escarmentara por su codicia, así se dirigió al rey solicitándole que le concediera la tierra que pudiera cubrir su capa. A pesar de sus recelos, para zafarse de la cuestión terminó por consentir.
En ese momento, todos estaban situados sobre el punto más alto de Curragh, por lo que solicitó a cuatro de sus hermanas que extendieran bien abierta su capa sobre la hierba. Tomaron la prenda, y en vez de tenderla sobre la hierba, cada una de ellas comenzó a correr velozmente hacia el norte, sur, este y oeste, extendiendo la capa a voluntad del viento en todas direcciones.
Otras damas, cuando los límites aumentaron, aferraron partes de la capa para que mantuviera una forma más o menos regular, y siguieron estirándola y estirándola. El manto creció de inmediato y comenzó a cubrir muchas hectáreas de tierra.
El rey consternado preguntó a Santa Brígida qué estaba ocurriendo. La Santa le dirigió una de sus miradas más duras y le contestó que estaba cubriendo con su capa todo su territorio, para castigarle por su inmensa mezquindad.
El rey cayó al suelo y se arrodilló ante ella y le prometió Brígida y sus hermanas dinero, alimentos y suministros. Poco después, el rey se convirtió al cristianismo y comenzó a ayudar a los pobres y puso en marcha la construcción del convento.
Cuenta la leyenda que el convento fue reconocido por hacer mermelada de los arándanos locales y pronto comenzaron a solicitarla desde toda Irlanda. Así comenzó la tradición, entre los devotos de Santa Brígida, de comer mermelada el 1 de febrero en honor de este milagro.
Imagen:
Santa Brígida en la Capilla del Pontificio Colegio Irlandés de Roma
Santa Brígida está representada con la iglesia de Kildare en llamas. Gracias a ella, el fuego del paganismo que ardía en este lugar es sustituido con el fuego de la de Pascua de Cristo. La imagen de la encina está ligada a la de la zarza ardiente, pues está cerca el sagrario. A través del fuego se abre una riquísima simbología: la Virgen que genera el cuerpo de Cristo es esta zarza ardiente, el pan se convierte en el cuerpo de Cristo es esta zarza ardiente, la Iglesia misma es esta zarza ardiente. En el mosaico vemos a santa Brígida mientras extiende el manto para conquistar la tierra a fin de fundar su monasterio.
SANTA BRÍGIDA DE KILDARE, PATRONA DE IRLANDA, 1 DE FEBRERO DEL 2015
Brígida de Kildare, Santa
Patrona de Irlanda, 1 de febrero
Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Patrona de Irlanda junto con los santos
Patricio y Columbano
Martirologio Romano: En Kildare, en Irlanda, santa Brígida, abadesa, que fundó uno de los primeros monasterios de la isla y, según se cuenta, continuó el trabajo de evangelización iniciado por san Patricio (c. 525).
Breve Biografía
Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.
Fue Cogitosus que vivió del 620 al 680 su primer biógrafo, pero -lastimosamente- poco escribe acerca de la vida terrena de la santa; su escrito se pierde en descripciones sociales y religiosas en torno al monasterio de Kindale, probablemente mixto y con jurisdicción quasi-episcopal, fundado por Brígida.
También existen himnos y poemas irlandeses de los siglos VII y VIII que en sí mismos testimonian el culto que se tributaba a la santa irlandesa.
Un poco más adelante, el obispo de Fiésole, Donatus, a mitad del siglo IX, escribe su vida en verso y este debió ser el vehículo de la rápida difusión de su culto por Europa.
Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil hagiográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.
Del hecho de pertenecer Brígida a una tribu inferior en su tiempo, concretamente la de Forthairt, la fantasía la hace nacer del fruto de la unión -extraña al matrimonio- de su padre, Duptaco, con una bellísima esclava, con todos los problemas que esto produce en el entorno familiar legítimo, desde el disgusto de la esposa hasta la proposición de su venta. Claro que de esto se sacará la noble lección de que Dios puede tener planes insospechados para los espúreos inculpables que pueden llegar a las cimas más altas de la santidad y dejar tras de sí una estela de bien para la gente.
Heredada la extrahermosura de su madre, para no ser ocasión de pecado y no ser ya más pedida en matrimonio, pide a Dios que la haga fea. ¿Para qué quiere la hermosura quien sólo piensa en Dios? Ha decidido entrar en religión. Derrama lágrimas abundantes y son escuchados sus ruegos con un reventón del ojo; por este favor da gracias a Dios que luego le devuelve todo su esplendor. La lección está clara: quien posee al Amor desprecia lo que a tantas vuelve locas y vanas para alcanzar un amor.
También los pobres están presentes en el relato; no podría concebirse santidad sin caridad. Y ahora es la vaca su cómplice; nunca se secaron las ubres, una y otra vez ordeñadas por Brígida, cuando había que remediar a un menesteroso. La vaca ha quedado presente, como emblema, en las representaciones pictóricas de los artistas, junto a la imagen de la santa.
Y aún hay más; sí, son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados y de monjas tibias descubiertas; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y... como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!
Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni puede ni debe decir.
sábado, 31 de enero de 2015
EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 31 DE ENERO DEL 2015
La tempestad calmada
Tiempo Ordinario
Marcos 4, 35-41. Tiempo Ordinario. Cristo está cerca de nosotros en cualquier tempestad de nuestra vida.
Por: Estanislao Mª García | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Aquel día, al atardecer, les dice: Pasemos a la otra orilla. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe? Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?
Oración introductoria
Señor, aunque creo tener fe, necesito de tu gracia para acrecentarla porque me parezco a tus discípulos, ante los problemas y angustias me acobardo. Te suplico que esta oración me ayude a creer con fe viva en tu nombre, a actuar mi fe de manera filial, recordando que Tú eres un Padre que vela con infinita ternura sobre mí. Ayúdame a descubrir tu mano amorosa detrás de todo, porque Tú sólo buscas mi bien.
Petición
Señor, te pido me concedas caminar por la senda de una fe viva, operante y luminosa.
Meditación del Papa Francisco
El temor, sin embargo, no es un buen consejero. Jesús muchas veces, ha dicho: "¡No tengan miedo!" El miedo no nos ayuda. La cuarta actitud es la gracia del Espíritu Santo. Cuando Jesús trae la calma al agitado mar, los discípulos en la barca se llenaron de temor. Siempre, ante el pecado, delante de la nostalgia, ante el temor, debemos volver al Señor.
Mirar al Señor, contemplar al Señor. Esto nos da estupor, tan hermoso, por un nuevo encuentro con el Señor. "Señor, tengo esta tentación: quiero quedarme en esta situación de pecado; Señor, tengo la curiosidad de saber cómo son estas cosas; Señor, tengo miedo". Y ellos vieron al Señor: "¡Sálvanos, Señor, estamos perdidos!" Y llegó la sorpresa del nuevo encuentro con Jesús. No somos ingenuos ni cristianos tibios, somos valientes, valerosos. Somos débiles, pero hay que ser valientes en nuestra debilidad. Y nuestro valor muchas veces debe expresarse en una fuga y no mirar hacia atrás, para no caer en la mala nostalgia. ¡No tener miedo y mirar siempre al Señor!. (S.S. Francisco, 2 de julio de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta).
Reflexión
Han pasado más de dos mil años desde que Jesucristo fundó la Iglesia. Han pasado más de dos mil años de cristianismo y parece que todo se viene abajo; parece que las nuevas doctrinas religiosas están tomando el puesto de la Iglesia, pero no es así.
La Iglesia parece naufragar en la tempestad del mundo y en los problemas que se le presentan; pero cada vez que los hombres dudamos se alza una voz que parece despertar de un largo sueño: ¡No temáis, tened fe! Y el mar vuelve a la calma; la barca de Pedro sigue su rumbo a través de los años, los siglos y los milenios.
Cristo no está lejos de nosotros; duerme junto al timón, para que cuando nuestra fe desfallezca, cuando estemos tristes y desamparados, Él tome el timón de nuestra vida.
Además en el mar de nuestra vida brilla una estrella; relampaguea en el cielo de nuestra alma la estrella de María, para que no perdamos el rumbo.
Propósito
Ante las dificultades, preocupaciones y angustias, decir la jaculatoria: ¡Jesús, en ti confío!
Diálogo con Cristo
Señor, la tormenta más grande que debo combatir diariamente es el pecado. Necesito esforzarme constantemente para no caer en la tentación y decidirme, con entusiasmo y confianza, a conquistar la santidad mediante la caridad. Por eso te pido me ayudes a ser perseverante en mis propósitos.
Aquel día, al atardecer, les dice: Pasemos a la otra orilla. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe? Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?
Oración introductoria
Señor, aunque creo tener fe, necesito de tu gracia para acrecentarla porque me parezco a tus discípulos, ante los problemas y angustias me acobardo. Te suplico que esta oración me ayude a creer con fe viva en tu nombre, a actuar mi fe de manera filial, recordando que Tú eres un Padre que vela con infinita ternura sobre mí. Ayúdame a descubrir tu mano amorosa detrás de todo, porque Tú sólo buscas mi bien.
Petición
Señor, te pido me concedas caminar por la senda de una fe viva, operante y luminosa.
Meditación del Papa Francisco
El temor, sin embargo, no es un buen consejero. Jesús muchas veces, ha dicho: "¡No tengan miedo!" El miedo no nos ayuda. La cuarta actitud es la gracia del Espíritu Santo. Cuando Jesús trae la calma al agitado mar, los discípulos en la barca se llenaron de temor. Siempre, ante el pecado, delante de la nostalgia, ante el temor, debemos volver al Señor.
Mirar al Señor, contemplar al Señor. Esto nos da estupor, tan hermoso, por un nuevo encuentro con el Señor. "Señor, tengo esta tentación: quiero quedarme en esta situación de pecado; Señor, tengo la curiosidad de saber cómo son estas cosas; Señor, tengo miedo". Y ellos vieron al Señor: "¡Sálvanos, Señor, estamos perdidos!" Y llegó la sorpresa del nuevo encuentro con Jesús. No somos ingenuos ni cristianos tibios, somos valientes, valerosos. Somos débiles, pero hay que ser valientes en nuestra debilidad. Y nuestro valor muchas veces debe expresarse en una fuga y no mirar hacia atrás, para no caer en la mala nostalgia. ¡No tener miedo y mirar siempre al Señor!. (S.S. Francisco, 2 de julio de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta).
Reflexión
Han pasado más de dos mil años desde que Jesucristo fundó la Iglesia. Han pasado más de dos mil años de cristianismo y parece que todo se viene abajo; parece que las nuevas doctrinas religiosas están tomando el puesto de la Iglesia, pero no es así.
La Iglesia parece naufragar en la tempestad del mundo y en los problemas que se le presentan; pero cada vez que los hombres dudamos se alza una voz que parece despertar de un largo sueño: ¡No temáis, tened fe! Y el mar vuelve a la calma; la barca de Pedro sigue su rumbo a través de los años, los siglos y los milenios.
Cristo no está lejos de nosotros; duerme junto al timón, para que cuando nuestra fe desfallezca, cuando estemos tristes y desamparados, Él tome el timón de nuestra vida.
Además en el mar de nuestra vida brilla una estrella; relampaguea en el cielo de nuestra alma la estrella de María, para que no perdamos el rumbo.
Propósito
Ante las dificultades, preocupaciones y angustias, decir la jaculatoria: ¡Jesús, en ti confío!
Diálogo con Cristo
Señor, la tormenta más grande que debo combatir diariamente es el pecado. Necesito esforzarme constantemente para no caer en la tentación y decidirme, con entusiasmo y confianza, a conquistar la santidad mediante la caridad. Por eso te pido me ayudes a ser perseverante en mis propósitos.
EL ECO: UNA ENSEÑANZA
EL ECO: Una Enseñanza
Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas.
De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: "Ahhhh"
Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "Ahhhh!"
Con curiosidad, el niño grita: "¿Quién está ahí?"
Y escucha: " ¿Quién está ahí? "
Enojado con la respuesta, el niño grita: "Cobarde".
Y recibe de respuesta: "Cobarde".
El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?"
El padre le contesta: "Presta atención hijo".
Y grita: "¡Te admiro!".
Y la voz responde: "¡Te admiro!
"¡Eres un campeón!"
"¡Eres un campeón!"
Y el padre le explica: "La gente lo llama ECO", pero,
en realidad, es la VIDA...........que te devuelve todo lo que haces.
Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.
Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor.
Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean.
Si quieres una sonrisa en el alma, dirige una sonrisa al alma de los que conoces.
Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida.
La vida te dará de regreso... exactamente aquello que tú le has dado.
Tu vida, no es una coincidencia, es un reflejo de tí.
Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa bien lo que estás dando!!".
LA MARIONETA DE TRAPO
La marioneta de trapo
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos... Dios mio, si yo tuviera un trozo de vida...
No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero le dejaría que el solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
¿TODAS LAS RELIGIONES VALEN LO MISMO?
¿Todas las religiones valen lo mismo?
Por qué la religión debería adaptarse a la mentalidad que domina en un cierto momento de la historia?
Por: Fernando Pascual, L.C. | Fuente: Actualidad y Análisis
Preguntar si todas las religiones valen lo mismo parece algo sin mucho sentido, porque es obvio, ante tantas propuestas religiosas (o pseudoreligiosas) que hay enormes diferencias entre unas y otras: no todas pueden tener el mismo valor.
El problema surge a la hora de establecer los criterios que permitirían distinguir entre una religión y otra, para luego responder a la pregunta: ¿cuál vale más y por qué?
Ciertos pensadores del mundo moderno consideran que una religión sería mejor si consigue adaptarse a la marcha de la historia. Si esa religión comprende los deseos y gustos de la mayoría, si sabe dejar de lado ideas y dogmas que resultan “anticuados”, sería mejor. En cambio, si una religión queda anclada, monolíticamente, en convicciones y ritos vistos como inmodificables y trasnochados, sería inferior, si es que no terminaría por sucumbir ante los “hechos”.
Decir lo anterior, sin embargo, crea un sinfín de problemas. ¿Por qué la religión debería adaptarse a la mentalidad que domina en un cierto momento de la historia? ¿Y quién establece claramente cuál sería esa mentalidad? ¿Es que las verdades sobre Dios y sobre el hombre dependen de las mayorías y de los tiempos?
En realidad, aceptar una u otra religión no depende de modo absoluto de la mentalidad que domina en un periodo histórico. Los primeros cristianos acogieron el mensaje de Cristo precisamente en contra de las ideas de su tiempo.
En épocas recientes, muchos cristianos sometidos a dictaduras “triunfantes”, como las que surgieron en Europa y Asia durante el siglo XX, se alzaron contra las ideologías de los tiranos del momento para defender verdades que consideraban válidas y preciosas, aunque ello significase arriesgar la propia vida o sufrir persecuciones arbitrarias e injustas.
Veamos otro criterio que para algunos resultaría clave para evaluar a las religiones: el éxito, la capacidad de atraer a miles de seguidores.
Ese criterio, sin embargo, no resulta suficiente. La adhesión a una fe religiosa no depende del número de creyentes, sino de convicciones profundas. Desde luego, hay quienes se apuntan a una religión porque tiene muchos seguidores y porque espera obtener una serie de beneficios sociales. Pero nos damos cuenta de lo insuficiente de este tipo de creencias.
La enumeración de criterios podría ser larga. Por ejemplo, ¿vale más una religión si es más sencillo o más complicada, si tiene un credo comprensible o difícil, si defiende reglas morales exigentes o “fáciles”, si tiene ritos más o menos fijos, si posee una jerarquía o adopta un sistema democrático a la hora de establecer su doctrina y su organización?
Existe un criterio que tiene un valor clave a la hora de valorar qué religión pueda ser mejor: el de su cercanía a la verdad. Muchos objetarán que es un criterio difícil de aplicar, pues la mayoría de los creyentes piensa que su religión sería la verdadera, pues de lo contrario la abandonarían para seguir otra religión o para terminar en el escepticismo o el ateísmo. Pero la dificultad no quita la fuerza de ese criterio.
¿Por qué? Porque la experiencia religiosa no puede prescindir un anhelo profundo que radica en el corazón de cada ser humano: el amor hacia la verdad, la belleza, el bien, la justicia.
Por eso, ante tantas religiones, la pregunta decisiva sigue siempre en pie. ¿Cuál es la religión verdadera? Sólo cuando nos pongamos ante esa pregunta podremos superar la ideología de quien dice que “todas las religiones valen lo mismo”, y emprenderemos una seria reflexión que lleve a avanzar hacia una respuesta suficientemente clara, la única que permite orientarnos correctamente en las propias decisiones en materia religiosa.
El problema surge a la hora de establecer los criterios que permitirían distinguir entre una religión y otra, para luego responder a la pregunta: ¿cuál vale más y por qué?
Ciertos pensadores del mundo moderno consideran que una religión sería mejor si consigue adaptarse a la marcha de la historia. Si esa religión comprende los deseos y gustos de la mayoría, si sabe dejar de lado ideas y dogmas que resultan “anticuados”, sería mejor. En cambio, si una religión queda anclada, monolíticamente, en convicciones y ritos vistos como inmodificables y trasnochados, sería inferior, si es que no terminaría por sucumbir ante los “hechos”.
Decir lo anterior, sin embargo, crea un sinfín de problemas. ¿Por qué la religión debería adaptarse a la mentalidad que domina en un cierto momento de la historia? ¿Y quién establece claramente cuál sería esa mentalidad? ¿Es que las verdades sobre Dios y sobre el hombre dependen de las mayorías y de los tiempos?
En realidad, aceptar una u otra religión no depende de modo absoluto de la mentalidad que domina en un periodo histórico. Los primeros cristianos acogieron el mensaje de Cristo precisamente en contra de las ideas de su tiempo.
En épocas recientes, muchos cristianos sometidos a dictaduras “triunfantes”, como las que surgieron en Europa y Asia durante el siglo XX, se alzaron contra las ideologías de los tiranos del momento para defender verdades que consideraban válidas y preciosas, aunque ello significase arriesgar la propia vida o sufrir persecuciones arbitrarias e injustas.
Veamos otro criterio que para algunos resultaría clave para evaluar a las religiones: el éxito, la capacidad de atraer a miles de seguidores.
Ese criterio, sin embargo, no resulta suficiente. La adhesión a una fe religiosa no depende del número de creyentes, sino de convicciones profundas. Desde luego, hay quienes se apuntan a una religión porque tiene muchos seguidores y porque espera obtener una serie de beneficios sociales. Pero nos damos cuenta de lo insuficiente de este tipo de creencias.
La enumeración de criterios podría ser larga. Por ejemplo, ¿vale más una religión si es más sencillo o más complicada, si tiene un credo comprensible o difícil, si defiende reglas morales exigentes o “fáciles”, si tiene ritos más o menos fijos, si posee una jerarquía o adopta un sistema democrático a la hora de establecer su doctrina y su organización?
Existe un criterio que tiene un valor clave a la hora de valorar qué religión pueda ser mejor: el de su cercanía a la verdad. Muchos objetarán que es un criterio difícil de aplicar, pues la mayoría de los creyentes piensa que su religión sería la verdadera, pues de lo contrario la abandonarían para seguir otra religión o para terminar en el escepticismo o el ateísmo. Pero la dificultad no quita la fuerza de ese criterio.
¿Por qué? Porque la experiencia religiosa no puede prescindir un anhelo profundo que radica en el corazón de cada ser humano: el amor hacia la verdad, la belleza, el bien, la justicia.
Por eso, ante tantas religiones, la pregunta decisiva sigue siempre en pie. ¿Cuál es la religión verdadera? Sólo cuando nos pongamos ante esa pregunta podremos superar la ideología de quien dice que “todas las religiones valen lo mismo”, y emprenderemos una seria reflexión que lleve a avanzar hacia una respuesta suficientemente clara, la única que permite orientarnos correctamente en las propias decisiones en materia religiosa.
SAN JUAN BOSCO, PRESBÍTERO Y FUNDADOR, 31 DE ENERO
Juan Bosco, Santo
Presbítero y Fundador, 31 de enero
Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Presbítero y Fundador
de la Sociedad Salesiana y
del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora
Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bosco, presbítero, el cual, después de una niñez áspera, fue ordenado sacerdote y en la ciudad de Turín, en Italia, se dedicó con todas sus fuerzas a la formación de adolescentes. Fundó la Sociedad Salesiana y, con la ayuda de santa María Dominica Mazzarello, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, para enseñar oficios a la juventud e instruirles en la vida cristiana. Lleno de virtudes y méritos, voló al cielo en este día en la ciudad de Turín, en Italia (1888).
Fecha de canonización: 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI.
Breve Biografía
San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.
Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.
Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.
Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.
DON BOSCO EN EL ARTE
Don Bosco en el arte
Don Bosco es uno de los pocos santos del siglo XIX con un precioso material fotográfico
Por: Varios | Fuente: Wikipedia
Como una de las figuras más populares de la educación en el mundo, Don Bosco es tema recurrente del arte. El mismo Don Bosco fue sensible a las manifestaciones artísticas y como todo lo que hacía, siempre era tendiente a la educación y formación de sus muchachos y a la defensa de la fe. Además de ser un estudiado intelectual, dominaba varios artes y oficios como la carpintería, la metalistería, la sastrería y la imprenta. Muchas de las iglesias, edificios y escuelas tenían sus aportes, así como el diseño de muchas piezas religiosas, entre las que se destaca la imagen de María Auxiliadora y los Doce Apostóles pintada por Tomás Lorenzone para la Basílica de María Auxiliadora en Turín. Por otro lado era un consagrado escritor y entre sus obras se cuentan innumerables libretos para teatro basados en historias formativas.
Nacido en el siglo de los inicios de la fotografía, Don Bosco es uno de los pocos santos del siglo XIX con un precioso material fotográfico, un medio ante el que tenía una gran fascinación y utilizaba con el ánimo de perpetuar los momentos más importantes de la vida de la Congregación. Don Bosco comenzó a ser fotografiado especialmente después de la segunda mitad del siglo, lo que coincide con el tiempo en el que la fotografía comienza a tener auge y razón por la cual no se tienen fotos de su más temprana juventud y niñez. No dejó en cambio registros fotográficos de personajes como Domingo Savio, cuya imagen se tiene gracias a la descripción de un compañero, ni de su propia madre Margarita Occhiena o de María Dominga Mazzarello.
Numerosas películas han sido producidas con el ánimo de representar la vida de Don Bosco. Entre las más destacadas se encuentran el Don Bosco de Leandro Castellini y el de Ludovico Gasparini, una producción entre Goya y la Editorial CCS y transmitida por la RAI. De ella dice la Revista de Novedades Literarias: (...) «Don Bosco», una biografía magnífica del gran apóstol de la juventud, el santo por antonomasia de la Revolución industrial: Don Bosco. Hijo de campesinos sus primeros años de vida fueron difíciles, pues la pobreza le obligó a abandonar los estudios, si bien su clara vocación al sacerdocio le hizo superar todas las pruebas en su camino (...).
El rostro de Don Bosco se hizo mundialmente popular y ha sido representado en dibujos, pinturas, óleos, murales, vallas, esculturas, diapositivas y material digital procedente de todos los países en donde su nombre se ha asociado a la educación juvenil y la mayoría de dichos trabajos artísticos adaptados a las variadas manifestaciones culturales de los cinco continentes.
Por último, el Apóstol de los jóvenes es objeto preferido de la música dentro de los movimientos juveniles salesianos alrededor del mundo. Muchas canciones son traducidas en diferentes idiomas y diferentes géneros musicales han sido adaptados para rendir homenaje a Don Bosco o para crear letras formativas en las que priman los valores del sistema preventivo. Una de las canciones más populares y traducidas en la actualidad es «Padre, Maestro y Amigo».
Don Bosco es uno de los pocos santos del siglo XIX con un precioso material fotográfico
Por: Varios | Fuente: Wikipedia
Como una de las figuras más populares de la educación en el mundo, Don Bosco es tema recurrente del arte. El mismo Don Bosco fue sensible a las manifestaciones artísticas y como todo lo que hacía, siempre era tendiente a la educación y formación de sus muchachos y a la defensa de la fe. Además de ser un estudiado intelectual, dominaba varios artes y oficios como la carpintería, la metalistería, la sastrería y la imprenta. Muchas de las iglesias, edificios y escuelas tenían sus aportes, así como el diseño de muchas piezas religiosas, entre las que se destaca la imagen de María Auxiliadora y los Doce Apostóles pintada por Tomás Lorenzone para la Basílica de María Auxiliadora en Turín. Por otro lado era un consagrado escritor y entre sus obras se cuentan innumerables libretos para teatro basados en historias formativas.
Nacido en el siglo de los inicios de la fotografía, Don Bosco es uno de los pocos santos del siglo XIX con un precioso material fotográfico, un medio ante el que tenía una gran fascinación y utilizaba con el ánimo de perpetuar los momentos más importantes de la vida de la Congregación. Don Bosco comenzó a ser fotografiado especialmente después de la segunda mitad del siglo, lo que coincide con el tiempo en el que la fotografía comienza a tener auge y razón por la cual no se tienen fotos de su más temprana juventud y niñez. No dejó en cambio registros fotográficos de personajes como Domingo Savio, cuya imagen se tiene gracias a la descripción de un compañero, ni de su propia madre Margarita Occhiena o de María Dominga Mazzarello.
Numerosas películas han sido producidas con el ánimo de representar la vida de Don Bosco. Entre las más destacadas se encuentran el Don Bosco de Leandro Castellini y el de Ludovico Gasparini, una producción entre Goya y la Editorial CCS y transmitida por la RAI. De ella dice la Revista de Novedades Literarias: (...) «Don Bosco», una biografía magnífica del gran apóstol de la juventud, el santo por antonomasia de la Revolución industrial: Don Bosco. Hijo de campesinos sus primeros años de vida fueron difíciles, pues la pobreza le obligó a abandonar los estudios, si bien su clara vocación al sacerdocio le hizo superar todas las pruebas en su camino (...).
El rostro de Don Bosco se hizo mundialmente popular y ha sido representado en dibujos, pinturas, óleos, murales, vallas, esculturas, diapositivas y material digital procedente de todos los países en donde su nombre se ha asociado a la educación juvenil y la mayoría de dichos trabajos artísticos adaptados a las variadas manifestaciones culturales de los cinco continentes.
Por último, el Apóstol de los jóvenes es objeto preferido de la música dentro de los movimientos juveniles salesianos alrededor del mundo. Muchas canciones son traducidas en diferentes idiomas y diferentes géneros musicales han sido adaptados para rendir homenaje a Don Bosco o para crear letras formativas en las que priman los valores del sistema preventivo. Una de las canciones más populares y traducidas en la actualidad es «Padre, Maestro y Amigo».
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