En el Domingo de la Divina Misericordia el Papa Francisco alienta a abrir el corazón a Jesús para tener vida verdadera
Por Walter Sánchez Silva
7 de abril de 2024
Antes del rezo de la oración mariana del Regina Caeli (Reina del Cielo), que en Pascua sustituye al Ángelus, y recordando que hoy es el Domingo de la Divina Misericordia, el Papa Francisco animó a abrir el corazón a Jesús para tener vida verdadera.
Ante unos 15 mil fieles presentes en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre recordó que hoy, segundo domingo de ´Pascua, está dedicado a la Divina Misericordia por un deseo del Papa San Juan Pablo II.
El Papa Francisco meditó en el evangelio de hoy que habla de la vida eterna y explicó qué se puede hacer para tener vida auténtica: “Todos queremos tener vida, pero existen diversos puntos de vista sobre cómo lograrlo. Por ejemplo, hay quien reduce la existencia a una carrera frenética para gozar y poseer muchas cosas: comer y beber, divertirse, acumular dinero y objetos, sentir emociones fuertes y nuevas, etc.”.
Este, advirtió el Papa, “es un camino que a primera vista parece atractivo, pero que no sacia el corazón. No es así como se ‘tiene vida’, porque siguiendo los caminos del placer y del poder no se encuentra la felicidad”.
“De hecho, quedan sin respuesta muchos aspectos de la existencia como, por ejemplo, el amor, las experiencias inevitables del dolor, las limitaciones y la muerte. Y, además, no se hace realidad el sueño que todos tenemos en común: la esperanza de vivir para siempre, de ser amados sin fin”.
“Hoy, el Evangelio dice que esta plenitud de vida, a la que cada uno de nosotros está llamado, se realiza en Jesús: es Él quien nos da la vida plena. Pero, ¿cómo acceder a ella, cómo experimentarla?”, cuestionó el Papa Francisco.
En el caso de los 12 Apóstoles, ellos se dejaron interpelar por Cristo resucitado y recibieron el don del Espíritu Santo, e interrogó a todos: “Les pregunto, ¿tienen esperanza? Que cada uno se pregunte: ¿cómo va mi esperanza?”.
Entonces, continuó el Papa Francisco, para tener vida cada día “basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiar por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él”.
El Santo Padre resaltó entonces que “cada encuentro con Jesús, un encuentro vivo con Él, nos permite tener más vida. Hay que buscar a Jesús, dejarse encontrar –porque Él nos busca–, abrir el corazón al encuentro con Jesús”.
El Papa Francisco también preguntó a todos: “¿creo en el poder de la resurrección de Jesús, creo que ha resucitado? ¿Creo en su victoria sobre el pecado, el miedo y la muerte? ¿Me dejo implicar en la relación con el Señor, con Jesús? ¿Y dejo que Él me empuje a amar a los hermanos y las hermanas, y a tener esperanza todos los días?”.
Para concluir, el Pontífice alentó a que “María nos ayude a crecer cada vez más en la fe en Jesús resucitado, para que ‘tengamos vida’ y difundamos la alegría de la Pascua”.
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