Mejor guarda silencio
Un antiguo proverbio indio, profundo y agudo como pocos, dice lo siguiente:
"Nunca hables de nadie sin haber andado con sus mocasines al menos quince días y seguramente después no dirás nada..."
Cuántas veces a lo largo de toda mi vida he optado por el silencio cómplice antes que el reproche descalificador. Pero no siempre lo he conseguido con éxito porque, las más de las veces mi temperamento pasional y vehemente me ha llevado a hablar a destiempo.
¡Qué magnífica victoria es un silencio oportuno, una callada por respuesta, un ser amable antes que tener razón!
Porque me pregunto yo, ¿para qué nos sirve tener razón?
Callar no es solamente un bien preciado, sino, si sabemos acompañarlo con la escucha tranquila y serena, es una forma de amor imparable.
Toda mi vida está llena de largos y profundos silencios. Empezaron siendo ese silencio de la ignorancia que uno calla para no meter la pata, luego se convirtió en un silencio apacible, sereno, y últimamente, quizás, con mucha frecuencia, me encanta ese silencio de escucha interior. Escucho que está pasando en mí. Qué desafina dentro de mí o qué hay, por el contrario, de plácido y dulce, de lago azul, que me permite momentos de éxtasis y de paz infinita.
A pesar de lo desestabilizante de lo que ocurre fuera, siempre hay un remanso donde la luz es tenue, el mar está en calma, ese mar interior que es mi esencia como ser de agua, y todo entra en una perfecta armonía.
Callar a tiempo es una gran victoria. ¿Quién soy yo para juzgar a nadie, sin conocer toda su biografía personal, los avatares y acontecimientos que han ido configurando su historia personal?
Líbreme Dios de criticar, ni juzgar a nadie, aun creyendo conocerle. Porque casos hay, y frecuentes, en que los errores pueden ser irreparables.
Así las cosas, mejor será, que guarde un silencio de recogimiento en espera que alguna luz, alguna idea, algún pensamiento brillante cruce por el cielo infinito e ilumine mi vida. Mientras tanto opto por lo más sencillo y difícil a la vez, que es, guardar "un silencio elocuente".
(Francisco Chelos)
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