jueves, 10 de septiembre de 2020

LOS NIÑOS APRENDEN LO QUE VIVEN


Los niños aprenden lo que viven



“Las palabras mueven, los ejemplos arrastran”, dice el proverbio. En efecto, nada es mejor que el testimonio de vida para moldear el carácter de los niños en el hogar. Por eso es determinante que los padres evalúen su propia conducta para que todo incida positivamente en sus hijos. Por ejemplo: dominio de sí mismos, sinceridad permanente, prioridad del deber, etc.

Si un niño vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño vive con aliento, aprenderá a tener confianza. Si un niño vive entre críticas, aprenderá a condenar. Si un niño vive entre hostilidad y discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con miedo, aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprenderá a quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un niño vive con amor y amistad, aprenderá a amar a los demás.

El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo: ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”?



* Enviado por el P. Natalio

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