“Vengan a mí”
Sin camino no se anda, sin verdad no se conoce, sin vida no se vive. Si andamos perdidos sin encontrar el rumbo, si sentimos que en lugar de vivir “arrastramos la vida” o lo que sería peor somos “muertos en vida”, éste es el momento de buscar a Cristo, de acercarse al Señor, Camino, Verdad y Vida, en el seno de una comunidad creyente.
“Vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso. Vengan a mí todos los que están deprimidos y agobiados, y yo les daré alivio. Vengan a mí todos los que están desorientados y sin sentido, yo soy el camino. Vengan a mí todos los que están en tinieblas y sombras de muerte, yo soy la luz. Vengan a mí, mansos y humildes, y encontrarán un remanso para su alma” (Jesús).
Jesús ve nuestra necesidad. Lo necesitamos a él y a nadie más. Sólo él puede advertir cuán grande es la necesidad que tenemos de él en esta hora del mundo. El hambriento se imagina que busca pan, y en verdad tiene hambre de él. El sediento cree desear tan sólo agua y en realidad tiene necesidad y sed de él. (GP). El nos invita: “Vengan a mí”.
* Enviado por el P. Natalio
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