sábado, 8 de febrero de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 8 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Sábado de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 8 de febrero de 2020


Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (3,4-15):

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos.
En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,9.10.11.12.13.14

R/. Enséñame, Señor, tus leyes

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R/.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe
de tus mandamientos. R/.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R/.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R/.

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. R/.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 8 de febrero de 2020
Carlos Latorre, cmf


Queridos amigos:

El texto bíblico de hoy nos presenta el ambiente de gran cercanía que Jesús con sus amigos los apóstoles. “Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» Así es cómo Jesús enseña, preocupándose del bienestar y entrando en el corazón de sus amigos .

Es maravilloso escuchar estas palabras de labios de nuestro Señor. Él nos invita a seguirle cargando la cruz de cada día, pero no se olvida de que aunque nuestra voluntad y deseo es grande, nuestras fuerzas son limitadas. Y que en más de una ocasión nos sentimos agotados y necesitamos descansar para reponer fuerzas

Después de cada misión es necesario dedicar tiempo a los informes y a la evaluación, pero, sobre todo necesitamos estar cerca de Jesús para recuperar las fuerzas de nuestro espíritu. Es importante planificar la actividad, estar al día de las situaciones que vamos a encontrar, pero lo que nunca puede faltarnos es la intimidad con Jesús. En una palabra: el mejor apóstol es el más amigo de Jesús, el que llega a entrar en su Corazón.

Porque no son las verdades solamente las que mueven a las personas, sino sobre todo los sentimientos, los afectos, como demuestra el breve pasaje del evangelista Marcos que hoy meditamos.

Dice el evangelio: ” Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”. Como en toda persona y mucho más en Jesús, el corazón es el que mueve su vida: “le dio lástima de ellos”. De ahí lo importante que son para todo apóstol de Cristo las horas de intimidad con Él. Ahí está el manantial de donde brota el amor y la fortaleza para hacer de verdad apostolado, agradeciendo a Dios los éxitos y sobrellevando los fracasos.

La compasión y la misericordia de Jesús no se quedan en palabras, sino que buscan alternativas y soluciones a las necesidades de las personas. La expresión «ovejas sin pastor» ratifica la crítica de Jesús a los dirigentes religiosos y políticos de Israel en aquel tiempo, porque dispersaban y extraviaban a su pueblo.

Decimos con el salmo: Te busco de todo corazón, Señor, no consientas que me desvíe.

Vuestro hermano en la fe.

Carlos Latorre

carloslatorre@claretianos.es

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