lunes, 24 de junio de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 24 DE JUNIO DE 2019 - SAN JUAN BAUTISTA


Lecturas de hoy Natividad de san Juan Bautista
Hoy, lunes, 24 de junio de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,1-6):

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 138,1-3.13-14.15

R/. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente

Señor, tú me sondeas y me conoces; 
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma. R/.

No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.


Segunda lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,22-26):

En aquellos días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.»

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66.80):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. 
La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 24 de junio de 2019
Eguione Nogueira, cmf.


¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!

Juan Bautista, el precursor de Jesús, se encuentra entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. A partir de la similitud de las narrativas de la infancia de Jesús y de Juan en el evangelio de Lucas la liturgia celebra el nacimiento de ambos: el de Jesús en el solsticio de invierno y el de Juan en el solsticio de verano.

La fiesta de la Natividad de Juan Bautista nos invita a valorar los pequeños acontecimientos de la vida, como el nacimiento de un niño. Con el nacimiento de Juan nos lleva a contemplar el Dios que, además de hacerse uno de nosotros en Jesús, nos prepara para recibirle como nuestro Salvador. Este es el modo de actuar de Dios en la historia: como un agricultor prepara la tierra para sembrar, Dios fue preparando la humanidad a lo largo de la historia hasta que se manifestó en su Hijo. De igual modo, también prepara nuestro corazón, a través de personas y acontecimientos, para que vayamos poco a poco descubriendo sus huellas en nuestra historia.
Juan Bautista prepara la venida inminente del Hijo de Dios. Aun en el vientre de su madre anuncia, con un salto de alegría, la presencia de Dios hecho niño. Juan intuyó que su quehacer en la vida era preparar la venida del que venía detrás de él. Y para ello vivió y por ello murió. Así fue toda su vida, en estrecha relación con Jesús, señalando a Cristo, diciendo a los hombres dónde, cómo y cuándo podrían encontrarse con el Mesías esperado.

Todos nosotros llevamos, por el bautismo, la misión de Juan: señalar a los demás donde encontrar a Jesús, no solo con palabras, sino con nuestro estilo de vida, con nuestras opciones, con la radicalidad de nuestra fe y la fidelidad al Evangelio. Que la festividad de hoy, celebrando la esperanza que nace con un niño, nos lleve a comprender que Dios elije lo más escondido, lo más frágil, lo más pequeño para preparar su llegada. 

Vuestro hermano en la fe.

Eguione Nogueira, cmf.
eguionecmf@gmail.com

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