Lecturas de hoy Lunes de la 26ª Semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 1 de octubre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Job (1,6-22):
Un día, fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satanás.
El Señor le preguntó: «¿De dónde vienes?»
Él respondió: «De dar vueltas por la tierra.»
El Señor le dijo: «¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.»
Satanás le respondió: «¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero extiende la mano, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara.»
El Señor le dijo: «Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques.»
Y Satanás se marchó.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job y le dijo: «Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a ¡os mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Una banda de caldeos, dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y apuñaló a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor.»
A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 16,1.2-3.6-7
R/. Inclina el oído y escucha mis palabras
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.
Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R/.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,46-50):
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante.
Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.»
Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.»
Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy lunes, 1 de octubre de 2018
CR
Queridos hermanos:
Comenzamos el mes de Octubre con la celebración de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones. Parece contradictorio que una santa que vivió su vida encerrada en la clausura de un convento pueda ser patrona de las misiones, un modo de vida y acción que suponen una vida llena de actividad externa. Así lo hemos contrapuesto muchas veces en la Iglesia: la vida de contemplación y la vida de acción, cuando son modelos de vida absolutamente complementarios, no sólo en el seno de la Iglesia en el que hay vocaciones a un vida consagrada a la oración y otras a la acción, sino en el propio seno de la vida del cristiano, donde el compromiso por el anuncio del Evangelio ha de balancearse siempre con una intensa vida de oración como expresión de la cercanía con el Maestro (nadie da lo que no tiene). Santa Teresa del Niño Jesús dedicó su vida a la oración por la Iglesia y las misiones, y a través de esa oración esforzada se convirtió en referente de amor y entrega por la misión evangelizadora de la Iglesia.
El Evangelio en primer lugar nos habla de la sed de poder que muchas veces aparece como motivación profunda de nuestro compromiso. Nos parece que nuestro méritos, nuestro esfuerzos, tienen que ser recompensados con el ascenso de la escala social evangélica. Frente a este instinto que funciona en todo los campos de la vida humana Jesús nos propone hacernos como niños. Los niños para Jesús son el símbolo de los que no tienen poder. El seguidor de Jesús no ha de ambicionar nunca el poder, al contrario desde la humildad acoger a los que no tienen poder, y así lo ejemplifica con la acogida generosa y gratuita de los niños, aquellos que no pueden darnos sino su transparencia. ¿Qué es lo que mueve realmente nuestro compromiso eclesial? ¿qué pasa si no nos sentimos suficiente recompensados o reconocidos nuestros desvelos por la misión?
Por último el evangelio de hoy repite una parte del evangelio del Domingo pasado, pero en la versión de Lucas. Quien no está contra nosotros está con nosotros. Frente a la tentación de considerarnos los “buenos”, los “fieles” frente a los “otros”, Jesús llama a los discípulos a reconocer que los valores del evangelio no son “exclusiva” de sus seguidores. Dios sigue trabajando en el corazón de los hombres, de todos los tiempos y de todas la culturas, y reconocer el bien, la solidaridad, la justicia… en las acciones de aquellos que no “son de los nuestros”, es proclamar precisamente esta realidad teológica: Dios es para todos.
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