LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
18 abril
Nosotros tenemos hambre de verdad, sed de felicidad; Jesús es el que llena estas nuestras aspiraciones; nuestra inteligencia busca la verdad absoluta y total, que nos satisfaga plenamente; solamente encontramos fragmentos de la misma, que no hacen otra cosa que aumentar en nosotros el ansia de la Verdad absoluta.
Solamente en Jesucristo podremos saciar plenamente esa nuestra hambre y esa nuestra sed, pues él no solamente nos propone la verdad, sino que él mismo es la Verdad del Padre, la Verdad absoluta.
Nuestro corazón busca la felicidad y la busca desesperadamente; y en cambio lo único que halla y a lo que tiene acceso es a unas pocas migajas en muchas ocasiones engañosas, que en vez de saciar nuestro apetito, lo exacerban más, al desilusionarlo; y cuando son verdaderas, lo dejan insatisfecho por lo pasajeras y poco eficientes.
P. Alfonso Milagro
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