Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
24 de abril
Cuando hablamos del mundo, ordinariamente hablamos de la humanidad, de los hombres, y cuando invocamos a María como reina del mundo, la estamos llamando Reina y Señora de todos los hombres, sean cuales fueren las circunstancias históricas en que desarrollan su vida.
María se preocupa de todas esas circunstancias que afectan a sus hijos, los hombres redimidos: sufre con los que sufren, trabaja con los que trabajan, se angustia con los oprimidos, protege a los enfermos, los ancianos y los huérfanos, goza con los que se sienten felices, camina con los peregrinos y caminantes, está al lado de los moribundos y recibe a los niños que vienen a este mundo.
Madre y maestra, no te apartes de mi lado en ningún momento de la vida, pero sobre todo en la hora de mi muerte.
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