Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
19 de abril
Aunque la Virgen Inmaculada fue santa y perfecta ya desde el primer instante de su existir; santa más que todos los santos juntos ya en aquel primer instante de su vida, sin embargo pudo ir creciendo y creció de hecho en la gracia y santidad momento tras momento.
La gracia va aumentando la virtud y capacidad del alma, de suerte que cuanto más participamos del amor de Dios, más receptivos nos hacemos a su acción; por eso María, a pesar de la plenitud inicial de gracia, pudo ir aumentando más y más ese caudal de santidad.
No basta que vivas en gracia; es preciso que vayas aumentando en ti la intensidad de vida de la gracia.
Madre que sufriste por nosotros, haz que crezca en mí más y más el amor de Dios.
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