Los cinco minutos de María
Febrero 12
Nadie como la Virgen dolorosa sintió la soledad. La piedad cristiana titula precisamente “La soledad de María Santísima” -que veneramos el Sábado Santo- a la situación de María después del entierro de su Hijo Jesús.
A lo largo de nuestra vida seguramente nosotros también hemos experimentado o experimentaremos la soledad, ese espacio vacío, doloroso, a nuestro alrededor, la incomprensión de parte de las personas que más queremos… En esas circunstancias, no olvidemos que quien tiene a Dios nunca está solo. “Quien a Dios tiene, nada le falta”, decía Santa Teresa de Jesús.
María, Madre de Jesucristo y de la Iglesia, condúcenos al Señor y enséñanos a vivir la comunión con nuestros hermanos.
* P. Alfonso Milagro
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