TESTIMONIO SOBRE EL SANTO ROSARIO
Cuando en 1945 se tiró la bomba atómica sobre Hiroshima, de una pequeña comunidad de ocho sacerdotes jesuitas, situada en una casa parroquial distante sólo ocho manzanas del lugar de la explosión de la bomba, todos quedaron ilesos junto con la casa, mientras que no se salvó ninguna persona en el radio de un kilómetro y medio del centro de la explosión.
El Padre Schiffer contó en el Congreso Eucarístico de Filadelfia, en 1976, cuando aún vivían los ocho miembros supervivientes, que 200 científicos y expertos investigaron durante varios años las causas científicas por las cuales la casa parroquial y sus habitantes no habían sido tocados en medio de la destrucción de toda clase de vida… Él decía que en aquella casa había una cosa distinta a las demás que fueron destruidas: se rezaba el Rosario diariamente en comunidad…
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