LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 23
A diario se nos presentan situaciones difíciles…
No es fácil pedir disculpas cuando uno se ha equivocado.
Ni volver a comenzar cuando todo se ha venido abajo.
Ni admitir un error cuando nos lo hacen ver.
No es fácil ser abnegado, ser considerado, y persistir ante las dificultades, sobre todo cuando son muy persistentes.
No es fácil soportar el peso del éxito y de la prosperidad sin vanagloriarse, ni hincharse ante los demás por ello.
Ni lo es el perdonar y olvidar las faltas de atención de los otros, sobre todo cuando se refieren a nosotros mismos.
Ni dominar nuestro mal carácter, sin descargar en los demás nuestra carga de agresividad cuando las cosas no salen según nuestros deseos.
Nada de esto es fácil: no es fácil, pero no es imposible conseguirlo; y no siempre tenemos que buscar el camino de lo más fácil, sino de lo que sea mejor.
“Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre” (Is 12,4). Es admirable lo que Dios hace con los suyos, cómo los purifica, los santifica, los eleva; déjate purificar y elevar por el Señor, ponte en sus manos con total confianza.
* P. Alfonso Milagro
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