LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Julio 25
Ser perfeccionista, ¿es una virtud o un defecto? Querer que todo salga a la última perfección, ¿está bien o está mal?
Es innato en el ser humano el deseo de evolucionar, de ser cada vez mejor, personal y colectivamente, familiar y socialmente; cuando tu hijito te presenta el cuaderno de deberes, tú le alabas por lo bien realizado, pero lo estimulas a perfeccionarse, a hacerlo cada vez mejor.
Cuando te afeitas o peinas tu cabellera, deseas que quede una perfecta afeitada o un peinado impecable; y así en todas las cosas y en todos los niveles. ¿Por qué solamente en nuestra espiritualidad quedaremos sin el debido desarrollo?
La meta de todo ser viviente es lograr la perfección completa de su vida en todos sus órdenes. Si somos humanos, no nos contentemos con serlo; aspiremos a ser hijos de Dios por la gracia santificante. Eso será llegar a la meta que nos hemos propuesto y, sobre todo, que nos ha señalado el mismo Dios, nuestro padre.
“Ser perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo” (Mt 5, 48). “El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es iniciador y consumador” (LG 40)
* P. Alfonso Milagro
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