LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Julio 11
La fe no es un producto de la razón, pero si eres creyente, debes conocer y saber exponer los fundamentos de tu fe; los motivos razonables que te hacen permanecer en el mundo de la fe.
¿A veces te ha cruzado por la mente esta idea: “Acepto a Dios, pero no a sus misterios”? ¿Reconoces lo ilógico de esa postura? En la fe, ¿se trata de aceptar porque lo ves todo razonable, o porque es Dios quien te inspira confianza en su Palabra revelada?
Si crees, porque a ti te parece verdad y razonable, entonces estás creyendo en ti, en tu razón, en tu entendimiento, que te muestra las cosas como aceptables; crees en ti pero no en Dios; y eso será fe humana, pero nunca fe divina; y con la fe humana puedes llegar a los mayores desastres, puedes perderla con facilidad, pues el fundamento en que se apoya es muy variable; mientras que la fe divina es inconmovible, pues Dios es siempre el mismo y nunca cambia.
“Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!” (Jn 20,29). “La fe es garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades de las realidades que no se ven” (Heb 11,1). La fe es un salto en el vacío, pero el que da ese salto sabe que no caerá en el vacío sino en los brazos de Dios, que es su Padre, que no puede engañar.
* P. Alfonso Milagro
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