Los cinco minutos de Dios
Junio 4
Mientras en el universo hallamos un equilibrio; el hombre experimenta el desequilibrio dentro de sí. El universo mantiene un equilibrio sujeto a las leyes señaladas por el Creador; sin ese equilibrio sobrevendría el caos y la autodestrucción, no solo del mundo, sino también del mismo hombre.
El hombre, por el mal uso de su libertad, puede alterar su equilibrio íntimo; de esa forma puede llegar a desorbitarse; el hombre altera el equilibrio; en lugar de ser hermano de todos los hombres y señor de todas las cosas, por su ambición y su egocentrismo quiere ser señor de los hombres y se hace esclavo de las cosas, que llegan a dominarlo.
Así el hombre, por su afán de poseer, deja de esforzarse por ser; el hombre queda disminuido, sin identidad propia. Solamente volviendo a ocupar el puesto que Dios le señaló podrá restablecer el equilibrio.
“Si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres” (Jn 8,36). “Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Jn 8, 31-32). La Palabra del Señor será la luz que te ilumine y la norma que te guíe.
* P. Alfonso Milagro
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