LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 11
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos". Es la primera bienaventuranza que Cristo proclamó en el Sermón de la Montaña.
Pobre de espíritu es el sencillo, el humilde, el que no se paga de sí mismo, el que está convencido de que depende de los demás, de que él solo no puede enfrentar la vida, que necesita de los otros; por eso es pobre, porque no tiene en sí cuanto necesita, sino que lo espera de los demás.
El orgulloso piensa que él y solo él se satisface, se basta y se sobra; por eso es rico: se tiene a sí mismo.
Pero solamente al pobre de espíritu, al que tiene alma de pobre o es pobre de espíritu se le promete el Reino de los Cielos; el orgulloso conquista a los hombres, el humilde conquista a Dios; el orgulloso será dueño de la tierra y sus riquezas; el humilde tendrá como herencia el cielo y sus bienes.
¿Qué prefieres?
“Porque tu fuerza no está en el número, ni tu dominio en los fuertes, sino que tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los desvalidos, el apoyo de los débiles, el refugio de los abandonados y el salvador de los desesperanzados” (Jdt 9,11). Nunca es más grande el hombre, que de rodillas. No dudes en doblarlas ante tu Dios. En tus rodillas está tu fuerza y la debilidad de Dios.
* P. Alfonso Milagro
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