LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Marzo 11
Si no te pareces a quien amas, es porque no amas a quien te pareces, porque el amor, o encuentra semejantes a los que se aman, o los hace semejantes.
Y, si lo amas, si eres semejante a él, lo defenderás en su ausencia y lo corregirás en su presencia; y, si lo defiendes, lo harás con sinceridad y, si lo corriges, lo harás con profunda caridad.
Si lo defiendes con sinceridad y lo corriges con caridad, lo ganarás para tí y para Dios, le habrás hecho un bien, habrás contribuido a su mejoramiento; y, al hacerlo mejor a él, te habrás hecho mejor a tí mismo.
Y de ésa forma te habrás dado a los demás, porque el verdadero amor lleva a darse, pero a darse de verdad, sin retaceos ni limitaciones, sin falsificaciones, ni hipocresías.
La actitud de caridad te llevará en ocasiones a corregir a quien amas; pero entonces deberás corregirlo porque lo amas y no pensar que lo amas porque lo corriges. “No guardes rencor a tu prójimo por ninguna injuria, no hagas nada en un arrebato de violencia” (Eclo 10,6). Si te examinas con sinceridad y profundidad, verás que, cuando corriges o llamas la atención, hay en ti un tanto por ciento de buena intención pero otro buen tanto por ciento de nerviosismo, de mal genio, de impaciencia.
* P. Alfonso Milagro
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