LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Enero 13
Todos consideramos como una verdadera alabanza el que digan de nosotros que tenemos mucha personalidad.
Ahora bien, la propia personalidad no se forma sino con el dominio de sí mismo, con el acero de la voluntad, que sabe negarse muchas cosas y ser fiel a otras. No traicionar la propia conciencia, que es lo mismo que no traicionar a Dios.
Por el contrario, se considera como un insulto que nos digan que somos "cobardes"; pero resulta que, para adquirir una personalidad propia, resulta imprescindible el valor; el valor que sepa decir sí cuando hay que decirlo, pero no titubee en decir no cuando no se pueda decir sí.
Ser valiente, ser cobarde; tener personalidad, no tenerla.
Es la voluntad la que deberá regirnos; pero esa voluntad debe ser iluminada por el entendimiento y por la gracia del Señor; deberemos pedir esa luz y esa fuerza y con ellas lanzarnos a las cumbres sin titubeos, sin miedos, sin angustias de ninguna clase.
Si tenemos conciencia de que somos hijos de Dios, esa conciencia deberá regir todos nuestros actos. “El bautismo por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una buena conciencia por medio de la resurrección de Jesucristo” (1 Pe 3,21)
* P. Alfonso Milagro
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