LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Enero 10
Un joven se quejó a Daniel Webster:
Ya no hay oportunidad para los jóvenes; todos los puestos buenos están ocupados.
Aún hay sitio en las cumbres, le respondió.
Si quieres detenerte en el llano, ciertamente seguirás siendo un hombre anónimo, de la masa, vulgar, sin proyección; pero, si te lanzas hacia la altura, si clavas tu mirada en la cumbre, si no te contentas con lo común, como ser como son los demás, sino que aspiras a ser como fueron los menos, llegarás a la perfección.
Por eso tienes que subir, siempre subir, esforzarte por ser mejor, cada día con un nuevo esfuerzo, con redoblado aliento, con más entusiasmo.
No olvides que en las cumbres se respira aire más puro, más oxigenado; que en las cumbres del propio renunciamiento es donde el hombre se va purificando y se va haciendo mejor; que las cumbres son el único lugar que habitan los santos.
La gracia, además de consciente, ha de ser creciente; no puedes contentarte con ser amigos de Dios; profundiza cada vez más en esa amistad. “Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre” (Jn 15,15)
* P. Alfonso Milagro
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