La esencia de la devoción
La esencia de la devoción se sintetiza en cinco puntos fundamentales:
1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor. Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice:
"Deseo conceder gracias
inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se
acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores
obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien.
Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la
muerte le colmaré el alma con mi paz divina".
2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.
"Las gracias de mi
misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza.
Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin
límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de
mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho,
muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz,
porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi
misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me
complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".
3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
"Exijo de ti obras de
misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar
misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni
excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia:
la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la
oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia
y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma
alaba y adora mi misericordia".
4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
"Si el alma no practica
la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el
día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos,
no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".
5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia al día.
"Debes saber, hija mía
que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las
gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la
sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre
todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no
puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo
para las almas".
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