Salmo 4
Acción de
gracias
Escúchame cuando te invoco, Dios,
defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha
mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis
mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor
hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho; ofreced sacrificios legítimos y confiad en
el Señor.
Hay muchos que dicen: "¿Quién nos
hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?"
Pero tú, Señor, has puesto en mi
corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y en seguida me
duermo, porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
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