miércoles, 10 de marzo de 2021

SAN BENITO, UN ÁGUILA Y CONSEJOS PARA VIVIR LA CUARESMA

 


 San Benito, un águila y consejos para vivir la Cuaresma

Con la Cuaresma, la Iglesia no busca hacernos la vida imposible, sino fortalecer nuestro espíritu, para soportar los grandes vuelos que tiene la vida.


Por: P. Juan Antonio Ruiz J., L.C. | Fuente: www.la-oracion.com



Aunque la vida del monje debería tener en todo tiempo una observancia cuaresmal, sin embargo, como son pocos los que tienen semejante fortaleza, los exhortamos a que en estos días de Cuaresma guarden su vida con suma pureza, y a que borren también en estos días santos todas las negligencias de otros tiempos. Lo cual haremos convenientemente, si nos apartamos de todo vicio y nos entregamos a la oración con lágrimas, a la lectura, a la compunción del corazón y a la abstinencia.

Por eso, añadamos en estos días algo a la tarea habitual de nuestro servicio, como oraciones particulares o abstinencia de comida y bebida, de modo que cada uno, con gozo del Espíritu Santo, ofrezca voluntariamente a Dios algo sobre la medida establecida, esto es, que prive a su cuerpo de algo de alimento, de bebida, de sueño, de conversación y de bromas, y espere la Pascua con la alegría del deseo espiritual» (San Benito, Regla, Capítulo 49).

Uno de mis animales favoritos es el águila. Siempre lo ha sido. Ver sus alas extendidas en su majestuoso vuelo o la pose orgullosa y elegante de su cabeza ha constituido desde mi más tierna infancia objeto de admiración. Por ese motivo, no dudé en abrir una de las miles de presentaciones de Power Point que me llegaron esta semana con el título de "El reto del águila". Decía exactamente lo siguiente:

El águila es una de las aves de mayor longevidad. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que tomar una seria y difícil decisión.

A los 40 años, ya sus uñas se volvieron tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta. El pico alargado y en punta, se curva demasiado y ya no le sirve. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas y, para entonces, ¡volar se vuelve tan difícil!

Entonces, tiene sólo dos alternativas: Dejarse estar y morir... o enfrentar un doloroso proceso de renovación que le llevará aproximadamente 150 días. Ese proceso consiste en volar a lo alto de una montaña y recogerse en un nido, próximo a un paredón donde ella no necesita volar y se siente más protegida.

Entonces, una vez encontrado el lugar adecuado, el águila comienza a golpear la roca con el pico ¡hasta arrancarlo! Luego espera que le nazca un nuevo pico con el cual podrá arrancar sus viejas uñas inservibles. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, ella desprende una a una, sus viejas y sobrecrecidas plumas. Y después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros 30 años más.

No sé si sea verdad o una mera ficción, pero a mí me ha recordado el período de Cuaresma que estamos viviendo, un tiempo que, para muchos, puede ser costoso. De hecho, lo era para San Benito.

El texto del santo que arriba he querido compartirles lo deja muy claro: no se puede vivir la Cuaresma durante todo el año. No todos tenemos las fuerzas para vivirlo. Pero también es verdad que la Cuaresma es necesaria, así como para el águila era necesario ese esconderse en su nido. Sin este período de renuncias, nuestra alma puede volverse vieja, rutinaria y no rejuvenecer.

Por ello, con este tiempo litúrgico que la Iglesia nos propone no es que se busque hacernos la vida imposible, sino que, con la oración y los pequeños sacrificios que uno realiza -«que prive a su cuerpo de algo de alimento, de bebida, de sueño, de conversación y de bromas», para decirlo con las palabras de San Benito- se nos ayuda a fortalecer nuestro espíritu, a darle más fuerza y soportar, luego, los grandes vuelos que aún tengamos por delante en nuestra vida: vuelos que no estarán exentos de dificultades y tentaciones; vuelos que nos llevarán, si Dios quiere, al vuelo definitivo a la Eternidad, al abrazo con Dios.

¿Cuántas "uñas largas e inservibles" tengo yo en mi vida y que necesito arrancarme? ¿Cuál es mi lista de vicios o de pequeñas cosas que puedo ofrecer a Dios? Sería muy positivo, si no lo han hecho aún, trazarse unos objetivos, sencillos y claros, para estos 40 días de Cuaresma y ponerlos delante de Dios en la oración. Así, podremos renovar nuestra alma y, de esta manera, podremos ser también objetos de admiración...pero no de cualquiera, sino del mismo Dios.

IMÁGENES DE SAN JOSÉ PARA COLOREAR





 

DOLORES Y GOZOS A SAN JOSÉ

 


 

DOLORES Y GOZOS A SAN JOSÉ

Fuente: Oblatos de San José

Provincia "Santo Toribio de Mogrovejo" - Perú



1. Purísimo esposo de María, glorioso San José, mucho sufriste por motivo de la divina maternidad de tu esposa. Pero también gozaste inmensamente, cuando el ángel te reveló ser voluntad divina que te quedaras con María y le hicieras de padre de Jesús.

- Por este dolor y este gozo, consuélanos con la gracia de una vida santa y una muerte dichosa como la tuya entre Jesús y María.

Después de cada oración rezar el Gloria al Padre o cantar:

Salve, padre del Señor, 

oh guardián del Redentor,

salve, esposo de María,

fue tu huésped mi Jesús.

2.- Gran patriarca San José, la pena que experimentaste al ver nacer a Jesús e tanta pobreza, se cambió en gozo al estrechar en tus brazos a Aquel a quien los ángeles proclamaban Salvador de los hombres.

- Por este dolor y este gozo, concédenos que, al terminar nuestra vida, nos podamos unir al coro de los ángeles y disfrutar para siempre de la gloria celestial.

3.- Glorioso San José, fiel cumplidor de la voluntad de Dios, la sangre preciosa de Jesús derramada en su circuncisión te entristeció; pero el nombre de Jesús, que le impusiste por orden divina, te colmó de alegría.

- Por este dolor y este gozo, concédenos que, después de haber purificado nuestra vida de todo pecado, podamos morir invocando el santo nombre de Jesús.

4.- Santo fidelísimo, glorioso San José, que llegaste a conocer el misterio de nuestra redención; la profecía de Simeón que preanunciaba los sufrimientos que Jesús y María iban a padecer, te sumió en el dolor. Pero te alegraste al conocer que por aquellos dolores las almas se salvarían.

- Por este dolor y este gozo, haz que también nosotros pertenezcamos al número de aquellos que, por los méritos de Jesús y la intercesión de María, resucitarán para la vida eterna.

5.- Solícito custodio del Hijo de Dios, glorioso San José, mucho tuviste que sufrir para defender y sustentar a Jesús, especialmente en la huida y permanencia en Egipto; pero también te llenaba el alma de consuelos el tener siempre a tu lado la confortadora presencia de Jesús y María.

- Por este dolor y este gozo, consíguenos que, victoriosos delas insidias del mundo y de las asechanzas del demonio, en unión con Jesús y María, consagremos nuestra vida al servicio de Dios y de los hermanos.

6.- Glorioso San José, protector de los hogares, tu alegría al retorno de Egipto fue conturbada por el temor de Arquelao; pero te causó mucho alivio la apacible residencia en Nazaret, donde Jesús quiso ser por ti educado a una vida de trabajo y obediencia.

- Por este dolor y este gozo, alcánzanos ser librados de todo temor y angustia, para poder así cumplir nuestros deberes en la intimidad de la familia y en el trabajo, bajo la mirada amorosa de Dios.

7.- Glorioso San José, modelo acabado de toda santidad, durante tres días con inmenso dolor buscaste a Jesús extraviado sin culpa tuya; pero experimentaste suma alegría al encontrarlo en el templo entre los doctores.

- Por este dolor y este gozo, te suplicamos, nos ayudes a no apartarnos nunca de Jesús por el pecado. Si por nuestra desgracia le perdiésemos, haz que con humildad le busquemos hasta encontrarlo, especialmente de nuestra muerte, para gozar contigo en el cielo.




ORACIÓN FINAL:

V. EL Señor lo constituyó protector de su casa.

R. Y dispensador de todos sus bienes.


ORACIONES A SAN JOSÉ

¡Oh San José!

estamos aquí todos para ti

y tú sé todo para nosotros.

Tú indícanos el camino, 

sostennos a cada paso,

condúcenos adonde

la Divina Providencia quiere que

lleguemos; sea largo o corto el

camino, fácil o difícil, se vea o

no se vea con ojos humanos

la meta, deprisa o despacio,

nosotros contigo estamos

seguros de caminar siempre

bien. Amén


(San José Marello)




Salve, custodio del Redentor

y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a sus hijo,

en ti María depositó su confianza,

contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado San José,

muéstrate padre también a nosotros

y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia

y valentía, y defiéndenos de todo mal.

Amén.


(Papa Francisco)


MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 22, 10 DE MARZO



MEDITACIÓN DE CUARESMA

 Día 22º. Miércoles 10 de Marzo.



Desagravio. ¡Señor perdónales porque no saben lo que hacen! Estas fueron casi las últimas palabras que Jesús dijo antes de morir en la Cruz. Dios perdona siempre que le pedimos perdón, pero desafortunadamente no todos los hombres tienen la costumbre de pedir perdón y de terminar con cosas o actitudes que ofendan al Señor. Ese cine que proyecta películas desaconsejadas, una conversación salida de tono, cuando se leen noticias en las que se informa de alguien que asesina o secuestra, cuando te enteras de alguien que roba o engaña, cuando pasas por delante de uno de esos sitios en los que se ofende a Dios, ¿te acuerdas de pedir perdón por esa gente que no sabe lo que hace? ¡Jesús perdónales porque no se dan cuenta!

Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.

AÑO DE SAN JOSÉ, 10 DE MARZO



Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Marzo 10

América Latina, que desde los comienzos de la evangelización selló la alianza con el Señor, tiene que renovarla ahora y vivirla con la gracia del Espíritu Santo, con todas sus exigencias de amor, de entrega y de justicia. San José ayúdanos en esta tarea. Amén.

(P. Florentín Brusa, cmf)

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 10 DE MARZO DEL 2021


Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma

Hoy, miércoles, 10 de marzo de 2021



Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:

«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.

Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.

Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:

“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.

Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?

Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?

Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos».


Palabra de Dios




Salmo

Sal 147,12-13.15-16.19-20


R/. Glorifica al Señor, Jerusalén


V/. Glorifica al Señor, Jerusalén;

alaba a tu Dios, Sión.

Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,

y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.


V/. Él envía su mensaje a la tierra,

y su palabra corre veloz;

manda la nieve como lana,

esparce la escarcha como ceniza. R/.


V/. Anuncia su palabra a Jacob,

sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obró así,

ni les dio a conocer sus mandatos. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».


Palabra del Señor




«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas (...), sino a dar cumplimiento»

Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez

(Sant Feliu de Llobregat, España)



Hoy día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas expresan la búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la búsqueda del más allá, de las realidades eternas. En cambio, en el cristianismo, que hunde sus raíces en el judaísmo, este fenómeno es inverso: es Dios quien busca al hombre.

Como recordó San Juan Pablo II, Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él. Esto se hace realidad en el pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios para recibir sus palabras. Ésta es la experiencia que tiene Moisés cuando dice: «¿Dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?» (Dt 4,7). Y, todavía, el salmista canta que Dios «Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos» (Sal 147,19-20).

Jesús, pues, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al hombre. Por esto, dice que «no penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). Viene a enriquecerlos, a iluminarlos para que los hombres conozcan el verdadero rostro de Dios y puedan entrar en intimidad con Él.

En este sentido, menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes que sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno será tenido por pequeño en el Reino del Cielo. Y es que, como decía san Teófilo de Antioquía, «Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados».

Aspiremos, pues, en la oración a seguir con gran fidelidad todas las indicaciones del Señor. Así, llegaremos a una gran intimidad con Él y, por tanto, seremos tenidos por grandes en el Reino del Cielo.

MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 21, 9 DE MARZO



MEDITACIÓN DE CUARESMA

 Día 21º. Martes 9 de Marzo.


Confesiones descuidadas. Cuentan que un obrero había encontrado un billete de mil dólares; no le llamó mucho la atención porque en América los billetes son iguales aunque tengan más valor y aquel papelito no le impresionó demasiado. Se lo guardó en un bolsillo, varios días más tarde, al pasar por un Banco, entró a preguntar cuánto valía.

Casi se desmaya cuando se lo dijeron, pues la suma equivalía a tres meses de su jornal...

No es raro encontrarse con gente que no sabe lo que tiene; puede ser un cuadro de un pintor famoso, un objeto antiguo, unas monedas raras, unos sellos valiosísimos... Cuando nos enteramos, solemos sentir una especie de envidia. No se nos ocurre pensar que nosotros también tenemos un tesoro que quizá no apreciamos: El Sacramento de la Penitencia. Tal vez al recibirlo frecuentemente y sepamos que no sólo sirve para perdonar los pecados graves, sino también los leves; que aumenta la gracia santificante y nos proporciona una gracia especial para rechazar las tentaciones... Sin embargo, a lo mejor nos parece que no nos aprovecha demasiado, que no nos hace mejores; que nos acusamos una y otra vez de los mismos pecados, inútilmente... Si eso pensamos, lo más probable es que nuestras confesiones no sean buenas. La Penitencia es un sacramento que Jesús pagó con su vida. Debemos cuidar todo lo que tiene que ver con la confesión.

¿Hago bien el examen? ¿Pido perdón con dolor? ¿Digo los pecados en concreto y también los veniales? ¿Hago propósito de no volver a cometerlos? ¿Cumplo la penitencia?

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 9 DE MARZO



Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Marzo 9

Según el documento de Puebla, la educación de la familia representa siempre un sacrificio, recuerdo de la cruz redentora. Pero la felicidad que comunica a los padres recuerda también la resurrección. San José, haz que todos podamos tener esa alegría de la resurrección en nuestras familias. Así sea.

(P. Florentín Brusa, cmf) 

BUENOS DÍAS





 

lunes, 8 de marzo de 2021

FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!!! TE DESEA BLOG CATÓLICO GOTITAS ESPIRITUALES

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UNA BUENA ORACIÓN DE SANACIÓN PARA CUARESMA



 Una buena oración de sanación para cuaresma

Si aún no encuentras qué sacrificio de cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te interese esta idea...

Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com



Ayer me dijo una persona: "No se me ocurre ninguna buena idea para mi sacrificio de cuaresma. ¿Me sugiere algo que usted crea que le agrade a Jesucristo?"

A los sacrificios de cuaresma se les da con frecuencia un enfoque negativo: cosas a las que hay que renunciar. Personalmente prefiero el enfoque positivo: vencer el mal con el bien (Rm 12,21), hacer el bien.

Abstinencia, ayuno, abnegación, renuncia, son palabras que se ponen de moda en cuaresma. Renunciar a cosas agradables es difícil, supone sacrificio. También supone sacrificio ser generoso, salir de sí mismo y pensar en el bien del otro antes que en el propio.

Cuando Jesucristo tenía la cruz delante dijo que él daba su vida voluntariamente: "Nadie me la quita, yo la doy por mí mismo." (Jn 10,18a) Fue un acto de generosidad. El sacrificio de Jesucristo fue poner amor y poner el mayor amor posible.

Si aún no encuentras qué sacrificio de cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te interese esta idea: Orar por tus enemigos y por aquellas personas que te han hecho sufrir o te resultan pesadas. "La oración de intercesión consiste en una petición en favor de otro. No conoce fronteras y se extiende hasta los enemigos", nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el n. 2647.

¿Y por qué lo propongo como sacrificio de cuaresma? Porque cambiar la herida en compasión y purificar la memoria transformando la ofensa en intercesión (cfr. Catecismo 2843) es un camino de conversión.

Es también oración de sanación, porque una oración así sana las heridas del corazón, purifica el rencor, prepara al perdón, ensancha el corazón.

"Interceder, pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca "no su propio interés sino el de los demás" (Flp 2,4), hasta rogar por los que le hacen mal". (Catecismo 2635)

Lo más difícil de este sacrificio es hacer la oración con un corazón que ha conocido la conversión. Cuando hagamos oración por las personas que nos resulten pesadas o nos hayan hecho daño, hay que hacerlo poniendo buenos sentimientos. No es un: "Te suplico, Señor, que esta persona se muera cuanto antes, pues no la soporto", sino de verdad poner amor, como Jesús: "El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen" (Hb 5,7-9).

¿A quién se le ocurre orar por los enemigos, por las personas insoportables, por quienes no nos perdonan, por aquellos que nos han herido, por quienes nos ofenden y hacen daño, por los seres queridos que nos hacen sufrir? A un buen cristiano.

Poner amor como un acto generoso y gratuito es un modo de construir la civilización del amor. La civilización del amor también se construye orando por aquellos a quienes hemos hecho sufrir y por quienes nos han hecho sufrir. Como dice la canción: Si amo la flor, amo también sus espinas. Sólo el amor nos hace grandes, sólo el amor hace ver que es precisamente lo que duele lo que hace al hombre amable entre los seres.

Te propongo que al terminar de leer este artículo pienses en alguien que te cueste tratar, o en alguna persona que te haya hecho daño, o en alguien que se dedique a ofenderte, y que reces por él. Y puedes rezar también por aquellos que sienten lo mismo respecto a ti. Hacerlo todos los días de cuaresma sería lo mejor.

MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 20, 8 DE MARZO



MEDITACIÓN DE CUARESMA

 Día 20º. Lunes 8 de Marzo.


El pobre es el egoísta. "Hay diversas clases de pobreza -cuenta la madre Teresa de Calcuta-. En la India hay gente que muere de hambre. Un puñado de arroz es precioso, valiosísimo. En los países occidentales, sin embargo, no hay pobreza en ese sentido. Nadie muere de hambre y ni siquiera abundan los pobres como en la India... Pero existe otra clase de pobreza, la del espíritu que es mucho peor. La gente no cree en Dios, no reza, no ama, va a lo suyo... Es una pobreza del alma, una sequedad del corazón que resulta mucho más difícil de "remediar".

¿Puedes tener tú esa pobreza? Pídeles a Jesús y a María que nunca caigas en esa pobreza de espíritu; que te ayuden a quererles cada día más y a acudir a ellos ante cualquier necesidad, y que te ayuden a querer a los demás. ¡Jesús, María, que no olvide rezar ni por la noche ni al levantarme! Que sea generoso: porque el verdaderamente "pobre" es el egoísta.

Continúa hablando a Dios con tus palabras.

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 8 DE MARZO


 Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Marzo 8

Como nos recuerda el concilio Vaticano II, cuando los padres van por delante con su ejemplo y oración familiar, los hijos y cuantos conviven en la misma familia encuentran más fácilmente el camino del sentido humano de la salvación y de la santidad. Glorioso patriarca, concede a las familias esta gracia para que puedan alcanzar la vida eterna. Así sea.

(P. Florentín Brusa, cmf)

HOY ES LA FIESTA DE SAN JUAN DE DIOS, PATRONO DE LOS QUE TRABAJAN EN HOSPITALES, 8 DE MARZO



 San Juan de Dios


Estuvo de soldado bajo las órdenes del genio de la guerra, Carlos V en batallas muy famosas. La vida militar lo hizo fuerte, resistente y sufrido.

La Sma. Virgen lo salvó de ser ahorcado, pues una vez lo pusieron en la guerra a cuidar un gran depósito y por no haber estado lo suficientemente alerta, los enemigos se llevaron todo. Su coronel dispuso mandarlo ahorcar, pero Juan se encomendó con toda fe a la Madre de Dios y logró que le perdonaran la vida. Y dejó la milicia, porque para eso no era muy adaptado.

Salido del ejército, quiso hacer un poco de apostolado y se dedicó a hacer de vendedor ambulante de estampas y libros religiosos.

Cuando iba llegando a la ciudad de Granada vio a un niñito muy pobre y muy necesitado y se ofreció bondadosamente a ayudarlo. Aquel "pobrecito" era la representación de Jesús Niño, el cual le dijo: "Granada será tu cruz", y desapareció.

Estando Juan en Granada de vendedor ambulante de libros religiosos, de pronto llegó a predicar una misión, el famoso Padre San Luis de Ávila. Juan asistió a uno de sus elocuentes sermones, y en pleno sermón, cuando el predicador hablaba contra la vida de pecado, nuestro hombre se arrodillo y empezó a gritar: "Misericordia Señor, que soy un pecador", y salió gritando por las calles, pidiendo perdón a Dios. Tenía unos 40 años.

Se confesó con San Juan de Ávila y se propuso una penitencia muy especial: hacerse el loco para que la gente lo humillara y lo hiciera sufrir muchísimo.

Repartió entre los pobres todo lo que tenía en su pequeña librería, empezó a deambular por las calles de la ciudad pidiendo misericordia a Dios por todos sus pecados.

La gente lo creyó loco y empezaron a atacarlo a pedradas y golpes.

Al fin lo llevaron al manicomio y los encargados le dieron fuertes palizas, pues ese era el medio que tenían en aquel tiempo para calmar a los locos: azotarlos fuertemente. Pero ellos notaban que Juan no se disgustaba por los azotes que le daban, sino que lo ofrecía todo a Dios. Pero al mismo tiempo corregía a los guardias y les llamaba la atención por el modo tan brutal que tenían de tratar a los pobres enfermos.

Aquella estadía de Juan en ese manicomio, que era un verdadero infierno, fue verdaderamente providencial, porque se dio cuenta del gran error que es pretender curar las enfermedades mentales con métodos de tortura. Y cuando quede libre fundará un hospital, y allí, aunque él sabe poco de medicina, demostrará que él es mucho mejor que los médicos, sobre todo en lo relativo a las enfermedades mentales, y enseñará con su ejemplo que a ciertos enfermos hay que curarles primero el alma si se quiere obtener después la curación de su cuerpo. Sus religiosos atienden enfermos mentales en todos los continentes y con grandes y maravillosos resultados, empleando siempre los métodos de la bondad y de la comprensión, en vez del rigor de la tortura.

Cuando San Juan de Ávila volvió a la ciudad y supo que a su convertido lo tenían en un manicomio, fue y logró sacarlo y le aconsejó que ya no hiciera más la penitencia de hacerse el loco para ser martirizado por las gentes. Ahora se dedicará a una verdadera "locura de amor": gastar toda su vida y sus energías a ayudar a los enfermos más miserables por amor a Cristo Jesús, a quien ellos representan.

Juan alquila una casa vieja y allí empieza a recibir a cualquier enfermo, mendigo, loco, anciano, huérfano y desamparado que le pida su ayuda. Durante todo el día atiende a cada uno con el más exquisito cariño, haciendo de enfermero, cocinero, barrendero, mandadero, padre, amigo y hermano de todos. Por la noche se va por la calle pidiendo limosnas para sus pobres.

Pronto se hizo popular en toda Granada el grito de Juan en las noches por las calles. Él iba con unos morrales y unas ollas gritando: ¡Haced el bien hermanos, para vuestro bien! Las gentes salían a la puerta de sus casas y le regalaban cuanto les había sobrado de la comida del día. Al volver cerca de medianoche se dedicaba a hacer aseo en el hospital, y a la madrugada se echaba a dormir un rato debajo de una escalera. Un verdadero héroe de la caridad.

El señor obispo, admirado por la gran obra de caridad que Juan estaba haciendo, le añadió dos palabras a su nombre de pila, y empezó a llamarlo "Juan de Dios", y así lo llamó toda la gente en adelante. Luego, como este hombre cambiaba frecuentemente su vestido bueno por los harapos de los pobres que encontraba en las calles, el prelado le dio una túnica negra como uniforme; así se vistió hasta su muerte, y así han vestido sus religiosos por varios siglos.

Un día su hospital se incendió y Juan de Dios entró varias veces por entre las llamas a sacar a los enfermos y aunque pasaba por en medio de enormes llamaradas no sufría quemaduras, y logró salvarle la vida a todos aquellos pobres.

Otro día el río bajaba enormemente crecido y arrastraba muchos troncos y palos. Juan necesitaba abundante leña para el invierno, porque en Granada hace mucho frío y a los ancianos les gustaba calentarse alrededor de la hoguera. Entonces se fue al río a sacar troncos, pero uno de sus compañeros, muy joven, se adentró imprudentemente entre las violentas aguas y se lo llevó la corriente. El santo se lanzó al agua a tratar de salvarle la vida, y como el río bajaba supremamente frío, esto le hizo daño para su enfermedad de artritis y empezó a sufrir espantosos dolores.

Después de tantísimos trabajos, ayunos y trasnochadas por hacer el bien, y resfriados por ayudar a sus enfermos, la salud de Juan de Dios se debilitó totalmente. El hacía todo lo posible porque nadie se diera cuenta de los espantosos dolores que lo atormentaban día y noche, pero al fin ya no fue capaz de simular más. Sobre todo la artritis le tenía sus piernas retorcidas y le causaba dolores indecibles. Entonces una venerable señora de la ciudad obtuvo del señor obispo autorización para llevarlo a su casa y cuidarlo un poco. El santo se fue ante el Santísimo Sacramento del altar y por largo tiempo rezó con todo el fervor antes de despedirse de su amado hospital. Le confió la dirección de su obra a Antonio Martín, un hombre a quien él había convertido y había logrado que se hiciera religioso, y colaborador suyo, junto con otro hombre a quien Antonio odiaba; y después de amigarlos, logró el santo que le ayudaran en su obra en favor de los pobres, como dos buenos amigos.

Al llegar a la casa de la rica señora, exclamó Juan: "OH, estas comodidades son demasiado lujo para mí que soy tan miserable pecador". Allí trataron de curarlo de su dolorosa enfermedad, pero ya era demasiado tarde.

El 8 de marzo de 1550, sintiendo que le llegaba la muerte, se arrodilló en el suelo y exclamó: "Jesús, Jesús, en tus manos me encomiendo", y quedó muerto, así de rodillas. Había trabajado incansablemente durante diez años dirigiendo su hospital de pobres, con tantos problemas económicos que a veces ni se atrevía a salir a la calle a causa de las muchísimas deudas que tenía; y con tanta humildad, que siendo el más grande santo de la ciudad se creía el más indigno pecador. El que había sido apedreado como loco, fue acompañado al cementerio por el obispo, las autoridades y todo el pueblo, como un santo.

Después de muerto obtuvo de Dios muchos milagros en favor de sus devotos y el Papa lo declaró santo en 1690. Es Patrono de los que trabajan en hospitales y de los que propagan libros religiosos.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 8 DE MARZO DE 2021


Lecturas de hoy Lunes de la 3ª semana de Cuaresma

Hoy, lunes, 8 de marzo de 2021



Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (5,1-15a):

Lectura del segundo libro de los Reyes.

EN aquellos días, Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era hombre notable y muy estimado por su señor, pues por su medio el Señor había concedido la victoria a Siria.

Pero, siendo un gran militar, era leproso.

Unas bandas de arameos habían hecho una incursión trayendo de la tierra de Israel a una muchacha, que pasó al servicio de la mujer de Naamán. Dijo ella a su señora:

«Ah, si mi señor pudiera presentarse ante el profeta que hay en Samaría. Él lo curaría de su lepra».

Fue (Naamán) y se lo comunicó a su señor diciendo:

«Esto y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel».

Y el rey de Siria contestó:

«Vete, que yo enviaré una carta al rey de Israel».

Entonces tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos y una carta al rey de Israel que decía:

«Al llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra».

Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, diciendo:

«¿Soy yo Dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un hombre de su lepra. Daos cuenta y veréis que está buscando querella contra mí».

Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y mandó a que le dijeran:

«Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel».

Llegó Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle:

«Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio».

Naamán se puso furioso y se marchó diciendo:

«Yo me había dicho: “Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra”. El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio».

Dándose la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle:

«Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: “Lávate y quedarás limpio”!».

Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio.

Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:

«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel».


Palabra de Dios



Salmo

Sal 41,2.3;42,3.4


R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo:

¿cuándo veré el rostro de Dios?


V/. Como busca la cierva corrientes de agua,

así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.


V/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:

¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.


V/. Envía tu luz y tu verdad:

que ellas me guíen

y me conduzcan hasta tu monte santo,

hasta tu morada. R/.


V/. Me acercaré al altar de Dios,

al Dios de mi alegría;

y te daré gracias al son de la cítara,

Dios, Dios mío. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,24-30):

HABIENDO llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:

«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.


Palabra del Señor




«Ningún profeta es bien recibido en su patria»

Rev. P. Higinio Rafael ROSOLEN IVE

(Cobourg, Ontario, Canadá)


Hoy, en el Evangelio, Jesús nos dice «que ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Jesús, al usar este proverbio, se está presentando como profeta.

“Profeta” es el que habla en nombre de otro, el que lleva el mensaje de otro. Entre los hebreos, los profetas eran hombres enviados por Dios para anunciar, ya con palabras, ya con signos, la presencia de Dios, la venida del Mesías, el mensaje de salvación, de paz y de esperanza.

Jesús es el Profeta por excelencia, el Salvador esperado; en Él todas las profecías tienen cumplimiento. Pero, al igual que sucedió en los tiempos de Elías y Eliseo, Jesús no es “bien recibido” entre los suyos, pues son estos quienes llenos de ira «le arrojaron fuera de la ciudad» (Lc 4,29).

Cada uno de nosotros, por razón de su bautismo, también está llamado a ser profeta. Por eso:

1º. Debemos anunciar la Buena Nueva. Para ello, como dijo el Papa Francisco, tenemos que escuchar la Palabra con apertura sincera, dejar que toque nuestra propia vida, que nos reclame, que nos exhorte, que nos movilice, pues si no dedicamos un tiempo para orar con esa Palabra, entonces sí seremos un “falso profeta”, un “estafador” o un “charlatán vacío”.

2º Vivir el Evangelio. De nuevo el Papa Francisco: «No se nos pide que seamos inmaculados, pero sí que estemos siempre en crecimiento, que vivamos el deseo profundo de crecer en el camino del Evangelio, y no bajemos los brazos». Es indispensable tener la seguridad de que Dios nos ama, de que Jesucristo nos ha salvado, de que su amor es para siempre.

3º Como discípulos de Jesús, ser conscientes de que así como Jesús experimentó el rechazo, la ira, el ser arrojado fuera, también esto va a estar presente en el horizonte de nuestra vida cotidiana.

Que María, Reina de los profetas, nos guíe en nuestro camino.

PAPA FRANCISCO PIDE QUE LAS MUJERES SEAN RESPETADAS Y DEFENDIDAS


Papa Francisco pide que las mujeres sean respetadas y defendidas

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

Foto: Vatican Media



El Papa Francisco pidió este 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, que “las mujeres sean respetadas y defendidas”.

Además, el Santo Padre agradeció “de corazón a todas las mujeres, especialmente a las de Irak” por seguir “dando vida, a pesar de los abusos y las heridas”.

Así lo indicó el Santo Padre a través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es al finalizar su histórico viaje apostólico a Irak que realizó desde el 5 de marzo.

Quisiera dar las gracias de corazón a todas las #mujeres, especialmente a las de #Iraq, mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas. ¡Que las mujeres sean respetadas y defendidas! ¡Que se les dé atención y oportunidades! #ViajeApostólico

— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 8, 2021

Como lo ha hecho en ocasiones anteriores, el Papa Francisco utilizó su cuenta en la red social Twitter para elogiar a las mujeres en el Día Internacional que se celebra cada año el 8 de marzo.

En varias ocasiones el Santo Padre ha hablado sobre la dignidad de la mujer.

Tal fue el caso en febrero de 2021 cuando el Papa dedicó su intención de oración mensual por las “mujeres que son víctimas de violencia”

En el video, el Pontífice denunció que “las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la humanidad. Para los hombres y para toda la humanidad”.

“Los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de socorro que no podemos ignorar. ¡No podemos mirar para otro lado!”, pidió el Papa quien invitó entonces a rezar “por las mujeres que son víctimas de la violencia, para que sean protegidas por la sociedad y para que su sufrimiento sea considerado y sea escuchado por todos”.

En esta línea, el 1 de enero de 2020, el Santo Padre advirtió que “toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer”.

Así lo dijo durante la homilía de la Misa de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, celebrada el primer día del año 2020 en la Basílica de San Pedro del Vaticano, ocasión en la que lamentó que las mujeres “son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre”.

En otra ocasión, durante una audiencia en el Vaticano el 8 de marzo de 2019, el Papa Francisco señaló que “la mujer es quien hace hermoso el mundo, lo cuida y lo mantiene vivo” por lo que “si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres”.

“Hoy, 8 de marzo, me gustaría decir algo sobre la insustituible contribución de las mujeres en la construcción de un mundo que es el hogar de todos. La mujer es quien hace hermoso el mundo, lo cuida y lo mantiene vivo. Trae la gracia que hace nuevas las cosas, el abrazo que incluye, la valentía de donarse”, dijo en 2019.

Un año antes, el Santo Padre utilizó nuevamente su cuenta oficial de Twitter para elogiar a la mujer resaltando una de las características que considera de las más importantes.   

“Es propio de la mujer tomarse la vida en serio. La mujer manifiesta que el sentido de la vida no es producir cosas continuamente, sino cuidar de lo que ya existe”, escribió el Papa el 8 de marzo de 2018. 

Es propio de la mujer tomarse la vida en serio. La mujer manifiesta que el sentido de la vida no es producir cosas continuamente, sino cuidar de lo que ya existe. #DíadelasMujeres

— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 8, 2020

Asimismo, en una de sus homilías de la Misa matutina en la Casa de Santa Marta celebrada en 2017, afirmó que la mujer no está “para lavar platos” y añadió: “No: la mujer está para aportar armonía. Sin mujer no hay armonía... el hombre no trae la armonía, la trae ella. Es ella la que trae la armonía, que nos enseña a valorar, a amar con ternura, y que hace que el mundo sea una cosa hermosa”.

HOY SE INICIA LA NOVENA A SAN PATRICIO, DEL 8 AL 16 DE MARZO

Hoy se inicia la Novena a San Patricio, quien cambió la historia de Nueva York

Redacción ACI Prensa


"Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared”, decía San Patricio, Patrono de Irlanda cuya fiesta se celebra el 17 de marzo. La devoción por el Santo de los irlandeses en Nueva York (Estados Unidos) hizo que esta ciudad se torne todos los años de color verde.


Cercanos a su fiesta, aquí una novena en su honor:


Primer Día de la Novena a San Patricio


Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén


Oración para cada día:

Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.


Invocación Primer Día:

Por mi bienestar y mi protección, hoy pido que el poder de la Santísima Trinidad me rodee.


Del libro Confessio de San Patricio:

“Yo, Patricio, pecador, el más rústico y el menor de todos los fieles, sumamente despreciable para muchos, tuve como padre al diácono Calpornio, que era cierto hijo del presbítero Potitus y que vivía en el pueblo de Bannauen Taberniae, pues él tuvo una pequeña villa, donde yo fui apresado. Entonces tenía cerca de dieciséis años. Ignoraba al Dios verdadero y fui llevado en cautiverio a Irlanda con tantos miles de hombres, según nuestros méritos, porque nos alejamos de Dios y no custodiamos sus preceptos y no fuimos obedientes a nuestros sacerdotes, que nos advertían para nuestra salvación, y el Señor llevó a nosotros la ira de su animosidad y nos dispersó entre pueblos numerosos, incluso hasta los confines de la tierra, donde ahora mi pequeñez se halla entre extraños”.

Se pide la gracia que se desea conseguir.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Segundo Día de la Novena a San Patricio


Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Segundo Día:

Por mi bienestar y mi protección, hoy pido que el poder de la pasión, muerte, y resurrección de Cristo me envuelva.

Del libro Confessio de San Patricio:
Y entonces el Señor abrió el sentido a mi corazón de incredulidad, para que, aunque tarde, me acordara de mis pecados y me convirtiera con todo mi corazón al Señor, mi Dios, quien miró mi humildad y se apiadó de mi adolescencia y mi ignorancia, y me custodió antes que lo conociera y antes que supiera o distinguiera entre el bien y el mal, y me fortificó y me consoló como un padre a su hijo.

Por eso no puedo callar, ni conviene por cierto, tantos beneficios y tanta gracia que el Señor se dignó concederme en la tierra de mi cautiverio, porque esta es nuestra retribución: después de nuestra corrección y reconocimiento de Dios exaltar y confesar sus maravillas, delante de toda nación que está bajo todo cielo.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén




Tercer Día de la Novena a San Patricio


Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Tercer Día:
Por mi bienestar y mi protección, hoy pido a los ángeles y arcángeles que me cuiden.

Del libro Confessio de San Patricio:
Porque no hay otro Dios ni fue nunca ni antes, ni será después de ahora, salvo Dios Padre ingénito, sin principio, de quien viene todo principio, quien tiene todas las cosas, como decimos. Y su hijo Jesucristo, de quien testimoniamos que siempre ha estado con el Padre, engendrado espiritualmente en el Padre antes del origen del mundo, engendrado de modo inenarrable antes de todo principio. Y por él fueron hechas todas las cosas visibles y las invisibles, fue hecho el hombre; después de vencer a la muerte fue recibido en los cielos junto al Padre, y le dio todo poder sobre todo nombre de cosas celestes, terrestres e infernales; y que toda lengua confiese que el Señor Dios es Jesucristo, en quien creemos y de quien aguardamos su venida inminente, juez de vivos y muertos, que devolverá a cada uno según sus acciones y derramó abundantemente en nosotros el Espíritu Santo, don y prenda de inmortalidad, quien hace que los creyentes y obedientes sean hijos de Dios y coherederos de Cristo, a quien confesamos y adoramos como único Dios en la Trinidad de su sacro nombre.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Cuarto Día de la Novena a San Patricio



Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Cuarto Día:
Por mi bienestar y mi protección, hoy pido la ayuda de los profetas, los mártires y todos aquellos que en su vida fueron testigo del amor de Dios.

Del libro Confessio de San Patricio:
En la noche vi en visión a un hombre llamado Victoricus, como si hubiera venido de Irlanda, trayendo muchísimas cartas. Y me dio una de ellas, y leí las primeras palabras de esa carta, diciendo: ‘La voz del irlandés…’ Y mientras leía la carta, creí oír muchas voces en ese mismo momento clamando a una sola voz: ‘Te pedimos, muchacho, ven y anda entre nosotros una vez más’.

Pues él mismo dijo a través del profeta: Invócame el día de tu tribulación, y te liberaré y me glorificarás. Y de nuevo dice: Es honroso revelar y confesar las obras de Dios. Sin embargo, aunque en muchas cosas soy imperfecto, deseo en beneficio de mis hermanos y parientes conocer mi índole, para que puedan ver el deseo de mi alma. No ignoro el testimonio de mi Señor quien atestigua en el salmo: Entregarás a la perdición a aquellos que dicen mentira. Y de nuevo dice: la boca que miente mata al alma. Y el mismo Señor en el Evangelio dice: Por cada palabra ociosa que hubieren dicho los hombres, darán cuenta de ella el día del juicio. Pero por ello debía vehementemente, con temor y temblor, temer esta sentencia aquel día en que nadie podrá sustraerse ni esconderse, pero todos absolutamente hemos de dar cuenta, hasta de los mínimos pecados, en el tribunal de Cristo Señor.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Quinto Día de la Novena a San Patricio



Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Quinto Día:
Por mi bienestar y mi protección, hoy Pido que el poder de la Santísima Trinidad me rodee.

Del libro Confessio de San Patricio:
Así, en la medida de mi fe en la Trinidad, me conviene distinguir y, sin reparar en el peligro, hacer conocido el don de Dios y la consolación eterna, sin temor difundir con confianza el todas partes el nombre de Dios, para, incluso después de mi muerte, dejar una herencia a mis hermanos y a mis hijos, a quienes yo bauticé en el Señor, tantos miles de hombres. Y no era digno ni merecía que el Señor concediera esto a su pequeño siervo: que después de tantas preocupaciones y cargas, después del cautiverio, después de muchos años me diera tanta gracia ante ese pueblo. En otro tiempo, en mi juventud, nunca esperé ni pensé algo así.
Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén




Sexto Día de la Novena a San Patricio


Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Sexto Día:
Por mi bienestar y mi protección hoy, pido a Jesús que vino a salvar al mundo para que sea mi escudo.

Del libro Confessio de San Patricio:
Pero, después que llegué a Irlanda (cada día apacentaba rebaños y con frecuencia en el día oraba), más y más venía el amor de Dios y su temor, mi fe se acrecentaba y mi espíritu era llevado, de modo que en un solo día llegaba a cien oraciones, y casi lo mismo de noche. Permanecía en los bosques y en la montaña, me levantaba antes de la luz para la oración, con nieve, con hielo, con lluvia, y ningún mal sentía ni tenía nada de pereza –como ahora lo veo, pues entonces ardía en mí el Espíritu.

Y en verdad allí, una noche, en sueños oía una voz que me decía: “Ayunas bien, tú que pronto irás a tu patria”; y de nuevo, poco tiempo después, oí una respuesta que me decía: “He aquí que tu nave está preparada.” Y no estaba cerca, sino que acaso había unas doscientas millas y nunca había estado allí ni tenía allí ningún hombre conocido. Y poco después me di a la fuga y abandoné al hombre con quien había estado seis años, y vine por el poder de Dios, quien dirigía mi vida hacia el bien; y nada temía hasta llegar a aquella nave.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Séptimo Día de la Novena a San Patricio



Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Séptimo Día:
Por mi bienestar y mi protección hoy, le pido a todos las Benditas Almas del Purgatorio orar a Dios por mí.

Del libro Confessio de San Patricio:
Y después de tres días tocamos tierra, y por veintiocho días anduvimos por un lugar desierto, y les faltó alimento, y el hambre se hizo fuerte sobre ellos, y otro día el capitán empezó a decirme: “¿Qué hay, cristiano? Tú dices que tu Dios es grande y omnipotente. ¿Por qué entonces no puedes orar por nosotros, que peligramos por el hambre? Lleno de confianza les dije: “Convertíos con fe de todo vuestro corazón al Señor Dios mío, porque nada es imposible para Él, para que hoy os envíe alimento en vuestro camino hasta saciaros, porque en todo lugar tiene abundancia.” Y con la ayuda de Dios así ocurrió: un rebaño de cerdos apareció en el camino ante nuestros ojos, y mataron a muchos de ellos y permanecieron allí dos noches, y se alimentaron bien y fueron aliviados con las carnes de los puercos; en efecto, muchos de ellos habían desfallecido y habían sido abandonados medio muertos junto al camino. Y después de esto dieron muchas gracias a Dios y yo fui honrado ante los ojos de ellos, y desde ese día tuvieron alimento abundante.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Octavo Día de la Novena a San Patricio


Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Octavo Día:
Por mí bienestar y mi protección hoy, pido al poder de Dios sostenerme y al amor de Dios animarme.

Del libro Confessio de San Patricio:
Y de nuevo, después de pocos años, estaba en Britania con mis parientes, que me recibieron como a un hijo y me rogaron por fe que no me alejara de ellos, al menos por el momento, después de tantas tribulaciones que había padecido. Y allí en verdad vi en una visión de la noche a un hombre que venía como de Irlanda, de nombre Victórico, con innumerables cartas, y me dio una de ellas. Y leí el principio de la carta, que contenía “la voz de los irlandeses.” Y al recitar el principio de la carta pensaba que entonces escuchaba la voz de los mismos que estaban en Silva Vocluti, que está cerca del mar occidental. Y así exclamaron como de una voz: “Te rogamos, niño santo, que vengas y andes todavía entre nosotros.” Y quedé muy compungido en mi corazón y no pude leer más; y así me levanté. Gracias a Dios, porque después de muchísimos años atendió a su clamor.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén




Noveno Día de la Novena a San Patricio



Acto de Contrición:
Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:
Santo Obispo Patricio, fiel pastor de la grey real de Cristo, que iluminaste a Irlanda con el resplandor del Evangelio, que es la fuerza poderosa de la Trinidad, ahora que gozas de la Bienaventuranza Eterna, intercede para que el Redentor nos preserve  en la fe y la caridad. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

Invocación Noveno Día:
Para mí bienestar y mi protección, pido a todos los Santos del Cielo, a la Santísima  Virgen, Reina de los Ángeles, a los Santos Apóstoles, al Bienaventurado San Patricio, ya  todos los santos protectores de Irlanda, para que sean mi inspiración y esperanza.

Del libro Confessio de San Patricio:
Por eso incansablemente doy gracias a mi Dios, que me conservó fiel el día de la tentación mía, de modo que hoy con confianza le ofrezco en sacrificio, como hostia viviente, mi alma a Cristo mi Señor, quien me protegió de todas mis angustias. Por eso puedo decir: ¿Quién soy yo, Señor?, ¿Cuál es mi vocación, tú que me ayudaste con tu divinidad tan grande, de modo que hoy entre los gentiles ensalce y engrandezca tu nombre en cualquier lugar que esté? Pero no solo en las cosas favorables, sino también en las dificultades, de modo que cualquier cosa que me sobrevenga, sea buena o mala, la reciba igualmente y dé siempre gracias a Dios. Él me enseñó a tenerle indudable confianza y a creer permanentemente; me ha escuchado para que yo, indocto y en los últimos días, me atreviera a emprender una obra tan piadosa y admirable. Así pude imitar en algo a aquellos de quienes antes el Señor ya había predicho que anunciarían el Evangelio en testimonio para todos los pueblos antes del fin del mundo, lo cual ahora vemos y así se ha cumplido: he aquí que somos testigos de que el Evangelio fue predicado hasta lugares más allá de los cuales no hay nadie.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:
Señor y Dios nuestro, que enviaste al obispo San Patricio para evangelizar a los pueblos de Irlanda, concédenos, por sus méritos e intercesión, que, quienes nos gloriamos de ser cristianos, anunciemos a los hombres tus maravillas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


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