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lunes, 16 de julio de 2018
CAZADOR DE MONOS
Cazador de monos
Todo crecimiento va acompañado de renuncia, por ejemplo cuando nace el bebé, entre estridentes sollozos, y deja el tibio claustro materno. Renuncia, desapego, corte, que te proyectan a una nueva etapa de maduración, nuevos horizontes y realidades que plenificarán tu existencia. Es una ley de la vida y violarla significaría estancamiento y frustración.
Conocedor de cuánto les gustan las cerezas a los monos, un cazador inventó un sencillo método para cazarlos: colocó una cereza en el interior de un frasco de vidrio y lo dejó abierto en la selva. Cuando llegó el primer mono, metió la mano en el recipiente, decidido a atrapar el apetitoso fruto. Instintivamente, cerró el puño con firmeza y observó, con tristeza, que no podría lograr su objetivo a pesar de su afán. La mano había quedado atascada por la boca del frasco, aunque con el fruto alcanzado. El cazador se acercó rápidamente al mono, lo ató, le dio un fuerte y preciso golpe en el codo y logró sacar la mano sin la cereza, preparada e intacta para una nueva víctima golosa.
A veces en la vida puede ocurrirte algo parecido. Por no soltar algunos apegos queridos, te quedas anclado en una etapa provisoria, debilitado y vulnerable ante cualquier mínimo temporal devastador. Una simple apertura de mano, un soltar oportuno, te acercará a nuevas metas, para seguir el plan de Dios sobre tu vida. Piénsalo y que te ayude a crecer.
* Enviado por el P. Natalio
NUNCA OLVIDES
Nunca olvides
Aquello que nos decimos a nosotros mismos afecta radicalmente la calidad de nuestras vidas y nuestra habilidad para hacer cosas efectivamente. Somos lo que pensamos. Si nuestro discurso interior es negativo, pues, somos eso: seres pesimistas, trabados en todo. Por el contrario, si nuestro discurso interior es positivo somos seres dinámicos, entusiastas, decididos.
Olvida los días nublados, pero no olvides tus horas de sol ni tus noches estrelladas. Olvida los momentos en que fuiste derrotado, pero no olvides las batallas que has ganado. Olvida los errores que no puedes cambiar, pero no olvides las lecciones que has aprendido ni las verdades atesoradas en tu experiencia. Olvida los días en que has estado solo y triste, pero no olvides las sonrisas que has encontrado y tantas que encontrarás. Olvida los planes que fallaron, pero nunca olvides que debes tener siempre un sueño.
La gente de pensamiento positivo, con metas para triunfar y salir adelante, va por la vida con frases llenas de aliento como éstas: “Todo va a salir bien. Nada es imposible. Tengo fe que todo saldrá a mi favor. La buena suerte siempre me acompaña. Hay que tener confianza. Hay que esforzarse”. Concéntrate, pues, en la cara esperanzadora de la existencia.
* Enviado por el P. Natalio
QUÉ ESCUCHA TU ALMA?
¿Qué escucha tu alma?
Son muchos los mensajes que intentan transmitir las canciones
Por: José María Sosa | Fuente: New Fire
La música va de copiloto en el carro, ameniza las horas que me encuentro frente a una computadora y, a veces, me susurra ideas al oído que luego transcribo, convirtiéndolas en historias. Pero, lo cierto es que siempre -o casi siempre- está ahí.
Es versátil, pues se adapta perfectamente a cualquier situación. Por ende, varía sus estilos conforme lo deseen mis oídos. Desde un jazz improvisado, pasando por un flamenco hondo y sentido, los clásicos vallenatos, las denominadas llaneritas o el reggaeton, todos son parte de mi playlist diario. Como verás, son muchos los mensajes que intentan transmitir las canciones y puede que alguno de ellos se aloje en mis pensamientos durante el día.
¡Comprobado!
Paola Bahamón, reconocida socióloga y poeta colombiana, dice:
“…la música en general es un objeto simbólico, pero aquellas melodías con letra tienen una transmisión de discursos que son determinantes en la conformación de la personalidad, la identidad, la memoria y la visión del mundo que conforman los adolescentes y jóvenes…”
Cabe destacar que la música es una herramienta de implantación de valores y generadora de conductas. Por ello, tiene un alto impacto psicológico.
Ahora bien, ¿nuestros temas preferidos o las canciones que están de moda se reproducen solo en la mente? ¿Acaso pueden tocar también lo más profundo de nuestro ser?
Dime qué escuchas y te diré quién eres
Muchas veces nos encontramos en la ducha repitiendo como loros la letra de una canción, sin darnos cuenta de lo que realmente dice. Pareciera que pasamos por alto -en el caso del reggaeton- su lenguaje obsceno y la degradación constante hacia la mujer. Lo mismo ocurre con las frases de índole destructivo y violento que ofrece, por ejemplo, el heavy metal. De esta manera, somos transmisores de un mensaje que nos perjudica como individuos y al mismo tiempo, empobrece nuestro lenguaje, limitando nuestra capacidad de raciocinio.
Por el contrario, existen una infinidad de temas que denotan calidad en cada estrofa. Letras que cuentan historias y voces que no se olvidan. Géneros como el jazz y el flamenco se conciben desde la necesidad del artista por expresar sus sentimientos, transmitir pasiones, alegrías y desventuras a través de su voz e instrumentos. Aquí, la creatividad se hace presente, combinando sonidos y ritmos que dan forma a una auténtica obra de arte. Se puede decir entonces, que aportan valor agregado tanto al individuo como a la sociedad.
Lo que no sabemos o no nos damos cuenta es que las canciones pueden influenciar nuestro actuar y, en cierta forma, moldear el alma. Es decir, esta pasa a ser una especie de cofre que atesora todo aquello que depositamos dentro. Por consiguiente, deberíamos -sí, me incluyo- ampliar nuestro abanico musical y educar los oídos con piezas que nos nutren culturalmente, que transmiten armonía lírica y rítmica y que, en consecuencia, elevan el intelecto.
En mi caso, suelo acompañar cada momento del día con un estilo de música en particular. Por ejemplo: un buen flamenco para empezar la semana. Este se caracteriza por transmitir fuerza y sentimiento y me brinda el empuje necesario para arrancar a tope. A mitad de semana bajo un poco el tempo y el exquisito jazz entra en escena. Así pues, suelo escuchar temas con gran profundidad lírica que me inspiren a escribir historias (en este caso, las canciones de Jorge Drexler son ideales). Llegado el fin de semana, el vallenato y las llaneritas toman protagonismo, dando paso a música más tranquila como el reggae.
¿Y dónde quedó el reggaeton?, te preguntarás. Pues sí, admito que de vez en cuando se cuela en mi lista. Incluso, coincidiremos en que su ritmo es pegajoso y parece indispensable en las fiestas que organizan nuestros amigos. Ahora bien, si sabes que su mensaje va en contra de tus valores, no pierdas más el tiempo y escucha canciones que realmente aporten algo a tu vida.
Dicho todo esto, me gustaría hacerte una pregunta… ¿qué escucha tu alma?
NOVENA AL APÓSTOL SANTIAGO EL MAYOR, 16 AL 24 JULIO
Novena al Apóstol Santiago el Mayor
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad
(16 al 24 de julio)
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor infinitamente Misericordioso, sin cuyo auxilio nada podemos, y nada valen nuestras obras, dignaos, Señor, concederme que os sea agradable este culto que deseo rendir a vuestro amado discípulo. No miréis, Señor piadosísimo, la gravedad de mis culpas, que humildemente os confieso. Perdonádmelas Señor, por la Pasión y Muerte de de vuestro Santísimo Hijo y dulcísimo Redentor mío, por las lágrimas de su Purísima Madre, y por el martirio de vuestro Apóstol, pues de todo corazón me pesa haberos ofendido, por ser quien sois infinitamente amable, poderoso y justo. Quisiera antes morir, que haber agraviado a vuestra inmensa Majestad; propongo firmísimamente enmendarme con vuestra gracia, que espero de vuestra misericordia, y hacer por ella todo lo posible para vivir y morir como hijo de la Santa Madre Iglesia y devoto del Apóstol Santiago, y mereceros alabaros con él eternamente en la Gloria, Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
O fidelísimo discípulo del Divino Maestro Jesucristo, que mereciste os escogiese por una de las primeras columnas de la Iglesia, y por fundador y patrono de las de España, que por vuestra predicación y merecimientos recibió la fe católica, y espera mantenerla hasta el fin del mundo, ¡Oh padre y protector de todos los fieles!, aclamado seáis en todas las naciones, os pido me alcancéis las gracias que tanto necesito. Confirmadme en la fe y en el santo temor de Dios que tanto necesito. Interceded por mi ante el Todo Poderoso para que me otorgue el favor que os pido en esta novena y así tener un motivo más para daros gracias en la Gloria. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Dios suplicámoste nos concedas, que por medio de la protección de tu amado Apóstol, lleguemos a gozar de la paz eterna. Amén.
DÍA PRIMERO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Gloriosísimo Apóstol que a la primera voz con que el Divino Maestro os llamó para discípulo suyo, os resolviste prontísimamente a seguirlo, abandonando con ánimo generoso las conveniencias esperanzas del mundo por entregaros enteramente a la voluntad y servicio del Señor; infinitas gracias doy a su Majestad por ese singular beneficio que os hizo, y a vos os ensalzo por la puntualísima obediencia y fidelidad con que le habéis correspondido. Bien veis cuan metido me hallo en las redes de mis pasiones, preso de mi amor propio y atado a mis temporales intereses, que me impiden seguir a Dios y atender a sus amorosos llamamientos. Alcanzadme del Señor una alentada resolución como la vuestra, para romper estos lazos, y desembarazarme de todos los apegos que me estorben para servir a Dios; dadme una rendida atención a las divinas inspiraciones para aplicarlas y obedecerlas como vos lo hicisteis. Promoved y fortaleced la fe, la fidelidad y aún la felicidad temporal de la Iglesia. Para que imitándoos en seguir a Cristo acá en la tierra, os acompañemos también en gozar de su vista en la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Invicto defensor de la fe a quien el Divino Maestro distinguió con el renombre de “hijo del trueno”, profetizando los fogosos incendios de caridad con que habíais de consumir la idolatría en las tierras a donde llevasteis la luz del Evangelio, añadid a ese imponderable beneficio el de alcanzarme de Dios eficaces auxilios para que yo desempeñe adecuadamente el nombre de cristiano, cumpliendo exactamente con las obligaciones que con él hemos contraído, para que en el día del juicio el Divino Pastor no nos desconozca como sus ovejas. Ayudadnos a mantenernos siempre triunfantes de enemigos visibles e invisibles, para mayor gloria de Dios, y así hacernos dignos de acompañaros en la Patria Celestial. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA TERCERO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Dichosísimo Apóstol, que por la fiel correspondencia a los favores del Todo Poderoso Jesús, os hicisteis de sus altas confianzas, y de que se acompañase de vos para las obras de su Omnipotencia, llevándoos consigo para testigo de la portentosa Resurrección de la hija de Jayro, yo os suplico rendidamente por esta particular distinción, que su Majestad hizo en vos, presentéis al Señor mi pobre alma, quizá muerta por la culpa, o al menos lastimosamente débil y lánguida por su tibieza, para que su infinita piedad la resucite a la vida de la gracia, la fortalezca e infunda un nuevo y vigoroso espíritu, con la que en adelante le sirva con mayor fervor y más vivo deseo de su mayor honra. Haced lo mismo con todos los infelices que están en pecado mortal, para que lleguen vivas a la presencia del Señor en la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA CUARTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Dilectísimo Ministro de la Majestad Suprema de Dios, y tan favorecido del Soberano Jesús, que no quiso en la tierra manifestar la Gloria de su maravillosa Transfiguración, sin que vos fueseis participante de ella, yo os suplico encarecidamente por aquel gozo, que tuvisteis en el Tabor, cuando visteis en él reducida a un breve mapa la bienaventuranza eterna, que así como para subir a la cumbre, en que merecisteis gozarla, os confundiste con la abnegación de vos mismo, el desprecio del mundo y una rendida obediencia a los preceptos de Jesucristo, por los mismos medios me disponga a recibir del Señor una luz, con que mas claramente conozca y contemple en esta vida sus perfecciones y altísimos atributos, para que cada vez más y más enamorada de aquella incomprensible hermosura, desprecie por ella todas cuantas delicias me pueda ofrecer la tierra, y ponga todos mis cuidados en conseguir las del cielo. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA QUINTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Benignísimo Apóstol y amado del salvador del mundo, que no quiso apartaros de su lado en las agonías que padeció en el Huerto, y le debisteis la dulce piedad de disimularos que estuvieseis durmiendo mientras su Majestad, desangrándose en sudor copioso, estaba orando; yo os suplico humildemente, que así como vos, recobrado de aquel sueño supisteis pagar al Señor aquel descanso con las fatigas, desvelos y sudores de vuestro apostólico ministerio, hasta dar la vida por Él, que la había dado por vos, así yo, considerando la gran pérdida de tiempo que diariamente hago al estar dormido para el cuidado de mi alma y demasiadamente despierto para las cosas del mundo, abra desde ahora los ojos, para ver con ellos cuan lejos voy del camino que el Maestro nos ha enseñado y conciba un propósito eficacísimo de desvelarme más por mi salvación y no perdonarme fatiga, ni sudor alguno, que me conduzca hacia el bien espiritual de mi alma y así merecer con vos el eterno descanso.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SEXTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Esforzadísimo campeón de la Santa Madre Iglesia, os suplico rendidamente, que así como supisteis plantar en tierras lejanas la verdadera religión de Jesucristo, cuidéis de conservarla en mí y en tantos otros que sinceramente buscan conocer la única Verdad. No ignoráis, santo mío, que en mí, y quizá en muchísimos, está muy apagada (o como muerta) la Fe, por falta de obras dignas del carácter de legítimos hijos de Dios. Sacad la espada contra nuestros rebeldes apetitos que nos tienen en cruel cautiverio. Rescatadnos de la mísera esclavitud de nuestras pasiones, bárbaramente dominantes. Alcanzadnos, del Divino Maestro, una nueva conversión, para que la penitencia y el continuo ejercicio de las virtudes nos acrediten ser dignos miembros de la Militante, y en el futuro, de la Triunfante Iglesia. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Afortunadísimo apóstol, tan favorecido por la Reina del Cielo, María Santísima, que merecisteis, estando aún ella en esta vida, viniera desde Jerusalén a visitaros, fortaleceros y significaros, que era gusto de Dios, y suyo, le erigieseis en Zaragoza un templo, que fue el primero, que en el orbe cristiano se vio consagrado a la verdadera y única Deidad y a la que le dio el humano ser, yo os suplico, por el mérito y el consuelo que tuvisteis al ejecutar tan dulce y tan hermoso precepto, consagréis también mi corazón en templo de María Santísima, y le hagáis firmísima columna, sobre la cual esté siempre dignamente colocada y servida de mis potencias y sentidos, como amabilísima Madre y poderosísima Señora. Haced (tiernísimo devoto de esta gran Reina) que todos os imitemos en amarla y en servirla, para que así como se dignó visitaros en vida, así en ella, y en la hora de nuestra muerte nos visite y asista hasta ponernos seguros en la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA OCTAVO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Constantísimo soldado de Jesucristo, que por servirle leal y valerosamente, no sosegasteis hasta derramar gustosamente vuestra sangre, y rendir por Él vuestra cabeza al cuchillo, yo os agradezco y alabo por esa heroica constancia, y os suplico rendidamente interceded la entereza que necesito, para estar pronto a perder antes mil vidas que faltar a la fidelidad que le debo a mi Dios y Creador. Ved, santo mío, que en mi alma, y en la de tantos otros, hay mucho que sanar y convertir. Alcanzadnos, del Divino Maestro, la salvación y conversión. Alentad y confortad nuestro espíritu para que sepa resistir firmemente los combates con el enemigo, y perder cuanto sea necesario, honra, hacienda y vida, antes que perder la gracia, perseverando siempre en ella, hasta poseer la Gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA NOVENO
Comenzar con el acto de contrición y la oración para todos los días.
ORACIÓN: Suavísimo bienhechor, por vuestra intercesión y protección alcanzadme de Dios Padre de las Misericordias, el perdón de los muchos delitos con que lo he ofendido, alcanzadme la gracia de que el maligno enemigo no tenga más poder sobre mi, los dones que nos sean necesarios para vencer nuestras pasiones. Ayudadme para que os imite en los méritos dignos de premio eterno, para que solicite la honra que vos tuvisteis de servirle en la tierra, y así gozarle con vos y los demás bienaventurados en la gloria. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y tres Ave Marías.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
IGLESIA REZARÁ ORACIÓN DE EXORCISMO POR NICARAGUA
Iglesia rezará oración de exorcismo por Nicaragua
Redacción ACI Prensa
Foto: Lázaro Gutiérrez B. (Arquidiócesis de Managua)
Luego de los últimos actos sacrílegos cometidos contra Dios y la violencia en el país, los obispos de Nicaragua convocaron a todos los fieles y a los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse el 20 de julio en una jornada de ayuno en la que se rezará la oración de exorcismo a San Miguel Arcángel.
El anuncio fue hecho ayer 14 de julio luego que policías y paramilitares acribillaran la parroquia Divina Misericordia en Managua, donde murió asesinado un estudiante y otros cien necesitaron de la intervención de los obispos para poder salir salvos.
La jornada de ayuno del 20 de julio será en “desagravio por las profanaciones realizadas estos últimos meses contra Dios. Durante este día se rezará la oración de exorcismo a San Miguel Arcángel”, informaron en su comunicado.
“San Pablo nos recuerda que ‘nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas’. Por tanto, urgimos a los fieles católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse a nosotros”, invitaron los obispos.
El comunicado indicó que ese día servirá para reflexionar sobre la grave situación del país y para comprometerse a defender la vida, la verdad y la justicia. El llamado de los obispos es para toda la población, en especial a los policías, militares, empleados públicos, y a quienes su conciencia les llama a no seguir apoyando todas estas situaciones desde el Gobierno o el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional.
“Les recordamos que a nivel de conciencia nadie está obligado a cumplir una orden que vaya en contra de los diez mandamientos de la ley de Dios, particularmente ‘no matarás’”, señalaron.
Además de la jornada de ayuno, los obispos también convocaron a un mes de intercesión que comienza este 15 de julio y culminará el 15 de agosto.
Este consiste en días de Adoración al Santísimo todos los jueves, ayuno los viernes, consagración al Inmaculado Corazón de María los sábados; y renovación de las promesas bautismales los domingos.
Los obispos explicaron que “estos momentos de reparación e intercesión son un llamado a la conversión para todos, un tiempo de reconciliación con Dios, con nosotros mismos y con nuestros semejantes”. Por ello pidieron acercarse al sacramento de la Reconciliación.
Los prelados recordaron que la paz es un bien preciado pero precario que debemos cuidar. “Esta no se reduce a la ausencia de guerras, sino a la generación de una ‘cultura de paz’”, señalaron.
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN,
POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
¡Virgen Santa! Durante toda mi vida habéis sido mi tierna Madre; Vos me habéis obtenido gracias sin número en todos los peligros y en todas mis penas, y Vos no me abandonaréis en la hora terrible de mi muerte. Mas hoy os pido una gracia especial, como bondadosa consoladora de los afligidos, y es la de que tengáis piedad de las desgraciadas almas que el reato de culpas retiene cautivas en el fuego del Purgatorio. Vos, amantísima Reina del Carmelo, me habéis permitido que os llame mi buena y dulce Madre: sedlo también de las infortunadas almas por las cuales yo suplico a vuestro corazón tan compasivo. Dejaos conmover por mis lágrimas y mis plegarias, para que los sufridos lamentos que parten de aquel lugar de tristeza y de miseria lleguen hasta Vos, y, cual piadosa medianera entre Dios y las almas que están allí detenidas, obtener su pronta liberación. Esta es la gracia que os solicito ¡oh Madre de Dios! y que os ruego concedáis á vuestros hijos.
No dejéis de utilizar el poder que se dignó concederos vuestro Unigénito Hijo, especialmente en el día vuestro del sábado. Amén.
EXIGENCIAS DE LA IMITACIÓN DE CRISTO
Exigencias de la imitación de Cristo
El Señor formula tres exigencias para los que le quieren seguir. ¿Las conocemos?
Por: P. Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer
En la piedra fundamental de un Santuario de Schoenstatt están grabadas dos manos abiertas. Una viene de arriba, otra se adapta desde abajo en esta mano abierta. ¿Y el significado de esta imagen? Dios precisa al hombre. Dios llama al hombre a su servicio. El hombre debe ser compañero y colaborador de Dios en el desarrollo de su Reino.
Ya en el bautismo recibimos la llamada personal de Dios, para participar en la redención del mundo y de los hombres. En el Evangelio Jesús nos invita a entregarnos totalmente por su misión, de seguirle generosamente en su camino. El Señor formula tres exigencias para los que le quieren seguir:
1ª Exigencia: “El que encuentra su vida, la perderá: y el que pierda su vida por mí, la encontrará”.
Jesús exige renunciamiento a la realización arbitraria de la vida; exige la lucha contra el egoísmo y la obstinación; exige entregar y arriesgar la vida para Él y su Reino.
Sabemos y experimentamos cada día nuevamente que el egoísmo está muy dentro de nosotros mismos. Por eso, ninguno de nosotros, si quiere ser colaborador en el Reino de Jesús, puede desistir de esta lucha diaria. Así tenemos un vasto campo para nuestra auto educación. E incluso, si no podemos aniquilar este virus del mal hasta el fin de nuestra vida, lo que importa es que estemos luchando contra él hasta el último día.
Sólo esta abnegación de sí mismo, sólo esta renuncia del amor egoísta hace al hombre libre, abierto y generoso por el amor a Dios y por el amor a los demás. Toda nuestra vida tiene que ser un esfuerzo diario para des-centrarnos de nosotros mismos por la construcción de un nuevo mundo, un mundo lleno de amor, de entrega, de magnanimidad.
Cada uno por su camino y según los dones de la gracia está llamado a cumplir servicial y desinteresadamente sus tareas humanas, por amor a los suyos y a todos los hombres, y, en definitiva, solamente así vamos a encontrar la vida eterna.
2ª Exigencia: "El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”.
La disposición para el sufrimiento, la pena y la cruz en el camino del seguimiento, es otra exigencia del Señor. No debemos buscar el sufrimiento, pero tenemos que aceptarlo si nos es impuesto. Tenemos que abrazar la cruz, por amor a Jesús y a la voluntad de Dios Padre.
Jesucristo mismo también se enfrentó con esta dolorosa realidad humana, que afecta a todos y desconcierta a muchos. Su vida es un continuo sacrificio, un diario camino de Cruz. Permanentemente se enfrentó con el sufrimiento, lo santificó, lo sublimó y nos dejó el mensaje consolador de que la cruz tiene un sentido altamente redentor.
Tomemos, por eso, con fuerza y fidelidad nuestra cruz de cada día, el gran medio de redención y semejanza con Jesús y sigámosle. Ofrezcámosla a Él y a la Virgen María como nuestro aporte más valioso al Capital de gracias.
3ª Exigencia: "El que ama a su padre y a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí”.
Es la tercera exigencia de Jesús para los que le siguen, para los que son verdaderamente cristianos.
A primera vista parece ser una exigencia un poco oscura. Porque Dios mismo nos puso en el corazón el amor natural a los padres, a los hijos, a los seres queridos. Y todos sabemos y experimentamos de forma positiva o negativa cuán decisivo es el ambiente de la familia natural en el éxito o fracaso de la vida humana. Una inmensa responsabilidad gravita sobre los padres, más si pensamos en su obligación de desarrollar la vida religiosa en sus hijos. Porque padre y madre, en primer lugar, son los responsables de que los suyos encuentren una relación profundamente personal con Dios, un amor sano hacia Dios y hacia los demás. Por eso, como en ningún otro campo de la vida humana, es necesario la conducción de Dios en la educación y formación de la juventud.
Pero Jesús no se pronuncia contra el amor familiar.
Pone en claro el criterio, cuando se trata de jerarquizar el amor y sus exigencias: Dios está por encima de todo. Las exigencias más nobles del amor humano pasan al segundo plano, cuando Cristo se hace presente con sus exigencias.
También María, la Madre de Jesús y San José tuvieron que experimentar esta contradicción. Fue cuando Jesús, a la edad de doce años, por voluntad del Padre celestial se quedó en el templo, a pesar de ser buscado desesperadamente por sus padres.
Creo que en nuestra época de conflictos de generación, sobre todo los jóvenes que sienten vocación religiosa, se encuentran ante esta alternativa. Porque no raras veces tienen que conquistarse su misión personal, tienen que tomar sus decisiones de vida, tienen que arreglar su propia existencia- contra la opinión y contra la voluntad de sus padres y familiares. Pero también cada uno de nosotros puede llegar, un día, a la situación de tener que renunciar a afectos familiares o amistosos, para poder obedecer a Dios, sin ninguna restricción.
Queridos hermanos, pidámosle entonces a la Virgen María que nos dé fuerzas para seguirle fielmente a su Hijo, por todos los caminos que Él quiere llevarnos. Y que Ella sea nuestra gran estrella en el caminar detrás de las huellas del Señor.
¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt
VIRGEN DEL CARMEN, 16 JULIO
Fiesta 16 de julio: Virgen del Carmen
La historia de la Virgen del Carmen nace con el profeta Elías, en el Antiguo Testamento.
La Virgen del Carmen es la Virgen María, la Madre de Jesús y por ello Madre Nuestra.
Las distintas advocaciones que Ella recibe son producto del lugar y del mensaje que Ella nos trae. Así en distintos momentos de la historia Ella se ha mostrado vestida de diferentes maneras, es por esta razón que se le conoce con distintos nombres o advocaciones como por ejemplo La Virgen del Carmen, que toma su nombre en alusión al Monte Carmelo.
Sobre sus orígenes, en el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías, de la gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte Carmelo. Fue entonces que Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que El terminara con la sequía que asolaba a la región. Después de varias veces que Elías subió al momento, apareció una gran señal :
"Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano" (1 Rey 18,44)
A partir de entonces el Monte Carmelo –ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín- se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas.
Estos hombres que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto, comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen del Monte Carmelo”.
En el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, les pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se concretó gracias a los Papas Honorio III e Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina.
Posteriormente en el S. XVI Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo descalzo reimpulsando la fuerza de su regla original, de oración y clausura. Y es así como se difunde a América.
En 1690, la rama femenina carmelita se extendió a Chile, fundando el primer monasterio chileno “El Carmen Alto de San José” en Santiago. Con el tiempo y la abundancia de las vocaciones nacieron otros conventos, viniendo desde el Monasterio de Los Andes, nuestra primera santa, Teresa de Jesús de Los Andes.
Respecto del origen del mensaje de la Virgen del Carmen, éste está en Inglaterra. El domingo 16 de julio de 1251, San Simón Stock, Superior General de los Padres Carmelitas del convento de Cambridge, estaba rezando por el destino de su orden, cuando se le apareció la Virgen María.
Estaba Ella vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que le entrega diciendo: “Recibe hijo mío este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno ”.
(Novena de Nuestra Señora del Carmen, Santiago, Carmelitas descalzos, 1942, pag. 30; Matte y Domínguez, El Escapulario del Carmen, pág. 9).
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 16 JULIO
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
16 julio
Jesús perfecciona la ley con su precepto del amor al prójimo amigo o enemigo; el discípulo de Jesús debe amar al enemigo y debe orar por él, descubriendo al hermano hasta en aquel que le molesto y lo persigue.
Hay quienes nunca logran olvidar totalmente las ofensas recibidas y los hay quienes ni se dan por enterados de que se los ofende; los primeros no saben el abc del Evangelio, porque Jesús no sólo dice que perdonemos a los que nos ofenden, sino que también los amemos y les deseemos el bien; y esto, por difícil que parezca y pueda llegar a ser en determinadas circunstancias, es un precepto del Evangelio, un mandato obligatorio del Maestro.
Jesús nos pide que seamos santos, y la santidad consiste en acercarse a Dios, en seguirlo, en pertenecerle consciente y deliberadamente, en imitarlo, en esforzarnos por ser como él es.
P. Alfonso Milagro
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 16 JULIO 2018
Lecturas de hoy Lunes de la 15ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 16 de julio de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (1,10-17):
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: «¿Qué me importa el número de vuestros sacrificios? –dice el Señor–. Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y chivos no me agrada. ¿Por qué entráis a visitarme? ¿Quién pide algo de vuestras manos cuando pisáis mis atrios? No me traigáis más dones vacíos, más incienso execrable. Novilunios, sábados, asambleas, no los aguanto. Vuestras solemnidades y fiestas las detesto; se me han vuelto una carga que no soporto más. Cuando extendéis las manos, cierro los ojos; aunque multipliquéis las plegarias, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 49
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios
«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.
«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.
«Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.» R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,34–11,1):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy lunes, 16 de julio de 2018
CR
El culto vacío y el culto que Dios quiere
Durante la vida del profeta Isaías el pueblo de Dios estaba amenazado por una potencia extranjera: Asiria. El pueblo vivía una época de prosperidad, el Templo mantenía su culto, sin embargo, su corazón estaba lejos de Dios, por sus alianzas con la potencia extranjera y la vaciedad de su culto, que no nacía del amor, sino de la costumbre. Isaías denuncia semejante situación y dice que Dios se siente traicionado por la infidelidad de su Pueblo, que siente celos y que ritos y leyes le tienen harto: Estoy harto de holocaustos de carneros… ¿Por qué entráis a visitarme? ¿Quién pide algo de vuestras manos cuando pisáis mis atrios? No me traigáis más dones vacíos... Novilunios, sábados… no los aguanto. Vuestras solemnidades y fiestas las detesto…. Cuando extendéis las manos, cierro los ojos; aunque multipliquéis las plegarias, no os escucharé.
Lo que Dios quiere es fidelidad: una fe que se traduzca, sobre todo, en justicia y compasión hacia los más desfavorecidos de la sociedad: Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda.
Las palabras poéticas del salmo resuenan como una queja de Dios ante la tesitura de un pueblo que cree estar en alianza con él, pero que en realidad no escucha su mandato: al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. Y seguir el buen camino no es hacer ritos y ritos sino ejercer el derecho y la justicia.
Con Jesús todo esto nos queda mucho más claro. Él fue el gran ejemplo de la fidelidad que Dios Padre espera de su Pueblo. Como otros profetas, Jesús no aceptó tampoco la religiosidad ritualista y legalista. Jesús impulsaba a todos a establecer relaciones auténticas con Dios, que implicaban la bondad, la misericordia y la justicia para con los hermanos.
Jesús nos enseñó a mirar la realidad con los ojos y la inteligencia de la profundidad; “puso en crisis” nuestras relaciones, nuestro sistema de valores –especialmente los religiosos-: «No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre…; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa… el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará… El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado… El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»
Con estas palabras, que Mateo pone en boca de Jesús, nos enseña el Maestro el arte de la fidelidad, de la fe comprometida con una nueva Alianza y un nuevo orden cosas. Jesús nos hace ver que la fidelidad trae conflictos, situaciones de encrucijada en que hemos de elegir y comprometernos.
Hay, pues, una pregunta que en este día nos acompañará: ¿Soy fiel a la Alianza de Dios con nosotros? ¿Soy partícipe de una ritualidad vacía, descomprometida? ¿Son la compasión, la misericordia, las decisiones radicales, la misericordia sin medida, las características de mi fe? Pidámosle al Espíritu que anime nuestra fidelidad y la vuelva expresiva en el compromiso por una transformación de las relaciones entre nosotros y entre nosotros y Dios.
domingo, 15 de julio de 2018
EL MISIONERO INVIDENTE
El misionero invidente
Padre Fabio Gilli El P. Fabio Gilli, misionero comboniano italiano, fue perdiendo la vista progresivamente hasta quedarse ciego, pero sigue proclamando el Evangelio a pesar de su discapacidad. Actualmente desarrolla su ministerio en un centro para invidentes de Lomé, la capital de Togo. Él mismo cuenta su testimonio en primera persona.
Recuerdo que era todavía niño cuando hablé con mi madre sobre el deseo de ser misionero. La idea me había surgido al escuchar las explicaciones de un sacerdote que había venido a la escuela a hablarnos de Jesús y de Daniel Comboni. Era el año 1947 y ya tenía problemas con la vista, pero todavía veía lo que estaba lejos.
Mi madre me atendió y dijo preocupada: "No tienes bien los ojos, tendrás que aprender muchas lenguas y además dejar tu pueblo; el camino de la misión es una vida difícil". Yo la escuchaba, pero no me dejaba convencer.
Un día, mientras estaba en la iglesia todo absorto, se me acercó el párroco y me preguntó por qué rezaba. A esa pregunta tan sencilla respondí con toda simplicidad: "Quiero ser misionero". Así comenzó mi aventura.
Entrada en el seminario
En el mes de julio de ese mismo año, en un hermoso día de sol y acompañado por el párroco visité a los misioneros combonianos y éstos me animaron en mi propósito. Mi padre, que no sabía nada, se puso muy nervioso al conocer la noticia. Mi madre se agobió un poco, pero luego se organizó para enviarme al seminario con las pocas cosas que necesitaba.
La aventura había comenzado. Pasé más de 40 días muy feliz en Segonzano, en las montañas del Trentino, una región del norte de Italia donde los combonianos pasaban los días de verano. Fueron semanas inolvidables.
Trascurridos esos días, el superior, P. Giorgio Canestrari, me dijo que regresara con mi familia. Estábamos a inicios de septiembre cuando volví a casa para prepararme y partir definitivamente el 1 de octubre de 1947. El primer año estuve en el pueblo de Fai; los siguientes, en Muralta. Para los estudios de educación secundaria fui a Brescia, al Instituto Comboni, y terminada esta etapa me marché a Florencia, donde hice los dos años de noviciado.
Durante estos años de formación no faltaron las dificultades, pruebas que me templaron y más tarde se revelaron providenciales porque me prepararon para la vida de la misión. En Cristo encontré verdaderamente al compañero de mi vida.
Después de los dos bonitos años transcurridos en el noviciado, mis superiores me enviaron a Verona para los estudios de Filosofía. Luego vendrían los estudios de Teología en Venegono, cerca de Milán, entre 1959 y 1963. Esos años también fueron hermosos, llenos de paz y serenidad, aunque mis ojos comenzaban a darme problemas.
En 1956 un médico de Verona me diagnosticó una enfermedad en los ojos, la retinitis, que me conduciría inevitablemente a la ceguera. A pesar de todo pude continuar con los estudios y terminar todos los exámenes, aunque con mucha dificultad. En 1963 fui ordenado sacerdote.
Camino a la misión
De 1963 a 1965 fui a Barolo, provincia de Cuneo, en Piamonte, donde había un seminario menor con unos 70 chicos. Allí hacía un poco de todo: era profesor, subdirector y vicario de la comunidad, hasta que llegó la ansiada carta del superior provincial en la que me anunciaba mi destino a Togo. Sin embargo, primero debía trasladarme a Francia durante unos meses para aprender el francés.
Finalmente salí en barco rumbo a Lomé, la capital de Togo, en la costa occidental de África. Era el 16 de diciembre de 1965. Pasamos la Navidad en el barco: hubo una bellísima celebración en medio del inmenso océano Atlántico. A bordo íbamos 32 misioneros y misioneras.
Al principio fui a una misión con sacerdotes diocesanos para relacionarme con las personas y conocer los problemas del lugar, que eran también de tipo práctico. El compromiso principal era aprender la lengua local, ya que no había libros, ni textos ni método.
Durante los primeros meses me dediqué a aprender: estaba siempre entre los niños de educación primaria, les hacía preguntas, intentaba responder, trataba de asistir a la catequesis impartida en su lengua, intenté aprender lo más posible y después de unos meses, cuando me presenté a los exámenes, logré superarlos. El éxito fue grande y entré a formar parte de la comunidad de Lomé, con el Hermano Nevio y los Padres Mario Piotti y Francesco Cordero.
Formador de misioneros
Pero la luz cada vez era menos intensa pues mis ojos se iban cerrando paulatinamente y aumentaban las dificultades, especialmente cuando tenía que conducir la moto. Llegó el momento en que tuve que dejar la misión por primera vez. En el aeropuerto, el superior me dijo que no regresaría a Togo y que me destinaban al escolasticado de París. Acepté, pero primero pedí hacer un curso de actualización en Roma. Desafortunadamente no logré completarlo debido a los problemas de la vista.
Pasé un mes en una clínica. Luego, en mayo de 1972, salí rumbo a París como encargado de la formación y dirección espiritual de los estudiantes de Teología provenientes de varios países. Había españoles, portugueses, brasileños e italianos. Me entregué al trabajo y no dejaba de hablar de la misión en donde había estado.
Muchos de los jóvenes partieron a las misiones. Para mí eso fue un motivo de satisfacción, aunque se vio oscurecido por el hecho de que en septiembre de 1973 un oftalmólogo de París me comunicó que no había remedio para mi enfermedad (ya había perdido el ojo izquierdo y el derecho estaba en peligro).
Tenía que prepararme para la ceguera y aprender el sistema Braille. Con un gran esfuerzo por la poca vista que me quedaba, permanecí en el cargo en París hasta diciembre de 1977. Presenté entonces mi renuncia, que de inmediato el P. Tarsicio Agostoni, superior general de entonces, aceptó. Pero no me resigné. Me fui a Florencia a aprender el Braille y permanecí allí el año 1978. En enero de 1979 salí de nuevo rumbo a África. Quiero subrayar que para el registro civil nací hace 73 años, pero renací a la luz, la luz verdadera, la luz de Cristo, el 20 de septiembre de 1973, cuando el oculista me comunicó que nunca me curaría.
Ministerio con los invidentes
Tuve un momento de desánimo. Me abatí. Vi derrumbarse todo mi plan de volver a África para anunciar el Evangelio. Me parecía que con la pérdida de la vista mi futuro quedaba comprometido, y esto me puso muy triste. Me preguntaba por qué el Señor había cerrado mis ojos, hasta que en la misión donde actualmente me encuentro entendí que podía abrirlos a las necesidades de los invidentes de Togo.
Hace más de 20 años nació el Instituto de Togoville, donde residen unos 130 invidentes. Allí aprenden la lectura y la escritura Braille y un oficio: hacen tapetes y bolsas, reparan sillas, bancos y sillones, y realizan otras labores. En septiembre de 2006 terminamos en Lomé la construcción del Centro Santa Lucía, que también asiste a los invidentes. En Lomé los invidentes son unos 3.000 y en todo Togo alrededor de 30.000. Nuestro trabajo es una gota de agua en un mar de necesidades, pero hacemos lo que podemos.
En el Centro Santa Lucía, además de aprender oficios los invidentes que han concluído los estudios de bachillerato pueden aprender musicoterapia, kinesioterapia, fisioterapia, informática y otras disciplinas. De este modo pueden realizar actividades por su cuenta, incluso unas chicas han abierto una tienda de galletas. Pero, más que nada, los invidentes del Centro aprenden a amar, a disfrutar y hacer vibrar con la música hasta las fibras más íntimas. Prueba de ello es que saben tocar y cantar muy bien.
Recuerdo que una misionera comboniana me contó que en las cárceles los internos padecían de una fuerte depresión y una gran tristeza. Me pidió si podía ir allí a hablar del amor de Dios y de su misericordia. Llevé conmigo a siete invidentes de todas las edades. Ellos animaron la Misa y otras actividades con cantos, coros, tambores y diversos instrumentos. De esta manera levantaron el ánimo de los reclusos. Fue una explosión de alegría que puso a todos a bailar. Los presos quedaron sorprendidos y se contagiaron con aquella alegría de vivir y de sentirse útiles, a pesar de la ceguera de los animadores.
Autor: Padre Fabio Gilli
Revista Mundo Negro, de los Misioneros combonianos, nº 536 (Enero de 2009)
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