lunes, 9 de enero de 2017

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 9 DE ENERO 2017


Os haré pescadores de hombres
Marcos 1, 14-20. Lunes I de Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Por: Juan Mª Piñero | Fuente: Catholic.net 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por la vida que me concedes, por la oportunidad de entrar en relación contigo. Gracias por todos y cada uno de los beneficios que me concedes. Te pido perdón por mis faltas y pecados y te pido me ayudes a serte fiel siempre, a jamás dejarte solo. Acrecienta mi fe para que crea en Ti con más fuerza. Aumenta mi confianza en Ti para que no la cifre en cosas pasajeras. Te amo, pero aumenta mi amor. Concédeme, Señor, la gracia de la oración.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.
Palabra del Señor. 
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
En este pasaje podemos comprobar cómo Jesús pasa a nuestro lado y nos llama. Cristo se presenta a nosotros en las actividades diarias, cuando menos lo esperamos, ya sea en la oficina, ya sea en las labores de casa. Él nos ve y nos llama.
El seguimiento de este llamado requiere dejar las cosas de lado y seguirle a Él totalmente. Esto no significa que haya que dejar de trabajar en ese momento o salir del trabajo para estar con Él (aunque si fuera posible sería maravilloso, como quien atiende a su mejor amigo recibiéndole en casa y no sólo llamando por teléfono). Jesús nos llama sin importarle lo que somos o cómo somos. No le importa si somos un banquero, un albañil, un ama de casa, un pecador o un santo. Eso sí, una vez que le hemos respondido se nos pide dejarlo todo y seguirlo. Escogió a pescadores y a publicanos. Y no fueran los más inteligentes o capaces de su tiempo. Dios escoge a quien quiere. No hay motivos para tener miedo a fallarle, a no ser del todo fieles a Cristo en nuestro trabajo. Los apóstoles también le dejaron pero, sin embargo, tuvieron el valor de levantarse.
El Papa Juan Pablo II lo dijo al inicio de su pontificado; "no tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo". Hagámoslo porque para Dios nada es imposible.
Jesús llama a Pedro, Andrés, Santiago y Juan: están pescando, pero dejan enseguida las redes y le siguen. El Señor quiere preparar a sus discípulos para su nueva misión. Es precisamente de Dios, del amor de Dios, preparar los caminos... preparar nuestras vidas, para cada uno de nosotros. Él no nos hace cristianos por generación espontánea: ¡Él prepara! Prepara nuestro camino, prepara nuestra vida, desde hace tiempo:
Parece que Simón, Andrés, Santiago y Juan hayan sido elegidos definitivamente aquí, ¡sí han sido elegidos! ¡Pero ellos en este momento no han sido definitivamente fieles! Después de esta elección se han equivocado, han hecho propuestas no cristianas al Señor: ¡han renegado al Señor! Pedro en grado superlativo, los otros por temor: tienen miedo y se van. Han abandonado al Señor. El Señor prepara. Y luego, después de la Resurrección, el Señor ha tenido que continuar en este camino de preparación hasta el día de Pentecostés. Y después de Pentecostés también, alguno de estos – Pedro, por ejemplo – se ha equivocado y Pablo ha tenido que corregirlo. Pero el Señor prepara.
(Cf. S.S. Francisco, 13 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Ser fiel al horario destinado a mi oración diaria, para que Cristo dirija mi pensamiento y mis acciones..
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

PENICILINA AL BAUTIZADO


Penicilina al bautizado



En la Biblia se da mucha importancia al nombre de las personas: en cierta manera indica su naturaleza y su misión. El cambio de nombre significa que la persona adquiere nuevas capacidades para una nueva misión. Por ejemplo: Jesús pone a Simón el nombre de Pedro: le da firmeza como para ser fundamento de la Iglesia

Un padre misionero que llegó al pueblito, se dedicaba no sólo a cuidar la salud espiritual de los fieles sino también la salud física. Una tarde un paisano llegó del campo para hacer bautizar a su hijita. —Mire, padrecito, ando con ganas de cristianar a mi niñita. —Cómo no, mi amigo, para eso estamos. Al empezar la celebración el sacerdote vio una infección en el bracito de la nena y pensando que era necesaria una curación inmediata, dijo al paisano: —Mire, señor, a esta chica hay que ponerle penicilina. A lo que el paisano un poco enojado le respondió: —No, no, no, usted a mi hija le pone “Ruperta”, o ya mismo la llevo a otro cura.

Lo del cambio del nombre es tan notable en la Biblia, que un día todos los que entren triunfantes en la Jerusalén celestial recibirán un nombre nuevo, adecuado a los redimidos del Señor (Ap. 3:12). Alabemos a Jesús, que significa “salvador”, porque para eso nació para librarnos del pecado y de la muerte eterna.


* Enviado por el P. Natalio

USTEDES SERÁN MIS TESTIGOS


“Ustedes serán  mis testigos”



Un día Jesús dijo a una famosa mística francesa, Gabriela Bossis, después de la comunión:

"Vive sólo para mí. Cuando hables, que se vea bien que lo único que te importa soy Yo. No temas mencionar mi nombre en la conversación, pues todos, sin saberlo, tienen necesidad de mí. Y el Nombre de Dios puede suscitar el bien en las almas. Trata de adquirir este hábito y Yo te ayudaré. Vendrán a ti para oír hablar de mí. ¿Qué podrías temer, si Yo me tomo la parte más grande de tu trabajo? Que te dé placer sembrar mi Nombre en las palabras que pronuncias; como una tierna reparación por el dolor que me causan todos aquéllos que quieren borrarme en todas partes, aún en el alma de los niños pequeños. Siembra mi Nombre. Yo daré el crecimiento.”

Como testigos de Cristo debemos dar testimonio valiente de nuestra pertenencia a él. No sólo en circunstancias especiales como lo hicieron los mártires, sino en el día a día.  Con sencillez y entereza el discípulo de Cristo irradia quién es para él el tesoro de su corazón, la razón de su vida, la fuerza que lo sostiene.


* Enviado por el P. Natalio

CINCO COSAS QUE TAL VEZ NO SABÍAS DEL BAUTISMO CATÓLICO



5 cosas que tal vez no sabías del Bautismo católico


 (ACI).- “Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión”, dice el Catecismo de la Iglesia Católica (CCI 1213). Aquí 5 cosas que tal vez no sabías de este Sacramento, puerta para los otros sacramentos.

1. Se inició con los Apóstoles


“Desde el día de Pentecostés la Iglesia ha celebrado y administrado el santo Bautismo. En efecto, san Pedro declara a la multitud conmovida por su predicación: ‘Convertíos [...] y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo’ (Hch 2,38)” (CCI 1226).

San Higinio, pontífice aproximadamente entre los años 138 al 142, instituyó el padrino y la madrina en el bautismo de los recién nacidos para que guíen a los pequeños en la vida cristiana.

2. Tiene varios nombres

Bautizar, del griego “baptizein”, significa “sumergir” o “introducir dentro del agua”. Esta inmersión simboliza el acto “el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo, de donde sale por la resurrección con Él” (CCI 1214).

Este Sacramento también es llamado “baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo”, así como “iluminación” porque el bautizado se convierte en “hijo de la luz”.

San Gregorio Nacianceno decía que es “Don, porque es conferido a los que no aportan nada; gracia, porque es dado incluso a culpables; bautismo, porque el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sagrado y real (tales son los que son ungidos); iluminación, porque es luz resplandeciente; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza; baño, porque lava; sello, porque nos guarda y es el signo de la soberanía de Dios”.

3. Se renueva cada año

“En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer después del Bautismo. Por eso, la Iglesia celebra cada año en la vigilia pascual la renovación de las promesas del Bautismo. La preparación al Bautismo sólo conduce al umbral de la vida nueva. El Bautismo es la fuente de la vida nueva en Cristo, de la cual brota toda la vida cristiana” (CCI 1254).

4. Puede bautizar un no bautizado


Dice el Catecismo de la Iglesia Católica (1256) que “son ministros ordinarios del Bautismo el obispo y el presbítero y, en la Iglesia latina, también el diácono (cf CIC, can. 861,1; CCEO, can. 677,1). En caso de necesidad, cualquier persona, incluso no bautizada, puede bautizar (cf CIC can. 861, § 2) si tiene la intención requerida y utiliza la fórmula bautismal trinitaria”.

“La intención requerida consiste en querer hacer lo que hace la Iglesia al bautizar. La Iglesia ve la razón de esta posibilidad en la voluntad salvífica universal de Dios (cf 1 Tm 2,4) y en la necesidad del Bautismo para la salvación (cf Mc 16,16)”.

5. Sello único y permanente

“El Bautismo imprime en el cristiano un sello espiritual indeleble (character) de su pertenencia a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado, aunque el pecado impida al Bautismo dar frutos de salvación (cf DS 1609-1619). Dado una vez por todas, el Bautismo no puede ser reiterado” (CCI 1272).

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA , 9 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 9



La Virgen de Nazaret se considera la humilde servidora del Señor y sólo le interesa que se cumpla en ella la voluntad de Dios. Sin embargo, al ofrecer su humildad, Dios hizo de ella la maravilla más grande de la creación.
Si tú te lanzas al trabajo de tu propio crecimiento en la fe, Dios podrá hacer de ti un santo, pero será preciso que te esfuerces cada día; no seas río que sigue una línea tortuosa: sé un hombre recto y fiel a tus principios, a tus convicciones y a la voz de tu conciencia.
María, que la conciencia de nuestros límites nos haga crecer en humildad, pero no disminuya en nosotros el deseo de ser santos.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ LUNES!!!


domingo, 8 de enero de 2017

UN NIÑO QUE DARÁ QUE HABLAR


Un niño que dará que hablar



Han pasado las navidades, y con el Bautismo del Señor, se inicia su andadura y su misión. ¿Qué andadura? ¿Qué misión?

Ni más ni menos que aquello, que nosotros los cristianos, olvidamos con frecuencia: ser discípulo de Jesús es ser conocedor de su vida, entusiasta de Dios y orientar nuestra vida desde el Evangelio. ¿Lo hacemos?

Este Niño, al que visitaron humildemente los pastores; al que reverenciaron los magos para abrir su historia y su nombre a todos los pueblos de la tierra, inicia con su bautismo personal aquello para lo que ha nacido: ha venido para estar junto a nosotros, para enseñarnos el camino de la vida y del amor de Dios, y sobre todo, para dignificar nuestra existencia, divinizarla y darle otro color.

Se involucra de lleno en aquello que Dios le pide. Se abre el cielo, una vez más, no para entrar en el seno virginal de María, y sí para caminar por las entrañas de la tierra ofreciendo esperanza e ilusión a todo aquel que la ha perdido.

Aquel Niño que nació en una noche estrellada y silenciosa, hablará con fuerza sobre el amor y la justicia. Nos dirá que, el perdón, es distintivo de aquellos que se dicen amigos suyos y, sobre todo, nos invitará a ser testigos de lo que, Él, dice, forja y enseña.

El Bautismo del Señor es el punto de salida de una tarea que, además, sacude nuestras conciencias y nos ofrece muchas posibilidades.

-Sacude nuestras conciencias. Nos invita a plantearnos varios interrogantes. ¿Es nuestra fe operativa, profunda, convencida, creativa y activa? ¿No la tenemos demasiado dormida y arrinconada por vicisitudes o por vergüenza a exhibirla? ¿Por qué tanta bravura para hablar de lo superfluo, de aquello que pasa, y tanto miramiento o timidez para expresar aquello que decimos creer y sentir?

-Nos da muchas posibilidades. El Bautismo del Señor nos abre, nuevamente, el cielo. Escuchamos, una vez más, que somos hijos preferidos por parte de Dios, que nos ama pero, que hemos de intentar practicar aquello que Jesús nos dice. Y que, su misión, es nuestra misión. Que su locura, ha de ser nuestra locura. Que su fin, ha de ser nuestro fin. Que su camino, ha de ser el nuestro.

El Bautismo del Señor es descubrir el sentido de nuestro propio bautismo. No se construye una casa para nunca habitarla. Ni, tampoco, se descorcha una botella de buen vino para desperdiciar su contenido. Ni, mucho menos, compramos un artículo de belleza para nunca lucirlo. De igual manera, el Bautismo del Señor, empuja y sazona el nuestro, con la luz de una gran verdad: hemos de ser sus testigos cumpliendo la voluntad de Dios allá donde nos encontremos.

Si Jesús, desde el día de su nacimiento, comparte nuestra condición humana, ahora, con su Bautismo carga con nuestras deficiencias y pecados, se compromete de lleno en un intento de recuperarnos y de llevarnos a Dios.

¿Qué ser cristiano no es cómodo ni fácil? ¡Por supuesto! ¡Nunca lo ha sido! Pero, Jesús, no se conformó con descender al Jordán para hacer el numerito. No cumplió el rito por simple tradición o presión social. En su ascenso, a la tierra llana y dura, comprobó enseguida que su mensaje era causa de tensión. ¡No dejaba indiferente a nadie! Fue un Niño que, siendo joven, no dejó frío a nadie.

A una con el Señor, renovemos en el inicio de este año nuestro deseo de que la presencia de Dios en nuestra vida sea algo real, vivo, visible y testimonial.


© Padre Javier Leoz

POR QUÉ SE HIZO BAUTIZAR JESÚS?


¿Por qué se hizo bautizar Jesús?
En el gesto de Jesús descubrimos su solidaridad redentora. Se hace uno de los nuestros, para compartir hasta el fondo nuestra suerte y así poder transformarla.


Por: P. Guillermo Juan Morado | Fuente: Infocatolica 




Jesús no tenía necesidad de ser bautizado. Juan Bautista acertaba plenamente al decir: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias" (cf Mc 1,7-11). El bautismo de Juan, que no es todavía el sacramento cristiano del bautismo, era un bautismo de penitencia, que expresaba el deseo de ser purificado de los pecados. Ningún pecado había en Jesús. Él es el Santo, el Inocente, el Hijo de Dios.

¿Por qué, entonces, quiso Jesús ser contado entre los pecadores y, como algunos de ellos, dejarse bautizar por Juan? En el gesto de Jesús descubrimos su solidaridad redentora. Se hace uno de los nuestros, para compartir hasta el fondo nuestra suerte y así poder transformarla. En realidad, no es el agua del Jordán la que purifica a Jesús, sino que es Él, dejándose sumergir en el agua, quien confiere al agua el poder de santificar.

La inmersión de Jesús en el Jordán prefigura su inmersión en la muerte. El Señor no sólo se dejó contar entre los pecadores, sino se apropió de todo el pecado de los hombres y asumió la consecuencia de ese pecado, la muerte. Haciendo suya la muerte la destruyó desde dentro, trasformándola en vida, al igual que convirtió el agua del Jordán en agua de vida.

El Señor, que posee el Espíritu en plenitud, puede comunicarlo a los suyos por medio de un Bautismo que ya no es, como el de Juan, un mero signo de penitencia, sino una participación sacramental en su Pascua. Al recibir el sacramento del Bautismo por el agua y el Espíritu Santo somos verdaderamente regenerados; morimos al hombre viejo, al pecado, y renacemos como hombres nuevos, como hijos adoptivos de Dios por la gracia, como miembros de la Iglesia.

El evangelio dice que apenas salió Jesús del agua se "rasgó el cielo". Los cielos se abrieron, comenta Santo Tomás de Aquino, para mostrar los elementos que pertenecen a la eficacia de nuestro Bautismo. Una eficacia que proviene, no de las fuerzas humanas, sino de la virtud del cielo. Una eficacia relacionada con la fe del que se bautiza y con la fe de la Iglesia, mediante la cual "contemplamos las cosas del cielo, que superan los sentidos y la razón humanos". Y, además, "se abrieron los cielos, para manifestar que el camino del cielo queda abierto para los bautizados" (STh III 39 5).

Debemos perseverar en la oración para que este nuevo nacimiento, que ha tenido lugar en nuestro Bautismo, llegue a su plenitud, a su cumplimiento, que no es otro que el cielo; la amistad con Dios, la comunión con Él y con todos los bienaventurados.

EUCARISTÍA, AMOR DE CRISTO HASTA EL EXTREMO


Eucaristía, amor de Cristo hasta el extremo
Cristo se ha quedado solo para ti en la Eucaristía, como si tú solo lo visitaras, allí esta a todas horas, solo para ti.


Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net 




Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el extremo. Los suyos entonces eran los que le veían: Juan y Pedro y los demás compañeros. Hoy los suyos somos tú y yo, todos nosotros; por lo tanto: “Habiendo amado a los suyos, es decir, a los que hoy están en el mundo, los ama hasta el extremo.

Esto es la Eucaristía: el amor de Cristo hasta el extremo para ti, para mí, durante toda la vida. Porque la Eucaristía es poner a tu disposición toda la omnipotencia, bondad, amor y misericordia de Dios, todos los días y todas las horas de tu vida. En cada sagrario del mundo Cristo está para ti todos los días de tu vida. Según sus mismas palabras: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Al decir con vosotros, es decir contigo, conmigo.

El sol no te alumbra o calienta menos a ti cuando alumbra o calienta a muchos. Si tú solo disfrutas del sol, o hay millones de gentes bajo sus rayos, el sol te calienta lo mismo... te calienta con toda su fuerza.

Así, Cristo se ha quedado solo para ti en la Eucaristía, como si tú solo lo visitaras, tú solo comulgaras, tú solo asistieras a la misa. Allí esta, pues, Cristo, medicina de tus males; pero pide como el leproso: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Pide como Bartimeo: ”Hijo de David, ten compasión de mí”. Pide como el ladrón: “ Señor, acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino”. Allí esta a todas horas, solo para ti, el único bien verdadero, el único bien perdurable, el único amigo sincero, el único amigo fiel; el único que nos tiende la mano y nos ayuda y nos ama en la juventud, en la edad madura, en la la vejez, en la tumba y en la eternidad. Cada uno tiene sus problemas, fallos, miedos, soberbia... tráelos aquí; verás cómo se solucionan. Cristo tiene soluciones.

¿Quieres, necesitas consuelo, fortaleza, santidad, alguna gracia en especial? Sólo pídela con fe, y no tengas miedo de pedir milagros, porque todo es posible para el que cree.

Jesús ha querido quedarse en el Sagrario para darnos una ayuda permanente.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 8 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 8


Si somos compañeros de lucha de Cristo, también seremos sus compañeros de victoria; si vamos de la mano de María, no nos desviaremos del camino del bien, del camino del cielo; si caminamos prendidos de sus manos, no caeremos, pues ella nos sostendrá y, si por desgracia llegáramos a caer, ella pronto nos levantará.

Por eso nadie hay tan sereno, tan seguro, tan feliz, como el que vive el amor a la Virgen Santísima.

María, que a lo largo del camino de la vida nunca perdamos el rumbo por habernos soltado de tu mano.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ DOMINGO


sábado, 7 de enero de 2017

MEDITACIONES DEL EVANGELIO DEL DOMINGO 8 DE ENERO 2017 - EL BAUTISMO DEL SEÑOR



UNA NUEVA ETAPA


Antes de narrar su actividad profética, los evangelistas nos hablan de una experiencia que va a transformar radicalmente la vida de Jesús. Después de ser bautizado por Juan, Jesús se siente el Hijo querido de Dios, habitado plenamente por su Espíritu. Alentado por ese Espíritu, Jesús se pone en marcha para anunciar a todos con su vida y su mensaje la Buena Noticia de un Dios amigo y salvador del ser humano.

No es extraño que, al invitarnos a vivir en los próximos años «una nueva etapa evangelizadora», el papa nos recuerde que la Iglesia necesita más que nunca «evangelizadores de Espíritu». Sabe muy bien que solo el Espíritu de Jesús nos puede infundir fuerza para poner en marcha la conversión radical que necesita la Iglesia. ¿Por qué caminos?

Esta renovación de la Iglesia solo puede nacer de la novedad del Evangelio. El papa nos invita a escuchar también hoy el mismo mensaje que Jesús proclamaba por los caminos de Galilea, no otro diferente. Hemos de «volver a la fuente para recuperar la frescura original del Evangelio». Solo de esta manera «podremos romper esquemas aburridos en los que pretendemos encerrar a Jesucristo».

El papa está pensando en una renovación radical «que no puede dejar las cosas como están; ya no sirve una simple administración». Por eso nos pide abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así» e insiste una y otra vez: «Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades».

Francisco busca una Iglesia en la que solo nos preocupe comunicar la Buena Noticia de Jesús al mundo actual. «Más que el temor a no equivocarnos espero que nos mueva el temor a encerrarnos en estructuras que nos dan una falsa contención, en normas que nos vuelven jueces implacables, en costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: Dadles vosotros de comer».

El papa nos llama a construir «una Iglesia con las puertas abiertas», pues la alegría del Evangelio es para todos y no se debe excluir a nadie. ¡Qué alegría poder escuchar de sus labios una visión de Iglesia que recupera el Espíritu más genuino de Jesús rompiendo actitudes muy arraigadas durante siglos! «A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa del Padre, donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas».

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 3,13-17

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«Jesús vino de Galilea al Jordán donde estaba Juan, para ser bautizado»




Hoy contemplamos al Mesías —el Ungido— en el Jordán «para ser bautizado» (Mt 3,13) por Juan. Y vemos a Jesucristo como señalado por la presencia en forma visible del Espíritu Santo y, en forma audible, del Padre, el cual declara de Jesús: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt 3,17). He aquí un motivo maravilloso y, a la vez, motivador para vivir una vida: ser sujeto y objeto de la complacencia del Padre celestial. ¡Complacer al Padre!

De alguna manera ya lo pedimos en la oración colecta de la misa de hoy: «Dios todopoderoso y eterno (...), concede a tus hijos adoptivos, nacidos del agua y del Espíritu Santo, llevar siempre una vida que te sea grata». Dios, que es Padre infinitamente bueno, siempre nos “quiere bien”. Pero, ¿ya se lo permitimos?; ¿somos dignos de esta benevolencia divina?; ¿correspondemos a esta benevolencia?

Para ser dignos de la benevolencia y complacencia divina, Cristo ha otorgado a las aguas fuerza regeneradora y purificadora, de tal manera que cuando somos bautizados empezamos a ser verdaderamente hijos de Dios. «Quizá habrá alguien que pregunte: ‘¿Por qué quiso bautizarse, si era santo?’. ¡Escúchame! Cristo se bautiza no para que las aguas lo santifiquen, sino para santificarlas Él» (San Máximo de Turín).

Todo esto —inmerecidamente— nos sitúa como en un plano de connaturalidad con la divinidad. Pero no nos basta a nosotros con esta primera regeneración: necesitamos revivir de alguna manera el Bautismo por medio de una especie de continuo “segundo bautismo”, que es la conversión. Paralelamente al primer Misterio de la Luz del Rosario —el Bautismo del Señor en el Jordán— nos conviene contemplar el ejemplo de María en el cuarto de los Misterios de Gozo: la Purificación. Ella, Inmaculada, virgen pura, no tiene inconveniente en someterse al proceso de purificación. Nosotros le imploramos la sencillez, la sinceridad y la humildad que nos permitirán vivir de manera constante nuestra purificación a modo de “segundo bautismo”.

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

LECTURAS BÍBLICAS DEL DOMINGO 8 DE ENERO 2017 - EL BAUTISMO DEL SEÑOR


El Bautismo del Señor – Ciclo A
Domingo 8 de Enero de 2017

“En el bautismo de Jesús se manifiesta la trinidad“



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 42,1-4.6-7:

Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.

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Segunda lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10,34-38:

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (3,13-17)

En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo, diciéndole: «Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?»
Jesús le contestó: «Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.» Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. y vino una voz del cielo que decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto.»

Palabra del Señor

UN RINCONCITO DE CIELO BASTA


Un rinconcito de Cielo basta



Para la persona de fe, todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios. Y él es experto en sacar bien del mal. Imagínate el río de bendiciones que bajó del Calvario donde murió Jesús en la cruz. También él tiene proyectos de salvación para cada una de tus contradicciones aceptadas en paz.

Un día el novel sacerdote Juan Bosco preguntó a san Benito Cottolengo: ¿Qué remedio hay para las personas aburridas de la vida, desesperadas y llenas de mal genio por la pobreza, las enfermedades o por el mal trato que reciben? Mira, querido Bosco -respondió Cottolengo. Estos males espirituales son los más comunes. Para combatirlos, Dios da un remedio excelente: pensar en el Cielo que nos espera. Recuérdales que un rinconcito de cielo lo arregla todo.
Se fue Don Bosco a practicar el consejo y pronto notó maravillosos resultados. Acudía a él gente malhumorada, personas tristes y angustiadas. Don Bosco les hablaba de cómo hay que vivir con la alegría del cielo que nos espera, porque es breve el penar y eterno el gozar. Aquellas personas cambiaban de semblante. Parecían renacer de nuevo…

Hay una oración muy buena para rezar si nos suceden esas cosas desagradables que no tienen más solución: “Señor, concédeme fortaleza para solucionar lo que tiene solución; pero, valor para aceptar lo que ya no tiene solución; y sabiduría para reconocer la diferencia”. Es una sabia lección que se resume así: “Aceptar, olvidar, y seguir adelante”.


* Enviado por el P. Natalio

COMO FLORES EN PRIMAVERA


Como flores en primavera


Tanto la fiesta de Navidad como la de los Reyes Magos se caracterizan por los regalos que se hacen. En Navidad cuelgan del arbolito y se sortean o distribuyen entre los presentes. El seis de enero aparecen en los zapatitos de los niños. Es una ocasión para reflexionar en la bondad de Dios cuyos regalos disfrutamos cada día y agradecerlos de todo corazón. Un mensaje de la Reina de la Paz.

“¡Queridos hijos! En estos días, el Señor les está concediendo grandes favores. Que esta semana sea para ustedes una semana de acción de gracias a Dios por todas las bendiciones que Él les ha concedido. Abran sus corazones a Dios, como se abren las flores en primavera en busca del sol. Yo soy su Mamá y deseo que siempre estén cerca del Padre, a fin de que Él conceda cada día abundantes dones a sus corazones. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”.

Has iniciado un nuevo año agradeciendo al Señor, ¿verdad? Dar gracias a Dios te ayudará a ser positivo, optimista, lleno de esperanza. ¿Por qué no lo practicas a lo largo de este primer mes del año? Se trata de descubrir cada día todo lo que te da alegría, satisfacción y contento, y agradecerlo de corazón a Dios. Que vivas dando gracias al Señor en toda ocasión.


* Enviado por el P. Natalio

IMÁGENES DE FELIZ DÍA DE REYES



PREMIO NOBEL DE MEDICINA, CREER EN DIOS ESTÁ EN LOS GENES


Premio Nobel de Medicina: Creer en Dios está en los genes y es la forma natural de vivir
 Foto: Olof Brandt (ACI Prensa)



ROMA, 07 Ene. 17 / 08:15 am (ACI).- El científico Arvid Carlsson, Premio Nobel de Medicina en el año 2000 por sus estudios sobre los neurotransmisores, afirmó que los genes con los que toda persona nace han sido recibidos de Dios y que la religiosidad es la forma natural de vivir del ser humano.

“Hemos nacido con genes que nos ha proporcionado Dios. Esta es la forma natural de vivir: en una relación con Dios en la que se reza a Dios y se cree en Dios”, dijo el laureado científico en declaraciones a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI.


A pesar de reconocerse como “una persona que no tiene religión”, Carlsson dijo tener “la mente abierta”.

“Entiendo por qué hay tantas personas que tienen una religión. En realidad, forma parte de nuestros genes, por lo que tal vez seamos las personas como yo las que seamos un poco extrañas, desde ese punto de vista”, afirmó. En ese sentido, “no sabría cómo definirme”.

Respecto al carácter religioso del ser humano, dijo que “entiendo cómo sucede esto. Yo no soy una persona normal porque no tengo ese sentimiento religioso que, no obstante, considero normal. Es un problema mío. Se puede decir que es una forma mía de discapacidad”.

Carlsson dijo también que en el tema de las religiones, “algunas presentan problemas, en particular el islam, como por ejemplo el asunto de las mujeres que no pueden estudiar”.

“Cuando llegan a Suecia tienen siempre este problema y se ve cada día en los periódicos. Es terrible que muchas mujeres ricas en talento crezcan sin instrucción”, lamentó.

“Debo decir que de entre las tres religiones monoteístas y su relación con la ciencia, sin duda el cristianismo es la mejor”, resaltó.

Al ser preguntado sobre la capacidad de la mente humana para comprender el universo, el experto comentó que “es un asunto muy interesante. Cuando comenzó la vida, ¿Cuánta sabiduría había ya al inicio? No lo sabemos”.

“Es posible que cuando la primera célula comenzó a existir ya hubiera ahí una profunda ‘sabiduría’, tal vez ya en aquellas pequeñas ‘criaturas cómicas’. Cuando apareció un individuo compuesto de más células, aquella ‘sabiduría’ aún estaría presente en los genes, pero las diferentes partes de ‘sabiduría’ se dividieron en células especializadas. En cualquier caso, hay una ‘sabiduría’ que ya estaba presente desde el inicio”.


Preguntado sobre lo que supuso el Premio Nobel para él, respondió que se trata de un incentivo para seguir trabajando: “tiene que servir para continuar estudiando con nuevas credenciales”.

Los estudios del doctor Carlsson, uno de los neurocirujanos más importantes del mundo actual, nacido en Suecia en el año 1923, han aportado descubrimientos fundamentales en la búsqueda de tratamientos que ayuden a combatir las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer.

Artículo publicado originalmente en ACI Stampa. Traducido y adaptado por Miguel Pérez Pichel

COMPAÑEROS DE VIAJE


Compañeros de viaje
Todos, lejanos o cercanos, vamos hacia adelante, nos acercamos, inexorablemente, a una meta común: el cielo.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




En tren, en autobús, en coche, en avión o en barco, viajamos juntos.

Desde que cruzamos la puerta, comenzamos a ser compañeros de viaje. Quizá solo por unas horas, en ocasiones durante varios días. Luego, cada uno seguirá su camino, hasta alcanzar la meta que esperaba.

Mientras dura el viaje, estamos juntos. Tal vez en silencio, por respeto a los pensamientos del otro. Tal vez en una conversación intrascendente, hablando del tiempo, del fútbol o del mal estado de las carreteras. Tal vez, en un diálogo profundo, porque logramos conectar en un interés común.

El tiempo no perdona. Llega la hora de separarnos. Si el viaje ha permitido un encuentro feliz y fecundo, queda en el corazón algo de tristeza. Quizá nos volveremos a ver más adelante, en una de esas misteriosas casualidades de la vida. O tal vez hemos intercambiado teléfonos y mails, deseosos de seguir nuestro diálogo.

¿Qué significó ese encuentro casual? ¿Fuimos simplemente dos extraños que estaban juntos durante el viaje? ¿Había algo dentro de cada uno que nos permitía compartir intereses, ideales, sueños, temores y esperanzas?



Si alargamos la mirada, seremos capaces de reconocer que somos compañeros de camino de cada ser humano. Algunos están lejos, a miles de kilómetros de distancia. Otros están muy cerca, en el piso de arriba o de abajo, aunque en ocasiones no sabemos sus nombres...

Todos, lejanos o cercanos, vamos hacia adelante, nos acercamos, inexorablemente, a una meta común: la que inicia tras la muerte.

El camino hacia esa meta definitiva parece largo. Para algunos, el final llega de modo inesperado. Para otros, se retrasa más de lo que desearían. Para todos, esa meta nos une misteriosamente: al otro lado de esa frontera descubriremos que en cada uno había un alma llamada a lo eterno, hermanada, profundamente, con los demás seres humanos.

El viaje continúa, en este tren tranquilo o en ese camión que nos marea con sus curvas. Tú y yo estamos de camino. Somos compañeros, y es hermoso cuando logramos sintonizar en temas que deciden el presente y el futuro: Dios, el amor, la verdad, la justicia, la misericordia, la belleza de lo eterno...

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 7 DE ENERO 2017

Jesús proclama la Buena Nueva del Reino
Mateo 4,12-17.23-25. Sábado de Feria de Tiempo de Navidad, Ciclo A.


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
«Escucha pueblo mío mi enseñanza; inclina el oído a las palabras de mi boca» (Salmo 78). Hoy, Jesús, quiero escuchar tus palabras, quiero reconocer tu voz y estar atento a tu voluntad en mi vida ¿Qué quieres de mí? Quiero conocer el camino que debo de seguir. Tú, Jesús, eres el camino, eres la luz que ilumina mis pasos. Condúceme por el camino de la Voluntad del Padre.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 4,12-17.23-25
En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí. Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «Haced penitencia, porque el Reino de los cielos está cerca». Y andaba Jesús rodeando toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. Y corrió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían algún mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea, y de la otra ribera del Jordán.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Todos somos testigos de la gran luz que nos ha iluminado. Cristo niño se ha hecho hombre por amor a nosotros para convertirse en la luz que guiará nuestros pasos.

Se dice que cuando la noche es más oscura es cuando más brillan las estrellas. Podríamos decir también que cuando más oscuro es nuestro peregrinar por este mundo es cuando más brilla la luz de Cristo en nuestros corazones. Cuando más solos nos sentimos es cuando Cristo está más cerca de nosotros. Porque como dice el profeta Isaías: "este mundo camina en tinieblas pero ya ha visto una gran luz que viene a salvarle". No permitamos que la ceguera de nuestro egoísmo entenebrezca la luz de Cristo en nuestros corazones. Tengamos bien abiertos los ojos de la fe en Dios para caminar por la senda del verdadero amor y de la verdadera esperanza.

Sabemos por el evangelio de hoy que el Reino de los cielos ha llegado, pero ¿cómo le hemos recibido? ¿Nos hemos dado cuenta de su llegada? O por el contrario, ¿hemos permitido que otras luces que no es la de Cristo guíen nuestra vida? No gastemos nuestro fuego en otros infiernillos. Confiemos en que Jesús es la verdadera luz que nos traerá aquella felicidad que buscamos en las cosas de este mundo. Porque sólo Cristo llenará las ansias de felicidad que buscamos.
Con sus invitaciones a la conversión, este tiempo viene providencialmente a despertarnos, a sacudirnos de la apatía, del riesgo de seguir adelante por inercia. La exhortación que el Señor nos dirige por medio del profeta Joel es fuerte y clara: “Convertíos a mí de todo corazón”. ¿Por qué debemos volver a Dios? Porque algo no está bien en nosotros, no está bien en la sociedad, en la Iglesia, y necesitamos cambiar, dar un viraje. Y esto se llama tener necesidad de convertirnos. Una vez más este tiempo nos dirige su llamamiento profético, para recordarnos que es posible realizar algo nuevo en nosotros mismos y a nuestro alrededor, sencillamente porque Dios es fiel, es siempre fiel, porque no puede negarse a sí mismo, sigue siendo rico en bondad y misericordia, y está siempre dispuesto a perdonar y recomenzar de nuevo. Con esa confianza filial, pongámonos en camino.»
(Cf. S.S. Francisco, 5 de marzo de 2014).
Diálogo con Cristo
Jesús, quiero tener esa disponibilidad que tuviste siempre para con los demás. Abre mis ojos y mi corazón a las necesidades de quienes están más cerca. Quiero saber salir de mí mismo, de mi comodidad, para ser un auténtico misionero de tu amor en tu Iglesia. Que mi única ilusión sea la de poder gastar, minuto a minuto, la vida que me has ha dado, siguiendo fielmente las indicaciones de tus Pastores.
Propósito
Conocer, para vivir, la Palabra de Dios. Leer y meditar el evangelio de cada día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!       
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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