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miércoles, 21 de diciembre de 2016
CORAZÓN TRASPAZADO
Corazón traspasado
Sin camino no se anda, sin verdad no se conoce, sin vida no se vive. Si andas perdido, sin encontrar el rumbo, si sientes que en lugar de vivir “arrastras la vida” o lo que sería peor si te sientes “como muerto en vida”, ahora puedes acercarte a Cristo, el Señor, que es Camino, Verdad y Vida, ayudado por una comunidad de creyentes.
Amado Corazón de Jesús, ¿por qué te dejaste atravesar por la lanza, sino para mostrarme la abundancia de tu amor y para ser la morada de mi alma? ¿Cuándo será el momento en que pueda entrar en ti, y proclamar solemnemente “éste es mi descanso eterno; aquí viviré porque yo mismo me elegí esta morada?” Jesús mío, introduce cuanto antes a esta alma mía en la herida de tu abierto costado, en lo íntimo de tu amable y amado Corazón, para que se purifique, para que se embellezca e inflame toda en caridad; de modo que, desprendida de los halagos terrenos, sólo piense amarte a ti, mi Dios crucificado. Amén. (San Buenaventura)
“Jesús, mi salvador, si me abrasa la fiebre, tú eres la fuente que refresca; si me oprimen las culpas, tú rompes mis cadenas; si necesito ayuda, tú eres mi fuerza y mi poder; si tengo miedo a la muerte, tú eres la vida; si deseo el cielo, tú me señalas el camino; si huyo de las tinieblas, tú eres mi luz; y si me falta alimento, tú eres el Pan vivo”.
* Enviado por el P. Natalio
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 21 DE DICIEMBRE DEL 2016
Servicio pronto y alegre
Lucas 1, 39-45. IV Miércoles de Adviento. Ciclo A. La Visitación a Santa Isabel.
Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por este momento que me permites estar en tu presencia. Aumenta mi fe. Ayúdame a creer con firmeza en tu amor y tu poder. Aumenta mi esperanza. Dame la gracia de confiarte a Ti todo mi ser, de abandonarme en tus amorosos brazos de Padre. Ayúdame a amarte cada día más, pero, ante todo, dame la gracia de experimentar el infinito amor que me tienes.
María, en estos últimos días de Adviento, ayúdame a preparar en mi corazón un lugar donde Jesús pueda nacer.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la Madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa Tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
María, te veo ir presurosa a donde está Isabel. Tú, que serás madre de Dios. Tú, que no tienes ninguna «obligación» de servir – pues también estás embarazada – te adelantas a las necesidades de los demás, ni siquiera esperas a que te lo pidan, vas presurosa y gustosa a ayudar…
¿Y yo?, ¿también me adelanto a las necesidades de los demás?, ¿o me tienen que rogar para que ayude? Y cuando ayudo, ¿cómo lo hago?, ¿presuroso y con alegría al igual que tú?, ¿o con cara de pepinillo en vinagre?
María, ayúdame a servir con alegría a los demás. Dile a tu Hijo que me arrepiento de no haber estado atento a las necesidades de los demás. Alcánzame la gracia de, a partir de ahora, estar atento a las necesidades de los que me rodean y de ayudar con alegría al igual que tú.
Isabel escuchó tu saludo y quedó llena del Espíritu Santo. ¡Qué lección tan grande me dan ambas! Por una parte, tú misma quedaste llena del Espíritu Santo cuando, no hace mucho tiempo, el ángel te saludara y te anunciara que serías la madre del Mesías. Por otra parte, Isabel ha sabido, en un simple saludo, descubrir en ti al Salvador del mundo y ha quedado, también ella, llena del Espíritu Santo. Las dos han sido capaces de descubrir la voz de Dios en una cosa tan cotidiana como lo es un saludo…
¡Cuántas veces yo no soy capaz de descubrir la voz del Señor en los momentos cotidianos de mi vida!
Madre, ¡no permitas que mi corazón se encierre en mí mismo!, ¡que no sea ciego ante las necesidades de los demás ni sordo ante la voz de Dios que me llama en lo cotidiano!
«María se puso en camino “de prisa...”. A pesar de las dificultades y de las críticas que pudo recibir, no se demora, no vacila, sino que va, y va “de prisa”, porque en ella está la fuerza de la Palabra de Dios. Y su actuar está lleno de caridad, lleno de amor: esta es la marca de Dios. María va a ver a Isabel, no para que le digan que es buena, sino para ayudarla, para ser útil, para servir. Y en este salir de su casa, de sí misma, por amor, se lleva lo más valioso que tiene: Jesús, el Hijo de Dios, el Señor. Isabel lo comprende inmediatamente: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”; el Espíritu Santo suscita en ella resonancias de fe y de alegría: “Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre”.»
(Discurso de S.S. Francisco, 31 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a hacer un acto de caridad sin que nadie se dé cuenta.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
NAVIDAD ES CAMINO
Navidad es camino
Van rumbo a Belén. Él debe anotarse allí para cumplir con el censo. El decreto de César Augusto ha puesto en movimiento a muchos.
Ella camina detrás de su esposo conforme lo dispuesto por la ley. Por momentos debe apurar el paso para conservar la distancia estipulada. Sus piernas hinchadas de embarazo se tornan demasiado pesadas. Las distancias del camino se hacen largas debido a su estado. Su vientre, cercano de parto, se vuelve grande y notorio. Pero, igualmente, avanza sin formular comentario alguno.
Los planes de él eran inscribirse y retornar. Los planes de Dios son de Navidad. Los proyectos de los hombres son secundarios ante el proyecto de Dios. Basta ponerse en camino para comenzar a estar en las manos del proyecto de Dios. Siempre es necesario dejar nuestras seguridades para que sea lo que Él disponga.
Los pastores han abandonado la calidez del fuego. Van marchando con su pequeño rebaño. Las ovejas, sintiendo la voz del pastor, van dejando el calor que proporcionan las muchas. Dejan a sus congéneres para ponerse en las manos de aquel que siempre vela por cada una de ellas.
Los murciélagos dejan la libertad del cielo abierto para colgarse en las aristas oscuras de la gruta. No hay lugares fijos ni preestablecidos. Cada uno se ubica donde buenamente puede. Mientras los primeros en llegar se han colgado continúa el batir de alas entrando por la boca de la gruta y todos se agitan y mueven. Son cientos y se amontonan entre chillidos y un creciente hedor fuerte y penetrante. Abandonan la caza para retornar a su casa. Por más que los pastores introduzcan las ovejas en las noches más crudas del invierno aquella gruta les pertenece.
Unas pequeñas y esporádicas punzadas en el vientre pleno de ella llaman su atención. Sus manos aprietan su vientre. Respirando hondo y profundo traga aquellas delatoras y primerizas sensaciones. No realiza comentario alguno. No corresponde decir algo. Su mente esboza una oración: “Que se haga en mí según tu palabra. Soy la esclavita del Señor”.
Se ha detenido un poco y, por lo tanto, debe apurar sus pasos. Desea tomar agua pero solamente habrá de beber luego que su esposo lo haya hecho. No debe apartarse de su esposo. No puede perder distancia. Él está apurado de regreso. No hay tiempo para detenerse. La caravana está sumida en su marcha y no se detiene a mirar por una mujer por más que está plena de embarazo y cercana de parto.
Momento a momento Navidad se acerca. No importa la distancia recorrida. Únicamente importa la distancia por recorrer. Hay que apurar los pasos. Hay que transitar lo lejos para saberse en cercanía. Navidad siempre es mirar hacia delante. Es tener la certeza de lo transitado pero es, fundamentalmente, la necesidad de lo por transitar.
Todo es movimiento. Todos están de camino. Todo está aprontándose para celebrar Navidad.
Navidad es de los que no están quietos. Navidad no es de los establecidos ni instalados. Navidad es de aquellos que corren el osado riesgo de saberse en camino y en búsqueda de una meta en Dios.
Padre Ponce de León SDB
LOS ORÍGENES DE LA NAVIDAD
Los Orígenes de la Navidad
Existe una profunda semejanza de las fiestas de finales de diciembre y comienzos de enero con las de marzo, sin duda porque ambos meses, enero y marzo, han sido considerados por diversas culturas como inicio del año. Enero era el mes dedicado a Jano. San Paciano, obispo de Barcelona en el siglo IV, ya hablaba de mascaradas paganas que tenían lugar por estas fechas, diciembre y enero. Muchos Santos Padres condenaron estas fiestas paganas. Las Saturnalias o fiestas en honor a Saturno se celebraban entre los días 17 y 23 de diciembre. Las muy posteriores fiestas de los obispillos, el Bisbetó de Monserrat,la fiesta del Rollo, el obispo de los locos o el abat de los locos de los días 6 y 28 de diciembre, según los casos, que subsistieron en los pueblos españoles como residuos de aquellas Saturnalias, se celebraban también en las iglesias.
Hay referencias históricas de que en la Edad Media había grandes libertades en los templos. Por tanto, es muy probable que los Papas eligieran el 25 de Diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús con el fin de que los fieles cristianos se apartaran de las celebraciones paganas del solsticio de invierno.
La Navidad venía así a ocupar el lugar que todavía llenaban esas fiestas saturnales y otras propias del invierno en Roma. Reinando Constantino el Grande, la iglesia propuso que el 25 de diciembre se celebrara el nacimiento del Salvador por su coincidencia con la celebración romana del Sol Invictus.
En todo caso, en el año 345 d.c. el día 25 era fiesta de Navidad en Occidente.En Oriente, sin embargo, la celebran el 6 de enero, pero la influencia de San Juan Crisóstomo, padre de la Iglesia de Oriente y patriarca de de Alejandría, y de San Gregorio Nacianzeno, el teólogo, amigo de San Basilio, consiguió que adoptaran el 25 de diciembre.
De San Nicolás a Papá Noel
San Nicolás fue obispo de Mira, Licia en el siglo IV.
Probablemente asistió al Concilio de Nicea en el año
325 d.c. Sin embargo, sus reliquias parece que fueron trasladadas en 1087 a Bari, donde se conservan en un sarcófago del que emana un bálsamo al que se atribuyen efectos milagrosos. Universalmente reconocido como taumaturgo, se le aplican numerosas leyendas relacionadas con resurrección de niños y dotación de vírgenes. Una de ellas cuenta que una noche ,cuando trataba de transportar tres bolsas de oro hasta las tres hijas de un mercader arruinado, una de las bolsas cayó dentro de los calcetines que colgaban de la chimenea para secarse y que por eso desde entonces se cuelgan los calcetines en espera de regalos. El mercader, vecino suyo, había decidido prostituir a sus tres hijas porque no tenía dinero para la dote. La historia cuenta que el santo arrojó las limosnas discretamente por una ventana para librar de la deshonra a las tres doncellas.
Otra leyenda asegura que San Nicolás devolvió la vida a tres niños que habían sido descuartizados y puestos en salmuera por un terrible secuestrador caníbal .Su fiesta se celebra el 6 de diciembre y es el patrón de Rusia y de Lorena, y muy popular en la citada Rusia, Grecia, Italia, el Norte de Europa, Alemania e Inglaterra, donde ha sido asimilado a su Papá Noel, ese personaje legendario de barba blanca, vestido de rojo y con capucha, y a Santa Claus, denominación anglosajona de San Nicolás, y con funciones de protector y patron de niños. San Nicolás viaja por estas fechas a Holanda desde España en un velero y acompañado por Pedro el negro, una especie de Betama que decide qué niños merecen regalos y quiénes no.
En Estados Unidos, el sinter Klaas importado se convirtió en Santa Claus. En el Mediterranéo, San Nicolás sustituyó en las fiestas y creencias populares a Poseidón, rey de los mares y dios de los terremotos de la mitología clásica. Se le representa con orgamentos episcopales y sus atributos son tres bolsas de oro con las que libró de la prostitución a las tres doncellas, los tres niños resucitados y un ancla, como protector de los hombres de mar, pues estando en Palestina dicen que calmó una enorme tempestad.
Los Reyes Magos
El 6 de Enero, en Oriente sólo se celebraba la Epifania o Teofanía, es decir, las manifestaciones de Cristo (nacimiento, adoración de los Reyes Magos, bautismo)
En Occidente únicamente era la fiesta el nacimiento, el 25 de Diciembre. Con los años, Occidente adoptó la Epifanía y Oriente la Navidad. Según la tradición popular, tres magos, reyes de Oriente, tal vez de Arabia
Fueron a llevarle regalos a Jesús, recién nacido en Belen. Sus reliquias fueron descubiertas por Santa Elena y se veneran actualmente en la catedral de colonia, a cuyo obispo se las regalo el emperador en el
Año 1164.En España existe la costumbre de obsequiar a los niños con juguetes en memoria de los
Dones oro, incienso y mirra, mt 2:11.ofrecido por los Reyes a Jesús. En realidad, la fijación de la fecha de la Epifanía el 6 de enero se debe muy probablemente a cálculos relacionados con extrañas consideraciones sobre el solsticio de invierno y las fases de la Luna.
Algunos expertos consideran que influyeron en esta decisión las fiestas paganas saturnales que se extendian desde el 17 hasta el 23 de Diciembre y que alcanzaron gran importancia durante el Imperio cuando Domiciano las alargó hasta alcanzar esos siete dias. Los esclavos disfrutaban esos días de libertad.
La determinación del número de Reyes Magos, sólo tres, y de su procedencia se fue perfilando en la Alta Edad media. El rey negro aparece en el siglo XV.
En realidad, existen tres fechas en la tradición cristiana en las que se entregan regalos a los niños.
En los países mediterráneos,como Italia y España,se hace el 6 de Enero con los Reyes Magos en España y con la bruja Befana en italia,que entra sobre su escoba por la chimenea de las casas. Sólo hace regalos a los niños que se han portado bien.
En España se sacaban los zapatos o las botas al balcón para que los Reyes dejarán allí sus regalos. En Bélgica, Holanda y Francia lo celebran el 6 de Diciembre, día de San Nicolás, quién en Bélgica camina en un Burro. Y en el resto de los países occidentales son Santa Claus o Papá Noel quienes los reparten, pero el día 24 de Diciembre. Además, en el Norte europeo los niños cuentan con los gnomos.
En el mundo oriental es San Basilio el encargado de traer los regalos el día 1 de Enero.
El Belén
El belén o nacimiento es la representación del nacimiento de Jesús en Belén por medio de figuras.
Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues aparece ya en el siglo IV en la catacumba de San Sebastián de Roma. Hasta la Baja Edad Media persistió la variante de origen bizantino de la virgen acostada, acompañada por dos comadronas.Después,a partir del siglo XIV,la virgen está de rodillas y sin comadronas,pues se impone la idea del parto sin dolor.
La tradición popular del belén,pesebre o nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Greccio. Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras.
Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los belenes actuales con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.
Alcanzó su apogeo en el reino de Nápoles en el siglo XVIII y de allí pasó a España, de donde fue llevado a América Latina. Persiste en tambien en el sur de Italia, gran parte de Alemanía, Provenza y el Tirol.
Es costumbre mediterránea. En algunas regiones de Italia los niños construían una especie de belenes de madera, a los que llamaban la cabañita, con el Niño Jesús en su interior.
Tal vez recogía las dos tradiciones: la del árbol, o la del verdadero belén, la llegada de hierbas, musgo, o ciprés parece encontrar origenes gentilicios más que cristianos. El musgo, por ejemplo, cuenta con un hada protectora, la mujercita del musgo, según los alemanes.
Por su parte, la idea de belén como cueva o caverna donde nació Cristo encuentra similitudes en otras religiones donde los dioses nacen en cuevas o en las hendiduras de la Tierra. Quiza ningún pueblo del mundo ha llegado a crear, en relación a la navidad, una cosa tan graciosa, tan popular, como los belenes.
El Árbol de Navidad
Alrededor del año 723 San Bonifacio viajó con un pequeño grupo de personas en la región de la Baja Sajonia. El conocía a una comunidad de paganos cerca de Geismar que, en medio del invierno, iban a realizar un sacrificio humano (donde usualmente la víctima era un niño) a Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al que consideraban sagrado y que era conocido como “El Roble del Trueno”.
Bonifacio, quiso destruirlo no sólo para salvar a la víctima sino para mostrar a los paganos que él no sería derribado por un rayo lanzado por Thor.
Llegaron a la aldea en la víspera de Navidad justo a tiempo para interrumpir el sacrificio. Con su báculo en la mano, Bonifacio se acercó a los paganos y les dijo: “aquí está el Roble del Trueno, y aquí la cruz de Cristo que romperá el martillo del dios falso, Thor".
El verdugo levantó un martillo para ejecutar al pequeño niño, el Obispo extendió su báculo para bloquear el golpe y milagrosamente rompió el gran martillo de piedra y salvó la vida del niño.
Después, se dice que Bonifacio habló así al pueblo:“¡escuchen hijos del bosque! La sangre no fluirá esta noche, salvo la que la piedad ha dibujado del pecho de una madre. Porque esta es la noche en que nació Cristo, el hijo del Altísimo, el Salvador de la humanidad. Él es más justo que Baldur el Hermoso, más grande que Odín el Sabio, más gentil que Freya el Bueno. Desde su venida el sacrificio ha terminado. La oscuridad, Thor, a quien han llamado en vano, es la muerte. En lo profundo de las sombras de Niffelheim él se ha perdido para siempre. Así es que ahora en esta noche ustedes empezarán a vivir. Este árbol sangriento ya nunca más oscurecerá su tierra. En el nombre de Dios, voy a destruirlo”.
Entonces, Bonifacio cogió un hacha que estaba cerca de ahí, y según la tradición, cuando la blandió poderosamente hacia el roble una gran ráfaga de viento voló el bosque y derribó el árbol con raíces y todo. El árbol cayó al suelo y se rompió en cuatro pedazos.
El “Apóstol de Alemania” siguió predicando al pueblo germánico que estaba asombrado y no podía creer que el asesino del Roble de Thor no haya sido golpeado por su dios. Bonifacio miró más allá donde yacía el roble y señaló a un pequeño abeto y dijo: “Este pequeño árbol, este pequeño hijo del bosque, será su árbol santo esta noche. Esta es la madera de la paz… Es el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes. Miren como las puntas están dirigidas hacia el cielo. Hay que llamarlo el árbol del Niño Jesús; reúnanse en torno a él, no en el bosque salvaje, sino en sus hogares; allí habrá refugio y no habrán actos sangrientos, sino regalos amorosos y ritos de bondad”.
Así, los alemanes empezaron una nueva tradición esa noche, que se ha extendido hasta nuestros días. Al traer un abeto a sus hogares, decorándolo con velas y ornamentos y al celebrar el nacimiento del Salvador, el Apóstol de Alemania y su rebaño nos dieron lo que hoy conocemos como el árbol de Navidad. (Fuente Church Pop)
Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se colocaron las esferas y los focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.
Las esferas actualmente simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento. Las esferas azules son oraciones de arrepentimiento, las plateadas de agradecimiento, las doradas de alabanza y las rojas de petición.
Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas.
También se suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de Navidad. Éstos representan las buenas acciones y sacrificios, los "regalos" que le daremos a Jesús en la Navidad.
Para aprovechar la tradición: Adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el adviento, explicando a los niños el simbolismo. Los niños elaborarán sus propias esferas (24 a 28 dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una oración o un propósito en cada una, y conforme pasen los días las irán colgando en el árbol de Navidad hasta el día del nacimiento de Jesús.
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Adaptación por Francisco Ramon Paya Publicado en TIEMPO Diciembre 97
QUÉ ES LA NAVIDAD?
¿Qué es la Navidad?
La Iglesia en su misión de ir por el mundo llevando la Buena Nueva ha querido dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios; a este tiempo lo conocemos como Navidad. Cerca de la antigua fiesta judía de las luces y buscando dar un sentido cristiano a las celebraciones paganas del solsticio de invierno, la Iglesia aprovechó el momento para celebrar la Navidad.
En este tiempo los cristianos por medio del Adviento se preparan para recibir a Cristo,"luz del mundo" (Jn 8, 12) en sus almas, rectificando sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo. Durante el Tiempo de Navidad al igual que en el Triduo Pascual de la semana Santa celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios; pero a diferencia del Triduo Pascual en el que recordamos la pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Así como el sol despeja las tinieblas durante el alba, la presencia de Cristo irrumpe en las tinieblas del pecado, el mundo, el demonio y de la carne para mostrarnos el camino a seguir. Con su luz nos muestra la verdad de nuestra existencia. Cristo mismo es la vida que renueva la naturaleza caída del hombre y de la naturaleza. La Navidad celebra esa presencia renovadora de Cristo que viene a salvar al mundo.
La Iglesia en su papel de madre y maestra por medio de una serie de fiestas busca concientizar al hombre de este hecho tan importante para la salvación de sus hijos. Por ello, es necesario que todos los feligreses vivamos con recto sentido la riqueza de la vivencia real y profunda de la Navidad.
Por último, es necesario recordar que durante la Navidad celebramos en tres días consecutivos, 26, 27 y 28 de diciembre, tres fiestas que nos hacen presente la entrega total al Señor:
San Esteban, mártir que representa a aquellos que murieron por Cristo voluntariamente.
San Juan Evangelista, que representa aquellos que estuvieron dispuestos a morir por Cristo pero no los mataron. San Juan fue el único Apóstol que se arriesgó a estar con La Virgen al pie de la cruz.
Los Santos Inocentes que representan a aquellos que murieron por Cristo sin saberlo.
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 21 DE DICIEMBRE
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Diciembre 21
Hace muchos, muchos años, en un pesebre nació un niño pobre, muy pobre: ese niño es Niño y Dios.
Él hizo todas las cosas, cielos y tierra creó; de los tesoros del mundo Él es el dueño y señor.
Él se construyó un palacio de incalculable valor, superior en hermosura a los del rey Salomón.
Y ha nacido en un pesebre impregnado del olor de las bestias que lo ocupan: estas bestias eran dos.
Su Santa Madre María llora de gozo y dolor al contemplar a su hijo dormidito en un cajón.
Su cuerpecito mal cubierto, de frío se estremeció y en llanto desconsolado rompió su divina voz.
Al oírlo se arrodilla la Madre del Niño Dios y le ofrece su cariño, su vida, su inmenso amor.
Como la Virgen María quiero yo darte, Señor, lo que de ti he recibido: alma, vida y corazón.
“Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado” (Lc 2,15). Sí, Dios se nos ha manifestado, nos ha manifestado su amor y nos pide nuestro amor; no se lo neguemos.
* P. Alfonso Milagro
martes, 20 de diciembre de 2016
EL EVANGELIO DE HOY MARTES 20 DE DICIEMBRE 2016
Fue en el silencio
Lucas 1, 26-38, IV Martes de Adviento, Ciclo A, La Anunciación
Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús,Tu qué haces nuevas todas las cosas, permite que hoy, aun cuando no estés en mi pensamiento, sea un díatotalmente nuevo, lleno de Ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde Ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, Ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Fue en un momento; fue en un instante. Fue en el silencio de María donde quisiste nacer.
Ella tenía sus planes…; planes que eran para Dios. Pareciera que los cambias…sin embargo, no los quitas, no los cambias; los transformas, los sublimas.
María parece no comprender, pero está segura; parece no dudar, sin embargo, pregunta.
Ella toma mi lugar… pareciera que pregunta en mi lugar: «¿pero… cómo será esto?» Quería que yo escuchara la respuesta que bien sabía ella: «Para Dios no hay nada imposible». No hay nada imposible para el amor de Dios.
No hay nada imposible para Ti, Señor. Me viste lejos y te quisiste acercar; me viste preocupado por las riquezas y Tú, siendo rico, el más rico…hiciste de la pobreza tu riqueza.
Aquella respuesta María la encontró desde siempre. En la anunciación, en el nacimiento de Jesús, en la vida oculta…en la Cruz. La respuesta la llevará siempre en su corazón: no hay nada imposible para Dios.
María acompáñame y enséñame a confiar cada día más en Dios, de la misma manera en que tú lo hiciste.
Enséñame a creer que, aunque a veces no entienda los planes de Dios en mi vida, nada es imposible para su amor.
Llévame de la mano en estos días y ayúdame a preparar mi corazón para recibir a Jesús. En el silencio, con tu misma confianza, sabiendo que su llegada, su nacimiento, abarca todo lo que soy… abarca toda mi vida.
«La segunda actitud de María es la decisión. María escucha, reflexiona, pero también sabe dar un paso adelante: decide. Así ha sucedido en la decisión fundamental de su vida: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y también así en las bodas de Caná, cuando María se da cuenta del problema y decidió acudir a Jesús para que interviniera: “No tienen vino”. En la vida, muchas veces es difícil tomar decisiones y por eso tendemos a posponerlas, tal vez dejando que sean otros los que decidan por nosotros; o incluso preferimos dejarnos arrastrar por los acontecimientos, seguir la “tendencia” del momento; a veces sabemos lo que deberíamos hacer, pero no tenemos valor, porque nos parece demasiado difícil ir contracorriente... María no tiene miedo de ir contracorriente: con el corazón firme en la escucha, decide, asumiendo todos los riesgos, pero no sola, sino con Dios.»
(Discurso de S.S. Francisco, 31 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Para ir preparando el corazón para la llegada del niño Jesús, antes de la comida de hoy, rezaré el Angelus con espíritu de gratitud y de espera.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Amén.
LA TRISTEZA NAVIDEÑA
La “tristeza navideña”
Para muchas personas, el periodo navideño es muy complicado. No hablo de almas desdichadas que tienen buenos motivos para estar tristes –la pérdida de personas queridas, la salud delicada, la soledad– , sino de aquellos que se sienten tristes cuando la Navidad no les ofrece toda la gratificación personal que estaban buscando. Definen a lo que sienten “tristeza navideña”.
Al pensar recientemente en este hecho, recordé un episodio contado por santa Teresa de Lisieux en su espléndida autobiografía “Historia de un Alma”, sucedido la mañana de Navidad de 1886, cuando Teresa tenía casi 13 años.
Su familia tenía una tradición para la vigilia de Navidad. Ponían los zapatos de los niños frente a la chimenea, y cuando se volvía de la misa de medianoche, los zapatos estaban llenos de regalos. Aquella Navidad, sin embargo, el padre de Teresa estaba enojado por algo, y ella le escuchó decir sobre la historia de los zapatos: “Gracias a Dios es la última vez que hacemos algo por el estilo”.
Teresa era una muchacha buena y pía, pero como admite ella misma, era también extremadamente sensible. Explotaba a menudo en llanto, y cuando se le decía que parara, lloraba aún más. Las palabras del padre la hirieron mucho. Cuando subió para quitarse el sombrero, la hermana mayor, Céline, comprendiendo la situación, le dijo: “No bajes. Tomar los regalos de tus zapatos te pondrá aún peor”.
Sin embargo, escribe: “Teresa ya no era la misma muchacha. Jesús la había cambiado. Habiéndome calmado del llanto, bajé y tomé mis zapatos. Saqué mis regalos mostrando gran alegría. Papá rió y Céline pensó que estaba soñando… El amor llenaba mi corazón, me había olvidado de mí misma y, por lo tanto, era feliz”.
¿Qué había sucedido? Teresa dice simplemente que había recibido “la gracia de salir de la infancia”.
La mayor parte de nosotros no somos santos como Teresa de Lisieux, pero algunos han tenido experiencias no muy distintas de la suya. Un hombre que conozco escribió: “De niño pensaba en Navidad como en una ocasión para obtener cosas. Mis padres me lo habían enseñado sin querer. No habían crecido ambos en familias pudientes, y los regalos que se daban en Navidad cuando ellos eran niños eran muy pocos. Ahora, para compensar, prodigaban regalos para mí y mi hermana”.
“Esa manera de festejar Navidad me impresionó durante años. Visto que para mí Navidad significaba fundamentalmente la acumulación de cosas, en realidad no me hacía feliz. Luego, una Navidad entendí algo más”.
“En aquella época ya era padre yo también. Una de mis hijas estuvo enferma durante varios días, y al acercarse la Navidad empeoraba. Al final saltó la alarma. La puse en el coche y la llevé a urgencias”.
“Esperamos un buen rato, pero al final un doctor que la revisó descubrió que tenía un diente infectado que al dentista se le había escapado cuando la había visitado la semana anterior. Le dieron muchos antibióticos y analgésicos y la mandaron a casa, y pronto ya descansaba tranquila y se sentía mejor”.
“Ese año mi Navidad fue esa. En lugar de buscar sentirme mejor concentrándome en el intercambio de regalos, pasé el día buscando ayudar a alguien. Y ¿sabes algo? Fue bello. Fue una lección que no he olvidado”.
Como habría dicho santa Teresita, olvidarse de sí curó su tristeza navideña.
© Russell Shaw
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