miércoles, 2 de noviembre de 2016

LECTURAS BÍBLICAS Y MEDITACIÓN DE HOY 2 DE NOVIEMBRE 2016, DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS



Hoy, miércoles, 2 de noviembre de 2016


Primera lectura
Lectura del libro de las Lamentaciones (3,17-26):

Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión: antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 129,1-2.3-4.5-6.7-8

R/. Desde lo hondo a ti grito, Señor

Desde lo hondo a ti grito, Señor; 
Señor, escucha mi voz; 
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra; 
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R/.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora; 
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa. R/.

Y él redimirá a Israel 
de todos sus delitos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» 
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.»

Palabra del Señor
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«Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino»
Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM 
(Barcelona, España)


Hoy, el Evangelio evoca el hecho más fundamental del cristiano: la muerte y resurrección de Jesús. Hagamos nuestra, hoy, la plegaria del Buen Ladrón: «Jesús, acuérdate de mí» (Lc 23,42). «La Iglesia no ruega por los santos como ruega por los difuntos, que duermen en el Señor, sino que se encomienda a las oraciones de aquéllos y ruega por éstos», decía san Agustín en un Sermón. Una vez al año, por lo menos, los cristianos nos preguntamos sobre el sentido de nuestra vida y sobre el sentido de nuestra muerte y resurrección. Es el día de la conmemoración de los fieles difuntos, de la que san Agustín nos ha mostrado su distinción respecto a la fiesta de Todos los Santos. 

Los sufrimientos de la Humanidad son los mismos que los de la Iglesia y, sin duda, tienen en común que todo sufrimiento humano es de algún modo privación de vida. Por eso, la muerte de un ser querido nos produce un dolor tan indescriptible que ni tan sólo la fe puede aliviarlo. Así, los hombres siempre han querido honrar a los difuntos. La memoria, en efecto, es un modo de hacer que los ausentes estén presentes, de perpetuar su vida. Pero sus mecanismos psicológicos y sociales amortiguan los recuerdos con el tiempo. Y si eso puede humanamente llevar a la angustia, cristianamente, gracias a la resurrección, tenemos paz. La ventaja de creer en ella es que nos permite confiar en que, a pesar del olvido, volveremos a encontrarlos en la otra vida.

Una segunda ventaja de creer es que, al recordar a los difuntos, oramos por ellos. Lo hacemos desde nuestro interior, en la intimidad con Dios, y cada vez que oramos juntos, en la Eucaristía, no estamos solos ante el misterio de la muerte y de la vida, sino que lo compartimos como miembros del Cuerpo de Cristo. Más aún: al ver la cruz, suspendida entre el cielo y la tierra, sabemos que se establece una comunión entre nosotros y nuestros difuntos. Por eso, san Francisco proclamó agradecido: «Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la muerte corporal».

VIVO EN UNA ESTRELLA


Vivo en una estrella


Cuando oras por tus queridos difuntos, te encuentras con ellos en una misteriosa comunión de fe, esperanza y amor. Ellos han transpuesto ya la frontera del tiempo y entrado en el ámbito de la eternidad, propio de Dios. Siempre que haces oración por ellos, los encuentras dentro del dulce abrazo con que Dios estrecha a los que lo aman.

Vivo en una estrella radiante de luz, no lloren mi ausencia estoy con Jesús. Cuando llegué al cielo, cuando vi su faz, mi alma dichosa se colmó de paz. El Dios de los cielos sanó toda herida, me tendió su mano y encontré la vida. Un coro de ángeles y... la Virgen María me vino a encontrar. ¿Qué más quieren hijos? ¡Dejen de llorar! ya desde mi estrella los puedo mirar. Denme una sonrisa para descansar; piensen que los amo, búsquenme en la flor, en la nueva brisa, ¡en lo que es amor! Que estoy presente como lo está el sol, yo sigo latiendo en su corazón...

Si por la fe estás abierto al sentido cristiano de la muerte, no te dejes abatir por la amargura ante una pérdida dolorosa. Tu sensibilidad puede quedar destrozada. Pero, en la zona más secreta del alma, vives una experiencia de paz, esperanza y gozo, porque estás seguro que tus muertos viven ya una existencia trascendente.


* Enviado por el P. Natalio 

5 CLAVES PARA ENTENDER LAS NORMAS DE LA IGLESIA SOBRE LA CREMACIÓN Y CONSERVACIÓN DE CENIZAS


5 claves para entender las normas de la Iglesia sobre cremación y conservación de cenizas
Por Diego López Marina


(ACI).- El Arzobispo de Medellín en Colombia, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, destacó en un comunicado que la instrucción Ad resurgendum cum Christo, en la que se recuerdan las normas sobre la sepultura de los muertos y sobre todo la conservación de las cenizas, no presenta ningún cambio en la doctrina católica.

El Prelado aseguró que el documento promulgado por la Congregación para la Doctrina de la Fe es una respuesta al mundo hoy, “cuando el materialismo, el mercantilismo y la superficialidad, dentro de una cultura laicista, llevan a escamotear el misterio de la muerte, a marcar la dicotomía entre cuerpo y espíritu, a querer deshacerse rápidamente de los cadáveres y, en últimas, a negar la vida eterna”.

Aquí presentamos las 5 claves de Mons. Ricardo Tobón para entender la instrucción.

1. Es una ayuda para no olvidar el dogma de la resurrección de la carne

Lo primero que la Iglesia afirma es la resurrección de Cristo, “verdad culminante de la fe cristiana, predicada como una parte esencial del Misterio pascual desde los orígenes del cristianismo”.


Y como conclusión de ello que “Cristo nos libera del pecado y nos da acceso a una nueva vida”. De esta manera, Cristo resucitado es principio y fuente de nuestra futura resurrección. Más aún, en el Bautismo, nosotros hemos resucitado con Cristo y participamos ya de su vida celestial (cf Rm 6,4; Col 2,12; Ef 2,6).

2. El documento no presenta ningún cambio en la doctrina católica

La Iglesia, en segundo lugar, recomienda insistentemente, de acuerdo con la tradición cristiana, que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios o en otros lugares sagrados.

Es como una memoria de la muerte y sepultura del Señor, es una expresión clara de la esperanza en la resurrección corporal, es un signo del respeto y compasión debidos al cuerpo a través del cual se expresó toda la persona y, finalmente, es una ayuda para que la familia y la comunidad cristiana recuerden y oren por los difuntos.

3. Las críticas nacieron de costumbres impuestas por la sociedad

El asombro se deriva del contraste entre lo que siempre ha enseñado la Iglesia sobre la sepultura de los muertos y las diversas costumbres que se han venido imponiendo y que pueden dejar en penumbra la fe en la resurrección.

Efectivamente, hoy se ha generalizado la práctica de la cremación que luego termina dispersando las cenizas en la montaña o en los ríos, repartiéndolas entre los parientes, convirtiéndolas en recuerdos conmemorativos o integrándolas en piezas de joyería.

4. La cremación sí está permitida

No se opone la Iglesia a la cremación cuando la exigen razones higiénicas, económicas o sociales, pues la cremación no impide al poder de Dios resucitar el cuerpo. Pero establece que, si por razones legítimas se opta por la cremación, las cenizas deben conservarse en un área especial reservada para este fin en los cementerios o en otro lugar sagrado.

Sin embargo, como prescribe el derecho canónico, si la cremación se hace por razones contrarias a la doctrina cristiana, no tiene sentido celebrar las exequias.

No está pues permitido conservar las cenizas en el hogar o esparcirlas en el aire o en el agua, con un malentendido panteísta, naturalista o nihilista.

5. La instrucción es un llamado a practicar las obras de misericordia

Deberíamos ver esta orientación como un oportuno llamado en este Año Jubilar y ahora cuando estamos para comenzar el mes de noviembre a practicar dos obras de misericordia; una corporal: enterrar a los muertos, y la otra espiritual: orar por los difuntos.

REZAR POR LOS DIFUNTOS Y EL SÍMBOLO DE LA CRUZ SON CONTRARIAS A LA BIBLIA?

Mito 1: Rezar por los difuntos y el símbolo de la cruz son contrarias a la Biblia
Respuestas Bíblicas a mitos evangélicos


La Biblia, el Magisterio y La tradición son los fundamentos de la Teología Católica. 


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 



MITO: DE TODAS LAS TRADICIONES del SER HUMANO enseñadas y practicadas por la iglesia Católica, que son contrarias a la Biblia, de las más antiguas son los rezos para los muertos y el símbolo de la cruz. Ambas tradiciones comenzaron 300 años después de Cristo... GLAD.
2 Macabeos 12, 43ss. «Y habiendo recogido dos mil dracmas por una colecta, los envió (Judas Macabeo) a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy bien y pensando noblemente de la resurrección, porque esperaba que resucitarían los caídos, considerando que a los que habían muerto piadosamente está reservada una magnífica recompensa; por eso oraba por los difuntos, para que fueran librados de su pecado”
Refutación y Argumentos Católicos

Lo fundamental aquí no es si Macabeos es inspirado o no. Lo fundamental es que ese libro, que aparece en la versión de los LXX, utilizada por Pablo, y citado por Pablo mismo, habla de oraciones por los difuntos, y lo más interesante es que Pablo, quien utilizó la versión que contenía ese libro, jamás condenó tal práctica.

De todas formas, queda patente que la práctica de orar por los difuntos, no nació 300 años después de Cristo, como asegura la mitología protestante.

El símbolo de la cruz no se remonta tampoco al 300 después de Cristo. Recordemos el crucifijo de burla del Palatino que se encuentra en el museo de las Termas de la ciudad de Roma. Aparece un solado romano, cristiano, postrado de rodillas ante un crucifijo con rostro de asno. Con el comentario sarcástico "Alexámenos adora a su Dios". Puede apreciarse este epígrafe en el libro de Holzner, San Pablo, Heraldo de Cristo (Herder Barcelona 1964, imagen No. 33). Holzner comenta esta prefiguración en la p 434 de dicha obra: "El célebre crucifijo de burla del Palatino, una caricatura garrapateada en la pared por los estudiantes paganos del colegio imperial, en que se ridiculiza a un condiscípulo cristiano Alexámeno, que adora a un crucifijo con la cabeza de asno, es sin duda una prueba de que el cristianismo había hallado entrada ya muy pronto entre los que habitaban en el Palatino".


ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS


Oración por los difuntos


Dios de infinita misericordia,
 confiamos a tu inmensa bondad
 a cuantos han dejado este mundo para la eternidad,
 donde tú esperas a toda la humanidad,
 redimida por la sangre preciosa de Jesucristo,
 muerto en rescate por nuestros pecados.

 No mires, Señor,
 tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas
 con las que nos presentaremos ante el tribunal
 para ser juzgados para la felicidad o la condena.

 Míranos con la mirada piadosa
 que nace de la ternura de tu corazón,
 y ayúdanos a caminar en el camino de una completa purificación.

 Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno,
 donde ya no puede haber arrepentimiento.

 Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos,
 y de las personas que han muerto sin el consuelo sacramental
 o no han tenido manera de arrepentirse
 ni siquiera al final de su vida.

 Que nadie tenga el temor de encontrarte
 después de la peregrinación terrenal,
 en la esperanza de ser acogidos
 en los brazos de la infinita misericordia.

 La hermana muerte corporal
 nos encuentre vigilantes en la oración
 y llenos de todo el bien recogido
 en nuestra breve o larga existencia.

 Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra,
 sino que en todo nos sostengas
 en el ardiente deseo de reposar serena y eternamente.
 Amen.



Autor: Papa Francisco

HOY 2 DE NOVIEMBRE LA IGLESIA CATÓLICA CONMEMORA A LOS FIELES DIFUNTOS


Hoy 2 de noviembre la Iglesia Católica conmemora a los Fieles Difuntos


 (ACI).- “El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son testimonios de confiada esperanza, arraigada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, puesto que el hombre está destinado a una vida sin límites, cuya raíz y realización están en Dios”, afirmó el Papa Francisco en 2014.

Cada 2 de noviembre, día que se conmemora a los Fieles Difuntos, miles de personas en todo el mundo visitan las tumbas de sus seres queridos que pasaron a la otra vida y la Iglesia eleva oraciones y ofrece sacrificios por su eterno descanso.


El alma de la persona fallecida puede ir al cielo, al infierno o al purgatorio. Si va al purgatorio quiere decir que aún necesita purificarse, pero su destino será, en algún momento, el cielo.

Por ello los creyentes en la tierra pueden ayudar a las almas del purgatorio con las oraciones, la limosna, y sobre todo cor el sacrificio de la Santa Misa para que puedan ir más pronto al cielo.

Con mucho cariño los invitamos a escuchar la siguiente canción de Martín Valverde titulada "No se han ido del todo" y dedicada a todos los que partieron a la Casa del Padre.



Fieles difuntos
Memoria litúrgica, 2 de noviembre


Por: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net 




Conmemoración de todos los fieles difuntos. La Santa Madre Iglesia, después de su solicitud en celebrar con las debidas alabanzas la dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha del pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna.


Un poco de historia

La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos.

Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin embargo, los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación.

Con las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder participar de la gloria de Dios.

A estas oraciones se les llama sufragios. El mejor sufragio es ofrecer la Santa Misa por los difuntos.

Debido a las numerosas actividades de la vida diaria, las personas muchas veces no tienen tiempo ni de atender a los que viven con ellos, y es muy fácil que se olviden de lo provechoso que puede ser la oración por los fieles difuntos. Debido a esto, la Iglesia ha querido instituir un día, el 2 de noviembre, que se dedique especialmente a la oración por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo.

La Iglesia recomienda la oración en favor de los difuntos y también las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia para ayudarlos a hacer más corto el periodo de purificación y puedan llegar a ver a Dios. "No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos".

Nuestra oración por los muertos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión a nuestro favor. Los que ya están en el cielo interceden por los que están en la tierra para que tengan la gracia de ser fieles a Dios y alcanzar la vida eterna.

Para aumentar las ventajas de esta fiesta litúrgica, la Iglesia ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo por las intenciones del Papa entre el 1 y el 8 de noviembre, “podemos ayudarles obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados”. (CEC 1479)


Costumbres y tradiciones.

El altar de muertos

Es una costumbre mexicana relacionada con el ciclo agrícola tradicional. Los indígenas hacían una gran fiesta en la primera luna llena del mes de noviembre, para celebrar la terminación de la cosecha del maíz. Ellos creían que ese día los difuntos tenían autorización para regresar a la tierra, a celebrar y compartir con sus parientes vivos, los frutos de la madre tierra.

Para los aztecas la muerte no era el final de la vida, sino simplemente una transformación. Creían que las personas muertas se convertirían en colibríes, para volar acompañando al Sol, cuando los dioses decidieran que habían alcanzado cierto grado de perfección.

Mientras esto sucedía, los dioses se llevaban a los muertos a un lugar al que llamaban Mictlán, que significa “lugar de la muerte” o “residencia de los muertos” para purificarse y seguir su camino.

Los aztecas no enterraban a los muertos sino que los incineraban.
La viuda, la hermana o la madre, preparaba tortillas, frijoles y bebidas. Un sacerdote debía comprobar que no faltara nada y al fin prendían fuego y mientras las llamas ardían, los familiares sentados aguardaban el fin, llorando y entonando tristes canciones. Las cenizas eran puestas en una urna junto con un jade que simbolizaba su corazón.

Cada año, en la primera noche de luna llena en noviembre, los familiares visitaban la urna donde estaban las cenizas del difunto y ponían alrededor el tipo de comida que le gustaba en vida para atraerlo, pues ese día tenían permiso los difuntos para visitar a sus parientes que habían quedado en la tierra.

El difunto ese día se convertía en el "huésped ilustre" a quien había de festejarse y agasajarse de la forma más atenta. Ponían también flores de Cempazúchitl, que son de color anaranjado brillante, y las deshojaban formando con los pétalos un camino hasta el templo para guiar al difunto en su camino de regreso a Mictlán.

Los misioneros españoles al llegar a México aprovecharon esta costumbre, para comenzar la tarea de la evangelización a través de la oración por los difuntos.

La costumbre azteca la dejaron prácticamente intacta, pero le dieron un sentido cristiano: El día 2 de noviembre, se dedica a la oración por las almas de los difuntos. Se visita el cementerio y junto a la tumba se pone un altar en memoria del difunto, sobre el cual se ponen objetos que le pertenecían, con el objetivo de recordar al difunto con todas sus virtudes y defectos y hacer mejor la oración.

El altar se adorna con papel de colores picado con motivos alusivos a la muerte, con el sentido religioso de ver la muerte sin tristeza, pues es sólo el paso a una nueva vida.

Cada uno de los familiares lleva una ofrenda al difunto que se pone también sobre el altar. Estas ofrendas consisten en alimentos o cosas que le gustaban al difunto: dulce de calabaza, dulces de leche, pan, flores. Estas ofrendas simbolizan las oraciones y sacrificios que los parientes ofrecerán por la salvación del difunto.

Los aztecas fabricaban calaveras de barro o piedra y las ponían cerca del altar de muertos para tranquilizar al dios de la muerte. Los misioneros, en vez de prohibirles esta costumbre pagana, les enseñaron a fabricar calaveras de azúcar como símbolo de la dulzura de la muerte para el que ha sido fiel a Dios.

El camino de flores de cempazúchitl, ahora se dirige hacia una imágen de la Virgen María o de Jesucristo, con la finalidad de señalar al difunto el único camino para llegar al cielo.

El agua que se pone sobre el altar simboliza las oraciones que pueden calmar la sed de las ánimas del purgatorio y representa la fuente de la vida; la sal simboliza la resurrección de los cuerpos por ser un elemento que se utiliza para la conservación; el incienso tiene la función de alejar al demonio; las veladoras representan la fe, la esperanza y el amor eterno; el fuego simboliza la purificación.

Los primeros misioneros pedían a los indígenas que escribieran oraciones por los muertos en los que señalaran con claridad el tipo de gracias que ellos pedían para el muerto de acuerdo a los defectos o virtudes que hubiera demostrado a lo largo de su vida.

Estas oraciones se recitaban frente al altar y después se ponían encima de él. Con el tiempo esta costumbre fue cambiando y ahora se escriben versos llamados “calaveras” en los que, con ironía, picardía y gracia, hablan de la muerte.

La Ofrenda de Muertos contiene símbolos que representan los tres “estadios” de la Iglesia:

1) La Iglesia Purgante, conformada por todas las almas que se encuentran en el purgatorio, es decir aquéllas personas que no murieron en pecado mortal, pero que están purgando penas por las faltas cometidas hasta que puedan llegar al cielo. Se representa con las fotos de los difuntos, a los que se acostumbra colocar las diferentes bebidas y comidas que disfrutaban en vida.

2) La Iglesia Triunfante, que son todas las almas que ya gozan de la presencia de Dios en el Cielo, representada por estampas y figuras de santos.

3) La Iglesia Militante, que somos todos los que aún estamos en la tierra, y somos los que ponemos la ofrenda.
En algunos lugares de México, la celebración de los fieles difuntos consta de tres días: el primer día para los niños y las niñas; el segundo para los adultos; y el tercero lo dedican a quitar el altar y comer todo lo que hay en éste. A los adultos y a los niños se les pone diferente tipo de comida.


Algo que no debes olvidar

La Iglesia ha querido instituir un día que se dedique especialmente a orar por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo.

Los vivos podemos ofrecer obras de penitencia, oraciones, limosnas e indulgencias para que los difuntos alcancen la salvación.

La Iglesia ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo entre el 1 y el 8 de noviembre, podemos abreviar el estado de purificación en el purgatorio.


Oración

Que las almas de los difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.

EL CAER DE LAS HOJAS NOS RECUERDA LA MUERTE


El caer de las hojas nos recuerda la muerte
Para quien está en el camino de la vida, es esencial preguntarse ¿qué sentido tiene mi presencia en este mundo?


Por: Llucià Pou i Sabaté | Fuente: Catholic.net 




Este tiempo de otoño está cargado de emociones, parece que la naturaleza llora con el caerse las hojas de los árboles, que aparecen en toda su desnudez.

Los paisajes adquieren un tono melancólico, lleno de colorido que hace pensar que la gente se muere.

Para quien piensa que el fallecer es el fin de trayecto, es un tema tabú del que no se habla, pues todo consiste en gozar de los placeres de la vida y la distracción del trabajo para no pensar en este final que suena a fracaso, pues todo acaba unos palmos bajo el suelo. Para quien está abierto al más allá, hay un sabor de victoria, después de consumar una carrera.

Lo diré con una historieta sobre un sabiondo que subió a una barca que cruzaba la gente de una parte a otra de un ancho río. Le dice al barquero: -¿sabes matemáticas?
- No. ¿Es grave?
- Es muy grave. Has malgastado al menos una cuarta parte de tu vida. ¿Conoces por lo menos la astronomía?
- ¿Esto es algo que se come o que?
- ¡Tonto! Has perdido al menos la mitad de tu vida. ¿Y la física, la conoces?
- Tampoco...
- Eres un pobre perdedor. Has desperdiciado las tres cuartas partes de tu vida.

En aquel momento, el barco golpeó unas rocas y se hundió. El barquero, viendo al sabiondo que se lo llevaba la corriente, le gritó:
-"¡Eh, sabio, ¿sabes nadar?!"
-"¡No!", contestó medio ahogándose...
-"Entonces acabas de perder las cuatro cuartas partes de tu vida... ¡toda tu vida!".

Es bueno conocer lo esencial. Para quien va en un barco, saber nadar es esencial. Y para quien está en el camino de la vida esencial es preguntarse ¿qué sentido tiene todo y qué pinto yo en la vida? ¿y después, qué?

Este mes que comienza con "panellets", castañas y boniatos en la fiesta de todos los santos y la memoria de los difuntos, hay algo que invita a pensar en estas preguntas esenciales, yo diría que con noviembre comienza un tiempo anual que invita a leer cosas serias, como los grandes novelistas... y así como los piñones y almendra picada, azucar y limón (y algo de harina) son ingredientes de la pasta de "penellets", el gran ingrediente de nuestra historia es un "sentido de la vida" que es el amor.

Y es necesario incluir todo en este sentido o proyecto de vida, pues sólo a la luz de él tiene explicación la muerte, la gran misteriosa ("en la vida todo es amor o muerte", dirá Gertrud, la protagonista de la gran película de Dreyer). Y el sentido del dolor, que como decía "Héroes del silencio" es un ensayo de la muerte.

No es masoquismo sufrir, si el sufrimiento tiene un sentido de amor. Entonces, cuando el amor lleva al sacrificio, el dolor –por ejemplo ante los seres queridos que han fallecido- adquiere un valor, no sólo como recuerdo, sino actualización del amor que no desaparece: el amor que no ha nacido para ser eterno no ha existido nunca.

Esta memoria de los difuntos nos ayuda a portarnos mejor y así en los momentos de desfallecimiento el pensamiento puede ser: "¿qué le pondría contento a...?" y esto anima a luchar: "he de hacerlo por mí y por él, por ella..." se adquiere una madurez y sentido de responsabilidad.

En el diálogo de la película de "El Rey león" cuando el hijo le pregunta si estarán siempre juntos, le dice el padre: "allá en las estrellas están los reyes que nos miran... cuando yo esté allí estaré mirándote, no te dejaré..."

Hay una comunicación entre los de aquí y los que han cruzado el río de la vida, y podemos ayudarles con nuestros esfuerzos y sacrificios (el sentido profundo de los sufragios por los difuntos) y ellos nos animan como espectadores que están viendo nuestro partido, pues estamos corriendo en el campo y ellos desde la grada: "¡venga, ánimo... mete este gol!" Y aquella sonrisa o detalle de servicio será un ingrediente para este manjar que se amasa con amor.

HOY 2 DE NOVIEMBRE PUEDE GANAR UNA INDULGENCIA PLENARIA PARA UN SER QUERIDO FALLECIDO


Hoy puede ganar una indulgencia plenaria para un ser querido fallecido



 (ACI/EWTN Noticias).- Hoy 2 de noviembre, en la conmemoración de todos los fieles difuntos, se puede ganar una indulgencia plenaria para el alma de un ser querido, familiar o amigo, que se encuentra en el purgatorio.

El Papa Francisco explicó el 30 de octubre de 2013 que tanto los santos interceden ante Dios por nosotros, como nosotros podemos rogar al Señor por las almas del purgatorio.

“Todos los bautizados en la tierra, las almas del Purgatorio y todos los beatos que están ya en el Paraíso forman una única gran Familia. Esta comunión entre tierra y cielo se realiza sobre todo en la oración de intercesión”, dijo en esa ocasión.

Según la Indulgentiarum Doctrina (Norma 15), un católico puede ganar indulgencia plenaria por un difunto “en todas las iglesias, oratorios públicos o —por parte de quienes los empleen legítimamente— semipúblicos” y siguiendo las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 2 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 2




Saber callar cuando hay que callar es toda una sabiduría; pero saber hablar cuando hay que hablar no es menos sabiduría.
Hablar cuando es conveniente callar es condenarse al fracaso; es echar a perder las cosas o quizá empeorarlas.
Callar cuando es prudente hablar es signo indudable de cobardía; es no cumplir con el deber.
El silencio será beneficioso cuando sea más prudente callar; será dañino cuando surja la obligación de hablar.
La palabra será útil y productiva cuando salga de un generoso deseo de ayudar al hermano; será contraproducente cuando vaya envuelta en sentimientos egoístas o en deseos de humillación para los demás.
Silencio y palabra, callar y hablar... habrá que irlos moderando y aplicando con prudencia, con esa prudencia que los convertirá de vicios en virtudes.
“Guarda tu lengua del mal, y tus labios de palabras mentirosas; apártate del mal y practica el bien, busca la paz y sigue tras ella” (Sal 34,14). “La lengua es un miembro pequeños y, sin embargo, puede jactarse de grandes cosas… Ningún hombre ha podido dominar la lengua, es un flagelo siempre activo, lleno de veneno mortal” (Sant 3,5-8)


* P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS


martes, 1 de noviembre de 2016

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY 1 DE NOVIEMBRE 2016, SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS



Hoy, martes, 1 de noviembre de 2016


Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.» 
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»


Palabra de Dios

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Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

Quién puede subir al monte del Señor?
Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro. 

Palabra de Dios

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» 

Palabra del Señor

LETANÍAS DE LOS SANTOS


LETANÍAS DE LOS SANTOS

Señor, ten piedad. / Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. / Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. / Señor ,ten piedad.

Santa María, Madre de Dios, 
/ Ruega por nosotros.
San Miguel, 
/ Ruega por nosotros
Santos ángeles de Dios, 
/ Rogad por nosotros.
San Juan Bautista,
/ Ruega por nosotros.
San José,
/ Ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo,
/ Rogad por nosotros.
San Andrés, 
/ Ruega por nosotros.
San Juan, 
/ Ruega por nosotros.
Santa María Magdalena,
/ Ruega por nosotros.
San Esteban, 
/ Ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, 
/ Ruega por nosotros.
San Lorenzo, 
/ Ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felicidad, 
/ Rogad por nosotros.
Santa Inés, 
/ Ruega por nosotros. 
San Gregorio, 
/ Ruega por nosotros.
San Agustín, 
/ Ruega por nosotros.
San Atanasio, 
/ Ruega por nosotros.
San Basilio,
/ Ruega por nosotros.
San Martín, 
/ Ruega por nosotros.
San Benito, 
/ Ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo, 
/ Rogad por nosotros.
San Francisco Javier,
/ Ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, 
/ Ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, 
/ Ruega por nosotros.
Santa Teresa de Avila,
/ Ruega por nosotros.
San Raimundo de Peñarfort,
/ Ruega por nosotros.
Santos y Santas de Dios, 
/ Rogad por nosotros.

Muéstrate propicio,
/ Líbranos, Señor.
De todo mal,
/ Líbranos, Señor.
De todo pecado, 
/ Líbranos, Señor.
De la muerte eterna,
/ Líbranos, Señor.
Por tu encarnación,
/ Líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección,
/ Líbranos, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo,
/ Líbranos, Señor.

Nosotros, que somos pecadores,
/ Te rogamos, óyenos. 
Jesús, Hijo de Dios vivo, 
/ Te rogamos, óyenos
Cristo, óyenos
/ Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
/ Cristo, escúchanos.

FELIZ SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, 1 DE NOVIEMBRE


¡Feliz Solemnidad de Todos los Santos!
1 de Noviembre 


 (ACI).- El 1 de noviembre la Iglesia Católica se llena de alegría al celebrar la Solemnidad de Todos los Santos, tanto aquellos conocidos como los desconocidos, que con su vida son ejemplo de que sí es posible llegar al cielo.

“Hoy nosotros estamos inmersos con el espíritu entre esta muchedumbre innumerable de santos, de salvados, los cuales, a partir del justo Abel, hasta el que quizá está muriendo en este momento en alguna parte del mundo, nos rodean, nos animan, y cantan todos juntos un poderoso himno de gloria”, decía San Juan Pablo II un primero de noviembre de 1980.


Esta celebración tuvo sus orígenes por el siglo IV debido a la gran cantidad de mártires en la Iglesia. Más adelante el 13 de mayo del 610 el Papa Bonifacio IV dedica el Panteón romano al culto cristiano, colocando de titulares a la Bienaventurada Madre de Dios y a todos los mártires. Es así que se les empieza a festejar en esta fecha.

Posteriormente el Papa Gregorio IV, en el siglo VII, trasladó la fiesta al 1 de noviembre, muy probablemente para contrarrestar la celebración pagana del “Samhain” o año nuevo celta (en la actualidad Halloween) que se celebra la noche del 31 de octubre.

En el 2013 el Papa Francisco, ante una gran multitud de gente, exhortó: “Dios te dice: no tengas miedo de la santidad, no tengas miedo de apuntar alto, de dejarte amar y purificar por Dios, no tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. Dejémonos contagiar por la santidad de Dios”.

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QUÉ SE CELEBRA EN LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS? 1 DE NOVIEMBRE


¿Qué se celebra en la fiesta de Todos los Santos?
1 de Noviembre


Para contrarrestar el efecto negativo de halloween, proponemos en estas fechas instruir a los niños con contenido educativo y cristiano. Aquí les proponemos este material cortesía del Secretariado Diocesano de Evangelización y Catequesis - México


EXPERIENCIA DEL NIÑO

Ir acomodando a la vista de los niños dibujos o fotos de los superhéroes que más conocen por la televisión, y también algunos anti-superhéroes, que ellos los vayan reconociendo por sus nombres, preguntarles cuáles más conocen ellos, ir apuntando en un lugar visible los nombres que vayan dando y entrar en un diálogo:

¿Cuál es tu superhéroe favorito?
¿Qué es lo que más te gusta de él?
¿Te gustaría tener sus súper poderes?
¿Qué harías tú si fueras superhéroe?
¿Por qué algunos son buenos y otros son malos?
¿Por qué tienen poderes?
¿Te has topado con alguno de ellos por la calle?
¿Existen de verdad estos superhéroes?


EXPERIENCIA DE LOS SANTOS

Los católicos estamos de fiesta porque el 1º de noviembre se celebra a todos los santos. Esa es la verdadera fiesta de estos días, celebrar a los monstruos y a las brujas no es de cristianos. Celebrar el día de muertos es una tradición de nuestra patria, y es bueno que como cristianos hagamos oración por nuestros difuntos. Pero ¿por qué celebrar la fiesta de todos los santos? ¿Quiénes son los santos?

Los santos no son personas diferentes de nosotros, en todos los tiempos ha habido santos, de diferente edad, unos niños, otros jóvenes, adultos, viejitos, hay santos y hay santas, unos flaquitos, otros gorditos, unos muy inteligentes otros muy sencillos, algunos han nacido muy ricos otros fueron muy pobres, unos son blancos otros negros, unos han sido santos desde pequeños, otros llevaron una vida en la que no conocían a Dios, y se portaron muy mal, pero cuando se encontraron con Jesús, cambiaron, y decidieron ser felices siguiéndolo.

Todos, pero todos, estamos llamados a ser santos, Dios nos quiere santos, y para eso nos dio el Don de la Fe, fue su regalo cuando nos bautizaron, y todos los que estamos bautizados tenemos que ser santos, pero también tenemos que querer serlo. El Don de la Fe es más grande que todos los súper poderes de tus héroes favoritos y además es de verdad. Pero la fe no es para tener unos músculos muy fuertes, o para poder volar, o ver a través de las paredes, ni para golpear a nadie.

Ser santos es querer seguir a Jesús, actuar como él, hacer el bien como él, amar como él. SER SANTO ES SER AMIGO DE JESÚS.

¿A qué Santo o santa conoces?, ¿por qué es santo? Hacer una pequeña lista como la de los superhéroes pero de los santos que los niños vayan nombrando. ¿En tu casa hay imágenes de algún santo o santa? ¿Sabes cómo vivió, qué hizo para ser santo? ¿En la tele has visto que pongan a los santos?


Vamos ahora a conocer algunos de ellos.

Hace un tiempo hubo un niño llamado Domingo Savio, que desde muy chiquito entendió que ser amigo de Jesús era lo más importante en la vida. El día que hizo su primera comunión, escribió en un papelito: "Mis amigos serán Jesús y María, me confesaré y comulgaré los domingos y días de fiesta, prefiero morir antes que pecar". Quería hacer la voluntad de Dios en todo. Un día un maestro preguntó en el recreo a todos los niños: "Si supieran que hoy iban a morir ¿qué harían?, uno contestó "correría con mi mamá", otro dijo: "yo iría a la Iglesia a rezar y a confesarme", y Domingo dijo: "seguiría jugando porque en este momento esa es la voluntad de Dios". Era un niño alegre, feliz, porque amaba a Jesús.

Santa Teresita, también amaba mucho a Jesús y a María Santísima, tenía muchas hermanas y todas ellas quisieron consagrarse al Señor. Ella siempre supo que todas las cosas pequeñas, oraciones, trabajos, servicios hechos con amor eran lo que agradaba a Dios, un día le dijo a Jesús que ella quería ser su "pelotita" para que el niño Jesús jugara con ella. Cuando recibía la Sagrada Comunión era la más feliz del mundo. Era buena con todos y buscaba hacer favores a las personas que no sabían dar las gracias y eso le costaba trabajo pero se lo ofrecía a nuestro Señor. Rezaba como quien platica con el mejor de los amigos porque conocía muy bien quien era Jesús.

San Agustín fue un gran santo, pero él no siempre se portó bien, hacía sufrir a su mamá con su mal comportamiento, pero su mamá que era muy santa, se llamaba Mónica, rezaba mucho para que su hijo conociera a Jesús, y el día que Agustín encontró a Jesús en su vida se llenó de tanta alegría que ya no quiso nunca más pecar, fue con su mamá y juntos rezaron y dieron gracias a Dios. San Agustín llegó a ser Obispo y tenía tanta confianza en el amor de Dios que le decía: "Señor, nos creaste para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti". Pensaba y meditaba en las cosas de Dios, escribió muchos libros que ahora en la Iglesia sirven de guía para todos los cristianos. Decía también: "Ama y haz lo que quieras", porque sabía muy bien, que cuando se ama a Dios sólo harás lo que le agrada.

La Madre Teresa de Calcuta, quiso agradar a Jesús sirviendo a los más pobres, a los que nada tenían, a los que no podían pagar con nada, cuidaba con mucho amor a los enfermos porque decía que en los enfermos más pobres encontraba a Jesucristo. Todas las mañanas asistía a Misa, y comulgaba, para que todo lo que hiciera en el día fuera obra de Jesús. Cuando ya estaba muy viejita, seguía trabajando, hablaba a mucha gente, a los presidentes de los países, a los sacerdotes a personas de todo el mundo y los invitaba a que cuidaran la vida de todas las personas, sobre todo la de los niños. Ella rezaba siempre el Santo Rosario porque así siempre tenía la ayuda de la Virgen María.

Otros santos, han ido a lugares muy lejanos donde no se conoce a Jesús y les enseñan a amar a nuestro Señor, a ellos se les llaman Misioneros, algunos han muerto dando su vida por la fe, estos son los Mártires. Otros se han dedicado a cuidar a los enfermos, a los pobres, algunos fundaron colegios para que los niños se educaran y conocieran a Jesús.  Otros se han quedado en su ciudad y en su casa pero han hecho la voluntad de Dios y se han mantenido en su amistad. Algunos santos son muy conocidos por todos, pero hay otros que nadie conoce, más que Dios. Otros que han estado enfermos le entregan a Jesús todos sus sufrimientos, y así, nos encontramos que aunque los santos no salen mucho en la televisión ni los periódicos nos platican de ellos, están haciendo que en el mundo brille la gloria de Dios.

Los nombres que tenemos muchas veces son los nombres de algún santo o santa, son nuestros patronos, por ejemplo San Carlos, Santa Teresa, Santa Cecilia, San Pedro, San Juan, San Alberto etc.

Los santos, o sea los que ya están en el cielo porque vivieron su bautismo, a ellos se les veneran porque son:

Modelo: Porque viendo lo que ellos hicieron para ser amigos de Dios nosotros los podemos imitar.

Estímulo: Porque ellos, lucharon como ahora nosotros y ya gozan de la herencia a la que también nosotros estamos llamados.

Intercesores: Son amigos y hermanos nuestros y grandes bienhechores a quienes podemos recurrir suplicándoles que hagan valer su influencia ante Dios en ayuda de nuestras necesidades.


EXPERIENCIA CRISTIANA

Ya nos dimos cuenta que los superhéroes son algunos personajes de la televisión, que nos divertimos y jugamos a que somos ellos, pero que en realidad no podemos tener súper poderes porque ellos sólo existen en las caricaturas y las películas, en cambio los santos son aquellos que han sido fieles a su bautismo, que el don de la fe que recibieron lo usaron muy bien.  El Papa Juan Pablo II nos ha invitado a vivir la santidad muchas veces, él ha llevado una vida de santidad y ha llevado al altar a muchos santos, y nos dice que para ser santos hay que:

Orar: Hacer oración, no sólo rezar oraciones de memoria sino poner en ellas el corazón, orar es platicar con Dios.

Ir a Misa y comulgar. La Misa (La Eucaristía), es el lugar más hermoso del mundo, es como estar en el cielo porque ahí está presente Jesús que se nos da en la comunión.

La Confesión. Acercaros seguido al perdón que Dios siempre nos da cuando hemos pecado. Así recuperamos su amistad y volvemos a ser felices.

La Gracia. Confiar en Dios, saber que sólo porque Jesús nos acompaña siempre, podemos ser buenos.

Escuchar la Palabra de Dios. Conocer lo que Dios nos dice en la Biblia, aprender el catecismo, para hacer lo que le agrada a Dios.

Anunciar la Palabra de Dios. Ser misioneros, llevar a otros la alegría de encontrarse con Jesús, lo podemos hacer con palabras, con nuestro comportamiento, con nuestra compañía, ayudando a los demás con amor.

La Santísima Virgen, san José, los apóstoles, mártires y santos todos esperan nuestro triunfo, están atentos a nuestra lucha, no nos olvidan.

¿Qué crees que puedes hacer tú para ser santo?

De los santos que platicamos hoy ¿a quién te gustaría parecerte?


Fuente: ACIPRENSA
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