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lunes, 25 de julio de 2016
domingo, 24 de julio de 2016
DECIDIDO Y ENTUSIASTA
Decidido y entusiasta
El buen marino de un barco de velas, está siempre atento y obra con habilidad cuando percibe que se levanta una brisa, aunque muy suave. Tú también permanece alerta y cuando surja en tu interior un impulso a la buena acción, por pequeño que sea, despliega al punto tus velas y obra decididamente. Como decía san Agustín: “La gracia pasa y no vuelve”.
Uno de los defectos más comunes de la naturaleza humana es diferir lo que deberíamos y podríamos hacer ahora. Más claramente es “patear la pelota para adelante”, como suele decirse. Cuántas hermosas iniciativas han muerto por esta concesión a la pereza. Hay quienes se han hecho especialistas en buscar excusas para evadir lo que urge llevar a cabo hoy. Aprovecha, pues, bien el tiempo y repite en tus adentros una y otra vez la frase que te impulsará a la acción: “procederé ahora mismo, ya, ya, ya”. Así harás fecunda tu vida. Para esto Dios te regala un nuevo día.
“Procederé ahora mismo”. Con estas palabras puedes preparar tu mente para realizar todo acto necesario para lograr tus metas; con ellas harás frente a todo desafío que los fracasados eluden. Hoy es el momento oportuno. Este es el lugar. El impulso inicial tómalo al principio de la jornada, orando así: “Con tu ayuda, Señor, hoy seré decidido y entusiasta”.
* Enviado por el P. Natalio
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 24 DE JULIO 2016 - PARÁBOLA DEL AMIGO INOPORTUNO
Parábola del amigo inoportuno
Parábolas
Lucas 11, 1-13. Tiempo Ordinario. La oración es el diálogo del hombre con Dios. He aquí la grandeza de la oración.
Por: Luis Felipe Nájar | Fuente: es.catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-13
Y sucedió que, estando Jesús en oración en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. Les dijo también: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite. Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!
Oración introductoria
Señor, gracias por enseñarme a orar. Hoy, humilde e insistentemente, pido tu ayuda para sacar el mayor provecho de esta oración, quiero conocerte mejor para amarte más. Confío en tu misericordia sabiendo que, en la medida en que te ame y te escuche, podré transmitirte a los demás.
Petición
Señor Jesús, ayúdame a hablar con el Padre, como Tú lo hacías.
Meditación del Papa
Cómo aprendo a orar, como crezco en mi oración? Mirando el modelo que Jesús nos enseñó, el Padre Nuestro, vemos que la primera palabra es "Padre" y la segunda es "nuestro". La respuesta, entonces, es clara: aprendo a orar, alimento mi oración, dirigiéndome a Dios como Padre y orando-con-otros, orando con la Iglesia, aceptando el regalo de sus palabras, que me resultan poco a poco familiares y ricas de sentido. El diálogo que Dios establece con cada uno de nosotros, y nosotros con Él, en la oración incluye siempre un "con"; no se puede orar a Dios de modo individualista.
En la oración litúrgica, especialmente en la Eucaristía, y --formados de la liturgia--, en cada oración no hablamos solo como individuos, sino que entramos en el "nosotros" de la Iglesia que ora. Y tenemos que transformar nuestro "yo" entrando en este "nosotros".(Benedicto XVI, 3 de octubre de 2012).
Reflexión
Señor, enséñanos a orar. La oración es el diálogo del hombre con Dios. He aquí la grandeza de la oración. Jesús enseñó a sus discípulos la más grande de las oraciones, el Padre Nuestro. En esta oración de Jesús se da una relación filial del hombre con Dios. Hablar como hijos y no como siervos ante alguien desconocido, decir Padre a Dios. Padre Nuestro, es el Padre que nos espera ansioso en la casa, como el Padre del hijo pródigo; es el Padre que nos da el pan diario, que es su Hijo en la Eucaristía, como lo dio en el desierto a los israelitas, para alimentar a los peregrinos de este mundo.
Pedir con insistencia y con la fe de que recibiremos, así debemos pedir como nos enseña Jesús. Lo primero es fácil, siempre pedimos por nuestras necesidades, por el trabajo, por el hijo enfermo etc. Pero pedir con fe, no es así de fácil. La fe requiere confianza y es una virtud que no se practica mucho en nuestro tiempo. Si tuviésemos la fe como un granito de mostaza diríamos a un árbol plántate en el mar y así sería.
También hay que pedir por la fe, como aquel padre que pedía por su hija enferma: Señor creo, pero aumenta mi fe. Aunque Jesús ya sabe lo que necesitamos antes de pedirlo.
Y sucedió que, estando Jesús en oración en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino,
danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. Les dijo también: Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite. Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!
Oración introductoria
Señor, gracias por enseñarme a orar. Hoy, humilde e insistentemente, pido tu ayuda para sacar el mayor provecho de esta oración, quiero conocerte mejor para amarte más. Confío en tu misericordia sabiendo que, en la medida en que te ame y te escuche, podré transmitirte a los demás.
Petición
Señor Jesús, ayúdame a hablar con el Padre, como Tú lo hacías.
Meditación del Papa
Cómo aprendo a orar, como crezco en mi oración? Mirando el modelo que Jesús nos enseñó, el Padre Nuestro, vemos que la primera palabra es "Padre" y la segunda es "nuestro". La respuesta, entonces, es clara: aprendo a orar, alimento mi oración, dirigiéndome a Dios como Padre y orando-con-otros, orando con la Iglesia, aceptando el regalo de sus palabras, que me resultan poco a poco familiares y ricas de sentido. El diálogo que Dios establece con cada uno de nosotros, y nosotros con Él, en la oración incluye siempre un "con"; no se puede orar a Dios de modo individualista.
En la oración litúrgica, especialmente en la Eucaristía, y --formados de la liturgia--, en cada oración no hablamos solo como individuos, sino que entramos en el "nosotros" de la Iglesia que ora. Y tenemos que transformar nuestro "yo" entrando en este "nosotros".(Benedicto XVI, 3 de octubre de 2012).
Reflexión
Señor, enséñanos a orar. La oración es el diálogo del hombre con Dios. He aquí la grandeza de la oración. Jesús enseñó a sus discípulos la más grande de las oraciones, el Padre Nuestro. En esta oración de Jesús se da una relación filial del hombre con Dios. Hablar como hijos y no como siervos ante alguien desconocido, decir Padre a Dios. Padre Nuestro, es el Padre que nos espera ansioso en la casa, como el Padre del hijo pródigo; es el Padre que nos da el pan diario, que es su Hijo en la Eucaristía, como lo dio en el desierto a los israelitas, para alimentar a los peregrinos de este mundo.
Pedir con insistencia y con la fe de que recibiremos, así debemos pedir como nos enseña Jesús. Lo primero es fácil, siempre pedimos por nuestras necesidades, por el trabajo, por el hijo enfermo etc. Pero pedir con fe, no es así de fácil. La fe requiere confianza y es una virtud que no se practica mucho en nuestro tiempo. Si tuviésemos la fe como un granito de mostaza diríamos a un árbol plántate en el mar y así sería.
También hay que pedir por la fe, como aquel padre que pedía por su hija enferma: Señor creo, pero aumenta mi fe. Aunque Jesús ya sabe lo que necesitamos antes de pedirlo.
___________
!Cuán grande es la clemencia del Señor, cuán grande la difusión de su gracia y bondad, pués que quizo que orásemos frecuentemente en presencia de Dios y le llamemos Padre; y así como Cristo es hijo de Dios, así nos llamemos nosotros hijos de Dios! (San Cipriano).
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón.
Jesús, ayúdame a conocer cada vez mejor a tu Padre en la oración. Dame la gracia de amarle como verdadero hijo, quiero confiar en Él, abandonándome a su voluntad y providencia. Que el tiempo para mi oración personal sea lo más importante en mi agenda de cada día. Y te suplico me ayudes a que sepa irradiar este espíritu de oración en mi familia.
Propósito
Hacer diariamente una oración en familia. Si ya lo hago, buscar incrementarla.
Diálogo con Cristo
Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a Corazón.
Jesús, ayúdame a conocer cada vez mejor a tu Padre en la oración. Dame la gracia de amarle como verdadero hijo, quiero confiar en Él, abandonándome a su voluntad y providencia. Que el tiempo para mi oración personal sea lo más importante en mi agenda de cada día. Y te suplico me ayudes a que sepa irradiar este espíritu de oración en mi familia.
Propósito
Hacer diariamente una oración en familia. Si ya lo hago, buscar incrementarla.
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 24 DE JULIO 2016 - SABER PEDIR AL PADRE
SABER PEDIR AL PADRE
Jesús oraba muchas veces. Los buenos israelitas solían hacerlo tres veces al día. Por eso no era extraño para los apóstoles ver a Jesús que se ponía a orar. Lo que les impactaba no era el hecho de orar, sino la manera de orar: el darse cuenta que Jesús hablaba verdaderamente con otra persona, que era su Padre, y quizá muchas veces le escucharían las palabras tiernas que dirigía a su Padre celestial. Por eso una vez que terminó su oración, le dijeron: “Señor, enséñanos a orar”. Un motivo, por lo que se lo dijeron, era porque Juan Bautista había enseñado a orar a sus propios discípulos.
Jesús, como respuesta, les enseñó el Padrenuestro. Es muy posible que no fuese una oración en concreto enseñada una sola vez, sino que en diferentes momentos les fue enseñando cómo hablar con Dios y los deseos y peticiones más importantes. De esas enseñanzas, que solían ser parecidas, san Mateo nos presenta el “padrenuestro”, como lo conocemos, y san Lucas lo presenta un poquito más abreviado.
Lo primero que enseña Jesús es a llamar “Padre” a Dios. Con ello nos acercaba mucho más a la divinidad y nos mostraba lo principal de Dios, que es su amor. Si Dios es nuestro Padre (o Madre), tenemos que querer que así sea conocido por muchos. Ese es nuestro primer deseo, que es parecido al segundo: Que reine sobre nosotros. Quiere decir que se extienda más su reino de amor: que todos nos comportemos como hermanos y vivamos en la alegría de cumplir sus mandatos, pues es lo que nos dará la verdadera felicidad. Después pedimos lo necesario para nuestra vida. Hay que tener en cuenta que Jesús nos enseñó a pedir en comunidad, aunque uno rece solo. Por eso este alimento lo pedimos para todos, especialmente para los más necesitados. Luego le pedimos el perdón, que está supeditado a que lo tengamos entre nosotros. Y, como somos débiles, le pedimos no tener tantos peligros para caer en el mal.
Jesús nos dice que pidamos, porque Dios escucha nuestra oración. Sin embargo todos tenemos experiencias de muchas oraciones que creemos no han sido atendidas. Jesús nos dice que Dios atiende todas nuestras plegarias, porque está con nosotros, nos escucha y quiere nuestro bien. Lo malo es que a veces somos nosotros los que no sabemos lo que nos conviene y oramos mal. La oración, si la consideramos como unión con Dios, siempre es provechosa y puede ser constante, aunque ocupemos el tiempo en diversos menesteres. Pero cuando hablamos de la oración como petición, suele haber dos extremos defectuosos. Hay quienes piensan que no se debe orar sino trabajar más. Algunos sin fe piensan que la oración es pura fantasía o tienen una idea de Dios falsa, como si fuese un tirano. Para otros en cambio, que se pasan de vagos o perezosos, la oración debe llenar todo, de modo que Dios les solucione todos los problemas materiales. Otra cosa son los religiosos de vida contemplativa, que trabajan de verdad mucho... La realidad es que ni Dios lo quiere hacer todo por sí mismo, ni nosotros podemos hacerlo todo por nosotros mismos. Es difícil el equilibrio.
Hoy Jesús nos enseña que muchas veces debemos acudir a Dios. Algunas veces pediremos cosas necesarias materiales; pero lo importante es pedir lo más conveniente para nuestra salvación, que Dios sabe mejor que nosotros. De nuestra parte debemos poner mucha confianza y total entrega al amor de Dios Padre.
* Padre Silverio Velasco (España)
POR QUÉ REZAR CADA DÍA A DIOS PADRE? EL PAPA FRANCISCO RESPONDE EN EL ÁNGELUS
¿Por qué que rezar cada día a Dios Padre? El Papa responde en el Ángelus
Por Alvaro de Juana
VATICANO, 24 Jul. 16 /(ACI).- En el último Ángelus del mes de julio antes de que de inicio la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, el Papa Francisco explicó la importancia de llamar Padre a Dios y rezar cada día confiando en Él.
Explicó que el Evangelio muestra a Jesús que ora el Padre Nuestro, una oración que comienza con la palabra “Padre”. “Esta palabra es el ‘secreto’ de la oración de Jesús, es la llave que Él mismo nos da para que podamos entrar también nosotros en esa relación de diálogo confidencial con el Padre que ha acompañado y sostenido su vida”.
Francisco afirmó que “la oración de Jesús es la oración cristiana, es antes que nada, un hacer sitio a Dios, dejándole manifestar su santidad en nosotros y haciendo avanzar su reino a partir de la posibilidad de ejercitar su señoría de amor en nuestra vida”.
El Papa recordó que en el Padre Nuestro también se pide por el pan, el perdón y la ayuda en las tentaciones. “El pan que Jesús nos hace pedir es el necesario, no el superfluo; es el pan de los peregrinos, un pan que no se acumula y no se estropea, que no retarda nuestra marcha”.
“El perdón es, antes de todo, aquél que nosotros mismos recibimos de Dios: solo la conciencia de ser pecadores perdonados de la infinita misericordia divina puede hacernos capaces de cumplir concretos gestos de reconciliación fraterna”.
Por último, “no caer en la tentación” expresa “la conciencia de nuestra condición, siempre expuesta a las insidias del mal y de la corrupción”.
En el Evangelio del día también hay dos parábolas que “quieren enseñar a tener plena confianza en Dios, que es Padre”. “Él nos conoce mejor que nosotros mismos nuestras necesidades. Pero quiere que le presentemos con audacia e insistencia, porque este es nuestro modo de participar en su obra de salvación”, añadió.
El Papa explicó que “la oración es el primer y principal ‘instrumento de trabajo’ que tenemos en nuestras manos”. “Insistir a Dios no sirve para convencerlo, pero robustece nuestra fe y nuestra paciencia, es decir, nuestra capacidad de luchar junto a Dios por las cosas de verdad importantes y necesarias”.
Francisco destacó también la importancia del Espíritu Santo y afirmó que sirve “para vivir bien, vivir con sabiduría y amor, haciendo la voluntad de Dios”.
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 24 DE JULIO
LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Julio 24
Alguien expresó varios pensamientos que no requieren comentario:
“Cuando otro actúa de cierta forma, es perverso; cuando tú lo haces, son los nervios. Cuando es inflexible en su actitud, es obstinado; cuando tú lo eres, es solamente firmeza. Cuando le disgustan tus amigos, tiene algún prejuicio; cuando a ti te disgustan los suyos, simplemente tienes un buen criterio sobre la naturaleza humana. Cuando trata de ser complaciente, es adulador; cuando tú lo haces, estás demostrando tacto. Cuando tarda en hacer las cosas, es terriblemente lento; cuando tú tardas años, eres cauto. Cuando encuentra defectos, es un desubicado; cuando tú lo haces, muestras discernimiento.”
Para pensar con detención y con sinceridad…
“Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes” (Mt 7,2). La delicadeza en el trato con los demás es una virtud no tan conocida; sin embargo es muy beneficiosa para las mutuas relaciones.
* P. Alfonso Milagro
sábado, 23 de julio de 2016
SALMO 93, QUÉ DESEABLES SON TUS MORADAS, SEÑOR DE LOS EJERCITOS
Salmo
Sal 83,3.4.5-6a.8a.11
R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor, mi corazón
y mi carne retozan por el Dios vivo.R/.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
y la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.R/.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte.R/.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa, y prefiero
el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.R/.
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 23 DE JULIO 2016 - DEJAD QUE AMBOS CREZCAN JUNTOS HASTA LA COSECHA
Dejad que ambos crezcan juntos hasta la cosecha
Tiempo Ordinario
Mateo 13, 24-30. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar trigo y... cizaña.
Por: Luis Felipe Nájar | Fuente: es.catholic.net
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" Él les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Le dijeron los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Jesús le dijo: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.
Oración introductoria
Señor, inicio mi oración pidiendo perdón por no corresponder a tu amor. Tú sabes que en mi vida hay mucha cizaña pero, gracias a tu misericordia, también hay buen trigo. Concédeme en esta oración purificar mi corazón, mis hábitos, defectos y debilidades, para ser un cristiano más auténtico y un verdadero apóstol de tu Reino.
Petición
Señor, vence con tu misericordia mi malicia y dame la gracia de amarte más cada día.
Meditación del Papa
Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse. A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad divina. Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que siembra la cizaña. Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces. San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio".Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.
Reflexión
En el mundo se ven siempre dos tipos de hombre, el bueno o el malo. El campo es la tierra donde viven juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los campos la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y minerales de la tierra destinados al trigo.
Es una parábola que se refiere nuestro mundo. Aquí las apariencias engañan. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el enemigo cuando no lo esperamos, a veces sutilmente envuelto en medias verdades o para nuestro bien aparente. Sin embargo, estos dos campos diferentes, el mundo y nosotros mismos, están continuamente guardados por el Sembrador. Él quita las yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.
Pero podemos dejar todo el trabajo a Él, como dice san Agustín el que te creó sin ti no te salvará sin ti. Por eso debemos orar y velar para que no sembremos con una mano trigo y con la otra cizaña. Debemos dar fruto de conversión para escuchar estas palabras del sembrador: la podaré y pondré abono para que dé más fruto.
Propósito
Que todo lo que haga, lea, vea o escuche hoy, sea digno del Espíritu Santo quien quiero que viva en mí.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame la fuerza de tu Espíritu Santo para que sea capaz de arrancar enérgicamente toda la cizaña que disimuladamente he dejado crecer en mi vida. Me ofrezco a Ti con todo lo que soy, porque no quiero que haya nada en mí que no te pertenezca. Quiero vivir mi fe con autenticidad y con un espíritu puro y nuevo.
En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" Él les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Le dijeron los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Jesús le dijo: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.
Oración introductoria
Señor, inicio mi oración pidiendo perdón por no corresponder a tu amor. Tú sabes que en mi vida hay mucha cizaña pero, gracias a tu misericordia, también hay buen trigo. Concédeme en esta oración purificar mi corazón, mis hábitos, defectos y debilidades, para ser un cristiano más auténtico y un verdadero apóstol de tu Reino.
Petición
Señor, vence con tu misericordia mi malicia y dame la gracia de amarte más cada día.
Meditación del Papa
Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido, que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse. A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará. Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la voluntad divina. Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que siembra la cizaña. Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces. San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable cambio".Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.
Reflexión
En el mundo se ven siempre dos tipos de hombre, el bueno o el malo. El campo es la tierra donde viven juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los campos la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y minerales de la tierra destinados al trigo.
Es una parábola que se refiere nuestro mundo. Aquí las apariencias engañan. Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el enemigo cuando no lo esperamos, a veces sutilmente envuelto en medias verdades o para nuestro bien aparente. Sin embargo, estos dos campos diferentes, el mundo y nosotros mismos, están continuamente guardados por el Sembrador. Él quita las yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.
Pero podemos dejar todo el trabajo a Él, como dice san Agustín el que te creó sin ti no te salvará sin ti. Por eso debemos orar y velar para que no sembremos con una mano trigo y con la otra cizaña. Debemos dar fruto de conversión para escuchar estas palabras del sembrador: la podaré y pondré abono para que dé más fruto.
Propósito
Que todo lo que haga, lea, vea o escuche hoy, sea digno del Espíritu Santo quien quiero que viva en mí.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame la fuerza de tu Espíritu Santo para que sea capaz de arrancar enérgicamente toda la cizaña que disimuladamente he dejado crecer en mi vida. Me ofrezco a Ti con todo lo que soy, porque no quiero que haya nada en mí que no te pertenezca. Quiero vivir mi fe con autenticidad y con un espíritu puro y nuevo.
EL BAMBÚ JAPONÉS
EL BAMBÚ JAPONÉS
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!"
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?
No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
LECTURAS BÍBLICAS Y MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DEL DOMINGO 24 DE JULIO 2016
XVII del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Domingo 24 de Julio de 2016
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (18,20-32):
En aquellos días, el Señor dijo: «La acusación contra Sodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.»
Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán. Entonces Abrahán se acercó y dijo a Dios: «¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?»
El Señor contestó: «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.»
Abrahán respondió: «Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?»
Respondió el Señor: «No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco.»
Abrahán insistió: «Quizá no se encuentren más que cuarenta.»
Le respondió: «En atención a los cuarenta, no lo haré.»
Abrahán siguió: «Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?»
Él respondió: «No lo haré, si encuentro allí treinta.»
Insistió Abrahán: «Me he atrevido a hablar a mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?»
Respondió el Señor: «En atención a los veinte, no la destruiré.»
Abrahán continuó: «Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?»
Contestó el Señor: «En atención a los diez, no la destruiré.»
Palabra de Dios
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Salmo
Salmo Responsorial: 137,1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8
R/. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.
Daré gracias a tu nombre,
por tu misericordia y tu lealtad.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros, me conservas la vida;
extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo. R/.
Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
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Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (2,12-14):
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados. Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz.
Palabra de Dios
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Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (11, 1-13)
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.”»
Y les dijo: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Palabra del Señor
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 11, 1-13
REAPRENDER LA CONFIANZA
Lucas y Mateo han recogido en sus respectivos evangelios unas palabras de Jesús que, sin duda, quedaron muy grabadas en sus seguidores más cercanos. Es fácil que las haya pronunciado mientras se movía con sus discípulos por las aldeas de Galilea, pidiendo algo de comer, buscando acogida o llamando a la puerta de los vecinos.
Probablemente, no siempre reciben la respuesta deseada, pero Jesús no se desalienta. Su confianza en el Padre es absoluta. Sus seguidores han de aprender a confiar como él: «Os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá». Jesús sabe lo que está diciendo pues su experiencia es esta: «quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre».
Si algo hemos de reaprender de Jesús en estos tiempos de crisis y desconcierto en su Iglesia es la confianza. No como una actitud ingenua de quienes se tranquilizan esperando tiempos mejores. Menos aún como una postura pasiva e irresponsable, sino como el comportamiento más evangélico y profético de seguir hoy a Jesús, el Cristo. De hecho, aunque sus tres invitaciones apuntan hacia la misma actitud básica de confianza en Dios, su lenguaje sugiere diversos matices.
«Pedir» es la actitud propia del pobre que necesita recibir de otro lo que no puede conseguir con su propio esfuerzo. Así imaginaba Jesús a sus seguidores: como hombres y mujeres pobres, conscientes de su fragilidad e indigencia, sin rastro alguno de orgullo o autosuficiencia. No es una desgracia vivir en una Iglesia pobre, débil y privada de poder. Lo deplorable es pretender seguir hoy a Jesús pidiendo al mundo una protección que solo nos puede venir del Padre.
«Buscar» no es solo pedir. Es, además, moverse, dar pasos para alcanzar algo que se nos oculta porque está encubierto o escondido. Así ve Jesús a sus seguidores: como «buscadores del reino de Dios y su justicia». Es normal vivir hoy en una Iglesia desconcertada ante un futuro incierto. Lo extraño es no movilizarnos para buscar juntos caminos nuevos para sembrar el Evangelio en la cultura moderna.
«Llamar» es gritar a alguien al que no sentimos cerca, pero creemos que nos puede escuchar y atender. Así gritaba Jesús al Padre en la soledad de la cruz. Es explicable que se oscurezca hoy la fe de no pocos cristianos que aprendieron a decirla, celebrarla y vivirla en una cultura premoderna. Lo lamentable es que no nos esforcemos más por aprender a seguir hoy a Jesús gritando a Dios desde las contradicciones, conflictos e interrogantes del mundo actual.
PAPA FRANCISCO ESCRIBE UNA CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA SOBRE LA VIDA CONTEMPLATIVA FEMENINA
El Papa escribe una Constitución Apostólica sobre la vida contemplativa femenina
En el documento el Santo Padre invita a reflexionar y discernir sobre doce temas de la vida consagrada en general y, en particular, de la tradición monástica
Por: Rocío Lancho García | Fuente: ZENIT (https://es.zenit.org)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 de julio de 2016).- Un número incontable de mujeres consagradas, a lo largo de los siglos y hasta nuestros días, han orientado y siguen orientando toda su vida y actividad a la contemplación de Dios, como signo y profecía de la Iglesia virgen, esposa y madre; signo vivo y memoria de la fidelidad con que Dios sigue sosteniendo a su pueblo a través de los eventos de la historia. Así lo recuerda el papa Francisco en la Constitución Apostólica publicada hoy, Vultum Dei Quaerere, sobre la vida contemplativa femenina.
En el breve documento, el Santo Padre se dirige a las “queridas hermanas contemplativas”, y observa “¿qué sería de la Iglesia sin vosotras y sin cuantos viven en las periferias de lo humano y actúan en la vanguardia de la evangelización?” La Iglesia –reconoce el Papa– aprecia mucho vuestra vida de entrega total. “La Iglesia cuenta con vuestra oración y con vuestra ofrenda para llevar la buena noticia del Evangelio a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo. La Iglesia os necesita”.
Por otro lado, asegura que no es fácil que este mundo, por lo menos aquella amplia parte del mismo que obedece a lógicas de poder, de economía y de consumo, “entienda vuestra especial vocación y vuestra misión escondida”. Y sin embargo la necesita inmensamente.
A propósito del documento presentado hoy, el Pontífice explica que cincuenta años después del Concilio Vaticano II, tras las debidas consultas y un atento discernimiento, ha considerado necesario ofrecer a la Iglesia esta Constitución “que tuviera en cuenta tanto el intenso y fecundo camino que la Iglesia misma ha recorrido en las últimas décadas a la luz de las enseñanzas del Concilio Ecuménico Vaticano II, como también las nuevas condiciones socio-culturales”.
Así, para ayudar a las contemplativas a alcanzar el fin propio de su específica vocación, el Santo Padre invita a reflexionar y discernir sobre doce temas de la vida consagrada en general y, en particular, de la tradición monástica.
Formación
Considerando el actual contexto sociocultural y religioso, el Papa pide a los monasterios que presten mucha atención al discernimiento vocacional y espiritual, sin dejarse llevar por la tentación del número y de la eficiencia. Igualmente, pide que aseguren un acompañamiento personalizado de las candidatas y promuevan itinerarios formativos aptos para ellas, quedando entendido que a la formación inicial y a la formación después de la profesión temporal se debe reservar un amplio espacio de tiempo, en la medida de lo posible no inferior a nueve años, ni superior a los doce.
Oración
El Papa les pide que recuerden que la vida de oración y la vida contemplativa no pueden vivirse como repliegue en ellas, sino que deben ensanchar el corazón para abrazar a toda la humanidad, y en especial a aquella que sufre. Así las exhorta a ser fieles “a la oración litúrgica y a la oración personal, que es preparación y prolongación de la anterior”.
Centralidad de la Palabra de Dios
Indudablemente la oración y la contemplación son los lugares más aptos para acoger la Palabra de Dios, pero al mismo tiempo, tanto la oración como la contemplación brotan de la escucha de la Palabra. “Que vuestra jornada, personal y comunitaria, esté ritmada por la Palabra de Dios. Vuestras comunidades y fraternidades llegarán así a ser escuelas donde se escucha, se vive y se anuncia la Palabra a cuantos se vayan encontrando con vosotras”, pide el Papa.
Sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación
A este propósito, asegura que “es loable, por tanto, la tradición de prolongar la celebración con la adoración eucarística, momento privilegiado para asimilar el pan de la Palabra partido durante la celebración y continuar la acción de gracias”. De la experiencia gozosa del perdón recibido por Dios en este sacramento –añade– brota la gracia de ser profetas y ministros de misericordia e instrumentos de reconciliación, que tanto necesita hoy nuestro mundo.
Vida fraterna en comunidad
La vida monástica –asegura Francisco en el documento– conlleva la vida comunitaria en un proceso continuo de crecimiento, que lleve a vivir una auténtica comunión fraterna, una koinonia. Esto pide que todos los miembros se sientan constructores de la comunidad y no sólo consumidores de los beneficios que de ella pueden recibir.
La autonomía de los monasterios
En este punto, el Papa precisa que la autonomía favorece “la estabilidad de vida y la unidad interna de cada comunidad”, garantizando las mejores condiciones para la contemplación. Dicha autonomía, añade, no debe sin embargo significar independencia o aislamiento, en particular de los demás monasterios de la misma Orden o de la familia carismática.
Las Federaciones
El Pontífice explica que las federaciones tienen como principal finalidad promover la vida contemplativa en los monasterios que las componen, según las exigencias del propio carisma, y garantizar la ayuda en la formación permanente e inicial, como también en las necesidades concretas, intercambiando monjas y compartiendo los bienes materiales; y tendrán que favorecerse y multiplicarse en función de estas finalidades.
La clausura
El Santo Padre recuerda que “la pluralidad de modos de observar la clausura en una misma Orden ha de considerarse como una riqueza y no como un impedimento para la comunión, armonizando diversas sensibilidades en una unidad superior”. Dicha comunión –indica Francisco– podrá concretarse en varias formas de encuentro y de colaboración, sobre todo en la formación permanente e inicial.
El trabajo
Para que el trabajo no apague el espíritu de contemplación, aconseja Francisco a las contemplativas, y para que su vida sea pobre de hecho y de espíritu para consumarse en sobriedad trabajada, como les impone la profesión, con voto solemne, del consejo evangélico de pobreza, les pide que realicen el trabajo con devoción y fidelidad, sin dejarse condicionar por la mentalidad de la eficiencia y del activismo de la cultura contemporánea.
El silencio
En la vida contemplativa el Santo Padre considero importante “prestar atención al silencio habitado por la Presencia, como espacio necesario de escucha y de ruminatio de la Palabra y requisito para una mirada de fe que capte la presencia de Dios en la historia personal, en la de los hermanos y hermanas que el Señor os da y en los avatares del mundo contemporáneo”.
Los medios de comunicación
En este punto, el papa Francisco las exhorta a un prudente discernimiento para que estén al servicio de la formación para la vida contemplativa y de las necesarias comunicaciones, y no sean ocasión “para la distracción y la evasión de la vida fraterna en comunidad”, ni sean “nocivos para vuestra vocación o se conviertan en obstáculo para vuestra vida enteramente dedicada a la contemplación”.
La ascesis
Finalmente, el Santo Padre las recuerda que “vuestra vida enteramente entregada adquiere un fuerte sentido profético; sobriedad, desprendimiento de las cosas, entrega de sí en la obediencia, transparencia en las relaciones, todo se hace más radical y exigente para vosotras por la opción de renunciar también al espacio, a los contactos, a tantos bienes de la creación como modo singular de ofrecer el cuerpo”.
REVISA TU PIEDAD, PARA VER UN CRISTIANISMO MÁS AUTÉNTICO
PARA QUE TU CRISTIANISMO SEA MÁS AUTÉNTICO, REVISA TU PIEDAD
VIDA DE FE:
¿Crees lo que dices? (¿Tienes fe?)
¿Dices lo que Crees? (¿Comunicas y defiendes tu fe?)
¿Actúas conforme a lo que dices creer? (¿Vives tu fe?)
VIDA DE ESPERANZA:
¿Confías en quien crees? (señal que crees de verdad)
VIDA DE CARIDAD:
¿Amas al DIOS que tanto te ama?:
¿Le hablas? (Oración)
¿Le escuchas? (Meditación)
¿Le visitas? (Misa-Visita)
¿Le recibes? (Comunión)
¿Le obsequias? (Ofrecimiento de obras o acciones)
¿Amas al Prójimo a quien Él te pide amar?:
¿Le conoces? (Quién es)
¿Le comprendes? (Cómo es)
¿Le ayudas? (Será más)
¿Le promocionas? (Será mejor)
¿Le santificas? (Será salvo)
"Cuanto hicieres con uno de éstos, conmigo lo hacéis".
¿Cuál ha sido tu MOMENTO más cerca de CRISTO esta semana?
"Yo estaré con vosotros todos los días..."
Miremos los unos por los otros para incitarnos a la caridad y las buenas obras (San Pablo)
PROGRESIVO. REVISA TU ESTUDIO
El secreto de la Sabiduría:
"Conózcate a Ti Señor y me conozca a mí" (San Agustín)
¿CÓMO ES ÉL?: ¿Qué piensa, qué dice, qué siente, cómo actúa? Lo sabrás estudiando el Evangelio.
¿Qué has aprendido de Cristo esta semana?
¿CÓMO ERES TÚ?:
EXAMEN DE CONCIENCIA:
¿Qué piensa Cristo de ti?
¿Qué piensas tú de ti mismo?
¿Qué piensan de ti los demás?
"El hombre en su más radical autenticidad no es sino lo que Dios piensa de él"
MEDITACIÓN:
¿Qué quiere Cristo de ti? (Vocación)
¿Haces lo que Dios quiere, y quieres lo que Dios hace?
¿Qué haría Cristo en tu lugar?
Todos los días decimos: "Hágase Señor tu voluntad".
DIRECCIÓN ESPIRITUAL:
Para ir logrando, cada día más, la orientación de toda tu vida a la luz de todo el Evangelio.
TU REALIDAD EXTERNA:
Estudia los ambientes y estructuras en que estás inmerso para conformarlos a tu ideal.
¿Qué has descubierto de ti mismo esta semana?
¿QUE HAS DESCUBIERTO DE TU AMBIENTE?
EFICAZ, REVISA TU ACCIÓN
YO SOY:
EL CAMINO: ¿Qué has hecho para que me sigan?
LA VERDAD: ¿Qué has hecho para que me conozcan?
LA VIDA: ¿Qué has hecho para que me amen?
VOSOTROS SOIS: LA LUZ DEL MUNDO:
¿Te escondes bajo el celemín? ¿Deslumbras o iluminas?
¿Ayudas a ver más claro?
LA SAL DE LA TIERRA:
¿Impregnas de sabor cristiano los ambientes y estructuras en que estás inmerso? (AMOR)
¿Los preservas de la descomposición? (JUSTICIA)
"Más si la sal se torna insípida... Sólo servirá para ser pisoteada por las gentes"
TODO CRISTIANO ES APÓSTOL ... en la medida en que es cristiano.
Si has actuado como cristiano tendrás algún EXITO que compartir...
Porque eres hombre, tendrás FRACASOS que reconocer.
ESTACIONARSE ES RETROCEDER. Proyecta tu acción: Plan Personal, Plan de Grupo, Actividades del Grupo.
"Un amigo ayudado por otro amigo es invencible como ciudad amurallada." (Eclesiastés)
EL VERDADERO VALOR DE LA AMISTAD
"El Verdadero Valor de la Amistad"
Ninguna relación puede funcionar si no aceptamos a las personas como realmente son en su vida pública. Como seres humanos tendemos a querer cambiar a los demás y hacerlos a la manera que a nosotros nos parecen que deben ser.
Es cierto que debemos ser una influencia positiva para los demás; no hay nada malo que imitemos lo bueno de ellos y que ellos, a su vez, imiten lo bueno de nosotros, pero los cambios que se realizan en una persona deben hacerse porque ella así lo desea y no por nuestro afán de cambiarla.
Hay seres humanos que no tienen amigos, porque quieren que las personas con quienes se relacionan sean perfectas, pero, hasta donde se sabe, aún no nace la persona perfecta, solamente el ente perfecto es Dios.
Todos tenemos defectos. Muchos de nuestros defectos son productos de la herencia de nuestros padres y abuelos, la educación, el medio. Cuando una persona confía en nosotros y nos demuestra su afecto, debemos ver lo positivo que hay en ella y la oportunidad de enriquecernos aprendiendo de sus virtudes y aceptándola con sus defectos, que son muchos.
Muchas de las grandes amistades que han existido se han formado entre personas totalmente diferentes tanto en carácter como en pensamiento, y muy diferentes entre sí. El cine y la televisión, a través de su historia, han creado a los personajes de muchas de sus series basados en este simple principio.
Es importante entender que todos somos diferentes y que la verdadera amistad consiste en armonizar nuestras diferencia y apreciar más a fondo lo mejor de nuestros amigos, aceptando aquello que no es placentero, pero que forma parte de su carácter y personalidad.
La lealtad es quizás la característica, por excelencia, de una buena amistad. Algunas veces, por trabajo, estudios u otras preocupaciones, no es posible muchas veces ver a los amigos con la frecuencia que quisiéramos. Llamar a nuestros amigos por lo menos para saludarlos ó escribirles, y saber cómo están tanto de salud como por su familia, es una forma de lealtad; obviamente olvidarnos de ellos es una deslealtad de nuestra parte.
Quizás la forma clásica de demostrar lealtad hacia nuestros amigos, es impedir a toda costa que otras personas hablen mal de nuestros amigos, cuando no están presentes y no se pueden defender de ese ataque. Esto no es fácil. Es necesario armarse de valor para decirle a quien habla mal, que se detenga en ese momento, y que si tiene que decir algo de nuestro amigo ó amiga, que lo diga de frente a las personas que insultó.
También se demuestra la lealtad estando con nuestros amigos ó amigas en las buenas ó en las malas. Especialmente si están enfermas. Es más, la verdadera amistad se demuestra en los momentos de prueba, en los momentos más difíciles.
Es muy común que cuando una persona vive en la prosperidad le sobren amigos. Esto es fácilmente observable entre los artistas de cine, los deportistas famosos, y otras personas que hacen vida pública y ganan por supuesto mucho dinero. Pero, ¿qué sucede cuando se acaba el dinero? La gran mayoría de los pseudo amigos desaparecen de la faz de la tierra. En una verdadera amistad no hay interés material, el único interés que prevalece es el que se tiene por la persona misma. Interés por disfrutar juntos lo positivo de la vida; interés por crecer juntos; interés por aprender juntos; interés por disfrutar de la compañía de los amigos sin importar si son ricos ó pobres, si te pueden dar algo ó no.
Muchas personas tienen amigos sólo para su beneficio propio. El interés genuino se manifiesta en las personas, no en las cosas materiales.
Como amigos podemos sentir empatía y solidarizarnos especialmente con el sufrimiento de quienes queremos de verdad. Los verdaderos y auténticos amigos tienen la capacidad de entender y compartir los problemas, los sentimientos, las alegrías, en fin, las emociones en sí mismas, pero sin hacer juicios. Cualquier alegría es mucho más grande, cuando se comparte con alguien; cualquier tristeza es más llevadera cuando se puede descargar en un amigo ó una amiga.
Autor Desconocido.
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