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lunes, 13 de julio de 2015
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 13 DE JULIO DEL 2015
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí
Tiempo Ordinario
Mateo 10,34 11,1. Tiempo Ordinario. Sólo Cristo es el que puede darnos la verdadera felicidad y la paz.
Por: Jaime Rodríguez | Fuente: Catholic.net
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Del santo Evangelio según san Mateo 10, 34. 11,1
«No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Oración introductoria
Señor, gracias por este momento de oración. Concédeme la luz para salir de esa falsa paz en la que acomodo mi vida, evitando el compromiso auténtico de mi fe. Espíritu Santo, lléname de tu gracia para poder profundizar en lo que me quieres decir hoy por medio del Evangelio.
Petición
Señor, concédeme que mi entrega a la Iglesia esté marcada siempre por el sello de la generosidad y de la alegría.
Meditación del Papa Francisco
Mantenemos la mirada fija en Jesús, porque la fe, que es nuestro «sí» a la relación filial con Dios, viene de Él, viene de Jesús. Es Él el único mediador de esta relación entre nosotros y nuestro Padre que está en el cielo. Jesús es el Hijo, y nosotros somos hijos en Él. […] Por esto Jesús dice: he venido a traer división; no es que Jesús quiera dividir a los hombres entre sí, al contrario: Jesús es nuestra paz, nuestra reconciliación. Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad, Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y elegir el bien, la verdad, la justicia, incluso cuando esto requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto sí, divide; lo sabemos, divide incluso las relaciones más cercanas. Pero atención: no es Jesús quien divide. Él pone el criterio: vivir para sí mismos, o vivir para Dios y para los demás; hacerse servir, o servir; obedecer al propio yo, u obedecer a Dios. He aquí en qué sentido Jesús es “signo de contradicción” (Homilía de S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013).
Reflexión
Hoy como ayer, Jesús tiene pocos amigos. Y humanamente hablando ser profeta de "desdichas" no es el mejor modo para atraer a las personas. Por lo general tomamos estas amonestaciones como un tipo de "mal agüero", y terminamos por culpar del mal que nos sucede, justo Aquel que buscaba advertirnos de las posibles desgracias en nuestra vida. Son profecías desagradables, porque nos anuncian cosas incómodas, que no corresponden a lo que deseábamos para nosotros mismos. Pero no escuchar estos consejos, es una actitud ridícula, porque es como esforzarse por no ver la señal que nos indica el camino que buscábamos desde hace tanto tiempo y con tanta ansiedad.
A lo mejor también nosotros escapamos de las advertencias de Dios. O como niños caprichosos después del regaño del papá, decimos: "está bien, discúlpame, haré lo que me has dicho", y luego nos comportamos a nuestro modo. Pero cuando repetimos por enésima vez el mismo error, somos nosotros los que sufrimos las consecuencias de nuestra tozudez. El mensaje de Jesús, cuando es aceptado en su totalidad cambia la mentalidad del mundo. Porque sólo Cristo es el que puede donarnos la verdadera felicidad sobre esta tierra.
Propósito
Renunciar a algo que me guste mucho, para ofrecerlo por alguien que necesite encontrase con Dios.
Diálogo con Cristo
Señor, bien sabes que quiero ser santo pero que fácilmente olvido que la santidad se fragua en la renuncia, la abnegación, la generosidad, el desinterés, el olvido personal, para favorecer el bien de los demás. Permite comprobar que hay mayor felicidad en el dar que en el recibir y ayúdame a edificar mi santidad en la vivencia cotidiana de las virtudes que engrandecen mi amor a Ti y a mi prójimo, a ése más próximo, que luego olvido.
«No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Oración introductoria
Señor, gracias por este momento de oración. Concédeme la luz para salir de esa falsa paz en la que acomodo mi vida, evitando el compromiso auténtico de mi fe. Espíritu Santo, lléname de tu gracia para poder profundizar en lo que me quieres decir hoy por medio del Evangelio.
Petición
Señor, concédeme que mi entrega a la Iglesia esté marcada siempre por el sello de la generosidad y de la alegría.
Meditación del Papa Francisco
Mantenemos la mirada fija en Jesús, porque la fe, que es nuestro «sí» a la relación filial con Dios, viene de Él, viene de Jesús. Es Él el único mediador de esta relación entre nosotros y nuestro Padre que está en el cielo. Jesús es el Hijo, y nosotros somos hijos en Él. […] Por esto Jesús dice: he venido a traer división; no es que Jesús quiera dividir a los hombres entre sí, al contrario: Jesús es nuestra paz, nuestra reconciliación. Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad, Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y elegir el bien, la verdad, la justicia, incluso cuando esto requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto sí, divide; lo sabemos, divide incluso las relaciones más cercanas. Pero atención: no es Jesús quien divide. Él pone el criterio: vivir para sí mismos, o vivir para Dios y para los demás; hacerse servir, o servir; obedecer al propio yo, u obedecer a Dios. He aquí en qué sentido Jesús es “signo de contradicción” (Homilía de S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013).
Reflexión
Hoy como ayer, Jesús tiene pocos amigos. Y humanamente hablando ser profeta de "desdichas" no es el mejor modo para atraer a las personas. Por lo general tomamos estas amonestaciones como un tipo de "mal agüero", y terminamos por culpar del mal que nos sucede, justo Aquel que buscaba advertirnos de las posibles desgracias en nuestra vida. Son profecías desagradables, porque nos anuncian cosas incómodas, que no corresponden a lo que deseábamos para nosotros mismos. Pero no escuchar estos consejos, es una actitud ridícula, porque es como esforzarse por no ver la señal que nos indica el camino que buscábamos desde hace tanto tiempo y con tanta ansiedad.
A lo mejor también nosotros escapamos de las advertencias de Dios. O como niños caprichosos después del regaño del papá, decimos: "está bien, discúlpame, haré lo que me has dicho", y luego nos comportamos a nuestro modo. Pero cuando repetimos por enésima vez el mismo error, somos nosotros los que sufrimos las consecuencias de nuestra tozudez. El mensaje de Jesús, cuando es aceptado en su totalidad cambia la mentalidad del mundo. Porque sólo Cristo es el que puede donarnos la verdadera felicidad sobre esta tierra.
Propósito
Renunciar a algo que me guste mucho, para ofrecerlo por alguien que necesite encontrase con Dios.
Diálogo con Cristo
Señor, bien sabes que quiero ser santo pero que fácilmente olvido que la santidad se fragua en la renuncia, la abnegación, la generosidad, el desinterés, el olvido personal, para favorecer el bien de los demás. Permite comprobar que hay mayor felicidad en el dar que en el recibir y ayúdame a edificar mi santidad en la vivencia cotidiana de las virtudes que engrandecen mi amor a Ti y a mi prójimo, a ése más próximo, que luego olvido.
EL PAPA FRANCISCO LLEGÓ A ITALIA, CONCLUYÓ ASÍ EL NOVENO VIAJE APÓSTOLICO
El papa Francisco llegó a Italia
Concluyó así el noveno viaje apostólico a Ecuador, Bolivia y Paraguay
Roma, 13 de julio de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco llegó a Italia este lunes a las 13,37 local, proveniente de su viaje apostólico por América Latina. El Boeing de Alitalia A330 'Piero della Francesca' aterrizó en el aeropuerto internacional de Ciampino, concluyendo así el viaje apostólico 146 de la época moderna, y el noveno del papa Francisco, en el que visitó tres países: Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Durante el vuelo el Santo Padre ha conversado con los periodistas, y los contenidos de este encuentro estarán disponibles más tarde.
El avión provenía del aeropuerto Silvio Pettirossi de Asunción del Paraguay a las 19,37 ora locales. El viaje de 10.370 kilómetros duró 12 horas y 45 minutos, y sobrevoló Paraguay, Bolivia, Brasil, Cabo Verde, las Islas Canarias, Marruecos, España e Italia.
El próximo viaje apostólico será del 19 al 28 de septiembre a Cuba, Estados Unidos e incluye una visita a las Naciones Unidas.
¿CATÓLICO PRACTICANTE?
¿Católico practicante?
Ser practicante es mucho más que el hecho de participar de la Misa, de mis Oraciones, de ir a la Iglesia...
Por: P. Oscar Pezzarini | Fuente: www.feliceslosninos.org
Son muchas las veces que escuchamos decir a alguien que es “católico practicante”, o también quienes dicen: “soy católico, pero no practicante”.
Me puse a pensar en estas frases tan escuchadas y tratando de ver qué es lo que en realidad se quiere decir y en definitiva a qué le podemos llamar ser un “católico practicante”.
Lo primero que generalmente se constata, es que cuando alguien dice que es Católico, pero que no es practicante, generalmente se está refiriendo a que no suele ir habitualmente a la Iglesia, no participa de la Misa, etc., con lo que deberíamos pensar que quien participa de la Misa, es seguro un “practicante” como católico.
Pienso en realidad, que ser católico practicante, es mucho más que el hecho de participar de la Misa, de mis Oraciones, de “ir a la Iglesia”, todo lo cual es necesario para poder encontrar el alimento y la fuerza para después en mi vida de todos los días, poder llevar a la práctica esa Fe católica que tengo.
Por lo tanto, ser practicante, creo que es demostrarlo en cada momento de mi vida, cuando puedo ir a la Iglesia, pero sobre todo en mis tareas habituales, en mi familia, en mi actividad, en mi estudio, en mi recreación, en mi descanso. Sabemos que de nada valdría mi presencia en un templo, si luego mi vida va por otro camino totalmente distinto.
Ser practicante es llevar una vida lo más coherente posible con la Fe que profeso, y que en definitiva es la búsqueda de imitar al Jesús, quien es la Revelación de Dios y a quien debemos seguir.
Debemos mostrar con nuestras actitudes en cada momento que Jesús es el centro de nuestra vida, que pertenecemos a la Iglesia que Él ha fundado y que el hecho de ser practicantes no debe quedarse en la repetición de determinados ritos, en cumplir algunas prescripciones o en concurrir a determinados lugares y ciertos días, donde sin dudas que no nos costará tanto el vivir esos momentos como personas de Fe.
Vemos y escuchamos a muchos decir su “título” de católicos, pero más que pregonarlo se debería pensar en si cada una de las actitudes que tenemos, si nuestras decisiones, si nuestras palabras, si nuestros gestos son de personas que pertenecen a la Iglesia Católica, o muchas veces no son más que “títulos vacíos” con los que incluso pretendemos quedar tranquilos en nuestras conciencias.
Hoy más que nunca es necesario el testimonio de los Católicos, de aquellos que en cada momento de su vida, en cada lugar que les toca, en la vivencia de sus responsabilidades y obligaciones, muestren a los demás que es posible vivir de acuerdo a la fe que tienen. Entonces sí, estoy seguro, que podremos decir que hay “católicos practicantes”.
Padre Oscar Pezzarini
Superior Provincial de la Obra Don Orione en Argentina, Paraguay, Uruguay y México
EL BUEN PASTOR
EL BUEN PASTOR
“Al final de una cena, un conocido actor de teatro entretenía a los invitados declamando textos de Shakespeare.
Después se ofreció a que le pidieran alguna pieza extra. Un tímido sacerdote preguntó al actor si conocía el salmo 22.
El actor respondió: ‘Sí, lo conozco, pero estoy dispuesto a recitarlo con una condición; que después lo recite usted’.
El sacerdote se sintió un poco incómodo, pero accedió.
El actor hizo una bellísima interpretación, con una dicción perfecta:
El Buen Pastor‘El Señor es mi Pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.’
Al final, los invitados aplaudieron vivamente.
Llegó el turno del sacerdote, que se levantó y, tras un momento de silencio y cerrando los ojos, recitó lentamente las mismas palabras del Salmo. Esta vez, cuando terminó, no hubo aplausos, sólo un profundo silencio y el inicio de lágrimas en algún rostro.
El actor se mantuvo en silencio unos instantes, después se levantó y dijo: ‘Señoras y señores, espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido esta noche: yo conocía el Salmo, pero este hombre conoce al Pastor”.
¿SOY CULPABLE DE MÍ MISMO?
¿Soy culpable de mí mismo?
Necesito abrir los ojos ante mi situación actual y verla con realismo y con esperanza.
Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Cada decisión deja una huella: en mi vida, en la de los seres cercanos, en otros corazones que no conozco pero que, de modos misteriosos, quedan bajo la influencia de mis actos.
Con el pasar del tiempo, las decisiones configuran un mosaico. Como enseñaba san Gregorio de Nisa, en cierto sentido somos padres de nosotros mismos a través de nuestros actos.
¿Qué imagen he trazado en mi alma? ¿Hacia dónde está dirigida mi mirada? ¿Qué busco, qué sueño, qué temo, qué lloro, qué me causa alegría? ¿Hacia dónde oriento el cincel cada vez que plasmo la estatua de mi vida?
Si los defectos dominan mi corazón, siento pena. Surge entonces la pregunta: ¿soy culpable de mí mismo? ¿Son mis decisiones las que me llevaron a esta situación de apatía, de tibieza, de orgullo, de envidia, de rencores?
En ocasiones busco la culpa fuera de mí. Incluso tal vez tenga algo de razón: hay personas que me han herido profundamente, que un día llegaron a provocar esa angustia o ese odio que me carcome a todas horas. Pero en otras ocasiones tengo que reconocerlo: la culpa es completamente mía.
Necesito abrir los ojos ante mi situación actual y verla con realismo y con esperanza. Sobre todo, necesito aprender a leer mi vida desde un corazón que me conoce como nadie: el corazón de Dios.
A Él puedo preguntarle si soy culpable de mí mismo, si me he dañado tontamente, si he permitido que me ahoguen asuntos insustanciales, si me he encerrado en un pesimismo dañino.
Luego, desde el diagnóstico del Médico divino, podré abrirme a su gracia para curar mi voluntad, para orientar mis pensamientos a un mundo nuevo y bello, para dar pasos concretos que me permitan perdonar y pedir perdón.
Será posible, entonces, que esa libertad con la que tantas veces he hecho daño, a otros y a mí mismo, empiece a ser usada para construir una vida nueva, desde la luz del Espíritu Santo y con la meta que embellece todo: amar a Dios y a los hermanos.
EL PAPA FRANCISCO VISITÓ A LOS NIÑOS ENFERMOS EN PARAGUAY
EL PAPA FRANCISCO A LOS NIÑOS ENFERMOS: DEBEMOS APRENDER DE USTEDES, DE SU CAPACIDAD DE LUCHA,DE SU FORTALEZA
REGALOS DE JESÚS
Regalos de Jesús
Te regalo a mi Santísima Madre, para que sea tu Madre.
Te regalo mi alegría para que tengas una fuente inagotable de paz.
Te regalo mis fuerzas para que te sostengas en tu cansancio cuando sirvas a los demás.
Te regalo la quietud de la noche bendita de mi nacimiento para que llenes tu alma de paz.
Te regalo mis ojos para que con ellos puedas dar una nueva mirada a este universo que puse a tu servicio.
Te regalo mi caridad para que sientas el anhelo de trabajar por los desposeídos y de compartir tu pan con los hambrientos.
Te regalo mi amor para que lleno tu corazón de él, puedas prodigarte a los demás.
Te regalo mi paz para que con tu buena voluntad des gloria a Dios.
Te regalo mi humildad para que desde tu condición de hombre, estés dispuesto a crecer y superarte.
Te regalo la mula del establo para que calientes con tu fervor.
Te regalo mi sencillez para que puedas llegar al Reino de los Cielos.
Te regalo la serenidad para aceptar las cosas que no puedes cambiar y mi valentía para cambiar las que puedas.
Te regalo mis ángeles para que te enseñen a ser mensajero de paz.
Te regalo las caricias de mis manos para que te consuelen y alienten.
Te regalo las lágrimas de mi madre como bálsamo de tus penas.
Te regalo la miel que llevaron los pastores para que endulces la vida de los tuyos con cariño y generosidad.
Te regalo mi humildad para engrandecerte.
Te regalo mi estrella para que te muestre el camino que a mí conduce.
Te regalo la música para que como ella alegra, tú también logres dar gozo a los demás.
Te regalo mis lágrimas para que laves con ellas tus pecados.
Te regalo la luz de mi mirada para que guíe tus pasos.
Te regalo mi misericordia para que con ella juzgues a tus hermanos.
Te regalo mi alegría para que con ella contagies al mundo.
Te regalo mi ternura para que con ella sirvas a los pequeños y a los necesitados.
Te regalo mis manos para que con ellas construyas mi Reino.
Te regalo mi amistad para que en ella te apoyes.
Te regalo mi paz para que la contagies a todos los que crucen en tu camino.
Te regalo mi hombro que sostuvo la cruz del pecado de la humanidad para que te ayude a cargar tu cruz.
Te regalo mi pesebre para que en él repose tu corazón.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo el sol para que así como él alumbra al mundo, alumbres tú la vida de tu familia y tus amigos.
Te regalo mis pies para que te guíen por el camino de la verdad.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo mi boca para que con ella denuncies la injusticia.
Te regalo mis llagas para que te conforten en tu dolor y crezca en ti la esperanza.
Te regalo el perdón para que como un bálsamo sane el rencor y cada ofensa que guardes en tu corazón y así, en paz contigo mismo, me ofrezcas lo mejor de ti.
domingo, 12 de julio de 2015
EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 12 DE JULIO DEL 2015
Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos
Tiempo Ordinario
Marcos 6, 7-13. Domingo XV Tiempo Ordinario B. Con tu testimonio de alegría y de fidelidad estarás evangelizando.
Por: Andrés Ugalde | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que tomasen para el camino, un bastón y nada más pero ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos. Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Oración introductoria
Señor, así como a la misión envías de dos en dos, así mi oración necesita de la presencia de tu Espíritu Santo, para que seamos dos los que busquemos tener un momento de intimidad contigo en la oración y poder conocer cuál es tu voluntad para este día.
Petición
Espíritu Santo, concédeme experimentar el gran amor que Dios me tiene, para poder corresponderle.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que tomasen para el camino, un bastón y nada más pero ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos. Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Oración introductoria
Señor, así como a la misión envías de dos en dos, así mi oración necesita de la presencia de tu Espíritu Santo, para que seamos dos los que busquemos tener un momento de intimidad contigo en la oración y poder conocer cuál es tu voluntad para este día.
Petición
Espíritu Santo, concédeme experimentar el gran amor que Dios me tiene, para poder corresponderle.
Meditación del Papa Francisco
Hoy en día todavía hay mucha gente que no conoce a Jesucristo. Por eso es tan urgente la misión ad gentes, en la que todos los miembros de la Iglesia están llamados a participar, ya que la Iglesia es misionera por naturaleza: la Iglesia ha nacido “en salida”. La Jornada Mundial de las Misiones es un momento privilegiado en el que los fieles de los diferentes continentes se comprometen con oraciones y gestos concretos de solidaridad para ayudar a las iglesias jóvenes en los territorios de misión. Se trata de una celebración de gracia y de alegría. De gracia, porque el Espíritu Santo, mandado por el Padre, ofrece sabiduría y fortaleza a aquellos que son dóciles a su acción. De alegría, porque Jesucristo, Hijo del Padre, enviado para evangelizar al mundo, sostiene y acompaña nuestra obra misionera. Precisamente sobre la alegría de Jesús y de los discípulos misioneros quisiera ofrecer una imagen bíblica, que encontramos en el Evangelio de Lucas (cf.10,21-23).
El evangelista cuenta que el Señor envió a los setenta discípulos, de dos en dos, a las ciudades y pueblos, a proclamar que el Reino de Dios había llegado, y a preparar a los hombres al encuentro con Jesús. (Homilía de S.S. Francisco, 14 de junio de 2014).
Reflexión
Dicen que el recuerdo de los buenos profesores queda marcado en el alma de todo estudiante. Uno de mis profesores de ética, solía decir: "Crean descaradamente en el bien. Tengan confianza en que a la larga terminará siempre por imponerse. No se angustien si otros avanzan aparentemente más rápido por caminos torcidos. Crean también en la lenta eficacia del amor. Sepan esperar".
Jesús envía a los doce a evangelizar. Esta palabra significa que hay que predicar a los hombres el Evangelio, es decir, un mensaje de alegría, el anuncio de la salvación traída por Jesucristo. No se trata de un fardo insoportable de ideas o de nociones, sino de lo que Dios ha hecho por nosotros. Al evangelizado le llega un mensaje, una carta recomendada, personal y urgente; un telegrama dirigido de hermano a hermano: "Ábrelo rápido, lee. Te interesa. Aprovéchalo y da una respuesta inmediata".
Pero no basta sólo con poseer el contenido del mensaje. Se añade: "Déjate poseer por este mensaje. Él quiere guiarte hacia alturas insospechadas en tu vida. Quiere hacerte feliz de verdad". Todos como cristianos estamos llamados a esta misión. La eficacia y el éxito de este envío depende de Dios. Es Él quien da los frutos si nosotros colaboramos y nos prestamos. Hay que confiar y mucho con esa fe de la que hablaba mi profesor de adolescencia.
Sí, el bien tiene la última palabra. Tarde o temprano vencerá. Jesús nos pide también a nosotros que vayamos. No hace falta hacer un largo viaje a una tierra desconocida. El anuncio de la Buena Nueva sin alforja, ni calderilla, ni túnica..., debe llegar al seno de mi familia, a la oficina de trabajo, a todas y cada una de las personas con las que a diario me cruzo por el camino. Con mi testimonio de alegría y de fidelidad estaré evangelizando y experimentaré una felicidad incomparable.
Propósito
Ofrecer mi oración, mi tiempo y mis talentos para impulsar la Nueva Evangelización.
Diálogo con Cristo
Jesús, ante la dificultad que puede presentar la misión, es maravilloso confirmar que no estoy solo. Tú pones personas en mi camino para que me ayuden y, al mismo tiempo, yo puedo ayudar a otros. No quieres que sea mi esfuerzo personal, ni la tecnología ni los programas o los métodos mi seguridad. Tú lo dices claramente, no necesito nada, sólo a Ti. confiar en Ti y en la misión que me has encomendado
Dicen que el recuerdo de los buenos profesores queda marcado en el alma de todo estudiante. Uno de mis profesores de ética, solía decir: "Crean descaradamente en el bien. Tengan confianza en que a la larga terminará siempre por imponerse. No se angustien si otros avanzan aparentemente más rápido por caminos torcidos. Crean también en la lenta eficacia del amor. Sepan esperar".
Jesús envía a los doce a evangelizar. Esta palabra significa que hay que predicar a los hombres el Evangelio, es decir, un mensaje de alegría, el anuncio de la salvación traída por Jesucristo. No se trata de un fardo insoportable de ideas o de nociones, sino de lo que Dios ha hecho por nosotros. Al evangelizado le llega un mensaje, una carta recomendada, personal y urgente; un telegrama dirigido de hermano a hermano: "Ábrelo rápido, lee. Te interesa. Aprovéchalo y da una respuesta inmediata".
Pero no basta sólo con poseer el contenido del mensaje. Se añade: "Déjate poseer por este mensaje. Él quiere guiarte hacia alturas insospechadas en tu vida. Quiere hacerte feliz de verdad". Todos como cristianos estamos llamados a esta misión. La eficacia y el éxito de este envío depende de Dios. Es Él quien da los frutos si nosotros colaboramos y nos prestamos. Hay que confiar y mucho con esa fe de la que hablaba mi profesor de adolescencia.
Sí, el bien tiene la última palabra. Tarde o temprano vencerá. Jesús nos pide también a nosotros que vayamos. No hace falta hacer un largo viaje a una tierra desconocida. El anuncio de la Buena Nueva sin alforja, ni calderilla, ni túnica..., debe llegar al seno de mi familia, a la oficina de trabajo, a todas y cada una de las personas con las que a diario me cruzo por el camino. Con mi testimonio de alegría y de fidelidad estaré evangelizando y experimentaré una felicidad incomparable.
Propósito
Ofrecer mi oración, mi tiempo y mis talentos para impulsar la Nueva Evangelización.
Diálogo con Cristo
Jesús, ante la dificultad que puede presentar la misión, es maravilloso confirmar que no estoy solo. Tú pones personas en mi camino para que me ayuden y, al mismo tiempo, yo puedo ayudar a otros. No quieres que sea mi esfuerzo personal, ni la tecnología ni los programas o los métodos mi seguridad. Tú lo dices claramente, no necesito nada, sólo a Ti. confiar en Ti y en la misión que me has encomendado
ENVIADOS POR JESÚS
Enviados por Jesús
Jesús no envía a sus discípulos de cualquier manera. Para colaborar en su proyecto del reino de Dios y prolongar su misión es necesario cuidar un estilo de vida. Si no es así, podrán hacer muchas cosas, pero no introducirán en el mundo su espíritu. Marcos nos recuerda algunas recomendaciones de Jesús. Destacamos algunas.
En primer lugar, ¿quiénes son ellos para actuar en nombre de Jesús? ¿Cuál es su autoridad? Según Marcos, al enviarlos, Jesús «les da autoridad sobre los espíritus inmundos». No les da poder sobre las personas que irán encontrando en su camino. Tampoco él ha utilizado su poder para gobernar sino para curar.
Como siempre, Jesús está pensando en un mundo más sano, liberado de las fuerzas malignas que esclavizan y deshumanizan al ser humano. Sus discípulos introducirán entre las gentes su fuerza sanadora. Se abrirán paso en la sociedad, no utilizando un poder sobre las personas, sino humanizando la vida, aliviando el sufrimiento de las gentes, haciendo crecer la libertad y la fraternidad.
Llevarán sólo «bastón» y «sandalias». Jesús los imagina como caminantes. Nunca instalados. Siempre de camino. No atados a nada ni a nadie. Sólo con lo imprescindible. Con esa agilidad que tenía Jesús para hacerse presente allí donde alguien lo necesitaba. El báculo de Jesús no es para mandar, sino para caminar.
No llevarán «ni pan, ni alforja, ni dinero». No han de vivir obsesionados por su propia seguridad. Llevan consigo algo más importante: el Espíritu de Jesús, su Palabra y su Autoridad para humanizar la vida de las gentes. Curiosamente, Jesús no está pensando en lo que han de llevar para ser eficaces, sino en lo que no han de llevar. No sea que un día se olviden de los pobres y vivan encerrados en su propio bienestar.
Tampoco llevarán «túnica de repuesto». Vestirán con la sencillez de los pobres. No llevarán vestiduras sagradas como los sacerdotes del Templo. Tampoco vestirán como el Bautista en la soledad del desierto. Serán profetas en medio de la gente. Su vida será signo de la cercanía de Dios a todos, sobre todo, a los más necesitados.
¿Nos atreveremos algún día a hacer en el seno de la Iglesia un examen colectivo para dejarnos iluminar por Jesús y ver cómo nos hemos ido alejando sin darnos casi cuenta de su espíritu?
José Antonio Pagola
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