Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net El que no está conmigo, está contra mí | |||
Lucas 11, 15-26. Tiempo Ordinario. Jesús no oculta el riesgo que corre quien decide seguirlo. | |||
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viernes, 10 de octubre de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 10 DE OCTUBRE DEL 2014
LA DULZURA DE DIOS
LA DULZURA DE DIOS
Un cierto día, la profesora, queriendo saber si todos habían estudiado la lección solicitada, preguntó a los niños quién sabría explicar quién es Dios.
Uno de los niños levantó el brazo y dijo: Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella; nos hizo como hijos de Él. La profesora queriendo buscar más respuestas fue más lejos. ¿Cómo saben que Dios existe si nunca lo han visto?
La sala quedó toda en silencio. Pedro, un niño muy tímido, alzó la mano y dijo: Mi madre me dijo que Dios es como el azúcar en mi leche que ella hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza de leche, pero si ella no pone el azúcar, la leche queda sin sabor. Dios existe y está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos.
Pero si Él no está, nuestra vida queda sin sabor. La profesora sonrió y dijo: Muy bien Pedro, yo os he enseñado muchas cosas, pero tú, Pedro, me has enseñado algo más profundo que todo lo que yo ya sabía. Ahora sé que Dios es nuestra azúcar y que está todos los días endulzando nuestras vidas.
Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño.
La sabiduría no está en el conocimiento, pues teorías existen muchas, pero dulzura como la de Dios no existe todavía ni en los mejores azúcares.
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA: EL MAGNIFICAT
El Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
LAS SEIS MADEJAS
LAS SEIS MADEJAS
El rey, en su avaricia, había apresado y encarcelado a Romualdo, a quien todo el pueblo veneraba y reverenciaba como a hombre de Dios y profeta de su pueblo, e hizo saber que no lo pondría en libertad hasta que el pueblo pagase una muy elevada cantidad de dinero por su rescate. Una manera un poco primitiva y salvaje de cobrar impuestos. El rey sabía que el pueblo veneraba al santo y acabaría pagando.
Pagaron mucho, en efecto, pero la cantidad recaudada no llegaba aún a lo estipulado. Una viejecita de un pueblo muy lejano se enteró también de lo que sucedía y quiso contribuir en su pobreza. Era hilandera, y todo su capital en aquel momento eran seis madejas recién hiladas. Las tomó y se encaminó a palacio a entregarlas para el rescate.
Las personas, al verla pasar, se contaban unos a otros su caso, y no podían menos de sonreírse ante la ingenuidad de su gesto y la inutilidad de su esfuerzo. ¿Qué valían seis madejas de hilo en un rescate de millones? Algunos incluso se lo decían a la cara y la disuadían de su empeño.
Pero ella seguía su camino y contestaba: “No sé si pondrán en libertad a Romualdo o no. Lo único que pretendo es que cuando Dios, en su juicio, me pregunte qué hice yo cuando Romualdo estaba en la cárcel, no tenga yo que bajar los ojos avergonzada”. Y presentó su ofrenda.
El rey, a cuyos oídos había llegado ya su historia, liberó al hombre de Dios.
Sabemos que el alma de la humanidad está en la cárcel. ¿Cuándo nos pondremos en camino con nuestras seis madejas?
LA CEBOLLA
LA CEBOLLA
“Había una vez una vieja muy mala y murió. La mujer no había realizado en su vida ni una sola acción buena y la echaron en el lago de fuego. Pero el ángel de la guarda que estaba allí pensó:
- “¿Qué buena acción podría recordar para decírselo a Dios?” Entonces recordó algo y se lo manifestó:
- Una vez arrancó de su huertecillo una cebolla y se la dio a un pobre.
Y Dios le respondió complacido: “Toma tú mismo esa cebolla y échasela al lago de forma que pueda agarrarse a ella. Si puedes lograr sacarla del fuego, irá al purgatorio y luego al paraíso, pero si la cebolla se rompe tendrá que quedarse donde está”.
El ángel corrió hasta donde estaba la mujer y le alargó la cebolla:
- “Toma, mujer, agárrate fuerte, vamos a ver si te puedo sacar”.
Y comenzó a tirar con cuidado. Cuando ya casi la había sacado del todo, los demás pecadores que estaban en el lago de fuego se dieron cuenta y empezaron todos a agarrarse a ella para poder también salir de allí. Pero la mujer era mala, muy mala, y les daba patadas diciendo:
- “Me van a sacar sólo a mí, no a vosotros: es mi cebolla, no la vuestra”.
Pero apenas había pronunciado estas palabras, cuando la cebolla se rompió en dos y la mujer volvió a caer en el lago de fuego. Allí arde hasta el día de hoy. El ángel se echó a llorar y se fue”. «No estamos destinados a salvarnos solos»
PAPA FRANCISCO: "HABLEN CON FRANQUEZA Y ESCUCHEN CON HUMILDAD" - SÍNODO DE OBISPOS
El Papa Francisco
al Sínodo: 'Hablen con franqueza y escuchen con humildad'
En la primera congregación general de la III Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos, el papa Francisco invitó a los participantes a “hablar claro. Nadie diga: 'Esto no se puede decir; que pensarán de mí, esto o aquello', porque hay que decir todo lo que se siente con franqueza”. Así como “escuchar con sinceridad”.
El Papa se dirigió a los padres sinodales agradeciéndoles “de corazón por vuestra atenta y calificada asistencia” y agradeció a todas las personas que “trabajaron con dedicación, con paciencia y competencia, por largos meses, leyendo, evaluando, y elaborando los temas, textos y trabajos de esta Asamblea General Extraordinaria”.
Agradeció también al secretario general, el cardenal Lorenzo Baldisseri, y a quienes trabajaron les deseó: “¡Que el Señor les recompense!”.
Agradeció también a la jerarquía de la Iglesia, clérigos, religiosos y laicos, “por vuestra presencia y participación que enriquece los trabajos y el espíritu de colegiado y de sinodalidad por el bien de la Iglesia y de las familias.
Recordó que fue su deseo, que el espíritu de sinodalidad tuviera lugar en la elección de los relatores, del secretario general y de los presidentes delegados. “Los dos primeros -confió el Santo Padre- han sido elegidos directamente por el Consejo-post sinodal, elegido este a su vez por los participantes del último sínodo. En cambio como los presidentes delegados tienen que ser elegidos por el Papa, le pedí al mismo Consejo post sinodal, que me propusieran nombres y he nombrado a los que el Consejo me ha propuesto”.
Les recordó a los presentes que ellos traen “la voz de las Iglesias particulares, reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales”. Añadió que “las Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina”, mientras que “las Iglesias locales, así entendidas son de institución humana”. Y que ellos, “esta voz la traerán en sinodalidad”.
El Obispo de Roma les advirtió que es “una gran responsabilidad” la de “traer la realidad y las problemáticas en las Iglesias, para ayudar a caminar en ese camino que es el Evangelio de la familia”.
Y confió que “después del último Consistorio en febrero de 2014, en el cual se ha hablado de familia, un cardenal me escribió diciendo: 'Qué pena que algunos cardenales no hayan tenido el coraje de decir algunas cosas por respeto del Papa, considerando que el Papa pensara alguna cosa diversa”. Y Francisco reiteró: “Esto no va bien, esto no es sinodalidad, porque hay que decir todo lo que en el Señor se siente que hay que decir, sin respeto humano, sin timidez, y al mismo tiempo hay que escuchar con humildad y acoger con corazón abierto lo que dicen los hermanos”, porque “con estas dos actitudes se ejercita la sinodalidad”.
Y reiteró: “Por ello les pido por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar con humildad”. Y concluyó invitandolos a hablar “con tranquilidad y paz, porque el Sínodo se realiza siempre cum Petro y sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe.
“Queridos hermanos -concluyó el Pontífice- colaboremos todos para que se afirme con clareza la dinámica de la sinodalidad”.
jueves, 9 de octubre de 2014
SAN DANIEL COMBONI, FUNDADOR DE LOS MISIONEROS COMBONIANOS, 10 DE OCTUBRE
Autor: Vaticano | Fuente: Vatican.va
Daniel Comboni, Santo
Fundador de los Misioneros Combonianos, 10 Octubre
Daniel Comboni, Santo
Obispo
Martirologio Romano: En Khartum, en Sudán, san Daniel Comboni, obispo, que fundó el Instituto para las Misiones en África (Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús), y tras ser elegido obispo en ese continente, se entregó sin reservas y predicó el Evangelio por aquellas regiones, trabajando también por hacer respetar la dignidad humana. († 1881)
Daniel Comboni: hijo de campesinos pobres, llegó a ser el primer Obispo de Africa Central y uno de los más grandes misioneros de la historia de la Iglesia.
La vida de Comboni nos muestra que, cuando Dios interviene y encuentra una persona generosa y disponible, se realizan grandes cosas.
Hijo único - padres santos
Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831, en una familia de campesinos al servicio de un rico señor de la zona. Su padre Luigi y su madre Domenica se sienten muy unidos a Daniel, que es el cuarto de ocho hijos, muertos casi todos ellos en edad temprana. Ellos tres forman una familia unida, de fe profunda y rica de valores humanos, pero pobre de medios materiales. La pobreza de la familia empuja a Daniel a dejar el pueblo para ir a la escuela a Verona, en el Instituto fundado por el sacerdote don Nicola Mazza para jóvenes prometedores pero sin recursos.
Durante estos años pasados en Verona Daniel descubre su vocación sacerdotal, cursa los estudios de filosofía y teología y, sobre todo, se abre a la misión de Africa Central, atraído por el testimonio de los primeros misioneros del Instituto Mazza que vuelven del continente africano. En 1854, Daniel Comboni es ordenado sacerdote y tres años después parte para la misión de Africa junto a otros cinco misioneros del Istituto Mazza, con la bendición de su madre Domenica que llega a decir: "Vete, Daniel, y que el Señor te bendiga".
En el corazón de Africa - con Africa en el corazón
Después de cuatro meses de viaje, el grupo de misioneros del que forma parte Comboni llega a Jartum, la capital de Sudán. El impacto con la realidad Africana es muy fuerte. Daniel se da cuenta en seguida de las dificultades que la nueva misión comporta. Fatigas, clima insoportable, enfermedades, muerte de numerosos y jóvenes compañeros misioneros, pobreza de la gente abandonada a si misma, todo ello empuja a Comboni a ir hacia adelante y a no aflojar en la tarea que ha iniciado con tanto entusiasmo. Desde la misión de Santa Cruz escribe a sus padres: "Tendremos que fatigarnos, sudar, morir; pero al pensar que se suda y se muere por amor de Jesucristo y la salvación de las almas más abandonadas de este mundo, encuentro el consuelo necesario para no desistir en esta gran empresa".
Asistiendo a la muerte de un joven compañero misionero, Comboni no se desanima y se siente confirmado en la decisión de continuar su misión: "Africa o muerte!".
Cuando regresa a Italia, el recuerdo de Africa y de sus gentes empujan a Comboni a preparar una nueva estrategia misionera. En 1864, recogido en oración sobre la tumba de San Pedro en Roma, Daniel tiene una fulgurante intuición que lo lleva a elaborar su famoso "Plan para la regeneración de Africa", un proyecto misionero que puede resumirse en la expresión "Salvar Africa por medio de Africa", fruto de su ilimitada confianza en las capacidades humanas y religiosas de los pueblos africanos.
Un Obispo misionero original
En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera.
Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas.
Como teólogo del Obispo de Verona participa en el Concilio Vaticano I, consiguiendo que 70 obispos firmen una petición en favor de la evangelización de Africa Central (Postulatum pro Nigris Africæ Centralis).
El 2 de julio de 1877, Comboni es nombrado Vicario Apostólico de Africa Central y consagrado Obispo un mes más tarde. Este nombramiento confirma que sus ideas y sus acciones, que muchos consideran arriesgadas e incluso ilusorias, son eficaces para el anuncio del Evangelio y la liberación del continente africano.
Durante los años 1877-1878, Comboni sufre en el cuerpo y en el espíritu, junto con sus misioneros y misioneras, las consecuencias de una sequía sin precedentes en Sudán, que diezma la población local, agota al personal misionero y bloquea la actividad evangelizadora.
La cruz como "amiga y esposa"
En 1880 Comboni vuelve a Africa por octava y última vez, para estar al lado de sus misioneros y misioneras, con el entusiasmo de siempre y decidido a continuar la lucha contra la esclavitud y a consolidar la actividad misionera. Un año más tarde, puesto a prueba por el cansancio, la muerte reciente de varios de sus colaboradores y la amargura causada por acusaciones infundadas, Comboni cae enfermo. El 10 de octubre de 1881, a los 50 años de edad, marcado por la cruz que nunca lo ha abandonado "como fiel y amada esposa», muere en Jartum, en medio de su gente, consciente de que su obra misionera no morirá. "Yo muero –exclama– pero mi obra, no morirá».
Comboni acertó. Su obra no ha muerto. Como todas las grandes realidades que " nacen al pie de la cruz ", sigue viva gracias al don que de la propia vida han hecho y hacen tantos hombres y mujeres que han querido seguir a Comboni por el camino difícil y fascinante de la misión entre los pueblos más pobres en la fe y más abandonados de la solidaridad de los hombres.
Fechas más importantes
— Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831.
— Consagra su vida a Africa en 1849, realizando un proyecto que lo lleva a arriesgar la vida varias veces en las difíciles expediciones misioneras desde 1857, que es cuando va por primera vez a Africa.
— El 31 de diciembre de 1854, año en que se proclama el dogma de la Inmaculada Concepción de María, es ordenado sacerdote por el Beato Juan Nepomuceno Tschiderer, Obispo de Trento.
— En 1864 escribe un Plan fundado sobre la idea de " salvar Africa por medio de Africa », que demuestra la confianza que Comboni tiene en los africanos, pensando que serán ellos los protagonistas de su propia evangelización (Plan de 1864).
— Fiel a su consigna "Africa o muerte ", no obstante las dificultades sigue con su Plan fundando, en 1867, el Instituto de los Misioneros Combonianos.
— Voz profética, anuncia a toda la Iglesia, sobre todo en Europa, que ha llegado la hora de evangelizar a los pueblos de Africa. No teme presentarse, como simple sacerdote que es, a los Obispos del Concilio Vaticano I, pidiéndoles que cada Iglesia local se comprometa en la conversión de Africa (Postulatum, 1870).
— Demostrando un valor fuera de lo común, Comboni consigue que también las religiosas participen directamente en la misión de Africa Central, siendo el primero en tomar tal iniciativa. En 1872, funda un Instituto de religiosas dedicadas exclusivamente a la misión: las Hermanas Misioneras Combonianas.
— Gasta todas sus energías por los africanos y lucha con tesón para que sea abolida la esclavitud.
— En 1877, es consagrado Obispo nombrado Vicario Apostólico de Africa Central.
— Muere en Jartum, Sudán, abatido por las fatigas y cruces, en la noche del 10 de octubre de 1881.
— El 26 de marzo de 1994, se reconoce la heroicidad de sus virtudes.
— El 6 de abril de 1995, se reconoce el milagro realizado por su intercesión en una muchacha afrobrasileña, la joven María José de Oliveira Paixão.
— El 17 de marzo de 1996, es beatificado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.
— El 20 de diciembre 2002, se reconoce el segundo milagro realizado por su intercesión en une madre musulmana del Sudan, Lubna Abdel Aziz.
— El 5 de octubre de 2003, es canonizado por el Papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro de Roma.
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 9 DE OCTUBRE DEL 2014
Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net El amigo inoportuno | |||
Lucas 11, 5-13. Tiempo Ordinario. Pidamos, busquemos, las veces que haga falta, no quedaremos defraudados si lo hacemos con fe y confianza. | |||
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EL LISTADO DE LAS PROFESIONES
EL LISTADO DE PROFESIONES
Padre e hijo leían juntos y con emoción el periódico. El niño se encontraba sentado en las piernas del papá que, feliz, le comentaba una a una las noticias.
De pronto, apareció un anuncio en letras mayúsculas: «HE AQUÍ LA LISTA COMPLETA DE PROFESIONES SEGÚN LAS ENCUESTAS MÁS RECIENTES». El niño, con rostro brillante e ilusionado, empezó a leer una a una: ingeniero, bombero, dentista, político, futbolista, … su dedo acariciaba la superficie del papel mientras repasaba los nombres. Terminó. Dirigió sus grandes ojos hacia su padre y, con un gesto de angustia pintado en la cara, volvió a repasar cada una de las profesiones citadas: arquitecto, campesino, policía, abogado, tenista, … yendo cada vez más rápido.
Una vez que hubo repasado dos o tres veces la lista, su padre le paró comentando: «No sigas buscando más en la lista, hijo; el sacerdote no aparece».
No cabe duda: el sacerdocio parece estar fuera de moda. Lo demuestra esta pequeña anécdota que escuché hace algunos años. Nos puede extrañar que «el sacerdote no aparezca en la lista», pero muchas veces somos nosotros mismos los que no queremos que salga. Y sin embargo, ¡cuánto necesitamos del sacerdote en nuestro mundo! Ellos hacen presente a Dios en nuestro mundo de forma palpable en la Santa Misa y a través de ellos podemos ser perdonados por el sacramento de la confesión. Además, ¡cuántas obras llevan a cabo con increíbles sacrificios por todo el mundo!: misiones, cuidado de hospitales, servicios caritativos entre los más necesitados, por sólo mencionar algunas.
Por ello, cuán oportuno es el mensaje que nuestro querido Juan Pablo II dejó para la XLII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que tradicionalmente se celebra el IV domingo de Pascua.
En sus líneas, invitaba a remar mar adentro -según la invitación de Cristo a San Pedro- y a no tener miedo. Además, mueve el tapete de nuestro ego para que sepamos «abrir el corazón a la acción de la gracia y dejar que la palabra del Redentor actúe con toda su fuerza».
A los jóvenes, como siempre, dedica un especial cariño y sus palabras resuenan paternales: «Queridos muchachos y muchachas, confiad en él, escuchad sus enseñanzas, mirad su rostro, perseverad en la escucha de su palabra. Dejad que sea él quien oriente vuestra búsqueda y vuestras aspiraciones, vuestros ideales y los anhelos de vuestro corazón».
¿Qué lugar en mi lista ocupa la vida consagrada? ¿Sé valorarla? Ojalá que nosotros, como el niño de la historia, sepamos escuchar las palabras de este Padre que intentó ayudarnos y aún lo hace desde el Cielo. Sobre todo, hagamos que el sacerdocio y la vida consagrada encuentren eco en nuestro entorno, valorándolos siempre y alentando a que crezcan. Al mundo le urge que tú lo tengas en cuenta.
DIOS SIEMPRE LLEGA A TIEMPO
DIOS SIEMPRE LLEGA A TIEMPO
Todos los Domingos por la tarde, después de la misa matinal en la iglesia, el sacerdote y su sobrino de 11 años iban a repartir boletines por el pueblo a cada persona que veían. Estos boletines contenían información sobre lo mucho que nos ama Dios y sobre la importancia de ser católico. Este Domingo en particular, cuando llegó la hora de repartir los boletines, el tiempo estaba desapacible,
la temperatura era baja y además empezaba a lloviznar. El niño se abrigó para el frío y le dijo a su tío:, 'Estoy listo'.
Su Tío, el sacerdote, le contestó: '¿Listo para qué?'
'Tío, es hora de ir a repartir nuestros boletines.'
El tío respondió, 'Hace mucho frío y está lloviznando.'
El niño miró sorprendido a su tío y le dijo, 'Pero la gente necesita saber de Dios aún en los días lluviosos.'
El sacerdote le contestó , 'Yo no voy a salir con este tiempo.'
Con desespero, el niño dijo, '¿puedo ir yo solo, por favor?' Su tío titubeó por un momento y luego dijo, 'De acuerdo, vete si quieres, pero ten cuidado. Aquí tienes los boletines.'
'Gracias tío!' Y con esto, el niño se fue a pesar de la lluvia. Caminó por todas las calles del pueblo, repartiendo los boletines a las personas que veía.
Después de 2 horas caminando y teniendo en su mano el último boletín, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien dárselo, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces, se acercó hacia la primera casa que vio, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.
Finalmente, el niño se giró para irse, pero vio luz dentro de la casa. Por ello, volvió a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió
suavemente.
Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó, '¿Qué puedo hacer por ti, hijo.?'
Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo, 'Señora, siento molestarla, pero sólo quiero decirle que DIOS REALMENTE LA AMA y vine para darle mi último boletín, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR. El niño le dio el boletín y se fue.
Ella solo dijo, 'GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.'
El siguiente domingo por la mañana, el sacerdote estaba en el púlpito y cuando comenzó la misa preguntó, '¿Alguien tiene un testimonio o algo que quiera compartir?.
Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:
'Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo pasado no era Cristiana. Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón. Ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir. Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre de la puerta. Entonces pensé, 'Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá'.
Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona comenzó a golpear la puerta con fuerza.
Entonces me pregunté, ¿quien podrá ser? Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme! Por pura curiosidad, quise saber quién era, por lo que solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.
Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos. Frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh, ¡nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín , 'Señora , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.'
'Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante. Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga. Ya no las necesitaría más. Como ven, ahora soy una hija feliz del REY. Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, vine personalmente para decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, llegó para rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.'
Todos lloraban en la iglesia. El sacerdote bajó del pulpito hasta el primer banco, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su sobrino en sus brazos y lloró incontrolablemente.
Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más emocionante y glorioso.
Dios bendiga tus ojos por leer este mensaje. No permitas que este mensaje muera de frío; después de leerlo, pásale a otros la dirección: http://webcatolicodejavier.org/Diosllegaatiempo.html
Recuerda: el mensaje de DIOS puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien cercano a ti.
Si abres tu corazón sinceramente a Dios, creyendo que Jesús realmente es el Salvador, nunca serás igual otra vez. ¡Confía en el Señor con todo tu corazón y Él nunca le fallará!
SAN ABRAHAM, PATRIARCA DEL ANTIGUO TESTAMENTO, OCTUBRE 9
Autor: . | Fuente: EWTM.com
Abraham, Santo
Patriarca del A.T., Octubre 9
Abraham, Santo
Patriarca del Antiguo Testamento
Martirologio Romano: Conmemoración de san Abraham, patriarca y padre de todos los creyentes, que, llamado por Dios, salió de su patria, la ciudad de Ur de Caldea, y peregrinó por la tierra que Dios había prometido a él y a sus descendientes. Manifestó toda su fe en Dios, esperando contra toda esperanza al no negarse a ofrecer en sacrificio al hijo unigénito, Isaac, que el Señor le había dado, ya anciano, de su esposa Sara.
Etimología: Abraham = Aquel que es padre de muchos pueblos
La historia de Abraham se encuentra en el primer libro de la Biblia, el Libro del Génesis.
Con Abraham fundó Dios en el mundo la verdadera religión.
Vivía en la ciudad de Ur, cerca de los ríos Tigris y Eufrates, cuando Dios le pidió el sacrificio de alejarse de su tierra, que era muy fértil, y de su hermosa ciudad e irse a un país desconocido y desértico, lejos de familiares y amigos. Abraham aceptó este sacrificio, y Dios en pago le prometió que sus descendientes poseerían por siempre aquel país.
Abraham deseaba tener un hijo que prolongara su familia, y Dios permitió que su esposa fuera estéril y que a la edad de 90 años Abraham todavía no lograra tener el hijo que tanto deseaba. Sin embargo Nuestro Señor le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las arenas del mar y Abraham creyó a esta promesa de Dios, y esta fe le fue apreciada y recompensada.
Dios se le aparece en forma de viajero peregrino (acompañado de dos ángeles disfrazados también) y Abraham los atiende maravillosamente bien. Dios le promete que dentro de un año tendrá un hijo. Sara la esposa, que está oyendo detrás de una cortina, se ríe de esta promesa, porque le parece imposible ya que ellos dos son muy viejos. Dios manda que al niño le pongan por nombre "Isaac", que significa "el hijo de la sonrisa". Y cuando el jovencito tiene 12 años, Dios pide a Abraham que vaya a un monte y le ofrezca el hijo en sacrificio. Abraham acepta esto que le cuesta muchísimo y cuando ya va a matar a Isaac, un ángel le detiene la mano y oye una voz del cielo que le dice: "He visto cuán grande es tu generosidad. Ahora te prometo que tu descendencia nunca se acabará en el mundo". Y luego ve un venado enredado entre unas matas de espinas y lo ofrece en sacrificio a Dios.
Los enemigos atacaron a la ciudad donde vivía Lot, el sobrino de Abraham, llevándose a todos prisioneros. Entonces el patriarca reunió a sus obreros (318) y atacó por sorpresa a los enemigos y libertó a todos los cautivos. En acción de gracias llevó a Melquisedec, sacerdote de Jerusalén, la décima parte de todo lo que había conseguido. Desde entonces quedó la costumbre de dar para Dios y para los pobres el diezmo, o sea la décima parte de lo que cada uno gana.
Nuestro Señor le comunicó a su amigo Abraham que iba a destruir a Sodoma por que en esa ciudad se cometían pecados de homosexualidad. Abraham le rogó a Dios que no la destruyera si había allí siquiera diez personas buenas. Pero como no las había, cayó una lluvia de fuego y los mató a todos. Solo se salvó Lot, por ser el sobrino de Abraham. Pero la mujer de Lot desobedeció la orden de los ángeles y al salir de la ciudad se puso a mirar hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.
Abraham fue padre de Isaac, del cual nacieron Esaú y Jacob. Los hijos de Jacob se llaman los doce Patriarcas, de los cuales se formó el pueblo de Israel. Dios le cambió el nombre de Abrán, que significa "padre", por el nombre de "Abraham", que significa: padre de muchos pueblos.
La S. Biblia alaba a Abraham porque creyó contra toda esperanza y porque nunca dudó de que Dios sí cumple lo que promete, aunque parezca imposible.
Santo Patriarca Abraham, pídele a Dios que nos conceda una fe tan grande como la tuya, y el perseverar fieles a nuestra religión hasta la muerte.
miércoles, 8 de octubre de 2014
EL INCENDIO
EL INCENDIO
Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Las personas del edificio al enterarse de que el edificio estaba en llamas rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.
El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo, sus esfuerzos eran cada vez imposibles El edificio estaba totalmente en llamas y los bomberos pidieron refuerzos a otras unidades de la ciudad.
El drama aumentó cuando los bomberos se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso y el fuego crecía, iba ya por el quinto piso. De repente aparece el padre del niño preocupado por el niño, viendo este cuadro, los bomberos hacen un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas, entonces se escucha los llantos del niño, gritando
- ¡Papi! ¡Tengo miedo!
El padre lo escucha y llorando le dice:
- ¡Hijo! No tengas miedo yo estoy aquí abajo, No tengas miedo. Pero el niño no lo miraba:
- Papi no te veo, solo veo humo y fuego.
Pero el padre sabe que está ahí en la ventana porque el fuego lo ilumina.
- Pero yo sí te veo, hijo.
- Hijo, ¿sabes qué debes de hacer?. Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, ¡TÍRATE!
El hijo le dice:
- Pero yo no te veo.
El Padre contesta.
- Sabes cómo lo debes de hacer, cierra los ojos y lánzate! El niño dice:
- Papi no te veo, pero allá voy!
Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron.
Entonces el Padre lo abraza, llora con el hijo, juntos pero muy contentos.
El hijo comprende que hay veces que al Padre no se le ve pero sus palabras son suficientes para confiar en él.
Así es nuestra vida, muchas veces hay muchos incendios, sentimos problemas parecidos a este niño y nuestro padre DIOS nos dice: ¡¡TÍRATE!! CONFÍA EN MÍ, y nosotros tenemos que lanzarnos aunque no veamos nada, ni sintamos nada, con FE tienes que salir adelante. ¡Porque sólo su palabra nos basta!
UN VERDADERO AMOR
UN VERDADERO AMOR
Un hombre de edad avanzada vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado.
Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella". Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: "El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es"
UN CIEGO CON LUZ
UN CIEGO CON LUZ
Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Manuel, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
-¿Qué haces Manuel, tú ciego, con una lámpara en la mano?
Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás!
Sin fijarnos si lo necesitan o no... Llevar luz y no oscuridad...
Si toda la gente encendiera una luz el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad...
Todos pasamos por situaciones difíciles a veces... todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas... todos sufrimos en algunos momentos... lloramos en otros...
Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros...
No debemos exclamar como es costumbre: -La vida es así... llenos de rencor, llenos de odio...
No debemos...Al contrario: ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido...
Nuestro dolor es y fue importante pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo... luz... demos luz... Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer...
Está en nosotros saber usarla...Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas...
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