viernes, 11 de octubre de 2013

MI ANTIGUA MÁQUINA DE ESCRIBIR


MI ANTIGUA MÁQUINA DE ESCRIBIR

(No pienses que el texto de esta reflexión contiene errores. Sólamente lo tienes que leer sustituyendo las "x" por la letra "e").

Aunqux mi máquina dx xscribir xs un modxlo antiguo, trabaja bixn, xxcxpto por una txcla qux lx falta.

Hay 45 txclas trabajando bixn; sin xmbargo, una sola qux no funcionx trax consigo una gran difxrxncia.

Algunas vxcxs mx parxcx qux xn nuxstro mundo hay pxrsonas qux sx asxmxjan a mi máquina dx xscribir y no trabajan como dxbxrían.

Ustxd dirá: "Buxno, al fin y al cabo, yo soy una sola pxrsona, no crxo qux sin mí sx obstruirá la marcha dx los proyxctos dxl mundo. Nadix notará mi falta dx ayuda y xntusiasmo. Sin xmbargo, para qux un proyxcto sxa xfxctivo y obtxnga xxito, rxquixrx la participación activa dx todos los mixmbros.

Moralxja: La próxima vxz qux ustxd pixnsx qux sus xsfuxrzos no sx nxcxsitan, rxcuxrdx mi máquina dx xscribir y dígasx: "Yo soy una dx las txclas importantxs xn nuxstro mundo y los dxmás mx nxcxsitan mucho."

Y pixnsx tambixn, por xjxmplo, xn los dixz mandamixntos. Hay gxntx qux dirá qux por no cumplir alguno, no pasa nada. Cada vxz qux ustxd pixnsx qux un mandamixnto xntrx dixz no xs importantx, rxcuxrdx mi máquina dx xscribir y dígasx: "Hay qux tratar dx cumplir todos los mandamixntos."

ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA UNA NECESIDAD GRAVE


ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD

Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:

(Se ora en silencio pidiendo el favor)
¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.

Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.

Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).

OFRECIMIENTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


OFRECIMIENTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.

LA DIFERENCIA...


CAMBIA, TODO CAMBIA


Cambia, todo cambia
Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.


Hoy, con los platos y los cubiertos, hay muchas otras cosas ‘descartables’. Parece que casi todo se puede usar y tirar. Entonces, y con razón, te viene la angustia de que también a vos, que te cambien con la misma facilidad con la que saltamos de canal en canal con el control remoto de la TV. Así como las cosas descartables hay personas, compañeros, amigos, esposos, que parecen y se sienten descartables, y sin ninguna posibilidad de reciclaje.

Sin embargo, mientras todo pasa y todo cambia, Jesús no cambia. Jesús es siempre el mismo ayer, hoy y siempre. Y siempre está esperando, firme en su amor extraordinario por nosotros, y siempre nos recibe con compasión y misericordia, y no está enojado.
Jesús está como familiar, como pariente, porque es el Hijo de Dios hecho uno más de los nuestros, de nuestra familia humana. Él conoce nuestras cosas porque las pasó en carne viva. Vivió la pobreza, la necesidad de trabajar, de rezar, la dificultad de hacerse entender hasta por sus mismos parientes y amigos, sufrió la tentación como nosotros. Fue perseguido; condenado a morir en la cruz como blasfemo y entre delincuentes. Pero en todo este proceso el amor de Jesús permaneció siempre el mismo, el proceso sólo sirvió para que se manifestara toda la anchura y la profundidad del Amor de Dios en el corazón paciente y fuerte del Hijo.

Por eso, mientras todo cambia y todo se vuelve descartable, vos volvé a Jesús que no cambia. Él está siempre como pariente, como familiar, llamándonos, perdonándonos, consolándonos, enviándonos y dándonos otra oportunidad de vivir en el amor. Para Él no somos ‘descartables’.

CADA DÍA ES UNA CARICIA DEL AMOR DE DIOS


Cada día es una caricia del amor de Dios
Autor: Idar Hidalgo Domínguez


Dios, hasta hoy nos ha permitido despertar cada día, es decir, abrimos los ojos, volvemos a la conciencia de estar en este mundo, al despertar se nos abren nuevamente los sentidos y podemos contemplar todas las maravillas que Dios nos da para que podamos ser felices.

Pero quizá no siempre ni todos los días despertamos al amor de Dios, porque nos quedamos enfrascados en los remordimientos, en los sufrimientos tanto del pasado como del futuro, o el miedo a lo que vendrá, pero la vida se nos da como el maná, sólo para cada día. 

Despertar cada día es tomar conciencia de ese presente, de ese instante en que somos amados por Dios, que nos ama con amor eterno, y descubrimos que todo es don de Dios que todo es una caricia de su amor. 

Despertar cada día es conectar nuestra alma a lo trascendente, conectarse con Él Absoluto que es Dios, y percibir lo relativo de la criatura, lo pasajero que es este mundo. 

Despertar cada día es saber que estamos en el mundo pero que nos somos de este mundo, que estamos de viaje, que somos peregrinos, que somos forasteros en patria extraña. Despertar cada día es conocer desde la fe mi pequeñez y la grandeza del amor de Dios. 

Despierta a éste nuevo día y estrénalo, porque realmente es un nuevo día con toda su grandeza con todo su esplendor, descubriendo en las próximas horas la caricia de Dios y el milagro que es estar vivo.

EL EVANGELIO DE HOY: 11.10.2013

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
El que no está conmigo, está contra mi
Lucas 11, 15-26. Tiempo Ordinario. El cristiano vence al mal cuando tiene a Dios morando en su alma.
 
El que no está conmigo, está contra mi
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26


En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: "Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás". Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero Ël, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?.. porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos». «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio».

Oración introductoria

Padre, ayúdame a encontrar, en la oración, los medios para estar siempre unido a Ti y mantenerme lejos de la tentación y del mal.

Petición

María, cuidame de todo mal y alejame del pecado. Ayudame a cuidar los bienes espirituales como el mayor tesoro.

Meditación del Papa Francisco

Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios.
Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen "Herodes" que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer. (S.S. Francisco, 19 de marzo de 2013)

Reflexión

Uno de los factores que ayudaron al éxito del cristianismo en el mundo antiguo fue la fuerza arrolladora que tenía frente a los demonios. La existencia del demonio era -y sigue siendo- tan evidente que todas las religiones creían firmemente en él, sin embargo nadie se atrevía a un enfrentamiento directo con el señor del mal.

Cristo primero, los apóstoles después, y una catarata de santos en los siglos posteriores, han vencido plenamente a Satanás, sea en enfrentamiento directo (exorcismos) sea logrando apartar a los hombres de los tentadores caminos del mal. El cristiano vence a Satanás porque tiene a Dios morando en su alma.

Cristo echa a los demonios porque el reino de Dios está ya entre nosotros y los que siguen a Cristo convierten su vida en un milagro perpetuo en el que Belcebú carece de potencia y de valor. El demonio está cada día intentando que nos apartemos del camino, que nos desviemos, abandonemos o ralenticemos el paso. En ocasiones muy contadas y excepcionales el demonio se deja ver de manera explícita y son pocos a los que se muestra. La mayoría de las veces, y no por ello menos peligrosas, aparece de la forma más sugerente, sutil y solapada.

Pensar que sinónimo de «carácter» es dejarse llevar por el mal genio, que «tener personalidad» es no ceder y dejarse llevar por el egoísmo, que «dignidad» es no dejarse engañar por excesos de entrega o que la «fidelidad» a tu pareja es algo aburrido y carente de aventura. Todos estos postulados y muchos más imperan en nuestros días y lo más importante en nuestro interior, porque simplemente no conocemos el esplendor, la belleza y el atractivo de la verdad. El demonio sabe todo esto y por eso se encarga de no dejarnos ver, incluso de presentarnos nuestra lucha cristiana como un ir en contra de nuestros deseos y de lo atrayente y ceder a ciegas para amar a Jesús. La fuerza de Cristo es verdad, es bien, es belleza. Y cuando esto es conocido por el hombre es de tal fuerza que difícilmente nos podemos apartar del camino.

Esta es la verdad de nuestras vidas que Jesús quiere enseñarnos -y el demonio bien conoce-, que tenemos que ponderar y sobre la que hemos de preguntarnos sin miedo.

Propósito

Pidamos hoy a Dios Nuestro Señor, a través de María Santísima, que nos ayude a ver en nuestra vida sus designios divinos para alcanzar el Cielo, a ejemplo de María. ¿Qué tal si rezamos un Misterio del Rosario?



Para que reces muy bien el rosario, consulta El Santo Rosario Qué es el rosario, cómo se reza, historia, oraciones, promesas, bendiciones y beneficios.

Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario. Y también las palabras del Salve Regina
 

jueves, 10 de octubre de 2013

LA SALVE


LA SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 
vida, dulzura y esperanza nuestra; 
Dios te salve.

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; 
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, 
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra, 
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, 
y después de este destierro muéstranos a Jesús, 
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

D: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.

T: Para que seamos dignos de alcanzar 
las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén

OPTIMISMO - PESIMISMO


Optimismo-pesimismo
Autor: Padre José Luis Hernando


Paz y bien para todos.

Siguiendo el tema del humor, pues es interesante e importante hablar del optimismo y también en contra punto, contra partida del pesimismo. Los optimistas producen siempre frutos abundantes y positivos con su fe. Mientras los pesimistas producen resultados negativos con su incredulidad, su inercia, al faltarles, pues la fuerza motora de la voluntad. Todos debemos alimentar los ideales más nobles, pero tenemos que luchar para que estos ideales den fruto y así seremos optimistas, conscientes basados en realidades y no en absurdos lirismos. No debemos llamarnos optimistas y sentarnos cuidadosamente a la vera del camino para que se produzca la cosecha. Que se requiere, pues, estar constantemente sobre uno mismo y está exigiendo un cultivo esmerado y atento; una serie de esfuerzos y de constancia y de tesón por parte nuestra. Porque no es fácil ser optimista.

El optimista no es así por naturaleza, sino que él va controlando su naturaleza, y va llenándose de entusiasmo y de fe para tener una visión optimista ante la vida.

La oscuridad se transforma en luz, a medida que avanzamos hacia ella. Y, por tanto, cuando vamos apoderándonos de la oscuridad con una luz, entonces ya no la tememos. Las gentes fuertes de espíritu, los valerosos de alma, los que creen firmemente en el éxito de sus convicciones, son los que llevan adelante la vida con el incentivo del optimismo, que es un verdadero tónico del espíritu.

Responsabilicémonos, por tanto, a nosotros mismos. No le confiemos todo al destino. Hay mucha gente que le echa la culpa al destino de todo. Lo mismo si es en plan positivo, el destino me ha deparado una buena fortuna. Y sobre todo, en plan negativo, cosas del destino, que le vamos a hacer, así es el destino, esa es mi suerte. 

Y hay otros que dicen para consolarse, hay unos que nacen con estrella y hay otros que viven estrellados y están constantemente destruidos o frustrados. No echemos todas las culpas o pongamos toda la responsabilidad en manos del destino. Ayudemos a nuestro destino. Hagamos todos los esfuerzos por superarlos. El progreso y el triunfo, son precisamente de los que luchan y se esfuerzan, de los que se sacrifican por alcanzar las metas impuestas. Y estos son los optimistas.Las metas a lograr se obtienen venciendo los obstáculos, con el esfuerzo, con la fe de los optimistas. No con las incredulidades o con el negativismo de los pesimistas. Por eso, todos debemos observar la vida desde todos los ángulos, pero afirmándonos en el lado bueno, en el lado favorable, en el lado optimista. ¿Por qué vamos a creer que en todo estamos como abocados o vamos a encontrar una derrota? ¿Por qué hemos de pensar que habremos de fallar, si tenemos en nuestro abono todas las posibilidades del éxito? ¿Por qué hemos de suponer que no podremos, que es imposible, si todavía no hemos comenzado? Hay gente que se sienten derrotados antes de entrar en el campo de batalla y precisamente por eso nunca ganan la guerra, porque nunca entran en la lucha. Se quedan diciendo que aquí la vida es una lucha o que aquí en la lucha de la vida y resulta que lo que están haciendo una derrota de su vida, porque nunca entran a luchar y a esforzarse. 

Los pesimistas son como los enfermos que se hacen sus propios diagnósticos. Que suponen padecer de tantísimas enfermedades y en definitiva no padecen de ninguna de las que se imaginan. Son unos perfectos hipocondríacos, pero, además, de ser uno hipocondríaco, si es pesimista, imagínense ustedes lo que le queda al que tiene que estar viviendo día y noche al lado de él o de ella. 

Al pesimista le detienen sus propios pensamientos, o sea, que está traumatizado, no por lo que le pasa, sino por lo que piensa en su mente. Sin embargo, al optimista nada le detiene, porque es luz que avanza viendo claridades donde el pesimista sólo ve oscuridades. 

Cuántos genios artísticos permanecen en el anónimo por su pobreza de espíritu, porque cayeron vencidos por el desaliento en el primer escalón, sin ánimo para reponerse, sin voluntad para luchar e imponer sus facultades innatas y llegar hasta los pies de la estatua de la celebridad.

Y pensando en cristiano, recordemos en el Vía Crucis que hay tres estaciones, que son tres caídas. Si Cristo en la primera caída hubiera dicho, esto ya es suficiente. Ya es bastante para mí tanta burla, tanto desprecio y tanto suplicio, pues no hubiera llegado a cima del Calvario. Y si en la segunda estación hubiera repetido lo mismo y en forma pesimista diciendo, no es una caída, sino es otra más, pues no hubiera llegado al Calvario. Y si en la tercera hubiera dicho, a la tercera va la vencida y ya no tengo más fuerzas ni puedo más, tampoco hubiera llegado al Calvario, ni hubiera conseguido la salvación y la resurrección. Cristo en su entusiasmo por salvarnos, superó la primera, la segunda, la tercera caída y superó a la muerte en la cruz.

Y nosotros estamos llamados a ser pesimistas que apoyamos nuestra acción en la fe y en la esperanza, que están abonadas por el sentimiento cristiano, y sobre todo por el poder de Cristo que nos acompaña.

Los que han llevado adelante los grandes progresos de la humanidad, han sido siempre los optimistas, nunca los pesimistas. El pesimismo sólo conduce a la ruina material y moral, a la inercia del espíritu, y éste se levanta con el tónico del optimismo. El optimista cuando va a plantar un árbol, no está pensando si vivirá lo suficiente para ver los frutos que da ese árbol. Lo siembra, que si él no lo va a recoger, alguien va después de él a recoger los frutos. Está sembrando. Si estamos calculando lo que hacemos para disfrutar de lo que hacemos, nunca vamos a ser demasiado. Ni nadie hoy disfrutaría de las grandes obras que hicieron los grandes hombres y que no vieron los frutos. Cuántos padres, con todo su sacrificio y todo su optimismo, por dar una carrera a sus hijos a veces no ven los frutos, porque mueren antes de que empiecen a dar frutos esos hijos. Pero mueren satisfechos porque otros verán los frutos. Eso es ser optimista. Todo optimista es un sembrador. El pesimista no siembra, es calculador, es frío. El pesimista cuando va a hacer un negocio o a comenzar una empresa, ya él mismo se da la respuesta negativa, esto no sirve, esto no va a funcionar, no voy a triunfar. En una batalla, repito, podemos ganar a la vida, sino, no la echamos, es decir, sino entramos en la guerra. El pesimista se amarga la vida, que debemos endulzar con fervor, con alegría, con humor. Al lado de los optimistas se respira una vida mejor, perfuman y aromatizan el ambiente. Es agradable su compañía, es contagiosa su sonrisa, su alegría. Parecen estar rodeados de los espíritus del bien. 

Cuando el pesimismo se apodera colectivamente de la vida de un pueblo, esto es fatal para el desenvolvimiento económico. Porque son millones de voces a llevar el derrotismo al hogar y a todas las actividades humanas. A la industria, al comercio, a la banca, a la calle, paralizan virtualmente el desarrollo y esto es triste. 

Cultivemos, mis buenos radioescuchas, el optimismo como delicada planta. Que él es amigo de la acción, del éxito, de los inventos, de la creatividad, de la fortuna, de la celebridad y en definitiva, así estaremos respondiendo al sueño que tiene Dios sobre nosotros. 

Que nos quiere ver trabajando, porque para eso creó al hombre. Lo puso en el Jardín del Edén, en el Paraíso, para que trabajase, para que desarrollase todo el potencial que ha puesto en nosotros, y esto sólo se puede hacer con optimismo.

Tengan todos mucha paz y mucho bien. 

OFENSAS ENTERRADAS


Ofensas enterradas
Autor: Carol Parrott


Un buen día yo enterré una ofensa que dolía.
Creí que podría olvidarla si la dejaba escondida.
El agravio iba creciendo.
Cada día lo tapaba.
No logré dejarlo atrás.
Mucho, mucho me costaba.
La alegría me abandonó, no conocí sino penas.
Incapaz era de amar, tenía el alma en cadenas.
A la vera de aquel hoyo clamé con el alma a Dios:
«Sana esta herida profunda, 
Tú que eres el Dios de amor».

Sentí entonces Su presencia; en Sus brazos me sentí.
Enjugó mis agrias lágrimas, hizo azul el cielo gris.
Sincerándome con Él, le expliqué mi gran afrenta.
Me prestó Su atento oído mientras yo le daba cuenta.
Cavé, ahondé y arranqué la afrenta que me oprimía, 
y entregándola el Maestro libre al fin quedé aquel día.

Así fue como Él quitó la negrura de mi alma 
y algo hermoso fue a nacer; 
donde había estado la llaga.

Cuando vi en qué convirtió mi tormento y mi pesar, 
aprendí a dárselo a Él y no enterrarlo jamás.

NUESTRA CASA DE LA ARMONIA

Autor: Papa Francisco | Fuente: es.radiovaticana.va
Nuestra casa de la armonía
¿Qué significa que la Iglesia es católica? es la pregunta que centró la catequesis del Papa Francisco en la audiencia general del día 9 octubre 2013
Nuestra casa de la armonía
Nuestra casa de la armonía
"Creo en la Iglesia una, santa, católica... ".

Hoy hacemos una pausa para reflexionar sobre esta nota de la Iglesia, decimos "católica", ¿eh? De la catolicidad. En primer lugar: ¿qué significa católico? Viene del griego "kath´olòn" que significa "de acuerdo con el todo", la totalidad. En ese sentido, esta totalidad se aplica a toda la Iglesia. En ese sentido decimos que la Iglesia es católica. Yo diría en tres significados fundamentales.


La Iglesia es católica porque es la casa en la que se anuncia toda la fe

El primero. La Iglesia es católica porque es el espacio, la casa en la que se anuncia toda la fe, en la que la salvación que Cristo nos ha traído se ofrece a todos.

La Iglesia nos hace encontrar la misericordia de Dios que nos transforma, porque en ella está presente Jesucristo, que le da la verdadera confesión de fe, la plenitud de la vida sacramental, la autenticidad del ministerio ordenado. En la Iglesia, cada uno de nosotros encuentra lo que es necesario para creer, para vivir como cristianos, para ser santos, para caminar en todos los lugares y en todas las épocas.

Por poner un ejemplo, podemos decir que es como en la vida familiar. En familia, a cada uno de nosotros se nos da todo lo que nos permite crecer, madurar, vivir. No se puede crecer solos, no puede caminar solos, aislándonos, sino que se camina y se crece en comunidad, en una familia. Y así, la Iglesia es así. En la Iglesia podemos escuchar la Palabra de Dios, seguros que es el mensaje que el Señor nos ha dado; en la Iglesia podemos encontrar al Señor en los sacramentos que son ventanas abiertas por donde se nos da la luz de Dios, arroyos de los cuales tomamos la misma vida de Dios; en la Iglesia aprendemos a vivir en comunión el amor que viene de Dios. Cada uno de nosotros puede preguntarse ¿Cómo vivo en la Iglesia? Cuando voy a la Iglesia, ¿es cómo si fuera al estadio, a un partido de fútbol? ¿Es como si fuera al cine? ¿No! ¡Es otra cosa! ¿Cómo voy a la iglesia? ¿Cómo acepto los dones que me ofrece, para crecer, madurar como cristiano? ¿Participo en la vida comunitaria o voy a la iglesia y me encierro en mis problemas, aislándome de los demás? En este primer sentido, la Iglesia es católica porque es la casa de todos: todos somos hijos de la Iglesia y todos estamos en esa casa.


La Iglesia es católica porque es universal

Un segundo significado: la Iglesia es católica porque es universal, se extiende por todo el mundo y anuncia el Evangelio a todos los hombres y todas las mujeres. La Iglesia no es un grupo de élite, sólo para unos pocos. La Iglesia no tiene cierres, es enviada a todo el mundo, a toda la humanidad. Y la única Iglesia está presente incluso en las partes más pequeñas de la misma. Todos podemos decir: en mi parroquia está presente la Iglesia católica, porque ella también es parte de la Iglesia universal, porque también tiene la plenitud de los dones de Cristo, la fe, los Sacramentos, el ministerio; está en comunión con el Obispo, con el Papa y está abierta a todos, sin distinción.

La Iglesia no está solamente a la sombra de nuestro campanario, sino que abraza una gran variedad de gentes, de pueblos que profesan la misma fe, que se nutren de la misma Eucaristía, que son atendidos por los mismos Pastores. ¡Sentirse en comunión con todas las iglesias, con todas las comunidades católicas grandes y pequeñas de todo el mundo! ¡Es bonito esto! Y luego, sentirnos que todos estamos en misión, pequeñas o grandes comunidades, todos tenemos que abrir nuestras puertas y salir para anunciar el Evangelio. Preguntémonos entonces: ¿qué estoy haciendo para comunicar a los demás la alegría del encuentro con el Señor, la alegría de pertenecer a la Iglesia? ¡Proclamar y dar testimonio de la fe no es una cuestión de unos pocos, se refiere también a mí, a ti, a cada uno de nosotros!


La Iglesia es católica, porque es la "Casa de la armonía"

Una tercera y última reflexión: la Iglesia es católica, porque es la "Casa de la armonía", donde la unidad y la diversidad hábilmente se combinan entre sí para ser riqueza”. Pensemos en la imagen de la sinfonía, que significa acuerdo y armonía, diferentes instrumentos tocan juntos, cada uno conserva su timbre inconfundible y las características de sonido se funden y acuerdan en algo común. Luego está el que guía, el director, y en la sinfonía que se ejecuta todos tocan juntos en "armonía", pero no se borra el timbre de cada instrumento, la peculiaridad propia, ¡sino que se valoriza al máximo!

Es una bella imagen que nos dice que la Iglesia es como una gran orquesta, en la que hay variedad.

No todos somos iguales, y no debemos ser iguales. Todos somos diversos, diferentes, cada uno con sus propias cualidades y esa es la belleza de la Iglesia: cada uno trae lo propio, lo que Dios le dio, para enriquecer a los demás. Y entre los miembros hay esta diversidad, pero es una diversidad que no entra en conflicto, no se contrapone; es una variedad que se deja fundir en armonía por el Espíritu Santo; Él es el verdadero "Maestro", y Él mismo es la armonía. Y ahora preguntémonos: ¿en nuestras comunidades vivimos en armonía, o discutimos entre nosotros? En mi parroquia, en mi movimiento, en la Iglesia ¿Hay habladurías? Y, si hay habladurías, no hay armonía: hay lucha. Y ésta no es la Iglesia: la Iglesia es la armonía de todos. Nunca hablen uno contra el otro, nunca se peleen. Aceptemos al otro, aceptemos que haya una justa variedad, que esto sea diferente, que éste piense así, o piense asá? ¿Pero, en la misma fe se puede pensar así, O tendemos a uniformarlo todo? ¡La uniformidad mata la vida. La vida de la Iglesia es variedad, y cuando queremos poner esta uniformidad en todo, matamos los dones del Espíritu Santo!

Oremos al Espíritu Santo, que es el autor de esta unidad en la variedad, de esta armonía, para que nos haga cada vez más "católicos", en esta Iglesia que es católica y universal! Gracias.

VISITA A JESÚS SACRAMENTADO - JUEVES EUCARÍSTICO


VISITA A JESÚS SACRAMENTADO

¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia ahora que te busco.

Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te busco y no te encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras de tu presencia, de tu amor?

Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo huía... Y firme y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Ti.

Jesús bueno, dulce y regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón, cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.

No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al fin, vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo... Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.

Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.

Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos, consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.

Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre.

Y a mí, que te acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.

Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser tuyo.

Amén.

EL EVANGELIO DE HOY: 10.10.2013

Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Parábola del amigo inoportuno
Lucas 11, 5-13. Tiempo Ordinario. Dios es un Padre que quiere siempre lo mejor para nosotros.
 
Parábola del amigo inoportuno
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13


Les dijo también: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite». Yo os digo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»

Oración introductoria

Padre, gracias por tu misericordia, por darme lo mejor para aunque a veces no sea lo que yo espero. Toco a tu puerta, insisto que me abras, siempre te pido, pero tu enseñame a saber pedir lo mejor para mi.

Petición

Pidamos la gracia de aprender a apreciar el valor de la oración, allí vemos el amor de Dios por nosotros, y lo único que tenemos que hacer en esta vida es amarle como correspondencia.

Meditación del Papa Francisco

No conocemos el corazón del Señor y no tendremos nunca la alegría de sentir esta misericordia. No es fácil confiarse a la misericordia de Dios, porque eso es un abismo incomprensible, pero debemos hacerlo.
"Ah padre, si usted conociera mi vida no me hablaría así": ¿Por qué, qué has hecho...? "Las combiné gruesas". Mejor, ve donde Jesús, a él le gusta que le cuentes estas cosas. Él se olvida, Él tiene una capacidad de olvidarse. Es especial, se olvida y te besa y te abraza, y solamente te dice: "Tampoco yo te condeno, ve y de ahora en adelante no peques más". Solamente ese consejo te da.
Pero después de un mes estamos en las mismas... Volvamos donde el Señor; el Señor no se cansa nunca de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Pidamos la gracia de no cansarnos de pedir el perdón, porque Él nunca se cansa de perdonarnos. Pidamos esta gracia. (S.S. Francisco, 17 de marzo de 2013) 

Reflexión

Ningún padre de familia busca lo peor para sus hijos. Al contrario siempre le dará lo mejor. Por eso trata de encontrar la mejor escuela para que su hijo sea bien educado, los mejores medios para que aprenda a ser un hombre, no lo dejará a la merced del viento; trabajará mucho tiempo para darle esa atención escolar y llegue a superarse.

Dios, para nosotros es un Padre. Él quiere siempre para nosotros lo mejor. Nos da lo que a Él siempre le parece lo mejor, no lo que a nosotros nos gustaría que fuera lo mejor. Igual que con nuestros hijos, Dios Padre quiere que cada uno de nosotros llegue a ser un hombre. Por eso, cuando nos parecen dolorosas algunas situaciones es porque los caminos de Dios no son nuestros caminos.

Recordemos el refrán: "quien bien te quiere te hará llorar...", en Dios es verdad, porque Él nos ama tanto que ha dado a su propio Hijo para que nos salvara del pecado. ¡Seremos tan ciegos para no ver este don tan maravilloso del amor de Dios a nuestras almas.

Propósito

Voy a valorar la oración, dedicaré un momento de mi día, sin prisa ni distracciones. Pediré para que Dios me otorgue la fortaleza de aceptar lo que Él me mande aunque no sea lo que yo espero, confiando en Dios, mi Padre bueno.

miércoles, 9 de octubre de 2013

LETANÍAS MARIANAS EN IMÁGENES




































ORACIÓN A MI NIÑO JESÚS


ORACIÓN DE SANACIÓN


ORACIÓN DE SANACIÓN 

Padre Santo, en el Nombre de Jesucristo y con la intercesión de la Santísima Virgen María, de los santos ángeles, de los santos, de la Madre María de San José te presentamos a los enfermos en el alma, en la mente, en el cuerpo y en el espíritu y te pedimos para todos ellos y también para nosotros que nos sanes. Todo lo pedimos de acuerdo a tu Santa Voluntad Padre Santo, en el Nombre de Jesús, por los meritos de su Divina Infancia, por su Sangre Preciosa, por sus santas llagas, por su Resurrección que todo sea para tu gloria. Creemos en tu poder y te pedimos, oh buen Jesús que la fuerza del Espíritu Santo sea liberada ahora y que todos seamos curados. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de María, Rosa Mística, de los santos ángeles, de los santos y benditas animas del purgatorio, te pedimos Padre Santo que nos sanes de toda herida profunda en nuestros corazones, de todo resentimiento y rechazo, de toda carencia de amor, de depresión y de soledad, sánanos de toda carencia afectiva. Sánanos de toda frustración, fracaso, complejo y trauma, de odios, de divisiones, de envidia, de hipocresía, de ira, rabia, (especialmente de...). Llena Señor en nosotros cualquier vacío que pudiera existir con tu presencia santa y danos tu llenura. Danos tu libertad y tu amor. Danos tu paz. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de nuestra Madre Celestial María, Madre de la Iglesia, de los santos ángeles y santos del cielo, te pedimos Padre Santo que nos sanes de cualquier vicio que pudiéramos tener (especialmente de...), sánanos de todo miedo, temor, nerviosismo, angustia, ansiedad, e inseguridad, del orgullo y de toda soberbia. Sánanos de depresión, psicosis, obsesiones, de toda inestabilidad emocional y mental, decepción, desengaño, amargura, de rebeldía, de toda idolatría y superstición, de toda enfermedad mental, y de cualquier falta de perdón. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de la Santísima Virgen María, de los santos ángeles, de los santos y benditas animas del purgatorio, Padre Santo te pedimos que nos liberes de toda atadura genética de cosa proveniente de nuestros antepasados. En el nombre de Jesucristo te pedimos que cortes Padre Santo en este momento cualquier atadura de pecado transmitida por nuestros antepasados, así como cualquier maldición heredada. 

En el Nombre de Jesús y con la intercesión de la Sma. Virgen María, de los santos ángeles, de los santos y benditas animas del purgatorio, te pedimos Padre Santo que nos sanes físicamente de toda enfermedad conocida o desconocida, de toda enfermedad curable o incurable. Sánanos especialmente de cáncer, de toda enfermedad glandular, de obesidad, anorexia, asma, artritis, artrosis, hígado, páncreas, vesícula, vaso, enfermedades circulatorias, de la sangre, de la presión arterial, de enfermedades en la piel, de alergias, de enfermedades respiratorias, de enfermedades estomacales, de nervios, de ansiedad, de stress, de anemia, de sida, (especialmente de...). 

Gracias Padre Santo por escuchar nuestras plegarias, sabemos que tu estas actuando con tu poder y que todo lo puedes. Señor en ti confiamos y en ti esperamos. Te damos gracias por todo lo que has hecho, por lo que estas haciendo y por lo que seguirás haciendo en nuestras vidas. 
Amén.

EL EVANGELIO DE HOY: 09.10.2013

Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
La oración que Cristo nos enseñó
Lucas 11, 1-4. Tempo Ordinario. Que el Padre Nuestro sea la oración de nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas.
 
La oración que Cristo nos enseñó
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4

Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. 

Oración introductoria

Señor, creo y confío plenamente en tu misericordia ante mis debilidades. Permite que este momento de intimidad contigo sea el medio por el cual aprenda a orar, como Tú quieres que lo haga. Dame el don de tu Espíritu Santo, e inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir y cómo debo actuar para que Tú reines en mi corazón.

Petición

Padre nuestro, que estás en el cielo, te pido que vengas a mi corazón.

Meditación del Papa Francisco

Dios nos trata como hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza y nos ama aun cuando nos equivocamos. Esta relación de hijos con el Señor debe crecer, ser alimentada cada día con la escucha de su Palabra, la oración, la participación en los sacramentos y la práctica de la caridad. Comportémonos como hijos de Dios, sin desanimarnos por nuestras caídas, sintiéndonos amados por Él, sabiendo que Él es nuestra fuerza. Porque Él siempre es fiel. Ser cristianos no se reduce sólo a cumplir los mandamientos, es ser de Cristo, pensar, actuar, amar como Él, dejando que tome posesión de nuestra existencia para que la cambie, la trasforme, la libere de las tinieblas del mal y del pecado. A quien nos pida razón de nuestra esperanza, mostrémosle a Cristo Resucitado y hagámoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de resucitados. Porque nosotros también por el bautismo hemos resucitado, como Cristo. (S.S. Francisco, 10 de abril de 2013).

Reflexión

En el mundo del deporte, además de las habilidades personales, un excelente entrenador juega un papel decisivo. Es parte de nuestra naturaleza el tener que aprender y recibir de otros. Puede parecer una limitación pero es, al mismo tiempo, un signo de la grandeza y de la maravilla del hombre.

En el Evangelio del día, los discípulos le piden a Jesús: Señor, enséñanos a orar.... La oración es el gran deporte, la gran disciplina del cristiano. Y lo diría el mismo Jesús en el huerto de Getsemaní: Vigilad y orad para que no caigáis en tentación. Él es nuestro mejor entrenador. Hoy, nos ofrece la oración más perfecta, la más antigua y la mejor: el Padre Nuestro. En ella, encontramos los elementos que deben caracterizar toda oración de una auténtico cristiano. Se trata de una oración dirigida a una persona: Padre; en ella, alabamos a Dios y anhelamos la llegada de su Reino; pedimos por nuestras necesidades espirituales y temporales; pedimos perdón por nuestros pecados y ofrecemos el nuestro a quienes nos han ofendido; y, finalmente, pedimos las gracias necesarias para permanecer fieles a su voluntad. Todo ello, rezado con humildad y con un profundo espíritu de gratitud.

Ojalá que sea, el Padre Nuestro, la oración de todas nuestras familias pero, sobre todo, el reflejo de nuestras vidas como cristianos y discípulos de Jesucristo.

Propósito

Ofrecer a Dios cumplir su voluntad con el rezo meditado del Padre nuestro.

Diálogo con Cristo

Señor, te pido que me ayudes a vivir siempre unido a Ti en mi oración, sabiendo que no es lo que diga sino cómo lo diga, lo que importa. Que mi relación contigo no se limite al tiempo que dedico a mi meditación o la celebración de la Eucaristía. Te necesito permanentemente cerca de mí, para no caer en la tentación, para poder vivir auténticamente el amor, para ser un incansable y eficaz discípulo y misionero. 

EL AMOR Y EL TIEMPO


El amor y el tiempo 


Hubo un tiempo en el que en una isla muy pequeña, confundida con el paraíso, habitaban los sentimientos como habitamos hoy en la tierra. En esta isla vivían en armonía el Amor, la tristeza, y todos los otros sentimientos. Un día en uno de esos que la naturaleza parece estar de malas, el amor se despertó aterrorizado sintiendo que su isla estaba siendo inundada.

Pero se olvidó rápido del miedo y cuidó de que todos los sentimientos se salvaran. Todos corrieron y tomaron sus barcos y corrieron, y subieron a una montaña bien alta, donde podrían ver la isla siendo inundada pero sin que corriesen peligro.

Sólo el amor no se apresuró, el amor nunca se apresura. Él quería quedarse un poquito más en su isla, pero cuando se estaba casi ahogando el amor se acordó de que no debía morir. Entonces corrió en dirección a los barcos que partieron y gritó en busca de auxilio.

La Riqueza, oyendo su grito, trató luego de responder que no podría llevarlo ya que con el oro y con la plata que cargaba temía que su barco se hundiera.

Pasó entonces la Vanidad que también dijo que no podría ayudarlo, una vez que el amor se hubiese ensuciado ayudando a los otros, ella, la Vanidad, no soportaba la suciedad.

Por detrás de la Vanidad venía la Tristeza que se sentía tan profunda que no quería estar acompañada por nadie. 
Paso también la Alegría, pero esta tan alegre estaba que no oyó la suplica del amor.

Sin esperanza el Amor se sentó sobre la última piedra que todavía se veía sobre la superficie del agua y comenzó a menguar.

Su llanto fue tan triste que llamó la atención de un anciano que pasaba con su barco. El viejito tomó al Amor en sus brazos y lo llevó hacia la montaña más alta, junto con los otros sentimientos.

Recuperándose, el amor le preguntó a la Sabiduría quién era el viejito que lo ayudo... a lo que ésta respondió..... "El Tiempo"..... el Amor cuestionó: ..."¿Por qué solo el Tiempo pudo traerme aquí?".... La Sabiduría entonces respondió:

"Por que sólo el Tiempo tiene la capacidad de ayudar al Amor a llegar a los lugares más difíciles"...
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