Autor: Amadeo Rodríguez Magro, Obispo de Plasencia
| Fuente: www.diocesisplasencia.org
¿Qué es el Domund? |
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La misión de la Iglesia le da continuidad al amor mismo de Dios | |||
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viernes, 21 de octubre de 2011
¿QUÉ ES EL DOMUND?
CAMBIAR EL MUNDO
Cambiar el mundo
Autor: José Luis Martín Descalzo
Llegó una vez un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en su plaza mayor, que era necesario un cambio de la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acudió a escuchar sus voces, aunque más por curiosidad que por interés.
Y el profeta ponía toda su alma en sus voces, exigiendo el cambio de las costumbres. Pero, según pasaban los días, eran menos cada vez los curiosos que rodeaban al profeta y ni una sola persona parecía dispuesta a cambiar de vida. Pero el profeta no se desalentaba y seguía gritando. Hasta que un día ya nadie se detuvo a escuchar sus voces. Mas el profeta seguía gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban los días. Y el profeta seguía gritando. Y nadie le escuchaba.
Al fin, alguien se acercó y le preguntó: "¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?"
"Sigo gritando" -dijo el profeta- "porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí."
Autor: José Luis Martín Descalzo
Llegó una vez un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en su plaza mayor, que era necesario un cambio de la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acudió a escuchar sus voces, aunque más por curiosidad que por interés.
Y el profeta ponía toda su alma en sus voces, exigiendo el cambio de las costumbres. Pero, según pasaban los días, eran menos cada vez los curiosos que rodeaban al profeta y ni una sola persona parecía dispuesta a cambiar de vida. Pero el profeta no se desalentaba y seguía gritando. Hasta que un día ya nadie se detuvo a escuchar sus voces. Mas el profeta seguía gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban los días. Y el profeta seguía gritando. Y nadie le escuchaba.
Al fin, alguien se acercó y le preguntó: "¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?"
"Sigo gritando" -dijo el profeta- "porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí."
MADRE ENSEÑANOS A ORAR CONTIGO Y COMO TÚ LO HACÍAS
Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net Madre enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías | |
Meditaciones del Rosario. Tercer Misterio Glorioso. La venida del Espíritu Santo | |
Orar con María: Cuanto hubiera disfrutado estando allí, viéndola orar, asimilando por contagio la oración de la criatura más santa y humilde: contemplar su rostro, sus ojos cerrados o semicerrados o mirando hacia lo alto; escuchar su corazón cantando con su bellísima voz, imitar su forma de arrodillarse, de cerrar sus manos. Orar con Ella, junto a Ella, ¡qué gran privilegio! Me imagino a los apóstoles, al verla orar tan extáticamente, suplicándole: “Enséñanos a orar contigo y como tú lo haces”. Oh Madre, yo también te digo: “Enséñame a orar contigo y como Tú lo hacías”. A los cristianos que se aburren en la oración o en la Misa, alcánzales el amor de los enamorados para que disfruten la alegría de orar. Tú obtuviste la gracia del Espíritu Santo a los apóstoles. Pedro te necesitaba más que nadie. Después de las negaciones se había roto; estaba herido y necesitaba los cuidados de una Madre para con su hijo enfermo. Pedro necesitaba de una Madre como Juan Pablo II. También él llevaba, si no en su escudo, sí en su corazón, el “Totus tuus” del actual Vicario de tu Hijo. Juan era el más parecido. Él de alguna manera compensaba y llenaba el hueco dejado por Jesús. “Ahí tienes a tu Madre”. Este encargo, hecho a todos, él se lo tomó infinitamente en serio. Tomás: Yo sé que convertiste a aquel hombre duro para creer en un hijo de fe, por la forma tan bella como Tú le enseñaste a creer. María Magdalena: Ya había comenzado su conversión, pero ella como mujer que era, y apasionada, copió mejor que los hombres tu hoguera de amor. Aquella que se había acostado en los basureros tenía ante sí un ejemplo de mujer pura, santa y toda amor. María Magdalena te copió con todas las fuerzas de su ser. Tu presencia la purificó totalmente y le hizo amar locamente la pureza y abominar del pecado. Debes repetir el milagro de Pentecostés en la Iglesia y en cada uno de nosotros, en mí. Aunque no sea vea la llama de fuego, que me abrase todo; aunque no haya terremoto externo, que vibre por dentro y me vuelva loco de amor por Él y por Ti. Te lo pido encarecidamente. No te pido mas, pero no te pido menos. Pusiste de rodillas a la Iglesia primitiva y así, de rodillas, recibió la fuerza del Espíritu Santo. Hoy debes también enseñar a rezar a los sacerdotes y religiosos, a los fieles, para salir del atolladero. Salieron a predicar como leones. Pedro era un león, sentía dentro la fuerza de un león, ávido de presas. Echó las redes de su palabra en nombre de Cristo, y tres mil hombres quedaron atrapados. Los primeros cristianos entraron a la Iglesia por contagio de amor, de aquel amor que ardía en el corazón de los apóstoles. Así comenzó con buen pie la religión del amor, amando y haciendo amar, hasta el punto de arrancar a sus mismos enemigos la mejor alabanza que se pueda decir jamás de los cristianos: “Mirad cómo se aman”. Aprendieron muy bien la lección de Jesús. Hoy... en muchos casos, ya no es así. La religión del amor se ha convertido para muchos en la religión del aburrimiento. Porque no aman, porque se han olvidado del amor que Cristo les ha demostrado. Tienes que hacernos como hiciste a los primeros, para seguir convenciendo a los hombres fríos de hoy. La religión del amor se contagia por calor, no por gélidas ideas. |
jueves, 20 de octubre de 2011
LO QUE UN ENFERMO PUEDE ENSEÑARNOS
Lo que el enfermo puede enseñarnos
A valorar la salud... no se aprecia mientras se tiene.
A saber qué es comer con ganas, con apetito.
A saber qué es dormir a gusto, toda la noche.
A saber qué es poder correr, saltar, vivir...
A valorar la salud... no se aprecia mientras se tiene.
A saber qué es comer con ganas, con apetito.
A saber qué es dormir a gusto, toda la noche.
A saber qué es poder correr, saltar, vivir...
Que todo en la vida es muy relativo: vida, placer, dinero...
A dar importancia a las cosas pequeñas: un vaso de agua, una sonrisa, una palabra....
A sentir la necesidad de los demás.
A valorar cuánto vale tener una persona a tu lado, que esté contigo en los momentos difíciles.
A valorar lo que supone tener a alquien que te escuche; que te diga unas palabras; que sepa callar cuando no sabe qué decir; silencio antes que acudir a frases hechas que no dicen nada.
A valorar lo que supone sentir que alguien se te acerca, te quiere, te respeta, no te deja solo...
A apreciar el que alguien sabe respetar tu intimidad y puedes confiar en él plenamente.
A valorar que alguien a tu lado sepa respetar tus creencias religiosas aunque no las comparta.
REQUISITOS PARA RECIBIR LA COMUNIÓN
Requisitos para recibir la Comunión:
a) Ser Católico: estar en comunión de fe con la Iglesia Católica
b) Estar en gracia. Para lograrlo hay que confesar todo pecado mortal.
c) Abstenerse de comer y beber por una hora antes (agua y medicinas están permitidas).
a) Ser Católico: estar en comunión de fe con la Iglesia Católica
b) Estar en gracia. Para lograrlo hay que confesar todo pecado mortal.
c) Abstenerse de comer y beber por una hora antes (agua y medicinas están permitidas).
TE LO PÌDO DE PERSONA A PERSONA
Te lo pido de persona a persona...
Por favor, ayúdame si te parece que me he perdido en el camino.
Ayúdame si parece que no te comprendo.
Ayúdame... Y yo, contigo, también haré lo mismo.
Por favor, ayúdame si te parece que perdido la fe y la voluntad.
Ayúdame si crees que no te escucho cuando me hablas.
Por favor, ayúdame si el estar juntos no te hace feliz.
Ayúdame si sientes que te estoy perdiendo...
Y yo, contigo, también haré lo mismo.
Te lo pido de persona a persona.
Por favor, ayúdame se ves que mi vida va perdiendo el rumbo, si crees que me alejo de mi esencia.
Ayúdame si ves que no encuentro guía ni consuelo,
si crees que he perdido la humildad ante el triunfo
o me he humillado ante el fracaso.
Ayúdame, si ves que creo que no necesito de nadie,
si dejo de ser agradecido, si dejo de ser escuchado.
Te lo pido de persona a persona.
Ayúdame cada día para que el compartir sea siempre nuevo y mejor.
Ayúdame, por favor, y yo, contigo, también haré lo mismo.
Te lo pido de persona a persona...
PENSAMIENTO MARIANO 5
Pensamiento Mariano
Humillémonos diciendo como María: he aquí tu siervo, he aquí tu sierva, Señor, haz de mí lo que quieras. Humillémonos y la Sabiduría eterna bajará a habitar en nuestro corazón.
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno
miércoles, 19 de octubre de 2011
BUSCO UNA MOCHILA
BUSCO UNA MOCHILA.
Busco una mochila ni grande ni pequeña,
donde quepa lo justo que necesito para el viaje.
Busco una mochila sencilla, con capacidad para albergar todo lo que llevo en mi alma, lo que da sentido a mi vida, aquello que me mueve, que me invita a avanzar sin cansancio, a caminar con rumbo fijo.
Busco una mochila resistente, que no se rompa en la adversidad, que pueda acoger mi vida y la de los demás.
Busco una mochila con departamentos para poder organizar adecuadamente aquello que llevo para el viaje, para que no se envuelvan pensamientos, sentimientos, experiencias… donde pueda almacenar de forma rápida lo más urgente en los espacios más cercanos y pueda dejar en un lugar más oculto aquello que necesitaré solo en determinadas ocasiones.
Busco una mochila amplia donde pueda meter a todos los que viajan conmigo, que no se quede ninguno fuera pues sin ellos mi camino no tiene el mismo sentido.
Una mochila sin candados que aten, que me permitan ser libre, llevar, traer, sacar,… que no aprisione mi corazón y que me permitan ser tal cual soy, mostrarme a los demás con lo que soy y desde lo que soy.
Una mochila con buenas y resistentes agarraderas
para poder llevarla donde la necesite, donde me necesiten.
Con ruedas que, en determinados momentos, faciliten su transporte para así centrarme en el camino sin pararme a pensar en el peso que llevo en el contenido de su carga.
Una mochila bonita, alegre…
que produzca una sonrisa en aquellos que la miren,
en aquellos que me miren desde dentro porque valoran mi camino, porque da sentido también al suyo.
Busco una mochila con un único contenido: DIOS.
La razón de mi existencia. DIOS manifestado en cada una de las cosas que contiene, el motivo profundo de mi viaje.
Quiero compartir mi mochila contigo… y también contigo… con todos aquellos que hacen de ella un canto de alabanza a la amistad, a la solidaridad, al Amor verdadero.
Una mochila sin viaje de poco sirve, un viaje sin mochila sería absurdo porque carecería de sentido… porque esa mochila soy yo y conmigo viaja todo lo que soy.
Esté donde esté, haga lo que haga,
la mochila viene conmigo porque deseo que así sea,
porque da sentido a mi existencia de la misma manera que le das tú al caminar a mi lado.
martes, 18 de octubre de 2011
SEÑOR DE LOS MILAGROS - 28 DE OCTUBRE
Historia del Señor de los Milagros
El Señor de los Milagros, imagen venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del mundo, es una de las manifestaciones religiosas más numerosas del mundo católico.
Historia del Señor de los Milagros
En el siglo XVII, Lima contaba con una población de 35 mil habitantes, cantidad que se iba incrementando con la llegada de miles de personajes atraídos por la prosperidad y riqueza. Además, era común el tráfico de esclavos quienes llegaban procedentes de Africa Occidental, clasificados por castas: congos, mandingas, caravelíes, mondongos, mozambiques, terranovos, minas y angolas.
Precisamente, los angolas fueron llevados a la zona de Pachacamilla en 1651 y al estar instalados, se organizaron para construir sus cabañas o callejones divididos en habitaciones, en donde rendían culto a distintas imágenes o santos. Estos actos les recordaban su libertad y cantaban siempre en su lengua nativa. Ellos también se preocupaban por los enfermos, y que tuvieran un entierro decente.
Los negros angola eran el grupo más numerosos entre los esclavos negros, pero no eran muy valorados (eran los más baratos) porque eran considerados como pusilánimes, enfermizos y pocos propensos a la cristianización.
Un grupo de negros construyeron una cofradía en el barrio de Pachacamilla, llamado así porque habitaron allí unos indígenas de la zona prehispánica de Pachacamac. En una de sus paredes de adobes, un negro angoleño, bajo inspiración divina, plasmó en 1651 la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al templo en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío y con un acabado imperfecto. El esclavo angoleño no tuvo estudios de pintura y ejecutó la obra por su propia fe y devoción a Cristo.
El 13 de noviembre de 1655, a las 14:45 horas, un fuerte terremoto estremeció Lima y Callao, derrumbando templos, mansiones y las viviendas más frágiles, generando miles de víctimas mortales y damnificados. El temblor, afectó también la zona de Pachacamilla, donde todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron menos una: el débil muro de adobe donde estaba la imagen de Cristo, quedó intacto y sin ningún daño. Fue el primer milagro.
Tras ese milagro, se efectuaron reuniones para venerar la imagen los viernes por la noche. Los pobladores llevaban flores, perfumaban el ambiente, entonaban plegarias y con el correr del tiempo fue aumentando la peregrinación. Viendo con malos ojos todos estos hechos el párroco de San Sebastián, José Laureano de Mena, hace de conocimiento al entonces virrey conde de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos
El virrey mandó al promotor fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, quien verificó la existencia de la imagen de Cristo Crucificado. Dictaminó que se borre la imagen entre los días 6 y 13 de setiembre de 1671. El primer en intentarlo fue un pintor indio, quien al momento de subir por la escalera, sintió temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido para proseguir luego con su tarea. Pero fue tal su impresión que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar.
El segundo hombre se acercó a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde.
Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la población manifestó su disgusto y comenzó a protestar. Por ello, el virrey y el vicario del Arzobispado, decidieron revocar la orden y el vicario autorizó su culto. Tras una visita del virrey, se dispuso el levantamiento de una ermita provisional y el 14 de setiembre se celebró la primera misa oficial en la ermita.
El 20 de octubre de 1687, otro violento terremoto arrasó con Lima y el Callao, derribando la ermita edificada en honor al Cristo. Pero como sucedió anteriormente, la imagen del Señor quedó en pie, por lo que se ordenó la confección de una copia al óleo y que saliera por primera vez en andas por las calles de Pachacamilla.
IMAGINO...
Imagino
Imagino un mundo donde las personas se reconocen desde siempre por la transparencia de sus ojos y la tranquilidad de su sonrisa.
Imagino un mundo donde las personas se reconocen desde siempre por la transparencia de sus ojos y la tranquilidad de su sonrisa.
Imagino que su corazón esta tan lleno de amor que resulta contagioso, de solo acercarse, de solo rozarse un brazo al momento de una oración.
Imagino un mundo donde los abrazos casi que se dan a través de la envoltura de unas hermosas palabras.
Imagino un mundo donde las personas se encuentran sin motivo aparente, donde el tiempo no existe, en el espacio donde pueden florecer .
Imagino un mundo donde Dios se asegura que los encuentros no solo sean virtuales sino en la calle.
Imagino un mundo como el de esta mañana.
LUCAS, SANTO - 18 DE OCTUBRE - EVANGELISTA
Autor: P. Angel Amo | Fuente: Catholci.net
Lucas, Santo
Evangelista, 18 de octubre
Breves notas en las Cartas de San Pablo son las únicas noticias que la Sagrada Escritura nos presenta sobre San Lucas, el solícito investigador de la buena noticia y autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Por sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles. El historiador Eusebio subraya: “... tuvo relaciones con todos los apóstoles, y fue muy solícito”. De esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo nos da testimonio el mismo San Pablo, unido a él por grande amistad. En la carta a los Colosenses leemos: “Os saluda Lucas, médico amado...”.
La profesión médica nos trace suponer que él se dedicó mucho tiempo al estudio. Su formación cultural se nota también por el estilo de sus libros: su Evangelio está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos que los otros tres evangelistas no tienen. Hay que hacer otra consideración sobre su Evangelio, a más del hecho estilístico e historiográfico: Lucas es el evangelista que mejor que lo otros nos pintó la humana fisonomía del Redentor, su mansedumbre, sus atenciones para con los pobres y los marginados, las mujeres y lo pecadores arrepentidos. Es el biógrafo de la Virgen y de la infancia de Jesús. Es el evangelista de la Navidad. Los Hechos de los Apóstoles y el tercer Evangelio nos hacen ver el temperamento de San Lucas, hombre conciliador, discreto, dueño de sí mismo; suaviza o calla expresiones que hubieran podido herir a algún rector, con tal que esto no vaya en perjuicio de la verdad histórica.
Al revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la Navidad, él nos hace entender que conoció personalmente a la Virgen. Algún exégeta avanza la hipótesis de que fue la Virgen María misma quien le transcribió el himno del “Magnificat”, que ella elevó a Dios en un momento de exultación en el encuentro con la prima Isabel. En efecto, Lucas nos advierte que hizo muchas investigaciones y buscó informaciones respecto de la vida de Jesús con los que fueron testigos oculares.
Un escrito del siglo II, el Prólogo antimarcionista del Evangelio de Lucas, sintetiza el perfil biográfico del modo siguiente: “Lucas, un sirio de Antioquía, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a San Pablo hasta su confesión (martirio). Sirvió incondicionalmente al Señor, no se casó ni tuvo hijos. Murió a la edad de 84 años en Beocia, lleno de Espíritu Santo”. Recientes estudios concuerdan con esta versión.
lunes, 17 de octubre de 2011
ATENCIÓN PERSONALIZADA
Atención personalizada
Autor: Padre Guillermo Ortiz SJ.
Aunque el egoísmo nos distraiga mucho tiempo ocupándonos enteros solo en nuestras propias ‘cositas’ personales, tarde o temprano descubrimos que necesitamos de los otros no para usarlos o sacarles provecho, sino para interactuar, trabajar juntos, acompañarnos en las dificultades, dialogar, unir fuerzas frente a la adversidad, proyectar algo más grande que nuestra sola visión personal corta y pobre cuando es solitaria.
Desmigajado, el mundo se derrama en infinidad de fragmentos; en múltiples individualidades solitarias que no logran unirse en un proyecto común, que no encuentran la dirección de la solidaridad y la fraternidad que orienta en el sentido del bien común. Y por eso estas individualidades solitarias se chocan en infinitos desencuentros que plasman la injusticia, el dolor la miseria de este mundo roto.
Por eso ya en los primeros párrafos de esas cartas de Dios que son los libros sagrados aparece la afirmación de Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo’, que Jesús asumirá hasta las últimas consecuencias hasta concretar su modo de ser y de vivir en un mandato universal: ‘ámense entre ustedes así como yo los amo’.
Su ser es la plenitud de la apertura al otro, de la magnanimidad, del dar y ‘perder’ la vida en el servicio de amor.
Si pudiéramos mirar en sus entrañas, en su corazón, nos veríamos como en un espejo, bien definidos con nuestros rasgos más profundos, nuestros deseos más hondos, nuestras penas y angustias más amargas. Porque toda la ‘carne’ de Jesús de Nazaret, sus huesos, cada célula de su piel le sirven para sentirnos, para percibirnos, para escucharnos, para mirarnos, para ocuparse de nosotros.
Autor: Padre Guillermo Ortiz SJ.
Aunque el egoísmo nos distraiga mucho tiempo ocupándonos enteros solo en nuestras propias ‘cositas’ personales, tarde o temprano descubrimos que necesitamos de los otros no para usarlos o sacarles provecho, sino para interactuar, trabajar juntos, acompañarnos en las dificultades, dialogar, unir fuerzas frente a la adversidad, proyectar algo más grande que nuestra sola visión personal corta y pobre cuando es solitaria.
Desmigajado, el mundo se derrama en infinidad de fragmentos; en múltiples individualidades solitarias que no logran unirse en un proyecto común, que no encuentran la dirección de la solidaridad y la fraternidad que orienta en el sentido del bien común. Y por eso estas individualidades solitarias se chocan en infinitos desencuentros que plasman la injusticia, el dolor la miseria de este mundo roto.
Por eso ya en los primeros párrafos de esas cartas de Dios que son los libros sagrados aparece la afirmación de Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo’, que Jesús asumirá hasta las últimas consecuencias hasta concretar su modo de ser y de vivir en un mandato universal: ‘ámense entre ustedes así como yo los amo’.
Su ser es la plenitud de la apertura al otro, de la magnanimidad, del dar y ‘perder’ la vida en el servicio de amor.
Si pudiéramos mirar en sus entrañas, en su corazón, nos veríamos como en un espejo, bien definidos con nuestros rasgos más profundos, nuestros deseos más hondos, nuestras penas y angustias más amargas. Porque toda la ‘carne’ de Jesús de Nazaret, sus huesos, cada célula de su piel le sirven para sentirnos, para percibirnos, para escucharnos, para mirarnos, para ocuparse de nosotros.
¿QUIERES AYUDAR?
¿Quieres ayudar?
¿Quieres ayudar? Ayúdate primero.
Sólo los amados, aman.
Sólo los libres liberan.
Sólo son fuentes de paz quienes están en paz consigo mismos.
Los que sufren, hacen sufrir.
Los fracasados necesitan ver fracasar a otros.
Los resentidos, siembran violencia.
Los que tienen conflictos, provocan conflictos a su alrededor.
Los que no se aceptan, no pueden aceptar a los demás.
Es tiempo perdido y utopía pura pretender dar a tus semejantes lo
que tú no tienes. ¡Debes empezar por ti mismo!
Motivarás a realizarse a tus allegados en la medida en que tú estés realizado.
Amarás realmente al prójimo en la medida en que aceptes y ames serenamente tu persona y tu pasado.
Amarás al prójimo como a ti mismo, sin perder de vista la medida en que eres "tú mismo".
Para ser útil a otros, el importante debes ser tú mismo.
¡Sé feliz tú y tus semejantes se llenarán de alegría!
¿Quieres ayudar? Ayúdate primero.
Sólo los amados, aman.
Sólo los libres liberan.
Sólo son fuentes de paz quienes están en paz consigo mismos.
Los que sufren, hacen sufrir.
Los fracasados necesitan ver fracasar a otros.
Los resentidos, siembran violencia.
Los que tienen conflictos, provocan conflictos a su alrededor.
Los que no se aceptan, no pueden aceptar a los demás.
Es tiempo perdido y utopía pura pretender dar a tus semejantes lo
que tú no tienes. ¡Debes empezar por ti mismo!
Motivarás a realizarse a tus allegados en la medida en que tú estés realizado.
Amarás realmente al prójimo en la medida en que aceptes y ames serenamente tu persona y tu pasado.
Amarás al prójimo como a ti mismo, sin perder de vista la medida en que eres "tú mismo".
Para ser útil a otros, el importante debes ser tú mismo.
¡Sé feliz tú y tus semejantes se llenarán de alegría!
LA NECESIDAD DEL SILENCIO...
La necesidad del silencio
• 1) Para saber
Hace pocos días el Papa Benedicto XVI visitó un monasterio: la Cartuja de San Bruno, que se caracteriza por custodiar con particular cuidado el silencio y la soledad. Recordando a San Bruno, destacaba la necesidad de estar "Captus ab Uno", es decir, estar "aferrado por el Uno", por Dios. Pues hoy en día, el progreso técnico, los transportes y las comunicaciones, han hecho la vida del hombre más confortable, pero también más agitada. Las ciudades son casi siempre ruidosas, raramente hay silencio, incluso de noche.
El peligro está en que nos impidan percibir la presencia de Dios, que se nos dificulte experimentar la Plenitud, la Realidad más real que exista, y que está más allá de la dimensión sensible.
Cada vez más, incluso sin darse cuenta, las personas están inmersas en una dimensión virtual a causa de mensajes audiovisuales que lo acompañan todo el día. Quienes han nacido en esta condición, parecen querer llenar de música y de imágenes cada momento vacío, casi por el miedo de sentir, precisamente, este vacío. Muchos parecen incapaces de quedarse durante mucho rato en silencio y en soledad, temiendo encontrar en su interior un vacío.
• 2) Para pensar
Basado en un relato de Anthony de Melo, la siguiente historia nos muestra el temor para encontrarnos con la verdad misma.
Sucede que un hombre caminaba por las calles de la ciudad cuando un modesto local le llamó la atención. Intrigado se acercó y pudo leer un cartelito que anunciaba: “Tienda de la verdad”.
El hombre sorprendido entró. Se acercó a la señorita que estaba atendiendo y preguntó: “Perdón, ¿esta es la tienda de la verdad?” Le respondió: “Sí, señor, ¿qué tipo de verdad quiere: la parcial, la relativa, la estadística o la completa?”
Nunca se había imaginado que esto era posible, llegar y llevarse la verdad, era maravilloso.
“Quiero la Verdad completa -contestó el hombre sin dudarlo- estoy tan cansado de mentiras y de falsificaciones; no quiero más generalizaciones, justificaciones, ni engaños”.
“Muy bien, pero… ¿el señor sabe el precio?”
“No, ¿cuál es?”, pues estaba dispuesto a pagar lo que fuera.
“Si usted se la lleva, el precio es que nunca más podrá estar en paz”.
Un frío corrió por la espalda del hombre, nunca se había imaginado que el precio fuera tan grande. “Gra... gracias, disculpe...”, balbuceó.
Se dio vuelta y salió triste y avergonzado al darse cuenta de que no estaba preparado para la verdad, de que todavía necesitaba de mentiras donde encontrar descanso, de trampas y apariencias para sentirse superior, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo. “Quizás más adelante”, pensó...
• 3) Para vivir
El hombre ha de ser capaz, decía el Papa, de percibir a Dios, que es la Verdad, en medio del mundo, una presencia perceptible en toda criatura: en el aire que respiramos, en la luz que vemos y nos calienta, en la hierba, en los demás... Dios, Creador de todas las cosas, pero está más allá, y precisamente por esto es el fundamento de todo.
Que sepamos encontrar en el día momentos de silencio para comunicarnos con el Señor, de tal manera que luego, en las diversas actividades, seamos conscientes de su presencia.
Pbro. José Martínez Colín
• 1) Para saber
Hace pocos días el Papa Benedicto XVI visitó un monasterio: la Cartuja de San Bruno, que se caracteriza por custodiar con particular cuidado el silencio y la soledad. Recordando a San Bruno, destacaba la necesidad de estar "Captus ab Uno", es decir, estar "aferrado por el Uno", por Dios. Pues hoy en día, el progreso técnico, los transportes y las comunicaciones, han hecho la vida del hombre más confortable, pero también más agitada. Las ciudades son casi siempre ruidosas, raramente hay silencio, incluso de noche.
El peligro está en que nos impidan percibir la presencia de Dios, que se nos dificulte experimentar la Plenitud, la Realidad más real que exista, y que está más allá de la dimensión sensible.
Cada vez más, incluso sin darse cuenta, las personas están inmersas en una dimensión virtual a causa de mensajes audiovisuales que lo acompañan todo el día. Quienes han nacido en esta condición, parecen querer llenar de música y de imágenes cada momento vacío, casi por el miedo de sentir, precisamente, este vacío. Muchos parecen incapaces de quedarse durante mucho rato en silencio y en soledad, temiendo encontrar en su interior un vacío.
• 2) Para pensar
Basado en un relato de Anthony de Melo, la siguiente historia nos muestra el temor para encontrarnos con la verdad misma.
Sucede que un hombre caminaba por las calles de la ciudad cuando un modesto local le llamó la atención. Intrigado se acercó y pudo leer un cartelito que anunciaba: “Tienda de la verdad”.
El hombre sorprendido entró. Se acercó a la señorita que estaba atendiendo y preguntó: “Perdón, ¿esta es la tienda de la verdad?” Le respondió: “Sí, señor, ¿qué tipo de verdad quiere: la parcial, la relativa, la estadística o la completa?”
Nunca se había imaginado que esto era posible, llegar y llevarse la verdad, era maravilloso.
“Quiero la Verdad completa -contestó el hombre sin dudarlo- estoy tan cansado de mentiras y de falsificaciones; no quiero más generalizaciones, justificaciones, ni engaños”.
“Muy bien, pero… ¿el señor sabe el precio?”
“No, ¿cuál es?”, pues estaba dispuesto a pagar lo que fuera.
“Si usted se la lleva, el precio es que nunca más podrá estar en paz”.
Un frío corrió por la espalda del hombre, nunca se había imaginado que el precio fuera tan grande. “Gra... gracias, disculpe...”, balbuceó.
Se dio vuelta y salió triste y avergonzado al darse cuenta de que no estaba preparado para la verdad, de que todavía necesitaba de mentiras donde encontrar descanso, de trampas y apariencias para sentirse superior, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo. “Quizás más adelante”, pensó...
• 3) Para vivir
El hombre ha de ser capaz, decía el Papa, de percibir a Dios, que es la Verdad, en medio del mundo, una presencia perceptible en toda criatura: en el aire que respiramos, en la luz que vemos y nos calienta, en la hierba, en los demás... Dios, Creador de todas las cosas, pero está más allá, y precisamente por esto es el fundamento de todo.
Que sepamos encontrar en el día momentos de silencio para comunicarnos con el Señor, de tal manera que luego, en las diversas actividades, seamos conscientes de su presencia.
Pbro. José Martínez Colín
sábado, 15 de octubre de 2011
ALEGRÍA EN TU CORAZÓN
Alegría en tu corazón
Autor: Eileen Caddy, Libro: Dios me hablo
Comienza el día con alegría en tu corazón y palabras de agradecimiento en tus labios. Hay tanto por lo cual estar agradecido. Eleva tu conciencia de inmediato.
Comenzar el día embotado y confuso no es provechoso para ti, ni para tu familia, ni para nadie.
Si te sientes con espíritu crítico hacia alguien, encuentra algo en esa persona que sea positivo y bueno.
Concéntrate en esto hasta que sientas que el amor fluye a través de ti hacia esa persona.
Sé paciente y afectuoso y nunca, en ningún momento, te desesperes por el alma de nadie.
En algún lugar, de algún modo, podrás estar en contacto con eso que traerá nueva vida, alegría y esperanza.
La clave está allí, oculta quizás. Deja que esto sea como la búsqueda del tesoro, una pista que conduce a la próxima, hasta que llega al alma.
La perseverancia es fundamental.
Llegar a algunas almas es más difícil que llegar a otras, pero aquellas son frecuentemente las que necesitan ser alcanzadas.
Elige las más difíciles; haz esto con Mi ayuda y Mi guía constante y no podrás fallar.
Bendice todo, da gracias continuamente, llena tu corazón con amor e irradia esto a todos los que están en contacto contigo.
SANTA TERESA DE ÁVILA - 15 DE OCTUBRE
Autor: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net Teresa de Jesús (de Ávila), Santa | |
Doctora de la Iglesia, 15 de octubre | |
Virgen Carmelita
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¿Qué nos enseña Santa Teresa de Ávila?
¿Qué nos enseña Santa Teresa de Ávila?
A mantenernos en la oración aunque tengamos períodos de aridez espiritual como los que tuvo ella.
A vencer las dificultades de la vida con buen ánimo y con una gran confianza en Dios. Saber poner en manos de Dios nuestras dificultades.
A perseverar en las situaciones difíciles de nuestra vida sin perder de vista nuestro objetivo: llegar al cielo.
Paciencia ante las acusaciones de las gentes. No guardó rencor a la gente que tanto se opuso a ella y sus ideas.
Valor ante las dificultades. Era capaz de solucionar los problemas que se le iban presentando.
Aceptar la voluntad de Dios en su vida.
A escuchar a Dios en la oración.
A ofrecer a Dios también las cosas alegres y no sólo los sufrimientos.
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